PICASSO, LA MIRADA FUGITIVA



De Málaga a Caseros viajó una muestra imperdible de un artista que cambió la historia del arte con un punto de vista propio; son más de 60 obras sobre papel que enfocan su producción más allá del cubismo

LA DURMIENTE, 1947, pluma, aguada y raspador sobre zinc

Por Bengt Oldenburg


"Yo pinto lo que pienso, no lo que veo", dijo Picasso en 1908, y así confirmó que se había producido una de las grandes rupturas históricas, no solamente en las artes. Y su aporte personal era enorme: existen pocos ejemplos, de cualquier época, de un pintor que haya fijado con tanta precisión las luces y sombras de la conciencia humana, la compleja anatomía del pensamiento y el carácter paradójico del conocimiento. En esta tarea se encontraba solo, sin ayuda ni compañía. Nada de lo que pasaba en el arte moderno lo apoyaba; él, en cambio, dejaba profundas huellas en sus contemporáneos.
Hasta el 10 de septiembre se puede ver, en Caseros, en la sede del Museo de la Universidad Tres de Febrero (Muntref), una muestra de sesenta y dos obras sobre papel, proveniente de la Fundación Pablo Ruiz Picasso en Málaga. Para darse cuenta de que el papel siempre fue un soporte esencial para Picasso, basta una mirada sobre el conjunto de su obra. Un ejemplo: antes de pintar Las señoritas de Aviñón , su temprana declaración de principios, hizo 84 estudios previos sobre este soporte. También es notable cómo el grabado, en particular, permite la exploración de sus procesos creativos: debido a la variedad de técnicas implicadas, con frecuencia señala nuevas sendas en su pintura.
Y hubo, por cierto, muchas etapas distintas en la obra de Picasso. ¿Por qué?
Porque siempre estaba presente y, al mismo tiempo, en algún otro lugar. Forma parte de su poder esa doble visión y, por ello, lo tiene que demostrar mediante una constante invención y renovación de sus exigencias. Eso explica la larga lista de sus cambios. Del realismo que dominaba ya de adolescente pasa a los períodos azul y rosa, luego a un primitivismo ibérico y al arte africano, a las diferentes variantes cubistas -del protocubismo inicial al cubismo analítico-, al surrealismo, al neoclasicismo grecorromano, a un expresionismo propio, a la obra tardía. También volvía sobre sus pasos; se movía a saltos, hacía referencias a la historia de la pintura, se citaba a sí mismo. Esta variedad, etapas de una incesante indagación, nunca perdió unidad. Su sello propio estaba definido por la calidad y los objetivos de su búsqueda.
La muestra del Muntref no es cronológica. Aunque contiene obras separadas por siete décadas, desde 1905 hasta 1966, la mitad de los grabados datan de los años 40 y 50. Y la mayoría de las obras se basa en representaciones del cuerpo femenino, lo cual da origen a los distintos títulos propuestos para ordenarla. Sin embargo, para descubrir la mirada de Picasso y permitir una reflexión sobre su sentido, conviene hacer abstracción de estas indicaciones que suponen ver en las obras otros aspectos, centrados en el deseo físico.
Muchos de los biógrafos de Picasso han tratado de interpretar toda su obra en función de sus relaciones de pareja. Uno de ellos, John Richardson, cita a Dora Maar, que desde 1936 acompañó a Picasso durante siete años: "Cuando cambia de pareja, cambia de estilo de pintar". Es una observación banal. Es cierto que el erotismo siempre estaba presente y que el acto artístico, para él, también significaba una erotización de lo observado. Pero hay que acordarse de que el erotismo en su época era la gran metáfora de un comportamiento no alienado. Y que, además, la vitalidad de Picasso siempre reflejaba tanto sus crisis personales como la situación histórica, que vivía de un modo muy comprometido.
En realidad, en Caseros estamos ante dos muestras. Una la constituye la parte central presentada, sobre un llamativo fondo rojo, como un friso de dieciséis obras principales, todas producidas en el invierno parisiense de 1945-46. El tema es Dos mujeres desnudas en técnica de aguada, y muestra la transformación de dos figuras hasta que una de ellas se convierte en un arabesco casi abstracto. Picasso sugirió que representaban a dos de sus mujeres; una que entraba en su vida, Françoise Gilot; otra que se marchaba, Dora Maar. Sin embargo, lo destacable de esta secuencia es el repaso que el artista hace de todos sus estilos, pasados y por venir.
Podría admitirse que los impulsos heurísticos de Picasso se entrelazan con sus relaciones personales, pero él trata los cuerpos como un cartógrafo la esfera terrestre. Proyecta las formas tridimensionales sobre una superficie plana a través de distorsiones, repeticiones y disyuntivas. Manipula la representación del cuerpo humano por medio de sendas espaciales, formas concretas de líneas de mirada, caminos para múltiples visiones simultáneas. La riqueza de este sistemático juego entre deconstrucción y nueva imagen es la base de la perenne fascinación que se siente frente a su obra.
Entre las piezas más dispersas, menos referenciales, que forman parte de la otra muestra, la que mejor condensa las intenciones de Picasso, en cuanto "no pinto lo que veo", tal vez sea Mademoiselle Léonie , una pequeña aguafuerte de 1910. Es una de las ilustraciones de una página del libro Saint Martorell de su amigo Max Jacob, editado por su marchand Henry Kahnweiler en París en 1911. Aquí, en pleno fervor cubista, fija artificialmente las apariencias de un cuerpo y lo saca de la corriente del tiempo; lo visto es circunscripto por el pensamiento con una exquisita economía de medios. No es la "mejor" obra de la muestra, pero constituye un antídoto contra la visión curatorial, que relega a la mujer a un papel teñido de intenciones lejanas a las de Picasso.
Las referencias de Picasso a la historia del arte eran constantes. Un tema que usaba con frecuencia es el de una mujer desnuda, sentada, con una rodilla doblada; constituye un motivo recurrente en la pintura occidental desde el Renacimiento. Comienza hace cuatro siglos con La tormenta , de Giorgione, y se vuelve a encontrar tanto en El baño turco de Ingres como en sus odaliscas, y en las de Matisse. Otros ejemplos son El almuerzo sobre la hierba de Manet y Mujeres de Argel de Delacroix, ambos parafraseados por Picasso en varias ocasiones y presentes en esta muestra. Todos, a su modo, un homenaje a esa Eva de Et in Arcadia ego . Se podría considerar el acto de creación de Picasso como una constante performance que quedó grabada, en la que podemos acceder hasta a sus gestos corporales. Y aun así, nunca nos hace olvidar lo que ya dijo Leonardo: la pittura é cosa mentale . Algo que el espectador advertido puede constatar también en esta ocasión.

Fuente: ADN Cultura LA NACIÓN

DISEÑOS ORIGINALES Y RECUPERADOS



En el Museo Nacional de Arte Decorativo

El Museo Nacional de Arte Decorativo recuperó el diseño de la decoración original del dormitorio y la sala de baño de Matías Errázuriz Ortúzar, que era de 1916, a partir de una investigación de la institución. El público ya puede visitar las habitaciones en el palacio de estilo francés de la Avda. del Libertador 1902, Buenos Aires.

Fuente: LA NACIÓN

OBRA MAESTRA SE VENDE




'Roma Moderna - Campo Vaccino', una obra maestra del artista británico Joseph Mallord William Turner logra cautivar a uno de los visitantes de la muestra previa a la subasta de arte que se realizará en Sotheby's. Se espera que este óleo sea vendido entre 18 y 27 millones de dólares. Ante la crisis, la mejor inversión parece ser el arte.


PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO EN PELIGRO



Reproducción de un documento de la UNESCO con la lista del patrimonio arqueológico de Centroamérica, Méjico y Panamá, que actualmente se halla en peligro.

INDICIOS
PARA ATRIBUIR A VELÁZQUEZ
UN CUADRO ENCONTRADO EN YALE



Por Guido Carelli Lynch

John Marciari quería convencerse de que su intuición le fallaba. Estaba seguro de que el cuadro que lo obsesionaba era un Velázquez. No uno cualquiera, sino uno de la primera etapa del autor de Las meninas.
Sin embargo, durante meses trató de demostrarse lo contrario. Se topo con él en los primeros meses de 2003, luego de una mudanza obligada por una remodelación del edificio del Museo de Arte de la Universidad de Yale, donde entonces trabajaba como curador, que obligó a mover del sótano un centenar de obras. Y entonces la vio: La educación de la virgen , atribuida hasta entonces a un pintor anónimo de la escuela española del siglo XVII.
Cuando se le acabaron las pistas, se convenció. “Quise ser el abogado del diablo, pero no pude encontrar un argumento en contra de la autoría de Diego Velázquez”, explica por teléfono Marciari a Clarín desde San Diego, California, donde ahora trabaja. Entonces comenzó a enseñar su hallazgo a expertos en el maestro sevillano.
La conclusión de sus colegas lo obligó a publicar un artículo de 40 páginas, que Ars Magazine reproducirá parcialmente en su próximo número. En él, Marciari explica algunos de los indicios que lo envalentonaron. Por ejemplo, la presencia de un modelo que se repite en otras obras de la primera época de Velázquez, o la elección de los mismos lienzos que el genio español eligió para buena parte de su producción. Para Marciari, Velázquez lo habría pintado en 1617, cuando apenas tenía 18 años. “Llevará años llegar a una conclusión”, dice y, si bien reconoce que el Museo del Prado es la máxima autoridad en Velázquez, asegura que no podrá omitir otras opiniones. Por ahora, Benito Navarrete, el director del Centro Velázquez, lo consideró “un hallazgo muy importante”. El valor de la obra es una incógnita: para Marciari La educación inauguraría el principio del naturalismo español. “Nunca será vendida y, salvo para una exposición, nunca dejará Yale”, asegura.

Fuente: Clarín

EL ARTE, POR SIEMPRE EL ARTE...



Visitantes miran la pintura 'Madonna con Iris', parte de la exposición 'Inspección cuidadosa - Falsificaciones, errores y descubrimientos' en la National Gallery de Londres, el 29 de junio.

Ashok Roy, director de investigación científica de la National Gallery de Londres, posa delante de 'La Virgen con niño', adquirida en 1893, el 28 de junio pasado.

Una visitante observa una pintura de un artista italiano desconocido, 'Mujer en una ventana', a la derecha, parte de la exhibición 'Inspección cuidadosa - Falsificaciones, errores y descubrimientos' en la National Gallery de Londres, el 29 de junio pasado.

Un hombre observa el cuadro "Le Chapeau Epingle" de Pierre-Auguste Renoir, parte de la colección de Vollard subastada el martes 29 de junio en París.

'María amamantando', obra de 1614, del pintor flamenco barroco Peter Paul Rubens, devuelto a la galería del Palacio Sans Souci, en Potsdam, cerca de Berlín, el 24 de junio.

Desde puras falsificaciones a fallos de atribución, pasando por enigmas sin resolver e incluso hallazgos inesperados, la National Gallery revela por primera vez al público a partir de este miércoles los resultados más llamativos y fascinantes de sus investigaciones científicas.


Un retrato del fotógrafo estadounidense Ansel Adams durante una jornada de trabajo fotográfico, perteneciente a la Colección Polaroid expuesta en la casa de subasta Sotheby's en New York, el miércoles pasado.

Visitantes de una muestra sobre el pintor italiano Caravaggio fotografiando una de sus obras, en la Scuderia del Quirinale, en Roma.

El autorretrato del pintor francés Edouard Manet que se vendió en un remate de Sotheby's en, Londres por 22,4 millones de libras esterlinas ó 33,4 millones de dólares el martes pasado 22 de junio.

Otra toma de la misma obra de Manet.

Dos empleados de la casa rematadora Sotheby's se llevan el cuadro de Edouard Manet 'Autorretrato con paleta', tras su venta, en Londres, el 22 de junio.

Dos empleados trasladan el cuadro 'Nenúfares' del pintor Claude Monet, tras no conseguirse su venta durante una subasta de la casa Christie's en Londres, el 23 de junio. La venta de arte impresionista y moderno realizada el miércoles por la casa Christie's se convirtió en la mayor subasta que se ha hecho en Londres al alcanzar los 153 millones de libras esterlinas (227 millones de dólares), pero la suma total quedó debajo de lo esperado.

Un retrato del artista español Salvador Dalí (1904-1989) tomado en diciembre de 1972 en París. El taller de París donde Pablo Picasso pintó el 'Guernica', el sótano del hotel donde Octavio Paz escribió el poema 'Renga' y el teatro en que Luis Buñuel estrenó 'Un perro andaluz' son algunas de las etapas de 'Rutas Cervantes', un sitio virtual lanzado el lunes en la capital francesa.

Imagen difundida el 28 de junio por la Bundeskriminalamt, BKA, la Oficina de la Policía Criminal Federal Alemana, del cuadro robado del italiano Caravaggio, 1571-1610, 'El beso de Judas', que había sido robado hace dos años a un museo ucranio y que ha podido ser recuperado.

Con la curaduría de Anne Tucker, continúa hasta el 2 de agosto, en la sala 5 del Museo de Arte Latinoamericano, MALBA, de Buenos Aires, la muestra del fotógrafo estadounidense Robert Mapplethorpe.

El artista brasileño Ernesto Neto posa en una plataforma sobre su instalación titulada Horizonmembranenave, el 18 de junio pasado, en la Galería Hayward de Londres.

'Alegoría', un cuadro atribuido al artista itsaliano Sandro Botticelli y adquirido en 1874,se expone en la National Gallery de Londres.

Dos operarios sostienen el cuadro 'Retrato de Ángel Fernández de Soto', del pintor español Pablo Picasso, durante la subasta celebrada el miércoles por la noche en Londres, en que se vendió por 34,7 millones de libras (41,9 millones de euros).

Una cámara de televisión graba el cuadro 'Retrato de un hombre sosteniendo una joya', de Ridolfo Ghirlandaio, hijo de Domenico Ghirlandaio, en la presentación de la exposición 'Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia', en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, el 22 de junio.

'Autorretrato (Mueca)' del artista Andy Warhol, expuesto en la casa de remates Sotheby's de Nueva York el 16 de junio, antes de la venta de la colección Polaroid.

Una mujer observa en detalle un cuadro del pintor italiano Giorgio de Chirico, 1888-1978, el pasado 10 de mayo, durante una exposición organizada en Roma.

El rematador Hugo Weihe recibe ofertas durante la venta de 'Saurashtra', atrás, del artista indio Syed Haider Raza, durante al subasta de 'Arte Moderno y Contemporáneo del sur de Asia', en Christie's Londres, este 10 de junio.

Un gran bloque de granito que conformaba un pilar de un templo hundido de la era de Cleopatra es recuperado del mar Mediterráneo por una grúa en la ciudad portuaria de Alejandría, en Egipto.

Una visitante contempla la obra 'autorretrato en 9 partes' ('9-Part Self Portrait') del fotógrafo estadounidense Chuck Close, perteneciente a la Colección Polaroid, expuesta el miércoles en una de las salas de la sede neoyorkina de la casa Sotheby's de remates.

Una mujer, de pie ante el cuadro 'La batalla de Trafalgar', pintado por Joseph Mallord William Turner, expuesto en el Museo del Prado, en Madrid, en el marco de la muestra 'Turner y los Maestros', el 18 de junio.

El artista Jerónimo Hagerman, de la Ciudad de México, carga una de las plantas que usará para decorar el edificio McNichols en el Parque del Centro Cívico de Denver, Colorado, EEUU, el miércoles 16 de junio. Ese centro será sede de la Bienal de las Américas, a partir de hoy.

Un visitante observando obras expuestas en la Maison de l'Amerique Latine, en París, en una imagen de archivo. La artista argentina María Orensanz expone su obra en este centro francés.

El diseñador de modas japonés Kenzo Takada posa junto a uno de sus cuadros en el primer día de su exhibición en una galería de París, el miércoles 16 de junio.

Una visitante de la Art Basel, la mayor feria de arte contemporáneo del mundo, fotografiando parte de la instalación de Michelangelo Pistoletto 'Labirinto e grande pozzo', el martes 15 de junio, la víspera de la inauguración de la feria de arte de Basilea, en Suiza.

Una mujer contempla una obra de la exposición 'Retratos imaginarios' del pintor malagueño Pablo Picasso,16 de junio, en el Museo de Arte de San Salvador.

Fotografías de la colección histórica Polaroid expuestas en la casa de remates, el 16 de junio. Desde pequeñas fotografías en colores de Ted Kennedy, Sylvester Stallone o Farrah Fawcett tomadas por Andy Warhol, hasta un inmenso autorretrato de Chuck Close, más de 1.000 imágenes de la colección histórica Polaroid se subastarán la semana próxima en Nueva York.

Una mujer colocando cuadros junto a una obra del pintor francés Henri Matisse, en febrero pasado, en el Museo Cateau-Cambrésis, al norte de Francia, en una muestra dedicada al artista.

REFLEXIONES / SECRETOS DEL ARTE



Guillermo Jaim Etcheverry

Por Guillermo Jaim Etcheverry

Al acercarse a una obra de arte -cualquiera sea su naturaleza- se intuyen en ella secretos por descubrir. Confiamos en que esa aproximación nos los develará. Pero, en realidad, lo que atrae nuestra imaginación y curiosidad es la intuición de que el secreto que esconde no se refiere a la obra misma, sino a nuestra naturaleza humana más profunda. A propósito de las artes plásticas, lo expresa muy bien el conocido crítico de arte y escritor británico John Berger: "Uno mira siempre las pinturas con la esperanza de descubrir un secreto. No un secreto sobre el arte, sino sobre la vida. Y si lo descubre, seguirá siendo un secreto porque, después de todo, no se puede traducir en palabras. Con las palabras, lo único que resulta posible hacer es trazar, a grandes rasgos, un mapa que nos oriente hacia él".
Esto es efectivamente así porque el verdadero arte nos impulsa a explorar zonas de nuestro ser que escapan de la esfera racional, que no pueden expresarse más que por el medio que eligió el artista. Lo dijo con elegancia el poeta francés Paul Valéry: "Si un pájaro supiera explicar lo que canta, por qué y cómo canta, dejaría de cantar".
Esa es la importancia que tiene el frecuentar las manifestaciones artísticas para construir la complejidad de las personas: la de aproximarlas a la significación de su propia vida descubriéndoles rincones de su interior hasta entonces por ellas ignorados. Hace unos años, en oportunidad de dirigirse a los jóvenes graduados de la Universidad de Stanford, en los EE.UU., Kirk Varnedoe, que fue profesor de Historia del Arte en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton y reconocido curador del Museo de Arte Moderno de Nueva York, destacó que el arte trascendente tiene la virtud de proponer nuevos mundos, distintos de los conocidos. Tal vez lo más importante -decía- es que el arte logra que las personas se detengan a prestar atención a cosas que dan por supuestas, que consiga que lo que ellas creen saber les resulte extraño y, de ese modo, que termine por modificar la relación del ser humano con la realidad de su vida, descubriéndole posibilidades inesperadas.
Tal vez en esa capacidad de transformar la percepción de la realidad resida la importancia esencial del arte, tanto para las personas como para la sociedad. De allí que en nuestra formación resulte fundamental frecuentar sus manifestaciones, no sólo como una experiencia, a veces placentera, otras perturbadora o inquietante, sino como un modo básico de conocimiento de facetas de lo real y, sobre todo, de nosotros mismos. Ellas no se nos aparecen inmediatamente como tales, pero transforman nuestras relaciones con la vida al expandir las posibilidades que nos ofrece.
En la oportunidad comentada, Varnedoe señalaba ante los jóvenes que uno de los aspectos más satisfactorios e íntimos de su crecimiento y de su relación con el mundo puede surgir de reconocer el modo profundo en que los sentimientos que desarrolla el arte -que al comienzo les resulta extraño y hasta lejano- enriquecen su comprensión de lo cotidiano que los rodea.
Ese conocimiento más acabado de nuestra naturaleza logra introducirnos en los múltiples universos que, sin saberlo, alojamos dentro. Y contribuye así, de un modo decisivo, a descubrir la compleja textura de nuestro interior. El arte es una posibilidad que está allí, esperándonos para colaborar en la difícil aventura de conocernos.
Varnedoe sintetiza admirablemente las consecuencias de dejar pasar esa oportunidad: "Si son indiferentes, es posible que permanezcan sordos a una música que tal vez podría resonar con su interior, ciegos a formas que seguramente podrían modificar radicalmente y para siempre su manera de ver las cosas; en fin, corren el peligro de pasar por su vida sin vivirla". Lo ha dicho la escritora Margaret Atwood: "El arte no es sólo lo que hacemos; es lo que somos".

El autor es educador y ensayista

Fuente: Revista LA NACIÓN