EL ANTES Y EL DESPUÉS DE UNA FOTO

El fotógrafo estadounidense Steve McCurry posa junto al inolvidable retrato de la niña afgana de ojos verdes publicado por National Geographic en 1985 en el museo für Kunst und Gewerbe en Hamburgo. (EFE)
El fotógrafo estadounidense Steve McCurry posa junto al inolvidable retrato de la niña afgana de ojos verdes publicado por National Geographic en 1985 en el museo für Kunst und Gewerbe en Hamburgo. (EFE)
Fuente: EFE

GUY LORGERET EN RENNES

Esculturas realizadas por el artista Guy Lorgeret y llamadas “retorno a Betton" instaladas en un parque de la ciudad de Rennes, Francia. Las esculturas representan gente migrando en bicicletas, reclamando por su libertad mientras rechazan competir entre ellas. (AFP)
Esculturas realizadas por el artista Guy Lorgeret y llamadas “retorno a Betton" instaladas en un parque de la ciudad de Rennes, Francia. Las esculturas representan gente migrando en bicicletas, reclamando por su libertad mientras rechazan competir entre ellas. (AFP)
Fuente: AFP

LA CIUDAD ACUSA A LA NACIÓN
DE IMPEDIR EL ACCESO A LA PLAZA COLÓN




El gobierno porteño denunció que la Casa Rosada tiene "tomada" la plaza Colón, luego de la remoción de la estatua del descubridor de América, realizada el sábado pasado a pesar de que existía una orden judicial que impedía al Gobierno su desmantelamiento sin acuerdo previo con las autoridades de la ciudad. Funcionarios locales intentaron ingresar en el predio para verificar el estado de la escultura monumental , pero no pudieron hacerlo.
La estatua yacía ayer de cara al cielo, sobre unas tablas de madera, presuntamente para ser restaurada, tal indicaron desde la Nación. La Policía Federal custodia la plaza enrejada, cerrada con candado, y no permite el ingreso de nadie.
"Hemos ido con una orden de la fiscal [Verónica] Guagnino, como hace algunas semanas, para ingresar en la plaza, pero fue imposible. Esto es grave, ilógico, no es posible que alguien tome una plaza como un lugar propio. Si la policía no atiende la orden de la Justicia, ¿a quién responde? Usaron la fuerza pública para impedir nuestro paso. Nuestra sospecha es que van a mudar el monumento a Colón", dijo ayer a LA NACION Patricio Distéfano, subsecretario de Uso del Espacio Público porteño.
El gobierno porteño dispuso la custodia de agentes de Espacio Público de la ciudad en el exterior de la plaza Colón para evitar que la Nación intente trasladar la estatua a Mar del Plata, como es su intención, hasta ahora impedida por una orden judicial.



Diatribas de Parrilli

No lejos de la plaza Colón, allí donde está emplazado el Monumento España Civilizadora, en el final de la Costanera Sur, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, habló con los medios de prensa. "Hay que dar una discusión de fondo, seria, profunda, racional sobre los símbolos que nos representan a todos los argentinos, y sobre quién debe estar en la sede de la Casa de Gobierno, y nosotros no escapamos a eso", dijo.
Agregó: "La Presidenta entendió que Juana Azurduy es la indicada para eso, porque no sólo fue una gran luchadora por la independencia argentina, es una mujer y no hay monumento a la mujer que luchó por la independencia argentina [...] Otros preferirían que sea la de un representante del FMI o de la reina de Inglaterra".
En un ataque directo a Mauricio Macri, Parrilli dijo: "Si tanto le gusta al jefe de gobierno, debería cuidar este monumento que está aquí tirado. Nosotros hicimos lo que corresponde y vamos a restaurar el monumento [a Colón] por más que les pese a Macri y a [Horacio] Rodríguez Larreta". Añadió: "Macri no tiene autoridad ni política ni de gestión" para "acusar al gobierno nacional de que no está respetando o conservando los monumentos históricos" de la ciudad.
La respuesta vino de boca de Rodríguez Larreta, que ayer dijo a Radio 10: "Hay una orden de un juez que dice que no se puede trasladar, que si hubiera que hacer un arreglo, se tendría que hacer en forma conjunta. Se «cagaron» olímpicamente en la orden del juez y avanzaron igual". Con Ironía, agregó: "Es increíble que se genere un conflicto por la ubicación de la estatua de Cristóbal Colón. Si se permite, se llevan el Obelisco sin avisar".
El fallo, firmado el 12 de junio por la jueza María Alejandra Biotti, obliga al Gobierno a "abstenerse de concretar cualquier acto que implique el traslado del monumento [...], sin perjuicio de las medidas [...] para la conservación y/o preservación". En ese caso, resolvió que las tareas se harán "en concurrencia con las autoridades respectivas [el gobierno de la ciudad]". El plazo de vigencia de la medida es de tres meses.
LA NACION anticipó en la edición de ayer que el Gobierno había pagado por lo menos US$ 84.536,58 dólares por la contratación de grúas hidráulicas, por una semana, para remover el monumento. Ayer, las empresas Alpa Vial SA (a la que el Gobierno encomendó la remoción de la estatua) y Tecmaco (subcontratada), no quisieron responder a las inquietudes de este medio.


Más denuncias

Ayer, la ONG Basta de Demoler presentó una denuncia contra el Gobierno en el Juzgado Federal N°3, a cargo de Daniel Rafecas, por violación del derecho ambiental (artículo 41 de la Constitución nacional) y con el fin de que se restituya el monumento a Colón que fue removido el sábado pasado de su emplazamiento original.
"Es necesario que se inicie la investigación sobre la presunta comisión del delito de abuso de autoridad precisamente por el obrar contrario a la Constitución y las leyes por parte de la señora Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, tipificado en el Código Penal...", dice la denuncia presentada por el abogado ambientalista Mariano Julio Aguilar.
Así, el monumento a Colón donado por la comunidad italiana hace casi 100 años sigue en medio de una disputa política.


Como si el huésped se llevara los muebles

Por Horacio Savoia / Para LA NACIÓN

La remoción del monumento a Colón viola dos leyes nacionales y un artículo de la Constitución porteña. En todos los casos, lo que se advierte es el desconocimiento del ordenamiento legal por parte de la Secretaría General de la Presidencia.
La ley 5105, de 1907, autoriza la aceptación del monumento, donado por la comunidad italiana. El texto determina que el lugar de su emplazamiento debe ser la plaza Colón, la misma que hoy conocemos, que se llama así desde 1894. Cualquier cambio en ese sentido exige, por lo tanto, una modificación de esa ley.
Por otro lado, la ley 1029, de 1880, que declara capital el municipio de Buenos Aires, señala que los edificios municipales, como por ejemplo los monumentos, "no pierden su carácter". Esto significa que la Nación no puede disponer de ellos, ya que su condición es la de edificio municipal.
Legalmente la situación es muy clara, pero si aún faltara alguna otra explicación, podría citar las palabras de Carlos Tejedor, quien en su momento señaló que "el gobierno nacional es un huésped de la ciudad". Un huésped calificado, por supuesto, pero huésped al fin. Con este episodio de la remoción de la estatua de Colón, estamos ante una escena en la que el huésped dispone de los bienes del dueño de casa.
Al mismo tiempo, el artículo 81 de la Constitución porteña también es muy claro cuando le reconoce a la Legislatura la facultad inalienable de disponer el emplazamiento de monumentos y esculturas (artículo 7) y legislar en materia de preservación y conservación del patrimonio cultural (artículo 8). Por lo tanto, es evidente -como bien lo indica la sentencia interlocutoria vigente- que lo que se ha producido es una violencia contra el ordenamiento legal.
La lesión que se ha cometido atenta contra las leyes nacionales y la Constitución porteña. Las colectividades italiana y española no son las únicas agraviadas; también lo es, por estas razones, el resto de la sociedad argentina.

Fuente: lanacion.com

CUANDO LA PLAZA LIBERTAD FUE UN CAMPO DE BATALLA

Fue en 1890, a pocas cuadras donde 46 años más tarde estaría el Obelisco. Un intento por derrocar a Juárez Celman dejó 150 muertos.

Escenario. La plaza ocupa la manzana de Cerrito, Paraguay, Libertad y Marcelo T. de Alvear. / LORENA LUCCA

Por Eduardo Parise

Fue una batalla brutal, con cientos de muertos y heridos. Y ocurrió a pocas cuadras del Obelisco, pero 46 años antes de que existiera el Obelisco. Ya hacía una década que Buenos Aires era la Capital Federal, algo que también había generado enfrentamientos en la Ciudad. Sin embargo aquel combate, ocurrido en julio de 1890, tuvo un escenario impensable para quienes, desconociendo ese pasado, lo recorren hoy: la actual plaza Libertad.
Ocupa una manzana, entre las calles Cerrito, Paraguay, Libertad y Marcelo T. de Alvear. Y como símbolo de identidad, en el centro tiene una estatua hecha en bronce que recuerda a Adolfo Alsina, una obra del francés Aimé Millet. Instalado en 1882, el monumento evoca a ese caudillo unitario que fue gobernador de la provincia de Buenos Aires y vicepresidente de la Nación, cuando el presidente era Domingo Faustino Sarmiento. El monumento fue el lugar junto al cual, durante los combates de 1890, se amontonaban los cadáveres de los caídos en la batalla.
Aunque el número exacto nunca se precisó, los historiadores hablan de más de 150 muertos, que eran transportados hasta el lugar en carretillas. También recuerdan a más de 300 heridos, asistidos en la vecina capilla de Nuestra Señora de las Victorias (que ya estaba junto al asilo y colegio de Paraguay, entre Libertad y Talcahuano), convertida en banco de sangre.
¿Cuál había sido el origen de semejante masacre? En la madrugada del 26 de julio de 1890 unos 900 militares y 300 civiles (muchos de la recién fundada Unión Cívica) iniciaron un proceso revolucionario destinado a derrocar al presidente Miguel Juárez Celman, concuñado de Julio Argentino Roca, quien lo había precedido en el cargo. A los rebeldes los lideraba el general Manuel Jorge Campos. El foco rebelde se situó en los cuarteles del viejo Parque de Artillería que estaba donde ahora se encuentra el Palacio de Tribunales, frente a la plaza Lavalle. Pero el gobierno decidió enfrentarlos y organizó tropas al mando del general Nicolás Levalle (ministro de Guerra), a quien acompañaron el coronel Capdevila (jede de la Policía) y el general Donato Alvarez (jefe del Estado Mayor).
Los tiroteos empezaron cerca de las 9 de la mañana. Y cuentan que hubo un momento en que las tropas del gobierno casi sucumben. Hubo un gran desbande cuando a Levalle y a varios de sus oficiales les mataron los caballos. Pero el ministro se repuso y logró reagrupar a los soldados en la plaza Libertad. Dicen que a algunos lo llevó a cintazos y a punta de pistola desde los andamios de la obra del primer edificio del teatro Coliseo, que estaba en construcción. Allí, les hizo cantar el Himno y volvieron al combate. Al rato, también llegaba el vicepresidente Carlos Pellegrini.
Mientras los cadáveres, tapados con lonas, se apilaban junto al monumento a Alsina, el coronel Ignacio Garmendia pensó un plan. Como cada avance frontal contra el Parque de Artillería terminaba en masacre, propuso ir perforando paredes de las casas de dos manzanas y mover a las tropas por ese circuito para llegar por un flanco y atacar a los rebeldes por sorpresa. Al día siguiente hubo una tregua, pero la suerte de los revolucionarios estaba echada. Fue derrota, aunque en agosto Juárez Celman dejó el gobierno y asumió Pellegrini.
Después, la plaza Libertad volvió a ser parque público como lo habían pensado en 1809 algunos vecinos de la zona y como lo habían propuesto, en plena Revolución de Mayo, Manuel Belgrano, Cornelio Saavedra y Manuel Castelli. Ellos la habían denominado plaza “Fernando VII”, dejando atrás el nombre de doña Engracia, una negra que, a fines del siglo XVIII, se había instalado en ese “hueco” lleno de pajonales. En 1822 ya se llamaba plaza de la Libertad.
Los ruidos de balas y cañonazos quedaron en el pasado. Las fogatas del vivac de los combatientes también. Pero el recuerdo de aquellos duros momentos siempre flotará en el aire. Lo mismo ocurre junto al puente Alsina, en Pompeya. Allí, en junio de 1880, la guerra civil enfrentó a tropas nacionales con tropas bonaerenses. Aquella vez hubo 1.200 muertos. Pero esa es otra historia.


Fuente: clarin.com

CUSTODIAN LA ESTATUA DE COLÓN
PARA EVITAR QUE LA TRASLADEN

El sábado fue removida en la plaza que está detrás de la Rosada y la Ciudad dejó una guardia para que no se la lleven. En la Justicia buscarán frenar a la Nación, que quiere mudarla a Mar del Plata.

Acostado. La escultura está sobre una tarima de madera. Especialistas dicen que esa posición podría afectar seriamente una estructura que ya exhibe muestras de deterioro.
Por Einat Rozenwasser

Después del revuelo del sábado, el parque Colón, detrás de la Casa Rosada, recuperó la calma. En cada uno de los accesos, un móvil de la dirección de Tránsito de la Ciudad custodiaba los movimientos para evitar que la estatua de Colón fuera trasladada. Del otro lado de la reja, la figura de seis metros del navegante genovés seguía recostada sobre la tarima en la que la habían dejado el día anterior. Y había un agente de la Policía Federal y un gendarme que cumplían su guardia. Tanto desde el Gobierno porteño como desde la ONG Basta de Demoler anticiparon que hoy recurrirán a la Justicia para impedir que se lleven el monumento.
El jefe de Gabinete del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en declaraciones a Radio 10 catalogó de “increíble” el avance del Gobierno nacional sobre la medida cautelar que suspendía por tres meses “cualquier acto que implique el traslado del monumento”. Y apuntó que la Nación “busca el conflicto por el conflicto mismo”. Desde el Gobierno, al igual que el sábado, siguió el silencio oficial.
En marzo Clarín anticipó en exclusiva las intenciones del Gobierno nacional de mudar el monumento a Cristóbal Colón a Mar del Plata para reemplazarlo por otro que homenajea a Juana Azurduy. El 31 de mayo intentaron desmontar la estatua, pero funcionarios porteños y representantes de ONGs lograron impedirlo y presentaron un amparo. A mediados de junio, la jueza subrogante María Alejandra Biotti, del Juzgado Contencioso Administrativo Federal N° 12, dictó la medida cautelar. ¿Qué dice? “El Poder Ejecutivo Nacional deberá abstenerse de concretar cualquier acto que implique el traslado. Ello, sin perjuicio de las medidas que pudiera adoptar para la conservación y/o preservación del monumento”. En esa línea fue la explicación que dio el sábado el ingeniero Juan Arriegue, a cargo del operativo. Aseguró que se desmontaba la estatua para restaurarla y que luego volvería a su lugar.
¿Era necesario bajarla para repararla? “La información brindada por los responsables del proyecto es fragmentaria y contradictoria. No tenemos acceso a la evaluación ni se ha dado a conocer en qué consiste el proyecto, más allá de la búsqueda constante de razones que justifiquen sacar ese monumento”, respondió Marcelo Magadán, arquitecto especialista en conservación de Monumentos Históricos, que había realizado una inspección del de Colón en 2012. Y agregó: “Es una falacia que exista la necesidad de desmontar la estatua para restaurarla. En este caso, el desmonte se habrá de convertir en un nuevo y decisivo factor de destrucción de la obra”.
María del Carmen Arias Usandivaras, abogada de Basta de Demoler, anticipó que hoy presentará denuncias penales en la Justicia Federal contra el Gobierno nacional y contra el porteño: “Uno por hacer y otro por no impedir”, explicó. También hará una presentación en el Juzgado Contencioso Administrativo Federal N° 12. En tanto Gerardo Gómez Coronado, defensor adjunto del Pueblo de la Ciudad, dijo que además de acompañar la acción de las ONGs van a reiterar el oficio para que el Gobierno de la Ciudad sea actor principal en este conflicto, tal como establece el convenio firmado en 2007 para la utilización del Parque Colón.

El monumento ahora corre más peligro, según los especialistas

“Todo movimiento entraña un riesgo para la obra. Más cuando esto no parece necesario”, sostiene Marcelo Magadán, arquitecto especialista en conservación y restauración que a principios de 2012 realizó un estudio sobre este monumento a pedido de las autoridades nacionales. “A la luz de las normas internacionales de conservación y manejo del patrimonio cultural no hay un solo motivo que justifique desmontarla. Un tema sobre el que ya se está hablando en distintos foros dedicados a la especialidad”, sostiene.
El hecho de que permanezca recostada también puede ser perjudicial para la obra. “Las fisuras que presentan algunos bloques del monumento siguen las líneas naturales de las fallas del material. Los escultores que trabajan con mármol saben que los bloques tienen vetas y que hay un modo correcto de emplearlos para que funcionen correctamente desde el punto de vista estructural”, explica. Y agrega: “Ese bloque estaba preparado para que Colón esté parado. Que haya soportado en posición vertical sin mayor problema estos 90 años es una manera de comprobarlo. Esto, a pesar de que las piernas son más angostas que el resto del cuerpo. Ahora lo acostaron, lo apoyaron sobre su lado débil. Hay una fisura (irrelevante para posición vertical) debajo de la capa y por encima de su pierna derecha, por la que podría producirse una fractura con la obra acostada, ante vibraciones o golpes”.
En función del diagnóstico que habían realizado, estima que la reparación llevaría entre seis y ocho meses. Y luego habría que volver a colocarla en su lugar, con el riesgo que este movimiento implica.

Fuente: clarin.com

LA REMOCIÓN DE COLÓN YA COSTÓ POR LO MENOS US$ 84.536

Disputa




La remoción del monumento a Cristóbal Colón frente a la Casa Rosada le costó a la Nación US$ 84.536,58 dólares por una semana. Pero el monto total seguramente será mucho mayor, ya que la maquinaria estuvo detenida en la plaza Colón durante un mes. Sólo el alquiler de la mayor de las grúas cuesta US$ 23.500 semanales.
Así se desprende del presupuesto entregado por la firma Alpa Vial SA -contratada por el Gobierno para el operativo-, que a su vez subcontrató a la empresa de grúas Tecmaco, que anteayer removió la estatua .
Los trabajos son materia de fuerte disputa. Fuentes de la Subsecretaría de Obras de la Nación destacaban ayer que la estatua de Colón donada a la Argentina por la comunidad de inmigrantes italianos había sido removida sólo para "restaurarla". La Ciudad insiste en que la Nación no tenía el permiso para hacerlo y adelantó que recurrirá a la Justicia.
LA NACION accedió a documentos (facturas y presupuestos) en los que la empresa Alpa Vial detalló cómo sería la remoción de la estatua y su eventual traslado a Mar del Plata. De hecho, el 21 de mayo, días antes del primer intento fallido para llevar la estatua a Mar del Plata, la empresa Tecmaco presupuestó a la firma Alpa Vial (a la que el Gobierno encomendó la remoción de la estatua) el alquiler y la movilización de una grúa telescópica Demag de 200 t, una Tadano Tx 500 de 50 t, y otra telescópica de 120 t, entre otros equipamientos y gastos, con un costo de 84.536,58 dólares.
En cuanto a las condiciones de contratación, Alpa Vial exigió un anticipo de US$ 21.172,70 y un saldo con un cheque a 30 días, documento firmado por el ingeniero Guillermo F. Baduna. LA NACION logró contactar ayer a Ariel Rodríguez, de Alpa Vial, quien formó parte de las negociaciones por la contratación, pero no quiso responder a ninguna de las inquietudes. "Debe contactarse mañana [hoy] con la empresa, me está haciendo muchas preguntas", se excusó.
El 27 de mayo, Tecmaco emitió una factura (N°0006-00001572) para Alpa Vial, domiciliada en avenida Luro 3071, Mar del Plata, por US$ 21.152,70 por la prestación de equipos y grúas. El 30 de mayo, Tecmaco envió un recibo a Alpa Vial por 111.474,72 pesos. Un día después comenzaron los primeros movimientos de las grúas detrás de la Casa Rosada.
Eduardo Corbacho, gerente de Alquileres de Tecmaco, dijo ayer a LA NACION que al no estar en su oficina no le era posible corroborar los costos económicos de la operación.
Nadie supo responder, además, cuánto le cuesta a la Nación tener las grúas detenidas en la plaza Colón por cuatro semanas, teniendo en cuenta que el presupuesto inicial era de 84.536 dólares por el operativo, que demandaría siete días.
Por encontrarse en infracción, la Ciudad le labró multas de tránsito a las grúas, que presentaron un plan para entrar y salir del microcentro.
El monumento a Colón estaba protegido por una cautelar de la Justicia que impide su traslado. El Gobierno prevé llevarla a Mar del Plata y colocar en su lugar una estatua donada por el presidente de Bolivia, Evo Morales, en homenaje a la heroína de la independencia Juana Azurduy.
El fallo, firmado el 12 de junio por la jueza María Alejandra Biotti, obliga al Gobierno a "abstenerse de concretar cualquier acto que implique el traslado del monumento [...], sin perjuicio de las medidas [...] para la conservación y/o preservación". En ese caso, dictamina que se hará "en concurrencia con las autoridades respectivas". El plazo de vigencia de la medida impuesto por la jueza es de tres meses a partir de la sentencia.
Esa orden judicial hacía lugar parcialmente a una medida cautelar solicitada por la asociación Basta de Demoler, que procuraba impedir el desplazamiento del monumento.
Y reafirmaba, a su vez, lo establecido en una medida precautelar del 31 de mayo, en la que también se prohibía trasladar el conjunto escultórico. Sin embargo, y a diferencia de la cautelar de junio, en la orden de mayo también se impedía el desmantelamiento. Esa medida, firmada por la jueza Claudia Rodríguez Vidal, imponía "interinamente" al Poder Ejecutivo nacional "abstenerse de concretar cualquier acto que implique el desmantelamiento".
La diputada nacional Graciela Ocaña (Confianza Pública) dijo a LA NACION que "es increíble que Cristina Kirchner viole una medida cautelar dictada por la Justicia al remover la estatua de Colón. La Presidenta debe comprender que debe cumplir con las decisiones judiciales".


El conflicto, paso a paso

Pujas entre Nación y Ciudad por la estatua de Colón
  • A Mar del Plata
    El gobierno nacional ordenó la remoción y el traslado a Mar del Plata del Monumento a Colón, ubicado detrás de la Casa Rosada

  • Negativa local
    El gobierno porteño se negó a dicha mudanza, teniendo en cuenta que la plaza Colón está bajo su jurisdicción

  • Amparo de vecinos
    La Justicia hizo lugar parcialmente a una medida cautelar solicitada por la asociación Basta de Demoler, que procuraba impedir el desplazamiento del monumento

  • Otra vez a la carga
    Pese al fallo judicial que impide su remoción y traslado, anteayer el Gobierno decidió quitar el Monumento a Colón "para restaurarlo", según indicaron oficialmente


    Fuente: lanacion.com

CON LA EXCUSA DE RESTAURARLA;
DESMONTARON LA ESTATUA DE COLÓN

Demoraron cinco horas para mover la estructura; el gobierno porteño afirma que es otra provocación de la Nación; para Rodríguez Larreta, si siguen así "se llevan hasta el Obelisco"


La operación comenzó después del mediodía y se extendió durante cinco horas. Unos diez operarios sujetaron el cuello y los brazos de la estatua de Cristóbal Colón con eslingas que, más tarde, se engancharon a una gigantesca grúa. Ante un público atónito -e indignado- y bajo la supervisión de un dron -una suerte de pequeño helicóptero con una cámara de video y manejado a control remoto-, el bloque de mármol comenzó a moverse y quedó suspendido en el aire, hasta terminar recostado sobre una tarima próxima a la obra. El pedestal, también de mármol, sobre el que se apoyaba la figura de Cristóbal Colón quedó vacío. Detrás, las luces de la Casa Rosada se encendieron.

Asi, terminaba un nuevo capítulo -que no será el último- de la disputa entre el gobierno nacional y el de la Ciudad, enfrentados por la remoción de la estatua. El monumento estaba protegido por una cautelar de la Justicia que impide su traslado. La estatua de Colón fue donada a la Argentina por la comunidad de inmigrantes italianos, en ocasión del primer centenario de la Independencia.

Un proyecto del gobierno nacional prevé su traslado a Mar del Plata para colocar en ese sitio una estatua donada por el presidente de Bolivia, Evo Morales, en homenaje a la heroína de la independencia, Juana Azurduy.

El ingeniero Juan Alberto Arriegue, responsable de las tareas que se realizaron ayer, aseguró a la nacion que el levantamiento de la estatua estaba destinado a su "conservación y mantenimiento", y que no se preveía "ningún traslado que la deteriore". Explicó a su vez que las obras, a cargo de la empresa Alta Vial SA (contratada, según dijo, por la Subsecretaría de Obras de la Nación), se emprendieron debido a que "el capitel [la pieza sobre la que se apoyaba la escultura y que corona el pedestal] está partido en dos".

"Hay riesgo de colapso y no podemos dejar que avance el deterioro", afirmó. Argumentó que "en el marco de la justicia se permiten realizar trabajos de mantenimiento", y adelantó que las tareas de restauración del capitel se extenderán durante una semana.

Una orden de la jueza María Alejandra Biotti (ver aparte) impedía al Ejecutivo Nacional a "trasladar" el monumento y le imponía que, en el caso de que se realizaran obras de preservación, estas debían emprenderse "en concurrencia con las autoridades respectivas".

Según afirmó a la nacion Tomás Insausti, jefe de gabinete de la Dirección General de Inspección del Uso del Espacio Público del gobierno de la ciudad, ésta no fue notificada previamente del inicio de las obras.

El funcionario relató además que los efectivos de la Policía Federal y Gendarmería que custodiaba la entrada a la Plaza Colón prohibieron el ingreso del personal del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño. A su vez, el pedido de realizar un peritaje en conjunto sobre el monumento con una comisión que representara a la Ciudad tampoco fue atendido.

La fiscal Sandra Guagnino -de la Cámara en lo Contravencional N° 2 porteña- explicó que Alta Vial SA "no tiene el permiso de la Ciudad ni ningún otro para proceder con las obras". Afirmó además que la fiscalía tampoco tuvo acceso al monumento para inspeccionar los daños, ya que la Plaza se encuentra custodiada y enrejada. Por esto ordenó a la Policía Metropolitana que custodie el lugar para evitar la salida del personal a cargo de las obras y las grúas.

En relación a la remoción de la estatua, el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, sostuvo que se trata de "una provocación a la comunidad italiana, a todos los porteños, a la Justicia y al gobierno de la ciudad", y aseveró: "El fallo es clarísimo. No se puede tocar el monumento. Como ya dije, si siguen así, se van a terminar llevando el Obelisco".
Mientras se desmantelaba el monumento, la presidenta de la asociación Basta de Demoler, impulsora de la medida cautelar para proteger la obra, junto con el defensor adjunto del pueblo, Gerardo Gómez Coronado, radicaban una denuncia en la comisaría 2a.


Fuente: lanacion.com