MURIÓ LUCIEN FREUD,
EL PINTOR DE LOS DESNUDOS CARNALES


En el Centro Cultural Recoleta.
El nieto de Sigmund Freud fue, junto a Francis Bacon, uno de los más brillantes representantes de la Escuela de Londres.



LUCIEN FREUD, 1922 - 2011
Esta fotografía sin fechar, cedida por el Centro Pompidou de París, muestra al artista británico en su taller.- CENTRE POMPIDOU (EFE)


FRANCISCO CALVO SERRALLER 


Nacido en Berlín el año 1922, Lucien Freud, que era nieto de Sigmund Freud, se instaló en Londres en 1932, llevado allí con solo 10 años por su familia, huyendo de la inmediata barbarie nacional socialista, y su presumible plan implacable de exterminio judío. Dada la corta edad con la que desembarcó en Reino Unido, se comprende que su formación artística y posteriormente su brillante desarrollo como pintor se llevase a cabo como si se hubiese tratado de un genuino artista británico. De hecho, adquirió la nueva nacionalidad en la temprana fecha de 1939. Por todo ello, aunque su origen germánico es indudable, se le ha considerado siempre como uno de los más brillantes representantes de la llamada Escuela de Londres, un grupo informal que aglutinó a un conjunto de artistas de primer rango, surgidos todos ellos tras la II Guerra Mundial, entre los que se contaron figuras tan prominentes como Francis Bacon o Frank Auerbach, los cuales se caracterizaron por estar de alguna manera vinculados a una figuración de estirpe expresionista.



CON SU CUADRO 'BENEFITS SUPERVISOR SLEEPING', SE CONVIRTIÓ EN 2005 EN EL PINTOR VIVO MÁS COTIZADO
Autorretrato de Lucien Freud que muestra su ojo morado

AUTORRETRATO CON OJO MORADO - SOTHEBY'S
<i>Doble retrato</i>, de Lucian Freud

DOBLE RETRATO
No se puede, sin embargo, tampoco negar la impronta artística alemana que configuró la personalidad de Lucien Freud. Hay que tener en cuenta que su padre, que era arquitecto, había sido asimismo un prometedor pintor, en la época de la Secesión de Viena, y que no solo Lucien Freud, sino el resto de los representantes de la Escuela de Londres, coquetearon en su juventud con el surrealismo y con los pintores alemanes de la llamada Nueva Objetividad, como Otto Dix o Georg Grosz. Al margen de estos precedentes artístico-culturales, Lucien Freud estudió en la Central School of Art y en el Goldsmiths' College, antes de iniciar su carrera artística, hacia comienzos de 1940. Su primera exposición colectiva se produjo en 1944, pero la maduración de su estilo y el comienzo de su proyección pública no se produjo hasta una década después, a partir de 1951. Desde entonces, habiéndose librado de esas primeras influencias artísticas continentales, Freud se centró en una peculiar interpretación de la pintura realista, conectada en parte con el precedente británico de Stanley Spencer, pero también dejándose contagiar por el morboso sentido físico, carnal y existencial del primer Francis Bacon, con el que mantuvo siempre una relación dialéctica y artística muy vivaces. La pintura de Lucian Freud debe su original peculiaridad al modo con el que supo abordar la figura humana, fundamentalmente desnuda y haciendo siempre valer su turbadora densidad carnal. En su interpretación del desnudo, Freud unió la peculiar visión forzada con que Edgar Degas espiaba los desnudos femeninos, para obtener un punto de vista insólito, y un sentido matérico que les daba una fuerza táctil, muchas veces de efecto turbador. En realidad, como él mismo declaró, pretendía que la propia pintura tuviese una densidad elástica, como la de la carne: "Quiero que mi pintura funcione como carne. Para mí, la pintura es la persona. Que ejerce sobre mi mismo un idéntico efecto que la carne".
Esta versión del desnudo tan directa y, valga la paradoja, descarnada, así como su independencia de juicio y de costumbres le valieron, en el siempre puritano mundo británico, una fama de alocado libertino, atravesándose con ello muchas veces la frontera del sensacionalismo barato. No hace muchos años, cuando Freud era ya un octogenario, causó malestar la exhibición pública de un autorretrato en el que él se mostraba de pie, pintando sobre un lienzo, mientras una joven desnuda se abrazaba a una de sus piernas. Tomar esta autorepresentación como un delirio exhibicionista, no solo es un error, sino que significa desconocer la historia de la pintura occidental, a la que este genial artista rindió un sagaz culto, plagando con citas inteligentes de grandes maestros del pasado muchos de sus mejores cuadros. En cualquier caso, no cabe la menor duda de que Lucien Freud ha sido no sólo uno de los mejores pintores británicos del siglo XX, sino que, todavía más importante, uno de los artistas figurativos más originales y poderosos de la época contemporánea.


AUTORRETRATO


LUCIEN FREUD JUNTO A SU MADRE - DAVID MONTGOMERY - (GETTY)

  
EL GRAN ARTISTA HACIENDO UNA OBRA.

 SONRISA FEMENINA


UNA MUJER PERMANECE JUNTO A LA PINTURA 'RETRATO DE ROSE', DURANTE LA 
PRESENTACIÓN DE UNA EXPOSICIÓN EN LA CASA DE SUBASTAS SOTHEBY'S, 
DE NUEVA YORK. 


RETRATO DE LA REINA ELIZABETH II, 2001


GUY AND SPECK


PERSONAL DE SOTHEBY'S ACOMODA EL CUADRO DE LA 'BENEFITS SUPERVISOR   
SLEEPING' PARA EXPONERLO EN LA MUESTRA DE ANTES DEL REMATE.

Fuente: elpais.com


ALCALÁ DE HENARES Y AZUL, UNIDAS POR EL QUIJOTE



Dos ciudades, la española Alcalá de Henares y la argentina Azul, serán hermanas gracias a través de un mural del dibujante Miguel Rep. La primera parte del proyecto ya se inauguró, mientras que el artista terminará su obra durante el V Festival Cervantino de Azul, “Soy Quixote”, que se hará entre el 3 y el 13 de noviembre de este año.
El mural que se presentó en Alcalá de Henares –donde el casco antiguo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco– representa al Quijote peleando contra los molinos de viento, y al autor, Miguel de Cervantes, como el nexo entre Alcalá y Azul. En la inauguración estuvieron el alcalde, Bartolomé González, y el embajador argentino en España, Carlos Bettini. “La idea es unir en una obra de arte a ambas ciudades, a España y a la Argentina, a Don Quijote y al Martín Fierro, por lo que se plantea un único mural con dos partes, una a cada lado del Atlántico”, dijo Juan Manuel Lucía Megías, uno de los autores del proyecto y catedrático del Centro de Estudios Cervantinos.
Rep contó que, en Alcalá, el color que mejor funcionaba “era el amarillo, porque recorta muy bien las siluetas y el mural está hecho con el sistema de ‘sombras chinescas’”, y reconoció que el color “asustó” un poco a las autoridades y a algunos vecinos más tradicionalistas. “De golpe les aparece este monstruo amarillo y negro. Pero yo creo que me pude congraciar con ellos”, dijo el artista.

Fuente: clarin.com

RESCATE DE LA MÁGICA USINA DEL SUR


El fantástico edificio de la ex Italo en La Boca, dedicado a la música, y sus mini réplicas de ladrillo diseminadas en la Ciudad.
 
 
ESTACION. LA USINA DE LAS IDEAS, JUNTO A LA AUTOPISTA BUENOS AIRES-LA PLATA.
 
Por Berto González Montaner
Editor Jefe ARQ 

La autopista Buenos Aires-La Plata le pasó raspando. Muchos años estuvo abandonada a su suerte y esperó ansiosa que el tan trillado “hay que invertir en el sur” ilumine su futuro. Hace cuatro años, en la gestión de Jorge Telerman, pude recorrer los interiores de la mágica Usina de Pedro de Mendoza en La Boca. Estaba destruida. Pero había una noticia esperanzadora: le habían encontrado un nuevo destino. Sería el domicilio de la Filarmónica de Buenos Aires y la Sinfónica Nacional, el gran auditorio para la música clásica. Una promesa que la Ciudad viene postergando desde mediados del siglo pasado. Hoy, casi una utopía: Nación y Ciudad se habían puesto de acuerdo y se le entregaba el predio que pertenecía al ONABE; la Ciudad hacía el gran auditorio.
Nuevamente la vieja usina es noticia. Vale la pena darse una vuelta por esta joya ahora parcialmente recuperada como Usina de las Ideas. De los dos gigantescos galpones enmascarados en virtuosos ladrillos y piedras, uno acaba de ser inaugurado y fue sede de la nueva edición de las jornadas “La Humanización del Espacio Público”, organizadas por el Gobierno porteño. El otro galpón está en obra y esperan completar en octubre una sala de música sinfónica con capacidad para 1.600 espectadores, una de cámara para 500 personas y una otra de ensayos para 250 músicos y coreutas.
El edificio tiene su historia. No solo por lo que significa arquitectónicamente y porque fue una de las primeras grandes usinas de la ciudad que junto a la de Dock Sud aceleraron el proceso de modernización en las primeras décadas del siglo pasado. También porque su propietaria, la Compañía Italo Argentina de Electricidad (CIADE) fue toda una adelantada en estrategias de marketing. Para competir con la CHADE (Compañía Alemana Transatlántica de Electricidad) y robarle mercado armó una compleja estrategia. Por un lado, si bien la compañía tenía capitales alemanes, suizos y belgas, eligió mostrarse como una compañía italiana, para capitalizar la gran cantidad de inmigrantes de ese origen y el prestigio del que gozaba la colectividad. Y para montar este operativo se valió de Juan Chiogna, un arquitecto italiano que junto a Virginio Colombo trajo a nuestras pampas el estilo Románico lombardo, considerado uno de los estilos nacionales de la península y afluente del Art Nouveau en Italia.
Pero a Chiogna no solo le encargaron la Usina de Pedro de Mendoza, también, casi como si fuera una franquicia de hamburguesas, le pidieron que proyectara en el mismo estilo otras cuatro estaciones intermedias (Moreno 1808, Balcarce 547, Montevideo 919 y Tres Sargentos 320) y otra gran cantidad de pequeñas subestaciones diseminadas por los barrios porteños. Hábilmente, las hizo todas parecidas, pero distintas.
Ernesto Katzenstein fue un importante arquitecto porteño, autor de la única torre en ladrillo visto de Catalinas Norte. Será por ese amor al ladrillo visto que alguna vez reveló su deseo de comprar alguna de las pequeñas subestaciones. Era un arquitecto moderno, pero caía ante el encanto de estas construcciones con sabor medieval. Y fue a partir de aquel comentario que las empecé a descubrir en los barrios. El otro día cuando asistí a las Jornadas pregunté por qué le habían cambiado el nombre Usina de la Música por de la Ideas . Fue idea de Macri, contestaron mis interlocutores, funcionarios del Gobierno. No me pareció apropiado. ¡Más del 50% del edificio lo ocupan salas para la música! Y la deuda con esta disciplina no es poca. Otro cantar sería si ahora, en sintonía con las nuevas Comunas, las subestaciones barriales se reciclan y pasan a convertirse en nodos integrantes de una red cuya cabecera, al fin, es la Usina de las Ideas de Pedro de Mendoza.

Fuente: clarin.com

LOS ESCRITORES, SEGÚN MORDZINSKI


En el Centro Cultural Recoleta.
Una muestra del reconocido fotógrafo reúne retratos de 130 hombres y mujeres de letras.


Una mirada diferente sobre grandes protagonistas de la literatura.  
/ Patricio Pidal / AFV

Julieta Molina
LA NACION

"De pibe soñaba con la literatura como si fuera un único e infinito ser. Sin cuerpo ni rostro, imaginaba a la literatura como un abstracto territorio feliz donde yo soñaba con las historias que leía", recuerda Daniel Mordzinski en el texto que recibe al público en su muestra fotográfica Las Tres Orillas.
La exposición incluye 130 retratos de escritores provenientes de esas "tres orillas": España, Francia y América latina. Hasta el 14 de agosto, esa "cartografía literaria", como él la describe, se exhibe en la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta (CCR). Es un recorrido que representa el deambular de Mordzinski durante 30 años de carrera dedicados a retratar hombres y mujeres de letras.
En la obra del fotógrafo argentino radicado en París es evidente su búsqueda de una mirada, su intención de reflejar a través de los ojos de sus modelos sus sueños, sus almas. Así, el observador se convierte en un privilegiado visitante circunstancial del temperamento de tantas plumas célebres: Julio Cortázar, Osvaldo Soriano, Adolfo Bioy Casares, María Elena Walsh, Mario Benedetti, Ernesto Sabato, Juan José Saer, Juan Gelman, Jean Marie Gustave Le Clézio, Enrique Vila-Matas, Mario Vargas Llosa, Julio Sepúlveda, Roberto Bolaño, Gabriel García Márquez, Nathalie Sarraute, Alberto Laiseca, Claude Lévi-Strauss y tantos más.
"Hoy culmina un viaje; es el regreso pero no el final. Aquí hoy empieza todo", afirmó emocionado el fotógrafo, que no exponía en Buenos Aires desde hacía 15 años, en un encuentro con la prensa durante el acto de preinauguración, en el cual Mordzinski reveló su deseo de donar parte de la exhibición a su "querida" ciudad de Buenos Aires. En el acto estuvieron el ministro de Cultura de la ciudad, Hernán Lombardi; el director general del CCR, Claudio Massetti, y el embajador de España, Rafael Estrella, entre otros.
En el año en que Ernesto Sabato murió y en el que hubiera cumplido 100 años, una sección especial recuerda su figura. Unos diez retratos logran evocar su personalidad al captar pequeños gestos, en su casa de Santos Lugares o posando con un jean y un gorrito, con un atuendo moderno y una actitud desafiante semejante a la de un adolescente.
Las fotografías son bellas por múltiples motivos, algunas mágicas en su composición, otras capturan un mundo desconocido y otras desnudan el alma del escritor, aquella que el lector conoce por frecuentar su obra, pero que seguramente jamás observó desde esta singular perspectiva.
La muestra, que fue curada por Serge Fohr y Renato Rita, puede visitarse de lunes a viernes, de 14 a 21, y sábados, domingos y feriados, de 10 a 21, en el Centro Cultural Recoleta, en Junín 1930, con entrada gratuita.

Fuente texto: lanacion.com

MIL PIEZAS ARQUEOLÓGICAS, BAJO LA LUPA.


Rigurosamente vigilados / Rescatan piezas de cerámica y metal, ademas de vasijas centenarias.
Son del barco mercante del Siglo XVIII hallado hace tres años en Puerto Madero; los objetos se expondrán al público en octubre.

Vasijas en conservación para evitar su deterioro.  / Maxie Amena

Fabiola Czubaj
LA NACIÓN

Poco a poco, más de mil piezas de metal, cerámica y madera van revelando fragmentos de la historia del barco mercante español del siglo XVIII, que hace tres años fue desenterrado en Puerto Madero.
En cajas alineadas alrededor de la sala donde el frío para resguardarlos se hace sentir, la mayor parte del material de estudio ya catalogado aguarda nuevos análisis. El casco del barco que lo transportaba está enterrado con un sistema de temperatura controlada para evitar su deterioro.
"Lo que tenemos en el laboratorio son los materiales rescatados con la carga y ciertas piezas de la estructura arquitectónica que separamos y estamos tratando de preservar", explicó a LA NACION la arqueóloga Mónica Valentini, especialista en arqueología subacuática.
Junto con el arquitecto Javier García Cano, ella coordina el proyecto Pecio Zencity, que es como se bautizó el barco descubierto por azar durante la construcción del megacomplejo con ese nombre en el Dique 1 de Puerto Madero. "Sólo en contenedores de cerámica o botijos, superamos los 220, enteros y fragmentados. Sin duda, son más de mil piezas rescatadas en total", agregó minutos antes de una recorrida por el laboratorio ubicado en el edificio formado por la casa de Liniers (hoy, Casa del Historiador) y la ex Editorial Estrada.
Sobre la mesa de trabajo, un botijo de cerámica permanece en observación. Las gasas sobre un par de rajaduras, que aparecieron después de sacarle el barro acumulado en el interior, impedirán que se rompa. Otros botijos permanecen sumergidos en palanganas con agua destilada para limpiarlos, y algunas piezas de madera están sumergidas en cubas con agua y biocidas, sustancias que protegen las piezas del deterioro por hongos y otros microorganismos.
La lista de restos cerámicos incluyen los botijos, cerámica bizcocho, fragmentos de mayólicas y lozas, y hasta una pequeña colección de pipas. También hay clavos de hierro y piezas de madera. En una de las paredes del laboratorio se puede ver un plano realizado por colaboradores de la Facultad de Arquitectura de la UBA, con un detalle de la ubicación de los objetos. Lo que más se ve son los contenedores que se usaban para cargar las mercaderías que se trasladaban en los viajes transoceánicos desde Europa y se comercializaban en el Nuevo Mundo.
Hasta ahora, el trabajo artesanal de más de 12 investigadores de la UBA y la Universidad Nacional de Rosario que trabajan en el laboratorio de la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico porteña confirmó que el barco encalló hace tres siglos en la costa de Buenos Aires por mareas y tormentas.
"Hubo una serie de tormentas en el Río de la Plata, que lo atacaron en distintos momentos, no sólo al encallar. Eso le provocó roturas y explica por qué encontramos piezas fuera del casco", indicó Valentini. De hecho, a los seis meses de finalizar la excavación, en un sitio resguardado de la obra en construcción, el equipo encontró el espejo de popa.
La eslora completa medía entre 26 y 28 metros; es decir, que se trató de una embarcación entre mediana y chica, con la que se navegaban las rutas transoceánicas.

Paso a paso

El trabajo con las piezas es muy lento. "Tuvimos que rescatar la mayor cantidad de material posible, en el menor tiempo posible y con el menor deterioro posible", resumió Eva Tavella, conservadora y restauradora de bienes arqueológicos.
El método utilizado fue, justamente, el de rescate, que exigió trabajar contra el reloj para trasladar las piezas mientras se armaba el laboratorio, protegerlas y catalogarlas para no perder detalles de la excavación. El mayor desafío, según coincidieron las expertas, fueron los restos de madera, por ser los que más rápido se podían deteriorar. El menos demandante fueron los cerámicos. "Por eso, fue tan importante terminar la excavación, extraer los restos del barco y volver a enterrar el casco", explicó Valentini.
Sólo entonces, los especialistas pudieron empezar a limpiar las piezas, a separarlas según sus características y a determinar qué tipo de tratamiento necesitaba cada material.
Ese trabajo confirmó también que el barco se construyó en astilleros españoles, con madera de roble del norte de España y la zona central de Europa, en la segunda mitad del siglo XVIII. El análisis metalográfico de ciertas piezas de la estructura determinó que se fabricaron con aleaciones de ese mismo período.
"Sin duda, el barco traía una carga de aceitunas", dijo Valentini, por los carozos de aceituna que hallaron en algunos botijos. En los contenedores había también rastros de resinas y brea, y los análisis determinarán si eran productos que formaban parte de la carga.
"Fue la primera vez que se pudo trabajar con restos de estas características en Buenos Aires -sostuvo Valentini-. Los análisis que estamos haciendo están corroborando la hipótesis que teníamos." Claro que eso no quiere decir que esas piezas, que se expondrán en octubre, no sigan revelando más secretos urbanos.

UN LABORATORIO DE ESPECIALISTAS EN RED

Además del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de España, el equipo del Proyecto Pecio Zencity trabaja también con el Departamento de Metalografía de la Facultad de Ingeniería de la UBA y el laboratorio de petrografía de la Universidad Nacional de San Juan. "Hay objetos para los que el mejor método de conservación es no tocarlos, pero ése no suele ser el caso de los restos que provienen de la arqueología subacuática -explicó Eva Tavella-. Todos estos materiales estaban con una saturación de agua y un nivel de humedad que nada tenían que ver con el medio ambiente aéreo al que los trajimos."

Fuente: lanacion.com

SUPERAMOS LAS 140.000 VISITAS
A NUESTRO BLOG
DESDE TODAS PARTES DEL MUNDO



                                           Melchior d'Hondecoeter, Escuela Holandesa, 1636-1695


En el día de hoy, 17 de julio de 2011, hemos superado las 140.000 visitas a nuestro blog desde todas partes del Mundo.
Saludamos con ese motivo a todos quienes nos visitan y les agradecemos que nos lean y consulten.
Su fidelidad nos estimula, obliga y compromete a seguir cada día tratando de superarnos, consiguiendo más y mejor material - textos e imágenes - y a cuidar de manera muy especial la parte visual de nuestro blog.
Pedro L. Baliña........................
www.puesta-en-valor.com................

LA COLECCIÓN PÉREZ SIMÓN DE MÉXICO
TRIUNFA EN CALIFORNIA




Juan Antonio Pérez Simón emigró a México cuando tenía siete años. Sus padres eran campesinos españoles que buscaban un futuro mejor al otro lado del Atlántico. Hoy posee una colección de pintura con casi 1.500 obras maestras de las que se muestra una asombrosa selección en el Museo de Arte de San Diego (Estados Unidos). ‘De El Greco a Dalí. Grandes Maestros Españoles en la Colección Pérez Simón’ permanecerá en California hasta el 6 de noviembre.
Desde la pintura religiosa del Renacimiento hasta los maestros modernos, Pérez Simón ha conseguido reunir piezas muy valiosas de la Historia del Arte, entre las que se han seleccionado 64 para exhibirse estos días en el Museo de San Diego. Todas tienen en común que están firmadas por artistas españoles y que permanecieron prácticamente ocultas durante décadas. Buen ejemplo de ello es una monumental ‘Inmaculada Concepción’ de Murillo, pintada hacia 1670, y que viajó a México en el siglo XVII. En 1991 salió a la luz durante una subasta multimillonaria en la que Pérez Simón se hizo con ella.
"No compra cualquier cosa”. Tiene un gusto muy poderoso que le empuja a rechazar la mayoría de los cuadros que le ofrecen, y a perseguir los difíciles de encontrar". Así lo explica Véronique Gerard-Powell, una de las comisarias de una exposición coproducida junto con el Museo de Bellas Artes de Quebec, la Fundación Ciudad de México y el Museo Jacquemart-André de París. Gracias a esa pasión, se han conseguido reunir cuadros que ninguna colección pública fue capaz de conseguir.
Pérez Simón tiene 76 años y es socio de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, con quien comparte su atracción por el Arte. Fue su primera novia quien le inoculó esa pasión, y sus primeras compras fueron reproducciones de piezas que se exhiben en el Museo del Prado: ‘Las lágrimas de San Pedro’, de El Greco, y ‘Los borrachos’, de Velázquez. Cuando viajó a París por primera vez, en los años 60, dedicó varios días a visitar las interminables salas del Louvre. Después quiso ir a Arles, para respirar el mismo aire que Van Gogh. Durante los años 80, cuando su carrera empresarial comenzó a dar frutos generosos, decidió invertir en obras originales y diez años después ya era muy conocido en las casas de subastas de Londres, Nueva York y París.
Pérez Simón vive rodeado de sus cuadros. En un salón de su residencia mexicana luce el retrato de Doña María de Vallabriga y Rozas, pintado por Francisco de Goya en 1783; y en un pasillo cuelga un ‘Retrato de mujer’ de Julio Romero de Torres, que ahora puede verse también en San Diego. Él mismo ha contado que en el cuarto de baño de su casa cuelga un auténtico Picasso.
Ahora el público californiano está invitado a compartir algunas de esas maravillas que ya pudieron disfrutarse en París y Quebec, y que próximamente viajarán también a Japón. Una oportunidad única para comprender la grandeza de maestros de la talla de El Greco, Murillo, Goya, Picasso, Miró o Dalí.

Fuente texto: noticiasarteseleccion.com