IGUALITO. WEIWEI ES UN DISIDENTE QUE ESTA BAJO ARRESTO DOMICILIARIO.
Muchos creyeron que era un cadáver y, además, que era el cuerpo
del artista y disidente chino Ai Weiwei. Armó flor de revuelo en Bad
Ems, una minúscula ciudad de Alemania. Pero se trataba de una escultura
muy parecida a Weiwei. Y mucha gente alertó a la policía.
La
fiscalía desestimó ayer una demanda por “profanación de cadáveres”
presentada por un hombre que, al pasar junto a la obra, creyó que se
trataba de un muerto. Y aseguraron que “no se abrirá ninguna
investigación por falta de indicios de delito”.
“Es cierto que
los primeros dos o tres días hubo algunas llamadas” de gente preocupada,
señaló Peter Steger, de la policía de Bad Ems. La figura, de gran
parecido con Weiwei, vestida con un traje y tendida en el suelo boca
abajo, puede verse en “Laden Nr.5”, un local a la calle que el centro
artístico Palacio Balmoral reconvirtió en un pequeño espacio para
exposiciones. Con su escultura, titulada “La muerte de Marat”, el
artista He Xiangyu pretende honrar de una manera irónica el compromiso
con los Derechos Humanos de su colega artístico Weiwei, quien fue
nombrado hace poco la persona más influyente en el mundo del
arte en la lista que anualmente elabora la revista británica Art Review.
Las autoridades de China opinaron que ésta, y otras distinciones al
disidente, esconden “motivos políticos”.
Weiwei, después de casi
tres meses preso, quedó bajo arresto domiciliario hasta hoy. Hace 15
días, inauguró a través de un video grabado en Pekín una exposición de
fotos en Berlín. “Hola, soy Ai Weiwei, estoy muy contento de que mi
exposición pueda ser mostrada en Berlín. Desearía estar allí, pero no
puedo”, dijo en su breve mensaje grabado en el jardín de su casa.
Tras la inundación que en 2009 lo devastó, el Museo Gauchesco y Parque Criollo Ricardo Güiraldes vuelve a vivir.
(...) Al gaucho que llevo en mí, como la custodia lleva la hostia. R. G.
Por Silvina Beccar Varela/Para LA NACIÓN
El 25 de diciembre de 2009 estuvo nublado y lluvioso en
San Antonio de Areco. Cecilia Smyth, directora del Museo Gauchesco y
Parque Criollo Ricardo Güiraldes, -que en 1938 creó Manuel J. Güiraldes,
padre del escritor, al cumplirse 10 años de la muerte de su hijo-, fue
allí varias veces durante el día; el agua estaba lejos de la casa-museo.
Esa noche, desde su cama, escuchó la lluvia que golpeaba
insistentemente las ventanas y el techo. Nunca pensó que habían caído
más de 400 ml.
En la mañana del 26 intentó llegar al museo en auto, pero
no pudo. Volvió luego con Raúl, su marido, pero quedaron varados a tres
cuadras. Caminando desesperadamente en medio de la correntada,
alcanzaron la tranquera. Sergio Altamirano, encargado de campo del
predio, les aclaró que había entrado algo de agua al museo., aunque no
tanta. "A las 9 había sólo 5 cm. Empezamos a levantar los objetos.
Llevamos lo que pudimos al Museo Las Lilas, de Octavio Caraballo. Areco
era un caos, no había manera de moverse. Y el agua empezó a subir, subir
y subir. Los muebles flotaban y se daban vuelta. Los cuadros, hundidos
hasta la mitad. Intentábamos ponerlos a resguardo, pero eran muy
pesados. Todo, en medio de la corriente. Hasta que sentimos, con un
metro y medio de agua y sin luz, que no podíamos estar más adentro de
esa casa", contó Cecilia.
Salieron al mar de agua marrón y subieron al mirador.
Allí consiguieron comunicarse con la intendenta, Estela Lennon. Ella
recibió la llamada junto con la de otros miles de inundados. Más tarde,
mandó la lancha a buscarlos.
"Nos encomendamos a Dios, teníamos la sensación de que se
perdía todo el patrimonio, inmersos en una catástrofe de dimensiones
totalmente imprevistas", contó Cecilia.
Con el agua hasta el cuello
Las aguas contaminadas desbordaron el cauce del Río
Areco. Los canales aledaños también se desbordaron. Se produjo una
tragedia impensada: 3500 personas inundadas -600 rescatadas y 2100
autoevacuadas-, casas sumergidas, cosechas perdidas y animales muertos.
La crecida del río fue tal que las aguas llegaron hasta las puertas del
museo y anegaron sus salas con 1,50 metros. Después vino el barro. Sólo,
tal vez, fuera posible recuperar algo de toda esa podredumbre. Y sin
embargo, se hizo.
La amplia pinacoteca, los documentos, los manuscritos de
Güiraldes, las primeras ediciones, la cama de Don Juan Manuel de Rosas,
el mobiliario, los textiles, las artesanías en cuero: todo hubo que
salvarlo de las aguas. A la problemática de la inundación se sumaron la
contaminación y la humedad. Frente a la adversidad, el personal de este
refugio de cultura ligada a las tradiciones, se puso el museo al hombro.
Se derivaron obras a la estancia La Invernada, otras se levantaron.
Mientras tanto, los amigos del museo buscaron fondos: se movilizó todo
el pueblo. Llegaron los restauradores, Manuel Cesio y Alba Pereiro,
entre muchos otros.
Las acciones fueron posibles gracias al apoyo de la
Intendencia, la Municipalidad, el Gobierno de la Provincia de Buenos
Aires, la Asociación de Amigos del Museo, el Ministerio de Economía, la
Casa de la Moneda, la Fundación YPF y la Fundación Príncipe Claus de
Holanda.
El día después
Como no había papel secante, los libros se interfoliaron
con papel higiénico. Así empezó la primera recuperación, la de la
palabra. "No teníamos luz germicida; entonces, exponíamos libro por
libro tres minutos al sol para matar los hongos. La obra plana estaba
comprometida y había que desenmarcarla, y evitar por todos los medios
la putrefacción y el deterioro de los muebles. Fueron jornadas de 14
horas durante 3 meses", afirmó la directora.
Cada rincón del museo posee su riqueza; así, se dividió
el proyecto de rescate en especialidades de acuerdo a su tratamiento y
nada cobró protagonismo, estabilizando el patrimonio para después ir
restaurándolo pacientemente.
Los sábados, Manuel Cesio y su equipo -pertenecientes al
programa de recuperación y conservación del patrimonio cultural del
Ministerio de Economía de la Nación-, capacitaron a todo el personal del
Museo Güiraldes. "En 2010 trabajé con ellos y este año realizamos
talleres de conservación, restauración, encuadernado de libros,
enmarcado museológico y lavado de obra plana", explicó Cesio.
Las intervenciones fueron hechas por ordenanzas, guías de
turismo, personal de limpieza, quienes se transformaron en
restauradores gracias al cariño por el lugar de trabajo y el sentido de
pertenencia. "Como grupo humano fue maravilloso encontrar un campo
fértil en cada una de las personas que trabajan aquí", señaló Cecilia.
Actualmente se los puede ver restaurando muebles o
diarios que estuvieron sumergidos en agua barrosa; ya se restauró el 70
por ciento del acervo del museo.
El futuro llegó, hace rato
La Fundación YPF, de la mano de su vicepresidente
ejecutivo, Ezequiel Eskenazi, donó los fondos necesarios para la
realización y futura ejecución del Plan Maestro que se presentó el 10 de
este mes en el marco de la Fiesta de la Tradición. El Plan estará a
cargo de un grupo de trabajo liderado por el curador Gabriel Miremont
(Museo de Arqueología de Alta Montaña de Salta, Niños de Llullaillaco;
Museo de Tigre; Museo Evita) y Virginia Agote (Museo de Bellas Artes de
San Juan), con la ayuda de todo el personal y la coordinación de Pedro
Güiraldes, sobrino-nieto del escritor.
Ricardo Güiraldes fue enterrado en Areco en 1927: había
muerto en París y sus restos fueron recibidos por una larga fila de
gauchos -sus gauchos- a caballo, entre otras personalidades de la
cultura.
"Esencialmente -señala Pedro Güiraldes-, hoy se conoce a
Ricardo como un escritor costumbrista. Mas era un hombre
escandalosamente moderno, ligado a las corrientes literarias de la
época. Amigo de Raúl González Tuñón, Emilio Petorutti, Xul Solar. Su
primer libro, El Cencerro de Cristal, pasó años en el pozo del aljibe de
la estancia La Porteña, dilapidado por la crítica de la época. Sin
desconocer su otro yo ligado a lo gauchesco, a quien dedica su obra
emblemática. No hay más que leerlo para entender la amplitud de su
pensamiento."
Con el libro Don Segundo Sombra como eje temático, la
nueva puesta intentará reflejar estos dos aspectos de la personalidad de
Ricardo, haciéndola atractiva también para el turismo. La pulpería será
el área que mostrará la actividad del hombre de campo. Habrá talleres
de soguería, platería, etcétera. Se mantendrá el área de conservación y
restauración -construcción reciente lograda gracias a los aportes
privados y públicos-, para la reserva de las colecciones. En el patio
externo se prevé un área de recreación con algún servicio gastronómico.
"Son 90 hectáreas de parque y colecciones, la idea es que
la gente venga a pasar el día, se sorprenda y aprenda", concluyó
Miremont.
Para concretar esta ambiciosa obra hace falta el apoyo de
las empresas del sector, los amigos del museo, las ONG, el Gobierno
Nacional y el Provincial. El resguardo de la memoria ligada a la
historia representa la raíz del árbol en donde se afianzará nuestro
futuro.
GÜIRALDES, DISCÍPULO LITERARIO DEL GAUCHO
Ricardo Güiraldes que se reconocía discípulo literario
del gaucho, preso de la nostalgia luego de una larga permanencia en la
capital francesa -en donde ya estaba viviendo con un año de edad-,
cierta vez escribió: "Ha sido en París donde comprendí una noche en que
ví solito mi alma que uno debe ser un árbol de la tierra en que nació:
espinillo arisco o tala pobre. Acababa de dar una vuelta completa al
mundo, y esa noche de nieve me corrió por lo despiadada, y lo era más
por la escarcha nuestra, porque era nieve extranjera. Me sentí huérfano,
guacho y ajeno a mi voz, a mi sombra y a mi raza. Lié mis petates, y
¡hasta la vuelta!, le dije, che. Cuando me bajé del barco tomé un pingo y
le entré, como cuando era cachorro, hasta el corazón de la pampa."
LA PULPERÍA ESTÁ ABIERTA
La restauración de la pulpería, gracias a su personal y a
los aportes del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, la
Municipalidad de San Antonio de Areco y la Asociación de Amigos del
Museo Güiraldes, permitió su apertura el 3 de noviembre de 2010.
En ella se puede conocer la forma de vida del gaucho:
como Almacenes de Ramos Generales o despensas, las pulperías surgieron
como una necesidad en una esquina o paraje, con despacho de bebidas y
vicios (yerba, azúcar y tabaco).
Los poetas se inspiraron en los pulperos para escribir
algunas de sus coplas más hermosas. Como Martín Fierro, al que José
Hernández hacía exclamar: "Mi gala en las pulperías / era cuando había
más gente, / ponerme medio caliente, / pues cuando puntiao me encuentro/
me salen coplas de adentro/ como agua de la vertiente". O Hilario
Ascasubi. Santos Vega comienza: "Cuando era al Sur cosa extraña, / por
ahí junto a la laguna / que llaman de la Espadaña / poder encontrar
alguna/ pulpería de campaña". En el censo de 1810 se contaron 364
pulperos en Buenos Aires.
El museo aún no tiene fecha de reapertura. Plan Maestro
mediante, estiman que todavía falta bastante tiempo, depende de que se
hagan efectivos los aportes públicos y privados.
Camino Ricardo Güiraldes S/N, Tel. 02326-455839. (2760) San Antonio de Areco, provincia de Bs. As., museoguiraldes@areconet.com.ar. Fuente: Revista La Nación
La quinta edición de Pinta en Nueva York
conquistó la semana pasada el interés del público, los medios,
coleccionistas y directores de museos; participaron 45 artistas
argentinos.
Por Juana Libedinsky
/ LA NACIÓN
Informalmente,
muchos lo han llamado el año de las galerías (y, por extensión, el año
de las ferias de galerías). Resulta que la planificación para lo que se
muestra en los grandes museos neoyorquinos en la temporada 2011-12 fue
confeccionada en 2008, cuando la economía dio un violento giro tras años
de bonanza. Asustadas, pocas instituciones quisieron arriesgar recursos
a futuro, lo cual explica la proliferación actual de exposiciones
basadas en colecciones permanentes, sólidas, impecables, y a menudo
fascinantes, pero que quizá no generan la misma excitación que algo
nuevo.
Las principales galerías, en cambio, tuvieron el "músculo
financiero" suficiente para aprovechar ese vacío a último momento, y no
sólo el interés del público, sino también la repercusión en los medios
de algunas de sus muestras y artistas, que ha estado al nivel que
normalmente se reserva para los museos.
En ese favorable contexto se desarrolló la semana pasada
Pinta, feria de arte latinoamericano, su quinta edición en la Gran
Manzana. Otros factores externos elevaron, también, su estatus. Una
reciente nota en The New York Times -árbitro final del quehacer cultural
en la Gran Manzana-, titulada en forma elocuente "El arte
latinoamericano, redescubierto nuevamente", señalaba que "los amantes
del arte en Estados Unidos están yendo más allá del canon occidental al
construir sus colecciones" y que "la creciente población latina del país
representa también un nuevo potencial de coleccionistas y aficionados".
Hay más. Algunas de las economías más prósperas del sur
del continente, en particular la de Brasil, han creado su propio mercado
de arte. Esto significa que los precios back home de las obras ya son
altos, con lo cual, al comprar piezas latinoamericanas en Estados
Unidos, los coleccionistas no sienten que están pagando un extra
desorbitante sólo por no hacerlo en los países de origen de los
artistas.
Y está el respaldo de los grandes. "Se puede argumentar
fuertemente que una serie de artistas de la región están entre los más
interesantes que trabajan hoy", sentenció el director del MoMA, Glenn
Lowry, quien aun antes de la inauguración oficial ya se paseaba por los
stands de Pinta, generando una gran expectativa. También estuvieron
presentes importantes coleccionistas como Patricia Cisneros, Ella
Fontanals y Estrellita Brodsky.
Pinta estuvo a la altura de las circunstancias, con obras
como un Matta por el que se pedía 3.800.000 dólares; pequeñas
esculturas de Botero valuadas en 700 mil dólares y Lo obsceno, de la
brasileña Adriana Varejão, hecha para la Fundación Cartier, de 1.200.000
dólares, cuya versión de color más apagado y menor tamaño era la tapa
del catálogo de Phillips para los remates de la temporada. La presencia
de obras de artistas brasileños como Lygia Pape, Anna Maria Maiolino y
Fernanda Gomes fue, en general, calificada con un solo adjetivo: "lujo".
En cuanto a la participación argentina, entre el medio
centenar de galerías reunidas en Pinta pudieron verse obras de, por lo
menos, 45 artistas de distintas generaciones como Marta Minujín, Liliana
Porter, María Noel, Julio Le Parc, César Paternosto, Rogelio Polesello,
Luna Paiva, León Ferrari, Inés Bancalari, Antonio Seguí y Mariano Costa
Peuser.
Cuatro galerías argentinas llevaron obra con el apoyo de
Cancillería. Cosmocosa reunió a Gyula Kosice (con dos obras de 45.000
dólares), Ignacio Iasparra y Faivovich & Goldberg, que tenían un
stand exclusivo para ellos en la parte de los proyectos curados por el
invitado de honor de la muestra, Jacopo Crivelli.
Teresa Anchorena llevó obra de Juan Andrés Videla,
Roberto Elía, Beatriz Pagés y Luna Paiva, entre otros; GC Estudio de
Arte, de Eduardo Costa, Leo Battistelli y Eugenio Espinoza, y la ciudad
de Buenos Aires, un montaje de fotografías porteñas vintage de Aldo
Sessa. El galerista argentino Karim Makarius participó junto con la
galería americana Throckmorton para presentar fotografías de su padre,
Sameer Makarius.
Claro que, además, en algunas galerías no argentinas hubo
una abrumadora presencia rioplatense, como la española Aina Nowack,
cuyo stand estaba dedicado a María Noel y Grillo Demo; Cecilia de
Torres, con base en Nueva York, presentó a César Paternosto e Inés
Bancalari; y la también americana Nohra Haime, gigantescos cuadros de
Seguí. Otro galerista local, Henrique Faría, mostró imágenes del célebre
Pago de la deuda externa con maíz de Marta Minujín y Andy Warhol, días
después de que los remates de arte contemporáneo demostraran que el pop
sigue siendo rey en las ventas de la Gran Manzana.
La historia de esta obra es bien conocida: Marta Minujín
invitó a Warhol a una performance en 1985, en la cual ella pagaba la
deuda externa argentina usando el grano más difundido y emblemático de
América latina. Rodeados de mil choclos pintados de dorado, Warhol y
Minujín realizaron la negociación, que venía a simbolizar el intercambio
material y el trueque de experiencias artísticas y curatoriales. Luego
se sacaron doce fotografías y repartieron choclos autografiados.
Recientemente se encontraron tres fotografías perdidas y
la versión ampliada de series de seis, presentada en octubre por primera
vez, se exhibió en Pinta. Esto fue muy apropiado, no sólo porque el
objetivo de la feria dirigida por Alejandro Zaia, Mauro Herlitzka y
Diego Costa Peuser está vinculado al fomento del intercambio artístico y
material entre el norte y el sur del continente, sino también porque la
nueva sede de la feria de galerías queda a pasos del Empire State
Building, donde tuvo lugar aquella performance.
La antropóloga Estela Mansur trabaja con los vestigios de los pueblos indígenas fueguinos, tan complejos como poco conocidos.
Tuvieron
una civilización compleja y técnicas de caza que les permitieron
alimento de sobra y tiempo libre; sufrieron la persecución y la muerte,
arrinconados por los blancos; los sobrevivientes se integraron a la
sociedad conquistadora y su cultura es parte de la memoria de quienes
habitan lo que fue su territorio. Los indígenas de Tierra del Fuego, sin
embargo, tienen mucho menos espacio en el imaginario sobre los
habitantes originarios que los pueblos del norte, o se los engloba en
una imprecisa denominación: "onas".
La antropóloga Estela Mansur da razones: los indígenas
del actual territorio fueguino fueron menos, estaban lejos de Buenos
Aires -lejos hacia el sur, que siempre es más lejos- y sobrevivieron
hasta el siglo XX. "En otras zonas del país se puede hablar de un
genocidio indígena cometido en la conquista. Pero aquí se trata de gente
que estuvo en este territorio hasta hace poco tiempo. Es difícil hablar
de ellos", dice Mansur, antropóloga especializada en arqueología,
investigadora del Conicet, platense de nacimiento y fueguina por
decisión desde 1985, cuando llegó para investigar la tecnología y el uso
de instrumentos de piedra en los pueblos originarios.
Mansur trabaja ahora en "el corazón de la isla", una zona
de bosques donde busca y analiza las manifestaciones arqueológicas del
pueblo selknam que lo habitó, en particular la ceremonia del Hain, un
ritual de iniciación de los varones adolescentes.
El escaso conocimiento general sobre esos indígenas
contrasta con la abundancia de documentación que existe. Están las
observaciones del misionero anglicano Thomas Bridges, que se instaló en
la zona del canal de Beagle y llamó "onas" a los selknam,usando la
palabra con que sus vecinos, los yámanas, los denominaban. También los
informes de los cuatro viajes del sacerdote y etnólogo alemán Martin
Gusinde, entre 1919 y 1924, y los trabajos de Anne Chapman, la
antropóloga franco-norteamericana que llegó a fines de 1964 por primera
vez y difundió como nadie la vida y la cultura selknam hasta su muerte,
en 2010. Mansur, que trabajó con Chapman, participó recientemente de una
muestra en homenaje a la antropóloga en el Museo Mitre.
-¿Había muchos grupos en la zona de Tierra del Fuego?
-Unos eran los canoeros: en las costas e islas, con alta
tecnología de navegación, cazaban mamíferos marinos en alta mar. Otros
eran los selknam y otros grupos, cazadores continentales o de a pie.
Cazaban mamíferos como el guanaco y tenían un mundo de creencias, mitos,
representaciones y teatro. Eran una sociedad rica y compleja.
-¿Desde cuándo estuvo poblada la zona?
-Desde el retiro de la última glaciación, y en particular
en un momento en que el nivel del mar estaba bajo, con lo cual el
estrecho de Magallanes era un pequeño hilo de agua. Los restos
arqueológicos más antiguos datan de algo más de 10.000 años. Los selknam
conservaron su estilo de vida hasta bien avanzado el siglo XIX, cuando
comenzó la ocupación blanca de Tierra del Fuego, con la llegada de
buscadores de oro y estancieros. Al contagio de enfermedades para las
que no tenían defensas, la expulsión de sus territorios y el cambio
alimentario, se sumaron la persecución y las matanzas perpetradas por
algunos recién llegados. Los selknam buscaron refugio en los bosques del
centro de la isla, en las misiones salesianas o bajo la protección de
la familia Bridges. Poco a poco, los sobrevivientes se fueron integrando
en la sociedad conquistadora, como trabajadores de estancias, de
aserraderos, y dejaron de ser "visibles". Sin embargo, sus descendientes
viven hasta hoy en Tierra del Fuego.
-En el norte argentino, los pueblos originarios aparecen desplazados y empobrecidos. ¿Fue igual con los fueguinos?
-Es distinto, sobre todo por la diferencia numérica. Los
selknam eran cazadores recolectores nómades que se desplazaban
libremente. La llegada de las estancias implicó alambrados y ovejas, lo
que desplazó a los indios pero además modificó los territorios de
movilidad del guanaco, su principal fuente de recursos. Con la
marginación y la persecución, la reducción numérica de la población
selknam fue drástica. Hoy hay una asociación que nuclea a los
descendientes de los selknam; la provincia reintegró tierras que
correspondieron a una antigua reserva, y hay que mencionar a la primera
diputada nacional indígena de la Argentina, Amalia Gudiño, descendiente
de selknam.
-¿Se hace uso turístico o comercial de esa presencia indígena?
-Sí de su imagen como patrimonio cultural. Desde la
década del 80, las ciudades de Tierra del Fuego tienen palabras
indígenas para calles, barrios, escuelas y ofertas turísticas. Y la
temática aborigen está presente en las obras de plásticos, escritores y
artistas. Los arqueólogos hemos contribuido a aportar información sobre
las sociedades pasadas de Tierra del Fuego y sus modos de vida. En un
sitio con la dinámica de recambio de población de Tierra del Fuego, todo
conocimiento sobre el pasado puede ser un elemento clave para ayudar al
arraigo..
Obras de varios condenados a penas de prisión extensas serán expuestas en el museo más prestigioso de Francia.
Artistas como Mantegna y Géricault fueron copiados por los detenidos.
Uno de ellos logró el permiso para asistir a este evento sin precedentes.
Foto AFP
El Museo del Louvre sorprende con una muestra histórica:
sus paredes están decoradas con obras de presos condenados a varios años
de aislamiento.
La iniciativa de exponer a los delincuentes al arte fue del propio museo,
que colocó en enero pasado un centenar de reproducciones de muy alta
definición en la prisión de Poissy (Yvelines, en la periferia de París),
de acuerdo a lo publicado por el diario ABC de España.
Las personas que cumplían sus condenas en la cárcel pudieron disfrutar de los cuadros durante varias semanas: Mantegna, Géricault, Caravaggio y muchos otros incentivaron a los artistas que los presos tenían dentro.
Henry Loyrette, director del museo parisino, invitó a los
prisioneros a que se animaran a contar sus experiencias artísticas
íntimas.
Fue así que diez meses más tarde,las obras de los grandes de la pintura fueron copiadas y hasta tomadas como inspiración para trabajos propios.
De los talleres de pintura y escritura organizados surgió la
muestra "Au-delà des murs, de la maison central de Poissy au Musée du
Louvre", su catálogo y un filme, que pueden contemplarse hasta el próximo 5 de diciembre en la "Mezzanina" de acceso a los grupos, desde la pirámide de vidrio.
La inauguración contó anoche con la presencia de Loyrette y del ministro de Justicia, Michel Mercier, pero sólo uno de los nuevos artistas obtuvo el permiso para asistir al acto.
La dirección del Louvre intenta con esta propuesta descentralizarse y conseguir que los condenados obtengan algo de paz a través de la redención y la libertad que puede propiciar el arte.
Esperan que la iniciativa se contagie a otras cárceles de Francia.
El reconocido director español protagonizó la cuarta edición de la gala benéfica del museo neoyorkino, que contó con la presencia de la actriz Elena Anaya, protagonista de su última película "La piel que habito".
PEDRO ALMODÓVAR
"Estoy muy emocionado. Hace 28 años que pusieron aquí (en el
MoMA) por primera vez una película mía. Me siento muy orgulloso de que
me descubrieran. Es maravilloso estar aquí', dijo Almodovar.
Pedro Almodovar, nacido hace 62 años en la localidad castellano-manchega de Calzada de Calatrava, destacó también los mensajes de vídeo enviados por Penélope Cruz y Antonio Banderas, dos de sus actores preferidos que debían copresentar el evento pero no pudieron trasladarse a Nueva Yorkpor motivos de trabajo.
"No sabía que no iban a venir. Son los actores que aquí más conocen, y
de alguna manera era natural que fueran ellos. Me he emocionado mucho",
dijo el cineasta sobre las palabras de cariño, amistad y respeto que Banderasy Cruzle dirigieron.
"Es un artista en lo más alto de la cima, asumiendo
riesgos y dispuesto a cambiar de dirección. El resultado es un trabajo
extraordinario y muy maduro", dijo durante una entrevista el conservador
jefe del departamento de cine del MoMA, Rajendra Roy, que subrayó que también quisieron celebrar "al artista e innovador'".
Royagregó que el cineasta español se adecuaba al perfil de otros directores a los que el MoMAha premiado en años anteriores, y que Almodóvar "encaja
perfectamente" por su vinculación al museo y a Nueva York, en donde
-desde su debut en EE.UU. en 1984 con ¿Qué hecho yo para merecer esto?-
sus películas han sido proyectadas en varias ocasiones.
Almodóvar se suma así a otros cineastas como Kathryn Bigelow("The Hurt Locker") que recibió ese reconocimiento del museo en 2010,Tim Burton ("El joven manos de tijeras") y el australianoBazLuhrmann("Moulin Rouge"), que lo fueron en 2009 y 2008, respectivamente.
Al evento asistieron destacadas celebridades como el modisto Karl Lagerfeldo la directora de la revista Vogue, Anna Wintour, al igual que la diseñadoraDiana Von Furstenberg, artistas como Alicia Keys, Drew Barrymore, Sarah Jessica Parker, Emma Stoneo Uma Thurman, entre otros.
"Cada plano de sus películas es magia. Es único. No necesita 1000 millones para hacer una película. Es el Woody Allen español", dijo la editora de Vogue, mientras que otra de las asistentes,Sarah Jessicah Parker, destacó el talento del director y "lo merecido que es este premio para él. Todas sus películas me gustan".
Por su parte, Elena Anaya, también señaló que para ella era "un honor acompañar aPedroen
este tributo tan merecido. Para mí es un cierre de oro, hacer esta
película con él y que le rindan un tributo, es maravilloso. Es muy
justo".
Una de las "chicas Álmodovar" originales, Rossy de Palmaseñaló
que era "muy gratificante y un homenaje merecidísimo. Es un gustazo
acompañarlo", al tiempo que subrayó que el reconocimiento pone de
manifiesto los lazos que unen al cineasta español con Nueva York.
De esa conexión con Nueva York, el experto del MoMA destacó
que "Pedro siempre ha celebrado en sus películas a los desconocidos,
los desamparados y los apasionados. Creo que no hay mejor sitio para
celebrarle a él y a su trabajo que la ciudad de las oportunidades y la
diversidad que es Nueva York".
El libro The Mysterious Death of Miss Austen asegura que la autora de Orgullo y prejuicio falleció por culpa del arsénico. Así, descarta los rumores que indicaban que la escritora había muerto a causa del cáncer.
JANE AUSTEN
Jane Austen pudo morir envenenada con arsénico, según un nuevo libro de la autora de novelas policiacas Lindsay Ashford, que llegó a esta conclusión tras leer cartas de la escritora inglesa en las que describe síntomas asociados a esa sustancia.
En una entrevista con el periódico The Guardian, Ahsford asegura que los síntomas descritos por la autora de Sentido y Sensibilidad en una carta que escribió meses antes de morir a los 41 años, "no deja lugar a dudas".
Austen explicaba:"Me encuentro considerablemente mejor ahora y
estoy recuperando mi aspecto un poco, que fue muy malo, blanco y negro y
de todos los colores equivocados".
Tras leer esta frase, Ashford enseguida se dio cuenta de que esos
síntomas coincidían con los del envenenamiento con arsénico, que puede causar machas en la piel que van de marrón a negro mientras otras partes se vuelven blancas.
Para corroborar su teoría, la autora de The Mysterious Death of Miss Austen
se pudo en contacto con los propietarios en los Estados Unidos de un
mechón de la escritora inglesa subastado en 1948, que tras ser analizado
dio positivo al veneno.
Según Ashford, los síntomas que describe Jane Asuten en sus cartas coinciden plenamente con el envenenamiento de arsénico, una sustancia muy extendida en su época y que se utilizaba para la cura del reumatismo y la sífilis.
Esta teoría descartaría otras que aseguran que la autora de Orgullo y Prejuicio murió hace casi 200 años de cáncer o la enfermedad de Addison.
"Tras mi investigación creo que es altamente probable que recibiera
un medicamento con arsénico. Estoy muy sorprendida de que nadie se haya
dado cuenta antes, pero no creo que la gente sea consciente de lo
habitual que era entonces utilizar esa sustancia como medicina", explicó
la especialista en novelas policiacas.