Aún hay miles de cuadros que demoran en volver a sus legítimos dueños; una muestra en Holanda los saca a la luz.
Kandinsky. "Vida llena de color" fue una de las telas robados en la época del nazismo. |
Nina Siegal - The New York Times
El niño, vestido de blanco, está callado, con las manitos juntas y los ojos cerrados serenamente. Una antorcha de madera está apoyada sobre las sábanas, con la llama extinguida.El impactante óleo El niño en su lecho de muerte, del viejo maestro holandés Bartholomeus van der Helst, se encontraba entre las más de 1.200 obras secuestradas por los nazis de una galería de Amsterdam durante la Segunda Guerra. Cabe recordar que solo muy recientemente se resolvió otro caso, famoso por su prolongado litigio: el cuadro The Colourful Life (La vida llena de color), de Wassili Kandinsky, se exhibía en la Galería de Lenbachhaus, en Múnich. Un tribunal reclamó que fuera devuelto a los herederos de una familia judía, su propietaria antes de la invasión nazi a Holanda, en 1940.Recuperado por los aliados, el cuadro de Van der Helst de 1645 debería haber regresado a la familia de Jacques Goudstikker, un conocido galerista holandés. Por el contrario, perteneció a un museo holandés por más de medio siglo, hasta que la familia pudo ganar la batalla y conseguir su restitución.El periplo de la obra de Van der Helst es emblemático de un período en la historia de Holanda, en el que un frío cinismo hacia los sobrevivientes del Holocausto implicó que miles de obras maestras fueran rescatadas de manos de los nazis sólo para terminar como parte de la propiedad nacional holandesa.“Evidencia una total falta de compasión”, dijo Rudi Ekkart, historiador de arte que el gobierno contrató en 1997 para rastrear las obras de arte robadas y encontrar a sus legítimos propietarios.Los fracasos de ese período y los honestos esfuerzos por parte de Holanda por superarlos son el tema de la exhibición Looted Art — Before, During and After WWII (Obras de arte robadas — Antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial), que tuvo su inauguración el 12 de mayo en la catedral medieval de San Nicolás, en Deventer, Holanda.Con una preparación de más de seis años, la muestra incluye 75 piezas, entre ellas el retrato del niño, y explora la desigual historia del arte robado por los nazis en los Países Bajos. Alguna vez ridiculizado por sus obtusos esfuerzos para la recuperación del arte robado, a finales de los años noventa los Países Bajos llevaron a cabo emprendimientos innovadores y pioneros que hicieron que el país fuera considerado un modelo de coherencia en este tema.Sin embargo, los recientes empeños de restitución pasan a estar bajo escrutinio, ya que algunos críticos internacionales afirman que las políticas holandesas para restituir las obras de arte robadas se han vuelto muy estrictas de nuevo. Particularmente preocupante es la medida política que exige que una comisión gubernamental encargada de juzgar los casos de restitución ponga en la balanza el interés nacional de los museos contra los reclamos de los sobrevivientes judíos o sus herederos.La medida política pide que la comisión considere “el significado de la obra para las colecciones públicas de arte”, en contraposición con el apego emocional de los demandantes.
"Niño en su lecho de muerte". La obra de Bartholomeus van der Heist acaba de regresar a sus dueños
En 2013, por ejemplo, una causa por el cuadro de Bernardo Strozzi Cristo y la samaritana, reclamado por los herederos de un refugiado judeo-alemán, fue rechazado porque era un cuadro importante para el museo holandés que lo albergaba. “El equilibrio de intereses implica que incluso si un demandante hace un reclamo al comité de restitución, y aún cuando el comité considere que el reclamo es válido y justo, los demandantes no obtienen automáticamente la pieza artística, ni hay ninguna solución para esta situación,” dijo Anne Webber, presidente de la Comisión para Obras de Arte Robadas en Europa, que tiene su sede en Londres. Gideon Taylor, presidente ejecutivo de la Organización Judía Mundial para la Restitución dijo: “Esto está teniendo un efecto de enfriamiento en los demandantes”. Mientras hubo esfuerzos en Alemania y otros países europeos, luego de la guerra, para compensar a las víctimas del saqueo nazi, en los años noventa surgieron nuevas coberturas académicas y mediáticas más profundas sobre el tema, que persuadieron a algunos países, por ejemplo a Francia y Austria, a revisar sus propias políticas y mejorar el proceso de restitución.“Cuando uno considera los Países Bajos y lo compara con otras naciones europeAs, llevó la delantera desde el comienzo, y todavía hacen las cosas mucho mejor que muchos otros países,” dijo Christopher A. Marinello, director ejecutivo de Art Recovery International, una empresa británica que se especializa en obras de arte confiscadas ilegalmente. “Pero los esfuerzos parecen haber disminuido, últimamente”.La nueva exhibición pone el foco en un espectro más amplio de la restitución en Holanda, alcanzando el período de la guerra. Fue concebido por Eva Kleeman, curadora que reside aquí, quien, con su esposo, Daaf Ledeboer, un asesor en materia de desarrollo urbano, estableció una fundación para montar exhibiciones en la histórica Basílica de San Nicolás. Estaban buscando áreas gubernamentales de depósito para encontrar arte digno de ser mostrado, y dijeron que una y otra vez se topaban con cuadros impresionantes con números NK. Todos formaban parte de la NK Collection, un tesoro de aproximadamente 3.800 obras de arte robadas que aún esperan ser restituidas.“Preguntamos si podíamos pedir prestada una obra de arte, y dijeron que, bueno, podía ser complicado, porque podría haber algún reclamo,” dijo Kleeman. “Nos intrigaba el tema”.Después de la guerra, los aliados restituyeron entre 8.000 y 9.000 obras de arte a Holanda, que habían sido encontradas en Alemania. El número representaba menos de la mitad de las obras que se habían reportado como faltantes por parte de los demandantes, sobrevivientes judíos del Holocausto. En 1951, cuando el gobierno holandés anunció que se había completado el proceso de restitución, y que había dejado de aceptar reclamos: el número de obras de arte restituidas a sus legítimos dueños se encontraba entre las 500 y las 1.000 piezas.
Fuente: clarin.com |