MALBA: COMPAREMOS LO ACTUAL Y LO FUTURO


Render de la ampliación subterránea que hará el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires.

Me parece perfecto que se amplíe el Museo por debajo de la Plaza Perú, pero creo que se le debería exigir al Malba y al estudio del Arquitecto Carlos Ott que se reforestara por lo menos el 80% de la superficie verde que se va a hacer desaparecer por imperativos de la ejecución del proyecto de ampliación.
Con sólo ver el render del proyecto, y comparar con la actual plaza Plaza Perú, se nota claramente que su fisonomía va a ser modificada.
La Ciudad sigue perdiendo espacios verdes y vegetación que le son vitales.
Y no hay una conciencia suficientemente clara de ello.
Buenos Aires, que siempre tuvo renombre por sus espacios verdes, perdió una plaza entera con la construcción de los estudios de ATC en oportunidad del Campeonato Mundial de Fútbol de 1978. Habiendo como había , miles de terrenos posibles en los cuales edificar ATC sin tener que comerle una plaza entera a Buenos Aires, al Presidente del Ente Mundial 78, Contralmirante Lacoste, se le puso que era ése lugar ideal para lucir esa obra faraónica del Proceso de Reorganización Nacional.
El Presidente Arturo U. Illia le donó a la República de Chile el valiosísimo terreno donde hoy se levanta la residencia de su Embajada en Buenos Aires. Y se le comió toda a esa superficie a la Plaza República de Chile. Al lado del Jardín Japonés, se construyó la Casa de Té del Jardín, con ese vértigo y compulsión que siempre hay en nuestra Ciudad por urbanizar, por llenar de construcciones a cada uno de sus espacios verdes. Los ejemplos son muchísimos más, incontables, realmente demasiados a mi manera de ver.
La relación metros cuadrados de espacios verdes por habitante, en Buenos Aires viene cayendo en picada de manera alarmante desde hace años.
Al no dejar prevista una adecuada capacidad -profundidad- en metros cúbicos de tierra sobre la ampliación del Malba valiéndose de la Plaza Perú, no se podrán poner Jacarandás como los actualmente existentes al terminar las obras de ampliación. Sólo se podrán poner pequeños arbustos y pequeñas plantas florales de estación. Árboles, sólo en el perímetro externo, pero no dentro la Plaza Perú propiamente dicha.
Ésto mismo que señalo, ha pasado con la playa de estacionamiento subterránea construida en la plaza Tte. Gral. Emilio Mitre, en el cruce de las avenidas Las Heras y Pueyrredón, donde, ante la necesidad de aportar soluciones al acuciante problema del estacionamiento en Buenos Aires, se echaron abajo muchísimos plátanos y otros árboles adultos y ahora, encima de la playa construida, han tenido que elevar el nivel de tierra formando túmulos alargados para poder plantar los árboles con los que se sustituyó a los antiguos eliminados. Los citados túmulos, entorpecen y achican el espacio e impiden ver la linea de horizonte a lo lejos. El nuevo, es un paisaje totalmente reformado por las necesidades de la playa de estacionamiento. Así y todo, la capacidad de esos montículos parece absolutamente insuficiente y no es difícil calcular que éso va a impedir el normal desarrollo de los nuevos árboles sustitutos. Los nuevos árboles nunca alcanzarán los tamaños de los eliminados debido a las necesidades de la obra.
A todas luces parece voluntarista e ingenuo creer que los nuevos árboles van a poder desarrollarse adecuadamente dentro de esa exigua capacidad de tierra.
Y la visual y el paisaje anterior a la construcción de la playa de estacionamiento han sido muy modificados y nunca se recuperarán. A la parte de la plaza que coincide con la primera etapa de la playa de estacionamiento ya inaugurada, parece que le hubieran volado los árboles que tenía con una potente bomba de neutrones. La vieja plaza perdió la armonía visual y el diseño que tenía. Esos árboles habían logrado sus tamaños en años de desarrollo y, en nombre del progreso, se los liquidó en minutos. Y todavía falta ver cómo quedará la parte que coincide con la segunda etapa de la construcción de la playa de estacionamiento.
También se pretendió hacernos creer que el edificio del ex Park Hyatt Hotel, ahora Four Seasons Hotel, no iba a tapar las vistas principales de la casa Álzaga Unzué, pero, sospechosamente, el cartel de obra, que fue el hazme reir de muchos dibujantes y arquitectos sensatos de Buenos Aires, mostraba al edificio como quedaría una vez terminado, pero sospechosamente tomado desde Carlos Pellegrini y Santa Fe, punto desde el cual jamás podría el hotel tapar a la casa de los Álzaga Unzué. Lo que nunca mostraron fue cómo se vería la casa desde la Avenida del Libertador. Obviamente, era un imposible que jamás podrían mostrar.
También se nos hizo el cuento de que la construcción del Buenos Aires Design no había afectado la fisonomía de lugar donde se forzó su inserción ni la parte histórica del conjunto del ex Asilo Gral. Viamonte, ahora Centro Cultural Recoleta - de la Basílica de Nuestra Señora del Pilar y del Cementerio de la Recoleta.
Que no pase lo mismo con la Plaza Perú, con la excusa de la ampliación del Malba.
Esa plaza debería poder volver a tener árboles en toda su superficie como los que actualmente tiene.

P. L. B.

PLAZA REPÚBLICA DEL PERÚ

En una de las zonas más exclusivas de Buenos Aires, en la Avenida Figueroa Alcorta y Salguero, se encuentra la plaza República del Perú. Fue creada e inaugurada en 1972 y su diagramación quedó bajo la responsabilidad artística del paisajista brasileño Roberto Burle Marx, autor de numerosas plazas en varios lugares del mundo.
La plaza República del Perú cuenta con una importante escultura en mármol del Inca Garcilaso de la Vega (1498-1536), poeta y militar español del “siglo de oro”. Hay bustos del militar peruano Francisco Bolognesi Cervantes (1816-1880), del aviador y héroe nacional del Perú José Abelardo Quiñones (1914-1941), del almirante Miguel María Grau Seminario (1834-1879), del ex presidente del Perú Fernando Belaunde Terry (1972-2002), y del líder político trujillano, fundador del APRA, Víctor Raúl Haya de la Torre (1895-1979).

En esta excelente foto, tomada desde una de las torres de Figueroa Alcorta y Salguero, donde se pueden ver los espectaculares Jacarandás con su floración viuolácea a pleno, se puede ver en primer plano, claramente, la Plaza Perú y sus actual fisonomía. Inmediatamente a continuación, se ve el edificio de planta triangular del Malba y atrás, el Palacio Alcorta, que antiguamente fuera Edificio Chrysler y Comando de Arsenales del Ejército Argentino y sede del RENAR, Registro Nacional de Armas.
Los cortes del proyecto no parecen haber previsto capacidad suficiente que vaya a permitir plantar árboles.

EL MALBA CRECERÁ 4.000 METROS CUADRADOS,
BAJO UNA PLAZA


Lo aprobó la Legislatura. El Museo obtuvo la cesión del espacio por 30 años. Invertirán US$ 8 millones.

Un clásico. El Museo, en Figueroa Alcorta y Salguero.
La Legislatura porteña aprobó el lunes el plan de ampliación subterránea del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), un museo privado fundado por el empresario Eduardo Costantini.
El proyecto permitirá sumar casi 4.000 metros cuadrados al Malba, lo que representa más del 50% de su superficie actual: 7.455 metros cuadrados en Figueroa Alcorta al 3400. La Ley fue aprobada por abrumadora mayoría: 52 votos a favor, 4 abstenciones y uno en contra. El PRO y el kirchnerismo de la ciudad volvieron a votar en coincidencia.
La obra, que comenzaría en 2014, estaría lista en dos años.
Prevé la construcción de un patio de esculturas de 500 metros cuadrados, a siete metros bajo el nivel de la vereda. También habrá un nuevo auditorio y una sala de 1.000 metros cuadrados para muestras temporarias y para parte de la colección permanente del museo que hoy no está en exhibición por falta de espacio. La inversión está calculada en 8 millones de dólares.
El proyecto, del arquitecto uruguayo Carlos Ott, prevé extender el Museo sobre la plaza República del Perú, sin afectar la fisonomía de ese espacio verde, ni el tránsito vehicular o el resto del barrio. “Una institución tiene que tener un plan de crecimiento. El Malba estaba muy limitado por su edificio. Así, se pueden ampliar los programas de cine independiente, literatura y educación”, explicó a Clarín Costantini.
El museo, por el que pasan cerca de 3 millones y medio de visitantes al año, nació con polémica.En junio de 2001 la Legislatura aprobó una excepción al Código de Planeamiento Urbano para legitimar la construcción del edificio, que hace dos semanas fue distinguido con el Premio Década 2002-2012.
Ahora, la ampliación fue sancionada por segunda vez, ya que se trata de un proyecto de doble lectura, que requirió además de una audiencia pública. Los legisladores aprobaron “un permiso de uso a título precario, gratuito e instransferible por el término de 30 años”.
Los que se abstuvieron fueron Virginia González Gass y Adrián Camps, de Proyecto Sur, Rocío Sánchez Andia, de la Coalición Cívica, y María Rachid, del FPV.
El legislador que votó en contra, Alejandro Bodart (Proyecto Sur) objetó la cesión gratuita y dijo: “el contrato es perjudicial para la ciudad. Sólo se compromete a reforestar el 50% de la superficie verde que va a liquidar”.


El Malba podrá sumar 4.000 m2 subterráneos para exhibiciones

Lo aprobó anoche la Legislatura porteña. El Museo podrá extenderse bajo la plaza Perú y aumentar en un 50% de su superficie actual.
La Legislatura porteña aprobó anoche por 52 votos a favor, dos abstenciones y uno en contra, el plan de ampliación subterránea del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). Se trata de un proyecto que llevaba varios años de espera, impulsado por el coleccionista y fundador del Museo, Eduardo Costantini.
La obra que ahora tuvo luz verde, permitirá sumar casi 4.000 metros cuadrados al Malba, lo que representa más del 50% de su superficie actual, que hoy ocupa unos 7.500 metros cuadrados en Figueroa Alcorta al 3400.
El proyecto, del reconocido arquitecto Carlos Ott, prevé extender en forma subterránea el Museo debajo de la plaza Perú, sin afectar la fisonomía de ese tradicional espacio verde, ni al tránsito vehicular o al resto del barrio.
La obra, que estaría lista en un plazo de dos años, prevé la construcción de un gran patio de esculturas de 500 metros cuadrados ubicado siete metros por debajo del nivel de la vereda. También habrá una sala de 1.000 metros cuadrados para muestras temporarias y para parte de la colección permanente del museo que hoy no está en exhibición por falta de espacios. La inversión está calculada en US$ 8 millones.
La ampliación fue sancionada ayer por segunda vez, ya que se trata de un proyecto de doble lectura, que requirió además de una audiencia pública. Los legisladores aprobaron "un permiso de uso a título precario, gratuito e instransferible por el término de 30 años".

NOTA EN CLARÍN DEL 29 DE JULIO DE 2007:

MUSEOS PORTEÑOS : EL PLAN DE EXPANSIÓN DEL MUSEO DE ARTE LATINOAMERICANO, EN PALERMO
El Malba crecerá casi un 50% con salas debajo de una plaza

Ampliarán 3.500 metros cuadrados bajo la plaza República del Perú. Lo harán para mostrar cuadros que ahora están guardados. El proyecto costará entre US$ 8 y 10 millones y la obra durará de 18 a 24 meses.


PLAN DE EXPANSIÓN. El proyecto permitirá sumar casi 4.000 metros cuadrados al Malba.
Nora Sánchez
nsanchez@clarin.com

A fines de los 90, el empresario Eduardo Costantini luchó contra la oposición vecinal para construir un museo de US$ 25 millones y mostrar su colección de arte. La polémica se superó gracias a una excepción al Código de Planeamiento Urbano. El 21 de setiembre, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires cumplirá seis años y el edificio ya le quedó chico. Apenas se exhibe un 40% de su colección. Ahora Costantini va por más y volverá a la carga con un proyecto que acaricia desde hace tres años: ampliar el museo por debajo de la plaza República del Perú sumando 3.500 metros cuadrados a los 8.000 actuales. El proyecto costará entre US$ 8 y 10 millones, que serán financiados por la Fundación Costantini, y la obra durará de 18 a 24 meses. Pero antes, el Gobierno porteño debe presentar un proyecto de ley en la Legislatura para autorizar a construir debajo de la plaza. "Vengo teniendo conversaciones desde la gestión de Aníbal Ibarra, que no apoyaba el plan -contó Costantini-. El jefe de Gobierno actual me dijo que sí, también el macrismo". Sin embargo, el vocero de Jorge Telerman eludió responder la consulta de Clarín acerca de la posición oficial. El proyecto es del arquitecto uruguayo Carlos Ott, que también diseñó la Ópera de la Bastilla (París). Busca ampliar 3.500 metros bajo la plaza con una estructura moderna. La entrada principal y el hall seguirán siendo los mismos, pero sumarán una construcción acristalada para unir la planta nueva con la actual. Donde está el restorán, que se mudará al subsuelo, quedarán las escaleras mecánicas. El espacio central será un patio de esculturas con obras de artistas latinoamericanos y luz natural. Se verán desde afuera, ya que estará cubierto por una superficie vidriada. "También haremos el proyecto paisajístico de la plaza, ahora muy descuidada -dijo Costantini-. El impacto ambiental será nulo".
Habrá una sala de exposiciones de 900 metros cuadrados para parte de la colección permanente; dos auditorios para 80 y 100 personas y una sala para chicos.
En lo que va de 2007, el Malba recibió 192.000 visitantes y desde que abrió en 2001, casi dos millones. Entonces tenía 200 obras. Hoy suma 370, pero exhiben apenas 130. Las demás se conservan en un depósito que se mantiene a oscuras, con humedad y temperatura controladas.
Desde el inicio del programa de adquisiciones del museo, en 2004, se compraron obras por US$ 160.000. Y cada año, la Fundación Costantini destina 20.000 dólares más. "Para 2010, habrá unas 500 obras -anticipa Costantini-. Un museo no puede dejar de comprar, porque si lo hace queda detenido en el tiempo. El Malba es un punto de referencia y mi responsabilidad es seguir creciendo".

Escenario difícil

Daniel Fernández Quinti
dquinti@clarin.com


El Malba ha logrado imponerse en apenas seis años como uno de los museos de referencia de la Ciudad. Como todo museo, vivo y emprendedor, tiene su programa de adquisiciones y recibe donaciones. Ahora hay más del 60% de las obras guardadas que no pueden ser expuestas. Está claro por qué el espacio le queda chico. Y necesita seguir creciendo en un escenario difícil. Es que el fin del 1 a 1, le complicó la vida al mercado del arte. Todo aumentó y en dólares.

Dos días de topadora para demoler una escultura

La Plaza República del Perú, en Figueroa Alcorta y Salguero, hoy no ofrece grandes atractivos. Pero hasta hace doce años fue la ubicación de la única obra que había en la Ciudad del arquitecto y paisajista brasileño Roberto Burle Marx. Era una escultura de hormigón de forma espiralada, que envolvía juegos para chicos y un arenero. A mediados de los 90, los vecinos de Palermo Chico se quejaron porque, según ellos, se había convertido en un "aguantadero de linyeras y drogadictos". El entonces intendente Jorge Domínguez ordenó demolerla: entre el 25 y 26 noviembre de 1995, la topadora la destruyó.
Conocido como "El jardinero de Brasil", Burle Marx fue un pionero en incorporar la plástica al paisajismo y la arquitectura. Murió un año antes de que su obra en Buenos Aires, donada por el Perú en 1972, quedara reducida a escombros.

 Asegurar la continuidad, el objetivo

"El déficit anual del Malba es de 2.200.000 dólares y con la ampliación aumentará otro millón -calcula Eduardo Costantini, que financia las pérdidas a través de su Fundación-. No hay museo en el mundo que genere ganancias. Como empresario tengo que ver cómo voy creciendo para sostener ese déficit. El desafío es lograr que se acerquen otras fuentes de financiación, apostando a la inserción de familias y empresas. El Malba pertenece a la sociedad y debe trascender a su fundador".
El empresario dice que hay que asegurar la continuidad del museo para cuando él ya no esté. "Hay que descentralizar las decisiones y sumar a la Asociación de Amigos del museo y a integrantes no familiares al Consejo de Administración".
Costantini cuenta con orgullo que el museo organiza doce muestras por año, algunas de las cuales recorrieron el mundo, como las de Xul Solar o Víctor Grippo. "Hay programas de arte, cine, diseño, literatura, educación, para niños y ciegos, entre otros. El Malba se ha constituido en un centro cultural para la Ciudad".



Fuente: clarin.com

AGONIZA EL PINO CUYA SOMBRA ALIVIÓ A SAN MARTÍN


En San Lorenzo, Santa Fe.
La histórica conífera, que tiene más de 220 años, fue afectada por las últimas tormentas y está a punto de secarse.

TODAVÍA DE PIE. El pino fue plantado por los franciscanos en 1790.

Preocupación oficial. Un golpe a la historia. Eso es lo que podría sufrir la provincia de Santa Fe si se apaga un símbolo de San Lorenzo: el pino de la famosa batalla. Sucede que la histórica conífera, a cuya sombra el general José de San Martín redactó el parte de guerra, corre riesgo de desaparecer, porque un temporal de viento y piedra afectó su masa verde y la circulación de la savia. El inexorable paso del tiempo y los embates de la naturaleza le han provocado también severos daños al legendario pino, que tiene más de 220 años y que en 1946 fue declarado Árbol Histórico. Bajo su frondosa sombra el general San Martín descansó y redactó el parte de guerra de la Batalla de San Lorenzo, el 3 de febrero de 1813. Si bien no hay una fecha precisa, el pino habría sido plantado por la orden religiosa de los franciscanos en 1790. A lo largo de sus más de 220 años el árbol soportó todo tipo de contingencias. Pero fueron puntualmente los temporales de viento y lluvias, con caída de granizo y piedras de los últimos años los que minaron la añosa estructura. La fuerte tormenta del 23 de octubre pasado que azotó la localidad de San Lorenzo -con caída de abundante piedra- despojó gran parte de su masa verde y además afectó la circulación de la savia. En consecuencia, salvo un milagro de la naturaleza o el resultado de alguna técnica de recuperación, las ramas y gajos del pino se irán secando y así desaparecerá el árbol que fue testigo de la épica batalla libertadora. "El pino gozaba de muy buena salud, pero la última granizada arrasó con todo el circuito histórico", comentó Aníbal Fernández, director del Complejo Museológico y cuidador del Pino Histórico, en la localidad de San Lorenzo.


¿Final inexorable?


Fernández, técnico agrónomo, era un adolescente cuando quedó al cuidado del árbol en 1978. "El pino es como mi padre y estoy preocupado por su salud", dice Fernández. Se emociona cuando explica que la conífera está en grave riesgo de vida. Es que en términos médicos, la planta se encuentra en sala de terapia intensiva. Desde el municipio de San Lorenzo se tomaron todas las previsiones para preservar al pino, pero no es mucho lo que se puede hacer. "No hay un reconstituyente para el tejido de la planta cuando la circulación de la savia se ve afectada -lamentó-. Ahora vamos a esperar, para ver si el pino mantiene lo poco que queda de su masa verde, y ahí sí, entonces actuaríamos para fortalecerla".

Fuente: lagaceta.com

EL PATRONO DE LA CIUDAD, UN GUERRERO FRANCÉS


San Martín de Tours combatió para el imperio romano. La capa y el mendigo, su paso por la Iglesia y el sorteo que lo liga Buenos Aires.
Monumento. En la plaza que lleva su nombre, en Recoleta, refleja la historia del corte de su capa y el mendigo.

Por Eduardo Parise

Muchos consideran que Buenos Aires es una ciudad tan extraña y mítica que hasta tuvo que ser fundada dos veces. Claro que algunos creen que la primera fundación no fue tal porque, dicen, sólo se trató de un asentamiento y no llegó a esa categoría. De todas maneras, la Ciudad tiene otras cosas tanto o más curiosas que esa doble fundación. Un buen ejemplo de esas curiosidades es su patrono, San Martín de Tours. Lo identifican como francés, aunque nació en Hungría; fue un verdadero cuadro militar de los ejércitos del imperio romano y un obstinado sorteo lo ungió como Santo Patrono de esta concentración urbana, bien española en su origen, pero que 432 años más tarde tiene casi tanta mezcla como si se tratara de las Naciones Unidas.
Lo eligieron patrono en octubre de 1580, cuatro meses después de la fundación. Se cumplía así con una vieja tradición. Según la leyenda, lo extraño fue que cuando su nombre surgió del primer sorteo, muchos se opusieron por tratarse de un “santo francés”. Cuentan que hubo un segundo sorteo y volvió a salir su nombre. Cuando al tercer intento apareció otra vez él, dicen que se resignaron y lo validaron sin más trámite. ¿Quién era ese “santo francés”, empecinado en convertirse en protector de aquella lejana colonia? Había nacido en Panonia, actual Hungría, en 316. Era hijo de un tribuno romano, veterano de los ejércitos del imperio. Por eso es que cuando sus padres se radicaron en Italia, a los 15 años fue incorporado a la fuerza militar. Para entonces ya se había educado en Pavía.
Pero su mayor fama no tiene que ver con ningún sangriento combate, sino con un hecho que lo marcaría para siempre. Fue un día en que las fuerzas de la guardia imperial que integraba llegaron a Amiens, en la zona de las Galias. Era el invierno de 337. Martín, montado en su caballo, llevaba sobre sus hombros una buena capa de piel que lo protegía del frío. En ese momento, se le acercó un mendigo con poca ropa y tiritando a pedirle ayuda. El gesto de Martín fue contundente: sacó su espada, cortó la capa a la mitad y le entregó una parte a aquel hombre. La historia dice que esa noche, en sueños, se le apareció Jesús llevando puesta esa parte del abrigo. La moraleja fue simple: siempre en la vida es más difícil compartir que regalar.
Aquel gesto está reflejado en el monumento dedicado a San Martín de Tours que se encuentra en una plazoleta en la subida de la calle Junín, entre Posadas y avenida Alvear, en Recoleta. Fue realizado en bronce por el escultor ítalo-argentino Armando Bucci y se inauguró en 1981. Y la iglesia donde se lo venera en Buenos Aires está justamente en el 2949 de la calle que lleva el nombre del santo, en Palermo. Fue habilitada en 1931.
Después de esa acción, Martín dejó el ejército, se sumó al catolicismo y llegó a ser obispo de la ciudad de Tours, predicando y fundando conventos en Francia. Murió en Candes en 397 y se lo evoca cada 11 de noviembre, fecha en la que en España se solía faenar algún cerdo en cada chacra. Eso originó la frase de que “a cada chancho le llega su San Martín”.
También cuentan que la mitad de la capa que le quedó al santo fue guardada en una urna en un pequeño santuario construido especialmente. A esa capa trunca se la llama “capilla” y al encargado de cuidarla se lo conoce como “el capellán”.
De ahí el origen de la palabra que designa a un pequeño oratorio, un tema que merece tal vez una investigación más profunda. Pero esa es otra historia.

Fuente: clarin.com

INAUGURAN EN PANAMÁ
LA PRIMERA EXPOSICIÓN DE GAUGIN EN CENTROAMÉRICA

Una exposición con varias obras originales del pintor posimpresionista francés del siglo XIX Paul Gauguin, fue abierta al público el viernes en el Museo del Canal Interoceánico de Panamá, constató un periodista de la AFP.

Por Antonio Scorza

Una exposición con varias obras originales del pintor posimpresionista francés del siglo XIX Paul Gauguin, fue abierta al público el viernes en el Museo del Canal Interoceánico de Panamá, constató un periodista de la AFP.
La exposición 'Paul Gauguin, el sueño de Panamá', está compuesta por 36 obras originales del artísta francés, quien hace 125 años vivió una temporada en Panamá.
'Naturaleza muerta con naranjas' (antes de 1882), 'Lavanderas de Pont Aven' (1886) o 'La hija del patrón' (1886) forman parte de la muestra que incluye óleos, grabados, cerámicas y dibujos.
También se exhiben cinco cartas de Gauguin enviadas a su esposa Mette (1886/1887) y 13 fotografías (1882-1886) tomadas durante su permanencia en Panamá.
"Este es un proyecto original que se presentará al público panameño e internacional, obras de arte de uno de los pintores más representativos del posimpresionismo y padre del sintetismo?, dijo la directora del Museo del Canal de Panamá, Ángeles Ramos.
?Es la primera exposición de pintura de esta magnitud en América Central. Esta hecha sólo para Panamá", dijo el embajador de Francia en Panamá, Hugues Goisbault.
Las obras han sido facilitadas por instituciones como el Musée d'Orsay de París, el Metropolitan Museum de Nueva York, la National Gallery de Londres y coleccionistas privados.
Los organizadores esperan batir el récord de visitas a un museo en Panamá con esta exposición.
En 1887, Gauguin vivió durante cinco semanas en Panamá, adonde llegó resuelto a "vivir cual salvaje" en la isla de Taboga, en el Pacífico, cuenta Marc de Banville, periodista y documentalista francés.
Sin dinero, el artista terminó trabajando en las obras de construcción del canal interoceánico, que emprendió el conde francés Ferdinand de Lesseps, aunque no se quedó por mucho tiempo. "Su tendencia a las borracheras y peleas hizo que lo despidieran al cabo de pocas semanas" y partiera rumbo a Martinica, llevándose "como recuerdo una disentería, la malaria y los cálidos colores de Taboga", dice Banville en su libro 'Canal Francés. La aventura de los franceses en Panamá'.


Fuente: AFP

EL CENTENARIO DE UN EDIFICIO
QUE ES PARTE DE LA IDENTIDAD DE TIGRE

Fue inaugurado en 1912.

Lo construyeron para el deporte y luego recibió grandes fiestas de la alta sociedad. Tras su restauración, fue reinaugurado en 2006 como sede del Museo de Arte local (MAT).
Por Martín Sánchez

Señorial, casi vanidoso, el bello edificio de estilo francés que contiene al Museo de Arte Tigre (MAT), se yergue triunfal de cara al río. Nadie le da ese siglo de vida que acaba de cumplir, pero por su superficie, entre sus sombras, late la historia de una sociedad, la de Tigre y la de la misma Buenos Aires, que reflejó en este edificio mítico sus vaivenes y contradicciones durante 100 años.
En 1909, los empresarios Ernesto Tornquist, Luis García y Emilio Mitre decidieron que hacía falta un club de regatas y fundaron el Tigre Club donde hoy está el Museo, para que la gente bien de Buenos Aires pudiera distenderse los fines de semana arriba de un bote, o jugando al tenis o al golf. En noviembre de 1912 quedó inaugurada la primera construcción, pero la actividad deportiva fue cediendo lugar al juego y la diversión nocturna cuando se asomaba la década del ’30. Una sociedad anónima compró parte de las instalaciones para levantar un casino y anexarlo al viejo hotel y entonces el actual Museo encontró su espíritu francés. Fueron convocados los arquitectos galos Luis Dubois y Pablo Pater, quienes habían diseñado la embajada de Francia, el actual Palacio Ortiz Basualdo. La diversión fue una constante con grandes bailes en las terrazas. “Me di el lujo de bailar en el Tigre Hotel al compás de las orquestas de Di Sarli y Pugliese”, recuerda don Chiche Soula a sus 83 años, uno de los personajes que perduran en Tigre, orgulloso con su flota de autos antiguos.
Pero la decandencia, ocurre. De ser un refugio de poetas como Rubén Darío, o de presidentes como Julio Roca, y de ser destino del turismo internacional, el palacio fue quedando en silencio, y fue herrumbre, cierre y olvido.
El intendente de Tigre, Sergio Massa, dice que “los 100 años del edificio del MAT tienen que ver con lo que significaba Tigre en las afueras de Buenos Aires. El lugar era el Tigre Club y estaba acompañado por un hotel. La comunidad profesa un orgullo especial por este museo, cuyo edificio, de principios del siglo XX, fue declarado Monumento Histórico Nacional gracias a sus valores patrimoniales y arquitectónicos”. Lo que dice Massa ocurrió en 1979, cuando fue preservado como Monumento Histórico, pero antes, en 1974, hubo una decisión crucial: el intendente de esa época, Néstor Pozzi, publicaba una ordenanza decidiendo la expropiación del edificio.
En 1997 se decidió por fin restaurar el palacio, que parecía esperar el peor final. Claro que la tarea no iba a ser sencilla. Y si bien demoró más de la cuenta la recuperación de este vanidoso que hoy mira desde arriba el paso del Río Luján, en nueve años, y tras diversas etapas de restauración, el edificio quedó reinaugurado. Fue en una gloriosa tarde tigrense de 2006. La tarea fue tan minuciosa, que por ejemplo, se pulieron a mano las 100 mil baldosas originales de mármol de Carrara.
El embajador de Francia en Argentina, Jean Pierre Asvazadourian, asegura que el Museo de Arte de Tigre “es un lugar bello que cuenta con una arquitectura impecable. Un estilo francés muy bien recuperado y mantenido, el mejor lugar para ofrecer arte.” Parecería que es nomás como dice ése múltiple artista que es Páez Vilaró: “Aquí en el MAT, entre tanta belleza del edificio y de su entorno, el arte es apenas una continuidad”.


Por el aniversario

Con un libro y una muestra

En las instalaciones del Museo Isaac Fernández Blanco de la Ciudad de Buenos Aires, se realizó el lanzamiento del tercer libro del MAT, “Museo de Arte Tigre, cien años y más”, bajo la dirección editorial de Diana Saiegh. La publicación, que recopila la historia del edificio declarado patrimonio histórico y arquitectónico, aborda un análisis técnico y biográfico del arquitecto francés Paul Pater y su obra. Además, se presentó “De Tigre a Libertad”, una exhibición que homenajea a Pater, quien junto a Louis Dubois diseñó la actual sede del MAT.

Fuente: clarin.com

ROCAS VOLCÁNICAS DE PLAYA MEXICANA CON GRABADOS ABIERTAS A VISITA DESDE 2013



Un agrupamiento de rocas volcánicas negras con cientos de grabados rupestres que datan probablemente del año 4000 AC, esparcidas en un área del estado mexicano de Sinaloa (noroeste), podrán ser visitadas el próximo año, informó el miércoles el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).


Un agrupamiento de rocas volcánicas negras con cientos de grabados rupestres que datan probablemente del año 4000 AC, esparcidas en un área del estado mexicano de Sinaloa (noroeste), podrán ser visitadas el próximo año, informó el miércoles el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
"Hallado sobre la línea de playa destaca un agrupamiento de rocas volcánicas distribuidas en un área de 340 metros de longitud sobre las que fueron talladas aproximadamente 640 grabados, algunos de los cuales incluso podrían datar del periodo Arcaico y tener al menos 4.000 años de antigüedad", indicó el INAH.
El sitio declarado Zona de Monumentos Arqueológicos se llama "Las Labradas" y está localizado cerca del poblado La Chicayota, en el municipio de San Ignacio (Sinaloa, con costas en el Pacífico), de 25.300 habitantes.
Tras la declaratoria como zona protegida será habilitada para ser visitado el próximo año.
"Las Labradas se conforma de varios conjuntos de grabados rupestres; percusiones en piedra que después de ser pulidas por antiguos habitantes, generaron figuras en bajorrelieve de tipo zoomorfo y antropomorfo, así como gran cantidad de diseños con características geométricas: puntos, círculos, cruces y rectángulos", detalló el INAH.
Los grabados, según el INAH, "podrían simbolizar la cosmovisión de antiguos pueblos que habitaron la región" y que acudían a Las Labradas "exclusivamente para desarrollar este arte rupestre como si se tratase de un santuario", ya que no podían asentarse en ese preciso sitio por la falta de una fuente de agua potable y las temperaturas extremas.
Algunos de los grabados de Las Labradas, estudiados desde 2003, también pudieron funcionar como marcadores astronómicos.
"Las investigaciones futuras se enfocarán en corroborar su relación con los solsticios de verano e invierno, dada la ubicación privilegiada de esta zona arqueológica con respecto a la línea del Trópico de Cáncer, que se halla a 30 kilómetros al sur", expuso el INAH.
Excavaciones efectuadas en 2010 y 2012 en sitios aledaños a Las Labradas, entre ellos el llamado "La flor del océano" -en lo que fue la desembocadura del arroyo La Chicayota-, indican que si bien existió ocupación de la región entre 700 y 1.250 de nuestra era (la época prehispánica más visible en Sinaloa), también la hubo desde el periodo Arcaico, es decir, previo al comienzo de la agricultura en Mesoamérica.
Al excavar en la zona, los arqueólogos mexicanos encontraron "materiales líticos que corresponden al periodo Arcaico (que se remonta al años 4.000 antes de nuestra era), hablamos de una colección considerable de puntas de proyectil, cuchillos, navajillas, todo esto sin cerámica asociada", indicó el INAH.

Fuente: AFP