Su hija Aitana presentó en el Centro Cultural Recoleta la antología "El amor y los ángeles". El poeta español vivió 23 años en Buenos Aires.
Cuando el poeta Rafael Alberti llegó a Italia, otra de las etapas de su largo exilio, una de las últimas, escribió Roma, peligro para caminantes. En uno de los sonetos, dice: “Dejé palomas tristes junto a un río,/ caballos sobre el sol de las arenas,/dejé de oler la mar, dejé de verte./ Dejé por ti todo lo que era mío./Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,/tanto como dejé para tenerte” . Alberti llegaba a Roma desde Buenos Aires, donde vivió con su mujer, la también poeta María Teresa León, entre 1940 y 1963. Había nacido en el Puerto de Santa María, Cádiz, en 1902 y fue miembro de la llamada “Generación del 27”. Uno de los más grandes poetas españoles, el exilio y la pena tuvieron su origen en su militancia en el Partido Comunista de España, en la Guerra Civil Española. Aquí nació, en 1941, Aitana Alberti, la hija del poeta, que ahora vuelve a Buenos Aires para presentar el libro El amor y los angeles, coeditado entre el Ministerio de Cultura porteño y la editorial Ultimo Reino. En su testamento, Alberti le donó Aitana, su única hija, los derechos de esta antología, junto con un dibujo de Federico García Lorca y cartas y manuscritos de Pablo Neruda, Pablo Picasso y otros amigos.
“La antología es exclusivamente de la poesía amorosa de mi padre, agrupada en diez secciones que abarcan su obra entera. Cada capítulo está presidido por un ángel, porque el ángel, en la obra de mi padre, adquiere una dualidad metafórica muy importante. No se trata de el ángel religioso; es el ángel humano, es el hombre que anda por las calles completamente integrado a la humanidad doliente, que se enamora, que sufre, que mata. En ese marco, el amor es una expresión absolutamente de lo humano y por eso es que yo utilicé esta metáfora del amor expresado por diferentes tipos de ángeles: el ángel del alba, el de la niebla, el ángel gongorino... Y no es sólo un libro es poesía. La sección ‘Los angeles crueles’, por ejemplo, está dedicada al teatro. El final es ‘El ángel biógrafo’, textos en prosa, recuerdos de mi padre”, dice Aitana Alberti por teléfono a Clarín.
El amor y los angeles se presentó en el C. C. Recoleta, con la presencia de Aitana, quien desde 1984 vive en Cuba.
El mar. El amor. Todo eso está presente en la obra de Alberti, que en 1983 ganó el Premio Cervantes. Aitana dice que los ángeles son otra figura muy importante en la obra de su padre, quien escribió el libro Sobre los ángeles, de 1929.
“Quise que se publicara en la Argentina porque mi padre adoraba este país, del que tenía unos recuerdos maravillosos”. Y agrega: “Nos fuimos a Roma cuando yo tenía 22 años, por lo que mi formación fue en Buenos Aires, una ciudad que para mí es esencial”.
Alberti pudo regresar a España en 1977, cuando dijo aquella famosa frase “me fui con el puño cerrado y vuelvo con la mano abierta” . Ese mismo año fue elegido diputado por el PC de Cádiz, pero renunció para ser, como quería, “un poeta de la calle” . Alberti murió en 1999.
¿Hubo una elección estética? Realmente no. Dentro de la calidad altísima de la poesía de mi padre, de su obra en general, yo elegí un tema por sus cualidades poetícas, literarias, y también por su contenido ético. No hay un orden cronológico, a excepción de “El ángel del alba”. El orden es temático. Esta antología se publicó por primera vez en el año 98, en España. Entonces su obra estaba terminada, cumplida.
Fuente: Revista Ñ Clarín