CARL ANDRE:
" MI OBRA NACE DE LOS DESEOS, NO DE LAS IDEAS"

Es un grande del arte de EE.UU. y uno de los fundadores del minimalismo. Aquí habla de su arte y de las sospechas que aún lo persiguen por la muerte de su esposa en 1985.

“Mi obra nace de los deseos, no de las ideas”

Por Emma Brockes

Carl Andre es chatarrero. Los viernes a la noche, antes de que el barrio de Manhattan donde vive cambiara de fisonomía, recorría las calles recogiendo trozos de metal desechados frente a los talleres mecánicos. Más de una vez, lo paró la policía. “Es chatarra –decía cuando lo interpelaban–, No tiene valor”. A lo que un agente una vez le respondió: “Si no tiene valor, ¿para qué lo quiere?” “Un policía muy inteligente”, ríe Andre. Lo quería para hacer una escultura y lo arrastró hasta su departamento, en un piso 34, al que se entra por un pasillo en penumbras, momento en el cual a uno se le ocurren dos cosas: que la vista del centro de Nueva York es impresionante y que es chocante que Andre todavía viva aquí. El artista, hoy de 77 años, vivía en este departamento en 1985, cuando su mujer, Ana Mendieta, también artista, cayó por una ventana. Andre fue acusado de asesinato y, tras un juicio muy publicitado, fue absuelto en 1988.
Nos hemos reunido para hablar de su muestra Carl Andre: Mass & Matter, abierta hasta el 6 de mayo en la Turner Contemporary, en la ciudad de la costa inglesa de Margate: esculturas hechas entre 1967 y 1983 y algunos poemas del mismo período (sus palabras forman diseños sobre la página, casi como pequeñas piezas escultóricas). Aquí arriba, en el piso 34, surge una fascinante conversación sobre la evolución de Andre como artista pero en todo momento, como flotando en el aire, está presente lo que ocurrió en esta habitación hace tres décadas y uno se pregunta si hay alguna forma de hablar de ello.
Andre es afable y locuaz, dado a hacer comentarios directos sobre sus defectos. Dice ser egocéntrico, gordo (por eso siempre usa mamelucos) y muy malo para el dibujo. “Soy una persona muy vanidosa”, señala, lo que quizá podría explicar por qué se niega a ser fotografiado para este artículo. Entre risas, explica que, cuando empezó su carrera en Nueva York en la década del 50, tuvo la audacia de desafiar a los grandes críticos de arte, que rechazaban su obra por considerar que no tenía sentido. Ese era en cierto modo el objetivo de Andre. Lo han calificado de minimalista, algo que puede tolerar, y de conceptual, lo que le parece inaceptable. Sus composiciones de madera, acero y ladrillos –las más famosas– se proponen desafiar el sentido. En 1976, el diario The Daily Mirror de Londres dio la bienvenida a los ladrillos del artista estadounidense con un titular en primera plana: “Qué montón de basura”. Parte de esa indignación puede verse en la muestra de Margate.
“Yo siempre luchaba contra el auge del arte conceptual –dice–. Había una frase de Joseph Kosuth: ‘El arte como idea como idea’. Y yo decía que una idea en la cabeza no era una obra de arte. Una obra de arte está afuera, en el mundo, es una realidad tangible.” Luego agrega: “Mi obra no nace de las ideas, nace de los deseos”. Esos deseos se hicieron sentir desde muy temprano, cuando crecía en Quincy, Massachusetts, cerca de canteras de granito abandonadas y el astillero donde su padre trabajaba de dibujante. Andre recuerda con admiración “esos grandes bloques de granito descartados, tirados por todas partes” en el astillero, “todas esas planchas de acero a la intemperie, herrumbrándose”, cuenta. Más tarde esos recuerdos se manifestarían en el impulso de hacer arte. La escuela secundaria a la que asistió tenía un buen departamento de arte, aunque los primeros intentos de Andre no eran prometedores. “Soy muy mal pintor –dice–, realmente espantoso. También soy un desastre como dibujante. Como dijo alguien una vez de mí, no puedo sacar melaza de un barril”.
Con el tiempo, halló su camino en la escultura y se mudó a Nueva York para hacerse artista. Estaba quebrado y encontró trabajo en la playa de maniobras del ferrocarril, donde conducía las locomotoras y hurtaba trozos de metal para hacer cosas. Cuando tuvo su primera oportunidad, un ofrecimiento de la galería Tibor de Nagy para mostrar algunas obras, le pidió al galerista que le diera 600 dólares para materiales. El resultado fue una pieza hecha de vigas de espuma de poliestireno. Después pasó al acero e investigó su carácter “sensual”, negando que hubiera algo más que decir de él. “Dije: ‘¡No hay ideas ocultas detrás de esas chapas! ¡Son chapas de acero y nada más!’” Cuando le dijeron que una pila de piedras no era una obra de arte, señaló Stonehenge.
Su obra era austera, emocionante, extrañamente conmovedora, y Andre creció hasta convertirse en un coloso del arte moderno estadounidense y en uno de los fundadores del minimalismo. Aunque utiliza conceptos de la falta de sentido como forma de hacer comentarios sobre la horrenda obsesión de la cultura por la literalidad, es un poco melodramático de su parte decir que su obra carece por completo de sentido. Sin embargo, entusiasmándose con el tema, agrega que la aproximación prosaica al arte es preguntar: ¿qué significa? “Vivimos en una cultura lingüística y todo debe convertirse en lenguaje. La gente no entiende nada hasta que uno se lo explica.” Es una forma de idiotez, opina, que proviene de habernos criado mirando tevé “que anula por completo la imaginación y los sentidos. Uno sólo está sentado ahí con la boca abierta.” Melissa, la mujer de Andre, está sentada con nosotros a la mesa y dice: “Desde que conozco a Carl, nunca le importó lo que puedan pensar los demás”. Ni sus pares ni los críticos. “Algo que desconcierta a otros artistas es que a Carl no le interesa hacer vida social.” “Bueno, yo no diría eso –acota él–, solía ir al Art Bar a levantar chicas. Pero no me gustaba ir a las inauguraciones, a menos que hubiera mucho alcohol”.
Le pregunto si su círculo social se redujo con la muerte de su esposa. “No, no, fue así desde el principio. La oposición, la negatividad, empeoraron cuanto mayor era mi éxito .” Pero dentro de un pequeño círculo, le sugiero, tuvo mala fama. “Un pequeño círculo, no”, contesta. “¡El título del Daily Mirror!” No, quise decir notoriedad desfavorable después que fue sometido a juicio, le digo. “Ah –dice Andre–, eso también fueron titulares de primera plana .” Me mira plácidamente. ¿La gente se alejó hasta que fue absuelto? “Eso no se detuvo entonces. En la prensa no me absolvieron. Sólo dijeron: se escapó de esta. Todavía hay una división”.
Melissa se aclara la garganta. “Aún perdura… De hecho, durante años recibí cartas que me decían: ‘¿Cómo puedes estar con Carl?’” Andre había dicho que Ana se fue a dormir sola y que, cuando él entró en la habitación, la ventana estaba abierta y ella ya no estaba. Pero la fiscalía lo presentó como un misógino y alegó que su mujer había caído por la ventana después de una discusión que se produjo porque ella había amenazado con divorciarse tras las infidelidades de él. Eso fue muy injusto, explica, porque “siempre me he considerado feminista. Como la mayoría de los hombres, me siento atraído por las mujeres pero me gustan las mujeres, algo que no le pasa a la mayoría de los hombres. Prefieren ir a un bar y estar con los amigos.” Los que lo conocían permanecieron fieles, pero Andre también perdió algunos amigos. “No íntimos, pero los conocidos no querían hablar conmigo, me evitaban.” Después las Guerrilla Girls, un grupo de activistas feministas del arte, pegaron por toda la ciudad carteles de O. J. Simpson y André con la leyenda “Buscado”. ¿Qué hace uno con algo así?
“Yo soy una persona más bien flemática. Algo estoica. Lo aprendí de chico, cuando a veces me hostigaban. Era un chico gordo. No deportista. El preferido de la maestra y ese tipo de cosas, y a veces ligaba una. Y aprendí a no devolver los golpes. Eso desconcertaba a la gente. Porque yo sólo decía: ‘No, no, no, yo no provoco’.” Me pregunto por qué no se mudó de departamento, le digo. “Todos se lo preguntan –dice Andre–. Bueno, mire lo que es la vista.” “A Carl no le gustan los cambios –dice Melissa– y sinceramente creo que, si se hubiese mudado, habría sido visto como un reconocimiento de su culpa.” “Yo no lo vi así –dice Andre–, sólo me gusta vivir aquí.” Las notas de prensa sugerían que la familia de su esposa estaba totalmente en contra de él en aquel momento. “En realidad, no –dice–. Había una excepción: una gran disputa por quién se quedaría con los restos de Ana. Y se decidió en los tribunales que la familia tuviera sus restos y estuviera a cargo de los arreglos para el entierro. Yo firmé un documento donde renunciaba al patrimonio de Ana para que no pensaran que me beneficiaba en algo con su muerte.” Con voz queda añade: “Ana no tenía pelos en la lengua. Le decía a la gente lo que pensaba, en el momento que lo pensaba, hasta el exceso”. Una buena pareja para él, por lo tanto, dado que parece tan tranquilo.
“Bueno”. Pausa. “Lamentablemente puedo ser vehemente e insoportable cuando estoy muy borracho. Ana era peleadora por naturaleza. Y… oh”. Exhala un leve suspiro. “Me dio una tunda más de una vez. Era todo un personaje.” ¿Se preparó para la posibilidad de que lo hallaran culpable?, pregunto. “Yo… ¿Qué decir? Los presos están resignados a su destino. Siempre me atrajo el taoísmo. La filosofía de los taoístas es que hay un camino verdadero y nadie puede decirnos cuál es.” Conocer a Melissa en 1995 le cambió la vida, dice. “No podía emborracharme todas las noches si estaba Melissa, la persona que amo. Me di cuenta de que me avergonzaba a mí mismo y a ella”.
Se miran uno al otro. “Cuando conocí a Melissa, no tardé mucho en darme cuenta de que había encontrado mi lugar”, asegura. Melissa sonríe. “Es un hombre inteligente”, acota.

(c) The Guardian y Clarín Traducción: Elisa Carnelli



Fuente: Revista Ñ Clarín

¡MUY FELICES 139 AÑOS, MAR DEL PLATA!


Se cumplen hoy 139 años desde que Patricio Peralta Ramos fundara la ciudad de Mar del Plata el 10 de febrero de 1874.
Es increible todo lo que ha crecido la ciudad en ese tiempo y todo lo que ha ido pasando y a diario pasa en ella desde entonces.
Justamente por éso, por todo lo que ocurre en ella desde el punto de vista social, económico, turístico y cultural, Mar del Plata muy merecidamente se ha ganado un lugar entre las más importantes ciudades balnearias de América y del Mundo.
Tuvo un pasado grande, tiene un presente muy rico y variado y su futuro es muy promisorio, con infinitas posibilidades.
Mar del Plata ya es mayor de edad y se mantiene muy joven y actualizada.
Y es una muy linda ciudad no sólo para veranear, sino para vivir y trabajar en ella durante todo el año.
La cantidad de atractivos que tiene en las cuatro estaciones la consagran sin ningún tipo de lugar a dudas como uno de los destinos turísticos preferidos por los argentinos.
Todo nació hace poco más de 139 años cuando en la mente inquieta de ese creador que se llamó Patricio Peralta Ramos empezó a rondar cada vez con mayor insistencia la idea de fundar una población dentro de los campos que le pertenecían.
En esas ideas iniciales, fundadoras, se originó esta gran realidad actual que es la Mar del Plata de hoy.
¡Muy felices 139 años, Mar del Plata!



EL MONUMENTO QUE RECUERDA AL FUNDADOR DE LA CIUDAD DE MAR DEL PLATA EL 10 de FEBRERO de 1874, PATRICIO PERALTA RAMOS. ESTÁ EN LA PLAZA COLÓN, ENFRENTE MISMO AL CASINO.



PATRICIO PERALTA RAMOS, UN VISIONARIO. LE VIÓ PROPIEDADES ESPECIALES AL CLIMA DE LA ZONA Y FUE QUIEN DIJO QUE LA GENTE QUE VIVIERA EN ESA ZONA SERÍA FELIZ. JUAN DE GARAY, AL NAVEGARLA EN EL SIGLO XVI, HABÍA DICHO QUE ERA ÉSA UNA GALANA COSTA.


EL MONUMENTO A PATRICIO PERALTA RAMOS A CONTRALUZ.


LA CAPILLA SANTA CECILIA, ERIGIDA POR PATRICIO PERALTA RAMOS EN RECUERDO DE SU MUJER, CECILIA ROBLES DE PERALTA RAMOS, EN 1873. FUE LA PRIMERA CONSTRUCCIÓN RELIGIOSA DE LA INCIPIENTE POBLACIÓN Y FUE DECLARADA MONUMENTO HISTÓRICO NACIONAL EN 1971 PORQUE EL AGRIMENSOR CHAPEAUROUGE TOMÓ SU FRENTE COMO REFERENCIA PARA TRAZAR LA CUADRÍCULA DE LA CIUDAD.
 
LA PRIMERA MUNICIPALIDAD, EL 1ro. DE ENERO DE 1881. MÁS ATRÁS, EN LA LOMA, SE VE LA CAPILLA  SANTA CECILIA.


TRAZADO URBANO DISEÑADO POR EL INGENIERO CARLOS DE CHAPEAUROUGE

RAMBLA LA PERLA - 1930.


RAMBLA BRISTOL - 1930




RAMBLA BRISTOL, 1935 -DE IZQ. A DER., JOSEFINA DORADO, ADOLFO BIOY CASARES, VICTORIA OCAMPO Y JORGE LUIS BORGES.

RAMBLA BRISTOL


PUBLICIDAD DE VENTA DE LOTES EN EL BARRIO LOS TRONCOS.


RAMBLA VIEJA.


HOTEL DEL MAR - 1935


UNO DE LOS CÉLEBRES LOBOS MARINOS HECHOS POR EL ESCULTOR ARGENTINO JOSÉ FIORAVANTI RECORTADO CONTRA PARTE DE LA IMPONENTE OBRA DE ALEJANDRO BUSTILLO.
JUNTO A ELLOS, SE HAN SACADO LA FOTO PARA LA POSTERIDAD MILLONES DE ARGENTINOS.



EL PARQUE SAN MARTÍN VISTO DESDE LA ARENA DE PLAYA GRANDE.
EL CASINO DE NOCHE. EL IMPONENTE CONJUNTO DE EDIFICIOS QUE INTEGRAN EL CASINO Y EL HOTEL PROVINCIAL, FUE PROYECTADO POR EL ARQUITECTO ALEJANDRO BUSTILLO. SE LLEVA A CABO AHÍ EL TRADICIONAL FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MAR DEL PLATA.


UNO DE LOS DOS FAMOSOS LOBOS MARINOS HECHOS EN PIEDRA DE LA ZONA POR EL ESCULTOR ARGENTINO JOSÉ FIORAVANTI.




UNA IMPONENTE PANORÁMICA DE LA PUJANTE CIUDAD.

LA REDUCCIÓN DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR.

EL FARO DE PUNTA MOGOTES.



FRANCIA: HALLAN RETRATO DEL ROSTRO DE LA MODELO DEL CUADRO "ORIGEN DEL MUNDO", DE COURBET

El descubrimiento fue adquirido por un coleccionista anónimo en una tienda de antigüedades; de ser auténtico podría valer 40 millones de euros-
La revista francesa Paris Match publicó en portada el descubrimiento del retrato que supuestamente acompaña al cuadro del célebre artista realista Gustave Courbet, titulado "El origen del mundo", en el que se muestra en primer plano el sexo y el torso de una mujer tendida en una cama.
Según estudios del experto en pintura, Jean-Jacques Fernier, el lienzo de 41 x 33 centímetros en el que se aprecia la cabeza inclinada hacia atrás de una mujer, es el rostro de la modelo que hizo célebre y, a la vez escandalosa, la pintura de Courbet.
El hallazgo fue adquirido por un coleccionista anónimo en una tienda de antigüedades por 1400 euros en el año 2010. De ser verdaderamente un "Courbet", valdría ahora 40 millones de euros, según la revista.
Una inscripción en la parte de atrás del lienzo y una investigación de dos años han establecido que se trata de la continuación de "El Origen del Mundo", que data del año 1886.
La publicación también señala que el autor camufló sus iniciales invertidas en la oreja de la mujer retratada.
Se cree que el famoso pubis pertenecía a la modelo y amante del pintor, Joanna Hiffernan. También se descubrió que el cuadro se pintó entre 1858 y 1869, y que los cortes en los bordes de la obra indican que fue separado de una tela más grande.
Sin embargo, el descubrimiento ha provocado escepticismo entre expertos de Courbet, quienes afirman no creer en las aseveraciones de Fernier.
La escandalosa obra ha pasado de mano en mano: fue adquirida en 1886 por un diplomático oriental llamado Khalil-Bey, luego pasó a ser propiedad del psicoanalista francés Jacques Lacan en 1955, aunque este lo ocultó. Tras la muerte del psicólogo, la obra pasó a manos del estado francés en 1981, en concepto de impuestos sucesorios.
Las temáticas que Courbet implementaba en sus obras pretendían escandalizar a la sociedad de la época, retratando eclesiásticos ebrios divagando por caminos o retratando mujeres desnudas.
El Museo de Orsay, que posee en sus colecciones "El Origen del Mundo", no se ha pronunciado acerca del hallazgo.

Agencias AFP y EFE.

Fuente: lanacion.com

UN MODIGLIANI POR 42 MILLONES DE DÓLARES
EN UNA SUBASTA LONDINENSE


Pintada. La mujer del artista. /EFE
Eran fundadas las expectativas por la subasta en la que se vendería J eanne Hébuterne (con sombrero), un cuadro de Amedeo Modigliani (1884-1920). Eran fundadas: se estimaban entre 25 y 34,5 millones de dólares pero finalmente la obra, pintada en 1919, se vendió en 42,320 millones en la casa Christie’s, de Londres.
Se trata de un retrato de quien fue su mujer. Con ella, el pintor tuvo una hija justamente en 1919: un marchante le había aconsejado que pintara desnudos para ganar dinero y así lo hizo, pero sin éxito. Los desnudos se cotizaron años después, de modo que el cuadro de ayer no fue un récord para el artista de los cuellos alargados: en 2010, un desnudo del italiano se había vendido en 68,96 millones.
En general, las ventas no estuvieron mal.
Nu accroupi (Desnudo en cuclillas), pintado en 1960 por Pablo Picasso salió en 11,51 millones de dólares, cuando el tope que se esperaba eran 7,86 millones. Y Minotaure aveugle conduit par une petite fille (Minotauro ciego guiado por una niña), un trabajo en papel del mismo artista, se vendió 4,466 millones, aunque se esperaba que superara los 5 millones.
En cambio Nature morte au roi de cartes, de Fernand Leger (1881-1955) se vendió en 4,29 millones, cuando se preveían hasta 2,82.
L’ombrelle (La sombrilla), Auguste Renoir (1841-1919) también superó las expectativas: el martillo bajó en 15,206 millones de dólares, cuando se esperaban hasta 11.
Todos estos autores formaban parte de la venta de arte impresionista y moderno. Cuando terminó, llegó el turno de los surrealistas. Allí se ofreció La escalera de la evasión, de Joan Miró, un cuadro que llevaba medio siglo sin ser expuesto. Se estimaba que pasaría los 12 millones de dólares, pero no tuvo comprador. En cambio, otra obra del artista, la escultura Femme (Mujer) se vendió en 9,92 millones de dólares.
En total, en la jornada de ayer Christie’s recaudó unos 154 millones de dólares. El lunes su competidora, Sothebys, había vendido obras por 190 millones.

Fuente: clarin.com

LAS ÁREAS DESCONOCIDAS DE ROY LICHTENSTEIN

Desde espejos y paisajes de estilo chino hasta las clásicas viñetas que lo hicieron famoso y obras que jamás fueron vistas en público, el 20 de febrero la Tate Modern inaugura la mayor retrospectiva desde la muerte, en 1997, del más intelectual de los artistas pop, que batalló entre las bellas artes y el arte comercial.

Por Cristina Civale

Con una apertura de admisión gratuita, el 20 de febrero abre en la Tate Modern de Londres, Lichtenstein-Una retrospectiva, que desde el museo se presenta como el mayor recorrido realizado sobre la obra del artista pop en los últimos 20 años. Es la misma muestra que viene girando desde el año pasado y que se presentó inicialmente en Chicago en The Art Institute y hasta este 13 de enero en The National Gallery de Washington.
Sin embargo, en 2010 otra gran retrospectiva se presentó en Milán, concretamente en la Triannale de Milano con curaduría de Gianni Mercurio. Allí además de las esperadas obras tomadas del comic, se sumaron piezas del inicio de la carrera de Roy Lichtenstein, cuando el artista –que murió en 1997– estaba aún buscando su estilo. Todas sus obras previas a los 60s tienen una marcada influencia de Picasso y Matisse y están lejos de constituir la marca registrada de colores primarios y tramas de puntos negros que hoy son características inconfundibles de sus obras.
Iria Candela, curadora de la muestra que ahora llega a Londres, nos dice por mail: “Lichtenstein es una de las figuras centrales del arte pop americano. Es internacionalmente famoso por sus libros de comics donde muestra escenas de guerra y momentos románticos acompañados por viñetas, es tan famoso que no necesita presentación. Y sin embargo, cuando comenzamos a concebir este proyecto fue una revelación realmente sorprendente descubrir cuántas áreas de su variada y expansiva producción permanecían comparativamente desconocidas. Por eso me atrevo a decir que esta es la primera retrospectiva de Lichtenstein verdaderamente abarcativa. Concebimos la muestra como un largo recorrido de sus logros artísticos, explorando ambos aspectos de su trabajo, tanto el famoso como los menos conocidos”.

UNIVERSO DISNEY. "Look Mickey", de 1961, marca su inicio en el pop y el de la retrospectiva.
UNIVERSO DISNEY. "Look Mickey", de 1961, marca su inicio en el pop y el de la retrospectiva.

Efectivamente, a diferencia de la muestra de Milán donde se exhibieron trabajos pre-pops que nadie podría asociar al artista, la muestra de Londres incluye “las más icónicas pinturas pop que los visitantes seguramente esperarán ver –continúa la curadora– pero también estarán presentes trabajos que nos harán explotar nuestra imaginación tales como espejos y paisajes realizados con estilo chino. Lichtenstein fue uno de los más intelectuales artistas pop –señala– reflexionaba sobre el artificio de la pintura y, entre otras cosas, sobre las nociones de autoría y originalidad en el contexto de la cultura de los mass media. Al mismo tiempo, sus óleos tienen un sensacional poder visual y destilan grandes dosis de humor e ironía que espero que se puedan apreciar en la visita a la exhibición”.
Iria Candela cuenta que la preparación de esta gran retrospectiva, la mayor desde su muerte según ella, tomó cuatro años de preparación e investigación seguidos por viajes curatoriales y negociaciones de préstamos de las obras que pertenecen a colecciones privadas, muchas de las cuales nunca fueron vistas en público.
También cuenta la génesis del Lichtenstein que conocemos hoy. “En 1961 –explica– cuando tenía 38 años, Roy Lichtenstein pintó Look Mickey. Este trabajo estableció el curso de su carrera y será exhibido al comienzo de la exhibición en la Tate porque esta obra constituyó la primera vez que Lichtenstein copiaba un personaje de comic. El ratón Mickey y el Pato Donald fueron siempre sus favoritos. En el término de dos años fue capaz de romper con el canon del expresionismo abstracto –el estilo de moda por entonces en Estados Unidos– con un nuevo concepto de pintura inspirado por el proceso de impresión industrial y por una temática tomada tanto de los comics como del imaginario de la publicidad de entonces. 

PAISAJE. "Landscape in fog", una pintura de 1996.
PAISAJE. "Landscape in fog", una pintura de 1996.
La adopción del estilo pop fue lo que lo brindó fama internacional. Para la mayoría del mundo, Lichtenstein ‘nació’ en 1962 en una exposición den la galería de Leo Castelli que provocó reacciones encontradas divididas entre el horror y el encanto por parte de los visitantes.
Hoy parece difícil de imaginar el shock que sus obras produjeron en el tiempo de ser concebidas. Lichtenstein se apropiaba de comerciales y comics, monumentalizando desde imágenes de consumo y de la idiosincrasia doméstica hasta paisajes marcadamente americanos como su famosa pintura de un neumático aislado, Tire de 1962.  Habrá toda una sala dedicada a sus obras en blanco y negro caracterizadas por el refinamiento de su composición”.
La exhibición mostrará 125 obras del artista en un recorrido cronológico donde estarán presentes todos los soportes en los que trabajó desde pinturas realizadas sobre Roulux, una marca de película fílmica, y acero hasta esculturas en cerámica y una selección de trabajos previamente nunca exhibidos como dibujos, collages y obras en papel.
“Los trabajos tempranos de arte pop de Lichtenstein están basados enteramente en la reproducción, la apropiación y la parodia, imitando las técnicas y estilos de la impresión pero sin jamás renunciar a la tradicional técnica de pintura a mano sobre la tela. Durante toda su carrera generó siempre una tensión entre las llamadas ‘fine arts’ y el arte comercial”, remata la curadora. “A pesar de que sus obras más icónicas fueron reproducidas en postales, calendarios y afiches nada puede reemplazar la experiencia de pararse ante la obra misma y esta exhibición ofrece la oportunidad única de vivir esa sensación tan refrescante y sobre todo nos ofrece la impresión ambigua que genera esta visión donde uno duda sobre si las obras realmente fueron creadas por alguien que las pintaba o por una máquina impresora. Ese sentimiento encontrado, es lo que me parece más destacable de observar un Lichtenstein en vivo”.


Fuente: Revista Ñ Clarín

MÁS QUE MINIMALISTA

La muestra de Ana Lizaso es un paso más en su camino desde el constructivismo hacia formas de apariencia minimalista. Una rara mezcla de rigor y color desbordante en el Palacio Duhau.

Por Ana Maria Battistozzi

El espacio de arte Duhau es prolongado y abarca buena parte de un ala subterránea de este palacio de inspiración francesa hoy convertido en hotel. Su forma angosta y extendida recuerda aquellos espacios que dieron nombre de galería a los lugares de exhibición y venta de arte en la Francia del siglo XVIII y principios del XIX. Tal vez no sea lo suficientemente holgado como para acoger las impactantes piezas escultóricas que ahora exhibe Ana Lizaso. Pero por alguna razón, esa estrechez no llega a disminuir el interesante contrapunto que se genera entre las formas de su arquitectura renovada y la nitidez de los volúmenes, vacíos y sobre todo el color que caracterizan a las obras de esta artista.
El conjunto despliega aquí la sucesión de búsquedas que a su turno la fueron ocupando desde mediados de los 90. En él se destaca, en todo su rigor, seducción y plenitud la pieza que acaba de comprar el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires (MACBA), donde la artista tendrá –según acaba de informar la institución– una exhibición individual hacia fines de este año que comienza. Se trata de una gran pieza anaranjada y gris de perfiles tajantes y planos contrapuestos.
En escultura –una categoría que, como ha señalado Rosalind Krauss se ha expandido generosamente como para abarcar las más variadas direcciones de la experimentación contemporánea–, Lizaso se ha mantenido fiel a un puñado de principios clásicos que vinculan su obra primero a la tradición constructiva de la modernidad y más recientemente a ciertas formas de apariencia minimalista. Sin embargo ninguna de estas asociaciones debería tomarse como definitiva a la hora de mencionar lo que la obra implica.
TRAMAS Y ENTRAMADOS. Madera calada, pintura poliuretánica.
TRAMAS Y ENTRAMADOS. Madera calada, pintura poliuretánica.

Lo fundamental en ella son los volúmenes, los juegos de planos en relación con el vacío, pero sobre todo el color. El color distingue a la obra de Lizaso por una singular apelación a lo sensible. Hace años que la artista trabaja con chapa de acero y madera y pintura nitrosintética de un cromatismo infrecuente que le otorga a sus piezas la seducción contenida que la caracteriza. El suyo es un exquisito caso de complementación entre el rigor de la forma y la presencia desbordante del color.
La tradición de la escultura y en especial la que en ella se inscribe y de algún modo define gran parte de su formación, ha sido bastante austera en ese sentido. Rara vez se permitió audacias cromáticas de esta naturaleza. Por lo menos, no al punto de lograr que piezas de reminiscencias industriales sean las mismas que remontan al espectador a los coloridos mercados de la India o Marruecos. Porque la policromía de esta artista parecería proceder de allí; de la intensidad del curry, del polvo de cúrcuma o del añil.
Hemos dicho que, dado el claro proceso de depuración formal afín a lo industrial-serial que exhibe, el recorrido de la obra de Lizaso podría coincidir con un tránsito que va del constructivismo al minimalismo. Hay mucho de esto, sobre todo en los trabajos realizados desde 2007; en los engranajes y columnas que participaron del Premio Trabucco ese mismo año. Pero también mucho que sin lugar a dudas proyecta el sentido de su obra más allá; se vincula con lo que realizó después y tiene en el círculo su principal eje de significación. Pero no sólo desde la forma, aunque ella se presente como protagonista casi exclusiva. 

INTERRUPCION N I. Chapa de hierro soldada, pintura poliuretánica satinada.
INTERRUPCIÓN N I. Chapa de hierro soldada, pintura poliuretánica satinada.
En uno de los textos emblemáticos de su producción teórica, Georges Didi Huberman cuestionó en el minimalismo el autoritarismo de tratar de imponer sólo lo que es inmediatamente visible (lo que vemos, lo que nos mira). Aquel lacónico “ what you see is what you ge t” (lo que hay que ver es lo que se ve) de Frank Stella buscó negar cualquier latencia en el objeto de la mirada. Todo lo que no se manifeste como presente en un determinismo que buscó clausurar cualquier evocación de la memoria y postular al resto de nuestra experiencia vital inexistente.
En ese esfuerzo por eliminar toda ilusión y no querer ir más allá de lo que se ve, impugnó también la temporalidad del objeto, su devenir y en última instancia cualquier operación de la memoria de quién se enfrenta a él.
Por eso no querríamos quedarnos aquí con que “lo que veo es lo que veo y con eso me basta”. Mal que nos pese, siempre hay algo más allá.
Supongamos que nos concentramos sólo en la forma, la serie de engranajes, columnas y círculos superpuestos de Lizaso se agotaría en la limitada experiencia de su visualidad inmediata. Se reduciría casi a nada. Tal vez ni siquiera llegaríamos a percibir en ella la belleza de unos mecanismos industriales inútiles. Y más aun: nos perderíamos la posibilidad de acercarnos a todo lo que en estas piezas podría evocar del universo fantástico de Borges. Imaginar quizá las Ruinas circulares en su serie de columnas y círculos. O tal vez una representación ideal de civilizaciones perdidas en esos círculos y semicírculos como pirámides escalonadas que evocan Babilonia y sus Zigurats. Sólo una de estas posibilidades ameritaría que la mirada vaya más allá.

FICHA
Ana Lizaso

Lugar: Paseo de las Artes, Hotel Park Hyatt Duhau, Av. Alvear 1661.
Fecha: hasta fines de marzo.
Horario: todos los días, las 24 horas.
Entrada: gratis.

Fuente: Revista Ñ Clarín.

MOHO, INSECTOS Y EL TIEMPO
CAUSAN ESTRAGOS EN EL ARTE

Los descendientes del multifacético artista Dieter Roth continúan la saga familiar que se podría describir como un persistente organismo artístico Roth.

Björn Roth con bustos de chocolate de su padre, Dieter Roth.
Björn Roth con bustos de chocolate de su padre, Dieter Roth.

A los diecisiete años, Björn comenzó a trabajar con su padre, y la colaboración entre ambos generó centenares de trabajos. De todos, Björn declaró: "No pretendo ser Dieter. Él era un genio, y eso es muy raro".
Dieter Roth a menudo creaba trabajos mediante la disposición de alimentos sobre papel o tela cubiertos de vidrio o plástico.
Los dejaba pudrirse, y el moho y los insectos continuaban el trabajo.
Para la muestra de Nueva York, los Roth continúan uno de los trabajos más monumentales con alimentos: torres de bustos de chocolate y azúcar.
El concepto, que Dieter exploró en 1968, comprende un autorretrato en chocolate de cómo sería en la vejez.
Se suponía que los demás bustos representaban leones, pero tenían más aspecto de perros y eran de azúcar de colores brillantes.
"Siempre vi esta pieza como un poema en lugar de como una construcción", dijo Björn. "En el primero de estos trabajos, se permitió que el calor y la humedad hicieran su efecto sobre el chocolate. Las cabezas de la parte inferior van quedando presionadas y adquieren un rostro muy triste. Así".
Hace el gesto de aplastarse la cara con las manos, cerrando los ojos y apretando los labios. "Es como si tuvieran encima todo el peso del mundo".
Oddur, que tenía dieciséis años cuando Dieter Roth murió, declaró: "Es muy extraño cuando uno es chico y la maestra le pregunta en la escuela qué hizo en el verano, porque uno dice que fue con el abuelo a un negocio y compró salames y salchichas, los cortó en rebanadas y los puso sobre la alfombra para luego trazar líneas alrededor de los círculos de grasa que hicieron. Piensan que uno es un gran mentiroso".
Garrels, que en la actualidad es curador del Museo de Arte Moderno de San Francisco, dijo que el colaborador más importante de Dieter Roth era el tiempo, "ya fuera a través del moho, los insectos u otros procesos orgánicos que permitían que las cosas continuaran cambiando". Agregó: "Este tipo de trabajo está muy en línea con ese espíritu".
La pieza de la galería que podría encarnar ese espíritu de forma más cabal es "Grosse Tischruine", o "Gran ruina de mesa", que se compone de mesas y sillas apiladas con todo tipo de desechos. Dieter agregaba cosas a la pila cada vez que se exponía.
"Era muy difícil instalar esa pieza cuando Dieter vivía", dijo Björn, "porque uno compraba una herramienta nueva, por ejemplo, y si no tenía cuidado, la siguiente vez que uno veía el trabajo, ya estaba pegada a la mesa".


Fuente: Revista Ñ Clarín