ARTE: CON OTRO FORMATO


Vuelta de página

En una escena cada vez más variada, las revistas especializadas ya no se limitan a registrar las experiencias artísticas sino que funcionan como espacios de exhibición, reflexión y creación; los impulsores de las más destacadas hablan sobre las maneras de abordar los distintos soportes y estrategias, los subsidios y los modos de financiación

Por Mercedes Urquiza / Para LA NACIÓN
En el ecosistema del arte, no suele ser demasiado valorado el rol que cumplen las revistas que registran el bullir de tendencias, debates y creadores. Sin embargo, constituyen uno de los termómetros más fieles a la hora de establecer el estado de salud de la escena artística. Es decir, es imposible pensar en un entramado artístico variado y de calidad sin un correlato de medios especializados que reflejen -y, a veces, detonen- las experiencias.
Tal como sucede con muchos catálogos, las revistas funcionan como extensiones de las experiencias artísticas y no simplemente como registro. "Pensamos la revista como un espacio de exhibición y reflexión, pero también de creación, dado que trabajamos con los artistas en la edición de sus creaciones, que en este formato gráfico cobran una dimensión diferente", afirma Viviana Usubiaga, de la jovencísima Blanco sobre Blanco, una revista de última generación que se lanzó en 2011.
"Una publicación de arte implica una gran pasión por parte de quien la dirige, porque en sí misma no es rentable. Sobre todo en países como el nuestro, donde no existen políticas de difusión de nuestros artistas a nivel internacional, como sí existen en Brasil, por ejemplo", acota Marcela Costa Peuser, una de las cabezas de Arte al Día Internacional, que se publica desde hace 33 años.
Siguiendo la hipótesis de que las publicaciones especializadas reflejan, de alguna forma, la riqueza de la escena artística, se puede concluir que por estos lares las cosas marchan razonablemente bien. La trama de las revistas de arte porteñas es diversa y fragmentada, en sintonía con las tendencias que rigen en las grandes capitales del arte. Atrás quedaron los tiempos en que un puñado de medios referenciales establecía la vara de lo que debe y lo que no debe ser visto.
En Buenos Aires -como en Nueva York, Londres o San Pablo- el sistema de medios especializados se ha vuelto transversal, y dentro de él conviven revistas más "serias" e institucionales con otras que profesan diferentes grados de vanguardismo y experimentación. Algunas ponen el acento sobre los consagrados; otras, sobre los emergentes; unas en las artes plásticas; otras, en el video o la fotografía. El común denominador es que todas ellas -cada una a su manera- están adecuándose a las nuevas formas que impone la era digital. En un proceso que atraviesa a los medios de comunicación en general, las revistas de arte locales están utilizando con cada vez mayor intensidad las posibilidades, en términos de contenidos y de audiencias, que les abre el universo de la Web.
"Con lo digital nos olvidamos del tema dinero, sólo nos dedicamos a las ideas. Y eso nos vuelve más independiente, más libres", afirma Dany Barreto, uno de los impulsores de la revista digital Sauna. "La única contra de lo digital es que no queda el objeto fetiche y que hay algunas personas que todavía no se acostumbran a leer en ese formato." Marcando un contrapunto, Valeria Balut, de la revista Arta, defiende la supervivencia del formato en papel: "Para nosotros, trabajar con la poética de cada artista implica cambiar el diseño, el papel y la impresión. Eso, obviamente, significa mayores costos, pero creemos que es la manera de acompañar el valor simbólico de la obra y crear un vehículo cercano con la experiencia estética".
Las distintas maneras de reflejar el arte, los distintos soportes y estrategias, los subsidios y los modos de financiación... En estas páginas ofrecemos un recorrido por los logros y desafíos de algunas de las más destacadas revistas de arte de Buenos Aires, a través de la voz de sus propios impulsores.
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    Dany Barreto
     
    Sauna
     
    "Éste es un proyecto que surge a partir de un grupo de seis amigos, todos relacionados con el arte. Un museólogo y curador, Mariano Soto; Marcelo Dansey, que es periodista, y cuatro artistas: Guido Ignatti, Juan Batalla, Charlie Goz y yo. Nos reuníamos y terminábamos discutiendo sobre arte, artistas, obras, curadores, instituciones, galerías, coleccionismo, políticas culturales, crítica, medios, etcétera. Si bien no siempre coincidíamos en nuestras ideas, disfrutábamos de esos contrapuntos que se daban de manera espontánea y provocativa. Quisimos reflejar algo de eso y se nos ocurrió una revista. Sauna nació independiente, gratuita y digital, toda una declaración de principios. Sin sponsors; tenemos gastos mínimos que cubrimos con nuestros bolsillos. Está bueno ser independientes porque no tenemos que quedar bien con nadie, ni cambiar favores, ni cuidar ninguna quintita, ni pedir permiso para nada. Ahora, después de tres años, queremos cambiar este formato sin perder la independencia. Fuimos seleccionados para aplicar al programa de Mecenazgo, pero encontrar la forma de obtener un beneficio de ese paraguas teniendo en cuenta como está armada la revista es dificilísimo. Quisimos hacer un anuario impreso y fue imposible, debido a la cantidad de vueltas y tiempo que había que dedicar para conseguir el dinero. Va un dato: logramos conseguir un sponsor para 2014, lo que nos enfrenta a una transformación que asusta pero que también nos genera un gran entusiasmo."

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    Marcela Costa Peuser 
     
    Arte al Día Internacional 
     
    "Arte al Día Internacional es una publicación focalizada en el arte latinoamericano que se ha sostenido en el tiempo gracias a la visión de mi hermano, Diego Costa Peuser, quien se propuso entrar en el mercado norteamericano cuando comenzó el auge de las ferias de arte internacionales. Hace un año apostamos al futuro. Todo lo referente a la Argentina lo convertí en una plataforma de difusión de arte argentino que se compone de tres aspectos: Arte Online, de actualización diaria, con 37.000 usuarios registrados que reciben semanalmente un newsletter con reseñas de las muestras más destacadas, entrevistas a artistas y novedades; Art Phone, una aplicación para celulares inteligentes que toma la información del sitio y, a la manera de un GPS, te muestra qué galerías tenés cerca y qué exhibición presenta, y Artgentina, la primera publicación interactiva para tablets disponible en el App Store. En cada edición recorremos la obra de dos artistas consagrados: en la primera fueron Marta Minujín y Pablo Siquier; en la segunda, Gyula Kosice y Graciela Sacco, y en la tercera, Matilde Marín y Leandro Erlich. Ya estamos preparando la cuarta."
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    Valeria Balut
     
    Arta
     
    "Cuando yo cursaba la carrera de Artes en la Facultad de Filosofía y Letras, casi no existían publicaciones de arte argentino con un diseño adecuado, especializadas en artistas jóvenes, con textos que transmitieran situaciones visuales y al mismo tiempo compartieran un horizonte temporal. A mediados de 2003, comencé a bocetar Arta junto con un grupo de profesionales relacionados con las artes visuales, como Melina Dorfman, Lucía Tebaldi, Federico Lastra y Patricio Oliver. A partir de la tercera publicación se incorporó a la dirección Teo Wainfred, con quien comparto el desarrollo de este proyecto. Arta tiene un modelo basado en la autogestión y se compone de un ensayo visual inédito propuesto por el artista invitado, más un dossier de textos no deícticos, que no explican la obra sino que abren la potencialidad de significados y enriquecen el encuentro del lector con el arte contemporáneo".
     
    Fuente: ADN Cultura La Nación

COLÓN, EL NUEVO MIEMBRO DEL CÍRCULO ROJO


Por Héctor D'Amico / LA NACIÓN

Pródigo en la dualidad de escribir con una mano el relato del presente y reescribir con la otra una versión del pasado para disimular incoherencias del modelo nacional y popular, el kirchnerismo fracasó en el intento de mudar el monumento a Cristóbal Colón y reemplazarlo por el de Juana Azurduy. Lo que consiguió fue estrellarse contra él. No sólo abortó la movida sino que se enfrentó, una vez más, con el gobierno de la ciudad, que reclamó su autoridad sobre un monumento que ha estado allí durante noventa años. Hubo un castigo adicional: la indiferencia de la opinión pública ante un conflicto fuera de agenda, caído del cielo, que la Casa Rosada intercaló entre los grandes problemas sin resolver que se debaten en la campaña.
La estatua de Colón, acostada boca arriba desde hace meses, lejos del alto pedestal, pero a tiro de piedra del despacho de Cristina Kirchner, remite a una de las imágenes más conmovedoras de El otoño del patriarca , la novela en la que Gabriel García Márquez nos recuerda, como si hiciera falta, hasta qué punto la memoria, el poder y el olvido están hechos de una misma sustancia.
La mudanza no obedeció a un plan. Fue una sugerencia que entusiasmó a la Presidenta. Lo explicó en estas páginas el colega Carlos Pagni cuando recordó el último encuentro en Buenos Aires de Hugo Chávez con Cristina Kirchner. Al observar la estatua a través de la enorme ventana del despacho presidencial, Chávez preguntó: "¿Qué hace ahí ese genocida?" Son las cinco palabras con las que durante años se dirigió a George W. Bush. Las mismas con las que el 12 de octubre de 2004, una fecha inequívoca, alentó a los militantes que derribaron y decapitaron en Caracas la estatua de bronce de una tonelada de peso conocida como "Colón en el Golfo Triste".
Un año antes, en el Día de la Hispanidad, con la convicción de siempre, Chávez convocó a la multitud para desmitificar el aura de Colón. Negó que fuera un descubridor sino "el personaje que inició una de las matanzas más grandes de la historia". Además, rebautizó el Paseo Colón como Paseo de la Resistencia Indígena. El otro monumento, el que estaba en la cercanía del Palacio de Miraflores, sede del gobierno nacional, tuvo el mismo final. Fue bajado del pedestal con el exótico pretexto de que se trataba de "un bien patrimonial del Estado", y desapareció sin dejar rastros. El alcalde que dio la orden aseguró que "tan injustificado como mantener a Colón en Caracas es colocar una estatua de Hitler en Berlín".
Eric Hobsbawm, considerado el mayor historiador del siglo XX, fue un apasionado de un fenómeno que de tanto en tanto reaparece en el continente y al que, a falta de un nombre mejor, podría denominarse la paciente demolición de Colón. El verdadero contexto en el que se libra el embate revisionista, advierte Hobsbawm en el brillante ensayo que presentó en Sevilla con motivo del Quinto Centenario, no es otro que la disputa de la memoria. Los regímenes autoritarios y populistas son, para él, los más entusiastas en una tarea que persigue un objetivo político de largo plazo: reafirmar los aspectos negativos de ciertos hechos y responsabilidades históricas para esgrimirlos como parte de una herencia trágica que condiciona el presente.
Hobsbawm, que en 1992 se negó a firmar un manifiesto de protesta que le acercaron los pueblos originarios de México, comprendía los sentimientos que inspiran esa clase de gestos. Reconoció, incluso, que sentía simpatía por ellos. Pero se negó a convalidar el eslogan revisionista más popular del momento: "La larga noche de los quinientos años". Desconfiaba de la frase. Entendía que encerraba una cuota de arbitrariedad suficientemente alta como para ignorar las contribuciones que durante siglos habían aportado las sucesivas corrientes migratorias llegadas al continente, primero desde los puertos de España; más tarde, desde toda Europa.
No estaba de acuerdo tampoco con la mirada esquemática del investigador que pone la lupa, de modo casi obsesivo, sobre el salvajismo y la crueldad que practicaban algunas de las culturas con las que se encontraron los primeros conquistadores. Como la imagen de diez mil prisioneros sacrificados en la inauguración del templo mayor de México; o los trescientos mil cráneos que contó Bernal del Castillo de cautivos que fueron enterrados en un mismo sector de la ciudad de México; o el rito de multitudes aztecas esperando al pie de las pirámides para alimentarse con los cuerpos de enemigos arrojados por las empinadas escaleras.
Es muy posible que ya nadie crea o imagine que el Nuevo Mundo fue alguna vez un paraíso salvaje. Pero un hipotético contrapunto de los horrores cometidos hace siglos por civilizaciones que crecieron separadas por la inmensidad del océano no puede convertirse en el precedente que justifique eliminar los símbolos del Descubrimiento, de mundos que se encontraron de la peor manera posible. Lo comprobado es que fue Colón quien dio vuelta la página: la Tierra dejó de ser una infinita mesa de billar sostenida por enormes elefantes, cuya dimensión cada uno imaginaba a su antojo, para convertirse en una esfera que ocupó el centro del universo hasta que Galileo la hizo girar alrededor del Sol.
Fue esa convicción de enorme epopeya la que, a comienzo de los años 80, durante una escala en el puerto de Nueva York, nos transmitió el comandante del buque escuela español Sebastián El Cano a los tres periodistas argentinos que invitó a almorzar en su camarote. La expectativa era hablar sobre su largo viaje de instrucción alrededor del mundo, pero, de manera inevitable, la conversación derivó en su antepasado más ilustre. El comandante se llamaba Cristóbal Colón de Carvajal y Maroto, y tenía, además de media docena de títulos de nobleza, una estrecha amistad con el rey Juan Carlos, que lo honraría al regreso de su viaje nombrándolo miembro de la Comisión del V Centenario del Descubrimiento. El linaje de los grandes navegantes sobrevoló la charla: Magallanes, Vespucio, Gaboto, Juan de la Cosa, Malaspina. Cuando llegó el turno de Colón, no esquivó ninguna pregunta sobre el rechazo que provocaba el apellido entre los pueblos originarios, repudio que, en esa época, era acompañado por protestas de estudiantes, marchas de campesinos, reclamos de organizaciones sociales y violentos choques de militantes con la policía en varios países.
El anfitrión aceptó que las campañas de desprestigio habían tenido éxito en separar al Descubridor de su hazaña. A diferencia de lo ocurrido con otros grandes exploradores, el verdadero papel del imperio español en la conquista y de instituciones como la Santa Inquisición quedó relegado ante un hombre acusado de casi todo, incluso de haber traído el pecado original a América. Colón es un caballo de Troya abandonado a su suerte. Encarna, en soledad, lo que décadas más tarde se materializó en el sometimiento y en la sustitución de una cultura pagana por la verdadera fe llegada desde Europa.
Carvajal y Maroto vivió lo suficiente como para ascender a vicealmirante, pero no llegó a ver las celebraciones del Quinto Centenario. En febrero de 1986, mientras viajaba a su despacho en Madrid junto a su asistente y el chofer, el coche oficial fue ametrallado desde ambos lados de la calle por un comando de la ETA. Antes de huir, para asegurarse, los terroristas arrojaron una granada de mano en el interior del auto.
La última imagen de aquel almuerzo en el buque escuela es la sonrisa y el silencio con los que el comandante evitó responder una pregunta que tal vez no tiene respuesta: si creía que el impacto histórico, económico, cultural, político, religioso y social del viaje de Colón había sido más relevante que el descenso de Neil Armstrong en la Luna.
Hay otro interrogante menos complejo y más actual. ¿Por qué una sociedad con una amplia mayoría de descendientes de quienes bajaron de los barcos estaría de acuerdo en desterrar a Colón al círculo rojo, que es donde el kirchnerismo ubica a los réprobos?

Fuente: lanacion.com

CHINA: REVOLUCIÓN-EVOLUCIÓN DESDE 1949 HASTA 1983


Servir a la gente
CHINA: REVOLUCIÓN-EVOLUCIÓN DESDE 1949 HASTA 1983
Colección HAFNIA Foundation

Colección




La colección
A mediados de los años 90, antes de la creación de la Fundación Hafnia, Stevens Vaughn y Rodney Cone iniciaron su interés por los posters de propaganda China. En ese momento los posters ya habían perdido popularidad a favor de la construcción de una China moderna y abierta al mundo.
Por esta razón la gente comenzó a guardar los viejos posters de propaganda, alguna vez utilizados para decorar casas y lugares de trabajo, bajo las camas, en closets y otros rincones fuera de la vista. Los fundadores de Hafnia en ese momento comenzaron a visitar casas de numerosos ciudadanos chinos para comprar estos posters y crear la que ahora es una de las colecciones más grande de propaganda china en el mundo.
Mejor que guardarlos juntando polvo y deteriorándose, estos posters fueron organizados en base a una curaduría. A pesar de contener gran valor histórico y valor político científico, esta colección se presenta a ustedes hoy día seleccionada principalmente por su valor artístico. Estos posters fueron alguna vez apreciados por su uso decorativo y belleza, en tiempos cuando el arte se consideraba político y estaba sujeto a supervisión gubernamental.
El estilo utilizado intersectaba diversos estilos artísticos tales como realismo social con la tradicional acuarela china. Algunas de las piezas, como las de pinturas campesinas, son bellos ejemplos de arte naïve, siendo planas, coloridas y utilizando un inestable sentido de la perspectiva, sin embargo con un indiscutible talento natural por parte de sus pintores. Estas pinturas fueron especialmente apropiadas para una era en donde Mao apoyaba la creatividad natural de la gente china.
Es el deseo de los dueños de esta colección que la belleza de estos posters motiven a estudiantes de historia China, ciencias políticas y/o artes visuales a continuar ahondando más allá del vasto ámbito de estudio que es el nacimiento de la China moderna.
La fundación Hafnia está orgullosa de presentar esta colección en Sudamérica y exponer a más gente la belleza y ambivalencia de los posters de propaganda China. Esta dualidad esta mejor captada con la famosa cita de Deng Xiaoping basada en un antiguo dicho de Sichuan: “Da igual que el gato sea blanco o negro, lo importante es que cace ratones”.

La Fundación
La Fundación Hafnia es una fundación sin fines de lucro que promueve la fusión lúdica y el diálogo internacional del arte y sus artistas. Operando desde una mentalidad de “caja de arena”, nuestra meta es dar a ambos, artistas establecidos y emergentes, las herramientas para crear obra en diferentes medios, países y estilos. Dada la experticia profesional de los directores en porcelana fina y loza de cerámica, estamos especialmente interesados en dar a nuestros artistas materiales de cristal, vidrio y cerámica para ser utilizada de maneras innovadoras.
Actualmente la fundación está auspiciando la creación de una catedral e instalación artística bajo el agua en Filipinas.

CENTRO CULTURAL BORGES

Inauguración 12/9 | Cierre 29/9
Sala 31 y 32

HOMENAJE AL GENIAL Y EXTRAÑADO
ARQUITECTO-ARTISTA CLORINDO TESTA

Fue autor de varias de las obras íconos de la arquitectura y el arte argentinos.
La muestra es en el Centro Cultural Recoleta.
Colores. En el Centro Cultural Recoleta, mientras se montaba la obra del gran artista./FERNANDO DE LA ORDEN
Por Julia Villaro

Maquetas, dibujos, colores: solamente una Muestra Homenaje, a casi seis meses de su muerte, del genial Clorindo Testa, podía tener la vitalidad que presenta la exposición que se inaugura el viernes en la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta, en el marco de la XIV Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires.
Un homenaje dentro del edificio que él mismo, junto a Jacques Bedel y Luis Benedit re-diseñó había sido pautado antes de su muerte. Artista plástico y arquitecto, la muestra podría haber presentado infinidad de obras de Testa y hubiera sido un recordatorio exitoso. Pero su curador, el arquitecto Juan Fontana, compañero de Clorindo en su estudio de calle Santa Fe por más de veinte años y hombre de su confianza, buscó ir más allá y evocar el espíritu de esos años de trabajo. Y la sala Cronopios se convirtió en usina de ideas.
La muestra tiene tres patas fuertes y varias perlas. Apenas entramos a la sala nos encontramos con una pared repleta de dibujos: bocetos y esquemas pertenecientes a treinta proyectos arquitectónicos y urbanísticos: garabatos de determinación exquisita.
Con el énfasis siempre puesto en el proceso proyectual, Fontana quiso además que la exposición funcione como contrapunto de la Bienal de Arquitectura, donde lo que predominan son proyectos terminados, “exitosos”. En la sala Cronopios asistimos a la cocina más auténtica del proceso creativo, donde pocas veces lo que importa son los resultados –excelsos– sino reflexionar sobre el espacio y el hombre que lo habita.
Si volvemos un poco sobre nuestros pasos hallamos una suerte de habitación pequeña. Desde adentro asoman una serie de tubos numerados: los planos en papel de cada una de las obras de Testa. El habitáculo blanco busca asemejarse al lugar original en el que esos archivos descansan en el estudio, pero inevitablemente nos remite a una experiencia de santuario: algo del orden de lo aurático se juega en esos papeles que alguna vez fueron sólo un objeto de trabajo.
Al fondo de la sala se encuentra Habitar, trabajar, circular, recrearse, una serie de paneles pintados en aerosol, del año 1974 y nunca mostrados de forma completa hasta ahora. Reflexión crítica sobre el proyecto urbanístico del Bajo Belgrano –del que él mismo había participado veinte años atrás–Testa ilustra con un estilo espontáneo la imposibilidad de realizar la utopía modernista en una ciudad donde habitar, trabajar y circular equivalen al hacinamiento y recrearse a derrumbarse frente al televisor.
Bodega de ideas. Clorindo Testa, delante de sus proyectos./JUAN JOSE TRAVERSO
El camino a esas pinturas está atravesado por una mesa con maquetas de papel y madera; pequeñas reflexiones lúdicas sobre algunos de los proyectos del estudio. También ahí están sus Apuntalamientos. El artista dio inicio en los sesenta a esta serie de intervenciones espaciales realizadas con vigas de metal o madera, no sin connotaciones críticas: el primero, Apuntalamiento para un museo, lo realizó en el Nacional de Bellas Artes; la arquitectura se vuelve instalación, la trama urbana el espacio a intervenir y el arquitecto y el plástico se funden en una misma intensidad creativa.
No faltan las referencias a sus proyectos más importantes: el Banco de Londres y la Biblioteca Nacional. También están el Forum de Tokio, la Universidad Di Tella, Ciudad Cultural Kónex, la Universidad del Salvador, el Museo de la Acrópolis y, por supuesto, el Centro Cultural Recoleta. Por último, un video de los últimos años, filmado por los mismos colaboradores jóvenes de su estudio, lo muestra con sus anteojos sobre la frente hablando de sus proyectos, pero también de la importancia de tomarse un café en soledad antes de empezar cada jornada, de la facultad y de por qué no puede resistirse a poner el capuchón correcto a cada uno de sus marcadores de colores.
Todo en Clorindo ha oscilado siempre entre la espontaneidad y la precisión. Así, la muestra se mueve entre el afecto, la admiración y el respeto por un hombre que, con la seriedad y el compromiso que sólo puede tener un niño al jugar, realizó algunas de las obras ícono del arte y la arquitectura argentinas.

Fuente: clarin.com

LA SAGRADA FAMILIA DE ANTONI GAUDÍ
ESTARÁ TERMINADA EN 2026

Llamada a ser la gran obra arquitectónica del catolicismo del siglo XXI, comenzó a ser construida en 1882



Concebida inicialmente como una obra neogótica, la Sagrada Familia terminó siendo una de las grandes obras del modernismo. Foto: Turismo de Cataluña
 
 
BARCELONA - La basílica de la Sagrada Familia, la gran obra de Antoni Gaudí, estará terminada en el año 2026, según manifestó hoy en Barcelona el arquitecto Jordi Faulí, que está al frente de la obra.
"Lo conseguiremos si mantenemos el ritmo actual de las obras", aseguró.
El 65 por ciento del templo está ya edificado.

Faulí (Barcelona,1959) está desde el año pasado al frente de un equipo de cuarenta personas dedicadas al estudio, proyecto y construcción de la fase final del templo. Es el noveno arquitecto en la dirección de la edificación de la basílica.
Llamada a ser la gran obra arquitectónica del catolicismo del siglo XXI, la Sagrada Familia comenzó a ser construida en 1882.
Un año después, Gaudí (1852-1926) entró en el proyecto y acabó asumiendo las riendas del mismo. A ella dedicó 43 años de su vida.

Concebida inicialmente como una obra neogótica, terminó siendo una de las grandes obras del modernismo.
El templo está en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. En noviembre de 2010 fue consagrada por el papa Benedicto XVI.

Símbolo de Barcelona, la obra cumbre de Gaudí es el monumento más visitado de la segunda ciudad de España.

Fuente: lanacion.com / EFE y DPA.

RÉCORD PARA UN CUADRO DE GARCÍA URIBURU

Se vendió en 827.000 pesos, la cifra más alta pagada por una obra del artista

“Utopía del Sur” (Nicolás García Uriburu, 1993. MNBA).

El pintor Nicolás García Uriburu, quien se hizo famoso en la década del 70 cuando coloreó de verde los canales de Venecia, volvió a ser noticia ahora por la venta récord de uno de sus cuadros.
Un coleccionista pagó 827.000 pesos por Sur, un mapa invertido de América del Sur, que había salido a subasta en la casa Arroyo con una base de 230.000 pesos. Según publicó hoy el diario La Nación, tras una rápida puja entre dos interesados alcanzó esa cifra final, un récord para el artista.
Sur, que mide 1,90 x 1,80, se expone en el Museo Cuevas de México. García Uriburu la pintó en 1990 y tiene el colorido que identifica toda su obra.

Fuente: clarin.com

EL ÚLTIMO PROYECTO DEL HOMBRE INVISIBLE CHINO



 Liu Bolin, el artista chino conocido como 'el hombre invisible' en un teatro de Beijing.
 La obra llamada 'Red Theatre', el último proyecto de Liu.

Fuente: Reuters