RENOIR EN LA FRICK COLLECTION





Los grandes retratos de cuerpo entero de Renoir se exhiben en Nueva York.


Tres obras del artista impresionista francés Renoir, que presentan retratos de cuerpo entero, en la exposición del museo Frick Collection de Nueva York, el lunes 6 de febrero, víspera de su inauguración al público.

Por Brigitte Dusseau/AFP

Una exposición del pintor impresionista francés Renoir que presenta por primera vez juntos en Nueva York varios grandes retratos de cuerpo entero ha sido inaugurada este martes en el museo Frick Collection.
Los famosos 'Danse à la campagne' ('Danza en el campo'), 'Danse à la ville' ('Danza en la ciudad') y 'Danse à Bougival' ('Danza en Bougival'), pintados en 1883, destacan expuestos en la misma pared del ala este del Frick Collection.
Nunca antes las tres pinturas habían sido presentadas juntas en Nueva York, explicó Colin Bailey, director adjunto del prestigioso museo de Manhattan que organizó la exposición 'Renoir, impresionismo y retratos de cuerpo entero', bajo la curaduría de Peter Jay Sharp y que abrirá del 7 de febrero al 13 de mayo.
Esta es la primera vez en más de un siglo que el lienzo de 1,8 metros por 1,14 m viaja a Nueva York, donde había sido expuesto por última vez en 1886.
Esta pequeña exposición, deliberadamente específica, fue posible por los préstamos de varios museos, entre ellos del Musée d'Orsay en París, que Bailey calificó como "un sueño hecho realidad".
Los seguidores de Renoir también podrán redescubrir "La Danseuse' ('La bailarina, 1874'), óleo sobre lienzo de 1,42 m por 94,5 cm, 'La Parisienne' ('La parisina', 1874, 1,63 m x 1,08 m), 'La Promenade' ('El paseo', 1975-76), 'Madame Henriot en travesti' ('La Sra. Henriot disfrazada', 1875-1876), y 'Acrobates au cirque Fernando' ('Acróbatas del circo Fernando', 1879).
Muchos de estos grandes retratos de cuerpo entero, un formato que Renoir seguía pintando cuando otros impresionistas ya habían abandonado por considerarlo demasiado tradicional, generaron poco interés en la época, recordó Bailey durante la presentación a la prensa.
'La Danseuse', una de las obras presentadas por Renoir en la primera exposición impresionista en abril de 1874, y por la que el artista pedía 3.000 francos, permaneció cuatro años guardado, hasta que en 1878 un interesado pagó 1.000 francos por ella.
'La Parisienne', uno de los cuadros favoritos del pintor, que también se presentó en la exposición de 1874 y por el que pedía 3.500 francos, se vendió en octubre siguiente por sólo un tercio de su precio (1.200 francos).
Y 'Les Parapluies' ('Los paraguas'), obra que inició en 1881, abandonó y luego retomó en 1885 -lo que explica las diferencias de estilo, sobre todo en la ropa de los dos grupos en primer plano- se vendió en noviembre de 1907.
'La Promenade', que actualmente pertenece a la Colección Frick, quedó también sin venderse durante varios años, según Bailey.
Para esta exposición, el Frick Collection dio con la historia de estas pinturas y sus personajes.
La mujer de 'Danse à la campagne' está inspirada en Aline Charignot, que era la amante de Renoir antes de convertirse en la madre de sus tres hijos.
La mujer de 'Danse à la ville', era su amiga y artista Suzanne Valadon, madre del pintor Maurice Utrillo.
Pierre-Auguste Renoir (Limoges, 1841 - Cagnes-sur-Mer, 1919) era hijo de un sastre y de una costurera, y amaba los sombreros. Sus pinturas tenían la intención de reflejar la moda de la época.
Murió a los 60 años después de haber pintado unos 6.000 cuadros.

Fuente: AFP

PESAR POR LA MUERTE DE ANTONI TAPIES





De La Casa Real a su galerista, pesar por la muerte de Antoni Tàpies
  
Fotografía de archivo, fechada en Madrid el día 1 de junio de 1996, del artista catalán Antoni Tápies, muerto ayer en Barcelona a los 88 años. En la foto, el pintor posa junto a dos de sus obras durante la inauguración de la exposición "Tápies. Obra Gráfica", en la sede de la Casa de la Moneda, en Madrid. EFE/Archivo


Una trabajadora de la Fundación Tàpies ultima los preparativos para la apertura esta tarde de la institución, que hoy y mañana celebra una jornada de puertas abiertas por el fallecimiento ayer del artista. La obra "Terrós" (d), por expreso deseo de la familia del pintor, presidirá la sala principal de la Fundación, donde se colocará el libro de condolencias para que los ciudadanos y las autoridades expresen su pésame rodeados por la obra del artista. EFE


Centenares de ciudadanos han escrito emocionadas palabras de afecto al fallecido pintor Antoni Tàpies en el libro de condolencias abierto en una sala de su Fundación junto a la obra "Terrós", un autorretrato con calavera que la familia ha situado expresamente en el lugar. EFE


Madrid, 7 feb (EFE).- La Casa Real, responsables políticos y de instituciones culturales nacionales e internacionales, así como su galerista durante más de veinte años, Soledad Lorenzo, se han sumado al pesar por la muerte de Antoni Tàpies, calificado de "renovador, teórico del arte, intelectual y piedra angular de muchos jóvenes".
- Los Reyes de España y los Príncipes de Asturias enviaron sendos telegramas de condolencia a la familia en los que expresan su pesar por la muerte del artista catalán.
- El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy: la muerte de Antoni Tápies supone "la desaparición de quien fue uno de los más grandes renovadores del arte del siglo XX".
- El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso: "Su muerte representa no solo la pérdida de un gran artista y representante del arte contemporáneo, sino también de un intelectual y poeta que supo marcar profundamente el tiempo y la sociedad catalana en la que vivió".
- La comisaria de pintura y escultura del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, Ann Temkin: "Dejó su impronta en incontables pintores, muchos españoles, pero también europeos y americanos, como Lucio Fontana o Robert Rauschenberg, con los que estableció una conversación dentro de los cauces de la pintura abstracta".
- Soledad Lorenzo, galerista de Antoni Tápies durante casi veinte años: "Era un ser tierno, inteligente y bondadoso. Personalmente, he perdido a un gran amigo".
- El crítico de arte e ideólogo del grupo Dau al Set, Arnau Puig: "Supo convertir las cosas de la inmediatez en algo cargado de espíritu y trascendencia". "Pasó de la intimidad a la objetividad y a la realidad de la calle, donde vio que había tantas inquietudes como las que él tenía personalmente".
- El director del MACBA, Bartomeu Marí: "Fue uno de los mayores responsables en haber hecho girar muchos grados la cultura artística de su entorno cuando decidió iniciar el proyecto de abstracción matérica, una aportación de carácter universal que ha hecho escuela y que continuará teniendo seguidores".
- La directora de la Fundación Miró, Rosa Maria Malet: Igual que Joan Miró, "cada uno desde su terreno plástico, supieron encontrar una forma de expresión muy personal y, precisamente, hay un punto de coincidencia en esa lucha por tener una forma propia de expresarse".
- El director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), Juan Antonio Álvarez: "Ha sido uno de los artistas españoles que más reconocimiento internacional ha tenido".
- El pintor y escultor Cristóbal Gabarrón: "Más que un pintor o un escultor fue un teórico del arte, el primer hombre que impulsó un cambio en toda Europa y en España, donde fue piedra angular para muchos jóvenes de entonces como fue mi caso".
- Dieter Scholz, comisario de la Nueva Galería Nacional de Berlín: "Fue el representante más importante de lo informal en España. Mezclaba en sus óleos arena, yeso y mármol triturado para lograr esa característica superficie áspera que tan pronto recuerda a los terrenos áridos de Cataluña como a las pieles rajadas y agrietadas".


Fuente: EFE

UN CUADRO DE JOAN MIRÓ, RECORD




Récord mundial de 26,5 M de dólares para un Miró en una subasta en Londres

Una empleada de Christie's se ocupa del lienzo de 1925 "Le corps de ma brune" (El cuerpo de mi morena), parte de la serie de pinturas-poema del español Joan Miró, el 2 de febrero de 2012. La obra fue subastada por la firma londinense en un récord para el artista de 26,5 millones de dólares el 7 de febrero.


Por Claudia Rahola

Una importante pintura-poema de Joan Miró, "Le corps de ma brune...", estableció el martes en Londres un nuevo récord mundial para el artista español en una subasta, al venderse por 26,5 millones de dólares, anunció la casa organizadora, Christie's.
La obra surrealista, cuyo título íntegro es "Le corps de ma brune puisque je l'aime comme ma chatte habillée en vert salade comme de la grêle c'est pareil", fue vendida por 16,8 millones de libras (26,5 millones de dólares, 20,2 millones de euros), muy por encima de su valor estimado de entre 6 y 9 millones de libras.
El anterior récord lo ostentaba la obra "La Caresse des étoiles", vendida por la misma casa en mayo de 2008 en Nueva York por 17,06 millones de dólares.
Perteneciente a una colección privada estadounidense, "Le corps de ma brune...", uno de los cuadros más conocidos de la serie que hizo Miró fusionando el dibujo con la escritura en 1925, estaba considerada como una de las obras surrealistas más importantes del pintor catalán (1893-1983) que salía a subasta en la última década.
"Generalmente consideradas como las obras más importantes de Miró, las pinturas-poema instigaron una nueva forma de trabajar que el artista seguiría durante el resto de su vida, y también ejercieron una importante influencia en Pablo Picasso y anticiparon el trabajo de Jackson Pollock", declaró Olivier Camu, uno de los responsables de Christie's.
La obra de Miró eclipsó a la principal atracción de esta tradicional subasta de arte impresionista y moderno del mes de febrero, el colorido bodegón cubista de Juan Gris (1887-1927) que lleva por título "Le livre".
"Le livre" (El libro), presentada por los organizadores como "una obra de transición clave" del artista español, se quedó muy por debajo de la estimación previa de entre 12 y 18 millones de libras, al cambiar de manos por 10,3 millones de libras (16,3 millones de dólares).
Propiedad de una fundación suiza, el cuadro pintado en París entre finales de 1914 y principios de 1915 y que fue exhibido por última vez en una gran retrospectiva del artista organizada en 2005 en el Museo Madrid, era la obra más cara ofrecida al mejor postor esta semana en la capital británica.
En cambio, un óleo pintado por Vincent Van Gogh (1853-1890) durante el año anterior a su muerte que perteneció a la legendaria actriz de Hollywood Elizabeth Taylor, "Vue de l'asile et de la chapelle de Saint-Remy", también superó con creces su estimado alto de siete millones de libras, al venderse por 10,1 millones (15,9 millones de dólares).
La obra, adquirida por el padre de Elizabeth Taylor en 1963, era una de las últimas pertenencias subastadas de la actriz estadounidense fallecida el año pasado, después de las ventas de objetos personales organizadas por la misma casa en Nueva York en diciembre pasado que recaudaran 156,8 millones de dólares.
La casa rival, Sotheby's, organizará su propia subasta en la que la estrella es otra obra de Miró, la monumental "Peinture", con un precio estimado en entre 7 y 10 millones de libras (10,5-15 millones de dólares).
Ejecutada en 1933, es presentada como "una de las pocas obras de una de sus series fundamentales que no pertenece actualmente a un museo", pero el listón podría estar ahora demasiado alto para un nuevo récord.


Fuente: AFP

EL CORREO BRITÁNICO RECUERDA A DICKENS



El Royal Mail, correo real británico, emite series de estampillas conmemorando el bicentenario del nacimiento del escritor Charles Dickens. 
Estampillas en las que aparecen Nicholas Nickleby y The Pickwick Papers, dos de las obras más conocidas de Charles Dickens, saldrán a la venta el próximo 19 de junio.
Fuente: BBC News

UN CÉZANNE, EL MÁS CARO DE LA HISTORIA




Arte / La obra de 250 millones de dólares superó todos los récords

El cuadro Los jugadores de cartas, que perteneció a un magnate griego, fue adquirido por la familia real de Qatar para un museo.



MADRID.- No se sabe cuánto apostaban los dos campesinos de Aix-en-Provence inmortalizados en Los jugadores de cartas, la célebre partida pintada hasta en cinco ocasiones por Paul Cézanne hacia 1890, pero seguro que el dinero en disputa andaba muy lejos de lo que la familia real de Qatar ha pagado por una de las obras de esa serie: 250 millones de dólares (191,6 millones de euros), lo que la convierte en la más cara de la historia entre las vendidas de forma pública, y que, según los expertos, redibuja la estructura del mercado del arte.
La operación tuvo lugar en 2011, informó la revista Vanity Fair, y bate la anterior marca en la liga de los cuadros más caros (ver aparte). No está claro cuál es el número dos en esa clasificación, porque no siempre esas transacciones son confirmadas por la casa de subastas.
Es lo que ocurrió con un Pollock, en 2006, vendido supuestamente bajo la intermediación de Sotheby's por 140 millones de dólares y poco antes, en el mismo año, con un Klimt de 135 millones de dólares.
Sí fue pública la venta de un Picasso, en 2010, titulado Desnudo, hojas verdes y busto: alcanzó los 106,5 millones de dólares.
La compra de este Cézanne responde a una meditada estrategia del emirato de Qatar, que pugna por situar a la ciudad de Doha en el mapamundi del arte al nivel de París o Nueva York (otras obras de esta serie pintada por el destacado autor francés están en el Musée d'Orsay y en el MoMA).
El Museo Nacional de Qatar, donde se presume acabará el cuadro, alberga ya obras de Mark Rothko, Andy Warhol y Damien Hirst. Mientras, el vecino Abu Dhabi pugna por culminar sendas franquicias de los museos Louvre y Guggenheim.
El cuadro de Cézanne pertenecía al millonario griego vinculado con la actividad naviera Yorgos Embiricos, quien durante décadas se divirtió rechazando ofertas. El magnate murió en 2011 y, según Vanity Fair, poco antes de su muerte, abrió las conversaciones sobre la venta, charlas que fueron concluidas por sus herederos.
Entre los marchantes que no han podido igualar la fortuna qatarí figurarían Larry Gagosian (que habría puesto sobre la mesa 221,1 millones de dólares) y William Acuaqvella.
El Museo Nacional de Qatar, que albergará la joya más cara del mercado de arte del mundo, fue diseñado por el arquitecto francés Jean Nouvel y es considerado un símbolo icónico de la ciudad de Doha.
Se trata de una enorme rosa, inspirada en las figuras representativas de las zonas desérticas de Medio Oriente. El Museo Nacional de Qatar es una de las primeras estructuras que pueden apreciar los turistas apenas salen del aeropuerto de la ciudad.
El museo está integrado por galerías temáticas y se estima que podrá albergar unos 8000 objetos, entre piezas arqueológicas y arquitectónicas, pinturas, esculturas, ornamentos, armas, vestuario, joyas, libros y documentos históricos de la región. 

IMPACTO EN LA ARGENTINA

En la Argentina, la noticia impactó entre especialistas del mercado de arte consultados por LA NACION. Para Eduardo Costantini, coleccionista y fundador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), "si bien es cierto que es una obra espectacular del pintor más importante de la época impresionista, el precio es sorprendente y, efectivamente, eleva aún más el valor de este tipo de obras".
Costantini explicó que la venta y su valor están relacionados con un recambio geográfico del mercado internacional del arte: "Hay nuevos compradores, con un poder adquisitivo sorprendente, que desplazan a los museos tradicionales, que provienen de economías emergentes y también de los petrodólares".
Miriam Povarché, directora de la galería Rubbers, afirmó que precios pico como el de Cézanne vendido en 2011 llevan a reflexionar acerca de los artistas argentinos: "Nos tenemos que preguntar, no cómo llegamos a comprar el Cézanne, sino cómo llevamos a los artistas argentinos a ese mercado." Y concluyó: "La feria de Dubai se está posicionando y esto marca que hay nuevos rumbos en el mercado del arte internacional. Lo mismo pasó con Shanghai".

@EL PAIS

Con la colaboración de María Elena Polack y Lucía Marroquín

PAUL CÉZANNE
Pintor
  • Origen : francés
  • El destacado pintor, proveniente de una adinerada familia de italianos, nació el 19 de enero de 1839 en Aix-en-Provence, donde murió el 22 de octubre de 1906. Obsesionado por la simplificación de las formas de la naturaleza, influenció a los artistas del cubismo.

    LOS MEJOR VENDIDOS

  • NÚMERO 5
    De Jackson Pollock

    US$14O millones
  • RETRATO DE ADELE BLOCH-BAUER
    De Gustav Klimt

    US$ 135 millones
  • DESNUDO, HOJAS VERDES Y BUSTO
    De Pablo Picasso

    US$106,5 millones
  • GARCON A LA PIPE
    De Pablo Picasso

    US$104,1 millones Fuente: lanacion.com

RETRATO DE UN PADRE AGONIZANTE




Cuando Lucian Freud yacía en su lecho de muerte, su hija Jane McAdam Freud hizo esculturas y bocetos de su padre. En momentos en que estas obras se exponen en el Museo Freud en Londres, la artista habla de la asombrosa relación que los unió. El hombre que marcó su vida.

Jane McAdam Freud observa una escultura de su padre, Lucian. Vista de un lado, está muerto; los ojos y la boca cerrados, serenos. Del otro lado, está despierto: los ojos penetrantes, la boca concentrada, el rostro animado. Desde el frente, tiene un aspecto feroz. Jane califica la escultura –para la que Lucian posó (o yació) mientras agonizaba– de tríptico. Es un trabajo bello, fresco, conmovedor, extraño.
Lucian posó por primera vez para su hija en 1991. En aquel entonces, Jane lo esculpió a él y él la esculpió a ella, y todo el tiempo se movieron con nerviosismo en torno a su modelo. Acababan de reencontrarse. Esta vez era diferente. Ella tenía el control de sí. Jane comenzó esos trabajos como una forma de hacer una crónica de la vida de su padre. Luego se convirtieron en un acto de recuerdo, pero nunca había considerado una exposición hasta que el conductor televisivo Jon Snow los vio y le dijo que sería egoísta mantenerlos alejados del público. De todos modos, su padre había dicho que terminarían por exponerse. “Me dijo: ‘Jane, conozco tu trabajo y es bueno, y todos los buenos trabajos se hacen públicos.’ Siempre hacía esos elogios ambiguos.” La exposición del Museo Freud (en homenaje a su bisabuelo, Sigmund) de Londres, consiste en retratos de una variedad de materiales: desde dibujos intimistas hasta monedas de cobre grabadas, desde impresiones en plastilina hasta ese tríptico gigante de terracota reflejado en un espejo.
Jane vive en una casa de aspecto modesto con su esposo y dos hijos adultos en la zona noroeste de Londres. Se entra a un ambiente que sorprende por lo espacioso y que da a un enorme estudio. Jane tiene algo que la hace querible de inmediato: es cálida y conversadora, graciosa y vulnerable, vertiginosa y simple: sería un gran personaje de Mike Leigh. Al igual que su padre, tiene cierto aire de ave de presa: rostro aguileño, penetrante mirada de halcón. En su escritorio hay una cita del reformador de la educación estadounidense Horace Mann: “Hay que avergonzarse de morir hasta que se haya ganado alguna victoria para la humanidad.” Sonríe. “No tiene que ser una gran victoria”, dice. “Basta con algo chico.” Desde la muerte de Lucian, Jane dedicó su trabajo a él, en buena medida como forma de explorar su relación, que sin duda fue asombrosa. Hasta que Jane cumplió ocho años, Lucian, de quien se sabe que engendró por lo menos catorce hijos, fue una parte muy importante de su vida. Fue una de los cuatro hijos de Lucian y Katherine McAdam, que se conocieron en el Central Saint Martins College of Art. El comienzo de su relación fue un clásico de Freud: Katherine había ganado el certamen de la alumna más bella de la institución de Londres, y Lucian pensó que tenía derecho a bailar con ella. Nunca se casaron, pero fue lo más cerca que llegó el pintor de tener una relación estable.
Katherine y sus cuatro hijos tenían una casa en Paddington, en el oeste de Londres, y Lucian vivía cerca. Siempre estaba presente. Cuando no lo estaba, los chicos pensaban que estaba en su estudio. A la pequeña Jane le parecía que todo estaba bien. Sus padres nunca discutieron, dice, pero hacia el final de su relación se hizo evidente que algo andaba mal.
Katherine, que era una artista talentosa, hizo carrera como diseñadora. Un día preparó las valijas sin previo aviso, se llevó a los chicos a Roehampton, en el sudoeste de Londres, y Jane no volvió a ver a su padre hasta que tuvo treinta y un años. “¡Veintitrés años!” exclama. Está perpleja. Vuelve a contar de ocho a treinta y uno. “Sí, veintitrés años.” Su madre eliminó el Freud del nombre familiar y les dijo a sus hijos que tenían que rehacer su vida. “Cuando nos mudamos, lloré y pataleé. No quería irme.” Poco a poco, sin embargo, fue descubriendo cómo había sido su padre y por qué su madre había tomado una decisión tan drástica.
“Recuerdo que hablaba con mi madre de eso, de esas cosas complicadas, y ella era muy clara. Decía: “‘Sin duda era muy intenso, Jane. No podía vivir con él porque no me habría quedado nada de energía. Demasiado intenso.’” Por otra parte, también estaban las aventuras. Para su madre, la relación era monógama. Para Lucian, en absoluto. “Mi madre no pudo seguir soportándolo: los engaños, otras mujeres, otros hijos.” Durante muchos años se la conoció como Jane McAdam. Es simple, dice: negaba la parte Freud. Como Jane McAdam descubrió el arte, fue a St Martins, luego al Royal College of Art, hizo una maestría y tuvo becas en todo el mundo. En la actualidad tiene cincuenta y tres años, y sabía que quería ser artista desde los tres, cuando jugó por primera vez con agua en un arenero y descubrió la escultura (aunque no supiera que se llamaba así).
A su madre el nombre Freud le resultaba agobiante, no tanto por la relación con Lucian, que aún era un pintor poco conocido cuando se separaron, sino por Sigmund. Katherine quería que sus hijos vivieran la vida en sus propios términos. A medida que Jane tenía éxito, se fue convenciendo de que no necesitaba nada más. “Estaba ocupada con mi trabajo y mi éxito por derecho propio. No necesitaba nada más. Vivía por y para el arte.” ¿Entonces no pensó en su padre durante esos años? Me lanza una de sus intensas miradas freudianas. “Bueno, leía cada vez más sobre él en la prensa. Me sentía en medio de un torbellino.” ¿Por qué? “Porque era mi padre y nadie lo sabía. Vivir así era una tortura.” ¿Por qué quería que la gente lo supiera? “No quería eso, sino ser yo misma. Quería sentir quién era. Quería restablecer mi relación con él.” ¿Qué sentía? “Nostalgia, añoranza”, dice. Fantaseaba sobre su reencuentro. Se sentía incompleta, deshonesta, desconcertada.
Lucian no hizo ningún intento de contactarse con sus cuatro hijos a través de Katherine. Ellos tampoco trataron de comunicarse con él. Jane dice que la posibilidad de un rechazo la aterraba.
En 1991 se concedió a Jane el Freedom of the City of London por su trabajo. Para recibir el premio tuvo que presentar su partida de nacimiento, que no sólo documentaba su nombre completo, sino también el nombre y la ocupación de su padre. La consiguiente atención de la prensa fue una suerte de bendición ambigua. Lo raro fue que empezó a resultarle más difícil conseguir encargos y muestras. La gente que antes admiraba su trabajo empezó a dudar de ella, a pensar que en cierto modo estaba influenciada por su padre o que estaba aferrada a él. Por otro lado, la situación la llevó a abrazar su nueva identidad y a redescubrir a su padre.
Se reunieron a cenar. Jane estaba aterrada y no pudo comer nada. El se limitó a observarla. Ella lo adoraba, lo admiraba, pero pronto entendió a qué se refería su madre cuando hablaba de su intensidad. “La intensidad es algo fantástico, emocionante, pero se termina agotada.” ¿Su padre hablaba mucho? ¿Era demandante? No, dice: eran sus ojos, su mirada. “Eso consumía cada pulgada del otro. Una quedaba atrapada en esa mirada que cambiaba constantemente. Como hacía largas pausas en lo que decía, una se sentía a la espera.” ¿Cuándo tomó conciencia de esa mirada? “¡Siempre! Bueno, mis novios han sido reencarnaciones. Es la divina atracción del daño.” Después de esa primera reunión, le pidió que posara para ella, lo que llevó a un año de esculpirse mutuamente. ¿Se sentía enojada ante su abandono? “No. Soy una soñadora, y también una optimista. Philip Pullman dijo que tenemos la responsabilidad moral de ser más de un 50 por ciento positivos, y pienso que es verdad.” ¿Le preguntó cómo se sintió él ante la ausencia? “Se limitó a decir que no tenía una vida familiar.” Sonríe. Ambos pensamos en los catorce hijos. “Es un enigma, ¿verdad?” Lo gracioso, dice, es que ella piensa que le habría gustado establecerse con una sola mujer. “Creo que era muy vulnerable.” ¿En qué sentido? “No le gustaba despedirse. Es difícil estar con alguien que no quiere que nos vayamos. Eso fue algo que sentí mucho, sobre todo al acercarse el final. Por eso uno se sentía tan importante cuando estaba con él. Creo que la gente lo adoraba porque él necesitaba en verdad a los demás.” Se controla. “Pero uno cambia, ¿verdad? En un momento se necesita a los demás y al minuto siguiente ya no se los necesita.” Miramos el tríptico mientras hablamos. “Tiene algo de reptil”, dice. “Es como una cobra. Algo que muda de piel. No se lo puede encasillar. Se decide algo y luego se cambia de opinión.” Lo que le gusta de la escultura, señala, es que tiene un ojo abierto y otro cerrado, como él cuando pintaba.
El reencuentro con su padre le cambió la vida. Entre otras cosas, descubrió que tenía diez medios hermanos. La reunión también tuvo un efecto drástico en los hermanos de Jane, tres de los cuales decidieron cambiar de carrera y proclamaron que pasaban a ser artistas. Jane está orgullosa de lo que han hecho, pero considera que ella es la mejor. “Hacen falta miles de horas para entender quién se es, que se está haciendo y cuál es el eje del propio trabajo.” Es extraño, dice, descubrir cuántas cosas tenían en común ella y su padre: la mirada, la forma en que cerraban los puños, sobre todo cuando caminaban. ¿Y como artistas? Reflexiona y recuerda que cuando se le preguntaba a Lucian qué relación tenían sus retratos con las personas retratadas, éste contestaba: “Son ellas”. Jane comparte ese deseo de abrazar la realidad.
En 2001 se le encargó a Jane la creación de un retrato en forma de medalla. “Le pregunté si podía hacer uno suyo. Me contestó: ‘Van a pensar que soy un vanidoso. Sería mejor hacerlo más adelante, cuando tenga sentido como memento mori.’ Yo no pensaba que fuera sobre él, sino nosotros dos y el vínculo.” En 2011, cuando agonizaba, por fin aceptó. Mientras trabajaba, hablaron de sus vidas, la pasada y la presente, la que hicieron juntos y la que llevaron separados.
Saca su caja de los tesoros y me muestra su contenido: un recorte de diario de su madre cuando era una estudiante, sus abuelos (el hijo de Sigmund y su esposa), cartas de su padre con su característica escritura infantil. Vuelve a guardar todo con amor y timidez. Luego dice que le gustaría mostrarme algo muy especial: fotos de Lucian tomadas unos días antes de su muerte: demacrado, barbudo, parecido a Cristo, no muy diferente de la máscara mortuoria de Turner.
Fue apenas unos meses antes de su muerte, en julio, que Jane se puso a trabajar y reprodujo imágenes de su padre en una serie de formas. Le complace que todo ese trabajo se haya convertido en una muestra, pero insiste en que nunca lo planeó. “No pensaba en exponer. Era un trabajo privado, parte del proceso del duelo.” Sí, se siente orgullosa, pero sabe que fue un mecanismo de defensa. Por otra parte, al conocer a su padre se conoció mejor a sí misma. Cuando murió, sintió que se había caído un gran árbol. A través de ese proyecto ha logrado darle sentido. “Trabajé para ayudarme”, dice.

© The Guardian, 2012.
Traducción de Joaquín Ibarburu

Fuente: Revista Ñ Clarín

EL CUADRO MÁS CARO DE LA HISTORIA:
US$ 250 MILLONES POR UN CÉZANNE


Se trata de “Los jugadores de cartas”. Lo compró la familia real de Qatar a un coleccionista privado.
 
RECORD. "Los jugadores de cartas"

La familia real de Qatar que lidera el emir Hamad bin Jalifa Al Thani pateó el tablero del mercado internacional de arte. Pagó 250 millones de dólares por Los jugadores de cartas, de Paul Cézanne. La compra se realizó en 2011, pero recién trascendió en los últimos días y sin demasiados detalles. La revista norteamericana Vanity Fair dio la primicia el jueves pasado. Desde el fin de semana diversos medios de todo el mundo –incluido Clarín – se hicieron eco de los rumores y acreditaron el nuevo récord, que desde 2006 y hasta ahora ostentaba la pintura #5 de Jackson Pollock.
Sin embargo, ni las autoridades qataríes ni sus voceros confirmaron públicamente la compra. El último propietario conocido de la obra es el magnate griego George Embiricos, fallecido el año pasado y dueño de una de las colecciones privadas de arte más valiosas de todo el mundo. Según Vanity Fair, antes de que la familia demostrara interés en el cuadro, dos marchantes de primera línea como William Acquavella y Larry Gagosian llegaron a ofertar 220 millones de dólares por la pintura. Entre los intermediarios de la compra –que con impuestos y comisiones se calcula en más de US$ 300 millones– se cuentan Lionel Pissarro, nieto del pintor Camille Pissarro; el distribuidor Segalot Philippe; y Guy Bennett, ex jefe de arte impresionista y moderno de la casa de subastas Christie´s.
Ahora se presume que Los jugadores de cartas compartirá espacio con obras de Mark Rothko, Damien Hirst y Andy Warhol, entre otras piezas multimillonarias, en el imponente Museo Nacional de Qatar, que reabrirá sus puertas al público en 2013. La revista The Art Newspaper calificó a la familia real como “los mayores compradores de arte contemporáneo del mundo”. La publicación especializada señaló que la hija del emir, Mayasa, pretende “convertir el rico estado petrolero del desierto en un centro cultural capaz de rivalizar con París y Nueva York”. Ella y Mozah, la segunda esposa del emir dirigen desde la Autoridad de Museos de Qatar (QMA) la política cultural del reino. “Estamos haciendo de Qatar el lugar para ver, explorar y debatir las creaciones de artistas árabes de la era moderna y de nuestro tiempo”, señaló Mayesa en declaraciones recogidas por el diario El País. Entre sus principales consejeros a la hora de invertir en arte se cuentan el ex director de la National Gallery de Londres, Jacob Rothschild, y el antiguo director de Christie’s, Edward Dolman.
La revista de negocios Forbes, en tanto, recordó que en 2005 el hijo del emir, Saud Al-Thani, que entonces tenía 38 años– fue detenido e investigado por “malversación de fondos públicos” por sus adquisiciones de obras arte que superaron los mil millones de dólares.
La distancia entre el nuevo récord que marcó el cuadro de Cézanne y el anterior –de Pollock– llamó la atención de los especialistas. Algunos criticaron por lo bajo la paradoja que supone exponer Los jugadores de cartas en un país en el que las leyes islámicas prohiben el juego y las bebidas alcohólicas, dos elementos que sobresalen en la pintura.

CÉZANNE BÁSICO

Aix (Francia) 1839–1906. Hacia 1872 entró en contacto con el movimiento impresionista, aunque abandonó esta corriente para construir una obra más personal. Cézanne no quiso que su pintura reflejara la realidad tal como se presenta, lo que pretendió fue “transmitir la estructura profunda de los objetos, figuras o paisajes”. La crítica y el público de su tiempo lo ignoraba. Sólo fue apreciado por algunos impresionistas y por las nuevas generaciones. Algunas de sus obra se encuentra en los museos más prestigiosos del mundo como Orsay (París), National Gallery (Londres) y Thyssen (Madrid).

Fuente: clarin.com