Una gran exposición consagrada exclusivamente a Tintoretto (1519-1594) se abre el sábado en Roma, con unas 40 obras del gran maestro veneciano que permitirán descubrir sus temas predilectos: la religión, la mitología y el retrato.
Junto con Tiziano, su gran rival, Tintoretto es el mejor representante de la llamada Escuela Veneciana, reconocida durante el Renacimiento, y su pintura "manierista", experimental y anticonformista generó críticas y elogios.
Organizada por el prestigioso centro de exposiciones de las "Scuderie del Quirinale", en el corazón de Roma, la exposición, abierta hasta el 10 de junio, recorre la vida artística de Jacopo Robusti, más conocido por su apodo, Tintoretto, por ser el hijo de un tintorero especializado en el oficio de teñir sedas.
La exposición se abre y se cierra con dos autorretratos del artista, uno realizado de joven y el otro de viejo y reúne dibujos profanos, retratos de poderosos y osadas telas monumentales.
Resalta el enorme lienzo El milagro del esclavo, de 4 por 5 metros, un grito de dolor contra la violencia con el débil y que ha inspirado ilustres ensayistas, entre ellos al francés Jean Paul Sartre.
Las sorprendentes soluciones pictóricas, el relámpago fulminante, la idea de un santo de cabeza en caída libre o de los instrumentos de tortura quebrados por la ira divina, convirtieron al cuadro en uno de más transgresivos de la historia de pintura.
En total cerca de 50 obras, provenientes de museos italianos e internacionales, --entre ellos el Prado y la National Gallery de Londres--, pero también de iglesias e instituciones venecianas, algunas consideradas "imprestables", completan la exposición.
El cuadro 'La última cena', datada en 1574-1575, del pintor italiano Jacopo Robusti, más conocido como Tintoretto (1519-1594), en la Scuderia del Quirinale romano, este viernes, donde sus obras estarán expuestas a lo grande desde el sábado.
El cuadro 'La última cena', datada en 1574-1575, del pintor italiano Jacopo Robusti, más conocido como Tintoretto (1519-1594), en la Scuderia del Quirinale romano, este viernes, donde sus obras estarán expuestas a lo grande desde el sábado.
"No fue fácil lograr los préstamos", contó Giovanni Morello, curador de la muestra, quien trabajó con Vittorio Sgarbi, histórico del arte, para ilustrar con pinturas de importantes artistas la envergadura del maestro veneciano, autor de violentos juegos de luces con efectos fosforescentes, que anteceden el tenebrismo del gran Caravaggio.
"Desde 1937 no se había dedicado una exposición a Tintoretto", reconoció Morello, quien incluyó también dos célebres versiones de la Ultima Cena provenientes de iglesias venecianas.
La rivalidad exaltante con Tiziano, también veneciano y que como él salió en contadas ocasiones de su ciudad, influyó en su obra y en destacados artistas, entre ellos Greco, presente con "La curación del ciego", gran heredero de su estilo personalísimo y su pathos espiritual.
Como confirman la mayoría de sus pinturas, a Tintoretto le gustaba cerrar las ventanas de su taller para pintar bajo la luz de las antorchas y experimentaba con figuras de cerámica o cera tanto formas como efectos.
Resultan también sorprendentes algunas pinturas profanas, de sexo sin amor, como sostiene Sgarbi, entre ellas el maravilloso lienzo Venus, Vulcano y Marte, de la pinacoteca de Munich (Alemania) y la sorprendente Susana y los viejos, un curioso desnudo femenino, mucho menos erótico de los de Miguel Angel y Rubens.
Fuente: Revista Ñ Clarín / Kelly Velásquez para Agencia AFP