Alicia, según Moreno y Moreno, y su mundo de fantasía.
Natalia Blanc
Shirley Temple como Alicia, Bette Davis como la Reina de Corazones y Mel Brooks como el Sombrerero Loco son algunas de las figuras de Hollywood elegidas por Alfredo Sábat para representar a los célebres personajes de Alicia en el País de las Maravillas. A 150 años de la publicación de la primera edición del libro de Lewis Carroll, la muestra Reflejos de Alicia rinde homenaje a las delirantes criaturas creadas por el autor británico a través de las pinturas de Sábat y de su colega Ale Moreno y Moreno.
Amigos desde hace más de una década, los artistas presentan en esta exhibición curada por Cristina Santa Cruz, que inaugura hoy a las 19 en el Centro Cultural Borges y podrá visitarse hasta el 14 de junio, sus diferentes estilos y técnicas.
Figurativos ambos, los retratos al óleo del ilustrador de LA NACION son hiperrealistas. Sábat eligió como modelos de sus trabajos a una selección de actores de los años 30 y 40 con la idea de combinar el glamour de las estrellas de cine con la locura de los personajes que rodean a la protagonista. Moreno y Moreno, en cambio, pintó en acrílico a desconocidos caracterizados como Alicia, la Reina, el Sombrerero. La única excepción es el futbolista Ezequiel "Pocho" Lavezzi, cuyo retrato será subastado a beneficio en el transcurso de la muestra. Allí también se exhibirán objetos pertenecientes a coleccionistas argentinos fanáticos del maravilloso universo imaginado por Carroll.
La idea de Reflejos de Alicia nació el año pasado cuando Sábat trabajaba en una versión personal de la niña con el objetivo inicial de presentar el cuadro en un concurso. "No llegué a tiempo para el cierre de la convocatoria, pero, poco después, Ale me sugirió hacer una muestra conjunta y le propuse dedicarla a Alicia porque me gustaba el tema por su riqueza y por su humor. A ella, que ha trabajado en animación y ama la versión animada de Disney, le pareció interesante y empezamos a trabajar", dice Sábat, que admiró siempre "el ingenio, el sinsentido, la riqueza y la imaginación de Carroll". "También me atraen las ilustraciones de John Tenniel de la edición original y la posibilidad de interpretaciones visuales que brindan sus personajes y situaciones. A Tenniel lo considero definitivo e insuperable. Pero eso no me impide plantear lo mío.
Hay que aceptar su existencia y buscarse a uno mismo. Sería como si un dramaturgo no pudiera escribir porque ya existe Shakespeare", agrega el artista. Aunque los dos abordaron los mismos personajes, los retratos pintados por cada uno resultan completamente distintos. Lo mismo sucede con sus respectivas miradas: mientras que Sábat imaginó a una Shirley Temple niña en el papel de Alicia, Moreno y Moreno pintó a la protagonista cabeza abajo para representar la ilusión y la fantasía. "En la Reina de Corazones, vi la furia del monarca caprichoso y temido; Ale vio el costado infantil de ese capricho, de alguien que en definitiva es bastante inofensivo. Y creo que todo eso está en lo que escribió Carroll", continúa Sábat. "Entre tanto juego de palabras y chiste sin sentido [el maravilloso nonsense británico], entre tanto escapismo, caídas por agujeros, fugas de la realidad a un mundo de fantasía, Carroll nos habla del poder y sus abusos, y ése es un tema que me atrae. Trabajo en un diario; todos los días estoy expuesto a noticias que hablan de hechos reales. Cuando pinto, me escapo de mi propia rutina y hago personajes imaginarios, un poco como sucede en el film La rosa púrpura del Cairo, de Woody Allen. Pero se ve que algo de la realidad sigue presente y por eso me atrae Carroll."
Fuente: lanacion.com
Alicia, según Sábat: Shirley Temple de niña |
Hay que aceptar su existencia y buscarse a uno mismo. Sería como si un dramaturgo no pudiera escribir porque ya existe Shakespeare", agrega el artista. Aunque los dos abordaron los mismos personajes, los retratos pintados por cada uno resultan completamente distintos. Lo mismo sucede con sus respectivas miradas: mientras que Sábat imaginó a una Shirley Temple niña en el papel de Alicia, Moreno y Moreno pintó a la protagonista cabeza abajo para representar la ilusión y la fantasía. "En la Reina de Corazones, vi la furia del monarca caprichoso y temido; Ale vio el costado infantil de ese capricho, de alguien que en definitiva es bastante inofensivo. Y creo que todo eso está en lo que escribió Carroll", continúa Sábat. "Entre tanto juego de palabras y chiste sin sentido [el maravilloso nonsense británico], entre tanto escapismo, caídas por agujeros, fugas de la realidad a un mundo de fantasía, Carroll nos habla del poder y sus abusos, y ése es un tema que me atrae. Trabajo en un diario; todos los días estoy expuesto a noticias que hablan de hechos reales. Cuando pinto, me escapo de mi propia rutina y hago personajes imaginarios, un poco como sucede en el film La rosa púrpura del Cairo, de Woody Allen. Pero se ve que algo de la realidad sigue presente y por eso me atrae Carroll."
Fuente: lanacion.com