Van Gogh en La Rural. Reproducciones de sus cartas y de sus cuadros en el stand de Amsterdam,/MARIO QUINTERO. |
Por Guido Carelli Lynch
La carrera artística de Vincent Van Gogh duró apenas diez años.
La componen 900 pinturas y 1100 dibujos. Un poco más de tiempo le llevó
escribir las 851 cartas que iluminan el universo de uno de los pintores
más famosos de todos los tiempos (salvo en que le tocó vivir, puesto que
durante sus 38 años Van Gogh no logró vender ni un cuadro). La mayoría
de las cartas son famosas: las 651 que intercambió con su hermano Theo.
Pero también hay otras imperdibles, como las 22 con su amigo y colega
Emile Bernard, con Paul Gauguin y con el resto de su familia. La primera
es de septiembre de 1872 y la última, del 29 julio de 1890, dos días
antes de su muerte. Varias llevan esbozos de obra, que Van Gogh dibujaba
con la misma pluma con la que escribía y, rara vez, con acuarela.
“Aquí te envío unas pequeños esbozos para que te hagas una idea” , solía ponerle a su hermano.
Algunas
reproducciones de las cartas cuelgan por estos días de una de las
paredes del afable Café Amsterdam, en la Rural. En un estante se exhiben
los cinco tomos de las cartas completas que publicó el Museo Van Gogh
en 2009. Hasta Buenos Aires viajó el responsable de la edición y
conservador de ese Museo, Leo Jansen. En la Feria, conversó con
editores argentinos la posibilidad de publicar una antología de las
cartas en español.
–¿Qué mitos derriban estas cartas?
–Van
Gogh no era ni tan impulsivo ni tan caprichoso ni tan caótico. Era muy
metódico y ordenado. Tenía objetivo, ambiciones y quería llegar a un
lugar determinado.
–¿Cuáles lo impactaron?
–Las
que escribió en San Remy en su último año de vida. Estaba en un
psiquiátrico y se daba cuenta de que la enfermedad ponía en peligro su
obra. Tiene conciencia de que no va a poder llegar a la cima artística a
la que había llegado en Arlés. Son las mas trágicas y las que más me
conmueven.
–¿Qué se ignora de Van Gogh?
–Mucha
gente lee las cartas como si fueran un diario y no es lo que son. No
son una forma de documentar su vida. Son un muestrario muy amplio de su
vida, de sus conocimientos pero no hay nada de su vida cotidiana, de a
quién conocía por ejemplo. Sabemos que no cocinaba, que no hacía tareas
domésticas. Y no mucho más. No siempre tenía la culpa de lo que le
ocurría, pero a veces contribuía. Eso se aprende leyendo las cartas
semana a semana, porque insiste en los temas, repite. Era testarudo. No
era una persona agradable, no era bueno para vincularse socialmente. Sí
quería hacerle bien al prójimo y por eso hacía arte para brindar
consuelo pero no era agradable.
–¿Qué opina de la reciente investigación de Steven Naifeh y Gregory White Smith que señala que Van Gogh no se suicidó?
–Es
un gran trabajo. Pero faltan certezas para demostrar su teoría (que
murió asesinado por unos chicos disfrazados de cowboys). Por ahora las
pruebas no son suficientes. Para el Van Gogh Museum oficialmente todavía
no está demostrado que fue asesinado por otra persona, así que
sostenemos la teoría del suicidio.
El editor de las cartas del pintor maldito estuvo en Buenos Aries visitando la Feria del Libro. Además de dar charlas, conversó con editores la posibilidad de publicar una antología de las cartas en español.
La carrera
artística de Vincent Van Gogh duró apenas diez años. La componen 900
pinturas y 1100 dibujos. Un poco más de tiempo, no mucho más, le llevó
escribir las 851 cartas que iluminan el universo de uno de los pintores
más famosos de todos los tiempos (salvo en el propio que le tocó
vivir, puesto que durante sus 38 años de vida, Van Gogh no logró vender
ni siquiera una de sus pinturas). La mayoría de las cartas son las más
famosas, las 651 que intercambió con su hermano Theo, pero también
hay otras imperdibles, como las veintidós que intercambió con su amigo y
colega Emile Bernard, con Paul Signac, Paul Gauguin y con el resto de
su familia. La primera es de septiembre de 1872 y la última, del 29
julio de 1890, dos días antes de su muerte. Varias llevan croquis,
esbozos de obra, que Van Gogh dibujaba con la misma pluma con la que
escribía y rara vez, con acuarela. “Aquí te envío unas pequeños esbozos
para que te hagas una idea”, solía escribirle a su hermano.
Unas pocas reproducciones facsimilares de las cartas –que son en sí mismas gran literatura- cuelgan por estos días de una de las paredes del afable Café Amsterdam en el Pabellón Amarillo de la Rural. En un estante del mismo stand se exhiben los cinco tomos de las cartas completas que publicó el Museo Van Gogh en 2009, que incluyen un estudio pormenorizado de la correspondencia del pintor. Hasta Buenos Aires también viajó el responsable de la edición y conservador del Museo Van Gogh, Leo Jansen. “A través de la recopilación de estas cartas podemos reconstruir el mundo intelectual y mental de Van Gogh, que es una unidad”, dice en su hotel, antes de regresar a Holanda En la Feria, además de dar charlas, conversó con editores la posibilidad de publicar una antología de las cartas en español.
¿Qué mitos derriban estas cartas?
Van Gogh no era ni tan impulsivo ni tan caprichoso ni tan caótico. Era muy metódico y ordenado para trabajar. Es lo que lo hace interesante, que tenía objetivo, ambiciones y quería llegar a un lugar determinado.
¿Qué cartas lo impactaron personalmente?
En cualquier carta se cruzan la vida, la obra y lo trágico. Pero me tocaron mucho las cartas que escribió en San Remy en su último año de vida. Estaba en una institución psiquiatrita y se daba cuenta que la enfermedad afecta o ponía en peligro su obra. Me parece una etapa muy trágica porque tiene una consciencia de que no va a poder llegar a a la cima artística a la que había llegado en Arles. Son las mas trágicas y las que más me conmueven.
¿Qué cosas se ignoran hoy de Van Gogh?
Mucha gente lee las cartas como si fueran un diario y no es lo que son. No son una forma de documentar su vida. Son un muestrario muy amplio de su vida, de sus conocimientos pero no hay nada de lo que hacía en su vida cotidiana, no hay registros de a quién conocía por ejemplo. Sabemos que no cocinaba para él, que no hacía las tareas domesticas. Pero no mucho más. No siempre tenía la culpa de lo que le ocurría, pero a veces contribuía. Eso se aprende leyendo las cartas semana a semana, porque insiste en los temas, repite. Siempre quería imponer su idea. Era muy testarudo. Y podía causar malas impresiones. No era una persona agradable, no era bueno para vincularse socialmente. Sí quería hacerle bien al prójimo y por eso hacía arte para brindar consuelo pero no era agradable, lo que se dice un buen tipo.
¿Qué opina de la reciente investigación de Steven Naifeh y Gregory White Smith que señala que Van Gogh no se suicidó?
Es un gran trabajo de investigación. Se arroja mucha luz sobre la vida de Van Gogh. Pero faltan muchas certezas sobre su muerte y para demostrar su teoría (de que murió asesinado por unos chicos disfrazados de cowboys). Por ahora las pruebas no son suficientes. Para el Van Gogh Museum oficialmente todavía no está demostrado que fue asesinado por otra persona así que sostenemos la teoría del suicidio.
¿Por qué Van Gogh es tan importante en la historia de la pintura?
A mucha gente le gusta y le resulta agradable su obra desde lo estético. Pero toca la fibra de muchas preguntas esenciales. Pero también sé que no se puede ver la obra sin pensar en toda la información que tenemos de Van Gogh. Su obra y las informaciones sobre su vida son indivisibles. La grandiosidad de él radica en que los artistas lo considerar un precursor, pero también ha logrado cautivar a un público muy amplio.
Cartas
16 de octubre de 1888
Carta dirigida a su hermano Theo
"Esta vez es simplemente mi dormitorio; sólo que el color debe predominar aquí, dando con su simplificación un estilo más grande a las cosas y llegar a sugerir el reposo o el sueño en general. En fin, con la vista del cuadro debe descansar la cabeza o más bien la imaginación. Las paredes son de un violeta pálido. El suelo de cuadros rojos. La madera del lecho y las sillas son de un amarillo de manteca fresca; la sábana y las almohadas, limón verde muy claro. La colcha, rojo escarlata. La ventana, verde. El baño, anaranjado; la cubeta, azul. Las puertas, lilas."
1 de enero de 1889
Mi querido amigo Gauguin:
Aprovecho mi primera salida del hospital, para escribirte dos palabras de amistad muy sincera y profunda. He pensado mucho en ti en el hospital, y hasta en plena fiebre y relativa debilidad.
Dime, el viaje de mi hermano Théo, ¿era pues tan necesario, amigo mío? Ahora, al menos, tranquilízalo completamente y también a ti te ruego que tengas confianza de que no existe ningún mal en éste, el mejor de los mundos, donde todo marcha de la mejor manera.
Además, deseo que digas muchas cosas de mi parte al bueno de Schuffenecker; que te abstengas hasta más madura reflexión por ambas partes, de hablar mal de nuestra pobre casita amarilla; que saludes de mi parte a los pintores que veas en París.
Te deseo prosperidad en París, con un buen apretón de manos.
Todo tuyo,
Vincent.
22 de febrero de 1889
Carta dirigida a su hermano Theo
Bueno -en suma, hay tantos pintores que están tocados de uno u otro modo que poco a poco me consolaré. Más que nunca comprendo los sufrimientos de Gauguin, que ha experimentado en los trópicos la misma cosa, una sensibilidad excesiva. En el hospital precisamente he visto una negra enferma, que se queda y trabaja como sirvienta. Díselo. Si le dijeras a Rivet que andas tan preocupado por mí, seguro que te tranquilizaría diciéndote que a causa de que hay tanta simpatía y comunidad de ideas entre nosotros tú sientes un poco lo mismo.
No pienses demasiado en mí, como una idea fija; yo me desenvolveré mejor, además, si sé que estás sereno. Te estrecho fuerte la mano con el pensamiento; eres muy bueno al decir que podría ir a París; pero pienso que la agitación de una gran ciudad no me convendría nunca. Hasta muy pronto.
Unas pocas reproducciones facsimilares de las cartas –que son en sí mismas gran literatura- cuelgan por estos días de una de las paredes del afable Café Amsterdam en el Pabellón Amarillo de la Rural. En un estante del mismo stand se exhiben los cinco tomos de las cartas completas que publicó el Museo Van Gogh en 2009, que incluyen un estudio pormenorizado de la correspondencia del pintor. Hasta Buenos Aires también viajó el responsable de la edición y conservador del Museo Van Gogh, Leo Jansen. “A través de la recopilación de estas cartas podemos reconstruir el mundo intelectual y mental de Van Gogh, que es una unidad”, dice en su hotel, antes de regresar a Holanda En la Feria, además de dar charlas, conversó con editores la posibilidad de publicar una antología de las cartas en español.
¿Qué mitos derriban estas cartas?
Van Gogh no era ni tan impulsivo ni tan caprichoso ni tan caótico. Era muy metódico y ordenado para trabajar. Es lo que lo hace interesante, que tenía objetivo, ambiciones y quería llegar a un lugar determinado.
¿Qué cartas lo impactaron personalmente?
En cualquier carta se cruzan la vida, la obra y lo trágico. Pero me tocaron mucho las cartas que escribió en San Remy en su último año de vida. Estaba en una institución psiquiatrita y se daba cuenta que la enfermedad afecta o ponía en peligro su obra. Me parece una etapa muy trágica porque tiene una consciencia de que no va a poder llegar a a la cima artística a la que había llegado en Arles. Son las mas trágicas y las que más me conmueven.
¿Qué cosas se ignoran hoy de Van Gogh?
Mucha gente lee las cartas como si fueran un diario y no es lo que son. No son una forma de documentar su vida. Son un muestrario muy amplio de su vida, de sus conocimientos pero no hay nada de lo que hacía en su vida cotidiana, no hay registros de a quién conocía por ejemplo. Sabemos que no cocinaba para él, que no hacía las tareas domesticas. Pero no mucho más. No siempre tenía la culpa de lo que le ocurría, pero a veces contribuía. Eso se aprende leyendo las cartas semana a semana, porque insiste en los temas, repite. Siempre quería imponer su idea. Era muy testarudo. Y podía causar malas impresiones. No era una persona agradable, no era bueno para vincularse socialmente. Sí quería hacerle bien al prójimo y por eso hacía arte para brindar consuelo pero no era agradable, lo que se dice un buen tipo.
¿Qué opina de la reciente investigación de Steven Naifeh y Gregory White Smith que señala que Van Gogh no se suicidó?
Es un gran trabajo de investigación. Se arroja mucha luz sobre la vida de Van Gogh. Pero faltan muchas certezas sobre su muerte y para demostrar su teoría (de que murió asesinado por unos chicos disfrazados de cowboys). Por ahora las pruebas no son suficientes. Para el Van Gogh Museum oficialmente todavía no está demostrado que fue asesinado por otra persona así que sostenemos la teoría del suicidio.
¿Por qué Van Gogh es tan importante en la historia de la pintura?
A mucha gente le gusta y le resulta agradable su obra desde lo estético. Pero toca la fibra de muchas preguntas esenciales. Pero también sé que no se puede ver la obra sin pensar en toda la información que tenemos de Van Gogh. Su obra y las informaciones sobre su vida son indivisibles. La grandiosidad de él radica en que los artistas lo considerar un precursor, pero también ha logrado cautivar a un público muy amplio.
Cartas
16 de octubre de 1888
Carta dirigida a su hermano Theo
"Esta vez es simplemente mi dormitorio; sólo que el color debe predominar aquí, dando con su simplificación un estilo más grande a las cosas y llegar a sugerir el reposo o el sueño en general. En fin, con la vista del cuadro debe descansar la cabeza o más bien la imaginación. Las paredes son de un violeta pálido. El suelo de cuadros rojos. La madera del lecho y las sillas son de un amarillo de manteca fresca; la sábana y las almohadas, limón verde muy claro. La colcha, rojo escarlata. La ventana, verde. El baño, anaranjado; la cubeta, azul. Las puertas, lilas."
1 de enero de 1889
Mi querido amigo Gauguin:
Aprovecho mi primera salida del hospital, para escribirte dos palabras de amistad muy sincera y profunda. He pensado mucho en ti en el hospital, y hasta en plena fiebre y relativa debilidad.
Dime, el viaje de mi hermano Théo, ¿era pues tan necesario, amigo mío? Ahora, al menos, tranquilízalo completamente y también a ti te ruego que tengas confianza de que no existe ningún mal en éste, el mejor de los mundos, donde todo marcha de la mejor manera.
Además, deseo que digas muchas cosas de mi parte al bueno de Schuffenecker; que te abstengas hasta más madura reflexión por ambas partes, de hablar mal de nuestra pobre casita amarilla; que saludes de mi parte a los pintores que veas en París.
Te deseo prosperidad en París, con un buen apretón de manos.
Todo tuyo,
Vincent.
22 de febrero de 1889
Carta dirigida a su hermano Theo
Bueno -en suma, hay tantos pintores que están tocados de uno u otro modo que poco a poco me consolaré. Más que nunca comprendo los sufrimientos de Gauguin, que ha experimentado en los trópicos la misma cosa, una sensibilidad excesiva. En el hospital precisamente he visto una negra enferma, que se queda y trabaja como sirvienta. Díselo. Si le dijeras a Rivet que andas tan preocupado por mí, seguro que te tranquilizaría diciéndote que a causa de que hay tanta simpatía y comunidad de ideas entre nosotros tú sientes un poco lo mismo.
No pienses demasiado en mí, como una idea fija; yo me desenvolveré mejor, además, si sé que estás sereno. Te estrecho fuerte la mano con el pensamiento; eres muy bueno al decir que podría ir a París; pero pienso que la agitación de una gran ciudad no me convendría nunca. Hasta muy pronto.
Fuente: Revista Ñ Clarín