Captura de la pantalla durante la primera emisión de Colón Digital. Foto: La Nación / Teatro Colón
Por Pablo Gianera
Ya casi nadie se acuerda, entre otras cosas porque ni
siquiera tenía ese nombre, pero lo que podríamos llamar ahora, con un
poco de fascinación inaugural, "el primer streaming de la historia"
estuvo firmemente unido al teatro y, más específicamente, a la ópera. En
1881, Clément Ader mostró en París una invención que llamó
Théâtrophone, un "teatrófono". Existía una Compagnie du Théâtrophone
que, con un sistema semejante al tendido telefónico, conectaba la Opéra,
la Opéra-Comique y Le Théâtre Française y transmitía los espectáculos a
los domicilios de los suscriptores. La transmisión llegaba por línea
telefónica. La compañía se mantuvo en funcionamiento hasta 1932.
Para
Marcel Proust, que escribía En busca del tiempo perdido recluido en su
departamento, fue una solución casi providencial. En esas condiciones
telefónicas, Proust escuchó Los maestros cantores de Wagner y Pelléas et
Mélisande de Debussy. Al hacerlo, consumó también la ilusión de los que
prefieren abstenerse de la trabajosa sociabilidad del foyer y de las
charlas de los intervalos, pero especialmente de quienes no pueden
viajar al lugar de los hechos.
Esa ilusión, que el disco y el
video no consiguieron reemplazar, alcanzó una nueva consumación con la
llegada de Internet. Una vez más, el objeto del streaming fue la
música, no solamente la de tradición clásica, aunque ahora ese mismo
género encontró allí un canal privilegiado. Anteanoche, el Teatro Colón
inauguró su plataforma digital de transmisiones en directo con el
concierto de Daniel Barenboim al frente de la Orquesta Wes-Eastern Divan
y Martha Argerich como solista. No es el único caso, aunque con una
audiencia de 42.574 personas (de la Argentina, claro, pero también de
Brasil y Uruguay, de Estados Unidos, Canadá y México), al éxito del
debut se adjudica un récord mundial en este tipo de conciertos.
Hacia fines de 2008, la Orquesta Filarmónica de Berlín abrió el Digital Concert Hall, que ofrece live streaming de los 40 conciertos anuales y contenidos on demand en video de alta definición. Hay que suscribirse, pero el costo no llega a los 150 euros por año.
"Lo
de la Filarmónica de Berlín fue una inspiración -explica Darío
Lopérfido, director del Colón-. Es algo muy nuevo. Hay cuatro teatros de
Europa que se juntaron para mostrar sus producciones, entre ellos el
Real de Madrid, y aportan una ópera cada uno. Tratamos de mirar lo que
está en el mundo y darle nuestra impronta. Al streaming le
agregamos nuestro archivo, que nosotros llamamos radio. No todos los
teatros tienen disponible su archivo, ponemos allí materiales nuestros.
Ésa es una particularidad que crecerá a medida que se termine el proceso
de digitalización." Lopérfido contó además que esta iniciativa incluirá
próximamente conciertos de la Filarmónica, ópera y ballet." Hoy mismo,
por ejemplo, se podrá ver el simposio, parte del festival de Música y
Reflexión, en el que participarán, además de Barenboim, Felipe González,
el rabino Daniel Goldman, el dirigente islámico Omar Abboud y el padre
Guillermo Marco. El 10 de este mes, también transmitirán un homenaje a
Mariano Mores en la sala principal del teatro.
A diferencia de la
Digital Concert Hall, las emisiones del Colón, disponibles para todos
los dispositivos (computadoras, celulares, tabletas), son gratuitas,
salvo en aquellos casos en los que el artista implicado decida cobrar
por esa difusión.
Más allá de su exitosa experiencia de
transmisión en vivo en salas de cines del Reino Unido y ciudades de
Europa, desde hace dos años el canal de YouTube de la Royal Opera House
pasa un día completo de trabajo en los estudios de su compañía de
ballet, desde la clase matinal hasta la función nocturna, pasando por
los ensayos. También, una vez por año, participan del International
Dance Day, que conecta en directo las funciones de ballet de diferentes
compañías del mundo, de Australia, al Royal con sede en la londinense
Covent Garden, hasta San Francisco, según el huso horario. Para la
argentina Marianela Núñez, primera bailarina en el Royal, estas
experiencias son "maravillosas". "La gente que tiene miedo de ir a la
ópera por el prejuicio del elitismo, siente que le abren la puerta y se
desengañan de esa idea."
Pero el streaming no se queda
restringido a las grandes salas líricas. Hace ya varios años que las
entregas de Premio Nobel pueden seguirse también por esa vía. Incluso,
la Feria del Libro de Buenos Aires transmitió este año el acto
inaugural, con los discursos de apertura.
Algo parecido está pasando en el mundo del arte; mejor dicho, en el negocio del arte. El 11 de mayo llegó vía streaming hasta cualquier punto del mapa la subasta de Christie's Nueva York en la que la pintura Las mujeres de Argel,
de Pablo Picasso, se convirtió en la obra más cara de la historia
vendida en un remate. La obra se vendió por teléfono a 179,36 millones
de dólares. Durante todo el streaming se pudo seguir la
operación: cómo se negociaba por teléfono -justamente por teléfono- las
ofertas. Diez días después, el 21 de mayo, se supo que el comprador era
el jeque Hamad ben Yasem ben Yaber Al Zani, ex primer ministro y ex
canciller de Qatar. No es extravagante imaginar que el propio jeque
siguiera también por streaming las pugnas de esa subasta..
Fuente: lanacion.com