Fueron hechos entre los siglos I y III. Y también encontraron grafitis realizados por el público. Para los expertos, es un “descubrimientextraordinario” que reescribe la historia del anfiteatro romano.
Detalle. Maurizio Pinotti, director de los trabajos de restauración, muestra uno de los hallazgos en la tercer anillo del Coliseo. Fotos: Angelo Franceschi |
Por Julio Algañaraz
A treinta metros del nivel de la calle, en el tercer nivel de
galerías y en un sector secundario, de paso, frecuentado sobre todo por
los que se servían de los urinarios o “vespasianos” (así llamados hasta
hoy en honor del emperador que los distribuyó también en las calles de
Roma), un “descubrimiento extraordinario” permite establecer que el Coliseo era “un triunfo de colores”
. Así lo explicó ayer la profesora Rossella Rea, directora de los
trabajos de restauración del monumento al aire libre que compite en
popularidad mundial sólo con las pirámides de Egipto.
El anfiteatro Flavio, como fue bautizado durante su construcción entre los años 72 y 80 de nuestra era, tenía los muros revocados con frescos artísticos y pintadas de los espectadores
. ¡Qué colores! Rojo y blanco, ocres, azules, muchas variantes de
verdes. Rea presentó los descubrimientos inesperados realizados en los
60 metros de galerías abovedadas.
Decoraciones, escritos, revoques pintados con inscripciones e imágenes.
Los
restauradores Paola Lanzillotti, Alejandro Danesi y la ingeniera Ida
Simonelli, guiados por el director de los trabajos Maurizio Pinotti,
quedaron maravillados con estas novedades, que permiten reescribir la historia del anfiteatro
. Desde octubre los científicos y técnicos se dedicaban a limpiar,
consolidar y restaurar los restos de los enduidos, hasta mostrarlos a lo
largo de las bóvedas, las paredes y las ruinas de la galería.
Una corona aquí, una flecha más allá, una palma.
El sexo, presente. Entre los dibujos aparecen dos penes con testículos. |
Una buena parte pintada por los mismos espectadores. La gran novedad es que las decoraciones coloridas
se extendían por todo el monumento, incluso en los lugares de paso y
en los urinarios, y no solo en la galería imperial, la que frecuentaban
los más poderosos.
Había dibujos y antiguas letras del alfabeto dibujadas por espectadores. Algunos más “hot”, como un par de penes de dimensiones diversas con testículos que lucen bien dibujados entre los colores, en la parte alta de la galería.
La parte externa del Coliseo estaba revestida por mármol travertino
, que se extrae hasta hoy de las canteras del sur de Roma. El
travertino es el mármol de la ciudad, más poroso, blando y de aspecto
“sucio” en comparación con los maravillosos provenientes de Carrara.
Ahora se ha descubierto que los mármoles externos tenían revoques y estucos que los blanqueaban
. El blanco era el color dominante del monumento visto desde afuera,
pero encima estaba el “triunfo de colores”, que evocaba el mundo de los
gladiadores. Unos colores azules revelan conocimientos complejos y hace
pensar en inspiraciones marítimas . No es raro, porque en el
Coliseo había espectáculos marinos. Eran marineros de la flota del
imperio los que manejaban los telones y el agua vaporosa que aliviaba
del sol quemante de Roma a la multitud del pan y circo.
Como grafitis. Letras pintadas por el público que asistía al Coliseo. |
Lo que se ve hoy es lo poco que queda de la época de gloria del anfiteatro. Cuando el emperador Vespasiano lo inauguró hubo cien días y cien noches de celebraciones
. Se mataron 5 mil animales y algunos miles de gladiadores terminaron
sus días combatiendo. Peor fue cuando el gran emperador Trajano organizó
117 días de fiestas para celebrar la conquista de Dacia –hoy Rumania–
con una masacre de 10 mil animales y combates de 9 mil gladiadores. El rojo sangre dominó netamente en la arena.
Los descubrimientos abarcan un período que se estira entre los siglos I y III . El terrible incendio que devastó al Coliseo se produjo en el año 217. Muchas pinturas fueron rehechas.
Abandonado durante siglos , perdió sus mármoles. Muchas iglesias y palacios fueron en parte construidos con materiales arrancados del anfiteatro.
El muy rico empresario Diego Della Valle, dueño también del club de fútbol Fiorentina, es el mecenas que donó 25 millones de euros para esta nueva restauración
del Coliseo. La directora Rea dijo ayer que los trabajos en la galería
de los colores terminarán dentro de poco. “Nos ocuparemos ahora del
pavimento y la iluminación. Creo que en junio podremos abrir al público
, que entrará en grupos de 25 personas. No habrá vidrios u otros
materiales de protección. Es una galería cubierta que no está expuesta a
la intemperie”. La restauración completa tardará mucho porque los secretos de las ruinas del Coliseo son infinitos.
Fuente: clarin.com
Cinco millones de visitas cada año
Aunque todo sigue en el mismo sitio desde hace casi 2 mil años,
el Coliseo Romano no deja de sorprender y “renovarse”. Lo visitan unos 5
millones de turistas cada año, lo que lo convierte en tercer monumento
más visitado de Europa, sólo por detrás de la National Gallery de
Londres y el museo del Louvre de París. En cuanto a su milenario
encanto, sólo rivaliza con las pirámides de Egipto, el otro gran tesoro a
cielo abierto de la antigüedad que sigue en pie.
La restauración global que comenzó el año pasado es una nueva apuesta de las autoridades para que los visitantes puedan acceder a nuevos recovecos de la historia. Hace poco más de dos años habían sorprendido al habilitar el hipogeo, una serie de túneles subterráneos y mazmorras bajo lo que era el terreno de juego, que albergaban a los gladiadores, los condenados y los animales, en su mayoría “bestias salvajes” llevadas de Africa. El hipogeo estaba totalmente cubierto por una plataforma de madera, sobre la que tenían lugar los espectáculos: representación de batallas navales durante los primeros años, cacerías, obras de teatro, combates y ejecuciones por parte de animales.
En uso durante casi 500 años, luego sufrió daños en varios terremotos. Su protección comenzó en 1749, con el Papa Benedicto XIV, aunque volvió a ser maltratado durante la Segunda Guerra.
La restauración global que comenzó el año pasado es una nueva apuesta de las autoridades para que los visitantes puedan acceder a nuevos recovecos de la historia. Hace poco más de dos años habían sorprendido al habilitar el hipogeo, una serie de túneles subterráneos y mazmorras bajo lo que era el terreno de juego, que albergaban a los gladiadores, los condenados y los animales, en su mayoría “bestias salvajes” llevadas de Africa. El hipogeo estaba totalmente cubierto por una plataforma de madera, sobre la que tenían lugar los espectáculos: representación de batallas navales durante los primeros años, cacerías, obras de teatro, combates y ejecuciones por parte de animales.
En uso durante casi 500 años, luego sufrió daños en varios terremotos. Su protección comenzó en 1749, con el Papa Benedicto XIV, aunque volvió a ser maltratado durante la Segunda Guerra.
Fuente: clarin.com