Mide cuatro metros y estaba catalogado como una
pintura anónima del siglo XVIII. La mayoría de los investigadores creían
que la pintura se había quemado en un incendio.
RAPTO DE LAS SABINAS. El boceto de la obra de Rubens y Gaspar de Craye.
PORMADRID, LA VANGUARDIA
El antiguo conservador de pintura flamenca del Museo del Prado,
Matías Díaz Padrón, descubrió en los fondos del Palacio Real de Madrid
la autoría de un lienzo realizado por Rubens (1577–1640) y Gaspar de
Crayer (1582 -1669).
Según el investigador se trata de Rapto de las sabinas,
un “lienzo enorme de cuatro metros, que estaba catalogado como una
pintura anónima del siglo XVIII”. “Hay mucho aún por estudiar”, explicó.
La mayoría de los investigadores creían que la pintura se había quemado
en un incendio.
El lienzo, que se encuentra en un “estado
lamentable”, coincide en “tema e historia” con una de las últimas obras
que encargaron a Rubens antes de morir. La pintura fue un pedido del rey
Felipe IV de Austria para el Salón de los Espejos del Palacio. “Rubens
trabajaba angustiado por terminar”. Sin embargo, el artista sólo realizó
el boceto y el diseño, ya que murió al poco tiempo. Van Dyck fue uno de
los candidatos a terminar el trabajo, pero fue el belga Gaspar de
Crayer quien culminó la obra. Fuente: clarin.com
Variada propuesta de los museos argentinos: en 2013 podrán verse obras de Berni y de la Bauhaus, entre otros grandes tesoros.
PLATO FUERTE. En junio, el MALBA organiza una muestra de la excéntrica artista japonesa Yayoi Kusama.
Por
Mercedes Pérez Bergliaffa
Los museos del país vienen con una programación cargada para
2013. A mediados de año, se realizará en la Fundación Proa la gran
muestra Oskar Schlemmer y la influencia de la Bauhaus en el teatro, la escenografía, el cine y el diseño gráfico. Es la primera exposición internacional sobre formas revolucionarias aplicadas a estas disciplinas a principios del siglo XX.
Schlemmer
fue exponente de la Bauhaus, la escuela de artesanía, diseño, arte y
arquitectura fundada en 1919 en Alemania, que sentó muchas de las bases
de lo que hoy se conoce como diseño industrial y diseño gráfico, y de
gran parte de la arquitectura del siglo XX.
Habrá otro plato
fuerte en junio en MALBA: es la muestra de la excéntrica artista
japonesa Yayoi Kusama, que vive cómodamente en una clínica
neuropsiquiátrica –no se quiere ir de allí, se siente bien, dice-, desde
1973, cuando regresó de los Estados Unidos, adonde había ido en 1957 en
busca de arte y psicodelia. Sus obras son, generalmente, instalaciones
con espejos, globos y juguetes, con ella ubicada en medio. Pero sus
trabajos más característicos son grandes espacios recubiertos
obsesivamente de inmensos lunares o manchas que marean un poco.
En marzo, en el mismo museo podrá verse la muestra de la brasileña Adriana Varejao, Historia en los márgenes;
en septiembre una gran exposición de la grabadora argentina Liliana
Porter, y para noviembre, MALBA programa una inmensa exhibición de
Antonio Berni, basada en sus dos personajes principales.
Antonio Berni: Juanito y Ramona
se llama la muestra, que se expondrá en el Museo de Bellas Artes de
Houston –con el que MALBA tiene un acuerdo-, y en 2014 en Buenos Aires.
El
Centro Cultural Recoleta arrancará el año con una exhibición del
fotógrafo Marcos López y luego una del grupo Mondongo, mientras que el
Espacio Fundación Telefónica presentará en julio una exposición del gran
artista conceptual Leandro Katz. En el Museo Sívori se podrá ver la
obra del cinético César Fioravanti en noviembre, y una exposición
colectiva de grabado satírico, en julio.
Desde la institución de
arte más importante del país, el Museo Nacional de Bellas Artes, dijeron
que en marzo habrá una muestra de pinturas y esculturas argentinas del
siglo XX, con obras de la Cancillería; y más tarde, una con esculturas
del propio patrimonio. La gran expectativa es la inauguración de las
salas del primer piso, que albergan arte argentino del siglo XX –ahora
en diálogo con obras internacionales-, con nuevo guión curatorial, nueva
disposición museográfica y reformas arquitectónicas. Por la llamativa
situación en que se encuentra el museo –su director, Guillermo Alonso,
terminó su mandato en diciembre y aún no hay información oficial acerca
del presente o futuro del cargo– la fecha de inauguración es incierta.
En
otras provincias, en San Juan, por ejemplo, en el Museo de Bellas Artes
Franklin Rawson se mostrarán, durante marzo, textos y videos inéditos
de la controversial Liliana Maresca. Para mayo, el museo prepara una
retrospectiva del uruguayo Carmelo Arden Quin –también estará en el
Museo Caraffa de Córdoba — y una muestra del gran santiagueño Ramón
Gómez Cornet. Rosario prepara, a través de su Museo de Arte, la muestra Entresiglos. El impulso cosmopolita en Rosario;
en mayo una del pintor sanjuanino Carlos Gómez Centurión, y en octubre,
un nuevo guión de las obras propias del artista Xul Solar.
Este año el arte tiene oferta para todos los gustos: ¡no hay excusas! Las obras lo esperan. Fuente: Revista Ñ Clarín
Inspirado en la “VuelVIlla” de Xul Solar y la
“Ciudad Hidroespacial” de Gyula Kosice, el artista presenta un microfilm
entre la batalla y la sublevación. Se puede ver hasta fines de marzo en
el Espacio Digital del MAMBA.
BATALLA 3D. Una captura del microfilm "Los descansos de pantalla se derrumbarán sobre tu cabeza", de Lux Lidner
Por Cristina Civale
La nueva obra de Lux Lindner que se exhibe hasta finales de
marzo en el Espacio Digital del segundo subsuelo del MAMBA es
inspiradora.
Ya desde su título produce curiosidad y atracción. Lindner decidió llamar a este film breve pero contundente Los descansos de pantalla se derrumbarán sobre tu cabeza, un modo de decirnos –tal vez– que lo que realmente nos demolerá es estar desconectados de algún dispositivocarente
de pantalla. En este mundo cada vez más lleno de pantallas, cerrar los
ojos ante ellas o despistarnos en su observación, podrían tener un
efecto fatal. Tan fatal como cerrar los ojos o no mirar lo que él pone
en una de ellas.
Lindner elige poner en su pantalla una simulación
muy estimulante de un supuesto videojuego donde se encuentran en
“lucha” dos diseños urbanos utópicos de artistas argentinos notables por
su originalidad. Las ciudades que se confrontan son la VuelVilla de Xul Solar y La Ciudad Hidroespacial de Gyula Kosice.
Todo
un mundo épico se abre en este microfilm, llamarlo así parece cosa de
espías, es micro por su brevedad y también por su austeridad, una suerte
de falta de recursos reconocida por el propio artista pero que aquí
puede pensarse como una buena suerte porque funciona muy bien.
CONTIENDA. Dos diseños urbanos utópicos, la VuelVilla de Xul Solar y La
Ciudad Hidroespacial de Gyula Kosice, se enfrentan en la obra de
Lindner.
Entre las
numerosas inquietudes de Lindner se encuentra el trabajo en 3D que es
el que despliega en esta obra, un trabajo que afinó realizando un master
en New York no hace tantos años.
Eligió para estrenar su obra,
que abre un duelo en el arte argentino, un museo de prestigio vapuleado,
pero el museo de arte moderno de la ciudad al fin, y no es un detalle.
En las entrañas de donde deberían tener lugar las exhibiciones más
importantes de la creación nacional, Lindner nos enrostra su obra. Para
que pensemos como jugando qué tienen estos modelos no sólo de ciudad,
sino también de producción de arte, de desafiante, de vencedor, de vital
y único.
Aunque la obra se presenta como la simulación de un videojuego o, al menos, puede ser mirada como tal, Lindner confiesa a Ñ Digital:
“No me siento muy afín a los videojuegos, me interesan más las
películas épicas del siglo XX. Creo que los videojuegos cayeron
demasiado pronto en la volteada que transformó la interactividad en una
instancia mercachifle. El cine fue mercachifle y está desapareciendo en
un escenario mercachifle, pero después de habernos dejado un Bergman, un
Godard y otros. El videojuego no llegó a esas alturas”.
Desechado el videojuego como contenido pero no como procedimiento de trabajo, el artista se atreve a contarnos la gesta de Los descansos de pantalla se derrumbarán sobre tu cabeza, donde no se priva de hacer un llamado de atención a los creadores locales.
RECREACION. Notable por su originalidad, la Ciudad Hidroespacial de Gyula Kosice, por Lindner.
Nos
dice: “En la obra del MAMBA traté mas bien de inspirarme en películas
blanco y negro donde barcos piratas se tiran cañonazos o naves
espaciales de 1977 se disparan con cañones de fotones.
Siempre me
interesó la ciencia ficción y me ha vuelto a interesar, estoy
escribiendo historias y obras de teatro en ese género. Kosice y Xul me
parecen utopistas importantes en el contexto de un arte que suele volar
bajo como el nuestro. Mucho de nuestro arte es periodismo de aventura o
ilustración de alguna moda política o artística del momento, pero falta
la toma de distancia. En mi humilde entender, tanto Solar como Kosice
intentaron algo en el sentido de una toma de distancia de una realidad
determinada periodísticamente; lo que habría que ver es si esa distancia
no fue tan grande que terminaron siendo ignorados demasiado tiempo y
terminaron encapsulados como se hace con chistes crípticos e
inofensivos. Cuando digo ‘arte como periodismo’ digo (Carlos) Gorriarena
o Pablo Suárez, por ejemplo, un arte que busca comunicación y acuerdo
con su espectador de modo muy enfático. Me parece que esto puede estar
bien como válvula de escape en escenarios dictatoriales clásicos, pero
en situaciones más institucionales representativas’ pierde su función”.
INSPIRACION. “No me siento muy afín a los videojuegos, creo que cayeron
demasiado pronto en la volteada que transformó la interactividad en una
instancia mercachifle".
Pero
no se quede en la crítica hacia la obra ajena, también es duro con él
mismo, por lo que sus pensamientos hacia otros artistas no pierden
legitimidad. Así afirma: “Admito que me hubiera gustado una relación más
complicada y detallada entre ambos emprendimientos, el de Solar y
Kosice, que una ‘batalla’ con un ‘ganador’, ahí sencillamente intervino
el factor tiempo levándome sin proponérmelo yo al tempo del
videogame. Igual aclaro que le tomé cierta antipatía a la Ciudad
Hidroespacial a partir de un video que vi en la fundación Klemm donde
una Ciudad Hidroespacial sobrevolaba Buenos Aires ‘sin cambiar nada
abajo’, digamos... dos mundos seguían separados, la utopía no bajaba
hasta nosotros. Ahí creo detectar un déficit salvífico, diríamos... La
‘comodidad’ de la Ciudad Hidroespacial me sublevó un poco”.
Y ese
ser parece el estado de Lux Lindner, el de sublevación permanente, el de
curiosidad insaciable, dotes que lo convierten en el artista prolífico,
creador en numerosos soportes y sobre todo, en el creador dotado que en
cada obra, nos demuestra que es.
NUEVA YORK, N.Y., Una
amplia variedad de obras de Andy Warhol se subastarán por primera vez,
sólo por internet, otorgándole a un público más amplio la oportunidad de
adquirir una obra del maestro del pop art.
El remate de la casa Christie's se realizará entre el 26 de febrero y
el 5 de marzo e incluirá unas 125 pinturas, dibujos, fotografías e
impresiones del artista, con precios de venta estimados en entre 600 y
70.000 dólares.
La subasta se realiza en asociación con la Fundación Andy Warhol para
las Artes Visuales, que decidió en 2012 vender todas las obras del
artista que estaban en su posesión.
Las obras pueden verse en línea antes de la venta y los clientes
podrán buscar, hacer ofertas y recibir actualizaciones instantáneas por
correo electrónico o teléfono si su oferta es superada.
El estilo inspirado en las formas de la
naturaleza, heredero del Jugendstil alemán, dejó en la trama de la
ciudad ejemplos notables, joyas de la arquitectura impregnadas de
espíritu porteño.
La
"babelización" de Buenos Aires se acelera al iniciarse el siglo XX con
récords de oleadas de inmigrantes que conforman dos tercios de su
población. La cabeza de la potencia sudamericana que cruje de progreso
viene redefiniendo su imagen con diversos estratos de eclecticismo
derivados de adaptaciones y combinaciones de culturas arquitectónicas
europeas. Es, sin duda, la apoteosis del eclecticismo desprejuiciado,
casi arrogante, de un país adolescente y nuevo rico pero que comienza a
crear propias expresiones de cultura como el tango orillero, la
literatura celebratoria del esplendor efímero o de las raíces ambiguas
de la argentinidad.
Por ese tiempo, como un fenómeno estacional de la
cultura europea, se despliega el resplandor Art Nouveau que tiñe
fugazmente la escena arquitectónica internacional. Los artificios del
nuevo siglo, inspirados en las formas de la naturaleza, en la
sensualidad, en la búsqueda de la síntesis entre arte e industria, en la
reacción contra el academicismo reinante tienen especies estilísticas
diferentes que crecen en distintas regiones: Sezession en Viena,
Modernismo en Cataluña, Liberty en Italia, Jugendstil en Alemania, Art
Nouveau propiamente dicho en Bélgica y Francia.
Monumento a los españoles. Foto: Fabio Grementieri
La asimilación del estilo en estas tierras se inserta
en un mecanismo similar al de cualquier corriente arquitectónica que
llega aquí por esos años, alrededor de 1900. Sobre la base de un
desprejuicio bien argentino se echaba mano a cualquier fuente de
inspiración o modelo arquitectónico venido de Europa por cualquier
medio. Por otra parte, las influencias se mezclaban a gusto del
diseñador o del propietario, y en la materialización participaban
profesionales, constructores y artesanos de distintas procedencias. La
pasión por estar al día y, al mismo tiempo, fantasear con una tradición
hacían que se tomaran todos los repertorios de ayer y de hoy. Así
sucedió también con el Art Nouveau, que, con sus muchas cepas
inmediatamente aclimatadas, conquistó sobre todo la edilicia privada
aunque también se coló en algunas obras públicas.
En la Argentina, la afición por el Art Nouveau oscila
entre la extravagancia y la presunción. Para la alta sociedad, es un
divertimento de alcoba, casi a la manera del tango. Para los inmigrantes
transformados en enriquecidos burgueses, es el traje de gala para
demostrar su acelerada prosperidad. En muchísimos casos aparece como la
hibridación entre tradición e innovación, el denominado eclecticismo
modernista, de resultados ambiguos. En otros tantos acompaña estilos del
repertorio del academicismo historicista y en particular se combina con
el Luis XV, con el que forma un maridaje especial basado en la obsesión
común por las formas curvas y la ornamentación opulenta.
Fachada del hotel Chile. Foto: Fabio Grementieri
En sus diversas versiones, el Art Nouveau se adhiere a
las superficies exteriores e interiores de los edificios de distinta
escala y función: desde la casa chorizo, pasando por el
petit-hôtel,hasta llegar al edificio de renta para departamentos y
oficinas, pero también en tiendas, teatros, hoteles y cines.
El método universal para construir modernismo se basaba
en una composición de sustrato academicista o eventualmente
pintoresquista, donde se combinaban originales aportes de variada
procedencia en la definición de llenos y vacíos, de los detalles
constructivos, de los elementos ornamentales, de la iluminación natural y
artificial, o de las texturas, revestimientos o grafismos. La fórmula
se completaba con el uso de los más diversos materiales (revoque,
hierro, madera, vidrio, cerámica) para exacerbar líneas, texturas y
colores. En Buenos Aires la mayoría de las obras se encuentran al oeste
de la zona céntrica, en los barrios de Montserrat, San Cristóbal, y en
las áreas de Congreso y Once, allí donde se asentaron las clases medias y
la burguesía ascendente.
El Art Nouveau fue elegido por distintas colectividades
inmigratorias para expresar su ascendencia a través de formas
referenciales pero innovadoras, como en el caso del Club Español, fruto
de un concurso ganado por el ingeniero holandés Enrique Folkers. Y
también fue adoptado oficialmente por la Exposición Internacional del
Centenario, esa megamuestra celebratoria del progreso argentino que se
desarrolló en diversos sitios del área norte de la ciudad. La mayoría de
los pabellones nacionales y extranjeros incorporaban el nuevo lenguaje
decorativo en diversas versiones. El "sezessionismo" austríaco
impregnaba la Plaza de Armas frente al hipódromo diseñada por Julián
García Núñez para la representación española, donde desfiló la infanta
en carruaje, y también teñía dos obras de Enrique Prins: el palacio con
cúpula y brazos curvos consagrado a la Exposición Industrial junto al
Rosedal y el Pabellón Frers en La Rural. En la sección de Comunicaciones
y Transportes se lucían el estilo Liberty de los italianos en los
portales de ingreso y en su propio pabellón. También en otros diseñados
para provincias como Mendoza y Tucumán o el del Servicio Postal, único
sobreviviente maltrecho de todo lo construido para los fastos del
Centenario. En otros casos aparecían versiones telúricas del estilo como
el relicario paraguayo de madera inspirado en obras de Horta o Guimard.
Fue un festival efímero del nuevo estilo y la paradójica postal
arquitectónica nacional de los festejos en el contexto de obras públicas
que consagraban el clasicismo dieciochesco en manos de arquitectos
Beaux Arts.
Cúpula del edificio ubicado en Paso y Viamonte. Foto: Fabio Grementieri
Edificio de departamentos ubicado en Hipólito Yrigoyen 2562. Foto: Fabio Grementieri
En el mundo Art Nouveau porteño descollaron cuatro
maestros que hicieron obras particulares de gran originalidad,
verdaderos monumentos que traspasan la frivolidad de un estilo o de una
moda. El primero de ellos fue Julián García Núñez, quien estudió en
Barcelona y recorrió el camino más afín a la innovación europea. Sus
formas despojadas, el predominio de las rectilíneas y una policromía muy
acotada presagian modernidades de posguerra. La ornamentación que
despliega no está divorciada de la estructura. Ejecutada mediante
diversos materiales, es un grafismo que expresa líneas de fuerza,
provoca reverberaciones o realza la dinámica de la composición. Produjo
edificios de alta calidad de diseño y factura, donde hasta el más mínimo
detalle se inscribía dentro de la lógica del diseño total. Entre sus
obras más importantes se cuentan el Hospital Español sobre la avenida
Belgrano (casi todo demolido); el edificio de oficinas de Chacabuco 78
donde asombra el patio interior central coronado por una claraboya,
surcado por la alta jaula del ascensor y orlado por balcones de piso
translúcido; y varios edificios de departamentos donde recicla postales
de Barcelona, Milán o Viena pero también de Tánger y Alger.
Otro de los maestros fue el italiano Virginio Colombo,
que proyectó para connacionales enriquecidos que se dedicaron al
comercio, la industria y la especulación inmobiliaria. A estos
emprendedores les gustaba una arquitectura pensada para optimizar el uso
de terrenos profundos, que permitían la multiplicación de unidades
comerciales o de vivienda, con rasgos de ostentación y extravagancia,
según los cánones académicos. La producción de Colombo es rica, variada y
raramente pasa inadvertida en la escena urbana. Las frondosas fachadas
de sus edificios aparecen como cascarones parlantes que inquietan no
sólo por la flora, fauna y estatuaria que las pueblan sino también por
los claroscuros realzados por diversas texturas y materiales. Esta
parafernalia de imitaciones de piedra, granito y mármoles fue fruto de
la habilidad de escuadrones de albañiles y "frentistas" italianos que
plasmaron al pie de la letra los diseños del arquitecto.
Hall del edificio de Chacabuco 78. Foto: Fabio Grementieri
El segundo del trío de capos italianos fue Francesco
Gianotti, quien proveyó a Buenos Aires de dos obras cumbres: la galería
Güemes y la Confitería del Molino. En ambas se combinan la alta
tecnología del hormigón armado que permitía acrobacias volumétricas y
espaciales, y la frondosidad preciosista y minuciosa de la ornamentación
que sublimaba la experiencia sensorial. En el primer caso se trata de
un edificio multifuncional, a la manera de un microcosmos urbano de
carácter futurista, suerte de nave autosuficiente que incluía un teatro,
un cabaret, dos restaurantes, pisos de vivienda y de oficina, galería
con locales comerciales y terraza-mirador; todo ello servido por alardes
técnicos inusitados para Buenos Aires. Por su parte, la Confitería del
Molino, construida en tiempo récord, fue en realidad una ampliación de
un edificio que resultó en una impresionante fachada orlada por una
ampulosa marquesina y culminada en un torreón, ambos elementos cubiertos
con vitrales iluminados desde adentro con luz eléctrica.
Cierra la trinidad italiana Mario Palanti, figura
destacada no sólo por sus obras materializadas sino también por su
reflexión teórica y su experimentación formal. Palanti intentó, en
algunas de sus construcciones y en numerosos proyectos, desarrollar un
estilo que fuera representativo de los nuevos tiempos signados por la
metropolización y monumentalización. Dentro de una actitud conservadora,
aparentemente antivanguardista, exploraría el camino que el
expresionismo europeo libertario y de inspiración esotérica intentaba
trazar en esa misma época. Gran "sintetizador", Palanti "remixó"
diversos estilos decimonónicos: neorrenacimiento, neorrománico,
neogótico. Pero además supo combinar el vértigo y la vibración tanto del
barroco Piranesi como del futurista Sant'Elia. Su obra magna es el
Pasaje Barolo (mellizo del Palacio Salvo en Montevideo).
Fachada del petit-hôtel de Paraguay 1328. Foto: Fabio Grementieri
s masas exteriores así como también en los
espacios interiores. El lenguaje arquitectónico del edificio es difícil
de inscribir en un estilo o escuela precisa. Representa un importante
intento de conjugar distintas trazas de la tradición arquitectónica
europea medieval con modernas técnicas constructivas a la manera
estadounidense y rasgos de carácter rioplatense. Calificado por su autor
como "rascacielos latino", el Barolo es representativo de una actitud
arquitectónica impregnada de prefiguraciones oníricas, de gestos únicos y
de ideales heroicos, dentro del espíritu del Risorgimento italiano en
camino hacia su desenlace fascista. En la búsqueda de una nueva
arquitectura, superadora de las tensiones a las que había llegado el
eclecticismo historicista, el edificio es una pieza única que demuestra
la posibilidad de aunar creatividad y respeto por el entorno.
El Art Nouveau porteño se prolonga hasta principios de
la década de 1920, cuando comienzan a despuntar otros expresionismos: el
neocolonial y el Art Déco. El contexto europeo fue bien diferente del
argentino. Allí el nuevo estilo buscaba romper con la tradición,
enancado en un desarrollo industrial que se incrementaba aceleradamente.
Aquí, en cambio, dominaba el puro impulso de proyectarse hacia
adelante, hacia la modernidad. La riqueza de la producción local en su
conjunto proviene de ese afán pero también de la apropiación de
mConcebido a partir de un programa que preveía distintos usos, la
plasticidad reina en laúltiples aportes que la transforma en un Art Nouveau eclecticista y
paneuropeo, paradójicamente plural dentro de una corriente que ensalzaba
la singularidad.
Fachada del Palacio de los Pavos Reales. Foto: Fabio Grementieri
Interior del petit-hôtel de Azcuénaga 1075. Foto: Fabio Grementieri
Galería Güemes. Foto: Fabio Grementieri
Bóveda de Rufina Cambaceres. Foto: Fabio Grementieri
1905 Palacio de los Lirios (Av. Rivadia 2031) Arq.: E.S. Rodríguez Ortega
1906 Hospital español (Av. Belgrano 2975) Arq.: Julián García Nuñez
1907 Farmacia suiza (Maipú y Tucumán) Arq.: Louis Dubois
1908 Club Español (B. de Yrigoyen 172) Arq.: Enrique Folkers; Tienda Gath & Chaves (Florida y Sarmiento) Arq.: F. Fleury Tronquoy
1910 Hotel Centenario (Av. de Mayo 769) Arq.: Oskar Razenhofer
1912 Edificio del Bazar Dos Mundos (Av. Callao y Sarmiento) Arqs.: Emilio Hugue y Vicente Colmegna
El
gobierno de la Federación de Bruselas-Valonia reclamó a las autoridades
francesas que les sea restituido la obra del pintor flamenco Pedro Pablo
Rubens "El triunfo de Judas Macabeo", sustraída por las fuerzas
revolucionarias galas en 1794.
La obra, creada en 1635 por el maestro
barroco por encargo del arzobispo de Tournai, lució en origen en la
catedral de esta ciudad del noreste de Bélgica hasta la Revolución
Francesa, informa Efe.
"El triunfo de Judas Macabeo" forma parte de un díptico junto al lienzo
"La entrega de las almas al purgatorio", del mismo autor y que fue
restituida a Bélgica tras el Tratado de Viena, en 1815.
El ministro-presidente de Bruselas-Valonia, Rudy Demotte, reclamó por
escrito la restitución al ministerio de Cultura francés, tras una
votación por unanimidad de ese gobierno regional.
En 2011, el exministro de Cultura belga y senador reformista Richard
Miller ya pidió por primera vez a Francia la devolución de la obra de
Rubens.
Francia alega que el cuadro de Rubens es patrimonio nacional francés y se encuentra en depósito en el Museo de Bellas Artes de Nantes.
"No queremos hacer un casus belli. Se trata de una demanda de cortesía", señaló Demotte al diario Le Soir.
El político belga recordó que la Unesco creó en 1978 una comisión
intergubernamental para promover el retorno de las obras de arte a sus
países de origen.
Aunque las decisiones de esta comisión no son vinculantes, sí ha dado
sus frutos y por ejemplo en 1983 Italia restituyó 120.000 objetos
precolombinos a Ecuador.
Miller, por su parte, consideró que se trata de "un asunto sensible" y
dio otros argumentos de Francia para no restituir la obra a sus vecinos
del norte, como el que en el momento en que la obra llegó a Francia no
existiera el Estado belga.
"Ese argumento no es aceptable porque Francia institucionalizó como
Estado francés todo lo que antes era Imperio Napoleónico. Quizá no
existía Bélgica pero sí la catedral de Tournai, la misma que sigue en
pie ahora", explicó.
Sobre el argumento que la obra esté en un museo en mejores condiciones
de conservación que las que tendría si volviera a la catedral, el
exministro de Cultura belga dijo que, si la obra es restituida, el
Gobierno de Valonia-Bruselas tomará todas las medidas necesarias para
que el retablo tenga una excelente conservación.
Campanas nuevas para la catedral de Notre-Dame. Foto: AP
PARÍS.- La catedral de Notre-Dame de París recibió ayer las nueve
campanas nuevas procedentes de la fundición Cornille-Havard, en el
noroeste de Francia, como parte del lavado de cara con motivo del 850°
aniversario del templo, que se celebra este año. Hacia las 15.30
locales, la campana mayor de la catedral, "Emmanuel", izada en 1686 y
única superviviente de la Revolución Francesa, comenzó a tañer en la
torre Sur a la espera de la llegada de sus nuevas hermanas, que serán
bendecidas mañana por el arzobispo de París, el cardenal Vingt-Trois.
"Marie", de más de seis toneladas, fue la primera en hacer su aparición
en la plaza al pie del templo, a bordo del camión que la transportaba,
como al resto del convoy, desde la región francesa donde está emplazada
la fundición, Villedieu-les-Poêles, en el noroeste de Francia.