Preparan el museo más grande del mundo junto a las Pirámides, y otro bajo el agua en Alejandría.
Por: Pablo Sigal
Los cincuenta metros cuadrados que atesoran uno de los hallazgos más deslumbrantes del antiguo Egipto no están a la altura del protagonista. Los turistas se amontonan para ver la máscara de oro de Tutankamón de adelante y de atrás (el lado que nunca muestran las fotos) y los guías tienen prohibida la entrada a la sala para evitar que el atolladero sea aún mayor. Pero esta situación pronto será historia. En 2012, según las previsiones del gobierno egipcio, estará listo el nuevo Museo Arqueológico, que se convertirá en el más grande del mundo: allí mudarán algunas de las piezas exhibidas actualmente en el deteriorado museo que subsiste en el centro de El Cairo, como las que conforman el tesoro de Tutankamón. Y desempolvarán las que en la actualidad permanecen en el depósito por falta de espacio. La oferta será de alrededor de 150.000 piezas arqueológicas.
El otro proyecto faraónico que el gobierno egipcio impulsa no es menor, y tiene como protagonista a Cleopatra: bajo las aguas del Mediterráneo, en la costa de Alejandría, montarán un museo subacuático para que la gente pueda tener acceso a los monumentos y tesoros del palacio de la mítica reina, sumergidos allí por los terremotos ocurridos en el siglo IV d.C.
Para contar algunos aspectos de estas iniciativas, el ministro de cultura egipcio, Faruk Hosni, recibió a un grupo de periodistas argentinos, entre los que estaba Clarín, en su despacho de El Cairo. "Tenemos que poder mostrar muchas más piezas de las que se exponen hoy en día, en el espacio limitado que hay en el Museo Egipcio. En el nuevo museo, al que mudaremos el tesoro de Tutankamón, contaremos con esta posibilidad".
El nuevo edificio se levantará frente a las tres pirámides de Giza, a una hora en auto de la capital egipcia (si el caos de tránsito de esta ciudad lo permite). Frente a las pirámides, uno se puede imaginar lo que será la obra terminada, que le sumará brillo al conjunto. Porque el moderno edificio proyectado, que tendrá
Allí la estrella será, al igual que en el actual museo, la sala dedicada a Tutankamón, cuya tumba, la única de un faraón descubierta intacta, será recreada en su estado original con unas 3.850 piezas, muchas de ellas almacenadas hoy en sótanos. Además, aprovecharían para trasladar las momias de los familiares de Tutankamón, su padre y su madre, parentescos que fueron descubiertos a fines del año pasado gracias a una serie de exámenes de ADN.
El ministro Hosny se entusiasma también con el otro museo, planeado bajo el agua en Alejandría. "Ya hemos encontrado unas 300 piezas de las profundidades del Mediterráneo, del período greco-romano, pero todavía miles permanecen bajo el mar", explica. El hecho es que desde fines de los años '90 la recuperación de estas piezas en las costas de la ciudad fue incesante, y entonces surgió la idea de preservar ese patrimonio y poder mostrarlo en un museo submarino que, por sus características, promete ser único en el mundo.
El área es una bahía ubicada justo frente de
Todavía se están realizando estudios para estipular la factibilidad de la obra, pero creen que el desafío vale la pena. Por lo pronto, en
Egipto sigue siendo una máquina cultural viva, en permanente actualización, lo que le sirve como herramienta de marketing para atraer a turistas de todo el mundo. Pero eso, a veces, se ve opacado por la ausencia de reliquias clave que aún hoy permanecen en otros museos del planeta. Como el original de la piedra Rosetta, que se exhibe en el British Museum. "En los últimos años hemos recuperado gran cantidad de piezas que estaban en museos de otros países -asegura Hosny-. Seguimos confiando en la buena voluntad de cada nación para que Egipto pueda recuperar lo que le corresponde. Nuestras piezas arqueológicas están por todos lados. Seguro que usted podrá encontrar algunas en Argentina".