El Monumento a Sarmiento, obra del genial Auguste Rodin, que está
considerado el padre de la Escultura moderna, es uno de los más grandes
lujos escultóricos entre los muchos que tiene Buenos Aires.
Está en muy mal estado de conservación.
Hace
ya varios años, le pedí a Carlos Grosso, cuando durante la presidencia
de Carlos Menem era Intendente de Buenos Aires, que hiciera hacer una
muy buena réplica con los materiales más tecnológicos de los que se
disponía entonces, que hiciera restaurar y guardara el Monumento a
Sarmiento en el Museo Nacional de Bellas Artes, como una manera de
preservarlo para las futuras generaciones.
Ante mi sorpresa, Grosso me contestó que él era un intendente peronista y que, si hacía eso, lo colgarían de las orejas.
Yo,
estupefacto por la respuesta de Grosso, volví a la carga y le pregunté
qué tenía que ver el tema planteado con las banderías políticas y le
señalé que su obligación como funcionario era proteger el patrimonio
cultural de todos.
Grosso, adujo entonces que había un conflicto de jurisdicciones, puesto que el Monumento era municipal y el Museo, nacional.
A
la distancia, pienso ahora que aquel fue un momento único para hacer la
audaz jugada para hacer que le pedí a Grosso, puesto que él estaba
nombrado por Carlos Menem, que era el presidente de la Nación, que lo
había nombrado en su cargo, antes de que los jefes de Gobierno de la
Ciudad fueran elegidos por los porteños.
Por
las dudas dejo debidamente aclarado que en este caso, justifico hacer
una muy buena réplica de la obra original de Rodin, para reemplazarla en
el lugar donde está actualmente, porque se trata de salvar a la obra
original de la destrucción total. Se lo debe hacer por fuerza mayor.
El
caso de los dos juegos de réplicas de las dos obras de Lola Mora que se
hicieron y que dos se colocaron en el frente del edificio del Congreso
Nacional y otras dos quedaron en la Provincia de Jujuy, es muy
diferente.
En
ese caso se pretendió reivindicar a Lola Mora en el frente del Congreso
Nacional, con dos reproducciones de obras pudiendo haber restituido las
dos obras originales, lo que sí hubiera sido la verdadera
reivindicación.
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El Presidente Julio A. Roca inaugura el Monumento a Sarmiento, el 25 de mayo de 1900
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MONUMENTAL EMERGENCIA MONUMENTAL
Por Pedro L. Baliña.
- Buenos Aires, 2010
Los
porteños podemos sentirnos orgullosos de la bien ganada fama de nuestra
Ciudad por la cantidad y calidad de sus monumentos. De lo que no
podemos jactarnos es de tratarlos como correspondería hacerlo ni de
mostrarlos o ponerlos en valor adecuadamente.
Hace
tiempo, me lo presentaron a Carlos Grosso cuando era Intendente de
Buenos Aires. Enseguida le hice un pedido: que guardase el monumento a
Sarmiento, hecho por el genial Auguste Rodin e inaugurado por el
Presidente Julio A. Roca el 25 de mayo de 1900, en el Museo Nacional de
Bellas Artes y que en su lugar emplazara una buena réplica hecha con los
últimos materiales que se conseguían por aquel entonces para poder
hacerla. La idea era preservar la obra original de Rodin - se encuentra
en el cruce de las avenidas del Libertador y Sarmiento - de los
permanentes ataques y agresiones de todo tipo que recibe por recordar a
quien recuerda. Ante mi estupor, Grosso me contestó que él era un
intendente peronista y que si él hacía eso, lo colgarían de las orejas.
Yo le señalé a Grosso que, independientemente de las banderías
políticas, como Intendente él tenía la obligación de proteger el
patrimonio de todos los ciudadanos de Buenos Aires. Y volví a
fundamentar el pedido que le hice más in extenso. Entonces Grosso me
contestó que había un conflicto de jurisdicciones, puesto que el
monumento en cuestión era municipal y el Museo Nacional de Bellas Artes,
como su nombre lo indica, era patrimonio de la Nación. Lástima que no
hubo esos conflictos entre jurisdicciones con otros muy sonados casos
del período de gobierno de Grosso.
El
monumento a Sarmiento, curiosa o irónicamente ubicado sobre el casco de
la chacra “Palermo de San Benito”, desde la cual su más acérrimo
enemigo, Juan Manuel de Rosas, decidía sobre la suerte de sus
connacionales, es el único Rodin auténtico, “de puño y letra”, que hay
en los espacios públicos de la capital de la República Argentina. Estaba
compuesto por tres piezas: la figura de Sarmiento, fundida en bronce
con la técnica de la cera perdida, el basamento o pedestal, íntegramente
esculpido por Rodin en mármol blanco (tiene al frente a Apolo luchando
contra la hidra y, en su parte posterior, un espectacular Escudo
Nacional) y, en la base, una placa, también hecha por Rodin y de bronce
fundido a la cera perdida, muy Art Nouveau (Rodin murió en 1917, pleno
auge de ese estilo) que era en sí toda una obra de arte.
Y
digo “era”, en pasado, porque al poco tiempo de mi pedido a Carlos
Grosso, dicha placa fue robada para ser fundida y vendida por kilo de
bronce. Ya era tarde para actuar preventivamente.
Reconozco
que fui un iluso al creer que Grosso, por ser un Licenciado en
Literatura, egresado de Filosofía y Letras, iba a ser algo más permeable
que el común de la gente a la idea de preservar el patrimonio artístico
y cultural de los porteños.
Hace
muy poco me acerqué a mirar y fotografiar el citado monumento y
comprobé que su basamento está muy fisurado como resultado de los
evidentes movimientos que ha sufrido el terreno desde principios del
siglo XX hasta ahora, muy probablemente por tener un cimiento
insuficiente. Creo que urge actuar, ya no preventiva sino curativamente.
Además,
al monumento se le ha hecho por delante un enorme cantero con plantas
demasiado altas que desde el nivel de la vereda y de la calle,
visualmente le amputan su mitad inferior.
Miles
y miles de estudiantes festejan su día y la llegada de la Primavera en
Palermo. Es muy probable que el pobre Sarmiento de Rodin haya ligado,
una vez más, alguna bomba de pintura o alquitrán o hasta incluso comida o
pintadas con aerosoles, que penetran en las porosidades del mármol
blanco y son muy difíciles de remover.
¿No
podrá tomar el toro por las astas el Gobierno de la Ciudad y, allanando
los caminos, ponerse de acuerdo con la Secretaría de Cultura de la
Presidencia de la Nación y dar en préstamo, comodato o lo que sea, a la
Nación a esa obra absolutamente irrepetible de Rodin, a fin de que se la
reciba en nuestro principal Museo para tenerla en custodia y poder así
preservarla para las futuras generaciones? Tal como está en custodia el
sable corvo del Libertador, en el bonito edificio Secesión Vienesa que
sirve de sede a la Jefatura del Regimiento de Granaderos a Caballo por
él creado, en su actual cuartel de Palermo.
La
misma suerte debería sufrir el Heracles Arquero de Antoine Bourdelle,
principal discípulo de Rodin, que está en el cruce de las avenidas
Pueyrredón y Figueroa Alcorta. Ese bronce tiene un alto precio en el
mercado negro internacional de obras de arte y es candidato a ser robado
por encargo, como ya ha ocurrido con otros importantes bronces del
acervo de la Ciudad que han faltado y han sido vendidos en el exterior
sin que nadie se inmutase. Dichos bronces no serán recuperados jamás.
La
lista es interminable: al Canning del escultor Alberto Lagos, que fuera
tirado al Río de la Plata durante la Guerra de las Malvinas, le
amputaron su mano izquierda. Los bustos de bronce de Gabriela Mistral y
de Pablo Neruda fueron robados de la Plaza Chile ante impasibles
paseantes.
Como
ocurre con nuestra actual situación de inseguridad, hace falta tomar
urgentes medidas para enfrentar la grave contingencia que embarga al
patrimonio escultórico de Buenos Aires.
Hagamos algo antes de que sea tarde y de que nos quedemos sin nada.
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El Monumento a Sarmiento en la actualidad.
En
la base, el Monumento a Sarmiento tenía una placa, también hecha por
Rodin y de bronce fundido a la cera perdida, muy Art Nouveau (Rodin
murió en 1917, pleno auge de ese estilo) que era en sí toda una obra de arte.
Y digo “era”, en pasado, poruqe
al poco tiempo de mi pedido a Carlos Grosso, dicha placa fue robada
para ser fundida y vendida por kilo de bronce. Ya era tarde para actuar
preventivamente.
Reconozco
que fui un iluso al creer que Grosso, por ser un Licenciado en
Literatura, egresado de Filosofía y Letras, iba a ser algo más permeable
que el común de la gente a la idea de preservar el patrimonio
artístico y cultural de los porteños.
Miles
y miles de estudiantes festejan su día y la llegada de la Primavera en
Palermo. Es muy probable que el pobre Sarmiento de Rodin haya ligado,
una vez más, alguna bomba de pintura o alquitrán o hasta incluso comida
o pintadas con aerosoles, que penetran en las porosidades del mármol
blanco y son muy difíciles de remover. ¿No
podrá tomar el toro por las astas el Gobierno de la Ciudad y,
allanando los caminos, ponerse de acuerdo con la Secretaría de Cultura
de la Presidencia de la Nación y dar en préstamo, comodato o lo que
sea, a la Nación a esa obra absolutamente irrepetible de Rodin, a fin
de que se la reciba en nuestro principal Museo para tenerla en custodia
y poder así preservarla para las futuras generaciones? Tal como está
en custodia el sable corvo del Libertador, en el bonito edificio
Secesión Vienesa que sirve de sede a la Jefatura del Regimiento de
Granaderos a Caballo por él creado, en su actual cuartel de Palermo. La
misma suerte debería sufrir el Heracles Arquero de Antoine Bourdelle,
principal discípulo de Rodin, que está en el cruce de las avenidas
Pueyrredón y Figueroa Alcorta. Ese bronce tiene un alto precio en el
mercado negro internacional de obras de arte y es candidato a ser robado
por encargo, como ya ha ocurrido con otros importantes bronces del
acervo de la Ciudad que han faltado y han sido vendidos en el exterior
sin que nadie se inmutase. Dichos bronces no serán recuperados jamás. La
lista es interminable: al Canning del escultor Alberto Lagos, que
fuera tirado al Río de la Plata durante la Guerra de las Malvinas, le
amputaron su mano izquierda. Los bustos de bronce de Gabriela Mistral y
de Pablo Neruda fueron robados de la Plaza Chile ante impasibles
paseantes. Como
ocurre con nuestra actual situación de inseguridad, hace falta tomar
urgentes medidas para enfrentar la grave contingencia que embarga al
patrimonio escultórico de Buenos Aires. Hagamos algo antes de que sea tarde y de que nos quedemos sin nada.
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Los
rastros de la barbarie y la falta de educación - en contra las cuales
tanto luchó quien recuerda el Monumento - sobre la obra de Rodin. En este caso puntual, graffiti hechos con cola plástica verde
por esta chica que no sólo firmó con su nombre y apellido sino que
puso el nombre de la localidad en la que nació y vive y hasta fechó su
tropelía. Sobre el lado derecho se ve el mármol blanco impregnado con
óxidos verdosos del bronce que arrastran las lluvias desde la figura de
Sarmiento fundida en bronce. |
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El
pedestal de mármol blanco y el basamento de granito rojizo,
seguramente debido a los movimientos del terreno desde principios del
siglo XX y por haber resultado insuficientemente calculado, se han
rajado por todas partes. También se han formado estas escallas
seguramente por diferentes tensiones direccionales y presiones. Donde está emplazado el Monumento, Juan Manuel de Rosas tenía un lago artificial con una colección de aves de laguna.
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La firma de Auguste Rodin, rajada en la letra "D".
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Arriba
del
sello de la famosa fundición parisina Leblanc - Barbedienne, se ven
chorreaduras de pintura colorada que quieren imitar sangre. Las manchas
de pintura son difíciles de remover sin afectar la pátina
original de la figura de Domingo F. Sarmiento. |
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Una
de las rajaduras que atraviesan el mármol blanco del pedestal esculpido
por Rodin. Algunas han sido enduidas y coloreadas con pintura gris. |
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UNA GRAN FALTA DE RESPETO
A
esta singular obra de Auguste Rodin, hace un tiempo, le han adosado,
en su basamento de granito rojizo, una placa con un personaje, ornatos y
leyendas, homenaje de la Escuela Naval a su fundador, Domingo Faustino
Sarmiento, como las típicas placas de homenaje de bronce fundido que se
ven en nuestros cementerios.
Lo
más leve que consideramos a la colocación de esa placa es una gran
falta de sensibilidad artística y de respeto por la obra de Rodin sobre
la que ha sido colocada.
Nos
llama la atención que el M.O.A. haya hecho y permitido semejante cosa:
un homenaje a Sarmiento que es una gran falta de respeto por el
monumento que lo recuerda.
Seguramente no han considerado al basamento de granito rojizo como parte integrante del Monumento a Sarmiento.
Señores,
el basamento de granito rojizo es el sustento visual del pedestal de
mármol blanco y de la figura de Sarmiento fundida en bronce con la
técnica de la cera perdida por lo que es inconcebible que se cometa la
falta de respeto que describo. Habla mal de quienes promovieron ese
homenaje.
DETALLES
La
placa ha sido hecha con un material similar a una resina seguramente
para desalentar que sea robada y no tiene tornillos que la fijen al
basamento de granito rojizo, por lo que se puede deducir que fue hecha
por gente del M.O.A. y patinada simulando bronce. Su exposición a la
intemperie ya la ha deteriorado y le ha lavado la pátina.
Dicha placa debería ser retirada y buscarse la forma de recolocarla al pie del
monumento, en una base independiente, separada de su basamento. No
puede de ninguna manera quedar como parte integrante de la obra de
Rodin.
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Al
pobre Sarmiento, visto desde el nivel de Libertador, gracias al
criterio visual y botánico con el que se plantó este cantero de flores
altísimas, se lo ve como muestra la foto: parece más bien Jim de la
Selva o Tarzán asomando de la selva. La plantación parece hecha por un
enemigo de Sarmiento o de Auguste Rodin.
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Al pobre Sarmiento, visto desde desde el nivel de Libertador, gracias al criterio visual y botánico con el que se plantó este cantero de flores altísimas, se lo ve como muestra la foto: parece más bien Jim de la Selva o Tarzán asomando de la selva.
La
plantación parece hecha por alguien empeñado en conseguir que la gran
obra de Auguste Rodin no pueda ser disfrutada debidamente.
Hasta un chico de tres años se daría cuenta de algo tan obvio como ésto.
No resiste el mínimo análisis.
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Si
nos hubieran hecho caso cuando advertimos sobre el Heracles Arquero de
Antoine Bourdelle hace 7 años, esa obra no hubiera sido mutilada como
lo fue este año.
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El Heracles Arquero antes de la mutilación.
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Fuente: clarin.com