EN BUENOS AIRES LA MÚSICA SUENA CADA VEZ MEJOR

Opinión
Al prestigio del Colón se le agregó la Usina del Arte con sus salas sinfónicas y de cámara. Y se viene el Auditorio en el edificio del Correo.
USINA DEL ARTE. Contiene una nueva sala de música de cámara
Por BERTO GONZÁLEZ MONTANER *

Buenos Aires está enriqueciendo notablemente su oferta de espacios para disfrutar de la música. En los últimos años, se restauró y reequipó completamente la legendaria sala del Teatro Colón, se inauguraron las salas sinfónica y de cámara de la flamante Usina del Arte en La Boca y, según prometieron, para el año 2015 abrirá el Auditorio del Centro Cultural del Bicentenario en lo que fuera el Correo Central. Allí, en su sala principal llamada la “ballena azul”, funcionará la sede de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Lo más interesante, más allá de las cualidades espaciales de estas salas, es que todas suenan bien distinto. “Así es”, me lo confirmó Gustavo Basso, el reconocido especialista que intervino con el ing. Rafael Sánchez Quintana en el diseño acústico de estos templos de la música, luego de haber compartido unas piezas del joven pianista Horacio Lavandera en la sala sinfónica de la Usina del Arte. “Es que cada sala está diseñada acústicamente para responder a distinto tipos de música.” “¿Me equivoco o en el Colón el sonido suena más aterciopelado?” le pregunté. “Tal cual, me respondió, la diferencia es que la del Colón es una sala lírica, diseñada para que la voz llegue clara, y en esta sala sinfónica lo que se privilegia es que se perciba bien el timbre de cada instrumento.” Las cuatro salas tienen diseños particulares. La del Teatro Colón es un claro ejemplo de teatro italiano en herradura. Hoy es considerada como el mejor teatro lírico del mundo. Su objetivo acústico principal es lograr un adecuado balance entre los cantantes en el escenario y la orquesta en el foso. Pero según agrega Sánchez Quintana, “está en el límite entre una sala lírica y una sinfónica, lo que le permite reproducir muy bien una orquesta arriba del escenario”.
Otro tema que hace único al Teatro Colón es la extensión de la sala, una de las más grandes del mundo. Los espectáculos allí se hacen sin amplificar, por eso muchos cantantes líricos muy prestigiosos vienen a cantar por un cachet insignificante, porque demostrar que tienen el caudal de voz para “llenar” la sala les sube puntos en el mundo de la lírica.
El primer desafío que tuvieron que superar las salas de la Usina del Arte es que están construidas dentro de la carcasa de una usina eléctrica en desuso a la que le pasa raspando la ruidosa autopista Buenos Aires-La Plata. La sala más grande dedicada a la música sinfónica combina, según Basso, características propias de las salas tipo “caja de zapatos” del siglo XIX (planta rectangular y altura constante) con rasgos de diseño contemporáneo: dispositivos de acústica variable, reverberación a doble pendiente, reflexiones acústicas laterales dispuestas para aumentar la sonoridad a bajos niveles acústicos, etcétera.

USINA DEL ARTE. La sala fue realizada con materiales que evitan el ruido externo.

En la más chica, dedicada a la música de cámara, recientemente inaugurada, el gran problema fue el ruido de fondo de la autopista. Como recuerda Sánchez Quintana “el silencio es parte de la música. Entonces nuestros silencios deben ser absolutos, sin que nada interfiera”. Para aislarla construyeron un doble muro de contención, con dobles puertas entre otros recursos. Pero además de los acústicos tuvieron que enfrentar otro desafío: la forma de su planta elipsoidal, en principio poco adecuada para esta función. “Porque la forma cóncava produce que el sonido se focalice”, aseguran. Para superarlo, dispusieron una serie de superficies reflectoras colocadas estratégicamente y la revistieron con piezas de madera de gran poder de difusión que a su vez terminaron dándole el carácter a la sala.
La futura gran Sala Sinfónica del Centro Cultural del Bicentenario, actualmente en construcción en las entrañas del ex Palacio de Correos es para 2000 espectadores. Se basa en un diseño que combina elementos de los auditorios tipo arena (Philarmonie de Berlín, por ejemplo), de las salas tipo caja de zapatos (KKL de Lucerna) y desarrollos ad-hoc contemporáneos.
Para los especialistas en acústica no solo es cuestión de oído, para ellos hay un término clave y científico que define el tipo de cada sala: la reverberación. En pocas palabras es el tiempo que transcurre entre que se interrumpe la recepción directa de un sonido y la de sus reflexiones. En una sala lírica donde se debe poder balancear adecuadamente las voces con la orquesta, la reverberación debe rondar el 1,5 segundo; el Colón tiene 1,7. En una sala sinfónica, donde deben distinguirse claramente los timbres de los instrumentos, debe llegar hasta los 2, como sucede en la sala grande de la Usina. Para la sala de cámara de la Usina eligieron un tiempo de reverberación de 1,5 segundos, pero a la hora de definirla dicen que debe producir en el espectador una mayor sensación de intimidad acústica. “Casi como si los músicos estuvieran en el living de su casa”, concluye Basso.

* Editor general ARQ

Fuente: clarin.com

QUEBRADA, DETROIT PODRÍA REMATAR SUS OBRAS DE ARTE

Gran valor. “A orillas del Oise en Auvers”, un Van Gogh de la colección.

¿Qué pasaría si colocaran un cartel de “Liquidación por cierre” no delante de un bazar ni de una tienda de ropa, sino en la puerta de un museo? Por estos días, hay preocupación en el Detroit Institute of Arts (DIA), ante las versiones de posible venta de sus obras más caras para capear la deuda que hizo entrar a esa ciudad del norte de Estados Unidos en quiebra.
Los tiempos han cambiado: la época que apodó a Detroit como la “Motor City” –porque allí se habían afincado Ford, General Motors y Chrysler– quedó atrás, y ahora la ciudad tiene una deuda estimada de entre 18.000 y 19.000 millones de dólares. Por eso fue contratado Kevyn Orr, un administrador de emergencias que ordenó inventariar los activos de la ciudad y no dejó afuera a varias de las obras que componen la colección del DIA.
Con ese objetivo, Orr contrató a la casa de remates Christie’s para que tasara sólo las obras que pertenecen a la ciudad y que no tienen restricciones de ventas establecidas por quienes las donaron. Por ese trabajo, Christie’s recibirá 200 mil dólares, y se estima que las pinturas más valuadas de la institución podrían sumar unos 2.500 millones de dólares: es que hay obras de Van Gogh, de Caravaggio, de Rembrandt, de Matisse, de Brueghel y de Diego Rivera, entre otros.
Marta y María Magdalena, una obra de Caravaggio de 1598, recaudaría unos 100 millones de dólares si fuera subastada, por ejemplo.
El equipo encabezado por Orr intentó llevar calma sobre el tema: “No ha existido ni existe ahora ningún plan de vender arte. La evaluación de todos los activos de los que dispone la ciudad forma parte de un proceso integral de reestructuración”, aseguró el administrador. Y su vocero se expresó en el mismo sentido en la prensa local, aunque también indicó que los acreedores “pueden forzar la venta”.
Graham Beal, director del museo fundado en 1885, señaló en una carta que difundió el New York Times que el público del DIA se incrementó en un 40 por ciento respecto del año pasado y que recibe cada año unos 600 mil turistas. Lo hizo para destacar los puntos fuertes de la institución, a la vez que señaló como una versión que “podría desmayarlo” la idea de que se vendiera el patrimonio del museo. “Como activo perteneciente al patrimonio público, la colección de arte es inmune a la venta para saldar deudas”, escribió Beal.
Ante la consulta de Clarín, desde el DIA sostuvieron que no emitirían testimonio más allá del comunicado oficial de la institución en el que se aseguró que el DIA cooperará con la tasación de Christie’s pero que “mantiene la postura de que no hay razón para hacer la valuación ya que el Fiscal General dejó claro que la colección no puede venderse en el marco del proceso de quiebra”.
Thomas Campbell, director del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, aseguró: “Estoy seguro de que muchos directores de museos del país me acompañarán en el rechazo hacia considerar una colección de arte como un activo”.
Sin embargo, el pedido a Christie’s no fue revocado, y la preocupación continúa entre el personal del museo de una ciudad cuyos motores parecen haberse apagado.

Fuente: clarin.com


"SOUNDINGS: A CONTEMPORARY SCORE".
EL SONIDO IRRUMPE EN EL MOMA

Fotografía divulgada hoy, miércoles 31 de julio de 2013, por el Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York (MoMA) que muestra la obra de Camille Norment “Triplight. 2008". De esta forma el museo rompe la hegemonía artística de lo visual con su primera exposición dedicada al sonido, en una “banda sonora contemporánea" compuesta por 16 artistas que exploran el inasible espectro que se desglosa entre el silencio, la música y el ruido. Desde el 10 de agosto al 3 de noviembre, el visitante del museo neoyorquino tendrá que revisar su concepto de exposición para entrar en el pentagrama de “Soundings: A contemporary score", que da voz, literalmente, a una nueva generación de artistas que toman el relevo con fuerza a puntuales investigadores del sonido de los que se ha hecho eco el MoMA, como Laurie Anderson. EFE/MOMA/

Fotografía divulgada hoy, miércoles 31 de julio de 2013, por el Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York (MoMA) que muestra la obra de Camille Norment “Triplight. 2008". De esta forma el museo rompe la hegemonía artística de lo visual con su primera exposición dedicada al sonido, en una “banda sonora contemporánea" compuesta por 16 artistas que exploran el inasible espectro que se desglosa entre el silencio, la música y el ruido. Desde el 10 de agosto al 3 de noviembre, el visitante del museo neoyorquino tendrá que revisar su concepto de exposición para entrar en el pentagrama de “Soundings: A contemporary score", que da voz, literalmente, a una nueva generación de artistas que toman el relevo con fuerza a puntuales investigadores del sonido de los que se ha hecho eco el MoMA, como Laurie Anderson.


Fuente: EFE/MOMA

RECORDARÁN A MARTIN LUTHER KING

Los turistas ven el Memorial de Martin Luther King Jr. en Washington, DC. que debe estar terminado para el 28 de agosto, el aniversario 50 de su memorable discurso I have a dream (Yo tengo un sueño). (AFP) - See more at: http://hd.clarin.com/page/12#sthash.NeYdIvD6.dpuf

Los turistas ven el Memorial de Martin Luther King Jr. en Washington, DC. que debe estar terminado para el 28 de agosto, el aniversario 50 de su memorable discurso I have a dream (Yo tengo un sueño). (AFP)
Los turistas ven el Memorial de Martin Luther King Jr. en Washington, DC. que debe estar terminado para el 28 de agosto, el aniversario 50 de su memorable discurso I have a dream (Yo tengo un sueño).
 
Los turistas ven el Memorial de Martin Luther King Jr. en Washington, DC. que debe estar terminado para el 28 de agosto, el aniversario 50 de su memorable discurso I have a dream (Yo tengo un sueño). (AFP) - See more at: http://hd.clarin.com/page/12#sthash.NeYdIvD6.dpuf


Fuente: AFP

LA CREATIVIDAD COMO CLAVE DEL FUTURO

El valor de la innovación

El talento creativo es hoy un activo imprescindible para la realización personal y para el desarrollo económico y social de las naciones. Las neurociencias intentan descifrar las bases biológicas del fenómeno.


Por Facundo Manes / Para La Nación

Jorge Luis Borges reflexionó sobre el valor de la creatividad poética en una conferencia de 1983 en el Collège de France. Podría resultarnos sorprendente que las ideas centrales que guiaron estas consideraciones del último Borges estuvieran ligadas a la memoria, a la emoción y, sobre todo, al futuro.

Claro que Borges no fue el único en indagar sobre este tema. La fascinación por la creatividad fue una constante de siglos. Como sabemos, los antiguos griegos creían que la inspiración provenía de las musas. Durante la Edad Media, los filósofos distinguieron la creatividad artística de otros tipos de ingenio. Se pensaba que la creatividad era una habilidad única que sólo tenían ciertas personas elegidas. Hoy entendemos que el talento creativo no sólo no está reservado para unos pocos, sino que existe en todos los aspectos de la vida y es parte fundamental de todas las profesiones, desde la actuación hasta la carpintería o la ingeniería. También sabemos que, como cada aspecto de la experiencia humana, la creatividad se origina en el cerebro. Es por eso que las neurociencias están intentando estudiar las bases biológicas de este fenómeno.

Aunque no existe aún una definición de creatividad, en términos generales se considera creativo todo aquello que presente una visión novedosa u original sobre un problema. Muchas veces ese problema puede ser la forma en que representamos el mundo o la construcción de uno nuevo. Así es como se asocia la labor artística con la creatividad. Entendemos el arte como un rasgo distintivamente humano, y quizá da cuenta de una parte significativa de la evolución del cerebro.

¿Cómo nacen las ideas creativas? Suele ser muy decepcionante escuchar la explicación que incluso un artista genial suele dar respecto de dónde salieron sus ideas. Lo que es seguro es que ninguno de los grandes creadores tuvo una idea genial sin haberle destinado muchísimo tiempo previo a pensamientos profundos y obsesivos sobre un tema determinado. De hecho, hay más relación entre obsesión y creatividad que entre coeficiencia intelectual y creatividad. Según el escultor estadounidense Richard Serra, uno no quiere terminar convertido en un esclavo de sus propios trabajos o pensamientos previos, y el modo de evitarlo es mantenerse constantemente activo y hacer preguntas sobre lo que estamos haciendo y sobre lo que no entendemos. A menudo cuando las piezas comienzan a unirse, vemos cosas que no habíamos imaginado y que pueden llevarnos por una dirección diferente. En otras palabras, en términos de creatividad, la inspiración es para aficionados.

Muchos creativos reportan que ellos tienen ideas nuevas cuando no están pensando en nada: cuando el cerebro está desconectado, offline , procesa información intensamente. Sólo porque uno no esté concentrado en algo (o creyendo que no está concentrado) no quiere decir que el cerebro no está trabajando con la información adquirida previamente. Podemos decir que justamente éstos serían los mejores momentos para crear, ya que es cuando se está relajado, hay tiempo de inactividad y existe lo que se llama "sueños diurnos". El químico alemán Friedrich Kekulé cuenta en sus memorias que, cuando llevaba mucho tiempo intentando encontrar la huidiza estructura de la molécula de benceno, una tarde, mientras volvía a su casa, se quedó dormido. Allí comenzó a soñar con átomos que danzaban y chocaban entre ellos. Varios átomos se unieron y formaron una serpiente que hacía eses. De repente, la serpiente se mordió la cola y Kekulé despertó. A nadie se le había ocurrido hasta ese momento que la molécula pudiera tratarse de un compuesto cíclico. Esto se explica porque el sueño (en el cual, entre otras funciones, se repasan los eventos del día) también es un estado que facilita la creatividad. Durante el sueño hay actividades cerebrales que son similares a las que, según se comprobó, existen en períodos de creatividad. Y el despertar también es un momento propenso. Es famosa la anécdota de Paul McCartney sobre la noche de 1964 en que soñó la melodía de "Yesterday". Por la mañana, la cantó bajito y la escribió. El cerebro necesita un respiro o pausa ( downtime ) para la novedad.

Existen básicamente dos maneras de resolver problemas: una manera lógica (pensamiento lento y repetitivo) y una manera intuitiva. La actividad cerebral que se ve antes de que las personas resuelvan el problema con intuición es la activación de las áreas de imaginación y de asociación, que hablan entre ellas. Cuando estamos concentrados en encontrar una idea o una solución novedosa a un problema, no estamos permitiendo que trabajen en forma intensa las áreas que hacen nuevas asociaciones en el cerebro. Cuando se realiza el acto creativo el cerebro estaría en un estado oscilatorio, que posibilita la sincronización entre grupos neuronales de la misma área cortical o de áreas distantes entre sí que intervienen en una acción motora, tarea cognitiva o perceptiva.

El equipo de investigadores de la Universidad de McGill, en Montreal, escaneó el cerebro de Sting a través del resonador magnético funcional para observar qué partes de su cerebro estaban activas cuando improvisaba mentalmente una melodía que jamás había compuesto. Lo llamativo de los resultados fue la gran activación global de su cerebro. El proceso de creatividad claramente depende de una red muy compleja de nuestro cerebro. Otros investigadores observaron que cuando los músicos de jazz creaban algo nuevo, activaban áreas que generalmente están frenadas por la parte anterior -frontal- del cerebro.

Todo esto explica, a partir de un abordaje biológico, que para ser creativo hay que estar preparado, ser un poco obsesivo, un poco loco (no mucho), entender el problema de manera simple (muchas veces queremos hacerlo inteligentemente y, en realidad, todo es más sencillo), ser valiente, estar dispuesto a equivocarse (como supieron Galileo o Steve Jobs, muchas veces es bueno estar equivocado para luego estar en lo correcto) y, como dijimos, estar relajado.

Claro que existe una carga genética que predispone al talento creativo. Sin embargo, es el factor sociocultural el que juega un rol crucial, pues el acceso a experiencias de distinta naturaleza remodela las conexiones cerebrales necesarias para generar las soluciones innovadoras que resultan de este pensamiento divergente. El contexto y los factores sociales pueden estimular (o no) la explosión de creatividad.

Las sociedades de las que nacen los talentos creativos tienen una mayúscula responsabilidad sobre ese alumbramiento. Tanto es así que ellos se vuelven representantes de su sociedad y muchas veces esa ciudad o ese país es reconocido a partir de este gran hombre o mujer. También la sociedad se beneficia económicamente gracias a esos talentos. A gran escala, la llamada "economía creativa" o "industria creativa" es un factor de inmenso desarrollo. Este concepto abarca esencialmente la industria cultural (arte, entretenimiento, diseño, arquitectura, publicidad, gastronomía) y la economía del conocimiento (educación, investigación y desarrollo, alta tecnología, informática, telecomunicaciones, robótica, nanotecnología, industria aeroespacial). La creatividad humana es uno de los mayores recursos para las economías, ya que la principal riqueza de un país es su capital humano, un bien renovable cuyo viento de cola es la motivación.

Es que, como decíamos al comienzo, la creatividad no está circunscripta a una práctica específica, sino que es vital para todas las realizaciones humanas. ¿Cómo explicar, si no, el talento de una madre y un padre para administrar sus recursos módicos y lograr que a sus hijos no les falte nada? ¿Con qué capacidad el maestro alcanza eficazmente sus objetivos de educar a cada uno de los alumnos de su clase? ¿Cómo un proyecto solidario, una empresa incipiente o un Estado averiado logran salir a flote? "Es la creatividad, amigo", podríamos responder.

En la conferencia de 1983, Borges dijo también que la creatividad está ligada a la adversidad: "La felicidad es un fin en sí mismo y no exige nada, mientras que el infortunio debe ser transformado en otra cosa". Al seguir este razonamiento, podemos pensar que la potencialidad más grande que tenemos como comunidad es, justamente, eso: el reconocimiento de la carencia y de los recursos para transformarla en virtud; la memoria para aprender y la pasión para movilizarnos; y, por supuesto, la búsqueda obstinada de la solución. La creatividad resultará, entonces, nuestro recurso más valioso para construir ese futuro deseado.

Fuente: lanacion.com

EL CASTILLO DE LA BOCA Y SUS LEYENDAS

Se luce por su arquitectura y por los mitos que lo habitan: fantasmas, duendes y suicidios.
La torre del fantasma. El edificio, de más de un siglo, está en el cruce de Almirante Brown con Villafañe y Benito Pérez Galdós. / GERMÁN GARCÍA ADRASTI
Por Eduardo Parise


Quienes abonan la leyenda la llaman “la torre del fantasma”. Y hablan de gnomos y del suicidio de una pintora muy bohemia. Los más fantasiosos dicen que se escuchan ruidos de cadenas y gritos. Del otro lado están quienes descreen de todo eso, lo desmienten y agregan: nunca existió tal suicidio y todo es parte de otra incomprobable leyenda urbana. Son los que conocen al lugar como “el castillo de La Boca”. Lo concreto es que la construcción ya tiene más de un siglo y, con su estilo catalán modernista, sigue luciéndose en el cruce de la avenida Almirante Brown con la calle Wenceslao Villafañe y la avenida Benito Pérez Galdós, en ese barrio al que muchos vecinos todavía definen como “República”.
El edificio ocupa un terreno con forma de trapecio y cuentan que todo empezó cuando alguien con visión comercial le sugirió a María Luisa Auvert Arnaud que lo comprara para hacer allí una casa de renta. La mujer era una rica estanciera con campos en la zona de Rauch y aquello le pareció oportuno, ya que el barrio crecía fuerte por la llegada de muchos inmigrantes. Promediaba la primera década del siglo XX.
Así fue como ella le encargó la construcción al arquitecto Guillermo Alvarez, un hombre nacido en 1880 en la gallega provincia de Orense. Alvarez era hijo de un carpintero que emigró hacia la Argentina en 1885. Por su descendencia catalana, la mujer pidió que la obra tuviera la impronta de esa Catalunya lejana. Entonces el diseño tuvo la estética que imperaba en Barcelona.
Con planta baja y dos pisos, en la ochava (une las tres calles) la construcción (terminada en 1908) está rematada por una torre con almenas. Es el único sector del edificio que tiene un tercer piso. Además, la parte superior de la torre incluye un tanque de agua, posiblemente el primero de ese tipo que se instaló en La Boca. Ornamentada con motivos geométricos de gran factura, la torre acompaña la belleza del conjunto, también trabajado con delicadeza. En 1910, la Municipalidad le otorgó un primer premio por su arquitectura.
Dicen que cuando Auvert Arnaud vio el edificio, optó por convertirlo en su vivienda. Lo decoró a su gusto, trayendo hasta plantas desde España. Los que adhieren a la leyenda, incluyen entre esas plantas algunas con hongos alucinógenos. Y sostienen que en esos hongos solían habitar los “follet”, unos pequeños duendes traviesos que convirtieron el lugar en inhabitable. Cuentan que, por eso, la estanciera dejó el edificio y se fue a Rauch.
Allí es donde comienza la otra parte de la leyenda que incluye a una bella mujer llamada Clementina, una artista plástica que había venido a estudiar a Buenos Aires. La ubican viviendo en la torre, como una de las inquilinas que fueron allí cuando el edificio se convirtió en casa colectiva. Y agregan que una vez los duendes fueron fotografiados, se enojaron y provocaron el suicidio de Clementina, por instigación o por acción directa. Nunca pudo comprobarse, pero el mito se mantiene.
Y ya que se habla de mitos, no muy lejos del “castillo de La Boca”, en Barracas, también hay otros lugares que alimentan leyendas. Uno es “la casa de los leones”, una mansión que fue de Eustaquio Díaz Vélez. La construcción está en Montes de Oca al 100, junto a la ex Casa Cuna. Cuentan que ahí había tres leones enjaulados, a los que soltaban de noche para que protegieran la casa. Y dicen que cuando la hija de Díaz Vélez celebraba su compromiso con un joven, también de buena familia, un león se soltó y en medio de la fiesta despedazó al novio. Afirman que el dueño de la mansión mató al león con un certero disparo de escopeta. Y que, al poco tiempo, la deprimida hija terminó suicidándose. Pero esa es otra historia.

El castillo de La Boca, en las intersecciones de la avenida Almirante Brown y las calles Wenceslao Villafañe y Benito Pérez Galdós. (Germán García Adrasti)

Fuente: clarin.com

¿QUÉ SERÁ DE LOS RIVERA DE DETROIT?

Amenazados. Una parte de los murales del artista mexicano.

Detroit se declara en bancarrota y preocupa qué va a pasar con las obras de arte que atesora su Instituto de Artes.
Ayer el especialista en arte latinoamericano, Gregorio Luke, dio la alarma por algunas piezas, entre ellas, 12 murales del mexicano Diego Rivera: le preocupa que las obras caigan en manos privadas.
Rivera pintó los murales en 1932, por encargo de Henry Ford. La obra narra el proceso de creación de varias industrias; los más famosos son los del automóvil, desde que la materia prima se extrae de la tierra, la creación de las piezas, ensamblaje, hasta el producto terminado que es un vehículo.
El especialista afirmó que las obras terminarán en manos privadas, si los acreedores de la ciudad los subastan para recuperar el dinero adeudado.

Fuente: clarin.com