UN MAGNATE DONÓ SU COLECCIÓN DE CUADROS
POR 1.000 MILLONES DE DÓLARES

Leonard Lauder, empresario del rubro cosmético, cedió las obras al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. "Es una colección irrepetible", dijo el director de la institución.

"Woman in an Armchair (Eva)", de 1913; del pintor malagueño Picasso

Leonard Lauder, empresario norteamericano y gran coleccionista de arte, realizó una donación de su colección  de arte cubista valuada en mil millones de dólares al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
"Es una colección irrepetible, el sueño de cualquier director de museo, que pone al MET a la vanguardia del arte de comienzos del siglo XX", afirmó Thomas P. Campbell, director de la institución.
La colección que ahora pasará a formar parte del patrimonio del Museo Metropolitano consta de 78 pinturas, dibujos y esculturas, que incluye 33 obras de Pablo Picasso, 17 de Georges Braque, 14 de Hervé Léger y otras 14 de Juan Gris.
El filántropo norteamericano tiene una fortuna valuada en 6.000 mil millones de dólares, y además colecciona obras y objetos de arte desde hace más de cuatro décadas.
En tanto, el MET ha comenzado a recibir las obras y planea exponerlas en una muestra durante el otoño de 2014, según informa el diario The New York Times. En la exposición podrá verse tobras como "The Oil Mill", de 1909; "The Fan (independent),de 1911; y "Woman in an Armchair (Eva)", de 1913; del pintor malagueño Picasso.
Lauder, de 79 años, es el presidente de honor y heredero de la empresa de cosméticos fundada por su madre, Estée Lauder, y no es la primera vez que realiza una millonaria donación. Hace cinco años realizó otra donación, valuada en 108 millones de dólares, al Museo Whitney de NY.

Fuente: EFE
Metropolitan Museum of Art

Revolución cubista en Nueva York


Por Carol Vogel

En una de las donaciones más significativas en la historia del Metropolitan Museum of Art (Met), el magnate de los cosméticos Leonard A. Lauder prometió a la institución su colección de 78 pinturas, dibujos y esculturas cubistas.
El tesoro de obras emblemáticas, que incluye 33 Picasso, 17 Braque, 14 Léger y 14 trabajos de Gris, está valuado en más de US$1.000 millones. Eleva a Lauder, que durante años ha sido uno de los mecenas del arte más influyentes de la ciudad, a una clase en la que se encuentran contribuyentes fundamentales del museo como Michael C. Rockefeller, Walter Annenberg, Henry Osborne Havemeyer y Robert Lehman.
Para los académicos, se trata de una de las mejores colecciones del mundo, igualmente buena, si no mejor, que los renombrados dibujos, pinturas y esculturas cubistas que se encuentran en instituciones como el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Museo del Hermitage en San Petersburgo y el Centro Pompidou en París. Cuentan, en su conjunto, la historia de un movimiento que revolucionó el arte Moderno y llenan un vacío flagrante en la colección del Met.
“De un solo tirón, esto pone al Met a la vanguardia del arte de comienzos del siglo XX”, dijo Thomas P. Campbell, director del Met. “Es una colección imposible de reproducir, algo que los directores de museos sólo pueden llegar a soñar”.
Y muchos lo hicieron. Las discusiones entre Lauder y el Met se prolongaron durante años, primero con Philippe de Montebello, su director durante mucho tiempo que se jubiló en 2008, y más recientemente con Campbell. Si bien Lauder no quiso decir qué otras instituciones habían intentado conseguir su colección, los funcionarios del mundo museístico dijeron que la National Gallery of Art de Washington fue una de ellas. No obstante, como neoyorquino consciente de que su arte podía transformar radicalmente una de las instituciones más históricas de la ciudad, consideró que el Met era el lugar más adecuado.
“Cada vez que di algo a un museo, quise que fuera transformador”, explicó Lauder. “No fue una guerra de ofertas. Fui a golpear y la puerta se abrió fácilmente”.
Realiza su donación sin restricciones, de modo que puede ser exhibida como los comisarios lo dispongan. El Met ya está comenzando a recibir las obras, según funcionarios de la entidad, para una exposición cuya inauguración está prevista para 2014.
Lauder, de 80 años, también supervisó la creación de un centro de investigación para el arte moderno en el Met, respaldado por un fondo de US$22 millones que contribuyó a financiar junto con fideicomisarios y simpatizantes del museo.
La colección, que Lauder comenzó a formar hace más de 40 años, es producto del gusto y de la oportunidad. “En aquel momento, había mucho todavía disponible, porque nadie lo quería en realidad”, dijo. Y era relativamente barato porque estaban de moda el Impresionismo y el Post-impresionismo. Explicó que “No se puede reunir una buena colección si no se mantiene un objetivo, una disciplina, una tenacidad y una voluntad de pagar más de lo que uno puede permitirse. Desde el primer momento, decidí que la formaría como una colección de museo”.
Por eso, una buena parte de sus obras proviene de las colecciones más afamadas del mundo, como las de Gertrude Stein, el banquero suizo Raoul La Roche y el historiador británico de arte Douglas Cooper.
El término Cubismo apareció por primera vez en la reseña de una exposición de 1908 en la galería parisina de Daniel-Henry Kahnweiler, que presentó algunas de las primeras obras cubistas. El Cubismo, que fue en un primer momento una colaboración entre Picasso y Braque, pasó a ser un movimiento pionero que redefinió los conceptos occidentales de espacio y tiempo, alto y bajo. Estos dos artistas, junto con Fernand Léger y Juan Gris, tomaron formas conocidas y las dieron vuelta, destruyendo la perspectiva tradicional.
Desafiando la visión romántica de la pintura, los artistas cubistas también comenzaron a incorporar cosas como cartón, arena, aserrín, soga, madera, papel para empapelar, esténciles y trozos de diario en sus pinturas, dibujos, collages y esculturas. Su trabajo allanó el camino a la abstracción, que dominó el arte occidental durante los siguientes 50 años.
La mayoría de las obras de la colección de Lauder tienen una significación histórica particular.
Molino de aceite, de Picasso, de 1909, fue la primera pintura cubista que se vio en Italia. Otra de sus obras, El abanico (L’Indépendant), de 1911, es una de las primeras obras en las que Picasso experimentó con la tipografía.
Plato de frutas y vaso de Braque, de 1912, es el primer collage cubista.
Mujer en un sillón (Eva) de Picasso, imagen de la amante de la artista en 1913-14, Eva Gouel, donde tradujo el cuerpo femenino a su lenguaje cubista.
La colección de Lauder ocupará “el lugar de honor” en las galerías de arte moderno y contemporáneo que serán remodeladas próximamente en el edificio principal del Met. Lauder enfatizó que esta donación no significa que no coleccionará más: “Seguiré comprando y sumando obras a la colección del Met”, dijo. Y agregó: “Pero sólo si aparecen cosas buenas”.

Fuente: clarin.com

ABRUPTA SALIDA
DEL DIRECTOR DEL MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES

Su contrato venció en diciembre, pero continuó a cargo, sin que medien explicaciones, hasta la tarde de ayer.
    Casi un millón y medio. Las personas que visitaron el MNBA en 2012. “Caravaggio y sus seguidores”, lo más visto.

Por Mercedes Pérez Bergliaffa


Finalmente ocurrió lo que parecía que iba a ocurrir, pero igual sorprendió: ayer por la tarde fueron al Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) la subsecretaria de Gestión Cultural de la Nación, Marcela Cardillo, y Alberto Petrina –director nacional de Patrimonio y Museos– para comunicarle a Guillermo Alonso el final de su período como director de la institución. A partir de hoy será Cardillo quien esté a cargo durante el período de transición, hasta que se organice al nuevo concurso para cubrir el cargo de director. Recordemos: fue en 2007, bajo la gestión de José Nun –quien era por entonces secretario de Cultura de la Nación– y Américo Castilla –en ese momento era director de Patrimonio y Museos–, cuando se organizó por primera vez en la historia del MNBA un concurso para cubrir el cargo de director ejecutivo del museo. Para ello fue necesaria toda una reforma reglamentaria e institucional. El objetivo de esta reforma y del establecimiento de un concurso era, decían Nun y Castilla, a que un cargo tan importante como el del director del MNBA no debía estar a la vera de los vaivenes políticos.
En la actualidad, parece que el futuro concurso para elegir director ejecutivo del MNBA ya tiene un jurado de selección asignado, entre los que se cuentan María Isabel Larrañaga, Virgilio Tedin Uriburu, Diana Saiegh y Alberto Petrina.
Hagamos memoria: Alonso asumió su cargo en diciembre de 2007, luego de haber ganado el concurso convocado para ello. Su período como director del MNBA terminaba en diciembre de 2012. Pero entonces, el ahora saliente director del museo no recibió ninguna notificación sobre si continuaba o no en el cargo. Recientemente se rumoreaba que de Secretaría de Cultura de la Nación le habían prorrogado su condición como director un tiempo más, pero nadie supo especificar exactamente hasta cuándo. Ahora se sabe: fue hasta ayer. Y parece que la visita de Cardillo y Petrina al espacio del MNBA fue inesperada.
Durante la gestión de Alonso se realizaron numerosas reformas en el MNBA, tanto a nivel edilicio-arquitectónico como curatorial: se cambiaron los guiones curatoriales de las salas de la planta baja, se ampliaron y renovaron espacios –como en Pabellón de exposiciones temporarias– y, sobre todo, se reformó de una manera contundente todo el primer piso del museo. Allí, las salas cambiaron su arquitectura y circulación y la historia del arte que se contaba pasó a ser otra: porque las obras de arte internacionales se mezclaron con las obras de arte nacionales. Esto significa que se creó un nuevo discurso histórico, que posicionó al arte nacional en el mismo estatuto que el internacional. Léger y Battle Planas, Picasso y Pettoruti, ahora conviven hermanados.
Claro que el primer piso todavía no es accesible: si bien las salas están prácticamente listas para ser inauguradas, este momento se viene demorando y sucederá recién dentro de un mes. Habrá que esperar a la apertura de estas salas y sobre todo al llamado a concurso, que se hará próximamente, para tener un nuevo director: que gane el mejor, es lo que se merece el museo más importante del país.

Una gestión de importantes transformaciones

Guillermo Alonso deja un legado importante en el MNBA. La fisonomía del museo cambió en estos años. El ahora ex director ejecutó dos grandes reformas edilicias y curatoriales. En 2011 cambió el color de las salas. En vez del blanco, optó por paredes rojas, turquesas y verdes que renovaron la experiencia de los visitantes. Cada color representaba un momento histórico y una expresión artística diferente.
El año pasado Alonso encabezó la segunda gran obra de su gestión: la reestructuración del primer piso del museo, que incluye una revolución en el guión curatorial. La obra –que costó 14 millones de pesos, está prácticamente lista, y que Alonso no podrá inaugurar– le devuelve a las salas del primer piso superior el esquema original de 1930, que diseñó el arquitecto Alejandro Bustillo. Se tiró abajo el auditorio y se lo unificó con la sala que ocupaba el arte argentino del siglo XX para que éste se mezclara con los movimientos internacionales, y planeaba mudar al segundo piso el arte precolombino. Una sala entera estará destinada a uno de los artistas más importantes del país: Antonio Berni. Justamente, para esa sala, Alonso consiguió que la hija del artista, Lily Berni, donara al museo dos obras del pintor Cristo en el departamento (1981) y El obrero encadenado (1949) y que vendiera una tercera La Siesta (1943). Ahora hay 24 cuadros de Berni. En octubre pasado la muestra “Caravaggio y sus seguidores” significó un éxito sin precedentes en el museo: pasaron 160 mil visitantes. En 2012, el año más importante para Alonso, visitaron el museo 1.400.000 personas. Antes, en 2010, con motivo del Bicentenario y con el patrocinio de Clarín, Alonso saldó una vieja deuda del museo: presentó el catálogo razonado del MNBA, dos grandes tomos de 600 páginas que condensan el estudio sistematizado del patrimonio del museo.


Fuente: clarin.com

EL MUSEO BRITÁNICO
MUESTRA LA VIDA EN POMPEYA Y HERCULANO


Una trabajadora del Museo Británico observa dos figuras talladas en mármol correspondientes al siglo I d.C. EFE

  • Las poblaciones quedaron sepultadas en el año 79 tras una erupción volcánica
  • La exhibición sobre las ciudades que intenta recrear la vida diaria de los habitantes, reúne 450 piezas sacadas por primera vez de Italia

LONDRES - La vida de las poblaciones de Pompeya y Herculano y la súbita muerte que sufrieron cuando una devastadora erupción del volcán Vesubio sepultó en el año 79 a las dos ciudades romanas centran una gran exposición del Museo Británico que reúne 450 piezas sacadas por primera vez de Italia,
La muestra intenta recrear la vida diaria de los habitantes de estas metrópolis de la bahía de Nápoles y la opulencia en la que vivían muchos de ellos hasta que una nube oscura y caliente de residuos volcánicos las enterró en apenas 24 horas.
Titulada "Vida y muerte en Pompeya y Herculano", entre las piezas que se exhiben hay algunas que fueron descubiertas en recientes excavaciones.
Es también la primera vez que el Museo Británico dedica una muestra a estas dos ciudades, cuyos descubrimientos han permitido conocer en más profundidad los pormenores de la vida de las casi 15 mil personas que habitaban Pompeya y las cinco mil de Herculano.
Entrar en la exposición es como ingresar en la casa de un pompeyano de clase alta, a través del Atrium, el salón de entrada, para después ver las habitaciones, el jardín, la cocina y la sala principal, todos adornados con frescos o estatuas de mármol.
El museo exhibe todo tipo de objetos, como comida carbonizada, recipientes para lavar la comida, coladores, morteros, hornos portátiles, la cuna de un bebé y hasta frescos con escenas de la vida sexual de estas poblaciones de origen griego o semnita.
Las dos metrópolis tenían una vida social y cívica muy activa y había templos, grandes baños romanos y teatros, mientras que el principal sustento procedía del comercio y el cultivo de la tierra.
Pero la erupción del Vesubio un 24 de agosto o un 24 de octubre del año 79, según distintos cálculos, calcinó y enterró por completo a estas poblaciones después de que la lava provocara una nube de 32 kilómetros de altura y una lluvia posterior de piedras y ceniza con temperaturas superiores a los 400 grados centígrados.
La oscuridad en la que quedaron sumidas las dos ciudades y la velocidad de la erupción impidieron cualquier huida, como queda reflejado en los restos reconstruidos de algunos habitantes calcinados, a los que se les ve en posiciones relajadas.
El comisario de la exposición, Paul Roberts, dijo hoy en el pase de prensa previo que se pueden ver objetos reconocidos y utilizados hoy en día, así como "las cosas que ellos consumían y tiraban".
Tampoco faltan en la exposición la joyas que llevaban las poblaciones, de oro en el caso de las mujeres de clase alta y de bronce o cristal para los esclavos.
Los objetos más sorprendentes son los grandes frescos que decoraban las salas y hasta los patios de las casas, en colores pastel y con escenas de la vida diaria de la época romana.
Estos frescos eran de enormes proporciones en los patios, llamados hortus, pues eran lugares utilizados para descansar, mientras que había mosaicos con figuras de animales domésticos, como el perro, colocados en las entradas de las viviendas.
El cuarto de baño compartía espacio con la cocina y por entonces estas poblaciones ni utilizaban jabón para lavarse las manos ni tenían conocimiento de los riesgos sanitarios que esta proximidad podía provocar entre la población, formada en su gran mayoría por niños y gente de entre 20 y 40 años de edad.
Según el museo, muchos de estos objetos fueron encontrados en las primeras excavaciones realizadas en el siglo XVIII y hasta la fecha se han hallado unos mil 150 cuerpos calcinados en Pompeya y unos 350 en Herculano.

Fuente: informador.com.mx

RECUPERAN EN ITALIA UN CHAGALL ROBADO HACE ONCE AÑOS

Fue encontrado en la casa de un ex futbolista de la Juventus.


El cuadro, un Chagall, había sido robado en 2002 de un barco atracado en el puerto de Savona, en el norte de Italia. Once años después, fue encontrado en la casa del ex futbolista del Juventus Roberto Bettega.
El “Le nu au Bouquet”, pintado en 1920 por el francés de origen bielorruso Marc Chagall, está valuado en 923 mil dólares. Los carabineros lo hallaron en la casa de la ex gloria del Juventus, quien aseguró que lo compró en 2003 en una galería de Bolonia por casi 135 mil dólares (al cambio actual) y que desconocía que había sido robado.
Durante el operativo, enmarcado en la protección del patrimonio cultural, fueron denunciadas tres personas, entre ellos un tripulante del yate en el momento del robo y el responsable de la galería en la que Bettega lo adquirió.
El propietario del yate, un estadounidense, había comprado el cuadro en Nueva York en 1998. La obra fue destinada a decorar la embarcación, de la que fue robada cuatro años después, cuando estaba atracada en el puerto de Savona. Los ladrones cambiaron la original por una falsa, según denunció el hijo del dueño del barco. 

Fuente texto: Revista Ñ Clarín

EL DIOS DEL MERCADO QUE ERA VANGUARDISTA

Dejó miles de obras, cambió la historia del arte, sus cuadros valen millones, pintó el horror de la guerra y su nieta lo llamó “monstruo”.

LE REVE, DE PICASSO. Lo adquirió hace días un magnate de Wall Street por 155 millones de dólares.

Por Bárbara Alvarez Plá

Un día como hoy, un 8 de abril de 1973, el mundo se despidió del artista español Pablo Picasso, nacido en Málaga en 1881, que aquejado de una embolia pulmonar llevaba tiempo recluido en su casa de Mougins, en el Sur de Francia.
Prolífico como ninguno, a su muerte dejó 1.900 cuadros, 3.200 cerámicas, 7.000 dibujos, 1.200 esculturas y 20.000 gráficos, que lo elevaron al podio de los artistas más prolíficos del siglo XX, y hoy, cuarenta años después, sigue siendo una de las mayores influencias del arte contemporáneo, con cuatro de sus obras entre las diez obras más caras de la historia del arte.
Dicen que era incansable, apasionado, irascible. Sus amigos afirmaban que también era generoso y que en él había modestia, pero si hay un calificativo que nadie le puede negar, es el de genio. El artista, que sería uno de los fundadores del cubismo afirmaba que “un pintor nunca puede hacer lo que se espera de él”.
Al momento de su muerte, la mayoría de las obras de este consagrado enemigo del mercado del arte, que hoy lo venera, estaban en su poder, y muchas de ellas fueron a parar al museo parisino que lleva su nombre, en cobro de los impuestos sucesorios, ya que Picasso, que aún no tenía pensado morir, no había hecho testamento: “Un pintor es un hombre que pinta lo que vende. Un artista, en cambio, es un hombre que vende lo que pinta”, había dicho el genio.
Las mujeres influyeron enormemente en su vida, aunque se hablaba de maltrato, su nieta Marina lo describió como un “monstruo” capaz de gran “crueldad psicológica”. Tuvo cuatro hijos y se casó dos veces: primero con una bailarina rusa y más tarde con Jaqueline Roque, que lo acompañaba al momento de su muerte y que se pegó un tiro en la cabeza 13 años después. Y no sería la única suicida entre sus musas: Marie–Thérèse Walker, con quien Picasso había tenido un romance a los 46 años, se ahorcó en 1977. Ella fue la dama inmortalizada en El sueño (1932), pintura que saltó a primera plana de los diarios de todo el mundo hace unos días al ser vendida por más de 155 millones de dólares.
Con 14 años ingresó en la Escuela de Artes de Barcelona, después iría a Madrid y de ahí a París, donde comenzaron sus años de bohemia y su “periodo azul” (1901-1904), que dio obras como El entierro de Casagemas. Tras una breve estadía en Barcelona y de vuelta en París, comenzó el “periodo rosa” (1905-1907), y sus pinceles se centraron en el retrato de trabajadores del circo, marginales y gitanos, con obras como La familia de Arlequín.
Su consagración llegó en 1907 con Las señoritas de Avignon. Bajo influencia del arte africano inauguró su ruptura con el realismo, que, en 1908, devino en la formulación del cubismo, que por su rechazo al naturalismo, es un punto de quiebre de la historia del arte.
En 1936, estalló la guerra civil española y en 1937 pintó El Guernica, en alusión a los bombardeos de las tropas franquistas sobre el pueblo español. Esa síntesis perfecta de cubismo, expresionismo y surrealismo, es un ícono del siglo XX. La Segunda Guerra Mundial (1939-1945), lo encontró en París, donde se declaró pacifista, uniéndose, al final de la contienda, al Partido Comunista.
En una Europa asolada por la guerra, Picasso transformó el arte e hizo de él un instrumento de denuncia. Cuarenta años después, su mensaje sigue vigente.

¿Por qué amamos al pintor del dolor del siglo veinte?

Por Mercedes Pérez Bergliaffa

Amamos tanto a Picasso, en parte, porque su obra y su personalidad fueron excepcionales. Pasó lo mismo con Andy Warhol y Salvador Dalí. Y nosotros, hijos de ese siglo que todo lo convierte en mito y mercancía, tenemos nuestros propios dioses terrenales. Picasso es uno.
¿Pero por qué su obra “nos llega” tanto? Primero, porque está muy difundida, conocemos sus códigos generales. Segundo, porque Picasso siempre tuvo una profunda conciencia del hombre y las contradicciones del S.XX. Comunista y antifascista, pintó las Guerras Mundiales, el anhelo de paz y también la alegría de los primeros años.
Artista sumamente inteligente, no podría comprenderse la historia del arte figurativo sin tenerlo en cuenta. Todas, todas sus obras tienen un eje común: están basadas en la realidad, aun cuando no lo parezca. “El arte abstracto no existe, siempre hay que partir de algo”, rabiaba Picasso. Pero él no sólo veía al mundo, sino que lo pensaba. De ello surgió un período suyo fundamental: el cubista.
Pensemos en este pasaje, que lo define: de su pintura Las señoritas de Avignon a El Guernica. De la descomposición de la “realidad”, a las figuras explotando; a la denuncia.
Picasso fue ese artista que supo expresar el grito de dolor del siglo XX inventando un nuevo lenguaje plástico, creando formas nuevas para situaciones nuevas. Y todas tenían que ver con los hombres. Por eso lo sentimos cercano.

Fuente: Revista Ñ Carín



VIAJE HACIA LA HISTORIA DEL TEATRO

Comédie Française

Una visita al edificio inaugurado en 1799 en el que funciona la compañía de teatro público francés fundada en 1680 y cuyo primer director fue nada menos que Molière



PARÍS.- Recorrer los pasillos de la Comédie Française es como entablar un viaje hacia la historia del teatro occidental. De hecho, funciona en un edificio inaugurado en 1799. Hay otros pequeños guiños que parecen estar ahí para fomentar el imaginario que siempre ronda al mundo de lo teatral. Por ejemplo, en la botonera de los ascensores que comunican las siete plantas, cada piso lleva el nombre de un actor o actriz famoso que trabajó aquí. O sea, nada de fríos números; pura evocación instalada en lo cotidiano.
La compañía fue fundada en 1680. Hasta ese momento había dos grupos enemigos que fueron reunidos, casi a la fuerza, para que trabajaran juntos. A juzgar por los hechos, el decreto de Luis XIV funcionó. "En Francia la actividad teatral está dominada por las compañías. Los ejemplos son muchos: la de Ariane Mnouchkine, la de Patrice Chéreau y así las cosas. O sea, un hombre o una mujer que durante su vida artística preside la actividad de un grupo. En contraposición, la Comédie es un sistema social, artístico y financiero que está más allá de la persona que lo lidere. Es más como una sociedad basada en un ideal social", apunta Olivier Giel, director de gira del único teatro público francés que cuenta con un elenco estable. Giel es el que abre y cierra las puertas de este bello edificio ubicado en la rue de Richelieu y que es una fábrica de producción escénica que no se toma respiro.
De hecho, las 450 personas que trabajan aquí están divididas en dos turnos para que la sala pueda estar en actividad todos los días de la semana. En general, se presentan de 4 a 5 espectáculos distintos por semana. En términos anuales, se llega a los 30 títulos, que hacen unas 850 funciones en total, con precios que van de los 6 a los 39 euros. Debe ser por ese constante movimiento que en la esplendorosa sala principal hay varios técnicos desarmando una escenografía porque, en horas, se realizará otra función. Un nervio parecido se registra en el séptimo piso en donde están los talleres. Claro que el movimiento que se da en esos espacios contrasta con la quietud del salón en donde se reúne el comité de la Comédie.
El inmenso espacio tiene una vista privilegiada hacia Place Colette y el museo del Louvre. En las paredes hay cuadros, muchos. En aquel, por ejemplo, aparece Sarah Bernard participando de una reunión. Como tanto el salón como el mobiliario son casi los mismos, pareciera ser que el tiempo está detenido. Todo el espacio está cubierto de cuadros y esculturas. Hay pinturas de Delacroix, de Cézanne y así las cosas. De hecho, en una simple mirada, casi no hay registros del mundo tecnológico.
El comité que se reúne aquí está formado por diez personas. Lo preside Muriel Mayette, actual administradora; también está el intérprete que lleva más años trabajando en la sala y, los otros ocho, son elegidos por la misma compañía. El elenco estable está formado por 62 actores, 23 de ellos son los llamado pensionistas (los más jóvenes). Un intérprete, una vez que ingresó a la Comédie Française, tiene un contrato por dos años que, luego, puede ser renovada anualmente. La decisión corre por cuenta de la gente que se sienta alrededor de esta gran mesa del salón.
Fuera de esta sala de reunión, y junto al austero despacho de Muriel Mayette, hay una inmensa placa de mármol de Carrara en la cual, en letras doradas, figuran los nombres de los directores y administradores de la Comédie. Comienza con Molière y culmina con Mayette, esa enérgica actriz que estuvo hace poco en Buenos Aires para cerrar la presentación que esta emblemática compañía hará en nuestro país para el mes de septiembre. Al parecer, no hay forma de agregar más nombres en la placa. De todos modos, Olivier Giel, quien hace 41 años trabaja aquí, ya pensó en alternativas que parecen imposibles. Claro que si la Comédie sobrevivió a guerras, revoluciones, ocupaciones y momentos (no los actuales) en los que París era una fiesta; ¿cómo no va a poder ampliar una simple placa de mármol?

Restauración y renovación

La sala tuvo un largo proceso de renovación tecnológica y recuperación edilicia (de hecho, una de las fachadas todavía está tapiada). Para evitar que esté cerrada, construyeron un maravillo espacio hecho íntegramente en madera (5000 piezas en total). Respeta igual cantidad de butacas que la sala principal (862) y su escenario posee las mismas dimensiones para no tener que modificar las puestas. Hasta allí, los actores ingresan por pasillos subterráneos ubicados por debajo de la plaza seca que da al Palais-Royal.
Como el trabajo en el edificio histórico ya culminó, desde fin de febrero está cerrado. "Ahora estamos esperando que alguien con plata compre el teatro que, como es desmontable, se pude llevar adonde sea. Debe salir mucha plata...", se ríe quizás imaginando que un multimillonario ruso o árabe ponga los millones de euros que, dicen, saldría el teatro.
Algunos argentinos deben conocer a la perfección los rincones de este histórico edificio que tiene un presupuesto anual de 36 millones de euros (25 de ellos aportados por el Estado). Jorge Lavelli realizó varias puestas aquí. También, en alguna de sus tres salas, dirigieron Alfredo Arias y Roberto Plate. El único dramaturgo argentino del cual llegó a representarse una obra fue Copi (todo un signo de renovación).
Más de una vez, ellos deben haber llegado al edificio central de la Comédie en metro. La salida más directa de la estación Palaice Royal fue intervenida por el artista visual Jean-Michel Othoniel. El contraste entre ese trabajo y la fachada del teatro establece un puente entre la tradición y lo contemporáneo. El mismo puente, el mismo desafío, que parece asumir como propio esta compañía fundada en 1680..

Fuente: lanacion.com

DA VINCI TAMBIÉN TIENE SU SERIE


Se estrenará en Fox una serie basada en la vida del artista

Leonardo da Vinci - Autorretrato

Otro estreno fuerte en materia de series que se suma a Lecter comparte su eje en una figura famosa. Da Vinci's Demons, ciclo centrado en el genio del Renacimiento, que se verá por Fox, a partir del martes 16.
David S. Goyer, creador de la ficción, fue uno de los guionistas de la trilogía de Batman de Christopher Nolan y escribió la nueva película de Superman, Hombre de Acero. Con esta experiencia, decidió convertir a una figura enigmática como Da Vinci en una especie de superhéroe de la Florencia del siglo XV, construyendo un relato que combina datos históricos con toques fantásticos y sobrenaturales. En los ocho episodios que componen esta primera temporada, Da Vinci librará una lucha tanto interna como contra otros en su búsqueda del conocimiento y la verdad.
El Da Vinci que llega a la pantalla chica es joven, es decir que está en la etapa de su vida de la cual menos registros quedaron para la posteridad. "Aunque nosotros lo reconozcamos como a un hombre mayor y sabio, ése fue el resultado de la experiencia acumulada durante años y años de errores que lo llevaron a esa sabiduría", dijo Tom Riley (Monroe, Lost in Austen), quien interpreta a Da Vinci, en una entrevista con Den of Geek.
Además de Riley, el elenco de la serie se completa con Laura Haddock, Elliot Cowan, Lara Pulver (True Blood) y Blake Ritson (RocknRolla)..

Fuente: lanacion.com