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ESPAÑA: LOS MUSEOS SE SOBREPONEN A LA CRISIS
Con los numerosos recortes, la
subida del IVA y en definitiva todas aquellas medidas que se han
aplicado para tratar de salir paulatinamente de la crisis, la cultura, en España se
ha visto gravemente resentida.
Sin embargo, han sido los museos los que
han conseguido sobreponerse a las circunstancias y esquivar los efectos
nocivos de la recesión.
Lejos de experimentar una reducción en el
número de visitantes, por el contrario se ha incrementado. Desde enero
ha habido más gente que otros años en el Thyssen y en el Prado.
Concretamente este último recibió casi tres millones de visitas en el
2012; un dato que en los tiempos que corren resulta sencillamente
extraordinario.
Fuente: Yahoo! Cultura
UN PROMOTOR CHINO ES ACUSADO DE PLAGIAR
A LA ARQUITECTA ZAHA HADID
LA NATIVIDAD
PROTAGONIZA UNA MUESTRA DE GRABADOS EN LA PLATA
Hay trabajos de Durero, Rembrandt, Tiziano y Rubens
en la Plaza Seca del Teatro Argentino. Las obras, que podrán verse hasta
el 22 de febrero, fueron realizadas entre los siglos XVI y XIX.
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| DE A DOS. “Preparación para la fuga en Egipto”, de Tiziano y Martino Rota. |
Por
Susana Reinoso
Son 82 grabados sobre la Natividad. Rembrandt, Van Leyden,
Maratta, Rubens, Parmigianino, Carraci y Doré se unen a otros genios del
arte italiano en la exposición Venite Adoremus. Grandes maestros del Nacimiento. De Durero a Tiépolo,
en la Plaza Seca del Teatro Argentino de La Plata, y exhiben el
esplendor de una técnica dúctil por su aplicación a distintos soportes.
Inaugurada
a fin de año y abierta hasta el próximo 22 de febrero, las obras van
del siglo XVI al XIX, en cuatro secciones: Nacimiento, Adoración de los
Pastores, Adoración de los Magos y Huida a Egipto. El recorrido ofrece
una diversidad de opciones iconográficas, producto de su época y de los
artistas que, ya sea en forma original o copiando al original,
generaron nuevas piezas vinculadas con la Natividad.
Organizada
por el Instituto Cultural bonaerense, que preside Jorge Telerman, con la
coordinación de Artifex Argentina, que dirige María Lanusse, y la
curaduría de Angel Navarro, las obras invitan a la reflexión sobre
hechos fundamentales para la Humanidad, con miles de reproducciones en
la gráfica y la comunicación visual, pero también sobre las
repercusiones ante un público analfabeto.
La Natividad, centro de
la exhibición, es un tema cargado de espiritualidad y un desafío para
los artistas, que buscaron resolver el misterio de la encarnación del
Verbo Divino.
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| GENIO ALEMAN. “La adoración de los pastores”, obra de 1504, de Durero. |
En diálogo con Clarín, el curador dijo: “Este
conjunto de grabados es significativo porque está exclusivamente
dedicado al tema de la Natividad. Por separado no tendrían la misma
significación. Artistas como Marco Antonio Raimondi fueron, como
grabadores, grandes difusores de la obra de maestros como Rafael y
sentaron un precedente en el siglo XVI”.
Navarro agregó que la
exposición “tiene obras de artistas como Rembrandt, que vivió en una
comunidad mayormente protestante o tuvo estrechos vínculos con la
colectividad judía, pero que aún así, se inclinó por la Natividad”.
También destacó la Biblia ilustrada de Gustavo Doré, que está en la
muestra, cuyas reproducciones continúan en el siglo XXI.
Las obras
provienen de la colección William Morris, artista, teórico del arte y
fundador del movimiento Arts &Crafts, considerada la colección
europea más importante del Nacimiento. El grabado fue una técnica de
gran importancia en el siglo XV para la difusión de artistas como
Rafael o Miguel Angel. Muchos artistas se dedicaron a reproducir, con
grabados, obras de maestros admirables.
Con el Oratorio de Navidad
de Bach, la Pastoral de Beethoven o la Misa de la Coronación de Mozart
de fondo, el recorrido de la muestra invita a reflexionar sobre cómo los
artistas trabajaron la luz y los claroscuros en sus obras, así como la
forma en que se involucraron con un tema tan caro al cristianismo,
muchos de ellos sin profesarlo.
En muchos de los grabados hay
referencias metafóricas a la divinidad y una interesante escenificación
del Nacimiento. Las obras disparan una profunda meditación sobre la
Natividad en toda su extensión, paso a paso como en una secuencia. Desde
que José parte a buscar a María embarazada y la presencia de los
ángeles hasta la llegada de los Reyes a rendir su homenaje al Niño.
Cada
artista, con su sensibilidad, interpreta el Nacimiento de una manera
distinta, aunque se reitere la iconografía. Las técnicas expuestas son
xilografía, buril y aguafuerte, entre otras expresiones del grabado.
El
grabado fue una extraordinaria forma de expresión y difusión visual,
teniendo en cuenta que la imagen no era dominante en la comunicación de
su época. Y para muchos artistas fue también una forma de
experimentación muy importante en distintas superficies y materiales.
Las obras de Miguel Angel, Tiziano y Rafael fueron de las más reproducidas en la historia del arte.
AGENDA
Cuándo: hasta el 22 de febrero, martes a sábados de 14 a 20.
Dónde: Plaza Seca del Teatro Argentino de La Plata (Calle 9 y 51).
Entrada: gratis.
Dónde: Plaza Seca del Teatro Argentino de La Plata (Calle 9 y 51).
Entrada: gratis.
Fuente: Revista Ñ Clarín
CARTELES DE NEÓN NARRAN LA HISTORIA DE LAS VEGAS
Los carteles que glorifican a gángsters y rufianes
son vistos cada vez más como expresiones de la historia, el arte y la
arquitectura dignas de ser conservadas.
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| CARTELES. En Las Vegas muestra un diseño que se desarrolló sólo podía desarrollarse allí. |
Por
TIMOTHY PRATT
- The New York Times
En un evento de gala antes de la inauguración del Neon Museum al
aire libre en esta ciudad, Brian Leming, un diseñador de carteles de
neón ya jubilado estaba de pie rodeado por 150 pedazos de metal y vidrio
brillante.
El museo, que abrió en octubre pasado después de 15 años de esfuerzo, y sus carteles, que abarcan desde los años 1930 hasta los noventa y están organizados siguiendo un camino laberíntico, son vistos cada vez más como expresiones de la historia, el arte y la arquitectura dignas de ser conservadas.
Leming, de 72 años, recordó una reunión para definir el diseño del Stardust Hotel-Casino, dirigido en esa época por Frank "Lefty" Rosenthal, corredor de apuestas y alma de Las Vegas. "Estábamos todos sentados alrededor de la mesa de conferencias discutiendo el tono indicado de violeta", recordó Leming. "Y yo pensaba: ¡diablos, están hablando de los matices de violeta y este es nada menos que Frank Rosenthal!".
Leming es un artesano de una época que ya pasó, cuando los tubos de vidrio se calentaban y doblaban, se rellenaban con gas neón y argón, de filmaciones y sesiones de fotos aun antes de abrir.
se cortaban y se daba forma al metal y la fibra de vidrio para luego colgarlos en los edificios y sobre las rutas. Con el tiempo, los carteles de neón de Las Vegas han ido ganando reconocimiento por encima de cualquier otra ciudad, dijo Bill Marion, presidente del consejo directivo del museo. Esto podría explicar por qué el museo atrajo 20.000 visitantes anuales sólo con cita previa, además Marion dijo que el museo hará tomar conciencia a la gente del impacto cultural significativo que ha tenido Las Vegas a nivel mundial.
Leming se esforzó durante años por obtener apoyo para preservar los carteles a medida que se demolían muchas propiedades de Las Vegas. "Si van a derribarlas, salvémoslos, decía", dijo Leming.
Los carteles estuvieron años arrumbados en un lote polvoriento. En 2005 fue donado al museo un edificio extraño con un techo en forma de valva de molusco, de La Concha Motel. El hall de los años 1960, diseñado por Paul Revere Williams, sería el centro de visitantes del museo.
El edificio fue cortado en ocho partes y trasladado seis kilómetros al norte donde volvió a ensamblarse con un costo de US$1,2 millón. Agregar oficinas, baños y una recepción al aire libre costó otro US$1,6 millón. Pero la cadena de acontecimientos con efecto de bola de nieve comenzó cuando la adquisición del edificio atrajo una serie de subsidios municipales, estatales y federales además de donaciones privadas. El museo cuenta ahora con una reserva de unos US$ 400.000 y no tiene deudas, dijo Marion. Cuando un lugar recibe tantos visitantes como Las Vegas Strip -41,5 millones de pasajeros pasaron por el Aeropuerto Internacional McCarran el año pasado- tiene posibilidades de sumar un montón de historias.
Marion mencionó a una hermana y un hermano venezolanos, de unos 30 años, llorando frente al cartel del Stardust. Sus padres se habían casado en el hotel pero nunca habían regresado; los hermanos crecieron viendo la foto de los recién casados en la pared de su casa.
En un tour reciente, Justin Favela, el coordinador de programas, hizo un alto frente a una H gigantesca. "Esto viene del casino Horseshoe, propiedad de Benny Binion, posible autor o no de algún asesinato", dijo. "Cuando llevé al hijo de Binion, Jack, a hacer el recorrido me dijo: `No hay necesidad de que lo endulces’".
Para Danielle Kelly, directora ejecutiva del museo, el valor de los carteles va más allá de los recuerdos personales. Muestra un "diseño que se desarrolló aquí y sólo podía desarrollarse aquí".
Se crearon varios tipos de letra que después pasaron a ser de uso generalizado, como los tipos Atomic Age, de los carteles iniciales del Stardust, que fue demolido en 2007. "Y todo esto se desarrolló en un lugar que se considera un páramo", dijo.
El museo, que abrió en octubre pasado después de 15 años de esfuerzo, y sus carteles, que abarcan desde los años 1930 hasta los noventa y están organizados siguiendo un camino laberíntico, son vistos cada vez más como expresiones de la historia, el arte y la arquitectura dignas de ser conservadas.
Leming, de 72 años, recordó una reunión para definir el diseño del Stardust Hotel-Casino, dirigido en esa época por Frank "Lefty" Rosenthal, corredor de apuestas y alma de Las Vegas. "Estábamos todos sentados alrededor de la mesa de conferencias discutiendo el tono indicado de violeta", recordó Leming. "Y yo pensaba: ¡diablos, están hablando de los matices de violeta y este es nada menos que Frank Rosenthal!".
Leming es un artesano de una época que ya pasó, cuando los tubos de vidrio se calentaban y doblaban, se rellenaban con gas neón y argón, de filmaciones y sesiones de fotos aun antes de abrir.
se cortaban y se daba forma al metal y la fibra de vidrio para luego colgarlos en los edificios y sobre las rutas. Con el tiempo, los carteles de neón de Las Vegas han ido ganando reconocimiento por encima de cualquier otra ciudad, dijo Bill Marion, presidente del consejo directivo del museo. Esto podría explicar por qué el museo atrajo 20.000 visitantes anuales sólo con cita previa, además Marion dijo que el museo hará tomar conciencia a la gente del impacto cultural significativo que ha tenido Las Vegas a nivel mundial.
Leming se esforzó durante años por obtener apoyo para preservar los carteles a medida que se demolían muchas propiedades de Las Vegas. "Si van a derribarlas, salvémoslos, decía", dijo Leming.
Los carteles estuvieron años arrumbados en un lote polvoriento. En 2005 fue donado al museo un edificio extraño con un techo en forma de valva de molusco, de La Concha Motel. El hall de los años 1960, diseñado por Paul Revere Williams, sería el centro de visitantes del museo.
El edificio fue cortado en ocho partes y trasladado seis kilómetros al norte donde volvió a ensamblarse con un costo de US$1,2 millón. Agregar oficinas, baños y una recepción al aire libre costó otro US$1,6 millón. Pero la cadena de acontecimientos con efecto de bola de nieve comenzó cuando la adquisición del edificio atrajo una serie de subsidios municipales, estatales y federales además de donaciones privadas. El museo cuenta ahora con una reserva de unos US$ 400.000 y no tiene deudas, dijo Marion. Cuando un lugar recibe tantos visitantes como Las Vegas Strip -41,5 millones de pasajeros pasaron por el Aeropuerto Internacional McCarran el año pasado- tiene posibilidades de sumar un montón de historias.
Marion mencionó a una hermana y un hermano venezolanos, de unos 30 años, llorando frente al cartel del Stardust. Sus padres se habían casado en el hotel pero nunca habían regresado; los hermanos crecieron viendo la foto de los recién casados en la pared de su casa.
En un tour reciente, Justin Favela, el coordinador de programas, hizo un alto frente a una H gigantesca. "Esto viene del casino Horseshoe, propiedad de Benny Binion, posible autor o no de algún asesinato", dijo. "Cuando llevé al hijo de Binion, Jack, a hacer el recorrido me dijo: `No hay necesidad de que lo endulces’".
Para Danielle Kelly, directora ejecutiva del museo, el valor de los carteles va más allá de los recuerdos personales. Muestra un "diseño que se desarrolló aquí y sólo podía desarrollarse aquí".
Se crearon varios tipos de letra que después pasaron a ser de uso generalizado, como los tipos Atomic Age, de los carteles iniciales del Stardust, que fue demolido en 2007. "Y todo esto se desarrolló en un lugar que se considera un páramo", dijo.
Fuente: Revista Ñ Clarín
UNA CORTINA DE LUZ
Una escultura cinética de 75 placas de aluminio altera discretamente el frente del Espacio Fundación Telefónica.
Ficha
Rejani cantoni y L. Crescenti. Fachada.
Lugar: Espacio fundación Teléfonica, Arenales 1540.
Fecha: Hasta diciembre de 2013.
Horarios: Lunes a sábados de 10 a 20.30.
Entrada: Gratis.
Fuente: Revista Ñ Clarín
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| Una cortina de luz |
Por
Mercedes Pérez Bergliaffa
Setenta y cinco placas de aluminio rotan cuando una persona pasa
caminando cerca, por la vereda. Tienen sensores, detectan movimiento.
Metálicas y sensibles, se despliegan sobre la fachada del Espacio
Fundación Telefónica (EFT), a la altura del primer piso,
interviniéndolo. Metamorfosis suave del paisaje urbano, interrupción:
esto es Fachada, la obra de los artistas brasileños
Rejane Cantoni y Leonardo Crescenti. Una discreta catarata horizontal de
láminas plateadas.
Reconocidos internacionalmente, Cantoni y
Crescenti vienen trabajando juntos desde 2005, “año en que nos
enamoramos y también decidimos unir nuestras experiencias y
backgrounds”, cuenta Cantoni desde Sao Paulo, ciudad donde vive. La
artista menciona dos intereses fundamentales para la búsqueda del
equipo: todo aquello vinculado a la “interfaz” –de interface , en
inglés, “superficie de contacto”–, es decir, la conexión física y
funcional entre dos sistemas o dispositivos. Y también el que se
relaciona con la investigación de los elementos “cinemáticos”: basados
en las leyes del movimiento de los cuerpos, estudian su trayectoria en
función del tiempo.
Pero aquí, frente a la fachada del EFT, el
ritmo de las placas se mantiene regular. Así lo decidieron los artistas:
mantener en la obra una cadencia temporal previsible. Desde lejos, el
trabajo pareciera ser una cortina que a veces se cierra levemente, o se
desplaza, casi la puesta en escena de un ballet programado, interpretado
por setenta y cinco bailarines –aéreos y bastante clásicos, no
improvisan demasiado– de metal.
Ahí está el impulso, nacido del
movimiento de un transeúnte, el flujo lento, la cadencia de metal leve,
casi sin peso –estas placas de aluminio son muy delgadas–, la gestión
del tiempo, de sus silencios y el escaso murmullo que las placas
realizan pero que el tránsito, en esta zona de la ciudad, opaca hasta
hacerlo casi inaudible. También, la cita –voluntaria o no– a las obras
“Láminas reflejantes” (1964) y “Móvil Continuo NT” (1966), de Julio Le
Parc. Como si ahora estuvieran actualizadas, programadas digitalmente.
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| Una cortina de luz |
De
cerca, acierto a ver el dispositivo de guías que facilitan el
desplazamiento en cadena de las láminas de metal, y los sensores
instalados en las puntas.
Como si se tratara de una puerta
abierta a otra realidad, la obra guarda un secreto: espeja el mundo de
manera rotativa. Pero, claro, espeja el mundo un piso por encima del
nivel del suelo. Por lo tanto, no puede ser fácilmente contemplado. ¿Y
acaso no es la interacción con las personas uno de los principales
objetivos del arte instalado en el espacio público…?
Rejane &
Crescenti saben lo que hacen: realizaron, a principios de 2012, “Wall”
(pared), una escultura cinética e interactiva de seis metros de largo,
que funcionó a manera de prueba de la obra creada para el EFT.
Estaba
instalada a ras del suelo, dentro de una sala pequeña y, entonces, su
potencial en relación con el público se desarrollaba a pleno: estaban
los hombres y mujeres reflejándose en la obra, buscándose desdoblados
sobre las placas que se movían; estaba la generación del movimiento
gracias al paso cercano de una persona; existían las luces y colores
multiplicándose por entre las paredes, deshaciendo la imagen. Era el
juego a escala 1:1. El ida y vuelta entre el público y la obra era
total.
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| Una cortina de luz |
No ocurre lo mismo con Fachada.
“Necesitábamos montarla al menos a cinco metros de altura en el exterior
del edificio del EFT –explican Cantoni y Crescenti–, esto nos daba
muchas ventajas al nivel de su visualización. A la vez, no queríamos que
el dispositivo de interacción estuviera al alcance de las personas. La
solución que encontramos fue exhibir la obra en lo alto”.
¿Pero
cómo comprender estos procesos casi invisibles, lejanos, sus
transformaciones lumínicas, temporales…? Bueno, ver requiere tiempo,
tanto como lo requiere, por ejemplo, tener un amigo, decía siempre la
pintora Georgia O’Keefe.
Fachada es, entonces,
una exigencia a nuestra propia visión, a esa que ocurre en nuestras
mentes (no somos cámaras fotográficas). La puesta en forma de un
impulso, la posibilidad de una transformación.
Ficha
Rejani cantoni y L. Crescenti. Fachada.
Lugar: Espacio fundación Teléfonica, Arenales 1540.
Fecha: Hasta diciembre de 2013.
Horarios: Lunes a sábados de 10 a 20.30.
Entrada: Gratis.
Fuente: Revista Ñ Clarín
NADA ES ETERNO, TODO SE DESVANECE
Usando soportes que se descomponen desde el momento de
Creación de la obra, el colombiano Oscar Muñoz reflexiona en el Malba
sobre la finitud y los límites de la memoria.
Ficha
Oscar Muñoz. Protografías
Lugar: MALBA. Av. Figueroa Alcorta 3415. Sala 5.
Fecha: Hasta el 25 de febrero.
Horario: Jueves a lunes y feriados de 12 a 20. Miércoles hatas las 21.
Entrada: $30; estudiantes, docentes y jubilados, $15. Los miércoles $15 y estudiantes, docentes y jubilados gratis.
Fuente: Revista Ñ Clarín
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Cortinas de baño, 1985-1986. Acrílico sobre plástico, 190 x 140 cm
|
Por Marina Oybin
Apenas uno entra en la deslumbrante Protografías,
en el Malba, la instalación “Ambulatorio” transporta sin escala a la
violencia del narcotráfico en Cali y en Medellín. Hay que caminar sobre
un vidrio de seguridad estallado que exhibe los rastros de disparos y
golpes. Debajo de los fragmentos, se ve una gran aerofotografía de la
ciudad de Cali. Hay en esos vidrios resquebrajados que uno teme pisar un
extraño mix entre caos y orden.
Con foco en el revés de la
fotografía, en el momento previo o posterior al instante en que la
imagen se fija para siempre, la retrospectiva de Oscar Muñoz, organizada
por el Museo de Arte del Banco de la República (MABR) en Bogotá, reúne
70 dibujos, instalaciones, fotografías y videos.
De un archivo de
dos mil fotos de personajes anónimos tomadas por fotógrafos ambulantes,
Muñoz seleccionó un centenar tomadas en el Puente Ortiz, que une centro
y sur de la ciudad y las proyectó en el río Cali. Con la frase “Usted
podría estar aquí”, hizo una convocatoria invitando a los vecinos a
buscarse en esas fotografías que van de 1950 a 1970. Muchos encontraron
también a familiares y amigos ya muertos. Otros, además, llevaron fotos
propias que se sumaron a ese archivo de memoria popular compartida.
Le
atrae a Muñoz meterse con el atroz paso del tiempo, con la
desintegración, la memoria y la muerte. Cuando su madre murió, filmó su
casa vacía que ahora puede verse en una pequeña pantalla de led montada
en coqueto marco de madera: sólo hay un árbol de Navidad, una silla. En
otras filmaciones, superpone retratos de personas que se han ido de sus
casas con una toma actual del lugar. Una ausencia presente a cada paso
en dos tiempos que se vuelven extrañamente sincrónicos: el de la foto y
el de la filmación actual. La ausencia vuelve a hacerse carne en esos
cuerpos y siluetas de la instalación “Cortinas de baño”: frente a ella
uno no puede dejar de pensar en los desaparecidos.
Muñoz se lanza
al desafío de desmaterializar el soporte de la imagen fotográfica.
“Narcisos” son dibujos con polvo de carbón sobre agua. El resultado es
bello, inolvidable: obras frágiles, rostros en leve movimiento que
terminan desintegrándose al depositarse en el fondo del recipiente. Esa
imagen final es también la muerte del proceso. “Es similar a cuando
tienes que parar el proceso de revelado. En el momento en que la imagen
queda detenida, ya no es futuro ni presente sino pasado”, dice Muñoz.
Algo
parecido ocurre en “Simulacros”: desde un grifo ubicado a unos tres
metros de altura una gota cae cada 45 segundos sobre un dibujo con polvo
de carbón sobre agua en un contenedor de plexiglás. La gota dibuja
hasta deformar los cuerpos en el agua. “Uso sistemas de impresión que
son herramientas para construir documentos: cuando la tinta se seca en
el soporte, entonces se consolida el documento. Mi trabajo busca
ubicarse en el momento en que puede o no consolidarse como un
documento”, dice Muñoz.
Alquimia de artista: con el uso del video,
Muñoz sitúa la imagen fotográfica en un soporte inmaterial. “Narcisos”
es un video donde los rostros con polvo de carbón se van transformando
sobre el agua del lavabo hasta llegar al fondo de la pileta como
sedimento y escurrirse por la rejilla. “Sedimentaciones” pone el foco en
los álbumes familiares y el recuerdo manipulado y reconstruido que
siempre oculta corazones rotos. “Cíclope” es una pileta como pupila
donde se disuelven las imágenes. Joan Fontcuberta cuenta en uno de los
textos del catálogo que a finales del siglo XIX se creía que la retina
de un muerto conservaba la imagen percibida en el momento de expirar: a
esas instantáneas póstumas se las llamó optogramas. “El término –dice el
fotógrafo– había sido acuñado por el macabro fisiólogo alemán Wilhelm
Kühne, quien recogía las cabezas de criminales recién decapitados para
analizar en caliente el fondo de sus ojos”. Y en el video “La mirada del
cíclope”, adelantándose a la muerte, Muñoz hace su propia mascarilla
mortuoria.
Cuesta alejarse de muchas de las obras. Los diferentes
soportes y técnicas resultan elocuentes y asombrosos. A veces, Muñoz
utiliza una singular impronta por contacto. En “Aliento” hay que exhalar
sobre unas placas de acero para que aparezcan imágenes de muertos
tomadas de obituarios de diarios colombianos. En la serie “Impresiones
débiles” la imagen es como un recuerdo difuso. A veces, como en
“Intervalos. Mientras respiro”, Muñoz juega con recuerdo y olvido
marcando obsesivamente con una aguja caliente diarios; otras veces,
pinta con café sobre cubos de azúcar hasta crear imágenes pixeladas como
esas que intentan hacer irreconocible el horror de la muerte.
En
el video “Fundido a blanco” el artista retrató a su padre enfermo un
tiempo antes de morir. En el límite difuso entre vigilia y sueño, entre
vida y muerte, a duras penas el hombre puede mantener los ojos abiertos.
Junto a un cortinado, Muñoz incorpora la imagen de su madre, muerta
tiempo antes. Sólo se escucha la respiración del padre. Una y otra vez.
Recuerdo
una instalación de Rafael Lozano-Hemmer para almacenar y hacer circular
el suspiro de una persona más allá de su muerte. Ese suspiro es el
signo más básico: el que separa vida y muerte. Recuerdo también que
todas nuestras acciones son huidas de la muerte. No hay alternativa:
cada paso en la vida, dirá George Simmel, es un acercamiento temporal a
la muerte: “La muerte aparece a la mayoría de los hombres como una
oscura profecía que pende sobre su vida, pero que, sin embargo, tendrá
algo que ver con la vida por vez primera en el instante de su
realización”.
Ficha
Oscar Muñoz. Protografías
Lugar: MALBA. Av. Figueroa Alcorta 3415. Sala 5.
Fecha: Hasta el 25 de febrero.
Horario: Jueves a lunes y feriados de 12 a 20. Miércoles hatas las 21.
Entrada: $30; estudiantes, docentes y jubilados, $15. Los miércoles $15 y estudiantes, docentes y jubilados gratis.
Fuente: Revista Ñ Clarín
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