CINE › MAS ALLÁ DEL OLVIDO Y FOTOGRAMAS DE LA MEMORIA, CON LOS RECUERDOS DEL CINE ARGENTINO CLÁSICO
Guillermo Russo y Andrés Insaurralde recopilan en dos tomos las miradas de casi un centenar de protagonistas de la época de los estudios, mientras que Rafael Valles realiza una larga entrevista de más de trescientas páginas a José Martínez Suárez.
Por Horacio Bernades
El cine argentino recupera la memoria. El cine argentino clásico, más
exactamente. Eso hacen pensar las recientes ediciones de sendos libros
de entrevistas con representantes de ese período, que se conviene en
fechar entre comienzos de los años ’30 y mediados de los ’50. En un
caso, la memoria se tiende más atrás, hasta casi los comienzos de la
época muda. En otro hace el movimiento contrario, llegando hasta los
años ’60 y más acá. Publicado por Amerian Ediciones, producido con
coordinación general de la Fundación Aldea de las Luces y escrito por
los especialistas Guillermo Russo y Andrés Insaurralde, Más allá del
olvido recopila, en dos tomos y cerca de mil páginas, entrevistas con
casi un centenar de protagonistas de la época de los estudios. Editado
por el Incaa y la escuela que de esa institución depende, la Enerc,
Fotogramas de la memoria es, en cambio, una larga entrevista de más de
trescientas páginas con José Martínez Suárez, que empezó haciendo de
“pibe de los mandados” en los legendarios estudios Lumiton, hace la
friolera de setenta y cuatro años. Al día de hoy, pisando los 90 y tras
una apreciada carrera como realizador, el hermano mayor de Mirtha
Legrand y ex cuñado del gran Daniel Tinayre preside el Festival de Cine
de Mar del Plata.
El proyecto de Russo e Insaurralde comenzó a fines de los ’70,
cuando ambos se conocieron trabajando en el Museo del Cine Pablo Ducrós
Hicken: se propusieron documentar mediante una cabalgata de entrevistas
la historia entera del cine argentino de los estudios. El entrevistado
más veterano de Más allá del olvido es el español Julián de Ajuria, que
en 1909 produjo La Revolución de Mayo, primer largo de ficción del cine
argentino. La más mocita, la maquilladora Blanca Olavego, que nació en
1928, debutó veinte años más tarde y trabajó por última vez en La
historia oficial. “Entrevistamos a todos los que pudimos localizar”,
recuerdan Russo e Insaurralde. “No excluimos a nadie. Los que no están
es porque ya no estaban, o no estaban bien de salud, o eran inhallables.
Alguno que otro se negó, por los motivos que fueran. Fue un trabajo
arduo, no sólo de búsqueda de los entrevistados sino de archivo. En esa
época no existía el VHS y la única forma de revisar las películas era a
través de las copias fílmicas que circularan, muchas de las cuales
obviamente no estaban en las mejores condiciones. Algunas formaban parte
del catálogo del propio Museo, muchas otras hubo que rastrearlas entre
coleccionistas privados.”
En Más allá del olvido se dejan oír las voces de Delia Garcés, Angel
Magaña, Francisco Petrone, Raúl Thorry, Olga Zubarry, Elena Lucena, Eva
Franco y Roberto Escalada, entre los actores; el propio Del Carril,
Lucas Demare, Carlos Hugo Christensen, Daniel Tinayre, Hugo Fregonese,
Luis Saslavsky, entre los realizadores; el productor Atilio Mentasti y
técnicos tan notables como los directores de fotografía Américo Hoss o
Antonio Merayo, los escenógrafos Raúl Soldi o Saulo Benavente, los
músicos Sebastián Piana y Tito Ribero, el montajista Raúl Garate y,
faltaba más, el vestuarista Paco Jamandreu.
Muchos de esos nombres reaparecen, claro, en Fotogramas de la
memoria, cuyas entrevistas están curiosamente a cargo de un especialista
brasileño. Se trata de Rafael Valles, que llegó a Buenos Aires una
década atrás con la intención de estudiar cine. “En esa circunstancia di
con un taller que me parecía muy insólito por sus métodos y del que
tenía excelentes referencias, como que allí había estudiado gente como
Lucrecia Martel, Juan José Campanella o Pablo Trapero”, recuerda Valles.
“Era el Taller MS, que dirigía Martínez Suárez y donde se trabajaba en
forma individual la elaboración de un corto, desde la etapa de guión y
con la guía de José. Fue un verdadero descubrimiento para mí.” Veterano
de aquel cine argentino de la industria, miembro de la generación del
’60 (con películas como El crack y Dar la cara), maestro de varias
generaciones, cinéfilo de vasta erudición y memoria elefantiásica,
presidente del Festival de Mar del Plata desde hace un lustro, el
múltiple Martínez Suárez es, como no ignora quien lo haya tratado, un
magnético narrador oral, dueño de un infrecuente y sofisticado sentido
del humor.
¿El entrevistado perfecto? Fotogramas de la memoria permite salir de
dudas. “En 2011, José aceptó la propuesta con dos condiciones”, afirma
Valles. “Una era que yo tenía que saber más de él que él mismo, y otra
que tratase de entrevistar también a quienes lo discutían o
cuestionaban, para que el resultado no fuera una celebración de su
personalidad.” Esta última es, sin duda, una diferencia con Más allá del
olvido. En Fotogramas de la memoria, Martínez Suárez habla de sus
primeras experiencias con el sonoro en el cine de Villa Cañás, provincia
de Santa Fe, cuando esperaban la llegada de la camioneta que traía los
rollos; de los estudios Lumiton, donde el gran Manuel Romero daba el
último corte subido a su auto, de apurado que estaba siempre; de cuando
fue asistente de Torre Nilsson (El protegido, 1956); de los tiempos en
que se colaba en cineclub pionero Gente de Cine, para ver y rever
películas como El ciudadano o Ladrones de bicicletas; de su amistad con
Fernando Birri, Rodolfo Kuhn y David José Kohon, entre otros miembros de
la generación del ’60. Y llega hasta épocas más recientes, por
supuesto.
“Su convicción de cinéfilo entusiasta se instala en todos los
interlocutores como un deseo impostergable”, señala en el prólogo de
Fotogramas de la memoria David Oubiña, reconocido estudioso y ensayista,
ex alumno también del Taller MS. “No sólo películas: también libros,
personas, obras de teatro, lugares. Como un mecenas impenitente que
nunca se cansa de hacer donaciones, Martínez Suárez no puede aguantarse y
en seguida se pone a repartir su patrimonio afectivo.” Eso es
Fotogramas de la memoria: el patrimonio afectivo y existencial de José
Martínez Suárez, repartido a lo largo de 352 páginas.
Fuente: pagina12.com.ar