A 30 años de su muerte, se inauguró ayer en Tecnópolis un laberinto al aire libre; más obras en el CCK
Partitura para exterior, de Mariano Ferrante Gza. Prensa
María Paula Zacharías
En la semana de su cumpleaños y a 30
años de su muerte, Jorge Luis Borges es celebrado con fervor, sobre todo en
Buenos Aires, que se llenó de laberintos en su recuerdo. En Tecnópolis se
inauguró el Parque de los Laberintos, donde cuatro artistas locales modelaron
sus propios entreveros. Y hay más en papel, pintura, pallets, césped... o
palabras.
Ayer, su viuda, María Kodama, recibió en la Fundación Internacional
Jorge Luis Borges con charlas y con la muestra Atlas, curada por Fernando
Flores, una selección de fotos de los viajes que realizó con el escritor. Cerca
de ahí, en la estación Las Heras de la línea H se armó un laberinto de pallets
Tampoco se pudo inaugurar con bombos y platillos la nueva atracción borgeana de
Tecnópolis: cuatro instalaciones monumentales al aire libre, creadas por los
artistas Inés Raiteri, Luis Terán, Jorge Miño y Mariano Ferrante, que ayer
quedaron solas, bajo el agua, pero que seguirán en pie los próximos cuatro
años. Desde hoy se las puede visitar y los fines de semana los artistas
recibirán al público. Se anuncian actividades didácticas para niños de entre 3
y 12 años, además visitas guiadas; aunque en materia de laberintos, más vale
perderse que encontrarse.
Las obras proponen más que el desafío de dar con
una salida. El laberinto de Mariano Ferrante,Partitura
para exterior, de 165 metros cuadrados, es una construcción de
colores, que quiere recrear un sueño de la infancia del artista: imaginarse
dentro de una pintura. Luis Terán realizóYo
soy Asterión, una enorme estructura de hierro y chapa de zink acanalada
cubierta por graffitis. "Es una espiral concéntrica de 140 metros, con varias
puertas que comunican el recorrido principal con otro interno. Las paredes
miden entre 1,65 y 5 metros.
Un camino que puede resultar interminable. Los grafitis, de artistas invitados,
son para dar la idea del lugar que ya fue transitado muchas veces",
cuenta. Los visitantes pueden agregar sus propios dibujos o escritos.
"Tengo planes de seguir trabajando sobre la estructura en los próximos
años. Quiero que sea una pieza viva."
Raiteri construyóPaisajes
pintados, de 353
metros cuadrados, con módulos trasparentes de vidrios de
colores, que recuerdan la paleta de sus pinturas. "Son caminos que se
repiten, combinan y cambian de color. El paisaje y la luz dan tonalidades al
recorrido, que se proyecta impregnando las terrazas exteriores de otras
geometrías. La dinámica convierte a cada sujeto en protagonista del tramo
transitado", explica.
El mar de papel de Andrea Moccio en el CCK. Gza. Prensa
Miño trabajó sobre el
dibujo de su propia huella digital para construirLo infinito: un lugar donde
sentirse seguro, un laberinto de espejos que distorsionan las imágenes, en
distintos tamaños, donde nunca el visitante se refleja en su totalidad.
"Cada uno es único. Por eso tomé la huella como sello personal. Trabajé
con mamparas metálicas con unos vinilos espejados y desde arriba hay un
cableado de luces", cuenta. En el CCK tiene otra pieza, donde otra vez,
aparecen las ideas de distorsión, fragmentación y multiplicación."Pensamos en
artistas capaces de producir obra monumental y permanente especialmente para
Tecnópolis, y que entienden muy bien la participación de la gente como parte de
la obra", dice Gabriela Urtiaga, curadora. "Es un espacio de arte que
nos invita a acercarnos a Borges de forma lúdica e inclusiva", dijo Hernán
Lombardi, Ministro de Medios y Contenidos Públicos de la Nación.Otro laberinto se
despliega en los 400
metros cuadrados de la Gran Lámpada del CCK
-la sala colgante y luminosa-:En
el cristal de un sueño, que es un mar de papel de formas orgánicas de
Andrea Moccio. "Utilicé 2000 kilos de papel de seda. Pensé en un recorrido
laberíntico que fuera amable, como si se hubiera hecho naturalmente", dice
la artista."Nadie es la
patria, pero todos lo somos..." La frase se repite en el Museo Juan Martín
de Pueyrredón, de San Isidro, donde la muestra La patria es un verbo reflexiona
sobre la argentinidad a partir de frases extraídas de cartas originales de
tiempos de la
Independencia, pensamientos de poetas y, claro, versos de
Borges. "Una exposición que en su último tramo nos propone dejarnos
atravesar por las palabras, buscarlas, tropezarnos con ellas, seguirlas o
eludirlas, de manera íntima o colectiva", dice Eleonora Jaureguiberry,
subsecretaria General de Cultura de San Isidro y una de las curadoras de la
muestra. De palabras, en fin, se trata todo esto.
The Moscow Times informa que en Bulgaria, bromistas pintan monumentos de la era soviética para que los héroes militares soviéticos representados pasen a tener la apariencia de superhéroes estadounidenses.
Rusia está exigiendo a Bulgaria que se esfuerce más para evitar el vandalismo de los monumentos soviéticos, después de que otro monumento a las tropas soviéticas en Sofía fuera pintado con pintura en aerosol, informó ITAR-Tass.
La Embajada de Rusia en Bulgaria ha emitido un comunicado exigiendo a su antigua aliada durante la era soviética que limpie el monumento en el distrito de Lozenet de Sofía, identificar y sancionar a los responsables y tomar "medidas exhaustivas" para prevenir ataques similares en el futuro, informó la agencia de noticias Lunes.
El monumento fue rociado con pintura roja en la víspera de la celebración del 123º aniversario del Partido Socialista de Bulgaria, informó la agencia de noticias Novinite, con base en Sofía.
ARTE Y LITERATURA. Los integrantes del grupo Mondongo están realizando con el escritor dibujos que serán parte de una muestra y un libro. Discípulos de Rodolfo Fogwill, los tres reconocen la importancia de la crítica de un maestro en el proceso creativo
Bizzio (adelante), Laffitte y Mendanha. Foto: LA NACION / SANTIAGO CICHERO/AFV
Celina Chatruc
El retrato de Rodolfo Enrique Fogwill -Quique, para sus
amigos- reaparece en la última creación de Mondongo. La pareja de artistas,
formada por Juliana Laffitte y Manuel Mendanha, se autorretrató debajo del
escritor en el retablo dominado por una vista panorámica de la Villa 31. Realizada en
madera y plastilina, de más de dos metros de alto, la obra dejará pronto el
sótano de un taller de Palermo para viajar a dos importantes museos de Los
Ángeles y Houston.
"Ésta fue una idea de Bizzio", dice Mendanha mientras señala en el
paisaje un edificio en llamas, ubicado en pleno microcentro porteño. Se refiere
a Sergio Bizzio, autor de novelas comoRabiayEra el cielo,
que además es director de cine, guionista, músico, dramaturgo y poeta. Esta
prolífica vida creativa comenzó con el dibujo, según el escritor, casado con la
cineasta Lucía Puenzo, que ya expuso en Belleza y Felicidad y en Miau Miau.
Desde hace meses trabaja con Mondongo en una serie de obras sobre papel que el
año próximo integrarán una muestra y un libro. Esta
experiencia "es como un pequeño rito", agrega Mendanha, habituado a
trabajar en forma multidisciplinaria. Él y su mujer destinan desde el año pasado
la vidriera del taller a exhibir obras de otros artistas, como el filmTransiberianode Mariano Llinás
o laperformancerealizada durante la bienal BP15 por
José Fogwill, hijo de Rodolfo. Este último, fallecido en 2010, conectó al grupo
Mondongo con Bizzio. Gran amigo de los tres, fue también un crítico ácido que
los ayudó a reflexionar sobre su trabajo. La unión dio sus frutos: el dúo de
artistas proyecta realizar la escenografía de la obra teatral inspirada en
Rabia, después de haber ilustrado la tapa del libroEn el bosque del sonambulismo
sexual.
El rito al que se consagran desde enero consiste en reunirse una vez por semana
a completar un apasionante círculo virtuoso. Con música de fondo y casi sin
hablar, se sientan muy cerca en una misma mesa. Toman una hoja cada uno y usan
distintos materiales -desde el lápiz hasta el fuego- para plasmar la imagen que
les surja sobre cualquier tema. Minutos más tarde, cuando alguno dice
"paso", entregan la hoja a quien se sienta a su derecha, reciben por la
izquierda y continúan lo que hizo el anterior. Algo similar al "cadáver
exquisito" inventado por los surrealistas, sólo que en este caso está
permitido mirar la producción previa.
Los tres coinciden en que esta práctica alquímica surgió sin más expectativas
que experimentar y divertirse, pero fue ganando fuerza y no para de crecer. Ya
llenaron una sala con 400 dibujos realizados bajo una única condición: libertad
absoluta.
Uno de los dibujos realizados por Bizzio (adelante), Laffitte y Mendanha foto: LA NACIÓN
LN: -¿Cómo funciona
este proceso creativo?
JL:-Para nosotros dos es un proceso de trabajo diferente a lo
que hacemos habitualmente, que es algo lento, de procesos largos, de trabajo
minucioso...
MM:-Cuando terminamos veo un montón de ideas juntas,
velozmente expresadas. Es un diálogo que me hace pensar en muchas cosas. Es muy
placentero.
SB:-El otro día hablábamos de que esto tal
vez tenga algo de la mecánica del sumi-e, la metodología de arte japonés. Es
como una observación detenida, sin plasmarla, hasta el día en que sentís que
eso está muy claro y de golpe lo pintás en dos trazos.
MM:-Son evocaciones, ideas que surgen de inmediato. Porque
estás evocando todas las ideas que tuviste en la cabeza durante años.
LN: -¿Hay temas que se
repiten?
SB:-Alguna vez hablamos de trabajar un
tema, pero lo hicimos una sola vez. Queríamos hacer una versión onírica delKama-Sutra.
MM:-Es todo muy onírico. Al estar tres mentes planeando
ideas, se transforma en algo onírico indefectiblemente... No surrealista. Es
como mirar una mente, en un punto.
LN: -Sergio, ¿es la
primera vez que hacés algo de este estilo?
SB:-Sí. Para mí es como tocar con Lennon y
McCartney. Yo soy principalmente un escritor.
LN: -Pero hacés todo
tipo de cosas. ¿Te seguís definiendo como escritor?
SB:-¿Qué es uno? Como decía Borges:
"Decir yo soy esto, soy esto, soy esto, es una manera fatigosa de decir no
soy nada". Soy principalmente un escritor porque es lo que más hago. Como
escritor me siento atraído en particular por la transparencia y por el
despojamiento, y esto que estamos haciendo con los chicos me parece que son
dibujos muy claros, muy transparentes también. Incluso son muy despojados. El
único terreno donde se vuelven complejos, donde pierden la sencillez pero en el
buen sentido, es en el de las ideas. Me parece que todos los dibujos tienen por
lo menos una idea. Algunos, hasta seis ideas. Eso es muy estimulante.
LN: -Manuel y Juliana, ¿por qué les interesa tanto el trabajo
interdisciplinario?
MM:-Para empezar, nosotros descreemos de
la noción de autoría. La experiencia nos dicta que es más enriquecedor
compartir y dialogar con los otros. Dibujamos a solas y pensamos solos, pero
cuando realizamos obras el diálogo es mucho más interesante. Consigo cosas
mucho más elevadas que en soledad.
LN: -¿Creen que el
proceso creativo de los artistas cambió en los últimos años? ¿Que es mucho más
interdisciplinario en general?
MM:-Puede ser.
JL:-En nuestro caso es porque nos juntamos con los amigos, en
general. No es una estrategia.
MM:-Creemos que encontrar a alguien con quien dialogar es
alucinante. Es muy difícil, cada vez más. La panacea es charlar con alguien y
trabajar en forma simultánea.
SB:-En cierto sentido, esto es como haber
dinamitado la Avenida
9 de Julio. Yo tengo una teoría: antes de que hicieran la 9 de Julio, los
escritores se encontraban en un bar en Corrientes y Uruguay, y los músicos, en
Corrientes y Esmeralda, cerca de los pintores. Se juntaban, estaban en
permanente contacto porque era muy fácil ir de un lugar al otro. Entonces las
letras estaban escritas por poetas, el arte de las tapas de los discos lo
hacían artistas plásticos... Pero cuando hicieron la 9 de Julio se separaron,
porque era complicado ir de un bar al otro.
LN: -Los tres fueron
amigos de Fogwill. ¿Lo consideran un maestro?
MM:-En algún punto sí. También era un
amigo, pero aprendí muchísimo a su lado. Quique se paraba en un lugar muy
lejano de donde estábamos produciendo y era muy interesante. Como unsparring... Te hacía escucharlo
o plantarte más fuerte en tu lugar.
LN: -¿Qué es lo que
más rescatan de esa amistad?
JL:-Más allá de la genialidad que emanaba
constantemente, él nos ayudaba a pensar. De repente venía y decía: "Esta
serie que van a hacer me parece una porquería, un espanto total. Y si la siguen
haciendo, no vengo más". Eso ha pasado, desapareció por un año y medio.
Nos ponía en lugares de pensamiento diferentes.
MM:-Era una persona que se plantaba
delante de vos y siempre te modificaba. Creo que eso es lo más valioso que me
dejó.
LN: -Su influencia fue
muy fuerte. Para que su cara siga apareciendo en las obras actuales...
MM:-Es que era parte del proceso creativo.
LN: -Para vos, Sergio,
¿qué significó?
SB:-Yo tuve una amistad muy larga con Quique, incluso vivió
un año en mi casa. Conté todo eso en una biografía coral que publicó Patricio
Zunini en Mansalva.
LN: -¿Con vos también
ejerció la crítica de esa manera?
SB:-En cierto sentido, sí. Yo empezaba a
escribir cuando él ya era todo un escritor. Era un lector extraordinariamente
agudo, no se le escapaba nada... Era inteligentísimo, así que era muy
interesante lo que me podía decir. Habría sido un idiota si no lo hubiera
escuchado.
Uno de los dibujos realizados por Mondongo y Bizzio. Foto: Gentileza Mondongo y Bizzio
LN: -¿Qué importancia
tiene el maestro en la tarea creativa?
MM:-Es el que te va pasando la antorcha,
te va abriendo miles de posibilidades. Aunque se dedique a otras disciplinas.
Las formas de hacer son siempre las mismas. Te enseña cosas que se pueden
aplicar a la literatura, a la pintura o a la música... Las disciplinas no
importan. Es muy importante que la gente de experiencia opine y te abra
caminos. Para mí es fundamental.
LN: -Manuel, ¿por qué
decís que no creés en la autoría de las ideas?
MM:-Porque uno encuentra uniones y
conexiones con gente para transformarse en una especie de canal, de algo que
está en el aire.
JL:-En el trabajo colectivo se desdibuja
totalmente la autoría. Cuando trabajás de a muchos en una obra, decís: "¿A
quién se le ocurrió esto?". Y por ahí se le ocurrió a uno pero porque otro
le tiró una palabra que lo despertó...
LN: -¿El ego se
disuelve también?
JL:-Eso no sabría decirte... [Risas]
MM:-Ojalá.
SB:-Las ideas en realidad no son de nadie. Hay uno que las
dice, pero son ideas que aparecen en el trabajo con el otro. En ese sentido las
ideas son de todos, todo el tiempo.
MM:-Cuando tenés esa visión te relajás mucho, además. Estás
mucho más abierto a escuchar, a ver dónde está la potencia de la idea que está
surgiendo.
LN: -Vale más la idea
en sí misma que la autoría.
MM:-Siempre. Para nosotros.
LN: -¿Qué lugar ocupan
la lectura en la obra de Mondongo y las artes visuales en la obra de Bizzio?
JL:-La lectura es fundamental. Es como Internet, como la
familia...
MM:-Pero la lectura, específicamente para
mí, es fundamental. Muchas de las ideas las construyo leyendo.
JL:-Es una pata del espíritu.
LN: -¿Qué suelen leer?
JL:-Yo, de todo. Ahora estoy leyendo cuentos de Lamborghini.
MM:-Ensayos, literatura clásica... De todo. Soy un lector
constante.
LN: -¿Y vos, Sergio?
¿Solés ir a muestras de arte?
SB:-Sí. Yo creo hacer una literatura muy visual. Y desde que
empecé a trabajar con los chicos, a veces me despierto a la mañana pensando en
imágenes. Tomo notas mentales, o busco en Internet alguna fotografía que me
sirva como referencia, y después vengo acá y no es lo que hago. O si lo hago,
lo hago mal. Me parece que todo lo que uno prepara se desvanece cuando bajamos
la vista sobre la primera hoja.
LN: -Es un presente
absoluto.
Los tres a coro:-Sí.
MM:-Es dejarse guiar por la química del
momento.
JL:-Y cuando terminamos, los miramos y
nunca sabemos bien qué onda tienen pero es la onda del día. Cada sesión tiene
una energía que es muy particular de ese día.
Uno de los dibujos realizados por Mondongo y Bizzio. Foto: Gentileza Mondongo y Bizzio
LN: -Sergio, ¿sentís
que esta tarea tiene repercusiones en tu escritura?
SB:-Más que tener repercusiones, creo que
armoniza de algún modo. Porque lo que estoy trabajando ahora justamente tiene
que ver con el carácter de lo que estamos haciendo con los chicos. Publiqué una
novela,Mi vida en Huel,
que es completamente onírica. Hay una relación. Pero no podría ni querría
definirla de una manera mentirosa. Me parece que en lo que estoy escribiendo y
en lo que estamos haciendo con los chicos hay algo que tiene que ver con la
experimentación.
MM:-En realidad, la obra es el proceso creativo, el proceso
de pensamiento, que después aparece en las hojas. La obra es el trabajo
colectivo y ver hacia dónde se deriva. Porque no sabés dónde terminará.
LN: -¿Qué lugar tiene
la experimentación en la obra de los tres?
MM:-Para mí es fundamental. Cuando estamos haciendo una serie
que ya está cerrada, estoy totalmente aburrido. La parte que más me interesa es
cuando estoy tratando de descubrir algo, como lo que pasa acá.
LN: -No saber adónde
están yendo.
MM:-O sí saber y buscar en una dirección que es un poco
desconocida. Quiero llegar a ese lugar y en medio del proceso pasan un montón
de cosas. Incluso, a veces, tenías la destinación fijada y llegás a otra.
LN: -¿Y para vos,
Sergio?
SB:-Para mí éste es el lugar de la experimentación. No sé
cómo se podría definir. Se me ocurre la palabra juego, pero al mismo tiempo es
una experimentación seria.
LN: -¿Te sentís más
libre en este ámbito que cuando escribís, por ejemplo?
SB:-Son maneras de trabajar muy distintas... Yo escribo y
vuelvo sobre lo que escribo, corrijo o reversiono... Acá no volvemos sobre eso,
por lo menos hasta ahora. Estos dibujos son como raptos, como tres plumazos
sobre el papel. Es lo más divertido del mundo.
MM:-Vas encontrando posibilidades, aparecen en el camino. El
proceso creativo es muy excitante y veloz.
SB:-Hay días en que tenemos que parar porque estamos agotados
físicamente. Queremos seguir y no podemos.
LN: -Manuel, me gustó
lo que decías de convertirte en canal... ¿Cómo se hace para lograr eso?
MM:-Cuando se habla de algún tema hay que tratar de relajarse
y escuchar la mejor versión de lo que se está diciendo. E ir para ese lado sin
tratar de imponerse. Si uno trata de imponerse, empiezan a cerrarse las
puertas. Tratar de ver qué dicta el momento, la química de lo que está
sucediendo. En todos los ámbitos, me parece.
LN: -Y poner en pausa
la crítica también, ¿no?
MM:-No, la crítica es muy valiosa.
LN: -Me refiero a la
crítica que bloquea.
JL:-Entre nosotros no se ejerce.
SB:-Cero. Éste es el reino de la libertad
absoluta.
MM:-Yo busco eso: la libertad.
JL:-Ahí está la gracia de esto, me parece.
LN: -Que todo está
permitido.
JL:-Sí, sí, sí.
SB:-Hacemos observaciones, pero son mínimas. Es el reino de
la cortesía, en un punto. Meterse en ese flujo, en esa velocidad de creación,
es muy lindo. Detenerse a observar críticamente lo que se hizo es un momento
posterior. No mientras estamos haciendo los dibujos.
MM:-Cuando terminamos la jornada decimos: "Esto me
gusta, esto no me gusta..."
LN: -Pero es más una
selección que una crítica destructiva.
MM:-Igual, cuando las obras están
terminadas, adoro las críticas.
SB:-Además, quizá muy sutilmente, ejercemos la crítica en el
mismo giro de la hoja también. Tratando de desviar el dibujo...
MM: -O de llevarlo
hacia algún lugar, censurando una parte... Ha pasado.
SB:-Es como una crítica activa.
MM:-Es una crítica del diálogo. Opinar
algo distinto de lo que está opinando el otro.
SB:-Pero con el dibujo.
LN: -Integrando lo
anterior.
JL:-Sí, es totalmente diferente a nuestra otra etapa, cuando
trabajábamos de a tres [con Agustina Picasso, que dejó el grupo en 2008 al
casarse con Matt Groening], entonces sí se ejercía la crítica despiadada. Había
que fortalecerse. Más allá de que siempre bajar el copete para nosotros es
filosóficamente lo que vale, porque lo único que vale es la obra.
SERGIO BIZZIO
Escritor, cineasta,
músico, dramaturgo y poeta
Autor de más de una
veintena de libros, entre los cuales se destacan las novelas Rabia y Era el
cielo, integra la banda de rock Súper Siempre, con Francisco Garamona, Alfredo
Prior y Alan Courtis. Casado con la cineasta Lucía Puenzo, dirigió películas
como Bomba (2013) y Animalada (2000).
JULIANA LAFFITTE
Artista
Integra desde 1999 el
grupo Mondongo con Manuel Mendanha, padre de su hija, Francisca. Famosos a
nivel internacional por su experimentación con materiales no convencionales
-desde preservativos hasta galletitas, chicles y carne-, en 2004 retrataron por
encargo a la familia real española con espejitos de colores.
MANUEL MENDANHA
Artista
Es
el otro miembro del grupo Mondongo, que hasta 2008 integró también Agustina
Picasso. En los últimos tres añosexpusieron en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires,
en el Museo de Bellas Artes de Houston yen el Maxxi de Roma. Sus obras también se exhibieron en
España, Bélgica, Suiza, Dubái y el sudeste asiático.
Los personajes que dibujaba, semejantes a "jeroglíficos", parecían escapados de sus relatos y novelas; un libro reúne esa imágenes privadas que el escritor distribuyó en sus libretas
En los cuadernos del autor de El proceso convivían las anotaciones y trabajos en tinta o en lápiz. Foto: LA NACIÓN
Daniel Gigena
Hace
años Gilles Deleuze y Félix Guattari habían llamado la atención sobre los
dibujos de Franz Kakfa (1883-1924). Ambos señalaban que el autor deEl
castillotenía
preferencia por dibujar cabezas inclinadas, cabezas erguidas, dibujos de "primero
la cabeza". Contemplaban su obra gráfica con la misma lente con que leían
sus ficciones: Kafka era un experimento puro y su obra carecía de pretensiones
morales o metafísicas (para ellos,El procesoera
menos una crítica de la burocracia que una actualización de la novela de
vampiros). La publicación deFranz Kafka. Dibujos(Sexto
Piso), a cargo de Niels Bokhove y Marijke van Dorst, cumple un sueño del amigo
y albacea literario de Kafka, Max Brod. Él ansiaba publicar un "cartapacio
Kafka", que incluyera todos sus dibujos. Ese proyecto, que nunca se
cumplió (ni podrá cumplirse: varios de los dibujos desaparecieron y para colmo
el ama de llaves de Brod impidió que se retiraran esos papeles de sus
archivos), llega ahora transformado en un libro de colección, con 40 dibujos
impresos a página entera. El volumen incluye un estudio firmado por Bokhove y
Van Dorst y una serie de indicaciones sobre ilustraciones y textos. Los
editores consignan que la técnica, así como también la datación, de varios
dibujos es desconocida, aunque se presume que fueron hechos en tinta o en lápiz
en sombrías bohardillas.
Más que pintor, Kafka quería ser un escritor. De hecho, la mayoría de los
dibujos, bocetos y viñetas lleva un título ("Hombre entre rejas",
"Mujer serpiente", "Bebedor descontrolado"), como si se
trataran de breves parábolas o aguafuertes. Los dibujos seleccionados están
acompañados, en página par, por escritos suyos: entradas de su diario personal
(en los cuadernos dibujaba al costado o en el medio de la página); fragmentos
de cartas a novias, amigos y familiares, a las que a veces agregaba garabatos,
e incluso los textos que fueron publicados en revistas junto con las
ilustraciones. Algunos dibujos de Kafka fueron empleados con frecuencia en
tapas de sus libros y de Brod. "Espero también que la portada sea fácil de
reproducir. Completamente negra, claro, con letras rojas. No se pedirán
honorarios", detalla Brod en una carta a su editor berlinés. (Ese dibujo
de Kafka fue rechazado.)
Kafka, autorretratado. Foto: LA NACIÓN
En "Corredor", se lee:
"Y eché a correr. Di tres vueltas a la gran plaza corriendo sin
dificultad, y al no encontrarme con ningún borracho seguí corriendo hacia la
calle Carlos IV sin aminorar la velocidad ni sentir cansancio. A mi lado, mi
sombra avanzaba a ratos más pequeña que yo en la pared, como por un camino
hondo entre el muro y la calzada. [«Descripción de una lucha», 1907/08]".
La imagen de una figura estirada y estática contradice la dinámica del texto.
Le siguen "Tres corredores", luego bailarinas, después "Un
hombre yendo a gatas". Es verdad que en la obra de Kafka la representación
del movimiento siempre implica un martirio sutil.
También figura la galería de mujeres amadas por el escritor más enigmático del
siglo XX: la madre (su imagen aparece en un espectral autorretrato que incluye
la cabeza del escritor debajo del torso materno), su hermana Ottla y Dora
Diamant. Sobre ella, poco antes de morir, en una carta a sus padres fechada en
1924, confiesa: "D. está en mi casa de dos a cuatro, llega apenas pasada
la una y temo que vaya a destruir toda la organización hospitalaria"). En
el dibujo, el rostro sin bordes de Diamant parece el de una anciana.
Una versión kafkiana de Cabeza de mujer, de Leonardo da Vinci, permite rastrear
el interés del escritor por el dibujo. Kafka admiraba los bocetos de los
artistas del Renacimiento y las obras del arte japonés. Esa amalgama se
convierte en sus dibujos en una vía de escape de la representación. "El
arte se abstrae de sí mismo y se suprime a sí mismo: lo que en realidad es
huida, se hace pasar por divagación o incluso por ataque", escribió en sus
cuadernos hacia 1917.
¿En qué se parecen Kafka dibujante y Kafka escritor? Algunos llamaron
"jeroglíficos" a sus figuras lánguidas y aisladas; él mismo las
denominó "marionetas negras de hilos invisibles". Brod escribió:
"Kafka dibujante fue un escrupuloso realista y al mismo tiempo creador de
un mundo fantástico". ¿No se puede aplicar la misma definición para su
literatura?