Será un sitio destinado al arte latinoamericano.
La primera muestra mira a los pueblos originarios desde el presente.
La primera muestra mira a los pueblos originarios desde el presente.
Aires de monasterio. El edificio conserva un espíritu de retiro y meditación. GERMÁN GARCíA ADRASTI |
Bárbara Álvarez Plá
En el lugar donde a principios del siglo XX se reunían los monjes a la hora de comer hay ahora un auditorio con capacidad para 120 personas, que conserva los motivos religiosos en sus paredes y el púlpito desde el que uno de los monjes leía a los demás comensales. En lo que un solía ser un lugar de retiro y meditación, el claustro, será pronto un patio con cafetería y restaurante que rodea una frondosa zona verde que pretende albergar espectáculos musicales y teatrales. Se trata de La Abadía, un monasterio benedictino situado junto a la Parroquia de San Benito, en el barrio de Palermo, y que a partir del 28 abrirá sus puertas como el nuevo Centro de Arte y Estudios Latinoaméricanos. Lo hará con el primero de sus proyectos: la muestra Tierra de encuentros, cielos y colores. Arte de Sudamérica hoy y ayer, curada por la artista Teresa Pereda.
En el lugar donde a principios del siglo XX se reunían los monjes a la hora de comer hay ahora un auditorio con capacidad para 120 personas, que conserva los motivos religiosos en sus paredes y el púlpito desde el que uno de los monjes leía a los demás comensales. En lo que un solía ser un lugar de retiro y meditación, el claustro, será pronto un patio con cafetería y restaurante que rodea una frondosa zona verde que pretende albergar espectáculos musicales y teatrales. Se trata de La Abadía, un monasterio benedictino situado junto a la Parroquia de San Benito, en el barrio de Palermo, y que a partir del 28 abrirá sus puertas como el nuevo Centro de Arte y Estudios Latinoaméricanos. Lo hará con el primero de sus proyectos: la muestra Tierra de encuentros, cielos y colores. Arte de Sudamérica hoy y ayer, curada por la artista Teresa Pereda.
El Centro
funcionará en lo que era la Abadía de San Benito. Es una iniciativa de
la Familia Sodálite - una agrupación católica- y contó, además, con el
apoyo de la Ley de Mecenazgo porteña y de la Fundación Bunge y Born, así
como del Banco Galicia, que se encargó de la refuncionalización de las
salas del primer piso, las únicas accesibles por el momento y en las que
están las salas de exposiciones, la biblioteca, el auditorio. La Abadía
contó además con el asesoramiento de la arquitecta Silvia Fajre, de
Darío Lopérfido -actual director del Teatro Colón- y del productor Juan
Aramburu.
Ayer, durante un recorrido por
el imponente espacio de 5.000 metros cuadrados (de los que ya se han
refuncionalizado 1.000), en compañía de Guillermo Alonso -ex director
del Museo Nacional de Bellas Artes y director de relaciones públicas de
este nuevo centro de arte-; de Teresa Pereda -curadora de la muestra que
servirá como apertura del lugar- y de Ximena Eliçabe- directora del
Centro de Estudios- sonaban las campanas de la iglesia aledaña, como
abriendo las compuertas de otros tiempos. En las celdas de los monjes
están ahora las salas de exposiciones.
“Nuestra
apuesta es darle al arte popular latinoamericano el lugar que debería
tener” -explicó Eliçabe. “El foco será el arte producido en América”-
completó Alonso- “desde los pueblos originarios hasta la actualidad.
Porque esto no es el ayer, esto es el hoy y es nuestro”. Así, La Abadía
comienza su camino sobre tres ejes: un programa de exposi- ciones
artísticas, una escuela de música que llevará a la formación de una
orquesta infantil y el Centro de Estudios Latinoamericanos, “cuya
función será la investigación y la generación y el intercambio de
publicaciones con otros centros similares en otros países”. De esas
relaciones -dice Eliçabe- irán surgiendo los contenidos que iremos
mostrando”. En torno a las muestras habrá charlas, talleres, cursos,
cine, foros y teatro.
La biblioteca
alberga casi 7.000 volúmenes, que pertenecieron a la biblioteca personal
de Monseñor Eugenio Guasta, un monje que formó parte de la Revista Sur,
de Victoria Ocampo. “Próximamente” -explicó Alonso- “se comenzará el
proceso de clasificación y catalogación”. La biblioteca estará a
disposición de los investigadores, así como del público en general.
Ya
está casi todo listo para que la Abadía, cuya historia comenzó en 1914,
dé sus primeros pasos en su empresa de convertirse en un ámbito
dedicado a la reflexión y la puesta en escena de la rica tradición
cultural latinoamericana. “Por ahora” -explicó Eliçabe- “todas las
actividades estarán relacionadas con la temática de la muestra que
inaugura el miércoles, pero la idea es de continuidad y el año que
viene, habrá cosas más permanentes y cursos y actividades de mayor
extensión”.
Fuente: clarin.com
Fuente: clarin.com