Recuperación de un antiguo tesoro de escritura cuneiforme.
El impensable viaje de 362 tablillas y planchas cuneiformes de arcilla comenzó en Irak antiguo allá por el año 2030 aC. Sin embargo, esas mismas tablillas cruzarían por Dubai actual en su camino hacia Estados Unidos, y sobrevivirían a una confiscación estatal y los ataques terroristas del 11 de septiembre, para acabar finalmente en su lugar de nacimiento.
En marzo de 2001, el Servicio de Aduanas recibió la información de que dos cajones que contenían "objetos de arcilla" provenientes de Siria estaban siendo introducidos al país de contrabando desde Dubai. Los inspectores de un embarque en Newark, Nueva Jersey, descubrieron las tablillas cuneiformes, cada una de ellas más pequeña que un mazo de cartas, y un experto verificó que habían sido saqueadas del sur de Irak.
Ese verano, las tablillas fueron colocadas donde se almacenaban por entonces los artículos incautados una bóveda en el sótano de la Aduana de los Estados Unidos en el World Trade Center.
"Habíamos dejado las tablillas ahí y pasó lo del 11/9, el edificio quedó destruido junto con todo lo demás", dijo James McAndrew, agente especial superior de la Dirección de Aduanas e Inmigración.
En cuanto se consideró que el sótano era lo bastante seguro como para bajar, unas pocas semanas después los agentes de Aduana sacaron los dos cajones que contenían las tablillas totalmente empapadas de agua.
Las reliquias fueron luego tasadas en US$ 330.000, pero McAndrew dijo que es difícil asignarles un valor monetario real. Las tabletas representan un registro de las transacciones cotidianas en el antiguo Irak ÷en general recibos por bienes y servicios, pero también escrituras, himnos, poesía y literatura y varios presagios considerados útiles para predecir el futuro.
"Si se encuentra una colección entera, es literalmente como entrar y descubrir un diario de cómo es la vida", dijo McAndrew.
"Es un momento raro en el que se puede leer la historia de la gente tal como se escribió en ese momento." A diferencia de los artículos de arcilla actuales, que generalmente se cuecen en un horno y se barnizan para ayudarlos a preservar su integridad, las tabletas simplemente habían sido dejadas al sol para que se secaran y contenían depósitos salinos del suelo iraquí.
Cuando se mojaron por una combinación de caños reventados y mangueras de los bomberos que inundaron el sótano de la Aduana la humedad hizo que la sal subiera a la superficie, fracturándolas.
Aquí interviene John Russell, un profesor de Historia del Arte que trabaja en el Departamento de Estado como consultor en materia de patrimonio cultural iraquí.
Él sabía que los objetos serían devueltos a Irak y decidió que "sería fantástico poder devolverlas en condición conservada y estable".
El Departamento de Estado financió el proyecto con unos US$ 100.000.
La tarea de unir las tablillas recayó en Dennis y Jane Drake Piechota, que son marido y mujer y forman un equipo de conservadores.
"Tratamos de recomponer todo, incluso los fragmentos más pequeños que es necesario sostener con pinzas porque en ellos hay caracteres escritos y la tablilla tiene que poder leerse", dijo Piechota.
El 7 de septiembre, las tablillas finalmente fuereon devueltas a Irak a través una ceremonia en el Museo Nacional de Irak. en la ciudad de Bagdad.
"Irak está saliendo de un período de dificultades considerables", dijo Russell, "y pienso que la restauración de estas tabletas y el hecho de devolverlas a sus dueños en una condición estable es una buena metáfora de lo que los propios iraquíes están haciendo".
The New York Times y Clarín.