HALLAR LO NUEVO EN LO MUY VIEJO



En la 54° Bienal de Venecia, el arte de 89 países dio el presente en una ciudad antigua, y con propuestas menos experimentales y vanguardistas que en ediciones anteriores. 


  
POR CAROL VOGEL - The New York Times


"Iluminaciones", el título de la exposición principal en la edición número 54 de la Bienal en esta ciudad, se propone evocar la noción de que los artistas son una fuente de iluminación. No necesariamente significa artistas de vanguardia. Gran parte de esta Bienal es más apagada y menos experimental que en años anteriores, más una meditación nostálgica sobre la vida y el arte que un asomarse al futuro.
Bice Curiger, la directora de este año, puso este concepto de relieve con las primeras tres obras que encuentran los visitantes al entrar al Palacio de Exposiciones, el edificio con columnata de 1895 que se encuentra en el centro de los Giardini del Castello, sede histórica de la Bienal. En vez de iniciar su muestra con obras de artistas vivos, como la mayoría habría esperado, instaló tres pinturas del maestro veneciano del siglo XVI Jacopo Tintoretto, creando en la gran sala central un aura como de capilla.
"Me gusta pensar en Tintoretto como un marginal", dijo, agregando que muchos de los artistas contemporáneos en la muestra ­entre ellos figuras establecidas como Cindy Sherman, Christopher Wool, Seth Price y Sigman Polke­ pueden ser considerados también marginales. "Es el anticlasicismo", explicó Bice refiriéndose a los Tintorettos prestados por la vecina Galleria dell’Accademia y la iglesia de San Giorgio Maggiore.
"Su destrucción del orden estático, la pérdida de armonía". En su "Última Cena" de 1594, por ejemplo, "Cristo ya no está en el centro de la escena, y la mesa cruza la pintura en diagonal".
Encontrar lo nuevo en lo muy viejo resulta bastante lógico en esta antigua ciudad situada en una laguna reluciente, donde la Bienal estará expuesta hasta el 27 de noviembre. Este patchwork de exposiciones diseminadas ­una especie de búsqueda del tesoro en toda la ciudad-- recorre una gama que va desde envolventes ambientaciones y muestras individuales hasta exposiciones abiertas inconexas (y a menudo confusas).
También es la edición más grande hasta ahora, con 89 países representados, 12 más que en 2009, con varios que participan por primera vez como Arabia Saudita, Barhein, Ruanda, Bangladesh, Malasia y el pequeño Andorra.
Este año también hay más muestras en otros lugares, que fueron a parar a iglesias abandonadas, palacios fuera de uso y edificios industriales vacíos.
Como implica el título, "Iluminaciones", el tema de la luz es ubicuo.
En el Arsenale, había cola para ver las instalaciones etéreas del artista estadounidense James Turrell, en las cuales la luz cambiante genera un universo alternativo de espacio y color. Cerca de allí, el artista suizo rs Fischer causó una especie de sensación con una vela de cera monumental encendida con la forma a escala natural de la escultura de Giovanni Bologna del siglo XVI "El rapto de las Sabinas".
Hasta el arte visual recurrió a un tema histórico. Pipilotti Rist, también suizo, desplegó tres pantallas LED enmarcadas con grabados de Venecia del siglo XVIII que se superponen a imágenes móviles del cielo y el mar del siglo XXI. Y en el pabellón japonés, el artista Tabaimo creó enormes proyecciones ­mezclando manga animada con ilustraciones tradicionales de ukiyo-e (el mundo flotante) inspiradas en xilografías­ que caen en cascada sobre paredes curvas y espejadas. El proyecto, dijo el artista, tiene como objetivo "retraerse en aislamiento frente a la globalización".
Más personal fue el pabellón alemán, ganador este año como mejor pabellón nacional, que exhibió obra de Christoph Schlingensief, el artista y realizador que murió en agosto. Todo el espacio fue transformado en una réplica de la iglesia donde pasó sus años de la adolescencia como monaguillo, con videos que él hizo relacionados con su batalla contra el cáncer.
El tiempo fue abordado de otra manera por el estadounidense Christian Marclay, cuya película "The Clock", es un montaje de 24 horas de clips de películas y televisión que describen minutos particulares del día sincronizados con el momento en que son mostrados.
Aquí en Venecia ­donde Marclay se llevó el premio al mejor artista­ los visitantes se recostaban en sofás para verla en el Arsenale.
El artista Thomas Hirschhorn, cuya instalación ambiental invadió el pabellón suizo, también hace referencia al tiempo. Creó una ambientación como de ciencia ficción con una mezcla de cosas ­celulares y televisores viejos, monitores de computadora, revistas, muñecos y sillas de plástico­ casi todo envuelto en papel de aluminio; es un mundo de obsolescencia de alta velocidad.
Richard Armstrong, director de la Fundación Solomon R. Guggenheim, señaló que la instalación resumía en gran parte la idea de la Bienal de este año. "Es una elegía por el post-industrialismo", dijo.
"A medida que nos deslizamos en un universo simulado, las cosas reales adquieren una significación diferente, hasta de talismán quizá". 


Fuente: revistaenie.clarin.com

CRUCES AUDACES EN LA
MAYOR MUESTRA FOTOGRÁFICA DE ESPAÑA



Nuevas tendencias y eclecticismo bajo la mirada crítica de un fotógrafo argentino. Photoespaña 2011 incluye desde trabajos del movimiento obrero ruso hasta fotos de paparazzis.

LA VIDA LEVE. COCO, HENDAYE 1934, UNA DE LAS BELLAS IMAGENES DE LA MUESTRA DE JACQUES HENRI LARTIGUE.

Por Dani Yako

No nos fotografíes, únetenos”, decía uno de los cientos de carteles que inundaron la Puerta del Sol, donde los Indignados protestaban contra el sistema. La consigna refleja esa contradicción entre la acción y el testimonio, que la fotografía lleva en sus raíces.
Una luz dura, sin compasión es el título de la abrumadora muestra en el Reina Sofía sobre el movimiento fotográfico obrero entre 1926 y 1939, que rescata miles de imágenes de ese intento de construir una visión comunista sobre las transformaciones tras la revolución rusa, un proyecto que cayó en el olvido con la llegada del estalinismo. A pocos metros, en la fundación Caixaforum, la bellísima retrospectiva de Jacques Henri Lartigue te deja la sensación de que la vida es algo maravilloso, ligero y efímero, pero que vale la pena. Ambas exposiciones son de lo más interesante de Photoespaña 2011, que abrió sus puertas la semana pasada y que durará hasta el 24 de julio.
Con un nuevo comisario general, el cubano Gerardo Mosquera, el festival centra su convocatoria en algo tan amplio y ambiguo como el retrato. En ese sentido, poner bajo el rótulo de fotografía obras hechas hace 2000 años en Egipto por pintores griegos para identificar a las momias, en una especie de fotocarnet, es audaz, y colgar como arte la obra del paparazzi Ron Galella es, sin duda, también. Quizás ese eclecticismo refleja el espíritu de los tiempos, cruces de todo tipo, video, collages digitales, fotos manipuladas junto a la pura tradición de la fotografía del siglo XX, conviven, se anulan y se potencian.
Dos figuras consagradas como Cindy Sherman y Thomas Ruff comparten la Fundación Telefónica. Aquí es donde la consigna del festival se refleja en su esplendor: el alemán con esos rostros duros, con fotos casi policiales, y la norteamericana, con esa obsesiva búsqueda de la identidad, pero siempre usándose ella misma como modelo.
En la fundación Cervantes se exponen los trabajos seleccionados por la experiencia transatlántica. La muestra responde demasiado al cliché de pobreza y violencia en Latinoamérica, pero se destacan los trabajos argentinos de Diego Levy y Miryam Meloni. El primero con su serie Choques y la segunda con su ensayo sobre el paco.
Liliana Porter y Ananke Assef participan en Face Contact , popurrí de experiencias donde la mexicana Dulce Pinzón trata con fino humor la dura vida de los migrantes mexicanos en Estados Unidos. Y Susana de Sousa Dias utiliza las fotos policiales de la dictadura portuguesa para construir un video durísimo sobre la represión. El ámbito es el antiguo matadero de Madrid, convertido hoy en centro cultural de avanzada.
Pese a la crisis, Photoespaña mantiene un alto nivel, con presencia y oferta variada, tratando de ser cada vez más internacional y abierta a nuevas tendencias, pero manteniendo la fotografía como estandarte.


Fuente: clarin.com

LAS TELARAÑAS DE JANE AUSTEN



Es por todos sabido que la campiña inglesa es una invención de Jane Austen. Henry James opinaba que no había mejor manera de conocer a los ingleses que viéndolos “en su gran invención de la vida de la casa de campo”. Y es que las clases altas inglesas del siglo XIX entablaban sus relaciones amistosas durante largas visitas al campo. En 1878 Henry James visitó la casa señorial de lady Portsmouth en Devon del Norte por varios días y, a diferencia de las damas de Austen, se aburrió espantosamente. Lord Portsmouth era un gran magnate de la caza y las carreras, tenía decenas de perros de caza y cuadras llenas de caballos “terriblemente malos” según James, que no soportaba a su anfitrión ( Henry James , Leon Edel). Pero su amiga lady Portsmouth –porque Henry James era más amigo de las damas que de los caballeros- lo llevaba en su faetón a dar encantadores (y austerianos) paseos por los senderos de Devonshire. Además, estaba la biblioteca. Pero la chimenea tenía el fuego apagado y los libros delataban que no habían sido leídos. Por las noches las tertulias se animaban con el corps de ballet de los niños, que acudían a la galería con sus gobernantas y ejecutaban cachuchas y minués “con la más dulce docilidad y modestia”. Durante el día los doce niños que había en la casa vivían recluidos y silenciosos en la sala de infantes del piso superior, un sector misterioso que los adultos nunca visitaban. Un día de lluvia Henry pasó un rato a solas en la biblioteca y escribió a su familia que trataría de marcharse al día siguiente: “No creo que pueda soportar un domingo aquí”. Para su fortuna, logró pasar el domingo junto a la ardiente chimenea de sus cuartos de Bolton Street, en Londres.
A los treinta y cinco años, soltero, con un bello perfil regular, barba castaña y grandes ojos grises (ojos “sin expresión”, como observó su sagaz amiga Constance Fenimore Woolson), famoso por su novela por entregas Retrato de una dama , James era objeto de frecuentes invitaciones. Dos años después de aquella visita a Devonshire, con mucha más sabiduría rural, ya había advertido los grandes inconvenientes de ser huésped, que Jane Austen desarrolló con su deliciosa y aparente frivolidad en Mansfield Park . “Un huésped debe ceder mucho de su independencia personal”, observó James a William Hoppin, secretario de la embajada estadounidense. “Estar obligado a ser amable mañana, tarde y noche por varios días es una gran tarea para el espíritu de uno, si no del intelecto. Es mejor no acudir a la sociedad salvo cuando estamos de ánimo para ello y cuando podemos mostrarnos de la mejor manera”.
Para poder ambientar Mansfield Park en la campiña, que es el tipo de textura en la que mejor luce la preciosa labor de aguja que hace con la escritura, Jane Austen otorga a lady Bertram un temperamento indolente. Esta indolencia lleva a la familia a recluirse en el campo todo el año. Y es en el condado de Northampton donde la heroína Fanny Price puede desplegar sus ideales románticos “agitados por los vientos nocturnos de los Cielos”, y Jane puede reírse un poco de ellos. Austen elige el campo, o así me gusta creerlo, porque las intrigas de sus cuentos de hadas se desenvuelven mejor entre suaves colinas, setos y cabañas.
Si los acontecimientos de Orgullo y prejuicio no se hubieran desarrollado en Netherfield Park, ubicado a cinco kilómetros de su casa ¿podría Jane Bennet haberse visto obligada a permanecer una semana en la residencia del rico señor Bingley a causa de su resfriado? Las praderas llenas de barro que separaban a las dos familias fueron clave en la excelente estratagema de la señora Bennet para lograr casar a su hija con el heredero más rico de la región del Hertfordshire. De modo que el campo sirvió a Austen para cumplir con los propósitos matrimoniales de la señora Bennet.
Porque así como la heroína de Henry James aspira a trocar la filosofía trascendentalista de Concord, su tierra natal, por la conquista de Europa, la heroína doméstica de Austen teje sus telarañas con el fin de conquistar a un caballero, en lo posible un baronet, con no menos de cien mil libras esterlinas invertidas en tierras. El poco sentimentalismo de las heroínas de Austen obedece menos al declive del Romanticismo en el siglo XIX que a las leyes británicas, que despojaban a las mujeres de la herencia. (Las mujeres de la clase alta también estaban excluidas del mercado del trabajo: Jane debía tapar con papel secante sus escritos.) Más a la izquierda de Karl Marx, y a pesar de los noviazgos, los encajes y los titubeos, las motivaciones fundamentales que Jane Austen atribuye a sus personajes son económicas: las casas parroquiales, la propiedad de la tierra, los derechos de caza, las herencias vinculadas a parientes lejanos son los hilos de colores pálidos que hilan sus manos de dama. Por eso me gusta la literatura de Jane. Porque en sus delicadas agujas de bordar, el paisaje deja de ser una postal y el dinero un bien de cambio, para convertirse, ambos, en motivos dramáticos.


Fuente: clarin.com

RESTAURAN
UN VALIOSO TAPIZ FLAMENCO DEL SIGLO XVII


En el museo Larreta / Una joya del arte recupera su brillo.
Cuatro expertas realizan la tarea, que insumirá un año y medio.

El tapiz que está siendo restaurado.

Julieta Molina
LA NACIÓN

Lo admiten: la obsesión es un requisito casi indispensable para el trabajo que realizan. Esa pasión es la que impulsa a recobrar los brillos perdidos, por más compleja que sea la tarea y aunque insuma miles de horas de trabajo, y es la que comparten cuatro mujeres que trabajan meticulosamente desde hace seis meses en uno de los cuartos del Museo de Arte Español Enrique Larreta.
Su misión: restaurar Diálogo entre Alejandro y Diógenes , un valioso tapiz flamenco de 3,42 x 3,84 metros realizado por la escuela de Flandes en la época considerada de oro de la tapicería, en el siglo XVII.
La historia conocida del tapiz se remonta a 1600, cuando fue propiedad de Gabriel Núñez de Guzmán, gobernador de Flandes en 1612. Un par de siglos más tarde, fue adquirido por Dardo Rocha -fundador de la ciudad de La Plata- durante un viaje por España. Rocha lo mantuvo colgado durante años en su residencia porteña de la calle Lavalle.
En 1968, el tapiz fue adquirido por el Museo Larreta, donde se exhibe desde entonces como parte de su colección. Finalmente, a fines de 2010, se puso en marcha su restauración. La decisión fue ardua, porque existen pocos especialistas en la restauración de textiles de gran formato. Gracias al aporte de fondos de la Fundación Bunge y Born, la iniciativa pudo ponerse en marcha.
El tapiz se encontraba en muy mal estado, según afirmó a La Nación el equipo de restauradoras, integrado por la italiana Barbara Ciani -a cargo del proyecto-, María Pía Tamborini, María José Cabala -restauradora del museo- y Alejandra Ossó. Primero debieron intervenir restauraciones pasadas: deshacerlas. "Muchas agravaron su estado de conservación. Dañaron el tapiz", explicó Tamborini. Se encontraron parches de tela donde había "lagunas", algunos adheridos con pegamento, algo absolutamente fuera de lo común, según explicó Ciani. Otros retazos habían sido cosidos con hilos que no eran los adecuados, y de forma burda. Debido a esos arreglos improvisados, el diseño se vio modificado por las tensiones que generaban las costuras de mala calidad.
Luego se realizaron numerosas pruebas para confirmar que la tintura de los hilos no "migraría" (no desteñiría). El proceso fue, nuevamente, en extremo meticuloso. Se humedeció una muestra de cada hilo adherida a un papel secante, para corroborar que el tapiz podría limpiarse con agua y jabón sin sufrir deterioro alguno durante el proceso.
Para certificar la perfecta supervivencia del diseño, el tapiz fue cubierto como un "sandwich", con tul, que también fue unido con hilvanes. En el siguiente paso, se utilizó una aspiradora de baja potencia para sustraer parcialmente el polvo varias veces centenario. Más tarde se construyó, en los fantásticos jardines del museo, una pileta de nylon, superior apenas al tamaño del tapiz. Con sus pantalones arremangados, las restauradoras quitaron aquellos siglos de polvo con esponjas, agua y jabón. Se lo dejó secar naturalmente, ayudado apenas con algún ventilador.
Actualmente, están en la fase de consolidación, donde unen el tapiz a una tela de soporte. Se realiza con hilvanes separados por diez centímetros para evitar que el diseño se desplace. Así, con hilos similares a los originales, se recrea el efecto de la trama para que recupere la lectura estética del tapiz, según afirmó Ossó. Ese trabajo llevará varios meses más: con hilo, aguja, pinzas, lupas y luces de gran intensidad, cada restauradora interviene un sector diferente del tapiz, que está parcialmente enrollado sobre una mesa.


Las restauradoras trabajando sobre el tapiz. 

La fase final

El tapiz no será restaurado para dejarlo como en sus inicios; se mantendrán parches de los siglos anteriores -unos 10 de 40 hallados- . Según la técnica conservativa utilizada, estos retazos de tela tendrán la tarea de relatar con fidelidad la historia del tapiz.
Se calcula que aún falta un año para terminar el trabajo. Luego de culminar la restauración, se colocará un forro de algodón que, con velcro, permitirá que sea colgado nuevamente en las paredes del museo.
Más de cuatro siglos pasaron desde que el tapiz fue tejido. Hoy, son estas cuatro mujeres las encargadas de restaurar su belleza original y mantener, sin embargo, las cualidades que conforman su historia. Queda el enigma de cuántos siglos pasarán y quienes emprenderán similar tarea, para mantener, a su vez, las refacciones que ellas realizan hoy.

Fuente texto: lanacion.com

EL SURREALISMO, INSTALADO EN VANCOUVER




'The Colour of My Dreams: The Surrealist Revolution in Art' ('El color de mis sueños: La revolución surrealista en el Arte') se inaugura en la Vancouver Art Gallery de Canadá. La exposición reune más de 350 obras de artistas emblemáticos como André Breton, Salvador Dalí, Max Ernst, René Magritte, Joan Miró, Alberto Giacometti, Leonora Carrington o Man Ray. Es la mayor muestra sobre Surrealismo organizada en Canadá hasta la fecha.

Fuente: deluxe-eventscr. com

UN EQUIPO CIENTÍFICO IMPULSA EN ESPAÑA LA INVESTIGACIÓN CON BACTERIAS QUE LIMPIAN LAS PINTURAS AFECTADAS POR LA HUMEDAD



   
De regreso en Valencia, las científicas españolas pusieron en marcha un proyecto para conseguir resultados parecidos con las costras salinas que aparecen sobre las pinturas murales cuando cristalizan los minerales que se encuentran en el agua. El resultado está siendo espectacular, como puede comprobarse en los frescos pintados por Antonio Palomino en el siglo XVII sobre techos y paredes de la Iglesia de los Santos Juanes de Valencia.
Las doctoras Montes y Bosch coordinan un equipo multidisciplinar de biólogos y restauradores del Instituto Universitario de Restauración del Patrimonio y del Centro Avanzado de Microbiología de Alimentos de la universidad valenciana. Unos y otros han podido comprobar que los microorganismos del género Pseudomonas “entrenados” para limpiar la superficie pictórica son capaces de alimentarse de las eflorescencias salinas sin perjudicar a la pintura.
“En Italia emplean algodón para aplicar los microorganismos sobre la zona a tratar. Nosotros, en cambio, hemos desarrollado un gel que actúa en superficie, lo que evita que la humedad penetre profundamente en el material y provoque nuevos problemas”. Pilar Bosch explica también que han conseguido rebajar el tiempo de “trabajo” de las bacterias, que en hora y media dejan el área afectada completamente limpia. Luego “se retira el gel, se limpia la superficie y se deja secar”. Los microorganismos residuales mueren por falta de humedad.
Si el nuevo método se extiende a otros centros de restauración, el uso de productos químicos tendría los días contados, ya que implica reacciones muy agresivas, poco selectiva y tóxicas para los restauradores. Las bacterias, en cambio, son totalmente inocuas para las personas, las pinturas y el medio ambiente y, además, son mucho más rápidas, eficaces y económicas.
Los científicos valencianos que trabajan en este proyecto planean ya ampliar sus investigaciones a otros microorganismos que sean capaces de limpiar las superficies más variadas. “Como en la naturaleza encontramos bacterias que se alimentan de casi cualquier cosa, estamos convencidos de poder eliminar otras sustancias en diferentes tipos de materiales”, dicen los investigadores.


Fuente: noticiasarteselección.com

ROBAN POR ENCARGO CUADROS
DE LA CASA DEL PINTOR CARLOS ALONSO


En Unquillo, Córdoba.
Se llevaron obras de Spilimbergo, Berni y Gómez Cornet de su gran colección privada.

CARLOS ALONSO, DESNUDO, TINTA, 1958, COLECCIÓN PRIVADA.
 
CORDOBA.- El prestigioso pintor Carlos Alonso, de 82 años, fue asaltado, golpeado y despojado de nueve obras de distintos autores que formaban parte de su colección privada. Fue un aparente robo por encargo. Entre los cuadros que los cinco ladrones se llevaron de la casa del pintor, hay obras de Lino Enea Spilimbergo, Ramón Gómez Cornet y Antonio Berni, entre otros.
Si bien se supo ayer, todo sucedió el martes a las 21.30, cuando entre cinco y seis hombres, según informó la policía provincial, ingresaron en la espléndida casa de Alonso en la ciudad de Unquillo, tras reducir a uno de los hijos, que en ese momento llegaba a la vivienda.
Los ladrones, que permanecieron durante dos horas dentro de la casa, llevaban una lista de las obras que se iban a llevar, por lo que se presume que se trató de un crimen por encargo, muy probablemente a pedido de un coleccionista privado. Los ladrones no robaron obras del propio Alonso
Según fuentes policiales, los ladrones también robaron dinero y el automóvil de la familia, que horas después apareció abandonado en el barrio Villa Adela, de la ciudad de Córdoba.
Fuentes policiales revelaron que los asaltantes llegaron en una camioneta. Con inusitada violencia, exigieron a Alonso que les entregara las obras que buscaban.
Una vez completado el robo, los desconocidos maniataron a Alonso junto a su esposa, un hijo y a una persona que estaba de visita. Luego desaparecieron del lugar.
Cuando las víctimas lograron liberarse de las ataduras, llamaron a la policía. Alonso evitó todo contacto con la prensa y no trascendieron los títulos de los cuadros robados.

Una villa tranquila


La zona donde el maestro Alonso eligió para vivir es parte de lo que se denomina Sierras Chicas, una de las más bellas de la provincia.
Su casa y atelier está en la loma de una pequeña colina cercana a Unquilllo, muy cerca de la municipalidad local y de difícil acceso para quien no conozca el entorno.
Sin embargo, últimamente esa pequeña y tranquila ciudad cordobesa fue blanco de robos, según informó a La Nacion la policía local.
Lamentablemente, no es la primera vez que Alonso, uno de los artistas vivos más importantes del país, sufre un robo.
En 2007, según consignó el diario La Voz del Interior, varios ladrones robaron cinco cuadros de Alonso, que estaban expuestos en el Centro de Arte Contemporáneo del estadio Chateau Carreras.
Se trataba de láminas de la serie Manos Anónimas y, luego de que el caso tomara trascendencia, las obras sustraídas aparecieron abandonadas en el parque Los Niños Urbanos, frente al aeropuerto.


Fuente: lanacion.com