NUEVA
YORK.- En 1941, un torpedo nazi perforó un barco mercante británico que
transportaba una fortuna en plata desde la India hasta Gran Bretaña. El
barco formaba parte de un convoy que navegaba hacia Liverpool, pero fue
hundido unos 480 kilómetros al sudoeste de Irlanda y desapareció en las
profundidades heladas.
Ahora, un equipo de buzos asegura haber encontrado
intacta la cubierta y que su carga de plata alcanza las 240 toneladas,
con un valor que superaría los 200 millones de dólares. Su rescate está
previsto para la primavera septentrional.
Si el equipo tiene éxito, sería un récord histórico en la
recuperación de tesoros submarinos: ningún otro alcanzó semejante
profundidad. Y demostraría la capacidad cada vez mayor de la tecnología
oceánica, según informó Odyssey Marine Exploration, la empresa que
encontró el barco y que está trabajando por contrato con el gobierno
británico.
"Fuimos muy afortunados al encontrar la cubierta del
barco en posición vertical y las puertas de la bodega abiertas. Esto
facilitó el acceso -dijo Greg Stemm, director ejecutivo de Odyssey, con
sede en Tampa, Florida-. Esto debería permitirnos descargarlo por la
escotilla, como sucedería en cualquier terminal de descarga de un
puerto."
A cambio, Odyssey recibirá el 80% del valor de la carga
de plata. El gobierno británico, el resto. "A los contribuyentes no les
cuesta ni un dólar -dijo Stemm-. Los gobiernos están descubriendo el
valor potencial de estos hallazgos."
El barco era el S.S. Gairsoppa, de la empresa British
Indian Steam Navigation Company. En diciembre de 1940, había zarpado de
Calcuta cargado con té, hierro y toneladas de plata. En Freetown, Sierra
Leona, el buque se unió a un convoy militar hacia las islas británicas y
las aguas del Atlántico norte en disputa.
El barco mercante de vapor, de 125,5 metros de largo,
llevaba a bordo 83 tripulantes y dos artilleros, según los documentos de
Lloyd, de Londres, que compila información de las cargas perdidas en
guerras.
Los vientos fuertes y el oleaje forzaron al Gairsoppa a
reducir la velocidad de navegación. Las condiciones empeoraban y el
capitán consideró que el buque carecía de carbón suficiente como para
llegar hasta las costas de Liverpool. Entonces, se separó del convoy
hacia Galway, en la zona oeste de Irlanda.
Fue allí cuando el capitán Ernst Mengersen decidió atacar
desde un submarino alemán. Era el 17 de febrero de 1941. Un solo
torpedo atravesó el casco del Gairsoppa y explotó. El mástil delantero y
la antena colapsaron, lo que hizo que el barco desapareciera de la
superficie. El submarino alemán abrió fuego mientras el Gairsoppa se
hundía.
Sólo se salvó uno de los 85 tripulantes, el segundo oficial, que pudo sobrevivir 13 días en un bote salvavida.
En los últimos años, la famosa carga de plata comenzó a
atraer más atención a medida que los avances tecnológicos proporcionaron
nuevas herramientas de búsqueda, como robots, luces, cámaras y pinzas
capaces de tolerar la enorme presión de las profundidades. Por lo menos
una empresa intentó encontrar el buque, pero falló.
El descubrimiento
A comienzos del año pasado, Odyssey obtuvo un contrato
exclusivo con el Ministerio de Transporte británico para recuperar la
carga. Alquiló un buque ruso y realizó un relevamiento, con el que
descubrió lo que el equipo consideró pistas sólidas.
Y este mes, la empresa utilizó su barco más importante,
el Odyssey Explorer, para investigar el área. Un robot demoró 3,5 horas
para descender unos 4700 metros por aguas oscuras hasta el lecho
oceánico. Entonces, llegó el descubrimiento: el robot encontró el sitio
por el que el torpedo había atravesado el buque hace 70 años.
El casco del Gairsoppa estaba cubierto de estructuras de
óxido, que parecen trozos de hierro amarronado. Pero en la cubierta
todavía se ve erguida y brillante una brújula utilizada por los marinos.
Allí, pequeñas criaturas con largos tentáculos se instalaron como en su
casa.
Odyssey dice que confirmó la identidad del naufragio a
partir de evidencia que incluye el número de bodegas, el tipo de ancla,
la ubicación de los ojos de buey, y los colores rojo y negro del casco,
que coinciden con el utilizado por la naviera British Indian Steam
Navigation Company.
Durante el estudio de cuatro horas y media, el robot no
localizó el metal precioso, pero observó que las cinco bodegas habían
perdido su cobertura. En una, el robot espió contenedores de té cuyos
brillantes recubrimientos de estaño se confundieron por un momento con
barras de plata.
Nadie sabe cuánta plata puede ocultarse dentro del
Gairsoppa. En época de guerra, para evitar darles información a los
enemigos acerca de blancos valiosos, el gobierno deliberadamente mantuvo
registros de transporte "opacos". Pero la investigación histórica en
torno del Odyssey indica que el barco probablemente transportara una
fortuna en plata equivalente a 240 toneladas, quizás en barra y monedas.
El precio de la plata (junto con el del oro) se desplomó
en los mercados mundiales la semana pasada, a alrededor de 31 dólares la
onza. Pero aun con un precio relativamente bajo, el valor total de la
carga ascendería a 240 millones de dólares.
Odyssey dice que no espera encontrar restos humanos. Sin
embargo, la tumba del barco, a varios kilómetros de profundidad, "merece
respeto y reconocimiento hacia los bravos marineros".
Peter Cope, ex submarinista británico que investiga
naufragios para Odyssey y otras compañías, dijo en una entrevista que
los océanos están salpicados con hundimientos valiosos.
"La tecnología está abriendo una puerta muy grande
-dijo-. Piensen en cuántos barcos fueron hundidos en la Primera Guerra
Mundial y la Segunda. Hay millones de onzas de plata y miles de
toneladas de estaño y cobre allí abajo".