BUENOS AIRES ART NOUVEAU


El estilo inspirado en las formas de la naturaleza, heredero del Jugendstil alemán, dejó en la trama de la ciudad ejemplos notables, joyas de la arquitectura impregnadas de espíritu porteño.




La "babelización" de Buenos Aires se acelera al iniciarse el siglo XX con récords de oleadas de inmigrantes que conforman dos tercios de su población. La cabeza de la potencia sudamericana que cruje de progreso viene redefiniendo su imagen con diversos estratos de eclecticismo derivados de adaptaciones y combinaciones de culturas arquitectónicas europeas. Es, sin duda, la apoteosis del eclecticismo desprejuiciado, casi arrogante, de un país adolescente y nuevo rico pero que comienza a crear propias expresiones de cultura como el tango orillero, la literatura celebratoria del esplendor efímero o de las raíces ambiguas de la argentinidad.
Por ese tiempo, como un fenómeno estacional de la cultura europea, se despliega el resplandor Art Nouveau que tiñe fugazmente la escena arquitectónica internacional. Los artificios del nuevo siglo, inspirados en las formas de la naturaleza, en la sensualidad, en la búsqueda de la síntesis entre arte e industria, en la reacción contra el academicismo reinante tienen especies estilísticas diferentes que crecen en distintas regiones: Sezession en Viena, Modernismo en Cataluña, Liberty en Italia, Jugendstil en Alemania, Art Nouveau propiamente dicho en Bélgica y Francia.

Monumento a los españoles. Foto: Fabio Grementieri
La asimilación del estilo en estas tierras se inserta en un mecanismo similar al de cualquier corriente arquitectónica que llega aquí por esos años, alrededor de 1900. Sobre la base de un desprejuicio bien argentino se echaba mano a cualquier fuente de inspiración o modelo arquitectónico venido de Europa por cualquier medio. Por otra parte, las influencias se mezclaban a gusto del diseñador o del propietario, y en la materialización participaban profesionales, constructores y artesanos de distintas procedencias. La pasión por estar al día y, al mismo tiempo, fantasear con una tradición hacían que se tomaran todos los repertorios de ayer y de hoy. Así sucedió también con el Art Nouveau, que, con sus muchas cepas inmediatamente aclimatadas, conquistó sobre todo la edilicia privada aunque también se coló en algunas obras públicas.
En la Argentina, la afición por el Art Nouveau oscila entre la extravagancia y la presunción. Para la alta sociedad, es un divertimento de alcoba, casi a la manera del tango. Para los inmigrantes transformados en enriquecidos burgueses, es el traje de gala para demostrar su acelerada prosperidad. En muchísimos casos aparece como la hibridación entre tradición e innovación, el denominado eclecticismo modernista, de resultados ambiguos. En otros tantos acompaña estilos del repertorio del academicismo historicista y en particular se combina con el Luis XV, con el que forma un maridaje especial basado en la obsesión común por las formas curvas y la ornamentación opulenta.

Fachada del hotel Chile. Foto: Fabio Grementieri
En sus diversas versiones, el Art Nouveau se adhiere a las superficies exteriores e interiores de los edificios de distinta escala y función: desde la casa chorizo, pasando por el petit-hôtel,hasta llegar al edificio de renta para departamentos y oficinas, pero también en tiendas, teatros, hoteles y cines.
El método universal para construir modernismo se basaba en una composición de sustrato academicista o eventualmente pintoresquista, donde se combinaban originales aportes de variada procedencia en la definición de llenos y vacíos, de los detalles constructivos, de los elementos ornamentales, de la iluminación natural y artificial, o de las texturas, revestimientos o grafismos. La fórmula se completaba con el uso de los más diversos materiales (revoque, hierro, madera, vidrio, cerámica) para exacerbar líneas, texturas y colores. En Buenos Aires la mayoría de las obras se encuentran al oeste de la zona céntrica, en los barrios de Montserrat, San Cristóbal, y en las áreas de Congreso y Once, allí donde se asentaron las clases medias y la burguesía ascendente.
El Art Nouveau fue elegido por distintas colectividades inmigratorias para expresar su ascendencia a través de formas referenciales pero innovadoras, como en el caso del Club Español, fruto de un concurso ganado por el ingeniero holandés Enrique Folkers. Y también fue adoptado oficialmente por la Exposición Internacional del Centenario, esa megamuestra celebratoria del progreso argentino que se desarrolló en diversos sitios del área norte de la ciudad. La mayoría de los pabellones nacionales y extranjeros incorporaban el nuevo lenguaje decorativo en diversas versiones. El "sezessionismo" austríaco impregnaba la Plaza de Armas frente al hipódromo diseñada por Julián García Núñez para la representación española, donde desfiló la infanta en carruaje, y también teñía dos obras de Enrique Prins: el palacio con cúpula y brazos curvos consagrado a la Exposición Industrial junto al Rosedal y el Pabellón Frers en La Rural. En la sección de Comunicaciones y Transportes se lucían el estilo Liberty de los italianos en los portales de ingreso y en su propio pabellón. También en otros diseñados para provincias como Mendoza y Tucumán o el del Servicio Postal, único sobreviviente maltrecho de todo lo construido para los fastos del Centenario. En otros casos aparecían versiones telúricas del estilo como el relicario paraguayo de madera inspirado en obras de Horta o Guimard. Fue un festival efímero del nuevo estilo y la paradójica postal arquitectónica nacional de los festejos en el contexto de obras públicas que consagraban el clasicismo dieciochesco en manos de arquitectos Beaux Arts.

Cúpula del edificio ubicado en Paso y Viamonte. Foto: Fabio Grementieri
Edificio de departamentos ubicado en Hipólito Yrigoyen 2562. Foto: Fabio Grementieri

En el mundo Art Nouveau porteño descollaron cuatro maestros que hicieron obras particulares de gran originalidad, verdaderos monumentos que traspasan la frivolidad de un estilo o de una moda. El primero de ellos fue Julián García Núñez, quien estudió en Barcelona y recorrió el camino más afín a la innovación europea. Sus formas despojadas, el predominio de las rectilíneas y una policromía muy acotada presagian modernidades de posguerra. La ornamentación que despliega no está divorciada de la estructura. Ejecutada mediante diversos materiales, es un grafismo que expresa líneas de fuerza, provoca reverberaciones o realza la dinámica de la composición. Produjo edificios de alta calidad de diseño y factura, donde hasta el más mínimo detalle se inscribía dentro de la lógica del diseño total. Entre sus obras más importantes se cuentan el Hospital Español sobre la avenida Belgrano (casi todo demolido); el edificio de oficinas de Chacabuco 78 donde asombra el patio interior central coronado por una claraboya, surcado por la alta jaula del ascensor y orlado por balcones de piso translúcido; y varios edificios de departamentos donde recicla postales de Barcelona, Milán o Viena pero también de Tánger y Alger.
Otro de los maestros fue el italiano Virginio Colombo, que proyectó para connacionales enriquecidos que se dedicaron al comercio, la industria y la especulación inmobiliaria. A estos emprendedores les gustaba una arquitectura pensada para optimizar el uso de terrenos profundos, que permitían la multiplicación de unidades comerciales o de vivienda, con rasgos de ostentación y extravagancia, según los cánones académicos. La producción de Colombo es rica, variada y raramente pasa inadvertida en la escena urbana. Las frondosas fachadas de sus edificios aparecen como cascarones parlantes que inquietan no sólo por la flora, fauna y estatuaria que las pueblan sino también por los claroscuros realzados por diversas texturas y materiales. Esta parafernalia de imitaciones de piedra, granito y mármoles fue fruto de la habilidad de escuadrones de albañiles y "frentistas" italianos que plasmaron al pie de la letra los diseños del arquitecto. 

Hall del edificio de Chacabuco 78. Foto: Fabio Grementieri
El segundo del trío de capos italianos fue Francesco Gianotti, quien proveyó a Buenos Aires de dos obras cumbres: la galería Güemes y la Confitería del Molino. En ambas se combinan la alta tecnología del hormigón armado que permitía acrobacias volumétricas y espaciales, y la frondosidad preciosista y minuciosa de la ornamentación que sublimaba la experiencia sensorial. En el primer caso se trata de un edificio multifuncional, a la manera de un microcosmos urbano de carácter futurista, suerte de nave autosuficiente que incluía un teatro, un cabaret, dos restaurantes, pisos de vivienda y de oficina, galería con locales comerciales y terraza-mirador; todo ello servido por alardes técnicos inusitados para Buenos Aires. Por su parte, la Confitería del Molino, construida en tiempo récord, fue en realidad una ampliación de un edificio que resultó en una impresionante fachada orlada por una ampulosa marquesina y culminada en un torreón, ambos elementos cubiertos con vitrales iluminados desde adentro con luz eléctrica.
Cierra la trinidad italiana Mario Palanti, figura destacada no sólo por sus obras materializadas sino también por su reflexión teórica y su experimentación formal. Palanti intentó, en algunas de sus construcciones y en numerosos proyectos, desarrollar un estilo que fuera representativo de los nuevos tiempos signados por la metropolización y monumentalización. Dentro de una actitud conservadora, aparentemente antivanguardista, exploraría el camino que el expresionismo europeo libertario y de inspiración esotérica intentaba trazar en esa misma época. Gran "sintetizador", Palanti "remixó" diversos estilos decimonónicos: neorrenacimiento, neorrománico, neogótico. Pero además supo combinar el vértigo y la vibración tanto del barroco Piranesi como del futurista Sant'Elia. Su obra magna es el Pasaje Barolo (mellizo del Palacio Salvo en Montevideo).

Fachada del petit-hôtel de Paraguay 1328. Foto: Fabio Grementieri
s masas exteriores así como también en los espacios interiores. El lenguaje arquitectónico del edificio es difícil de inscribir en un estilo o escuela precisa. Representa un importante intento de conjugar distintas trazas de la tradición arquitectónica europea medieval con modernas técnicas constructivas a la manera estadounidense y rasgos de carácter rioplatense. Calificado por su autor como "rascacielos latino", el Barolo es representativo de una actitud arquitectónica impregnada de prefiguraciones oníricas, de gestos únicos y de ideales heroicos, dentro del espíritu del Risorgimento italiano en camino hacia su desenlace fascista. En la búsqueda de una nueva arquitectura, superadora de las tensiones a las que había llegado el eclecticismo historicista, el edificio es una pieza única que demuestra la posibilidad de aunar creatividad y respeto por el entorno.
El Art Nouveau porteño se prolonga hasta principios de la década de 1920, cuando comienzan a despuntar otros expresionismos: el neocolonial y el Art Déco. El contexto europeo fue bien diferente del argentino. Allí el nuevo estilo buscaba romper con la tradición, enancado en un desarrollo industrial que se incrementaba aceleradamente. Aquí, en cambio, dominaba el puro impulso de proyectarse hacia adelante, hacia la modernidad. La riqueza de la producción local en su conjunto proviene de ese afán pero también de la apropiación de mConcebido a partir de un programa que preveía distintos usos, la plasticidad reina en laúltiples aportes que la transforma en un Art Nouveau eclecticista y paneuropeo, paradójicamente plural dentro de una corriente que ensalzaba la singularidad.

Fachada del Palacio de los Pavos Reales. Foto: Fabio Grementieri
Interior del petit-hôtel de Azcuénaga 1075. Foto: Fabio Grementieri
Galería Güemes. Foto: Fabio Grementieri
Bóveda de Rufina Cambaceres. Foto: Fabio Grementieri

  • 1905
    Palacio de los Lirios
    (Av. Rivadia 2031) Arq.: E.S. Rodríguez Ortega

  • 1906
    Hospital español (Av. Belgrano 2975) Arq.: Julián García Nuñez

  • 1907
    Farmacia suiza (Maipú y Tucumán) Arq.: Louis Dubois

  • 1908
    Club Español (B. de Yrigoyen 172) Arq.: Enrique Folkers; Tienda Gath & Chaves (Florida y Sarmiento) Arq.: F. Fleury Tronquoy

  • 1910
    Hotel Centenario (Av. de Mayo 769) Arq.: Oskar Razenhofer

  • 1912
    Edificio del Bazar Dos Mundos (Av. Callao y Sarmiento) Arqs.: Emilio Hugue y Vicente Colmegna

  • 1913
    Sociedad "Unione Operai Italiani" (Perón 1368) Arq.: Virginio Colombo (

  • 1914
    Yacht Club (Dársea Norte) Arq.:Eduardo Le Monnier; Edificio Otto Wulff (Av. Belgrano y Perú) Arq.; Morten Ronnow

  • 1915
    Palacio de los Pavos Reales (Rivadavia 3222) Arq.: Virginio Colombo

  • 1916
    Confitería del Molino (Callao y Rivadavia) Arq.: Franceso Gianotti

  • 1917
    Palacio Grimaldi (Corrientes 2548) Arq.: Virginio Colombo

  • 1919
    Pasaje Barolo (Av. de Mayo 1370) Arq.: Mario Palanti



  • Fuente: ADN Cultura La Nación

BELGICA RECLAMA A FRANCIA POR UNA OBRA DE RUBENS SUSTRAIDA EN EL SIGLO XVIII

El gobierno de la Federación de Bruselas-Valonia reclamó a las autoridades francesas que les sea restituido la obra del pintor flamenco Pedro Pablo Rubens "El triunfo de Judas Macabeo", sustraída por las fuerzas revolucionarias galas en 1794.

La obra, creada en 1635 por el maestro barroco por encargo del arzobispo de Tournai, lució en origen en la catedral de esta ciudad del noreste de Bélgica hasta la Revolución Francesa, informa Efe.
"El triunfo de Judas Macabeo" forma parte de un díptico junto al lienzo "La entrega de las almas al purgatorio", del mismo autor y que fue restituida a Bélgica tras el Tratado de Viena, en 1815.
El ministro-presidente de Bruselas-Valonia, Rudy Demotte, reclamó  por escrito la restitución al ministerio de Cultura francés, tras una votación por unanimidad de ese gobierno regional.
En 2011, el exministro de Cultura belga y senador reformista Richard Miller ya pidió por primera vez a Francia la devolución de la obra de Rubens.
Francia alega que el cuadro de Rubens es patrimonio nacional francés y se encuentra en depósito en el Museo de Bellas Artes de Nantes.
"No queremos hacer un casus belli. Se trata de una demanda de cortesía", señaló Demotte al diario Le Soir.
El político belga recordó que la Unesco creó en 1978 una comisión intergubernamental para promover el retorno de las obras de arte a sus países de origen.
Aunque las decisiones de esta comisión no son vinculantes, sí ha dado sus frutos y por ejemplo en 1983 Italia restituyó 120.000 objetos precolombinos a Ecuador.
Miller, por su parte, consideró que se trata de "un asunto sensible" y dio otros argumentos de Francia para no restituir la obra a sus vecinos del norte, como el que en el momento en que la obra llegó a Francia no existiera el Estado belga.
"Ese argumento no es aceptable porque Francia institucionalizó como Estado francés todo lo que antes era Imperio Napoleónico. Quizá no existía Bélgica pero sí la catedral de Tournai, la misma que sigue en pie ahora", explicó.
Sobre el argumento que la obra esté en un museo en mejores condiciones de conservación que las que tendría si volviera a la catedral, el exministro de Cultura belga dijo que, si la obra es restituida, el Gobierno de Valonia-Bruselas tomará todas las medidas necesarias para que el retablo tenga una excelente conservación.

"La entrega de las almas al purgatorio"
"La entrega de las almas al purgatorio"




Fuente: Telam

NUEVAS CAMPANAS PARA NOTRE-DAME


Campanas nuevas para la catedral de Notre-Dame. Foto: AP

PARÍS.- La catedral de Notre-Dame de París recibió ayer las nueve campanas nuevas procedentes de la fundición Cornille-Havard, en el noroeste de Francia, como parte del lavado de cara con motivo del 850° aniversario del templo, que se celebra este año. Hacia las 15.30 locales, la campana mayor de la catedral, "Emmanuel", izada en 1686 y única superviviente de la Revolución Francesa, comenzó a tañer en la torre Sur a la espera de la llegada de sus nuevas hermanas, que serán bendecidas mañana por el arzobispo de París, el cardenal Vingt-Trois. "Marie", de más de seis toneladas, fue la primera en hacer su aparición en la plaza al pie del templo, a bordo del camión que la transportaba, como al resto del convoy, desde la región francesa donde está emplazada la fundición, Villedieu-les-Poêles, en el noroeste de Francia.


Fuente: lanacion.com

EL VATICANO PONE SUS MANUSCRITOS EN LA WEB

Es un ambicioso proyecto de digitalización de más de 80.000 documentos que comenzó a fines de 2011. Ya están en red los primeros 256.

VATICANO. Joyas de siglos y siglos.
Eruditos y esforzados medievalistas de todo el mundo, que peregrinaban a Roma para poder estudiar los antiguos códices, cartas y manuscritos encerrados en la Biblioteca de los Papas tendrán ahora, al alcance de un clic, los documentos a los que antes tanto les había costado acceder. Y no solo ellos. Cualquier persona que se inscriba en el sitio de la Biblioteca Apostólica Vaticana, www.vaticanlibrary.va puede consultar libremente en internet uno de los más preciosos patrimonios libreros del mundo. El proyecto de digitalización de documentos ya puso en red los primeros 256 documentos aunque su objetivo es más ambicioso: “Abarcará los 80.000 manuscritos en los depósitos”, dijo recientemente monseñor Cesare Pasini, prefecto de la Biblioteca Vaticana, quien anunció que los archivos ocuparán un total de 4,5 millones de gigas.
El proyecto, que llevará varios años, comenzó a fines de 2011 y prevé el uso de tecnologías de la NASA para digitalizar los documentos. “Muchos de los manuscritos que ya están on line proceden de la Biblioteca de Heidelberg, por un acuerdo con la Biblioteca Vaticana”, agregó Pasini. Otros proyectos, como uno con la Biblioteca de Oxford. ampliarán la propuesta.

Fuente texto: Revista Ñ Clarín

 

LA RESTAURACION DE LA CAPILLA SIXTINA REVELA CENSURA

Los censores ocultaron con vestidos y sombras algunos desnudos que actualmente han quedado tal como eran al principio, entre otros elementos de los frescos del artista.

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Detalles. La mano de Adán, por ejemplo, no era la originalmente pintada por Miguel Ángel, sino que correspondía a otro pintor que dibujó el famoso dedo del primer hombre que trata de unirse al de Dios, después de producirse un fractura en la bóveda de la capilla. (Foto: Archivo. )

La restauración de los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina del Vaticano permitió descubrir elementos pictóricos originales del artista que estaban ocultos debido a rehabilitaciones y a censuras posteriores, explicó hoy su restaurador, Gianluigi Colalucci.
La mano de Adán, por ejemplo, no era la originalmente pintada por Miguel Ángel, sino que correspondía a otro pintor que dibujó el famoso dedo del primer hombre que trata de unirse al de Dios, después de producirse un fractura en la bóveda de la capilla, señaló Colalucci durante una conferencia ofrecida hoy en Las Palmas de Gran Canaria (Islas Canarias, España).
Como estaba tapado por suciedad parecía que ese dedo formaba un conjunto pictórico original, pero al limpiarlo, se descubrió que fue una aportación posterior, añadió el experto.
La restauración evidenció también la censura que las pinturas de Miguel Ángel sufrieron en los siglos XVI y XVIII tras el Concilio de Trento, que ocultó con vestidos y sombras algunos desnudos, y que actualmente han quedado tal como eran al principio.
"La visión del Juicio Final que tenía Miguel Ángel era de alguna forma herética y chocaba con la tradición de la época, lo que llevó a los censores a reformar la obra", señaló su restaurador.
Colalucci se refirió a la polémica suscitada por las obras de restauración de la Capilla Sixtina, terminada en 1994, y cómo muchos criticaron la viveza de los colores resultantes.
Asimismo, mencionó la precisión en la delimitación de los personajes obtenida, que ha permitido comprobar "la textura de porcelana" de algunas figuras, así como la reproducción de algunos elementos y técnicas pictóricos ya utilizados por Miguel Ángel en sus obras escultóricas.
Destacó también cómo el maestro florentino logró una gran precisión de la figura de Cristo gracias a una técnica similar a la fotográfica, mediante la cual resalta su cabeza con un foco de luz situado detrás de ella, mientras que la de la Virgen que está a su lado aparece menos definida y como desenfocada.
Otras figuras las pintó con puntos, con una técnica que más tarde desarrollaría el puntillismo, indicó Colalucci.
La Capilla Sixtina fue construida en 1484 para el papa Sixto IV, a quien le debe el nombre, pero fue Julio II quien encargó a Miguel Ángel su decoración (1508-1512).
El papa Julio II inauguró con una solemne misa los frescos en el día de las Vísperas de la Festividad de Todos los Santos, el 31 de octubre de 1512.
La relación entre Julio II y Miguel Ángel fue tormentosa; el gran maestro dudó antes de aceptar el encargo pues se consideraba escultor y no pintor, pero empezó a trabajar en 1508 con una obsesión apasionada, despreciando cualquier ayuda.
La capilla tiene 20 metros de altura, y Miguel Ángel trabajó sobre un andamio que colgaba en las alturas durante cuatro años, con un esfuerzo físico y artístico descomunal y en medio de grandes trifulcas con el papa Julio II que le conminaba a que acabara el trabajo.
Los frescos representan nueve escenas del libro del Génesis como "Creación de la luz", el "Pecado Original" y el "Diluvio Universal".
A pesar de su descontento por ser un pintor empleado del Vaticano, Miguel Ángel regresó casi 20 años después, con 59 años, para acometer otra pintura en la Capilla Sixtina a petición de Clemente VII, quien el encargó el Juicio Final en la pared del altar y que terminó en 1541.
Por otra parte, Colalucci afirmó que la restauración del Ecce Homo pintado en uno de los muros de la iglesia del Santuario de Misericordia de la localidad de Borja (norte de España) "es un error grave", ya que, "no es una restauración, es otra cosa, es algo que se pintó por encima del original".


Fuente: eluniversal.com.mx

PERMITIRÁN VISITAR SIN ROPA UNA MUESTRA
SOBRE DESNUDOS EN VIENA

La exposición, abierta hasta el 4 de marzo, reúne más de 300 cuadros, fotos y esculturas que abundan en lo natural del desnudo masculino.


Foto: PERMITIRÁN VISITAR SIN ROPA MUESTRA SOBRE DESNUDOS EN VIENA

La exposición, abierta hasta el 4 de marzo, reúne más de 300 cuadros, fotos y esculturas que abundan en lo natural del desnudo masculino. (Foto: EFE)

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Un hombre llevó al extremo la idea de que la vida imita al arte al despojarse de su ropa repentinamente durante una exposición de fotografías y esculturas de hombres desnudos a lo largo de los años, informó el martes un museo austriaco.
El museo Leopold de Viena señaló que después de desnudarse, el hombre recorrió tranquilamente la sala, y se vistió de nuevo sólo luego de que un guardia de seguridad se lo pidió.
Klaus Pokorny, vocero del Leopold, dijo el martes que el museo nada tuvo que ver con el incidente del sábado, al que describió como un "acto espontáneo" . Agregó que otros visitantes del museo no parecieron incomodarse.Pokorny informó que desde su estreno el 19 de octubre, la exposición "Nude Men" ha atraído a más de 65.000 visitantes, todos ellos vestidos, excepto uno. Foto EFE

El Museo Leopold de Viena anunció hoy que prepara una jornada para que quien lo desee pueda visitar desvestido su exposición "Hombres desnudos", sobre la historia de la representación del cuerpo masculino en el arte.
El día 18 de febrero, a partir de las 18.00 hora local, el museo abrirá sus puertas para quien desee visitar desnudo la exposición, después de haber recibido varias solicitudes al respecto por parte de asociaciones nudistas.
La exposición "Hombres desnudos" fue motivo de polémica y hasta autocensura el pasado octubre por un cártel promocional con un desnudo integral de tres hombres que daba a conocer la exposición.
La foto fue motivo de tantas llamadas de protesta, tanto de mujeres como de hombres, que el museo decidió cubrir los genitales con una llamativa banda roja en muchas de las copias distribuidas por la ciudad.
La exposición, abierta hasta el 4 de marzo, reúne más de 300 cuadros, fotos y esculturas que abundan en lo natural del desnudo masculino y en el hecho de que siempre ha estado presente en el arte.
La polémica se produjo en la misma ciudad en la que hace un siglo el pintor austríaco Egon Schiele ya escandalizaba con sus descarnados desnudos.
El Leopold cuenta con la mayor colección de obras de Schiele y ya en 2005 ofreció la entrada gratuita a quienes visitaran desnudos la exposición "La verdad desnuda: Klimt, Schiele, Kokoschka y otros escándalos".
Esa jornada se convirtió en un éxito y centenares de personas visitaron la exposición en bañador o completamente desvestidos.
"Hombres desnudos" ayudó a aumentar en un 17 % la cifra de visitantes al museo, hasta los 364.000, y se convirtió en la exposición más visitada de la galería en 2012.


Exposición Hombres desnudos causa polémica

Hace un siglo Egon Schiele ya escandalizaba con sus cuadros
Desnudos. Hace un siglo Egon Schiele ya escandalizaba con sus cuadros . (Foto: Archivo )

Hace 4 mil 400 años los egipcios ya se atrevían a representar sin ropa a miembros de la corte. Hoy día, una exposición de desnudos masculinos ha traído polémica y hasta autocensura en la misma ciudad en la que hace un siglo Egon Schiele ya escandalizaba con sus cuadros.
"Hombres desnudos" , la muestra que inaugura hoy el Leopold Museum de Viena y con la que quiere sacar la desnudez masculina del armario del tabú, ha empezado con polémica, incluso antes de inaugurarse.
Un desnudo frontal e integral de tres hombres de distintas razas posando ha sido el motivo elegido para promocionar la muestra.
La foto, obra de los artistas franceses Pierre & Gilles, fue motivo de tantas llamadas de protesta, tanto de mujeres como de hombres, que el museo decidió cubrir los genitales con una llamativa banda roja en muchas de las copias distribuidas por la ciudad.
"Cuando uno hace una exposición de desnudos masculinos y lo hace en serio y muestra a hombres desnudos, está claro que no todos lo van a encontrar estupendo" , reconoció hoy a Efe el comisario de la muestra, Tobias G. Natter.
La exposición, abierta hasta el 28 de enero, reúne más de 300 cuadros, fotos y esculturas repletos de penes, traseros y torsos al aire que, pese a buscar el debate y la polémica, también abundan en lo natural del desnudo masculino y en el hecho de que siempre ha estado presente en el arte.
Natter asegura que la intención del Leopold es abrir una discusión seria sobre el desnudo y la masculinidad y engarzar ese debate en la evolución del género a lo largo de la historia.
Un debate presidido por la diferente permisividad respecto al desnudo femenino y el masculino, como destacó Natter, quien recordó que este mismo año el Museo de Historia del Arte de Viena publicitó una muestra sobre el pintor Gustav Klimt con un desnudo integral femenino que no provocó la menor reacción.
Con todo, el uso de esa púdica banda roja es vista por el Leopold no tanto como una censura sino una forma para despertar el interés y hasta la fantasía.
"Todo el que quiera ver el original sabe donde está" , invitó Natter, consciente de que la polémica ha servido para que la exposición y su mensaje lleguen más lejos y atraigan a más público.
Aunque se exponen algunos objetos más antiguos, el grueso de la muestra se divide en tres grandes periodos: el clasicismo y la Ilustración del siglo XVIII; la modernidad en torno al año 1900; y el arte posterior a 1945.
Apenas entrar en la muestra, cinco esculturas representan para el visitante ese viaje por el desnudo masculino. Una representación de un funcionario egipcio de 2.400 a.C, una copia de una escultura clásica hecha en el siglo XVI, un desnudo de Rodin, otro de Votruba y un maniquí moderno sirven para confirmar que, pese a tabúes, escándalos y machismos, el desnudo masculino siempre ha existido en el arte.
La perfección corporal como símbolo de las virtudes en el clasicismo o el desnudo erótico con el que Schiele expresó la búsqueda de la propia identidad, son algunos de los ejemplos del uso y el mensaje que el desnudo masculino tiene en el arte.
Ya en pleno siglo XX, artistas como Schiele se atreven a usar el desnudo para mostrar la vulnerabilidad e incertidumbre del hombre, alejado ya de la perfección sobrenatural de los desnudos clásicos.
La última parte de la muestra es la más canalla y de sexualidad más radical, cono obras de Andi Warhol, Robert Mapplethorpe o de Tomislav Gotovac.

Fuente: eluniversal.com.mx

LA ASISTENCIA A LOS MUSEOS CRECIÓ 58% EN LOS ÚLTIMOS SEIS AÑOS

Cultura / Arte para multitudes
La afluencia de público a 22 salas nacionales y 12 de la ciudad crece año tras año; también es cada vez mayor la convocatoria de espacios privados que exhiben importantes muestras temporarias.

Por Silvina Premat / La Nación

Sólo el riesgo de una epidemia, como fue la gripe A, pudo contra la atracción que despiertan las muestras internacionales de arte que periódicamente revisten las paredes de los principales museos argentinos. Sin contar espacios privados, en los museos nacionales y porteños el volumen de público creció un 58 por ciento en los últimos seis años. En 2012 asistieron a 22 salas nacionales y 12 de la ciudad casi un millón y medio más de personas que en 2007. A partir de ese año, en el que se registraron 2.490.263 ingresantes, tal cifra fue creciendo hasta alcanzar a 3.931.926 que visitaron esos espacios durante el año pasado. La recomendación de no concurrir a eventos masivos en 2009, para reducir el riesgo de difusión de la gripe A, implicó una disminución de medio millón de interesados en ingresar a museos nacionales, el MNBA y las salas porteñas. El total cayó de 3.404.235, que se habían registrado en 2008, a 2.906.335, al año siguiente.
Las cifras surgen de las visitas informadas a LA NACION por la Secretaría de Cultura del gobierno de la Nación, donde la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos lleva un registro de los ingresos en 21 museos (se exceptúan las sedes del MNBA de Buenos Aires y de Neuquén, el Museo de la Lengua, el Museo Evita y la Casa del Bicentenario, que dependen directamente de esa secretaría); de las provistas por el Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, y por el MNBA, que es elegido anualmente por más de 1.200.000 personas.
Entre las iniciativas con mayor poder de convocatoria del Museo Nacional de Bellas Artes, sobre la avenida Libertador, en Palermo, quedará en la memoria la exhibición durante tres meses, en 2011, de una de las estatuas de mármol más antiguas. El Doríforo fue visitado por 300.000 curiosos de los tesoros de la humanidad. Más reciente, también fue exitosa allí la muestra Caravaggio y sus Seguidores, con más de 160.000 visitas.
En cuanto a la atracción que las exposiciones plásticas despiertan en el público, el Centro Cultural Recoleta, sin ser un museo, está a la altura de los más importantes del país. En 2008, por caso, fue visitado por 1.322.891 interesados, y en 2010, por 1.244.969 asistentes.
Entre 2007 y 2012 doce museos porteños aumentaron su caudal de público en un 63%. Pasaron de recibir 840.263 personas a 1.370.500. Según el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, un factor determinante del aumento en el número de visitantes es "la persistente propuesta de exposiciones temporarias, porque las muestras permanentes son valiosas, pero tienen un piso de visitantes".
Otro factor que pudo haber influido en la ciudad fue, según el ministro, la implementación de estrategias específicas para promover los circuitos de museos: la Milla de los Museos, que genera visitas en conjunto del Planetario al Fernández Blanco, y la Milla Cultural del Sur, desde el Mamba hasta Proa, aunque técnicamente esta última sala tampoco sea un museo. El funcionario porteño señaló también la atracción que ejercieron los grabados de Goya exhibidos en el museo de Belgrano, el Enrique Larreta, o la muestra de trajes españoles regalados a Evita.
Además de los espacios estatales, crece la concurrencia también a los museos privados, que atraen multitudes con patrimonios exquisitos, como el Museo del Automóvil, el Museo del Mate, el Museo La Boca o el de River Plate.
Entre estos últimos, uno de los que se posicionaron rápidamente fue el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), que desde su apertura, en 2001, fue creciendo en volumen de visitantes y "creó un público" específico, según dicen en esa casa. En 2002 fueron al Malba 201.800 personas, total que fue creciendo hasta tocar, en 2005, un pico de 426.882 visitantes.
Ese año se exhibieron muestras de los maestros Antonio Berni (Antonio Berni y sus Contemporáneos) y Xul Solar. La primera atrajo a 110.681 personas y la segunda, a 87.647 visitantes. El promedio general del Malba se asentó en unos 350.000 ingresantes anuales.
Otro de los espacios privados que se convirtieron en un atractivo centro en La Boca es la Fundación PROA, que durante el año que acaba de finalizar registró unos 100.000 visitantes en sus salas, y 130.000 si se contabilizan también los que participaron en otras actividades en el auditorio y el Espacio Contemporáneo, donde se exhiben intervenciones de artistas contemporáneos en espacios no convencionales.
En 2012 la muestra más convocante fue la de Giacometti, con 39.905 visitantes. Otras igualmente significativas fueron las exposiciones de Louise Bourgeois en 2011, la llamada Futurismo en 2010 y Duchamp en 2008-09.

Desaceleración

Los totales de ingresantes a los museos públicos, nacionales y porteños, muestran el crecimiento señalado en el volumen absoluto. Sin embargo, también evidencian una merma en la cantidad que año a año se suma a las visitas a los museos. Por ejemplo, en 2008 fueron a los museos 913.973 personas más que el año anterior; en tanto que en 2012 los "nuevos" visitantes fueron 227.910.
La reducción en esta cifra estaría indicando, según algunos observadores, una cierta desaceleración en el poder de convocatoria cultural, o bien, que este tipo de propuestas ha alcanzado un techo de visitantes.

Muestras que hicieron historia

Las que más personas convocaron

  • 300.000
    Para el Doríforo

    La antigua escultura de mármol marcó un récord de público en el Museo Nacional de Bellas Artes. Se exhibió de abril a junio de 2011
  • 196.000
    Andy Warhol. Mr America

    Entre octubre de 2009 y febrero de 2010, fue la muestra más exitosa de los doce años de existencia del Malba
  • 160.000
    Caravaggio y sus seguidores

    La exposición del Museo Nacional de Bellas Artes, atrajo a multitudes entre octubre y diciembre de 2012
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Del editor: qué significa
La masividad con que el público se acerca a los museos muestra cómo se derrumban barreras invisibles que impedían disfrutar de los bienes culturales.

Fuente: lanacion.com