Son 500 piezas de pueblos originarios asentados en La Pampa, la Patagonia y la región mapuche
Laura Casanovas
LA NACIÓN
En su libro Una excursión a los indios ranqueles , de 1870, el general Lucio V. Mansilla relata cuando el cacique ranquel, Mariano Rosas, le obsequió su poncho pampa, tejido por su principal mujer. Una prenda cuya significación, señala Mansilla en su texto, es para los indios "como el anillo nupcial entre los cristianos".
Ese histórico poncho se podrá ver en la Fundación Proa, cuando pasado mañana se inaugure la exposición Las Pampas: arte y cultura en el siglo XIX , que reúne 500 trabajos de platería, tejidos y objetos de uso cotidiano, hechos por los pueblos originarios que habitaron La Pampa, la Patagonia y el territorio mapuche, durante el siglo XIX.
Se trata de una exposición de "gran impacto tanto histórico como cultural, porque cada pieza es un objeto único, que tiene los signos de la cosmovisión de los pueblos originarios que habitaron el territorio argentino", señaló a LA NACION Claudia Caraballo de Quentín, directora general de la muestra, en un recorrido previo a su apertura.
En la misma sala, además, hallamos un conjunto de ponchos ubicados en círculo que emula la forma en que se organizaban las asambleas.
El diseño expositivo de esta muestra, a cargo del destacado artista argentino Luis Benedit, potencia la riqueza visual y simbólica de las piezas, desde una estética contemporánea.
Una de las características de la platería pampa y ranquel son los diseños en torno de la flora y de la fauna.
Cuando llegamos al último núcleo, descubrimos que junto al poncho de Mansilla hay otros dos que compiten en importancia histórica: el poncho que los pehuenches le regalaron al general José de San Martín durante el cruce de los Andes, en enero de 1817, y el de factura araucana, que perteneció al gran cacique de las pampas Calfucurá, que encabezó los malones más cruentos en la provincia de Buenos Aires entre mediados del siglo XIX hasta 1872 cuando fue derrotado por el general Ignacio Rivas en una batalla en la que murieron 200 indios.
Pero, además, el público podrá apreciar un impactante conjunto de otras piezas tejidas en lana de oveja, así como ejemplares del poncho inglés. Este último llegó al Río de la Plata a mediados del siglo XIX, especialmente fabricado para el mercado local, y su presencia permite, asimismo, analizar el rol de Inglaterra como potencia exportadora de bienes manufacturados. "Esta agrupación de ponchos es una invitación a los expertos del tejido a investigar sobre el tema", propuso Caraballo de Quentín.
La exposición permanecerá abierta al público hasta el 4 de enero próximo, en la avenida Pedro de Mendoza 1929.