NOCHE DE LOS MUSEOS
Miles de vecinos y turistas recorrieron salas, con recitales, visitas guiadas y exhibiciones.
Desde el arranque, en una noche ideal, hubo colas en las principales atracciones.
La oferta cultural fue récord.
Por Nora Sánchez
En una noche fabulosa, templada y de luna llena, los vecinos de
la Ciudad disfrutaron de cientos de actividades: recitales, visitas
guiadas, charlas y exhibiciones. A las 20, el termómetro marcaba unos 24
grados ideales para ganar la calle en plan cultural, y una multitud
acompañó una nueva edición de “La Noche de los Museos”. Y hasta las 3 de
la madrugada, vecinos y turistas pudieron visitar algunas de las 174
salas que se sumaron a la octava edición del festival, organizado por el
Ministerio de Cultura porteño.
Con colectivos gratis para
comunicar los 27 barrios que se sumaron a la propuesta, en las calles
se veían grupos de todas las edades y familias que aprovecharon las
actividades para chicos. Anoche, al cierre de esta edición, en Hipólito
Yrigoyen y Perú se veía una marea de gente con sus programas en la
mano yendo de un lado a otro.
La apertura oficial fue frente a la
Casa de la Cultura, en Avenida de Mayo 575. La cantante Julia Zenko,
el violinista Fernando Suárez Paz y el pianista Nicolás Guerschberg,
interpretaron un repertorio arrabalero creado por Astor Piazzolla y
Jorge Luis Borges. Como ésta, muchas actividades estaban relacionadas
con la literatura, en el año en que Buenos Aires es la Capital Mundial
del Libro.
En la platea –colmada– disfrutaba del show Marta
Andrada, de Vicente López, junto a una amiga. “Somos fanáticas de
Borges y por eso elegimos este espectáculo”, contó. ¿Los planes para el
resto de la noche? “Vamos a visitar el Nacional Buenos Aires, donde
también hay tango, y hacer una visita guiada por la Legislatura”. Como
ellas, miles aprovecharon la cantidad de actividades que había en el
radio del Centro. Alejandra, Mónica y Verónica estaban en grupo junto a
otras cuatro amigas, todas de Capital. “Es la primera que venimos
todas juntas. Nos gusta el tango. Además, vamos a pasar por la Manzana
de las luces y el Ministerio de Defensa, porque toca la orquesta de
Juan de Dios Filiberto”, contaron. Y si les daba el tiempo, la idea era
recorrer el Cabildo, donde a las 21 ya se veía una cuadra de cola para
entrar. La ocasión era especial, ya que en los alrededores de la Plaza
de Mayo todo lucía iluminado: el Cabildo de blanco, la Casa Rosada y
la Catedral. Esta última se sumó por primera vez a La Noche de los
Museos y expuso su patrimonio textil y ornamentos sagrados; también los
talleres de restauración y el órgano mayor.
Este año se
incorporaron más barrios y salas a la movida cultural que se repite en
otras ciudades del mundo (ver Desde Berlín...) y que en la edición 2010
convocó a 540 mil personas. En la apertura, el jefe de Gobierno,
Mauricio Macri, comentó: “esperamos superar la convocatoria del año
pasado y llegar a las 600.000 personas. Voy a recorrer algunas de las
actividades que ofrece la Ciudad en esta gran noche”. A su lado, el
ministro de Cultura, Hernán Lombardi indicó: “La Noche de los Museos
sigue creciendo con una oferta muy variada y por supuesto la
literatura. Esta actividad fomenta el turismo cultural, que es uno de
los objetivos que buscamos”.
Mucha gente eligió empezar su noche
en el Museo Nacional de Bellas Artes, donde las autoridades esperaban
superar la asistencia del año pasado, que fue de 35.000 personas,
cuando habitualmente reciben alrededor de 3.000 visitantes por día.
Allí se veía que muchos utilizaron las escalinatas como punto de
encuentro.
Fue el caso de tres amigas, Belén (23), Marina (22) y
Eva (24), estudiantes de artes visuales. Para Eva, de Trenque Lauquen,
era su primera vez: “Quiero recorrer todo, ver qué ofrece la Cuidad”,
dijo. Sus amigas hace cuatro años que no se pierden el encuentro.
El
Bellas Artes ofrecía una colección de arte europeo y americano de los
siglos XII al XX y arte argentino del siglo XIX. Anoche, para que más
gente pudiera disfrutarlo, organizaron visitas guiadas en lenguaje de
señas y un grupo de más de 25 personas recorría en silencioso interés
las salas.
Además, había otra muy entretenida para los chicos.
Mariana Meller, docente universitaria, tenía en brazos a Olivia (10
meses) y estaba con su otra hija Miranda (3), que escuchaba fascinada a
la guía. “Quería que el de Bellas Artes fuera el primer museo del que
tenga conciencia. Es la primera vez que vengo con ellas”.
El
renovado Mercado de Pulgas de Dorrego fue otro de los espacios que
abrió sus puertas durante la noche. Los puesteros organizaron tours
guiados por el interior del mercado y los muros exteriores fueron
intervenidos por artistas, como parte del festival de arte
internacional MOS (Meeting of Styles).
Una de las actividades más
visuales de la noche fue la intervención que un grupo de artistas
realizó sobre el puente de La Boca y el Riachuelo. La puesta incluyó
velas sobre el agua, lámparas gigantes colgando del puente, llamadores
de ángeles, sonidos experimentales, fuegos artificiales y música
electrónica. Además, de visual, la idea era generar conciencia sobre el
cuidado del Riachuelo.
Frente a la Facultad de Derecho, Clarín
pudo ver a miles de personas sobre la vereda al pie de las escalinatas,
en la vereda de enfrente y sobre el puente que cruza Figueroa Alcorta.
Dos amigas, Virginia y Mabel, contaron: “Lo mejor es que se pueden ver
espectáculos en lugares no convencionales como este. Hay muchas
actividades y hay que calcular bien cómo moverse para llegar a tiempo a
todo”. Allí vieron el show de percusión de la Bomba de Tiempo, y
después el show de la Compañía de Danza de Brenda Angiel, que junto a
efectos de luces transformaron el imponente edificio de la facultad. La
noche era ideal.
DESDE BERLÍN, UN CLÁSICO GLOBALIZADO
LA BOCA. EN LA VUELTA DE ROCHA, MIRANDO LA INTERVENCION ARTISTICA PARA ALERTAR SOBRE EL RIACHUELO.
DESDE BERLÍN, UN CLÁSICO GLOBALIZADO
LA BOCA. EN LA VUELTA DE ROCHA, MIRANDO LA INTERVENCION ARTISTICA PARA ALERTAR SOBRE EL RIACHUELO.
En la década del 70, los berlineses reclamaban que sus museos
abrieran con horarios más extensos para poder visitarlos. Por eso, a las
autoridades se les ocurrió abrirlos un sábado de 1977 y conectarlos con
ómnibus. Esa fue la primera Larga Noche de los Museos. La iniciativa fue un éxito
y consiguió atraer a gente que habitualmente no iba a estos espacios.
Desde entonces, la ciudad alemana organiza el evento dos veces al año,
en enero y en agosto. Y la idea fue adoptada por más de 130 ciudades de
todo el mundo, incluyendo a Buenos Aires que fue la primera ciudad latinoamericana en sumarse a la propuesta.
La primera Noche de los Museos porteña fue el 25 de septiembre de 2004, en el marco del festival Diálogos Berlín-Buenos Aires, en tiempos en
que el jefe de Gobierno de la Ciudad era Aníbal Ibarra.
CASA DE GOBIERNO. LA ESPERA PARA ENTRAR AL MUSEO DEL BICENTENARIO.
Más de 35.000
personas visitaron los 29 museos participantes. La actividad fue tan
bien recibida, que el Gobierno porteño la incorporó a su calendario de festivales y las distintas la mantuvieron.
La
convocatoria es cada vez mayor, así como la cantidad de lugares que
participan. En 2005, 110.000 personas visitaron 53 museos y espacios
culturales; en 2006 participaron 260.000 personas y 76 museos, y en
2007, 414.000 personas recorrieron 102 museos. Mientras, en 2008 hubo
120 espacios abiertos que recibieron a más de 454.000 personas, y en
2009, 150 con 480.000 visitantes. El año pasado, se superó el medio millón de personas, con 540.000 visitando 168 espacios.
Cada
año hubo alguna sorpresa. En 2007, por ejemplo, el público pudo conocer
por dentro el Palacio San Martín por primera vez. En 2009, durante la
noche inauguró un nuevo museo, dedicado a Jorge Luis Borges.
AVENIDA SARMIENTO. LAS VISITAS AL ZOOLOGICO DE NOCHE, UNA RAREZA.
Fuente: clarin.com