SUBASTAN EL PIANO DE "CASABLANCA"
POR CASI 3 MILLONES DE DÓLARES

En una subasta realizada en Nueva York, con objetos de películas célebres, subastaron el piano de "Casablanca" por casi tres millones de dólares. Otro lote destacado fue el disfraz del león en "El mago de Oz" y el abrigo de Clark Gable en "Lo que el viento se llevó".
Humphrey Bogart y Dooley Wilson "Sam" en la escena de Casablanca
Humphrey Bogart y Dooley Wilson "Sam" en la escena de Casablanca













 

"Play again, Sam" ("Tócala de nuevo, Sam") es, acaso, una de las citas cinéfilas más difundidas de la historia (que, por cierto, nunca se dice realmente así en el film). Y, sin duda, el piano de la película Casablanca (1942) será recordado como uno de los objetos más queridos en la historia de la pantalla grande y por este motivo es que el comprador del instrumento lo adquirió en una subasta a 2,9 millones de dólares en Nueva York. El famoso piano de Sam, papel interpretado por Dooley Wilson --quien canta Según pasan los años--, se vendió junto a otras decenas de objetos de la época dorada de Hollywood, de los que alrededor de 30 pertenecían a Casablanca: vestidos de Grace Kelly, Marilyn Monroe, Judy Garland, una chaqueta de Clark Gable en el film "Lo que el viento se llevó", el disfraz de león de "El Mago de Oz (vendido por más de 3 millones de dólares) y fotografías originales, compartieron la noche junto al mítico instrumento.


                                             


El piano pasó a la historia grande del cine por la escena en que Ilsa (Ingrid Bergman) se acerca al pianista Sam y le pide que toque la canción As Time Goes By, además de ser una pieza clave en la historia del film, ya que su interior se usaba como tráfico de papeles ilegales (también subastados por más de 100 mil dólares). Fabricado 15 años antes del estreno de la película, el instrumento sólo tiene 58 teclas, 30 menos que un piano actual y hasta los años 80 había pertenecido a un dentista de Los Ángeles.Vale recordar que Casablanca es considerada por el Instituto Americano del Cine como uno de los tres mejores films de todos los tiempos, junto a Ciudadano Kane y El Padrino.
Se subata el piano usado en la escena de Casablanca
El piano subastado.



Fuente: clarin.com

NUEVO COLECCIONISMO: CÓMO COMPRAR ARTE DESDE $ 3.000

Cultura

En ferias y galerías, por ese valor se pueden conseguir obras de artistas emergentes e incluso consagrados. Así, el mercado busca seducir a los jóvenes para sus primeras inversiones.
ArteBA. Cada año, un sector que concentra mucha gente para las galerías emergentes. (Fernando de la Orden)
ArteBA. Cada año, un sector que concentra mucha gente para las galerías emergentes. (Fernando de la Orden)
Diego Erlan

Todo límite puede ser una posibilidad. A principios de los años 90, Gustavo Bruzzone entendió que podía destinar un pequeño porcentaje de su sueldo como fiscal a comprar obras de artistas argentinos. Ese era su límite. La primera obra fue una tinta china de Alberto Greco. Un amigo se lo explicó: enmarcar un póster comprado en la tienda de un museo puede costar más caro que el original de un artista. Las charlas que vendrían después y la amistad de Jorge Gumier Maier y Pablo Suárez hicieron el resto. En una puesta en práctica de la estética relacional que teorizó el crítico Nicolas Bourriaud, Bruzzone comenzó a gravitar en la escena del Rojas para conformar la colección más importante de los últimos veinte años del arte argentino.



Coleccionar arte por poco dinero, ¿se puede? Para empezar, habría que establecer un límite: digamos tres mil pesos. Cada vez más se observa que las galerías tratan de tener obras en ese rango: son alternativas gráficas, serigrafía o dibujos. Y desde luego ofrecen facilidades de pago y financiamiento. El mapa incluye ferias –desde los pasillos del Barrio Joven de ArteBA hasta los de Arte Espacio y EGGO–, las galerías como Mar Dulce o las que integran el Patio del Liceo, los talleres de artistas o los eventos como maratones de arte. Máximo Jacoby, coordinador del espacio de arte del Centro Cultural Rojas, dice que empezar a coleccionar según lo que se puede gastar puede parecer un criterio limitado, pero es un criterio al fin. “Tarde o temprano, cuando te gusta una obra, preguntás cuánto cuesta. Cuando el dinero se vuelve criterio, viene una negociación entre el criterio y tu deseo”.
Esos deseos pueden calmarse con las maratones. La galería Sara García Uriburu (Uruguay 1223), por ejemplo, organiza hoy el Saratón donde convoca, desde hace 21 ediciones, a artistas propios e invitados a producir obra especialmente y es la oportunidad que tienen los nuevos coleccionistas de comprar obra –desde el mediodía hasta medianoche–, en la mayoría de los casos, por menos de tres mil. Emilio Reato, Carlos Gorriarena, Remo Bianchedi, Luisa Atucha, Josefina Robirosa, Milo Lockett, Pablo y Tomás Fracchia, Fermín Eguía y Francisco Ungaro serán algunos de que participen.
Hace casi cinco años, Ral Veroni abrió junto a Linda Neilson la galería Mar Dulce en Palermo, especializada en pequeño formato, con obra en papel o pequeñas pinturas y fuerte presencia de la figuración. Muchos de los que se acercan a la galería compran obra por primera vez. “Tal como están los precios de otras cosas, como una campera, unos zapatos o las expensas, mucha gente se sorprende porque puede adquirir un original”, dice Veroni. En este espacio hay obras de pequeño formato de artistas consagrados como Daniel Santoro, Juan Carlos Romero, Alfredo Benavídez Bedoya, Daniel García y Tulio de Sagastizabal, de artistas clásicos como su padre, Raoul Veroni (1913-1992), pero también de Víctor Rebuffo o Ana María Moncalvo, cuyas xilografías de 1947 conviven en un diálogo enriquecedor con obras contemporáneas de Andy Mermet y Verónica García. Una estrella de la galería es la selección de artistas que provienen de la ilustración como Diego Bianki, Cristian Turdera, Isol o Decur. Las obras en papel recortado de Cecilia Afonso Esteves integraron la muestra El viento en las ramas, y ellas reproducen el mundo de los haikus y las observaciones poéticas de Ramón Gómez de la Serna. Son bellas, sensibles y oscilan entre los 1.600 y los 2.300 pesos.



Coleccionar implica una negociación con tus deseos, y no el deseo de hacer negocios. “Entiendo que la fantasía del arte como inversión es muy potente”, comenta Jacoby. “La historia del arte respalda esta fantasía de comprar barato una obra extraordinaria y es el leitmotiv que utiliza el mercado para vender: ‘Vas a ganar con este artista’, entonces confiás o no en el galerista”. La obra que el coleccionista compre, explica Jacoby, le tiene que gustar, incomodar, fascinar o incluso tener una función decorativa. “Quizás quede bien con tu sillón: aunque no es el criterio que recomendaría, me parece válido”. Cada persona es un mundo, y el coleccionismo puede ser un mundo muy variado. Están los coleccionistas que fijan un límite a su colección, el que colecciona sólo arte argentino de los 90 o arte conceptual político de los setenta, libros de artista, pintura abstracta de los años 50. Son criterios. Y cada coleccionista incipiente los irá desarrollando de manera subjetiva. Por eso, de algo está seguro Jacoby: “Las colecciones más interesantes son las que multiplican su valor, pero está claro que el coleccionista no va a deshacerse de ella. Más vale la colección cuanto menos interés en desarmarla exista. Ocurre con Bruzzone: su colección hoy debe valer ochenta veces más de lo que él gastó, pero vale eso porque creo que él no va a desarmarla nunca".


Fuente: clarin.com

EL ROSEDAL:
UN ÍCONO de 100 AÑOS RECONOCIDO EN EL MUNDO

Patrimonio porteño. Ayer se cumplió un siglo desde su inauguración. Unico en el país, alberga 8.000 ejemplares de distintas especies y fue premiado como "Jardín de Excelencia" por una entidad internacional.
Colorido. Las rosas y, detrás, una de las tantas obras que componen el paseo. Foto: Luciano Thieberger

Romina Smith
Sólo el puente que ostenta en su entrada, y que llama la atención por su estilo griego, podría contar miles de historias. También podrían hacerlo sus 8 mil rosas, tan cuidadas como históricas. O quizás alcance con su pasado: se sabe que el encargado de armar el paseo fue un discípulo del genial arquitecto y paisajista francés Carlos Thays, que en esos tiempos era el director de Parques y Paseos, y que supo dejar su mirada y trabajos en grandes espacios verdes de la Ciudad. Cualquiera de esas historias pueden contar su historia. Pero todas forman una. Y es la que hoy se celebra: ícono de la Ciudad, el Rosedal de Palermo, que es reconocido en todo el mundo y fue premiado por una entidad internacional, cumplió cien años ayer. Y lo festeja hoy con tres homenajes que coincidirán dentro del predio.
Inaugurado en 1914, el Rosedal es un espacio de 3,4 hectáreas delimitado por las avenidas Infanta Isabel, Iraola y Pedro Montt, dentro del Parque 3 de Febrero, que parece salido de un cuento de Lewis Carroll: sus senderos aún mantienen su diseño y el perfume que se desprende de las 93 especies de rosas lo distinguen de cualquier otro paseo de la Ciudad.
Además, dentro del predio, que fue declarado Patrimonio Cultural de la Ciudad por la Legislatura porteña en 2011, para que ninguna restauración altere el diseño original, hay una colección de 26 bustos de poetas y escritores, y hasta un patio andaluz que supo formar a artesanos que mantuvieron la estética del paseo durante años.
Y también muchas más historias. Juan Manuel de Rosas tenía en esas tierras su residencia de verano mientras era gobernador de Buenos Aires. Pero en 1875 Domingo Sarmiento bautizó el parque 3 de Febrero, la batalla en la que Urquiza derrotó a Rosas.
   Se inauguró en 1914

Más cerca en el tiempo hubo una etapa “privatizada”: durante 20 años, y hasta 2012, su mantenimiento estuvo a cargo de la empresa YPF, que invertía $ 300.000 por mes para tenerlo arreglado. Ese contrato se terminó cuando la petrolera fue expropiada por el Gobierno nacional. Y desde entonces lo mantiene la Ciudad. Ayer, desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público aseguraron que la idea es que siga siendo así. Para eso, hoy tienen una cuadrilla de 20 personas y cuentan con un presupuesto de $ 500.000 mensuales.
De todas maneras, y con sus miles de historias a cuestas, el Rosedal es, sin dudas, un centro de atracción único por su diseño y plantación de flores. A pesar de que la cantidad fue variando (tuvo casi 15.000 rosales de unas 1.200 variedades en sus primeros años) todavía esas flores siguen dándole fama en el mundo. Según cifras del Gobierno porteño, unas 25.000 personas lo visitan por semana.
Hoy tendrá su homenaje triple: por un lado se descubrirá la placa por haber sido premiado con el “Garden Excellence Award” por la Federación Mundial de las Sociedades de Rosas, que lo declaró “Jardín de Excelencia” por “su belleza, historia y valor educativo”. Es el primero en Sudamérica en ganarlo. Por otro lado, pondrán dos placas para conmemorar el centenario (ver Pasado y presente). Valentina Casucci, actual presidenta honoraria de la Asociación Argentina de Rosicultura (estuvo a cargo ocho años de esa entidad fundada en 1951) será quien reciba hoy el premio. “Es un orgullo para mí, que fui parte de la remodelación que se hizo en 2008. Fue un gran trabajo y hoy es un honor que este espacio, que es un símbolo de la Ciudad, tenga este prestigio”, celebró.


Pasado y Presente
Variedad. En el jardín hay 93 especies.

La historia

El Rosedal abrió sus puertas el 24 de noviembre de 1914. El responsable de su diseño fue Benito Carrasco, discípulo de Carlos Thays. Con el tiempo se convirtió en un símbolo de la Ciudad, aunque hacia los años 90, por falta de mantenimiento, quedó deteriorado. La petrolera YPF lo apadrinó y en 2008 financió una gran reforma para ponerlo en valor. El padrinazgo terminó en 2012, cuando la empresa fue reestatizada.

El reconocimiento

El Rosedal fue premiado con el Garden Excellence Award, un reconocimiento internacional otorgado por la Federación Mundial de las Sociedades de Rosas (WFRS, por sus siglas en inglés). Por eso, hoy se descubrirá una placa que lo acredita como “Jardín de Excelencia”. En el mismo acto se descubrirán otras dos placas, una de la Legislatura porteña y otra en nombre del Gobierno de la Ciudad.

Cuándo visitarlo

En invierno abre de martes a domingo de 8 a 18. En verano, el horario se extiende hasta las 20. Durante todo el año, los lunes permanece cerrado por tareas de mantenimiento.
   El Rosedal en 1920.
   Jóvenes paseando en bote en la década de 1930.

    El Rosedal en 1926.


                      Otra vieja imagen del Rosedal.


   El antiguo Rosedal, muy concurrido.

    La gente, cuidaba el paseo.

    El Parque Tres de Febrero y el Rosedal, pronto fueron el paseo predilecto de los porteños porque ofrecían múltiples motivos de distracción para
     los visitantes.
        Una vista aérea actual.
   Rosales y jacarandás en flor.




Fuente: clarin.com

ANNEMARIE HEINRICH INÉDITA

heinrich


Estrategias de la Mirada: Annemarie Heinrich, inédita.


A partir del 11 de noviembre de 2014 – en MUNTREF Artes Visuales (Sede Caseros I)

En las principales capitales culturales de la modernidad, durante las décadas de 1920 y 1930, adquirió visibilidad la disputa por el lugar de la fotografía entre las “Bellas Artes”. Buenos Aires, como metrópolis moderna, no fue la excepción y es durante esos años en los que tanto Annemarie Heinrich como Grete Stern y Horacio Coppola, protagonizaron esta saga.
Tempranamente, Annemarie Heinrich (Darmstadt, Alemania 1912- Buenos Aires, Argentina 2005) desplegó su trabajo en una doble vertiente: por un lado, una fotografía social centralmente destinada a retratar el naciente star system local y el ballet y, por el otro, experimentó con la técnica, los recursos visuales, los objetos y los tipos humanos en busca de desarrollar una imagen contemporánea.
A lo largo de su extensa trayectoria, construyó una mirada de una potente dimensión expresiva, la que tiñó tanto su trabajo de carácter comercial, como también sus exploraciones artísticas. Si bien es habitualmente conocida por sus retratos de actores de cine, retratos y desnudos, esta exhibición revela un conjunto inesperado de imágenes inéditas, (a partir de negativos 6×6 alojados en su archivo) y documentos, escritos, cuadernos de recortes, apuntes de viaje en donde conviven contactos fotográficos, textos escritos en una lengua entre el alemán y el español, recortes de prensa y fotos de otros artistas.
Estrategias de la mirada: Annemarie Heinrich, inédita, exhibe las exploraciones y ensayos – en su mayor parte inéditos- llevados a cabo por la fotógrafa entre las décadas de 1930 y 1950.
Esta exposición es un avance de los resultados de la investigación que lleva a cabo el equipo de investigación dedicado al Archivo Annemarie Heinrich, del Instituto de Investigaciones en Arte y Cultura “Dr.Norberto Griffa” de la UNTREF, dirigido por Diana Wechsler (UNTREF-Conicet) e integrado por Cecilia Belej (UNTREF) y Paula Hricyk (UNTREF-Uba). Este proyecto de la Universidad Nacional de Tres de Febrero ha sido incluido dentro del programa de apoyo a las investigaciones de Archivos de la Britisch Library de Londres. Así mismo, la labor de archivo y la edición de las fotografías para la exposición, cuenta con el invalorable acompañamiento de los fotógrafos Alicia y Ricardo Sanguinetti.
La exposición está organizada en las siguientes grandes zonas:

  1. Abstracciones y reflejos: ensayos fotográficos
  2. Territorios americanos, registro de un espacio natural y cultural
  3. Territorios sociales, registro y reconocimiento del otro cultural
  4. Sobre la práctica fotográfica y artística: retratos y autorretratos, escenas de

Taller, documentación de archivo.


A partir del 11 de noviembre de 2014 y hasta el 31 de mayo de 2015 (del 1 de enero hasta el 8 de febrero, cerrado) MUNTREF Artes Visuales (Sede Caseros I, Valentín Gómez 4838)


Annemarie Heinrich:
pionera de la fotografía contemporánea

En el Museo de Artes Visuales de la Universidad Tres de Febrero (MUNTREF).
La muestra reúne más de cien imágenes realizadas entre 1930 y 1950, además de objetos y escritos.

MUNTREF Album de trabajo de annemarie heinrich
Un cuaderno de trabajo de Annemarie Heinrich
Marcela Mazzei 

Cuenta una anécdota que 17 horas estuvo Mirtha Legrand en el estudio de Callao y Las Heras, entre cambios de vestuario y maquillaje, para que Annemarie Heinrich la retratara. Allí también posaron Tita Merello, una juvenil Eva Duarte y Tania, entre otras estrellas de la emergente industria del cine y la radio argentina de los años 30. La fotógrafa, nacida en la ciudad alemana de Darmstadt en 1912 y emigrada en 1926, llegó a tener siete empleados en su estudio, codiciado por una clientela ávida de las prácticas sociales de la época. “Cualquier familia que se preciara iba a hacerse una foto a su estudio”, comentó alguien la semana pasada mientras se inauguraba Estrategias de la mirada: Annemarie Heinrich, inédita, la muestra que plantea una relectura de su obra.
En el Museo de Artes Visuales de la Universidad Tres de Febrero (Muntref)se exhiben hasta mayo más de cien imágenes realizadas entre 1930 y 1950, rescatadas del Archivo Annemarie Heinrich, que administran sus hijos, los fotógrafos Alicia y Ricardo Sanguinetti.


Delia Garcés

“Sólo estamos mostrando esas fotos que se conocen, como un retrato de Palito Ortega, en las que se ve que eran resultado de mucha experimentación”, señala Diana Wechsler, al frente del proyecto de investigación que aporta una nueva mirada sobre el archivo.
En una primera sala del museo los objetos, escritos e imágenes ponen al descubierto la intimidad del taller de la artista que, aunque hizó exposiciones en su época –la primera en Chile en 1938–, conservó esta faceta casi oculta. Hay una serie de autorretratos, resultado de juegos con esferas y espejos que llevan al espectador a preguntarse: ¿es realmente un autorretrato? “Ahora entiendo qué hacía a la noche en el estudio”, manifestó su hijo Ricardo.


            
                     Zully Moreno
     Tita Merello
   Mirtha Legrand

Establecida a los 14 años junto a su familia en la localidad entrerriana de Larroque, donde su tío era el fotógrafo del pueblo, Annemarie dio los primeros pasos en un oficio para el que no necesitaba saber español. Cuando se trasladaron a Villa Ballester, provincia de Buenos Aires, –donde vivió hasta su muerte, en 2005–, comenzó de aprendiz en varios estudios porteños hasta que, a los 18, abrió el propio en la casa de sus padres.
Están exhibidas las carpetas donde registraba sus experimentos con viejas cámaras con placas, que permitían una sola toma; las primeras fotos publicadas en revistas; unos graffitis de 1955, que aluden al derrocamiento de Perón y la resistencia peronista, y fotos documentales donde se reconoce a Carlos Alonso con su hija Paloma, Enrique Policastro, Antonio Berni, Carlos Castagnino, entre otros: su grupo de pertenencia.
Fundadora del Consejo Argentino de Fotografía junto a otras cinco mujeres, entre ellas sus alumnas Sara Facio y Alicia D’Amico, Heinrich protagonizó la escena del alto modernismo del siglo XX que disputaba para la fotografía un lugar entre las bellas artes. “Hasta ahora lo teníamos claro con el texto que escribe Grete Stern en 1935 para su exposición (en la Revista Sur) junto a Horacio Coppola, cuando recién llegan emigrados de Alemania, pero la escena era mucho más rica y había otros: Anne era una de ellos”, relata Wechsler.
En otra sala, en copias analógicas, hay fotos seleccionadas con objetos encontrados, que son ejercicios formales, inusuales en los años 30: imágenes de papeles quemados, montañas, herramientas y playas con un componente surrealista y metafísico. Otra serie ejemplifica el tratamiento de los horizontes bajos: cuando en las fotos de horizontes la línea solía aparecer centrada, ella la ubicaba más abajo para que la experiencia fuera como en la realidad. “Por eso la muestra se llama Estrategia de la mirada –reflexiona Wechsler–, porque recupera la cabeza de alguien que pensaba mirando y construía recursos para representar”.


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Miguel de Molina, 1942.
   Isabel Sarli
Eva Peron Fotografia: Annemarie Heinrich
 Eva Duarte





Detrás de la serie “Reflejos”, de 1932, hay ejercicios con la cámara cuyo registro minucioso revela una intención. De la misma forma que en sus viajes por las provincias argentinas y Latinoamérica registraba objetos y personas, muchas veces representantes de oficios. Para ella, fue una manera de reconocer la tierra que la había adoptado pero, lejos de todo exotismo: lo que se pone de relieve es la condición humana desde la diversidad, en Perú, en Chile y el Norte argentino. La curadora argumenta: “Estaba todo el tiempo sobre estas imágenes, por eso vale la pena reivindicarlas, no es que son cosas descartadas”.

A través de la mirada de Annemarie Heinrich, artista emblemática  del siglo XX, precursora en el uso de recursos que adoptaron los discursos contemporáneos, la investigación se propone contar otras dimensiones de la época. Una investigadora se unió al equipo para trabajar sobre las fotos de rodajes. Cuando se instalaba en las filmaciones, por ejemplo de Daniel Tinayre, en los tiempos de descanso su cámara se alejaba de las estrellas y prefería a los técnicos y peinadores. La exposición condensa la primera etapa de una investigación que sigue. En abril se editará un libro, el primero de una serie de publicaciones sobre Heinrich. En paralelo comenzará la digitalización del archivo, mediante un subsidio obtenido en la British Library de Londres; y planea completar este auténtico trabajo de hormiga. Porque todos estos hallazgos surgieron de un recorte de 5 mil inéditos entre 16 negativos, contactos y copias que forman el archivo. Todavía queda un mundo de imágenes por descubrir.
Dónde: Museo de Artes Visuales de la Universidad Tres de Febrero (MUNTREF), sede Caseros I, Valentín Gómez 4838. Cuándo: Hasta el 31 de mayo (Del 1 de enero hasta el 8 de febrero, cerrado). De lunes a domigo de 11 a 20.


Fuentes: Varias

BORGES Y MANUCHO: EL AMOR POR BUENOS AIRES

Si hubieran nacido en Londres o en París, tal vez habrían encontrado todo hecho, pero no son ni Dickens ni Balzac, y aquí había mucho por hacer.
Dos grandes escritores de esta ciudad, en un diálogo con la pasión de la literatura.
Manuel Mujica Lainez y Jorge Luis Borges, 1980 . Foto Revista Somos

Por María Esther Vázquez / LA NACIÓN


Intervienen en este diálogo Jorge Luis Borges y Manuel Mujica Lainez. En él se analizan las diferencias entre el Buenos Aires actual y el de las décadas de 1920 y 1930, las ventajas y desventajas de ser argentino y hasta dónde el haber nacido en esta ciudad y el hecho de amarla han influido en la obra respectiva de los interlocutores.
María Esther Vázquez:- ¿Cómo era o cómo vieron ustedes esta Buenos Aires, que tan presente estuvo en la obra literaria de ambos?
Jorge Luis Borges:- Lo que yo recuerdo de aquellos años de mil novecientos veintitantos a 1930 es que había una pasión que ahora ha desaparecido: la pasión literaria y la pasión metafísica. Ahora lo único que parece interesar a la gente es la pasión política y la política partidaria. Y hay otro hecho: entonces nadie pensaba en el éxito.
Manuel Mujica Lainez:- Es muy cierto.
Borges:- Nosotros pensábamos mal de Arturo Cancela, que era muy buen escritor, porque sabíamos que se vendían sus libros y él le aseguró a mi padre que eso era una calumnia propalada por sus enemigos. Se pensaba que si un escritor vendía, no podía ser bueno y actualmente, no sólo se piensa en el éxito, sino que hasta se organiza. Hay eso que se llama promoción. Recuerdo un año que se vendieron treinta y siete ejemplares de un librejo mío. Historia de la eternidad; se lo conté a mi madre y ella me dijo: "Es imposible". Le mostré la factura y me creyó. En aquellos años lo conocí a Gerchunoff. Él me preguntó si yo escribía y, como le contesté afirmativamente, me pidió que le llevara algo a la nacion; yo le dije: "Mire, no creo que lo que escribo merezca ser publicado". Todo esto lo cuento para significar que había pasión literaria, que no tenía nada que ver con el hecho de que los libros se vendieran o no, o de que el autor fuera conocido o desconocido. Hoy parece que la gente está más interesada en su carrera o en su destino personal como escritor. Posiblemente yo exagere; nunca he tenido muchos amigos, aun ahora me trato con media docena de personas, no más, y evito, cuidadosamente, las comidas literarias. Pertenezco a la Academia Argentina de Letras y no voy nunca, pertenezco al Pen Club y no voy, me borré de la Sociedad Argentina de Escritores.
Vázquez:- Pertenezco al universo, pero no lo frecuento.
Mujica Lainez:- Con todo, Georgie, vos perteneciste a un grupo que se llamaba el grupo de Florida.
Borges:- El grupo de Florida fue una invención de Ernesto Palacio y Roberto Mariani. No hubo ni grupo Florida ni grupo Boedo. Eso se hizo porque se pensaba que convenía que en Buenos Aires hubiera vida literaria a la manera de París, que hubiera cenáculos. A mí me hablaron de los dos grupos y yo dije que prefería ser de Boedo, pero los organizadores me dijeron que ya me habían puesto en el de Florida. Total, no tenía importancia porque era una broma. Hubo escritores, como Arlt y Olivari, que pertenecían a los dos.
Vázquez:- Pese a que la obra de ustedes es tan diferente, ¿creen que por haber sido elaborada casi toda en Buenos Aires tiene determinadas características?
Mujica Lainez:- Lo único que pueden tener en común no depende de nosotros sino de nuestro origen. Es decir, tanto Borges como yo descendemos de una serie de personas que en una forma o en otra han contribuido a ser el país y esas personas que en el caso de él son héroes y en el mío son escritores [se interrumpe y dirigiéndose a Borges, dice: "Vos tenés a Lafinur"].
Borges:- Y vos la muerte de Varela en Montevideo.
Mujica Lainez.:- ¡Qué te parece!
Borges:- ¡Y un degollado! Casi nada, ¿no?
Mujica Lainez:- Bueno, esos que nosotros tenemos, que yo tengo a Varela, que vos tenés a Laprida, que yo tengo a Cané, que vos tenés a Suárez, gente que nos hemos repartido, en cierto modo.
Borges: -Y al cabo de cien años, tendremos los mismos antepasados, además de don Juan de Garay.
Vázquez: A Garay se lo reparten a medias.
Mujica Lainez:- Sí, claro. Bueno. Esos hombres han contribuido a hacer nuestras obras y eso es lo que nosotros tenemos en común. Aunque vos insistís demasiado en que sos pariente de Rosas, así como yo no dejo de señalar que soy descendiente de Florencio Varela. Eso nos pondría de pique, pero yo creo que no: somos dos unitarios.
Borges:- ¡Claro que soy unitario!
Mujica Lainez:- Es lo que hay que ser.
Borges:- No sé si te acordás cuando a mi madre le hicieron una operación, que pudo ser seria. Al sacarla en la camilla, ella quiso darme a entender que esa operación no era nada, que ella seguía siendo Leonor Acevedo, y entonces, con un hilo de voz, me dijo: "¡Salvaje unitaria!". Entonces me di cuenta de que todo estaba bien.
Mujica Lainez:- Tu madre era uno de los últimos seres admirables que yo he conocido.
Vázquez: ¿Cuáles son las ventajas y las desventajas de haber nacido en una ciudad como ésta, tan alejada de Europa y de los Estados Unidos, pero a la que llegaban los exponentes más importantes de la cultura occidental?
Borges:- No sé si venían los exponentes, pero sí sus libros.
Mujica Lainez: -En la época paqueta venían ellos también. Venían por Amigos del Arte.
Borges:- Cierto. Recuerdo que Helena Udaondo me dijo que vendría Chesterton, que ella iba a recibirlo en su casa y que iba a invitarme. Yo me sentí triste, porque pensé: "¡Qué lástima que Chesterton, a quien yo veo como a un hombre mágico, esté aquí en Buenos Aires, conozca a personas que yo conozco y forme parte de esta vida nuestra! ¡Ojalá no venga!". Y efectivamente, no vino y se mantuvo en su condición mágica de un hombre que vivía en un Londres mágico.
Mujica Lainez:- Me parece que la ventaja, cuando hemos tratado los temas de Buenos Aires, es que estaba prácticamente todo por hacer. Si nosotros hubiéramos nacido en Londres o en París, habríamos encontrado todo hecho. Creo que Balzac y Dickens se habían ocupado bastante bien. Mientras que lo que había aquí, antes que nosotros (que conste que yo lo respeto).
Borges:- Pero era casero.
Mujica Lainez:- Claro. Así que se podían hacer cosas interesantes y hemos tratado de hacerlas.
Borges:- Y además tenemos una ventaja sobre los europeos y es que somos, podemos ser, buenos europeos y más europeos que ellos. Porque un italiano corre el hermoso peligro de ser solamente italiano y un inglés de ser inglés; en cambio, nosotros somos herederos de toda la cultura occidental, no tenemos por qué fijarnos en una región más que en otra. Somos lo que queremos y podemos ser. ¡Es una lástima que se haya perdido la hegemonía de Europa! Ahora estamos abandonados a dos países que han de parecerse muchísimo: Rusia y los Estados Unidos. Un bisabuelo mío, inglés, estuvo un año en los Estados Unidos y tuvo ocasión de cambiar unas palabras con un piel roja: "El único caballero que conocí en América!" -dijo. ¡Qué lástima esas dos guerras mundiales europeas! Ahora tenemos a Europa en segundo lugar, y en Europa está todo. Y está nuestro pasado, porque limitarnos al pasado sudamericano sería un poco miserable. Un poco pobre.
Vázquez:- ¿Cuáles son las desventajas?
Borges:- Son tan evidentes que mejor sería ni nombrarlas.
Mujica Lainez:- Voy a hablar egoístamente. Las desventajas para mí, que soy un hombre cuya obra está construida sobre la base del pasado, son que nuestro pasado es hermoso, es un pasado romántico, pero muy limitado. Si yo hubiera sido aunque fuera brasileño, el Imperio, esos reyes desterrados, los negros, el trópico. Todo eso me hubiera dado toda clase de temas. Pensá en la obra de ciertos escritores belgas que han tenido atrás a Flandes y que han hecho esos libros admirables. Yo, con envidia siempre. sin embargo, pensé, como vos, que nosotros éramos los herederos de esas culturas y por eso me di el lujo de escribir Bomarzo, El unicornio, libros de carácter universal, porque creí que tenía ese derecho.
Vázquez:- ¿Qué es lo mejor y lo peor de Buenos Aires?
Mujica Lainez:- Lo mejor de Buenos Aires es que nosotros estemos conversando en este momento.
Borges:- Es que lo mejor es la amistad, que todavía perdura en Buenos Aires y que es una pasión, un sentimiento que se ha perdido en otros países, como se ha perdido el sentido de la familia: parece que nadie tuviera parientes, ni amigos. No hay intimidad.
Mujica Lainez:- Es curioso. Nosotros, a través del tiempo hemos tenido una especie de amistad, me doy cuenta ahora.
Borges:- Desde luego. Una amistad muy importante para mí y una amistad que ha podido prescindir de la frecuentación. Pasamos años sin vernos, pero, de pronto, estoy en un sanatorio, donde me han operado, y Mujica Lainez está a mi lado. Eso es muy importante para mí. Además del placer de la lectura de tus libros.
Mujica Lainez: -El gran vínculo era tu madre. Yo la quería mucho y ella me quería.
Borges:- Sí, es verdad.
Vázquez: ¿Y qué es lo peor de Buenos Aires?
Borges:- Hay tantas cosas peores, que es difícil elegir.
Mujica Lainez:- No creo que entren en una página de la nacion. Tendrían que hacer un número especial.
Vázquez:- El amor que ustedes sienten por Buenos Aires, porque sienten amor, ¿no es cierto?
Borges:- A pesar de Buenos Aires, sí.
Mujica Lainez:- La prueba es que si no, nos hubiéramos ido. Nos hemos quedado siempre acá y casi todos los demás se han ido.
Borges:- Cierto. Me acuerdo que Carriego le decía a mi padre, de un modo un poco campanudo: "Aquí estamos, los dos entrerrianos". Y mi padre le contestaba: "Y, como todos los entrerrianos que pueden, estamos en Buenos Aires".
Vázquez:- Y ese amor tiene algo que ver con los elementos folklóricos: el Sur, el tango, los compadritos, los suburbios.
Borges:- Yo podría prescindir de esos elementos, pero los cuchilleros, ¡caramba!, ésos son un vicio mío.
Mujica Lainez:- Es una geografía tuya.
Borges:- Y posiblemente apócrifa.
Mujica Lainez:- Eso yo no lo he conocido. Siempre he sospechado que esos cuchilleros y esos suburbios y tal, eran anteriores a vos, eran cosas que vos habías oído.
Borges:- ¡Ah!, pero desde luego. Todo eso yo lo debo, no a lo que yo he experimentado, sino a las mentiras del viejo caudillo Paredes, a toda la gente que vi en su casa, que serían tan embusteros como él, y a conversaciones con comisarios, que también tienden a exagerar las cosas, y luego a algunos relatos de los Iberra, de Turdera, también de segunda mano; yo conocí a un primo hermano de los asesinos.
Vázquez:- ¿Y eso no es renegar de las fuentes?
Borges:- No, quizá convenga que las cosas lleguen así. Yo no me comparo con Homero, pero todo le puede haber llegado así.
Mujica Lainez:- Vos tuviste tus mitos y yo, ahora que pienso, también tuve los míos. Porque mi padre, que era un hombre tan especial, que era un clubman. Fijate que nunca, en mi vida entera, lo vi a mi padre vestirse en casa, tenía sus roperos en el Círculo de Armas. Ese hombre, cuando a mí me hablaba de chico de los hombres de su época, de Roca. Eso pasó a ser algo tan mítico como tus cuchilleros.
Borges:- Quizá convenga todo eso; el arte se hace con recuerdos personales y ajenos que llegan, al fin, a ser también personales. Como todo el pasado, como los clásicos.
Mujica Lainez:- Claro, vivimos devorando.
Borges:- Los recuerdos que uno tiene de El Quijote son los recuerdos del patio de la casa. Uno incorpora todo.
Vázquez: ¿A ustedes les gusta vivir en Buenos Aires? ¿Estarían más cómodos en otra ciudad?
Borges:- Quizá para extrañar, para querer a Buenos Aires, convenga estar lejos de ella. Estoy pensando en Joyce que no volvió nunca a Irlanda.
Mujica Lainez:- Henry James, Eliot. Yo sería muy feliz viviendo un tiempo en Venecia o en París.
Borges:- Yo también.
Mujica Lainez:- Pero tendría que volver, de eso no hay duda.
Borges:- Entonces, ¿tenemos el impulso centrífugo?
Mujica Lainez:- Sobre todo los jóvenes.
Borges:- Quizá porque deseamos volver a Europa, porque somos desterrados de algún modo.
Mujica Lainez:- Hay una virtud en los argentinos, que observé no acá, sino viajando, en el extranjero. Los argentinos son muy inteligentes. En Europa, por ejemplo, los he ido encontrando en puestos claves.
Vázquez:- Y haciendo las cosas más disparatadas.
Mujica Lainez:- Sí, por ejemplo, me acuerdo que en Israel hace muchos años, en un instituto donde se hacían estudios sobre tuberculosis, los principales médicos eran argentinos. En Egipto, en El Cairo, el segundo especialista en el Museo de Antigüedades Egipcias, era un argentino. Los directores más importantes de teatro, en París, son argentinos. Hay actores, hay directores.
Vázquez:- El que perfeccionó el traje de los astronautas es un argentino.
Mujica Lainez:- Es cierto. Creo que los argentinos son muy inteligentes. ¡Lástima es que no apliquen esa inteligencia a este país!

bio

JORGE LUIS BORGES
Buenos Aires, 1899
Ginebra, 1986
A los 15 años viajó con su familia a Europa y cursó en Ginebra el bachillerato. Cuando regresó al país publicó su primer libro, Fervor de Buenos Aires (1923). Obtuvo el Premio Nacional de Literatura, el Formentor, dirigió la Biblioteca Nacional y fue distinguido con el premio Cervantes (1980). Su obra -Ficciones, El Aleph, El hacedor y varios volúmenes de poemas- se tradujo a 25 idiomas

MUJICA LAINEZ
Buenos Aires, 1910-1984
Escribió más de 20 libros, como Los ídolos, El viaje de los siete demonios y El escarabajo. Varias novelas y cuentos fueron llevados al cine y la TV, y Alberto Ginastera realizó una ópera a partir de Bomarzo. Recibió el Premio Nacional de Literatura y la Legión de Honor de Francia


Fuente textos: lanacion.com

GUILLERMO ROUX:
"QUISIERA LIBERARME DEL PASADO, YA NO SOY EL MISMO; QUISIERA SER CAPAZ DE REINVENTARME"

Charla íntima con el gran artista plástico que, a los 85 y después de unos años de quietud, hoy se muestra muy activo, libre, hilarante, dibujando con colores a toda orquesta
 Foto: Alejandro Guyot
Foto: Alejandro Guyot
Por Marís Paula Zacharías

Las calles de Martínez huelen a jazmín, a flor de azahar, a pasto húmedo. Pedalear hasta la casa del maestro Guillermo Roux, arrimar una vez más la silla junto a su sillón, es como renovar un ritual. El té frutal, el budín casero, las luces encendidas, las puertas cerradas, los gatos acomodados para dormir al arrullo de nuestras voces. El ejercicio del recuerdo es algo que venimos haciendo cada semana desde que comenzó el año, cuando empezamos a escribir sus memorias conversadas, a repasar cada pasaje de su vida. Pero hoy el encuentro es distinto. Para empezar, no estamos solos. Un fotógrafo pone performático a Roux, 85 años, pintor de caballete: se divierte pensando poses, juegos, pinta un ojo en un cartón y se lo pega en la frente, habla con una cabeza de utilería de su taller como si fuera un oráculo, toca una trompeta, se ríe, se pone serio... Una idea le sugiere la otra y así. El juego parece ser una parte importante de su vida. "A veces parezco más serio, pero siempre parto de un juego: dramático, triste, romántico, absurdo, contenido... Así la realidad no tiene límites. Si cada situación que vivo no se transforma en una sucesión de imágenes, música o palabras, no hay posibilidad de hacer nada, para mí."
-¿Pintar supone ese estado mental dispuesto a divertirse?
-Es liberador lo que siento. No me limita el pensamiento. Y así, cuando estoy dibujando o pintando, también se me puede ocurrir el sonido de una orquesta. Sobre todo con el color. No pienso en un rojo o un verde. Pienso, ¿y si acá sale un trombón? ¡Acá violines! Para los verdes, en general, evoco al perfume del pasto después de la lluvia, un olor que me atraía muchísimo en mi infancia. Todas las teorías del color siempre me parecieron absurdas. Si hay una armonía o relación es porque la hay, no porque yo la haya calculado.
Debería encontrar la actuación, pero no la encuentro exactamente: pienso mucho en la muerte. Pero al mismo tiempo, valoro muchísimo más el instante
-¿Cada vez más liberado?
-Va en aumento. Soy más libre. Hay tantas cosas que ya no me importan, aunque simulo que sí, porque uno aprende a convivir en sociedad. Internamente voy siguiendo mi camino. Pero ahora hay momentos que no son tan de broma. Debería encontrar la actuación, pero no la encuentro exactamente: pienso mucho en la muerte. Pero al mismo tiempo, valoro muchísimo más el instante. Y lo que me acontece, lo que veo, oigo y siento vale por mil. Lo que antes podía dejar pasar, hoy no: todo tiene una importancia. Todo tiene un sentido multiplicado. Veo una nube y me parece maravillosa. Es una nube, sí. Pero no va a haber otra.
-No como ésa.
-No. Habrá otras. Estoy mucho más atento a las estaciones. Voy sintiendo en el aire cuando se acerca el otoño o el verano. Percibo con mucha más fuerza el tiempo que pasa, la mañana y la noche. El dormir ahora tiene otro sentido. Hoy es una parte muy importante de la vida. Me gusta. Pero soy consciente de dormir. Lo disfruto. Aunque a veces estas ideas siguen a la noche y no puedo conciliar el sueño. Me vienen a la mente caras, figuras o cosas que alguna vez he visto. O no. Anoche apareció el perfil de un joven recostado y el perfil de una joven, y ella trataba de colocar el mentón en el tabique de la nariz de él. Trataba de que encajaran, y seguía dibujando el resto de la imagen.
Percibo con mucha más fuerza el tiempo que pasa, la mañana y la noche. El dormir ahora tiene otro sentido. Hoy es una parte muy importante de la vida. Me gusta. Pero soy consciente de dormir. Lo disfruto.
-Pero no lo dibujó.
-No, me entretuve pensándolo hasta que me dormí. Juegos así se me presentan a cada rato.
Las ocurrencias lo persiguen, incluso cuando lee el diario. Se siente interpelado por las fotografías. Por ejemplo, Jorge Capitanich gesticula y Roux siente que tiene en brazos una liebre muerta. Hace justicia al pintársela con pasteles. Se divierte mucho con ese ejercicio cotidiano. A Alejandra Gils Carbó , procuradora general de la Nación, le hace un pico largo, de pájaro.
-Abro el diario. Hay tragedias que no admiten más que asombro, dolor o angustia. Ahí miro lo que tengo que mirar. Pero para el otro 90 por ciento de personajes y situaciones, no leo los títulos. Primero miro las fotos. Después vuelvo al título. Veo si se corresponden. Me gustaría que no. Cambio la foto. O a veces cambio una palabra al título. Leer en serio el diario es un esfuerzo, y también lo hago. Pero veo la foto de Capitanich y digo: éste tiene una liebre muerta. Vaya a saber por qué. ¡Le queda tan bien! Ahora siempre va a tener a la liebre en brazos. Me divierto como loco.




Foto: Alejandro Guyot

-Con ese ánimo va a la juguetería a buscar a sus modelos.
-Nunca busco nada. Voy paseando la vista hasta que ¡tac! algo me agarró. Y no discuto más. Lo respeto. Obedezco. En realidad, me atrae todo. Por ejemplo, hay una vidriera de trajes de hombre que me tiene intrigado, pero no me dejan sacar fotos. Ya me echaron dos o tres veces. Todo perfectamente puesto. Hay también un negocio que vende vestidos de mujer, que quieren ser lujosos pero son kitsch. Pero hay un equilibrio entre el gusto de lo que usan las mujeres en la calle y cómo las viste el vidrierista. Un vestido de casamiento con lentejuelas mezclado con una blusa a florones, una diadema y la peluca con bucles. ¡Y la cara de los maniquíes! Yo lo quise conocer al hombre, saber de dónde partía, cómo componía, pero nunca me quiso recibir. Yo quería pedirle que me enseñe cómo hacer vidrieras.
-Además, ahora está jugando al correo con Carlos Alonso.
-Inauguramos el 27 de noviembre la exposición en la galería RO Art [Paraná 1158], con el resultado de esta experiencia muy enriquecedora que supuso más de un año de trabajo. Carlos hacía medio dibujo y me lo mandaba desde Unquillo. Yo tenía que responder en la otra mitad de la página. Fue un juego lindísimo.
-Éste ha sido un año muy activo.
-Estamos recordando mi vida, para el libro. Viajé. Pinté. Y también se está haciendo una película del mural Homenaje a Buenos Aires, que pinté para una torre de César Pelli, dirigida por Martín Serra. Está en edición. Cuenta la historia de ese mural, de lo que acontecía en Buenos Aires cuando lo pintaba en 2001, y de lo que fue esa zona alguna vez: pastizales y vacas. Describe cómo se fue transformando ese lugar desde el año 1929, en que yo nací, hasta hoy.
A veces un campanazo te llama la atención y, entonces, en cierta manera, agradecés la enfermedad y el dolor. Es muy difícil de decir. Pero la imposibilidad es una gran posibilidad para crecer y ser mejor
-Hace dos años usted no podía ni caminar. ¿Se imaginaba toda esta agenda?
-Jamás. Una noche dije se terminó todo. Estaba tapado de dolor. No pude dibujar, caminar, ni nada durante un año, por la depresión y el dolor. Pero recuerdo que una noche de insomnio me senté a la mesa y había una copa delante de mí. Me quedé absorto mirándola. Lo único que existía en el universo para mí era esa copa. Así que agarré un pedazo de papel y la dibujé, como si nunca la hubiese visto. Como si recién la estuviera descubriendo. Mi lápiz era tembloroso. Iba con cuidado con ese hallazgo arqueológico. Me pasé toda la noche con esa copa. Y fue el comienzo, porque después empecé a ver todo lo demás de diferente manera. Todo tenía que ser dibujado para conocerlo.
-Fue duro aquel trance.
-A veces un campanazo te llama la atención y, entonces, en cierta manera, agradecés la enfermedad y el dolor. Es muy difícil de decir. Pero la imposibilidad es una gran posibilidad para crecer y ser mejor. Hay un transcurrir que no está en nuestras manos que ni siquiera lo podemos entender. En realidad, no manejamos nada. Nos jugamos en algunas decisiones y creemos que podemos. ¿Podemos? Podemos un poquito. Pero decide la vida. Y lo más importante de este mundo es gratuito.
Una cuchara. Una cafetera. Cubiertos. Sartenes. Dibujando con carbonilla y de noche, fue saliendo de la postración que le dejó un esfuerzo sobrehumano: a los 82 años, había pintado para la Cámara de Diputados de Santa Fe el gran mural La Constitución guía al pueblo, de 3,45 x 6.51 metros. En el entusiasmo, no midió fuerzas. De a poco, con rehabilitación en una pileta a la que sigue yendo religiosamente todos los días, logró restablecer el sentido del equilibrio y recuperar la movilidad. Le quedó como secuela una larga serie de dibujos que mostró en el Museo Nacional de Arte Decorativo, naturalezas muertas monocromáticas. Pero ya recuperó el color, y aparecieron en sus dibujos el disparate, el asombro y la alegría. En un aparador, al lado de gruesos libros de arte y copas de cristal, acumula juguetitos. Pinta patos que se hacen pasar por cisnes, Minnie en escenarios inverosímiles, animalitos de plástico, una pareja de títeres, una Barbie voluptuosa y una Blancanieves de cotillón. Pero lo que más aparece en sus pinturas últimamente son hadas. Desnudas y con cara de fastidio salen de entre las hojas de un potus, duermen en el cajón de los cubiertos, se esconden detrás de un jarrón o bailan como ninfas.

VIDEO

"La constitución guia al pueblo"
Mural de la Cámara de Diputados de Guillermo RouX

https://www.youtube.com/watch?v=p-iRPvLE_qE&feature=player_detailpage


-¿De dónde vienen esas hadas?
-De noche me siento en el jardín a tomar fresco y pasan como lucecitas. O las intuyo en las pelusitas que se ven en los rayos de sol. Pero el mundo de hoy mató a las hadas. O se escondieron esperando un tiempo mejor. Yo estoy atento. Hay todo un mundo maravilloso por descubrir. Acá. Todo está a mi alrededor.
-No hace falta viajar lejos para encontrar inspiración.
-No, la prueba está en que viajé a Madrid sólo para ver una exposición de mi hija Alejandra, maravillosa muestra, y para conocer a su familia española, y no fui a ningún museo. No dibujé tampoco.
He acumulado imágenes y sensaciones. Menos importante es la palabra para mí. Entre una mirada y todo un discurso, me quedo con la mirada.
-¿No trabaja de maestro?
-¡En absoluto! Lo que necesito es aprender. Es cierto que ya he aprendido muchas cosas. Tengo un oficio. Pero en este momento estoy alterando muchos de esos aprendizajes. Quisiera liberarme del pasado. Porque no soy el mismo. Quisiera ser capaz de reinventarme en mi totalidad. Me queda un alfabeto, un diccionario: pienso en un color como en un sabor o un sonido. He acumulado imágenes y sensaciones. Menos importante es la palabra para mí. Entre una mirada y todo un discurso, me quedo con la mirada.
-Siempre vuelve al cuerpo femenino.
-Es el tema básico, fundamental. Todo es la mujer. Aunque dibuje un árbol. La forma parte de ahí. La mujer es en su totalidad demasiado. Es mucho. Entonces, hay que centrarse en pedacitos. El hombro, por ejemplo. En la curva del hombro puedo pasar todo el tiempo que quiero, porque ahí están las colinas de un paisaje o el desierto del Sahara, con esas ondulaciones dulces, suaves y tan peligrosas. Los oasis. Últimamente me atraen las revistas de moda. Me gustan mucho. Me interesa observar el maquillaje: hace 50 años se ponían color en el cachete y ahora se lo ponen en la sien, casi, bajando hacia el pómulo. Nada ha superado a Egipto, de todas formas, a la boca dibujada de Nefertiti, ni a los ojos de Cleopatra.
Cuando toco una barrita de pastel o de carbonilla siento un infinito placer, una felicidad interna. Sólo al momento de tocarlo. A tal punto que tengo que dibujar cualquier cosita antes de irme a dormir. Cuando no puedo dormir, hago un dibujito.
-¿Cómo ve el arte actual?
-Arte es una palabra que me fastidia mucho últimamente. ¡Está tan usada! Parece que todo es arte. En esa jungla de equívocos no sabemos a estas alturas qué es arte. Hay muchas manifestaciones más o menos ingeniosas... sorprendentes. Pero, como en todos los tiempos, hay quien tiene más o menos capacidad. La gran mayoría, y voy a usar una palabra rara, son académicos de la manera esa. La repiten. Porque la Academia no es solamente dibujar un desnudo, una fruta, una flor, sino que es repetir una imagen o un gesto sin sentido porque sabemos que ese gesto es lo que se hace. Se puede pintar una naturaleza muerta y no ser académico. Depende de quién lo haga. Esto tiene que ver con la sociedad, que engendra el fruto que le corresponde. Simboliza su sentir. Creo que hay una falta de sentido de trascendencia, que vacía las cosas de contenido. Vivimos en una sociedad de consumo que prioriza el dinero. Por eso, más valdría exhibir dinero, que sería la expresión justa de nuestro momento.
-De hecho, en el último ArteBA fueron sensación unas bolas de cristal con un millón de dólares picado adentro.
-Eso es lo que es. Por eso, a mí no me gusta la palabra arte. Prefiero llamar a lo mío trabajos.
-¿Qué lo hace feliz?
-Cuando toco una barrita de pastel o de carbonilla siento un infinito placer, una felicidad interna. Sólo al momento de tocarlo. A tal punto que tengo que dibujar cualquier cosita antes de irme a dormir. Cuando no puedo dormir, hago un dibujito.

LA NACIÓN, un diario divertido

Roux se divierte mucho cuando lee el diario. Interpelado por las fotografías, deja el texto para el final. Reinterpreta las imágenes, las interviene. Así, el juez Griesa aparece con cofia y chupete, y un grupo de procesados por lavado de dinero se convierte en uno de ositos... "¡Qué lindo sería el diario así, con fotos que no tuvieran que ver con la realidad", suelta, y sigue imaginando realidades..


Fuente: lanacion.com

LA COLECCIÓN MALDITA DE GURLITT PODRÍA IR A SUIZA

Cornelius Gurlitt legó toda su colección al Museo de Bellas Artes de Berna, según anunció la institución suiza un día después de la muerte del famoso coleccionista alemán que poseía un tesoro incalculable de obras de arte, incluidas pinturas que habrían sido espoleadas por los nazis a los judíos.

El Museo de Arte de Berna, heredero universal de la fabulosa colección de Cornelius Gurlitt. (Ex-press)
El Museo de Arte de Berna, heredero universal de la fabulosa colección de Cornelius Gurlitt.Foto Ex - press


“Esta noticia, absolutamente inesperada, causó una enorme sorpresa. El Sr. Gurlitt y el Museo de Arte no tuvieron nunca, en ningún momento, la menor relación”, subraya la dirección del museo en un comunicado.
Y agrega que el abogado de Cornelius Gurlitt, Christoph Edel, les informó este miércoles, vía telefónica y por escrito, que “el Sr. Cornelius Gurlitt instituyó como legatario universal a la fundación de derecho privado del Museo de Arte de Berna”.
El texto precisa que si bien el consejo de fundación y la dirección del establecimiento “experimentan un sentimiento de reconocimiento y de feliz sorpresa”, no pueden ocultar que ese notable legado les impone “una responsabilidad considerable y les plantea una serie de interrogantes espinosos, en particular de naturaleza jurídica y ética”.
En su comunicado, la dirección del Museo asienta su imposibilidad inmediata de posicionarse hasta no haber consultado “los documentos esenciales y establecer un primer contacto con las autoridades competentes”.

El hallazgo


Cornelius Gurlitt, quien murió como consecuencia de una padecimiento cardiaco, solía viajar frecuentemente a Suiza.
En septiembre de 2010, su comportamiento llamó la atención de los funcionarios de aduana alemanes. Llevaba 9.000 euros en efectivo. Gurlitt alegó que acababa de efectuar una transacción con la Galería Kornfeld en Berna. El caso levantó sospechas de evasión fiscal.
La Galería Kornfeld, casa de subastas en Berna, desmintió más tarde que Gurlitt hubiera acudido en septiembre de 2010. “El último negocio y contacto personal entre la Galería Kornfeld y Cornelius Gurlitt se remonta a 1990”.
Convencidas de que Gurlitt disponía de más ingresos que no había declarado, las autoridades ordenaron registrar su vivienda. Pero en lugar de dinero, hallaron 1.400 lienzos escondidos detrás de latas de conserva vacías apiladas desde el suelo hasta el techo y montañas de desechos.
Más de 200 obras, de un valor incalculable, eran objeto de una orden de búsqueda internacional emitida mucho antes.
La colección, cuyo valor supera los 1.230 millones de francos, habría sido reunida por el padre de Cornelius, el historiador de arte, Hildebrand Gurlitt.

Egon Schiele, ‘Retrato de Wally’ (1912). La obra fue a parar al Museo Leopold de Viena después de la guerra. El caso estalló en 1997 y contribuyó a la adopción de los Principios de Washington. ()
Egon Schiele, ‘Retrato de Wally’ (1912). La obra fue a parar al Museo Leopold de Viena después de la guerra. El caso estalló en 1997 y contribuyó a la adopción de los Principios de Washington.


La colección

Hildebrand Gurlitt habría adquirido las obras por muy poco dinero de familias judías que huían del país, o las había obtenido a través del proceso de confiscación que emprendieron los nazis para eliminar el arte “degenerado” en suelo germano. Y es que los nazis menospreciaban el arte contemporáneo.
Se ha dicho que la principal razón por la que las autoridades alemanas mantuvieron en secreto este hallazgo durante los últimos dos años y medio es una ley de 1938 que aprobaron los nazis para legalizar la confiscación de arte degenerado y que nunca fue revocada.
Aunque, en  teoría, Cornelius Gurlitt podría ser el propietario legítimo, en abril pasado, había concluido un acuerdo con el Estado alemán para la restitución de obras espoliadas, luego de las investigaciones pertinentes, en un lapso de un año.

Fuente:swissinfo.ch y agencias