Es un original de la película “Metrópolis” (1927), de Fritz Lang.
Una
joya. El afiche, con la icónica imagen de la robot humana y la ciudad
futurista detrás, es una creación del pintor Heinz Schulz-Neudam.
Por Andrés Fevrier
El póster, creación del pintor alemán Heinz Schulz-Neudamm, muestra a la futurista megalópolis de 2026 en la que transcurre la historia. Se trata de la versión internacional, sin los créditos, de la que sólo hay otras tres copias conocidas en el mundo: una en el Museo de Arte Moderno de Nueva York; otra en la Biblioteca Nacional de Austria, en Viena; y el tercero en manos de un coleccionista privado que, se cree, es Leonardo Di Caprio. Una versión alemana del mismo afiche había sido vendida en 2000 en 357.750 dólares.
Al margen del valor que algún adinerado fanático esté dispuesto a pagar ahora, ya se trata del afiche más caro de la historia . El coleccionista estadounidense Kenneth Schacter había desembolsado 690 mil dólares en 2005 para quedarse con él, cifra que sigue siendo la más alta jamás pagada por un póster de cine.
Pero Schacter, reconocido coleccionista, entró en desgracia. Según publicó la revista The Hollywood Reporter , en diciembre pasado se declaró en bancarrota por una deuda de 500 mil dólares con un prestamista, y dijo que el afiche de Metrópolis sólo valía 250 mil dólares. Pero en marzo intentó subastar el póster en el sitio especializado Movie Poster Exchange con
una base de 850 mil dólares. Cuando el prestamista se enteró creyó que
Schacter estaba ocultando el valor real de sus bienes y lo denunció ante
la Justicia. La subasta se suspendió el 12 de marzo y Schacter fue
embargado.
El síndico John Menchaca, del Tribunal de Quiebras de Los Angeles, está inventariando su colección, que también incluye otras dos joyas : un afiche original de King Kong (1933), que en 1999 se vendió en US$ 244 mil (ver Los otros pósters más caros ) y hoy podría valer más del doble ; y un cartel publicitario ( teaser , en inglés) de El hombre invisible (1933). Cuando concluya el trámite judicial –antes de fin de año, se calcula– saldrán a subasta.
Muda, visualmente revolucionaria ,
vinculada por algunos al inminente surgimiento del nazismo (algo que
Lang siempre rechazó), con un guión por momentos pueril y un desenlace
reaccionario –ese candoroso abrazo reconciliador entre Capital y
Trabajo–, Metrópolis esuna de las grandes películas de la historia del cine ,
una obra maestra absoluta cuya notable influencia se extiende hasta
hoy. Escrita por Lang y su entonces esposa Thea Von Harbou (luego
conspicua colaboradora nazi), fue estrenada en Berlín en enero de 1927, y
apenas unos meses después comenzó a ser manoseada y mutilada. Su
versión original se creyó perdida durante décadas, hasta que en 2008
apareció una copia casi completa en Buenos Aires (ver La obra maestra que ...).
“La importancia histórica de la película y la belleza art decó del afiche se combinan para convertirlo en la joya de la corona del mundo de los pósters de cine”, explicó el especialista Sean Linkenback. En unos meses se sabrá cuál es realmente su valor.
Una de las muestras permite, a través de un iPad y Google Maps, un viaje virtual por la vida y la obra del pintor.
El beso. Obra clave en la producción del artista vienés. archivo
Por Julia Villaro - Especial para Clarín
Es probable que pocos identifiquen su rostro alocado en una
foto; seguramente muchos más conozcan su nombre o incluso su papel
preponderante en la revolución artística que se produjo en la Europa de
finales del siglo XIX y principios del XX.
Sin duda todos hemos visto alguna vez El beso , ese homenaje al amor que es su obra plástica del año 1907; y para aquellos que aún no conocían a Gustav Klimt
, su genio —y en particular el que habita la mencionada obra— ha sido
llevado a otro nivel en la escala de la popularidad cuando, hace sólo
nueve días, y con motivo de la celebración del 150 aniversario de su
nacimiento, Google decoró su portal virtual con esa escena.
Y no
solo hasta ahí llega la tecnología: una muestra en la galería vienesa
Belvedere, que constituye el plato fuerte de este año que la capital de
Austria le dedica a Klimt, con muestras en todos sus grandes museos,
permite a los visitantes recorrer, de forma virtual, los lugares más
importantes de la vida y la obra del pintor.
Para esta original
retrospectiva, la galería pone a disposición de los visitantes varias
tabletas iPad con dos aplicaciones: una que vincula 15 de las obras
expuestas —como El Beso o Judith — con los lugares en que
fueron concebidas o creadas, o con otros que tienen una relación aún más
simbólica, como la tumba del artista; la otra herramienta permite
acompañar a Klimt por los lugares que marcaron su vida: un mapamundi con
ciudades, edificios, paisajes, realizado gracias al sistema Google
Maps.
Con solo un click en la tableta, se pueden visitar los
lugares que influyeron en la vida y en la obra del que sin duda es uno
de los padres del arte europeo contemporáneo.
Retrato. Gustav Klimt. Wikipedia
Klimt nació el 14
de Julio de 1862 en la ciudad de Baumgarten, cerca de Viena, Austria.
Su nombre y sus obras son fundamentales para la historia del arte
occidental: tuvo un importante papel en la Secesión Vienesa, aquel
movimiento artístico de fines del mil ochocientos que encarnó en Austria
al espíritu de la plástica rupturista y renovadora, que antes o
después habitaría toda Europa .
Los paisajes y retratos del
artista —óleos, dibujos, murales— implican tanto un quiebre con las
convenciones plásticas establecidas, como una recuperación de antiguas
técnicas artesanales. Renegó de los más importantes recursos del
realismo: la perspectiva —creación de un espacio tridimensional donde
el cuadro se asemeja a una ventana— y el claroscuro —trabajo de las
luces y las sombras para generar volumen—, por eso sus paisajes son una
ensoñación sin direcciones, y en sus retratos no es posible distinguir
el fondo de la figura, todo es parte de la misma experiencia extasiada.
Su
obra es altamente personal y no admite catalogaciones, sin embargo su
espíritu se corresponde con las ideas simbolistas que agitaban la
atmósfera cultural del momento.
Una de sus marcas distintivas es
la celebración de la femineidad y el erotismo. En su visión de la mujer
conviven la estilización y la delicadeza con cierta impronta amenazante.
Klimt explora el universo femenino sistemáticamente en un momento
histórico donde la mujer está cobrando una nueva importancia y su visión
provocativa vaticina próximos destapes.
Sus imágenes respiran
muchas de las inquietudes de un mundo en transformación, pero lo más
importante de su labor es que sus cuadros no aspiran a imitar la
realidad que vemos, sino a crear una diferente, propia de la experiencia
artística.
Puede que esta sea la victoria más importante para
Klimt y para el arte moderno: reclamar el lienzo en blanco como un
territorio infinito de libertad creativa.
Vista de la pirámide de la entrada al museo del Louvre, en París, Francia. EFE/Archivo
París, 20 - El Louvre estrenará el próximo 22 de septiembre su nuevo espacio de Artes del Islám, para el que creó en el corazón del museo 4.600 metros suplementarios, donde exponer cerca de 20.000 obras, anunció hoy.
El museo más visitado del mundo, que en 2011 contabilizó 8,8 millones de entradas, resaltó que los nuevos espacios acogerán en el Ala Denon "una de las colecciones de Artes del Islám más ricas del mundo", dedicada a la evolución de 1.300 años de historia en tres continentes.
Desde el punto de vista arquitectónico el nuevo departamento es fruto de una hazaña tecnológica y espacial, que llevó a los arquitectos Mario Bellini y Rudy Ricciotti a cubrir el Patio Visconti, de estilo neoclásico, con una vidriera ondulada semitransparente de vidrio y metal y a excavar su subsuelo.
El departamento cubrirá el conjunto del campo cultural de la civilización islámica, de España a la India, y del siglo VII al XIX, gracias a la reunión de los fondos propios del museo y de los que poseía el vecino Museo de Artes Decorativas.
Los responsables del Louvre planeaban inicialmente abrir el nuevo espacio museográfico al público ya este verano, según informaron a la prensa el pasado enero. Fuente: EFE
El cuadro 'Odalisca con pantalón rojo', del pintor francés Henri Matisse, robado del Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber de Caracas, hoy en día llamado Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (MACCSI)
Un juez federal de Florida dejó el viernes detenidos sin fianza en Miami a los dos acusados del robo del cuadro del pintor francés Henri Matisse "Odalisca con pantalón rojo" y pidió una investigación para confirmar la autenticidad de la obra robada en Caracas hace 10 años.
Los acusados de poseer ilegalmente la obra robada, el cubano Pedro Antonio Marcuello Guzmán, de 46 años, residente en Miami, Florida, y la mexicana María Martha Elisa Ornelas Lazo, de 50 años, residente en Ciudad de México, quedaron detenidos el viernes sin derecho a fianza, a decisión del juez William Turnoff.
El magistrado consideró este caso producto de "un delito grave" a través de "una operación sofisticada", por lo que rechazó la recomendación de la fiscalía que pidió para Marcuello Guzmán la libertad bajo una fianza de 50.000 dólares, constató la AFP, presente en la audiencia.
No obstante, la fiscal Elisa Castro Lugo reclamó en la audiencia que se dejara detenida a Ornelas Lazo "por no tener lazos en el país" y porque llegó a Miami el pasado 16 de julio sabiendo que participaría de una transacción con una obra de arte robada.
El juez indicó que a su criterio existía el peligro de fuga del país de ambos acusados y decidió dejarlos detenidos sin fianza hasta celebrar otra audiencia preliminar el 1 de agosto. Turnoff apuntó que aunque este Matisse ha sido valorado en unos 3 millones de dólares, "se trata de una obra cultural que no tiene precio" y que "fue sacada de un museo en Caracas en una operación sofisticada".
El abogado de Ornelas Lazo, Paul Korchin, reclamó una investigación que confirme la orginalidad de la "Odalisca con pantalón rojo", de 1925, que formaba parte de la colección del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (MACCSI). Las autoridades del MACCSI denunciaron el robo de la pintura en diciembre de 2002.
Castro Lugo precisó que uno de los agentes encubiertos de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) que hallaron la obra el martes en una habitación del Hotel Loews, en pleno corazón turístico de Miami Beach, estaba entrenado en bellas artes y tenía pruebas sólidas para sospechar de que se trataba de la obra original.
Aunque el juez también indicó que existían varios indicios para sospechar de que se trata de un auténtico Matisse pidió a las autoridades federales acelerar una investigación de especialistas en arte actualmente en curso para confirmar que se trata de la misma obra reclamada desde Caracas.
Marcuello Guzmán y Ornelas Lazo comparecieron en la corte con un uniforme de presos color caqui, encadenados en los pies, sus manos esposadas y se sirvieron de traducciones simultáneas para seguir la audiencia. El cubano Guzmán, con 20 años en Estados Unidos y dos hijos adolescentes en Miami, fue presentado por su abogado Alfredo Izaguirre como un chófer de autobús que "ni siquiera vio la obra, solo actuó como intermediario".
Izaguirre se negó a dar detalles sobre cómo su cliente accedió a la transacción de esta obra. Según la declaración jurada divulgada por la fiscalía de Florida, ambos acusados admitieron durante la operación encubierta que se trataba de una pintura robada que iban a vender rebajada en 740.000 dólares.
Felipe Pino crea mundos propios con la
destreza de los grandes maestros, como demuestran las pinturas que
exhibe la Fundación OSDE.
"La
hora feliz ha llegado. El color y yo somos la misma persona." En
Marruecos, en 1912, Paul Klee consignó en su diario el milagro obrado en
él que aún nos estremece. Vale tanto como decir que la zarza bíblica
ardió en él, hablándole. Un siglo exacto discurrió hasta hoy y aquella
brasa ilumina la obra de Felipe Pino que se exhibe en el Espacio de Arte
de Fundación OSDE.
En los páramos de Castilla, terruño avaro, el campesino
dice: "Más bello, con más garbo, como la copa de un pino". Así es la
pintura de Felipe Pino, diverso y unicista, parangonable a Quevedo.
Gárrulo a veces como aquél, profundo, sombrío, perfecto. Aluvional como
la ganga del Nilo que fertiliza las tierras de Egipto, la pintura de
Pino metaboliza de modo alquímico riquezas y detritus, certezas,
premoniciones y espasmos, respiraciones entrecortadas y canto pleno.
Aquél prohijado cuando el color y el fautor son la misma persona.
Pino es hombre de su tiempo. Se sumergió en la convulsa
entraña de la Argentina doliente, creó y sostuvo un taller para niños
en la Villa 31 del padre Carlos Mugica y dio registro de los años de
plomo con fuerte y austera dignidad. Nunca panfletaria ni discursiva,
siempre desde la entraña misma de la pintura.
Se alimentó de la euritmia constructiva de Manuel
Álvarez, maestro en rigores conceptuales y estéticos a ultranza. La
regla estrecha asaltada por la labor en el Banco Municipal de Préstamos,
donde debió pesar los oros familiares, cuadros, esculturas y objetos
variopintos que atiborran los sótanos de la institución. La carga era
-es- múltiple. Pino vio luces y sombras, deseos, aspiraciones y
fracasos, entreverados como el tesoro del inconsciente. Esta marca no lo
abandonó jamás. Vislumbres de la desdicha y la exaltación encienden
fuegos inéditos en su pintura. Del magma de otros, nunca ajenos, surgen
estos reclamos súbitos que laceran la pupila. Son fragmentos de objetos
nimios, cotidianos, revelados a pulso de pasión, de pincelada viboreante
en fondos ricos o diluidos de materia pigmentaria. El pincel fustiga,
acaricia, se pliega, se rebela con empastes o desvalimientos. " Il vero poetico é il vero metafisico ", dijo Vico y confirma Felipe Pino.
Pino es uno y varios. Actuante en entresijos sociales y
replegado hacia un interior regido por la pintura, indisolublemente
unidos. La muestra de OSDE lo despliega en décadas de producción.
Eduardo Stupía, compañero de formación y artista de singular valor, lee
desde la curaduría y el texto del catálogo este desarrollo magnífico.
Todo lo que pueda decirse es redundante y menor. Advierte las templanzas
cálidas de Vouillard y Bonnard, resabios de Toulouse-Lautrec,
sabidurías estructurales de Cézanne, rasgos de Picasso, transparencias
de Matisse, cargas matéricas de Chaim Soutine, serenidades metafísicas
de Fortunato Lacámera, magmas de Policastro, joyantes sottovoce de Victorica y acordes de Pedro Figari. Pero Pino no depreda, se reconoce en aristas de otros para ser él mismo.
Pino reencarna la magia seductora de Sherezade, aquella
doncella que conjuró la muerte por gracia de su narración a lo largo de
mil y una noches. Acorde a su tiempo, Felipe Pino secuencia con
brevedad un espasmo narrativo a lo Alfred Hitchcock. Alguien llama a la
puerta, que se abre al abismo más temido por imprevisible. Escaleras
empinadas y estrechas que no llevan a ninguna parte, como las de
Piranesi, son inolcutables escenarios precarios, porteños y de otras
partes.
La secuencia es humorística. Gráficamente
autorreferente, como los personajes que portan bastidores de los que
emerge sólo su perfil, tal vez surgido de aquellos depósitos del Banco
de Préstamos donde lo sacro y lo profano, el valor y la quincalla,
convivirán en penumbras armonizantes. O en los depósitos de atrezo y
escenografía del Teatro Colón donde Pino trabajó y, de reojo, atesoró la
materia de sus sueños, de su pintura.
Ficha. Felipe Pino. Químicamente puro. Pinturas 1970-2011
en Espacio de Arte de Fundación OSDE (Suipacha 658, 1er piso), hasta
mañana. Hoy, a las 15 y a las 17, taller gratuito para chicos.
Exhibe sus obras en Muntref, prepara un
libro sobre su larga carrera, es uno de los grandes referentes de la
escena argentina y habla del striptease de la pintura y la imagen en red.
Por Celina Chatruc / LA NACIÓN
Hay
cajas llenas de fotos en blanco y negro sobre la mesa y las sillas de
esta casa porteña del siglo XIX donde sus hijos buscaron recuerdos días
atrás, antes de volver a París. En las paredes del comedor faltan dos
grandes cuadros: uno se acaba de vender y otro integra su muestra actual
en el Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Muntref).
Pero la ausencia más notoria es la de su mujer, Nora Murphy.
Desconcertado por la muerte reciente de su compañera durante 55 años, Luis Felipe Noé recibe a adn
mientras revisa esas fotos para ilustrar un libro que abarcará, en dos
tomos, su vida y obra. Ardua tarea, ya que este artista de 79 años entró
en la historia del arte argentino antes de cumplir los 30 como
integrante del grupo Nueva Figuración; vivió en París y Nueva York;
representó al país en la Bienal de Venecia; ganó, entre otros premios,
el Konex de Brillante a las Artes Visuales, e incluso fundó un bar
mítico: el Bar-bar-o.
Hoy dirige con Eduardo Stupía "La línea piensa",
proyecto centrado en el dibujo, en el Centro Cultural Borges. A la
exposición en el Muntref (ver recuadro) se sumó días atrás otra en
Montevideo, con sus ilustraciones del libro Memoria del fuego ,
de Eduardo Galeano, y en noviembre hará su muestra anual en la galería
Rubbers. Como si esto fuera poco, planea continuar sus ensayos teóricos
sobre el arte, ya compilados en Antiestética (1965) y Noescritos (2007), en un libro centrado en "el striptease de la pintura".
-En Noescritos termina hablando de la crisis de la imagen. ¿En qué estado se encuentra la imagen hoy?
-Un autor alemán publicó un ensayo cuyo título lo dice
todo: "Muchas imágenes, ninguna imagen". En un mundo de la imagen se
tapona, por desconcierto, que el hombre construya su imagen del mundo.
Creo que eso se unió a lo que llamo el striptease de la
pintura. Hubo una época, desde el Renacimiento hasta el Romanticismo, de
la "vestimenta de la pintura"; luego, entre el Romanticismo y el arte
conceptual, viene el striptease , la voluntad de la pintura de
sacarse de encima los contenidos literarios y entender su propia
estructura abstracta; de ir emparentándose y conociendo su relación con
la música. El striptease termina con el arte conceptual, a
mediados de los años 60. Ahí surge el gran desconcierto, una verdadera
crisis de qué es lo que se propone, con propuestas que van desde el
hiperrealismo hasta la acción. Ahora es un tiempo de coctelera: la
coctelera de la historia, de los procedimientos, de las experiencias...
El intercambio entre el concepto de lo estático y el de velocidad, que
es lo que más me interesa.
-También escribió que la imagen tenía que pensarse en red...
-Es lo que siento que se viene como concepto de imagen
en el siglo XXI: la imagen en red. El intercambio, la interrelación de
todo. Cómo un lenguaje aprende de otro lenguaje, y viceversa. Eso ya
comenzó en el siglo XX, pero creo que cada vez se agudiza más. El mundo
es tan veloz que las divisiones y las categorías existen pero van
asimilando la esencia de las otras.
-¿Hay una síntesis?
-No creo mucho en las síntesis. Creo en el aglomerado
de experiencias. El concepto de síntesis es un concepto del siglo XX:
"cada vez menos". Hubo un momento en que en el striptease de la
pintura se llegaba al cuadro vacío, de una sola línea, de un solo
color... Y ahora creo que es lo contrario: "cada vez más",
interrelacionar todas las experiencias.
-¿Se podría decir que la imagen está volviendo a ponerse esa ropa que se sacó?
-Totalmente. Pero de una manera distinta. Es como si
tuviera la ropa en el piso y se la vuelve a colocar, pero en usos
diferentes de los que estaban previstos.
-¿Y en qué orden se la coloca?
-Ah, no sé... Ésa es la libertad creativa.
En el taller de Noé, ese ejercicio de "vestimenta" se
va improvisando a medida que avanza la obra, sin bocetos. A mitad de
camino se ponen los títulos, que funcionan como "una flecha para la
concreción final" de una imagen que expresa caos y velocidad mediante un
perfecto equilibrio de dibujo y pintura, abstracción y figuración.
-En esa imagen actual, ¿hay una renovada vigencia del dibujo?
-Sí, absolutamente. Porque hay un nuevo entendimiento
del dibujo. Antes lo trataban como arte subordinado a la pintura y, por
lo tanto, era como un arte menor. Dibujar era ante todo representar y
después, si uno continuaba representando bien, agregaba color. Creo que
ahora el dibujo se entiende desde lo abstracto, aun cuando uno
represente. Es entender la figuración desde la abstracción. A mí el
nombre "Nueva Figuración" nunca me gustó.
-¿Por qué?
-Nueva Figuración era Picasso. A mí me gustaba la
paradoja: "Figuración Abstracta". Siempre he amado mucho las paradojas,
porque son como objetos cóncavos y convexos. Creo que todo el mundo es
más o menos cóncavo-convexo. Todo tiene su reverso. Lo malo es que
siempre las cosas se definen de un solo lado.
-¿El arte ayuda a ver esas paradojas sin juzgarlas?
-Depende de cada uno... Cuando se habla del "arte"...
¿Qué es el arte? El arte es entenderse con el mundo más allá de lo
pragmático. La característica fundamental del ser humano es nombrar las
cosas. El lenguaje se convierte en una rutina, en una cosa que se
repite, y uno pierde la conciencia del nominar, porque utiliza los
nombres ya hechos. Creo que la función del artista es seguir nominando
las cosas.
-O sea que el artista no da nada por sentado.
-Los malos artistas dan todo por sentado. Ésa es la
diferencia entre los que creen en la academia y los que no. El problema
de enseñar arte es justamente dar normas, enseñar el oficio. El oficio,
ante todo, es algo que se inventa.
-¿El arte no se puede enseñar?
-Se puede suscitar. Suscitar el juego. Porque todo es
un juego. Cuando digo juego no digo algo menor, digo ir entendiéndose
con la vida, con aproximaciones... Es ir armando el rompecabezas que es
la vida, pero desde el propio punto de vista.
"Caos es el nombre de nuestros temores"
"El punto de partida es lo que he hecho en este siglo.
Estoy cansado de las etiquetas que me hacen sentir la viuda de un pintor
que vivió en los años 60; por el contrario, creo que mi obra ha
madurado muchísimo", dice "Yuyo" Noé sobre la muestra Visiones/re-visiones
. Curada por él mismo junto con Eduardo Stupía, Cecilia Ivanchevich y
Diana Wechsler, reúne en el Muntref decenas de obras realizadas en la
última década, en diálogo con otras anteriores. "Eso muestra una
coherencia -agrega-; no solamente una evolución sino también una
interrelación de intereses."
La exposición se detiene a su vez en la obra teórica de
Noé, que acompañó su producción pictórica a lo largo de más de cinco
décadas y que lo destaca del resto de los artistas argentinos. No podían
faltar las reflexiones sobre un tema central en su trabajo, el caos, al
que define como "todo aquello que sentimos como desafío de nuestro
concepto de realidad. Caos es el nombre de nuestros temores, de nuestros
límites".
-¿Cómo asume hoy el caos, en un momento tan caótico en la Argentina y en el mundo?
-Yo creo en el caos. Caos para mí no es desorden; es la
transmutación permanente de las cosas y su interrelación. Es como
cuando en física hablan de la "teoría del caos", y en realidad se
refieren a lo impredecible/imprevisible. No solamente en física todo es
impredecible en la actualidad, sino que lo es en todos los órdenes:
político, económico, y demás. En el caos es imposible "poner orden", una
expresión que les encanta a los militares, porque es querer fijar lo
que no se puede fijar. Si creyéramos en el orden, estaríamos todavía en
el Imperio romano o en la época de los dinosaurios. Creo que vamos en
camino de un mundo cada vez menos hegemónico; la crisis del primer mundo
es una clave.
Ficha: Visiones/Re-visiones , de Luis Felipe Noé, en el Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Muntref), hasta el 23 de septiembre.
“La Profecía”, en Resistencia, se va a poder ver y tocar. Es
más: se verá cómo se desarrolla, a plena luz del día, en la calle, en
doce versiones. Es que “La Profecía” es el lema de la edición 2012 de la
Bienal Internacional de Esculturas que se celebra desde 1998 en la
capital chaqueña. Esta edición arranca mañana y durará hasta el 28.
Estas
profecías, inspiradas en las mayas, se realizarán en mármol
travertino. De 210 escultores de 54 países inscriptos, fueron
seleccionados: Néstor Vildoza, de Argentina; Kamen Tanev, de Bulgaria;
Im Ho Young, de Corea del Sur; René Negrin Méndez, de Cuba; Mahadev
(Anand) Prebhudesai, de India; Alessio Ranaldi, de Italia; Baku Inoue,
de Japón; Carlos Monge, de Méjico; Mario López, de Portugal; Elias
Naman, de Siria/Italia; Wang Lan-Biao, de Taiwan y Aldo Shiroma Uza, de
Perú.
La Bienal, en una ciudad que tiene 550 esculturas en veredas
y parques, es un evento multitudinario, un espectáculo y un taller de
arte porque ofrece la posibilidad de compartir el trabajo diario y
extendido de cada uno de los consagrados artistas en competencia.
Además
de la competencia principal, se desarrollarán muchos otros eventos.
Entre esos proyectos, se destaca la obra colectiva que realizarán los
pueblos originarios con la participación del escultor Juanjo Mosca y la
denuncia escultórica de Alejandro Arce y Gonzalo Colombo, que esculpirán
animales naturales de Chaco, en peligro de extinción.