OBRA MAESTRA SE VENDE
PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO EN PELIGRO
Reproducción de un documento de la UNESCO con la lista del patrimonio arqueológico de Centroamérica, Méjico y Panamá, que actualmente se halla en peligro.
INDICIOS
PARA ATRIBUIR A VELÁZQUEZ
UN CUADRO ENCONTRADO EN YALE
Por Guido Carelli Lynch
John Marciari quería convencerse de que su intuición le fallaba. Estaba seguro de que el cuadro que lo obsesionaba era un Velázquez. No uno cualquiera, sino uno de la primera etapa del autor de Las meninas.
Sin embargo, durante meses trató de demostrarse lo contrario. Se topo con él en los primeros meses de 2003, luego de una mudanza obligada por una remodelación del edificio del Museo de Arte de la Universidad de Yale, donde entonces trabajaba como curador, que obligó a mover del sótano un centenar de obras. Y entonces la vio: La educación de la virgen , atribuida hasta entonces a un pintor anónimo de la escuela española del siglo XVII.
Cuando se le acabaron las pistas, se convenció. “Quise ser el abogado del diablo, pero no pude encontrar un argumento en contra de la autoría de Diego Velázquez”, explica por teléfono Marciari a Clarín desde San Diego, California, donde ahora trabaja. Entonces comenzó a enseñar su hallazgo a expertos en el maestro sevillano.
La conclusión de sus colegas lo obligó a publicar un artículo de 40 páginas, que Ars Magazine reproducirá parcialmente en su próximo número. En él, Marciari explica algunos de los indicios que lo envalentonaron. Por ejemplo, la presencia de un modelo que se repite en otras obras de la primera época de Velázquez, o la elección de los mismos lienzos que el genio español eligió para buena parte de su producción. Para Marciari, Velázquez lo habría pintado en 1617, cuando apenas tenía 18 años. “Llevará años llegar a una conclusión”, dice y, si bien reconoce que el Museo del Prado es la máxima autoridad en Velázquez, asegura que no podrá omitir otras opiniones. Por ahora, Benito Navarrete, el director del Centro Velázquez, lo consideró “un hallazgo muy importante”. El valor de la obra es una incógnita: para Marciari La educación inauguraría el principio del naturalismo español. “Nunca será vendida y, salvo para una exposición, nunca dejará Yale”, asegura.
Fuente: Clarín
EL ARTE, POR SIEMPRE EL ARTE...
Ashok Roy, director de investigación científica de la National Gallery de Londres, posa delante de 'La Virgen con niño', adquirida en 1893, el 28 de junio pasado.
Otra toma de la misma obra de Manet.
Con la curaduría de Anne Tucker, continúa hasta el 2 de agosto, en la sala 5 del Museo de Arte Latinoamericano, MALBA, de Buenos Aires, la muestra del fotógrafo estadounidense Robert Mapplethorpe.
REFLEXIONES / SECRETOS DEL ARTE
Guillermo Jaim Etcheverry
Al acercarse a una obra de arte -cualquiera sea su naturaleza- se intuyen en ella secretos por descubrir. Confiamos en que esa aproximación nos los develará. Pero, en realidad, lo que atrae nuestra imaginación y curiosidad es la intuición de que el secreto que esconde no se refiere a la obra misma, sino a nuestra naturaleza humana más profunda. A propósito de las artes plásticas, lo expresa muy bien el conocido crítico de arte y escritor británico John Berger: "Uno mira siempre las pinturas con la esperanza de descubrir un secreto. No un secreto sobre el arte, sino sobre la vida. Y si lo descubre, seguirá siendo un secreto porque, después de todo, no se puede traducir en palabras. Con las palabras, lo único que resulta posible hacer es trazar, a grandes rasgos, un mapa que nos oriente hacia él".
Esto es efectivamente así porque el verdadero arte nos impulsa a explorar zonas de nuestro ser que escapan de la esfera racional, que no pueden expresarse más que por el medio que eligió el artista. Lo dijo con elegancia el poeta francés Paul Valéry: "Si un pájaro supiera explicar lo que canta, por qué y cómo canta, dejaría de cantar".
Esa es la importancia que tiene el frecuentar las manifestaciones artísticas para construir la complejidad de las personas: la de aproximarlas a la significación de su propia vida descubriéndoles rincones de su interior hasta entonces por ellas ignorados. Hace unos años, en oportunidad de dirigirse a los jóvenes graduados de la Universidad de Stanford, en los EE.UU., Kirk Varnedoe, que fue profesor de Historia del Arte en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton y reconocido curador del Museo de Arte Moderno de Nueva York, destacó que el arte trascendente tiene la virtud de proponer nuevos mundos, distintos de los conocidos. Tal vez lo más importante -decía- es que el arte logra que las personas se detengan a prestar atención a cosas que dan por supuestas, que consiga que lo que ellas creen saber les resulte extraño y, de ese modo, que termine por modificar la relación del ser humano con la realidad de su vida, descubriéndole posibilidades inesperadas.
Tal vez en esa capacidad de transformar la percepción de la realidad resida la importancia esencial del arte, tanto para las personas como para la sociedad. De allí que en nuestra formación resulte fundamental frecuentar sus manifestaciones, no sólo como una experiencia, a veces placentera, otras perturbadora o inquietante, sino como un modo básico de conocimiento de facetas de lo real y, sobre todo, de nosotros mismos. Ellas no se nos aparecen inmediatamente como tales, pero transforman nuestras relaciones con la vida al expandir las posibilidades que nos ofrece.
En la oportunidad comentada, Varnedoe señalaba ante los jóvenes que uno de los aspectos más satisfactorios e íntimos de su crecimiento y de su relación con el mundo puede surgir de reconocer el modo profundo en que los sentimientos que desarrolla el arte -que al comienzo les resulta extraño y hasta lejano- enriquecen su comprensión de lo cotidiano que los rodea.
Ese conocimiento más acabado de nuestra naturaleza logra introducirnos en los múltiples universos que, sin saberlo, alojamos dentro. Y contribuye así, de un modo decisivo, a descubrir la compleja textura de nuestro interior. El arte es una posibilidad que está allí, esperándonos para colaborar en la difícil aventura de conocernos.
Varnedoe sintetiza admirablemente las consecuencias de dejar pasar esa oportunidad: "Si son indiferentes, es posible que permanezcan sordos a una música que tal vez podría resonar con su interior, ciegos a formas que seguramente podrían modificar radicalmente y para siempre su manera de ver las cosas; en fin, corren el peligro de pasar por su vida sin vivirla". Lo ha dicho la escritora Margaret Atwood: "El arte no es sólo lo que hacemos; es lo que somos".
El autor es educador y ensayista
Fuente: Revista LA NACIÓN
"HAY EDIFICIOS QUE ESTÁN EN PIE,
PERO SE MUEREN TODOS LOS DÍAS"
"La realidad es que hoy el planeamiento de la ciudad lo están haciendo las empresas constructoras. Por ejemplo, en Palermo, en una misma cuadra se pueden ver hasta siete construcciones simultáneas en una zona donde hasta hace cinco años eran todas casas bajas de uno y dos pisos. Pero todo se resuelve en círculos cerrados a partir de intereses que tienen que ver fundamentalmente con el negocio inmobiliario. Entonces, uno de nuestros objetivos es que el ciudadano común, que es el primer afectado por las demoliciones del patrimonio, tenga la potestad de participar en el ámbito de decisión sobre qué es lo que tiene valor o no", agrega.
Pusso es músico, especializado en música coral, docente y director de coros. Reparte la coordinación de Basta de Demoler con otra gran pasión: la creación de un centro musical en la parroquia de Nuestra Señora de Caacupé, en la villa 21, en Barracas.
"La destrucción del paisaje urbano afecta de diversas maneras. Por un lado, altera la conservación de la memoria colectiva de la ciudad y, por otro, al modificar el entorno, modifica el estilo de vida de quienes lo habitan, que eligieron vivir en un barrio de determinadas características y que de la noche a la mañana lo ven transformado", explica.
Pusso se acuerda de que empezó a preocuparse por el maltrato a la arquitectura de la ciudad cuando tenía 20 años y se inició un plan de renovación de las estaciones de subterráneo. "Era tremendo, querían cambiar las clásicas bocas de entrada con la estructura de rejas y sacar las mayólicas que recubrían las paredes de las estaciones de las líneas D y B. Preocupado, me acerqué a la Fundación Ciudad y organizamos una protesta pública. En Europa, particularmente en Alemania, donde estudié entre 2003 y 2005, hay un importante movimiento preservacionista que se creó a partir de la Segunda Guerra Mundial. En Berlín, por ejemplo, el 40 por ciento de la ciudad fue destruido y el gran dilema era: ¿reconstruimos de la misma manera que estaba antes o reconstruimos en un estilo moderno?"
-¿Cuándo se crea la ONG?
-A principios de 2007, a raíz de un auge inmobiliario sin precedente en Buenos Aires que empezó en 2004 y que alcanzó su pico máximo precisamente en 2007. No es sólo un problema de Buenos Aires: en Córdoba y Salta hay modificaciones en los códigos de Edificación y Planificación producto de la presión de los sectores inmobiliarios para las zonas más cotizadas, que son precisamente las que tienen mayor patrimonio arquitectónico.
-¿Cómo trabaja Basta de Demoler?
-Ante una denuncia, investigamos el tema y sus posibilidades legales con nuestros asesores; hay arquitectos prestigiosos y abogados. Dialogamos al mismo tiempo con los poderes políticos y con miembros del Poder Legislativo para buscar soluciones. Por otra parte, tratamos de crear conciencia en el ciudadano común y buscamos su participación. Sin embargo, nuestra tarea no consiste sólo en evitar demoliciones, sino también en cuidar el mantenimiento del patrimonio. Hay edificios que están en pie, pero que mueren todos los días por los efectos de la desidia y los predadores, que aprovechan el abandono para robar sus piezas valiosas y venderlas como antigüedades.
-¿Recuerda un ejemplo?
-El edificio de la Unione Operai Italiani, en Sarmiento entre Talcahuano y Uruguay, que fue construido por el arquitecto lombardo Virginio Colombo en 1913. Colombo nació en Milán en 1886 y llegó a la Argentina en 1906. Hasta su muerte, en Buenos Aires en 1927, realizó unas 50 obras, con un particular estilo art nouveau milanés, por ejemplo el edificio de la Unione Operai Italiani, una de las primeras salas de conciertos de la época, donde actuaron músicos y cantantes de fama internacional.
-¿Qué temas los ocupan actualmente?
-Entre otras cosas, logramos que la World Monuments Fund, una de las organizaciones más importantes en la preservación del patrimonio arquitectónico en el nivel mundial, incluya el centro de Buenos Aires entre sus 100 lugares en peligro.
-¿Qué otros sitios figuran en la lista?
-Incluye el paisaje urbano de Sevilla, porque al borde de su área histórica protegida se está proyectando la construcción de una torre de muchos pisos; la ciudadela de Machu Picchu, víctima del turismo; la mítica iglesia penitencial de la Sagrada Familia, de Antonio Gaudí, en Barcelona; los inquietantes castillos de Transilvania; la casa del arquitecto Frank Lloyd Wright en Taliesin West, Arizona, declarada monumento nacional en 1982; antiquísimas casas de madera en la ciudad de Kyoto, y el monasterio de Bhutan Bhutan, en la India, al pie de los Himalaya.
-¿Alguna buena noticia?
-Hay que celebrar que tanto La Flor de Barracas, un local de 1900, en Suárez 2095, esquina Arcamendía, a metros del pasaje Lanín, como el Bar Británico, en Defensa y Brasil, fueron restaurados. El problema mayor en estos momentos es la demolición del patrimonio barrial. En Barracas, en la avenida Montes de Oca casi no quedan edificios de valor, y al barrio de La Boca la demolición va a llegar en cualquier momento. Por otra parte, ¿qué pasará finalmente con la legendaria Confitería El Molino?
Luis Aubele
EL ARTISTA COMO EDUCADOR
Por Daniel Molina
Para LA NACION - Buenos Aires, 2010
JOSEPH BEUYS. Ifigenia/Tito Andrónico - Foto
Joseph Beuys (1921-1986) fue para Alemania -tal vez, para toda Europa Occidental- lo que Andy Warhol para Estados Unidos: el artista faro, aquel que iluminó el último medio siglo de arte contemporáneo. Pero a diferencia de Warhol, Beuys no es un artista popular. En alguna medida se debe a que parte de su obra más significativa no ha sobrevivido: sus happenings, experiencias y performances fueron registradas fílmica y fotográficamente, pero muy pocos se involucraron con ellas; a sus clases en la Academia de Düsseldorf acudieron cientos de alumnos (muchos de los cuales luego fueron artistas destacados), pero fue una actividad esencialmente dirigida a un grupo pequeño de entendidos. Sin embargo, lo que más contribuyó a la escasa difusión popular de su trabajo es la fuerte impronta ideológica que lo caracteriza, acompañada de una forma tan austera -oscila entre el minimalismo del apunte y la casi irrelevancia del objeto-, y, por último, la insistencia en un conceptualismo que no pocas veces resulta demasiado críptico y místico para la sensibilidad del nuevo siglo.
KATHARINA SIEVERDING - Cámara en la cabeza
Beuys entendía que el arte era la religión de nuestra época, y así fue que insistió en una práctica ascética, aunque poderosamente escénica, que lo encumbraba en su papel de sumo sacerdote de un mundo nuevo: un mundo regido por el respeto a la naturaleza, por el amor a los demás, por la compasión y por el compromiso con los que son oprimidos y sufren. En la muestra Beuys y más allá. El enseñar como arte es visible esa militancia pedagógica e ideológica, esa impronta política, esa austeridad formal y esa búsqueda de un sentido social y místico que fuera capaz de iluminar la práctica estética.
La muestra, organizada por Fundación Deutsche Bank en asociación con el Centro Cultural Recoleta, presenta a Beuys en su rol de pedagogo, lo que hubiera emocionado al artista alemán, quien afirmó en una entrevista que le realizó Art Forum en 1969 que "ser docente es mi más importante obra de arte". La curadora Liz Christensen seleccionó de los muchos discípulos geniales de Beuys a varios de los más destacados: Lothar Baumgarten, Jörg Immendorff, Imi Knoebel, Blinky Palermo, Katharina Sieverding y Norbert Tadeusz. Esas obras entran en diálogo con un conjunto de trabajos de artistas argentinos que fueron seleccionados por Elio Kapszuk siguiendo un criterio similar al de la curaduría del conjunto alemán.
Kapszuk decidió no buscar un "Beuys argentino" (tarea condenada al fracaso, aunque el Nicolás García Uriburu de los años 70 podría ser homologado al alemán) sino que prefirió elegir un artista que tuviera una destacada intervención en el campo de la pedagogía del arte y que, además, como Beuys, sostuviera una idea innovadora en ese campo.
Las ideas pedagógicas de Beuys de alguna manera anticiparon los debates sobre la incorporación de las nuevas tecnologías al aula tradicional. Entonces, como ahora, los roces entre lo nuevo y lo viejo producían estallidos. El maestro se transforma en coordinador y la tarea pedagógica es asumida por todos los que participan de ella, los roles fijos de maestros (que eran los que poseían el saber) y estudiantes (que estaban allí para aprender) se abandonaban. Esa destitución del poder del saber fue muy resistida, incluso por los alumnos. En la práctica, Beuys tuvo relaciones muy complejas con sus discípulos artistas. Fueron relaciones muy apasionadas, en las cuales todos se involucraron fuertemente. Beuys proponía una universidad abierta con ingreso irrestricto (algo aún impensable en Europa), en la que el ideal era una democratización radical del conocimiento y una libertad absoluta para experimentar (lo que implicaba tolerar y fomentar el fracaso y el error).
Tanto en la selección argentina como en la alemana hay muchos trabajos sobre papel: dibujos, acuarelas, intervenciones, fotos, grabados. Casi todos, en su enorme diversidad y diferencia, son poemas visuales, elegantes, sutiles: desde los dibujos de Bianchi y Espina hasta las acuarelas de Palermo o Tadeusz. La mayoría de las obras, en su enorme diversidad y diferencia, son manifiestos conceptuales: la escultura y las acciones "terroristas" de Lamothe, las obras de Huffmann y las intervenciones fotográficas de Sieverding o la obra "narrativa" de Baumgarten.
La muestra no presenta obras de alto impacto visual, sino decenas de pequeñas joyas sutiles. Hay antiguas acuarelas que Pablo Siquier nunca había mostrado. Hay carteles iluminados por el talento multicolor de Strada. Hay bellísimos trabajos con óxido de plomo de Knoebel. Hay grabados y acrílicos de Immendorff. Es una muestra que exige recorrerla con paciencia, deteniéndose en los detalles, gozando de los diálogos y descubriendo los contrapuntos.
Beuys surgió en una década en la que se creyó que el mundo se podía transformar rápida y profundamente. Su arte lleva la impronta de la acción, de la pedagogía como herramienta de liberación. Su propuesta supone un arte crítico. En esta muestra eso es claramente visible, pero también es visible que hay muchísimas formas de ser crítico, de trabajar para la transformación y de apuntalar el sueño de un mundo justo. En esa apuesta por la diversidad reside lo mejor de su legado.
FICHA. Beuys y más allá - El enseñar como arte, obras en papel de Joseph Beuys y discípulos, pertenecientes a la colección del Deutsche Bank, en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930).Hasta el 18 de julio
FICHA. Sinopsis , muestra de Gerhard Richter presentada por el Goethe-Institut en el Museo Nacional de Arte Decorativo (Av. del Libertador 1902), hasta el 25 de julio