OTRO CAPÍTULO SOBRE LOS MONUMENTOS:
VUELVE LA POLÉMICA POR AZURDUY Y COLÓN

En la audiencia por la reubicación de la estatua de la heroína de la independencia, se coló la preocupación sobre la de Colón, aún desmantelada. Los vecinos apuntan a preservarlas. 

Otro capítulo sobre los monumentos: vuelve la polémica por Azurduy y Colón
    Azurduy. La obra fue emplazada en 2015. Es de Andrés Zerneri. /Emmanuel Fernandez








Silvia Gómez

Las audiencia públicas generan algo de desazón en los vecinos. No son vinculantes -es decir, no tienen la fuerza para cambiar una ley- y eso provoca desde el arranque una idea de batalla perdida. Ayer, en el Salón Dorado de la Legislatura porteña, fue el turno de debatir la reubicación de los monumentos de Juana Azurduy y Juan de Garay. El primero ubicado en el Parque Colón, detrás de la Casa Rosada, y el segundo, en una plazoleta que se usa cómo dársena de giro en Rivadavia y Alem. Ambos traslados se vinculan con obras en la zona: el Paseo y el Parque del Bajo. Se trata de un corredor vial en trinchera que conectará de norte a sur las autopistas Buenos Aires -La Plata y la Illia y además, un parque lineal que transformará la parte trasera de la Rosada.
Si bien la audiencia pública tenía como eje el debate sobre los monumentos de Juana Azurduy y Juan de Garay, la exposición de los vecinos y referentes de organizaciones no gubernamentales, giró en torno al de Cristóbal Colón, que continúa desmantelado en Costanera Norte, frente al Aeroparque.
El presidente del Museo Histórico de La Boca, Rubén Granara Insúa, fue implacabl“Esto es una gran parodia. Los legisladores no prestan atención, los funcionarios están mirando sus teléfonos y transmiten aburrimiento en sus caras. Sin embargo, les quiero aclarar que estamos acá porque no queremos ser cómplices”, sentenció y se mostró contrariado por los cambios que se avecinan en la zona y el abandono al que fue sometido el monumento al navegante genovés, tallado en mármol y donado por los inmigrantes italianos en 1921.
"Esto es una gran parodia. Los legisladores no prestan atención, los funcionarios están mirando sus teléfonos y transmiten aburrimiento en sus caras, dijo el presidente del Museo Histórico de La Boca, Rubén Granara Insúa.
Otro vecino pidió reflexión a los funcionarios: “Es una obra faraónica. Primero están los derechos de los vecinos que hoy quizá están en la calle y sin ayuda del Estado. Después, podemos darle prioridad a los pastitos verdes”, chicaneo Luis Ordoño. Marisa Corgatelli cuestionó que no se diga nada sobre la destrucción del basamento en donde se erigió durante casi 90 años el monumento de Colón. Hoy cubierto de lajas es el de Azurduy: “Era parte del conjunto, de 15 esculturas”, detalló. Mónica hizo hincapié en el arbolado y en la Aduana Taylor: “Los funcionarios ponen como ejemplo el Metrobus de la 9 de Julio y es un triste ejemplo. Por otro lado, me preocupa el impacto que pueda tener esta obra en la Aduana”, destacó la mujer y fue aplaudida. María Teresa Gutiérrez se mostró preocupada “porque la conservación del patrimonio no puede quedar en manos de políticos y funcionarios transitorios”.
Mario Chiesa, del movimiento Colón en su Lugar, recordó que la Suprema Corte de Justicia todavía tiene que fallar sobre el destino final del monumento a Colón y temió que la obra del Parque del Bajo “destruya la memoria histórica del lugar”.
Otro capítulo sobre los monumentos: vuelve la polémica por Azurduy y Colón
    Parque del Bajo.



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"Temo que la obra del Parque del Bajo destruya la memoria histórica del lugar", dijo Mario Chiesa, del movimiento Colón en su Lugar.
Por la Ciudad estuvieron funcionarios del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte: el subsecretario de Obras, Marcelo Palacio; Guillermo Raddavero, de la subsecretaría de Planeamiento, y Guadalupe Rodríguez Marcaída, por la secretaría de Transporte. Aseguraron que no hay disidencias respecto del proyecto desde ningún bloque legislativo. Y lo defendieron: en un polígono que abarca desde avenida Belgrano hasta Corrientes, en el eje Alem -Paseo Colón, la Ciudad construirá el Parque del Bajo. Vinculará espacios verdes existentes -aunque degradados- con parques nuevos.
Según las estimaciones del Gobierno porteño, tendrá 60 mil m2. Además se reducirá la “panza” de la Avenida de la Rábida, ampliando lo que hoy es una estrecha vereda. Esta idea obliga a reorganizar el acervo de monumentos ubicados en la zona: Juana se mudaría frente al ingreso principal del CCK, sobre la calle Perón, y muy cerca también estaría Juan de Garay.
Esta obra permitiría vincular alrededor de 860 metros lineales de parque, caminando desde Belgrano hasta Corrientes. A su vez este Parque del Bajo generará un nexo desde el área central de la Ciudad hacia Puerto Madero.


Fuente:clarin.com

1 comentario:

  1. Es absolutamente descabellado ubicar un monumento de 26 metros de altura como el de Cristóbal Colón junto a un aeropuerto desde el cual parten y al que llegan diariamente cientos de vuelos de cabotaje e internacionales de todo tamaño, desde aviones biplaza hasta grandes jets. El tema no resiste el mínimo análisis. Hasta un chico de tres años se daría cuenta de eso. ¿O se olvidan de lo que fue la tragedia de LAPA? Más allá de lo que pronostican y desaconsejan los especialistas en relación con el mal que le causarían a la obra en cuestión los vapores de naftas aéreas emanadas por los aviones del Aeroparque y por la constante humedad y los microorganismos de las contaminadas aguas del río.
    El Monumento a Colón, que fue donado por la colonia italiana de todo el país a la totalidad del pueblo argentino - no al Poder Ejecutivo Nacional - con motivo del primer centenario de la Revolución de Mayo de 1810, debe volver al lugar en el que estaba desde 1921 y del cual nunca debió haber salido.
    Será una justa manera de reparar aunque sea en parte el atropello bestial y la sinrazón delirante que implicó haber hecho destruir una obra de arte fantástica al modo de los Talibán y del ISIS por el capricho de una presidenta, siguiendo las indicaciones de su inspirador bolivariano, con la excusa de que Colón fue un genocida.
    Cristóbal Colón nunca necesitó ser un genocida porque fue un descubridor y no un conquistador, como pasó con Francisco Pizarro y Hernán Cortés.
    La gran obra de Arnaldo Zocchi tiene ahora partes originales de mármol blanco faltantes que deberán ser repuestas por otras fabricadas especialmente con marmolina como única manera de poder rearmarlo.
    Que Dios ilumine a los miembros de nuestra Suprema Corte de Justicia para que decidan con verdadera Justicia esta reparación histórica que la ciudadanía decente mayoritaria espera a la mayor brevedad posible.

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