Es posible evadirse de la tarde gris plomo: la pupila vibra
desconcertada en el MACBA. Estamos viendo Manuel Espinosa. Geometría en
movimiento , una selección de 40 obras provenientes de la Colección
Espinosa, que reúne óleos sobre tela y cartón, tintas sobre papel y
objetos realizados por el artista desde fines de la década del 50 hasta
principios de los años 80.
Con curaduría de Ayelén Vázquez, la
muestra propone revisar las reelaboraciones del lenguaje plástico del
artista tras su alejamiento de la abstracción geométrica de tendencia
constructivista y acercar su producción al arte cinético óptico
latinoamericano de la década del 70.
Las formas avanzan y
retroceden suavemente. El ojo obnubilado pide más. Con simetría de
traslación, el círculo, módulo que se repite de manera seriada en las
obras de Espinosa (en los setenta será el cuadrado), genera una sutil
sensación de movimiento. Sigue el festín para la pupila: los círculos de
contornos difusos parecen desplazarse lentamente. En ocasiones, la
inestabilidad del color se desata por las variaciones de valor; otras
veces, por el uso de complementarios o por las transparencias y
superposiciones.
Con exquisita sutileza, Manuel Espinosa exhibe
su pasión por el color y las cualidades de la materia. Visiones
cinéticas: cuando los fondos son blancos, las figuras parecen flotar y
se acrecienta la sensación de dinamismo; en cambio, los fondos más
coloridos y de valores más bajos frenan esa impresión.
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Basie, 1968. Oleo sobre tela. 150 x 150 cm. |
“El juego
figura-fondo está relacionado con la incapacidad del cerebro para
decidir entre varias hipótesis perceptivas, entonces oscila entre ambas,
y la forma se vuelve inestable o ambigua”, dice la curadora en el
catálogo de la muestra.
El juego retiniano se vuelve intenso con
las deslumbrantes tintas sobre papel, verdaderas joyitas. Las líneas
negras de distinto grosor, a puro contraste con el fondo blanquísimo,
generan un efecto de extrema inestabilidad de la forma: el ojo ve pura
vibración enloquecida.
Esta sensación se puede experimentar
también cuando uno recorre las salas a través de las rampas que conectan
los pisos de exhibición. Con una estructura de hormigón a la vista, el
MACBA se caracteriza por una estética bien minimalista.
En las
hermosas cajas de chapa con formas cóncavas, el movimiento se produce a
medida que uno se desplaza. Cerca está “El juego de la Matusa”, que el
artista diseñó para la muestra El juguete , en el Museo Castagnino de
Mar del Plata. Las placas encastradas, al superponerse, producen un
efecto muy bello: nuevos colores sobre las propias placas y en las
sombras proyectadas.
Una mesa con placas de acrílico de colores,
similares a las que usó el artista para hacer su obra, invita al
espectador a crear su propia escultura. Anímese.
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Apicum, 1969. Oleo sobre tela, 100 x 100 cm. |
En 1945, tras un
breve período surrealista, Manuel Espinosa fue uno de los miembros
fundadores de la Asociación Arte Concreto-Invención, con Tomás
Maldonado, Lidy Prati, Enio Iommi, Alfredo Hlito, Raúl Lozza y otros. Al
año siguiente firmó el Manifiesto invencionista , que sostenía, por
ejemplo: “La era artística de la ficción representativa toca a su fin.
Las consideraciones en torno a la naturaleza de lo Bello ya no tienen
razón de ser”. Y ponía en primer plano la capacidad inventiva del
artista. Nada de azar, sólo vocación.
No había vueltas: el arte
concreto debía ser pura invención. “La pintura –escribió Espinosa–
liberada por las invenciones mecánicas de la necesidad de la copia, se
encuentra hoy en mejores condiciones que nunca para atender a sus
valores propios, éste es el sentido que reviste, en general, el arte no
representativo, que no es alejamiento del hombre o desinterés de sus
problemas esenciales, sino, por el contrario, afirmación de su poderío
mental y técnico.” La Asociación Arte Concreto- Invención sostuvo que
“el arte representativo tiende a amortiguar la energía cognoscitiva del
hombre, a distraerlo de su propia potencia. La materia prima del arte
representativo ha sido siempre la ilusión. Ilusión de espacio. Ilusión
de expresión. Ilusión de realidad. Ilusión de movimiento. Formidable
espejismo del cual el hombre ha retornado siempre defraudado y
debilitado”.
Y disparaba con virulencia: “Por el júbilo
inventivo. Contra la nefasta polilla existencialista o romántica. Contra
los subpoetas de la pequeña llaga y del pequeño drama íntimo.
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Sin título. Tinta sobre papel, 50 x 65 cm. |
Contra
todo arte de elites. Por un arte colectivo. Matar la óptica han dicho
los surrealistas, los últimos mohicanos de la representación. Exaltar la
óptica, decimos nosotros. Lo fundamental: rodear al hombre de cosas
reales y no de fantasmas. El arte concreto habitúa al hombre a la
relación directa con las cosas y no con las ficciones de las cosas”.
Concluía: “Ni buscar ni encontrar: inventar”.
Para Espinosa, “la
invención de una obra pictórica de valor implica, aparte del goce del
autor, un hecho social de trascendencia: todo aditamento expresivo no
sólo resultaría superfluo sino sería perjudicial para la obra”.
Espinosa
admiraba a Malevich. Tras su participación en el grupo, comenzó a
experimentar en pintura. Como un científico del arte cinético,
investigó, analizó. Se metió con la dinámica espacial, creando ilusiones
cinéticas con composiciones seriadas, repeticiones, superposiciones y
transparencias.
Las pinturas de Espinosa desatan en la retina la
ilusión óptica de movimiento. San Telmo está gris y brumosa. Llueve con
furia. En el museo, la pupila no descansa. Vibran los ojos. Afuera, todo
parece aún más gris y sosegado.
FICHA
MANUEL ESPINOSA
Geometría en movimiento
LUGAR: MACBA- MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO DE BUENOS AIRES,
AV. SAN JUAN 328
FECHA: HASTA el 28 DE JULIO
HORARIO: LUNES A VIERNES, 12 A 19; SÁBADOS Y DOMINGOS, 11 A 19.30
ENTRADA: $ 20; ESTUDIANTES, DOCENTES
Y JUBILADOS (O MAYORES DE 65 AÑOS), $ 10;
MENORES DE 12, GRATIS.
Fuente: Revista Ñ Clarín