Según la investigación de dos autores que en 1990 ganaron el Premio Pulitzer, habría sido un accidente. Hasta hoy, se creía que el pintor se había suicidado.
Vincent Van Gogh era un genio y estaba un poco trastornado: es
un punto de quiebre en la historia de la pintura, se cortó una oreja y a
sus 37 años le gustaba jugar con chicos. Pero no se suicidó. Según una
nueva investigación, lo mataron 2 chicos por accidente. Mala pata.
Los
que tiran por la borda la teoría del famoso suicidio no son dos
improvisados. Son Steven Naifeh y Gregory White Smith, ganadores de un
Premio Pulitzer, en 1990, por la biografía del pintor Jackson Pollock.
Son los autores de Van Gogh: la vida, el libro que hoy sale a la venta en los Estados Unidos y que ya sacudió al mundo del arte. Naifeh habló con Clarín de su investigación y de cómo los hermanos Gastón y René Secrétan mataron al genio holandés. Estaban jugando a los cowboys
en un descampado de Auvers– y no en el campo como se cree– y un tiro
se habría disparado. “Van Gogh (que no murió inmediatamente), no quiso
incriminarlos, prefirió pretegerlos y su muerte sirvió como una salida
de una vida difícil”, relata Naifeh por teléfono.
El dato
–cuenta– emergió principalmente de una entrevista que dio René, el más
chico de los hermanos, a un diario francés en 1957, un año antes de
morir. “Admite que era su arma y, además, cuenta las maldades que le
hacían a Vincent y cómo lo torturaban: ponían sal en su café, una víbora
en sus pantalones y, como sabían cuán frustrado estaba sexualmente,
traían chicas para que coquetearan con él de una manera violenta”.
Vincent, sin embargo los quería y llamaba a René “Buffalo Bill”.
Textos de John Rewald, uno de los principales investigadores del
impresionismo y post-impresionismo confirmaron la presunción de los
autores. Cuando Rewald visitó Auvers, 10 años después de la muerte de
Van Gogh, la versión del accidente era la única que circulaba. El arma
nunca apareció. ¿Tenía Van Gogh interés en esos muchachos? “Jamás tuvo
inclinaciones homosexuales o pederastas. Su único vínculo de largo plazo
fue una relación de un año con la prostituta Sien Hoornik. Siempre le
pagó, aunque la considerara casi una esposa. Tenía encuentros con
prostitutas básicamente”, explica Naifeh. Van Gogh estaba solo y la
compañía tortuosas de los dos hermanos lo habría aliviado.
El
Museo de Van Gogh, en Amsterdam, no tardó en desmentir a los
investigadores: “La teoría de homicidio imprudente no está bien
sustentada”, dijo uno de sus voceros. Naifeh bajó la tensión: “Las
instituciones tienen que ser cautas, nosotros no hablamos de asesinatos,
los titulares sí”.
Para Naifeh, la teoría del suicidio fue instalada por Irving Stone, autor de Anhelo de vivir, que inspiró la película de Minelli (Ver Un personaje...)
y por el “falso testimonio” de Adeline Ravoux, la hija de los dueños de
la pensión donde se hospedaba el pintor cuando murió. Además, aporta el
investigador, con su debilitado estado mental, el artista difícilmente
hubiera conseguido un arma.
La discusión sobre el suicidio tapó
otras revelaciones. Como que la familia culpó a Vincent por el infarto
que mató a su padre. O que, al momento de morir –contrariamente a lo que
se cree– comenzaba a obtener encargos y reconocimiento. Los
investigadores también responden por qué Vincent dejó a su hermano Theo
en París, en 1888, si siempre había querido vivir con él. “Theo tenía
sífilis y Vincent no quería ser una carga emocional ni financiera. Fue
una decisión generosa, igual que la de proteger a esos dos muchachos”.
UN PERSONAJE PARA EL CINE
UN PERSONAJE PARA EL CINE
“Pasión y violencia” prometía la película “El loco del pelo
rojo” (Lust for life) que Vincent Minelli filmó en 1956 y en la que el
pintor tenía la cara de Kirk Douglas. Douglas fue un Van Gogh
atormentado, angustiado y en tensión con su amigo Paul Gauguin,
compuesto por Anthony Quinn.
En 1990, Robert Altman retomó el personaje y filmó “Vincent & Theo”, con un mucho menos proteico Tim Roth como Vincent. Narra la difícil relación del artista con su hermano Paul.
En 1990, Robert Altman retomó el personaje y filmó “Vincent & Theo”, con un mucho menos proteico Tim Roth como Vincent. Narra la difícil relación del artista con su hermano Paul.
Fuente: Revista Ñ Clarín
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