UN MILLÓN DE DÓLARES
POR UN MURAL QUE COSTÓ 164




En 2009 no fue reconocido y se vendió por 164 dólares a un comprador que no sabía de qué se trataba. Ahora fue revendido a un museo californiano. 

Mural. De Sargent Claude Johnson.

¿Cuánto vale un mural de uno de los primeros artistas negros de California? En 2009, la Universidad de Berkeley encontró uno, no lo reconoció y lo vendió en 164 dólares. Ahora, la pieza fue revendida en un millón.
El artista es Sargent Claude Johnson. Nació en 1888 y murió en 1967. Fue pintor, ilustrador, escultor y ceramista. Y miembro del Partido Comunista.
Johnson pintó el mural, de siete metros de largo, en 1937. Había sido diseñado –con motivos africanos esculpidos en madera– para cubrir los tubos del órgano de la Escuela de California para Sordos y Ciegos. Allí estuvo hasta 1980, cuando la escuela se mudó y la universidad se llevó el mural para protegerlo de las ratas. La siguiente estación fue un depósito, donde lo cubrió el olvido.
Cuando apareció, nadie se dio cuenta de qué era. Lo compró un vendedor de arte y muebles llamado Greg Favors. Según el diario The New York Times, lo hizo porque le pareció atractivo, pero no sabía que tenía entre manos.
Tiempo después, mandó la obra a restaurar y buscó en Internet el nombre del artista. Johnson estaba considerado un gran escultor y, en los últimos años, su cotización venía en alza.
La universidad quiso comprarle el mural de vuelta, pero otra institución se había adelantado: el Huntintong Library, Art Collections and Botanical Gardens, un museo y centro de investigaciones californiano. Ellos pagaron un millón de dólares por la obra. En Berkeley hablan de “un error por ignorancia”.

Fuente: Revista Ñ Clarín

EL VATICANO
REVELA DOCUMENTOS INCUNABLES
QUE GUARDÓ POR SIGLOS




Están, entre otros, los procesos contra Galileo Galilei y Giordano Bruno.

Documentos pontificios legendarios que cambiaron la historia. Testimonios dramáticos como los procesos de la Inquisición al monje Giordano Bruno, quemado en la hoguera en el año 1600, o a Galileo Galilei, 30 años después. Doce siglos de la historia de la humanidad sintetizados en un centenar de pergaminos, piel de cuero y hasta corteza de abedul. El “Archivo Vaticano se revela”, en muestra desde ayer en los Museos Capitolinos de Roma hasta el 9 de septiembre, es una cita emocionante que no debe perderse quién pueda venir aquí. La exposición ha sido bautizada “Lux in Arcana”, o luz que se filtra de las tinieblas.
Para los latinoamericanos hay un documento extraordinario, la bula de Alejandro VI, el Papa Alejandro Borgia, sobre el Nuevo Mundo de 1493. Tras el regreso de Cristóbal Colón a España, el pontífice emanó la bula y otros documentos en los que concede a los soberanos españoles la posesión de todas las islas y tierras descubiertas en el futuro, al oeste de la línea trazada en el confín ideal polo Nord/Polo Sud, a cien leguas de las islas Azores y de Cabo Verde.
Se puede admirar la “bolla decet” del Papa Leone X, publicada el 3 de enero de 1521, que excomulga al monje Martín Lutero, declarado herético con sus secuaces, inaugurando para la historia la Reforma protestante que siguen cientos de millones de cristianos hasta hoy.
Muy impresionante es el sumario del proceso a Giordano Bruno, el monje enviado a la pira en el centro de Roma en el año del Señor 1600 por negarse a abjurar de sus ideas, consideradas heréticas por la Inquisición. En Campo de Fiori hay una estatua de Bruno, considerado hoy uno de los emblemas de la libertad de pensamiento, en el lugar donde fue encendida la hoguera.
También se ve claramente en un pergamino la firma del científico Galileo Galilei, procesado desde 1616 a 1633, cuando finalmente, desfallecido por los interrogatorios de la Santa Inquisición, Galilei abjuró de su convicción de que era la Tierra la que giraba en torno al Sol y no al revés, como sostenía la Iglesia infalible. Tuvieron que pasar muchos siglos, hasta que el Papa Juan Pablo II reconoció que era Galileo quién tenía razón y pidió lealmente perdón.
Un pergamino extraordinario, decorado con 83 lacres de los parlamentarios ingleses que lo firmaron, con la súplica de conceder al rey Enrique VIII la anulación de su matrimonio con la española Catalina de Aragón para que pudiera casar a Ana Bolena. El Papa Clemente VII negó el permiso que lo hubiera llevado a un choque con Felipe II, hermano de Catalina, y el poder español. Enrique hizo decapitar a la mayoría de sus siete mujeres, comenzando por Ana Bolena, y proclamó la iglesia autocéfala anglicana de Inglaterra, separada de Roma. Otro cisma que prosigue hasta hoy.
Otro pergamino dramático es el de las confesiones del proceso a los Templarios, masacrados por la Inquisición y el rey de Francia, que mide 60 metros y contiene los terribles sufrimientos por las torturas a las que fueron sometidos los miembros de la más legendaria orden medieval de la historia de la Iglesia.
Entre las curiosidades está en muestra el pergamino que los indios de América escribieron al Papa Leon XIII en una corteza de abedul, firmada por el jefe Chppewa, que llama al pontífice “gran maestro de plegarias, que hace las funciones de Jesús”.
Un documento único, de 1793, es la carta que María Antonieta Hasburgo envió a su cuñado Carlos Felipe, conde de Artois, que en 1824 fue consagrado Carlos X, rey de Francia. La reina de Francia y esposa del rey Luis XVI estaba ya en la cárcel: ambos subieron más tarde al patíbulo donde les esperaban el verdugo y la guillotina en pleno vértigo de la Revolución francesa. “Los sentimientos de los que participan de mi dolor es el único consuelo que recibo en estas tristes circunstancias”, escribió María Antonieta antes del fin.
El Archivo Secreto Vaticano celebra 400 años desde que fue fundado por Pablo V. Para albergar sus 83 kilómetros de estantes y corredores, fue construido un bunker especial bajo tierra frente a los Museos Vaticanos.


Fuente: Revista Ñ Clarín

LA IGLESIA CATÓLICA
DEVELA ALGUNOS DE SUS SECRETOS
MEJOR GUARDADOS



Cultura / Una histórica exhibición en Roma

Una muestra sin precedente del Archivo Vaticano incluye documentos sobre Galileo y Lutero


Doce siglos

Excelentemente curada y armada, con elementos multimediales -proyecciones, gráficos, videos- que ayudan a entender de qué se trata cada joya exhibida, la muestra arranca en la espectacular Sala degli Orazi e Curazi. Allí, como para entrar en tema, están las principales tipologías de documentos conservados en el archivo de los papas: diplomas, edictos, bulas y cartas, "breves" y registros papales, códices, documentos contables y actas procesales, formularios. Los documentos cubren 12 siglos de historia que van del VIII al XX, sobre papel, pergaminos, seda, cortezas, y provienen de Asia, Africa, América y Europa.
En esta primera sala puede verse, muy de cerca, la firma de Galileo Galilei, experiencia emocionante y lo más fotografiado ayer por los primeros visitantes. Galileo fue hallado culpable por el Santo Oficio de haber apoyado las teorías copernicanas de que la Tierra gira alrededor del Sol, consideradas heréticas por la Iglesia. Es suya la famosa frase " eppur si muove ".
En la misma sala llaman la atención el Edicto de Worms, de Carlos V contra Martin Lutero, el padre del protestantismo, por hereje; o una "breve" de Clemente VIII, de 1603, en quechua, la lengua oficial inca, que reconoce la institución de una confraternidad en el Cuzco.
La muestra continúa en el Palazzo dei Conservatori, donde pueden verse otras siete secciones magníficas, dedicadas a temas específicos. Entre ellas, impacta una titulada "El secreto del cónclave", que exhibe documentos que cuentan la evolución histórica de la famosa asamblea reservada solamente a los cardenales para la elección de un nuevo papa. Y otra, interesantísima, llamada "Santas, reinas y cortesanas", que muestra escritos que tienen que ver con mujeres célebres. Allí hay una carta de "la hija del papa", Lucrecia Borgia, escrita el 10 de junio de 1494 a su padre, Alejandro VI; la última epístola de María Estuardo a Sixto V, y un mensaje escrito desde la cárcel, en 1793, por María Antonieta de Francia.
Aunque puede contemplarse mucho más en "Lux in arcana", es una iniciativa sin precedente. La entrada cuesta 12 euros y definitivamente vale la pena.

Fuente: lanacion.com

HOMENAJE A RAFAEL ALBERTI,
CON UNA EDICIÓN DE SUS POEMAS DE AMOR





Su hija Aitana presentó en el Centro Cultural Recoleta la antología "El amor y los ángeles". El poeta español vivió 23 años en Buenos Aires.

Cuando el poeta Rafael Alberti llegó a Italia, otra de las etapas de su largo exilio, una de las últimas, escribió Roma, peligro para caminantes. En uno de los sonetos, dice: “Dejé palomas tristes junto a un río,/ caballos sobre el sol de las arenas,/dejé de oler la mar, dejé de verte./ Dejé por ti todo lo que era mío./Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,/tanto como dejé para tenerte” . Alberti llegaba a Roma desde Buenos Aires, donde vivió con su mujer, la también poeta María Teresa León, entre 1940 y 1963. Había nacido en el Puerto de Santa María, Cádiz, en 1902 y fue miembro de la llamada “Generación del 27”. Uno de los más grandes poetas españoles, el exilio y la pena tuvieron su origen en su militancia en el Partido Comunista de España, en la Guerra Civil Española. Aquí nació, en 1941, Aitana Alberti, la hija del poeta, que ahora vuelve a Buenos Aires para presentar el libro El amor y los angeles, coeditado entre el Ministerio de Cultura porteño y la editorial Ultimo Reino. En su testamento, Alberti le donó Aitana, su única hija, los derechos de esta antología, junto con un dibujo de Federico García Lorca y cartas y manuscritos de Pablo Neruda, Pablo Picasso y otros amigos.
“La antología es exclusivamente de la poesía amorosa de mi padre, agrupada en diez secciones que abarcan su obra entera. Cada capítulo está presidido por un ángel, porque el ángel, en la obra de mi padre, adquiere una dualidad metafórica muy importante. No se trata de el ángel religioso; es el ángel humano, es el hombre que anda por las calles completamente integrado a la humanidad doliente, que se enamora, que sufre, que mata. En ese marco, el amor es una expresión absolutamente de lo humano y por eso es que yo utilicé esta metáfora del amor expresado por diferentes tipos de ángeles: el ángel del alba, el de la niebla, el ángel gongorino... Y no es sólo un libro es poesía. La sección ‘Los angeles crueles’, por ejemplo, está dedicada al teatro. El final es ‘El ángel biógrafo’, textos en prosa, recuerdos de mi padre”, dice Aitana Alberti por teléfono a Clarín.
El amor y los angeles se presentó en el C. C. Recoleta, con la presencia de Aitana, quien desde 1984 vive en Cuba.
El mar. El amor. Todo eso está presente en la obra de Alberti, que en 1983 ganó el Premio Cervantes. Aitana dice que los ángeles son otra figura muy importante en la obra de su padre, quien escribió el libro Sobre los ángeles, de 1929.
“Quise que se publicara en la Argentina porque mi padre adoraba este país, del que tenía unos recuerdos maravillosos”. Y agrega: “Nos fuimos a Roma cuando yo tenía 22 años, por lo que mi formación fue en Buenos Aires, una ciudad que para mí es esencial”.
Alberti pudo regresar a España en 1977, cuando dijo aquella famosa frase “me fui con el puño cerrado y vuelvo con la mano abierta” . Ese mismo año fue elegido diputado por el PC de Cádiz, pero renunció para ser, como quería, “un poeta de la calle” . Alberti murió en 1999.
¿Hubo una elección estética? Realmente no. Dentro de la calidad altísima de la poesía de mi padre, de su obra en general, yo elegí un tema por sus cualidades poetícas, literarias, y también por su contenido ético. No hay un orden cronológico, a excepción de “El ángel del alba”. El orden es temático. Esta antología se publicó por primera vez en el año 98, en España. Entonces su obra estaba terminada, cumplida.


Fuente: Revista Ñ Clarín

EL MALBA BUSCA UN LUGAR EN EEUU






A diez años de su nacimiento, intensifica su acuerdo de cooperación con el Museo de Bellas Artes de Houston, donde actualmente se exhiben catorce obras emblemáticas de su patrimonio.

Por Ana María Battistozzi

El que acaba de concluir fue un año especial para el Malba. La celebración de su primera década dio pie a numerosos programas cuyos ecos aún se sienten. De todos, el más visible seguramente sea el derivado del acuerdo con el Museum of Fine Arts de Houston. Cooperación que, si bien comenzó en 2005 y tiene antecedentes en otras exhibiciones, encontró uno de sus momentos más brillantes en el aniversario, cuando inauguró las muestras Carlos Cruz-Diez. El color en el espacio y en el tiempo, curada por Maricarmen Ramírez, y Arte latinoamericano 1900-2010, que integró al acerbo del Malba catorce obras de la colección del MFAH, que viajaron para esa ocasión. Especialmente elegidas por Marcelo Pacheco y Maricarmen Ramírez, curadores del Malba y del MFAH respectivamente, fueron pensadas para participar del nuevo guión que diseñó Pacheco alrededor de los distintos núcleos históricos que abarca la colección desde 1900.
Uno de ellos refiere a las vanguardias de los años veinte e incluye desde el “Retrato de Gómez de la Serna”, obra temprana de Diego Rivera, y las primeras carbonillas abstractas de Pettoruti hasta “Abaporú”, de Tarsila Do Amaral. Allí se sumaron “Concentración”, una obra de Siqueiros de 1939 y “Composición abstracta tubular”, de Torres-García, dos obras de Houston. Luego está el período que Pacheco acotó entre el 45 y los años 60, que agrupa entre otras la fundamental experiencia concreta rioplatense y su variante Madi, representada por obras de Rothfus, Arden Quin y Gyula Kosice. Y luego el concretismo brasileño con obras de Lygia Clark y Oiticica. Otro capítulo que refuerza el aporte de Houston que sumó “Relevo espacial”, de Helio Oiticica, de 1960, “Planos en superficie modulada”, de Lygia Clark. El préstamo de Houston incluye además una obra de Alejandro Otero; otra de Gego, de 1969; una obra cinética de Soto, de 1956; otra de Hércules Barsotti, de 1971, y otra de Willys de Castro.
En tanto, los años 30 y 40, representados en el nuevo diseño de Pacheco por distintas variantes del surrealismo y de las relaciones entre arte y política, incluyen piezas de gran impacto e historia como “Susana y el viejo”, “La mujer del sweater rojo” y “Manifestación”, de Berni. Pero también “Autorretrato con chango y loro”, de Frida Kahlo; “Los desastres del misticismo”, de Matta, y “La mañana verde”, de Lam. Casi todas integrarán el conjunto que, como contrapartida, viajará en abril al MFA de Houston.
Como se recordará, el museo porteño ya recibió en sus salas proyectos iniciados en el museo de Houston, como la bellísima muestra de Gego que se vio en 2006, y también Houston recibió Xul Solar: Visions and Revelations, organizada por el Malba.

JOAQUÍN TORRES-GARCÍA. “Llena de gracia (Vanitas)”, 1971. MFAH.

Pero ésta será la primera vez que tiene lugar un intercambio entre las colecciones permanentes de ambas instituciones. Otra de las obras que viajarán a Texas es “Abaporú”, esa pieza clave de la modernidad brasileña que Tarsila do Amaral pintó en 1928 en correspondencia con el “Manifiesto antropófago”, de su entonces pareja Oswald de Andrade. También el “Retrato de Ramón Gómez de la Serna”, que Diego Rivera pintó en 1915 cuando todavía no había despegado de la influencia cubista, y “Composition symmétrique universelle en blanc et noir” (1931), de Joaquín Torres-García, otra de las joyas de la colección Costantini. Todas estas obras tienen ganado un lugar en la historia del arte latinoamericano y muchas de ellas fueron adquiridas en un momento crucial que difícilmente se repita.
Así, la elección del MFAH no es casual. Se trata de una institución que cumplió un rol fundamental en la reconsideración del arte latinoamericano en los Estados Unidos en los últimos diez años. Si bien en los comienzos esta institución fundada en 1900 puso el acento en las colecciones de oro precolombino y africano y también en el arte del Renacimiento, el interés que ha mostrado por el arte latinoamericano desde la creación del Departamento de Arte Latinoamericano y el International Center for the Arts of the Americas (ICAA) en 2001, la ha posicionado como una referencia en esta materia a nivel mundial. Creado con la misión de generar investigaciones sobre la producción de artistas de México, América Central y Sudamérica, el Caribe e inclusive de los latinos de los Estados Unidos, el ICAA ha sido otra pata esencial de la orientación que impulsó Maricarmen Ramírez. Ha organizado varios simposios internacionales y ha publicado libros imperdibles. Pero su mayor aporte sin duda es el proyecto Documents of 20th Century Latin American and Latino Art: A Digital Archive and Publications Project, un archivo de acceso público en el que han colaborado numerosos centros de investigación y archivos de toda América Latina, entre ellos, la Fundación Espigas, de Buenos Aires.
Hoy el MFAH es un faro cultural en una región que por su ubicación, historia e intereses económicos mantiene importantes lazos con Latinoamérica. Cuenta con varios edificios que alojan espacios de exhibición destinados a exposiciones permanentes y temporarias, talleres y oficinas de conservación, dos bibliotecas, archivos, una cinemateca.

CÁNDIDO PORTINARI. “Fiesta de San Juan”, 1936 - 1939.

Y en la última década ha robustecido considerablemente su colección de arte latinoamericano. Más de quinientas obras modernas y contemporáneas se incorporaron durante este período, abriendo nuevos rumbos en su patrimonio. Entre ellas, importantes trabajos de Xul Solar, Joaquín Torres-García, Carlos Cruz-Diez, Gego, Mira Schendel, León Ferrari, Juan Carlos Distéfano, Hélio Oiticica, Lygia Clark, Tunga y Cildo Meireles. Una de las obras que compró recientemente el MFAH es “La ciudad hidroespacial”, de Gyula Kosice, pieza clave que perdió el patrimonio argentino. Otra adquisición de gran importancia fue el conjunto de arte constructivista brasileño del coleccionista Adolfo Leirner. Y ahí no termina: una serie de exposiciones de relevancia internacional como Utopías invertidas: Vanguardias en Latinoamérica, de 2004, y Hélio Oiticica el cuerpo del color, del 2006, contribuyeron a su perfil. El Malba ha dado con la puerta indicada para entrar en los Estados Unidos.


Fuente: Revista Ñ Clarín.

LA AMABLE LOCURA DE KUSAMA





Yayoi Kusama dejó el psiquiátrico de Tokio donde eligió vivir hace 35 años para ir a su retrospectiva en Londres, llena de ojos amenazantes, penes y lunares.

UNA FORMA CARA DE NO PENSAR





El arte pop no ha perdido el alma, la está vendiendo.


Los primeros artistas pop eran gente seria. Richard Hamilton tenía doble filo y era escéptico cuando tituló una pintura “Homenaje a la Chrysler Corp”. Lejos de celebrar vacuamente lo que Warhol llamaba “las grandes cosas modernas”, el arte pop en los 50 y principios de los 60 dio una mirada socarrona y de reojo a lo que aún era un mundo muy nuevo de bienes de consumo. Claes Oldenburg hizo esculturas blandas y caídas de objetos cotidianos, que hicieron que lo nuevo pareciera gastado. Warhol pintó choques de autos. Estos artistas vieron la vida moderna de forma surreal e inquietante.
¿Cuándo, entonces, el pop se convirtió en una adoración acrítica y edulcorada de brillo y colores sintéticos? Quizá cuando se involucró el dinero y Warhol nunca volvió a ser el de los 60, o cuando Jeff Koons le dio su arte a las reaganomics , o cuando Damien Hirst ganó su décimo millón. ¿Quién sabe? Es imposible precisar el momento en que el pop pasó de la crítica radical a la adulación fofa.
Así que aquí estamos en Qatar, donde tiene una muestra Takashi Murakami, el gurú del pop hoy. No estamos realmente allí, claro, ¿pero hace falta? Murakami es el pop de la era digital, un diseñador de imágenes que tienen más sentido como protectores de pantalla que como arte mayor. En todo el mundo, el arte brillante y espectacular de Murakami es tan victorioso como Twitter. Es arte para computadoras: todo estímulos, nada de alma. ¿Y entonces, qué? Entonces, nada. Hoy todo arte es para vender y la defensa de Murakami es que lo acepta honestamente. No se engaña con profundidad interior, niega tenerla. El problema para el arte hoy es su asociación con el dinero grande. Gran parte del arte es pura excitación para los ricos –tan fácil como la moda, los yates y los autos. Todo el mundo está enojado con los bonus de los banqueros, pero ¿dónde piensan que gastan ese dinero fácil? En las ferias de arte. ¿Es el arte una empresa cultural profunda o simplemente un modo muy caro de los ricos para evitar todo pensamiento? 

Fuente: (c) The Guardian y Clarin