GRECIA:
HALLAN UNA PAREJA QUE ESTÁ ABRAZADA
DESDE HACE 6.000 AÑOS

Un grupo de arqueólogos griegos descubrieron una tumba prehistórica muy poco usual en la región de Diros; el ADN del hombre y la mujer datan del 3800 antes de Cristo
En la Cueva de Diros se hallaron los restos de la pareja, además de diversos objetos  Foto: AFP
    En la Cueva de Diros se hallaron los restos de la pareja, además de diversos      objetos. Foto: AFP


ATENAS (AFP) - Un grupo de arqueólogos griegos descubrieron una tumba prehistórica muy poco usual, en la cual yace una pareja abrazada, informó el ministerio de Cultura.
El hallazgo se produjo en la Cueva de Diros, un emplazamiento en la costa de la Península del Peloponeso, un lugar que se presume estaba habitado hace 6000, según el comunicado de las autoridades griegas.
"Un entierro de una pareja abrazada es algo extremadamente raro, y el de Diros es uno de los más antiguos del mundo, si no es el más antiguo (descubierto) hasta ahora", dijo el ministerio.
El análisis de carbono determinó que la tumba data de 3800 años antes de nuestra era y las pruebas de ADN mostraron que corresponden a un hombre y una mujer, aunque no trascendieron más datos sobre sus respectivas edades.
En las excavaciones, que comenzaron hace seis años, también se descubrieron un niño y un feto, además de un osario que contenía los restos de doce personas.
En el lugar, de unos cuatro metros de amplitud, también se encontraron objetos de cerámica, perlas y una daga. Según las autoridades, el emplazamiento constituye algo "único", para este periodo histórico.
"Podemos afirmar con seguridad que esta área tenía una función en la memoria colectiva de estos grupos como un cementerio durante cerca de mil años", agregó el ministerio.


Fuente:lanacion.com

DE EDIFICIO MODERNO A MONUMENTO HISTÓRICO NACIONAL

Tres dimensiones.
La primera construcción realizada íntegramente con acero producido en la Argentina es un hito en Latinoamérica.
 La obra de Mario Roberto Alvarez en Diagonal Sur y avenida Belgrano.
La obra de Mario Roberto Alvarez en Diagonal Sur y avenida Belgrano.



Yo creo que nadie se propone hacer un edificio para que sea declarado Monumento Histórico Nacional, porque eso se gana con tiempo y, claro, historia. Por ejemplo, los Altos de Elorriaga, un edificio de dos pisos de 1812 en la esquina de Defensa y Alsina, es uno de los últimos vestigios de la Buenos Aires poscolonial y tienen bien ganado su título. O el Cabildo, que por historia, carácter simbólico y antigüedad es más que nada un monumento nacional.
El Edificio Somisa, por el contrario, es casi nuevo y no acumula acontecimientos que reivindicar. Sin embargo, desde que nació se mostró como una arquitectura singular, testimonio de una época y de un espíritu que hoy son dignos de conmemorar.
Medalla de Oro del Colegio Nacional Buenos Aires y de la Facultad de Arquitectura, práctico y racional, a Alvarez le gustaba decir: “Tengo pocas ideas, pero las respeto”. El asunto es que en el Somisa desplegó un montón de ideas nuevas.
El concurso que ganó en 1967 pedía que el edificio se construyera en acero porque la empresa propietaria era una acería. El arquitecto y su joven equipo tuvieron que inventar una forma nueva de construir el edificio porque no existían antecedentes. Aunque hacer un edificio de acero era algo nuevo en la Argentina, era una cosa bastante normal en muchos lugares del mundo. El problema era construirlo con chapas de tres milímetros de espesor, las más gruesas que se fabricaban aquí. Algo inusual.
Así fue como el Somisa se convirtió en el primer edificio hecho íntegramente en acero de la Argentina y el primero en el mundo armado mediante soldaduras.
Como si la construcción en acero fuera poca cosa, Alvarez y sus socios decidieron que el edificio se apoyaría solo en cuatro columnas exteriores, en las paredes de los ascensores y en el único muro medianero que tenía el lote. Todo para tener mayor cantidad de espacio libre en el interior. A simple vista, las columnas parece ser lo único que sostiene al edificio y quedaron a la vista junto a las enormes vigas de acero. Así, el temita de la construcción metálica se convirtió en la imagen del edificio. Por detrás de esa estructura de acero pintado de azul, una piel neutra de cristales dobles envuelve el edificio como si se tratara de una torre de oficinas siglo XXI.
Otro asunto con el que se las tuvo que ver Alvarez fue que Diagonal Sur tiene una altura límite obligatoria. Para lograr más pisos, su equipo diseñadores hicieron que la planta baja arrancara un poco por debajo del nivel de la vereda y abrieron enormes patios hasta el segundo subsuelo para tener luz natural bien abajo. El resultado es un edificio de siete subsuelos que llegan a 24 metros de profundidad, y 14 pisos altos, que mantienen la altura de sus vecinos a lo largo de Diagonal Sur.
Como una coincidencia del destino, el martes que viene Clarín publica un especial sobre Alvarez en la colección Maestros de la Arquitectura Argentina. Pero las coincidencias siguen: el 29 de marzo próximo, el Edificio Somisa y el Teatro Municipal General San Martín formarán parte de una exposición sobre la arquitectura latinoamericana en el prestigioso museo MoMA de Nueva York. Se llamará “América Latina en construcción: 1955-1980” y reunirá obras modernas de ese período. Una época en que creadores como Mario Roberto Alvarez se dieron cuenta que la arquitectura latinoamericana debía dar un salto cualitativo.
Hoy, para que un elemento, un edificio o un lugar sea declarado Monumento Histórico Nacional es necesario que tenga gran valor para el país y su gente. Esas son las razones por las que el joven Edificio Somisa se convirtió en un pedazo de nuestra historia y en un mensaje para nuestro futuro.
* Editor adjunto ARQ

Fuente: clarin.com

LA POLICÍA ITALIANA "SECUESTRA" EN SUIZA
UNA OBRA DE LEONARDO

El «Retrato de Isabel d'Este», hallado en 2013 en un búnker de una familia suiza, estaba en un banco de Lugano, listo para ser vendido por 150 millones de euros a compradores árabes
La policía italiana «secuestra» en Suiza una obra de Leonardo
El cuadro confiscado por la policía suiza
 ÁNGEL GÓMEZ FUENTES / ABC / ROMA

El misterio ha sido completamente desvelado. Un cuadro de inestimable valor, atribuido a Leonardo da Vinci, ha sido «secuestrado» en Suiza por la Guardia de Finanzas de Italia y carabineros encargados de la tutela del patrimonio artístico italiano. Se trata de un óleo que Leonardo realizó a la marquesa de Mantua, Isabel d'Este (61 x 46,5 centímetros), una pintura de la que se perdieron las huellas durante siglos y que está considerada como una de las precursoras de la célebre «Gioconda».

Ilegalmente había sido transferido al extranjero y actualmente se encontraba depositado en un banco de Lugano (Suiza), listo para ser vendido por 150 millones de euros a compradores árabes. Después de oportunas comprobaciones técnicas, la pintura fue atribuida a Leonardo da Vinci por el profesor Carlo Pedretti, el mayor experto en el maestro del Renacimiento. Ahora, cuando el cuadro sea trasladado a Italia, se realizarán nuevas pruebas para establecer de forma definitiva que se trata de una obra creada por la mano de Leonardo.

La noticia del descubrimiento del cuadro la dio el «Corriere della Sera» en octubre 2013. Los historiadores creían que nunca había sido pintado, porque la obra estuvo «perdida» durante 500 años. La investigación policial italiana se inició en 2013 y ha estado coordinada por la fiscalía de Pesaro, que se muestra convencida de estar en la pista de un notable tráfico internacional de obras de arte. El fiscal Manfredi Palumbo ha hablado de «decenas de investigados», que podrían ser responsables de delitos de exportación ilegal de obras de arte y asociación para delinquir.


La policía italiana «secuestra» en Suiza una obra de Leonardo
     Sett - «Retrato de Isabel d'Este»
La policía italiana «secuestra» en Suiza una obra de Leonardo
Sett - El carboncillo conservado en el Louvre


                                                       



















El «Retrato de Isabel d'Este» fue encontrado en 2013 en el búnker de la casa de una adinerada familia suiza y es el sucesor del carboncillo previo hecho por el maestro italiano y conservado hoy en el Museo del Louvre en París. Todo indicaba entonces que, mientras el carboncillo fue realizado por Da Vinci a principios del siglo XVI, cuando era huésped del marqués Francisco II Gonzaga en la ciudad italiana de Mantua, el retrato a color tuvo que esperar alrededor de quince años y tras la constante insistencia de la esposa del marqués y modelo, Isabel d'Este.
Se trata de un óleo sobre tela realizado entre los años 1513 y 1516 y que presenta varios motivos iconográficos inspirados en Santa Catalina de Siena, tales como corona y cetro. No hay dudas sobre la autenticidad del retrato y la firma del maestro florentino: «La tela es auténtica», dijo Pedretti.

Similitudes con la Gioconda


Además, el análisis del Carbono 14 demostró que la pintura se realizó en un periodo entre el 1460 y el 1650, evitando así la sospecha de que hubiera sido realizada en un tiempo posterior al de Leonardo. El retrato presenta muchas similitudes con el de la Gioconda, especialmente en cuanto al color y la iluminación, aparte de la pose de ambas modelos.
De hecho, los expertos presentaron varios documentos en los que se puede intuir una división entre La Gioconda y la Mona Lisa, como si fueran dos cuadros distintos, y en los que se habla de una de ella como una «dama italiana, consorte de un caballero llamado Francesco».
Por ello, la duda de que una de ellas fuera realmente Isabel d'Este queda latente y tendrá que ser investigada más a fondo. Isabel d'Este fue una noble italiana, gran mecenas de artistas y protectora de, entre otros, Rafael, Mantegna y Giulio Romano y retratada por otros genios como Tiziano.
Fuente: abc.es/cultura

UN ARTISTA HAWAIANO GANÓ EL PREMIO FAENA

El proyecto interdisciplinario se realizará en octubre.

El jurado seleccionó la obra por su carácter de cruce entre el arte, la ciencia, la tecnología y el diseño.

Cinema Architecture. Boceto del proyecto ganador.
Cinema Architecture. Boceto del proyecto ganador.


Mercedes Pérez Bergliaffa

Finalmente se supo quién es el ganador del Premio Faena a las Artes, uno de los más importantes de la región: se trata del hawaiano Cayetano Ferrer (1981), quien actualmente vive y trabaja en Los Angeles.
Su proyecto, “Cinema architecture” –que fue elegido entre más de 400 proyectos llegados desde todo el mundo para concursar–, hace foco en la creación de entornos virtuales, acompañados de un banda sonora elaborada por él mismo. La obra intenta crear, específicamente, cruces experimentales entre el arte, la ciencia y el diseño.
En este caso el proyecto tomará como excusa y punto de base para desarrollarse la arquitectura del propio espacio exhibitivo: la sala Los Molinos del Faena Art Center de Buenos Aires. Será un site-specific diseñado en diálogo con la historia del edificio -una construcción patrimonial, el espacio del Art Center eran los antiguos molinos de trigo pertenecientes a principios del siglo XX a Molinos Río de La Plata -, y con la arquitectura de la ciudad de Buenos Aires.
Premio codiciado por la alta visibilidad internacional que brinda al artista que lo gana, así como por el dinero que se le otorga al ganador para realizar el proyecto y para él mismo –75.000 dólares, de los cuales 50.000 se destinan a la creación de la obra y 25.000 son para el artista–, los Premios Faena (o Premios F, como se los conoce comúnmente), se encuentran ya en su cuarta edición. Hagamos un repaso: durante la primera edición (2006) los ganadores habían sido 13 artistas de todas las disciplinas y generaciones, entre ellos Margarita Bali, Margarita Paksa y Lorena Cardona. En la segunda edición del premio (2009) la modalidad había cambiado, se dedicó el premio a un solo ganador y dos menciones. En ese momento lo ganó el uruguayo Martín Sastre. En la tercera edición (2013) el premio fue otorgado al argentino Franco Vico. La cuarta edición es la actual, ganada por Ferrer, con dos menciones a Pablo Rasgado (México, 1984) por “El color del espectro” y Nicolás Gullota (Argentina, 1981) por “Piedra Movediza Archive”.
Con un jurado internacional importante –Rita González del County Museum de Los Ángeles, Katie Sonneborn de la Skowhegan School de Nueva York, Caroline Bourgeois de la Fundación François Pinault de París y Sonia Becce, curadora argentina independiente, con la coordinación del jurado de Ximena Caminos, directora del Faena Arts Centre y del Faena Forum de Miami Beach–, cada edición del premio ratifica su consolidación internacional.

Fuente: clarin.com

PAUL TROUBETZKOY, UN REFINADO ESCULTOR IMPRESIONISTA


    Mujer sentada,1908.


Paolo Troubetzkóy

Se lo conoce por Paolo por haber nacido en Italia o Pável Petróvich Trubetzkói (cirílico ruso, Павел Петрович Трубецкой, Intra di Verbania, 15 de febrero de 1866 - Novara, 12 de febrero de 1938.
Escultor y pintor ruso nacido en Italia. Destacado en el arte impresionista.



Biografía

Descendía de una noble y acaudalada familia; siendo hijo del príncipe Pyotr Troubetzkoy, diplomático ruso en Italia, y de la pianista estadounidense Ada Winans. En su obra, influyó notablemente Auguste Rodin y, en general, el arte milanés, pues también se formó en los talleres de Giuseppe Grandi en Milán. Tuvo una formación autodidacta, comenzando a tomar como modelos a los caballos que había en las caballerizas de su propia casa; destacando Nella Stalla, Elefante y Bue, que fueron muy exitosas cuando fueron exhibidas en una exposición de arte en Venecia en 1887. Desinteresado por los estilos de su época, y sin dejarse influenciar por ninguno en particular, consiguió un modelado personal en el que solamente se pretendía representar la expresión de los movimientos. Entre sus obras primerizas destacada el estupendo retrato del pintor Giovanni Segantini (1896, Verbania, Museo Paesaggio) Provocó la admiración de varios artistas; entre ellos, la del mismo Auguste Rodin; cuando tuvo una exposición en la galería Hébrard, de París (Francia); aunque también tuvo el rechazo de otros, que no comprendían que ese arte pretendía plasmar lo natural, sin ningún condicionante cultural. Dentro de su vida personal destaca su tendencia al vegetarianismo, pues él sentía que era muy cruel matar a animales indefensos para luego comérselos. Su amigo (y colega vegetariano), George Bernard Shaw, decía de él, con un punto de humor:


Troubetzkoy es un gigantesco y terrible humanitario que podría hacer cualquier cosa con un animal excepto comérselo

                                                                                                                                     XV Congreso Mundial Vegetariano, Libro conmemorativo (1957)
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/f/f2/Troubetzkoy_Levitan.jpg/576px-Troubetzkoy_Levitan.jpg
   Retrato de Isaac Levitan, 1899.
   Museo Estatal Ruso

La Academia Imperial de Bellas Artes de Moscú lo llamó para impartir clases de escultura, permaneciendo en dicho instituto por nueve años (1897-1906). En dicha institución, jamás quiso vincular a sus alumnos con las figuras clásicas. Fue un artista reconocido por sus contemporáneos: ganó el Grand Prix de la Exposición Universal de París (1900) y contribuyó con una serie de bronces al Salón d'Autome (1904). La mayor y más conocida de sus obras es la monumental estatua ecuestre del Zar ruso Alejandro III en San Petersburgo. El monumento fue inaugurado en 1909 sobre el Nevsky Prospekt, cerca de la terminal de Moskovsky Vokzal. Después de la revolución rusa de 1917, el gobierno soviético retira el monumento de la calle principal al traspatio del Museo Ruso de San Petersburgo. Después del colapso de la Unión Soviética, el monumento al Zar Alejandro III se colocó delante del Palacio de Mármol, cerca del terraplén del río Neva. Al finalizar esa etapa de su vida en Rusia, decide trasladarse a París, y un tiempo más tarde, a Estados Unidos. En 1932 regresa a Italia, a Pallanza, cerca del Lago Mayor, y sigue exponiendo y estando activo. Muere en Novara un 12 de febrero de 1938.


http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/8e/Trubetzkoy_Children.jpg
    Los niños, escultura hecha por Paolo Trubetzkoy en 1900.



     Joaquín Sorolla y Bastida,


http://www.mnba.gob.ar/img/coleccion/obra/alta/2929.jpg
      Amazona,
      Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires.

            Niña con perro, 1897
            Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires.








                      Retrato de Matías Errázuriz Ortúzar
                      Escultura en bronce  –  fundidor Adrien Hébrard (1865-1937)
                      Firmado y fechado 1909
                      Francia.  Siglo  XX
                      Museo Nacional de Arte Decorativo, Buenos Aires.

Don Matías Errázuriz Ortúzar aparece sentado, el cuerpo apoyado en el respaldo del asiento y las piernas cruzadas.   La cabeza algo girada hacia su izquierda, el rostro sereno y complacido, lleva patillas y bigote recortados según la moda impuesta por el emperador Francisco José de Austria.  La dirección de la mirada se cruza en ángulo recto con la línea  marcada por la pierna izquierda cruzada lo que genera dinamismo e interacción con el espectador.
Lleva un saco amplio y chaleco, las manos apoyadas sobre las piernas sostienen los bordes del saco y el borde del pantalón permite ver el fino calzado abotonado















SECRETA BUENOS AIRES:
UNA ESCULTURA DE VERANO EN RECOLETA

Es la de El Sediento, un notable conjunto hecho en mármol de Carrara que puede apreciarse en la Plaza Rodríguez Peña.

El sediento y su fuente, en plaza Rodríguez Peña. (Julio Juárez)
   El sediento y su fuente, en plaza Rodríguez Peña. (Julio Juárez)


Eduardo Parise

El verano en Buenos Aires se siente cada vez con más rigor. Para comprobarlo alcanza con recordar lo que fueron las temperaturas en estas últimas semanas y así darse cuenta que el verano porteño es mucho más que ese maravilloso tango compuesto por Astor Piazzolla. Ante esta situación, los médicos previenen sobre los peligros del golpe de calor y recomiendan beber mucha agua para mantener al cuerpo bien hidratado. Pero el tema de la sed y el agua es una cuestión de vieja data para los seres humanos y para la gente de la Ciudad. Y la mejor prueba la otorga una pequeña escultura que, desde 1914, se luce en una plaza porteña. La obra se conoce como El sediento.
Instalada en un sector de la Plaza Rodríguez Peña (avenida Callao, entre Paraguay y Marcelo T. de Alvear), la obra apenas supera el metro de altura. La imagen: un muchacho agachado y bebiendo el agua que brota de una roca. Una fuente que lo rodea completa la escena. La escultura, realizada en valioso mármol de Carrara, es obra de la artista argentina Luisa Isabel Isella de Motteau, una mujer que nació en Buenos Aires el 21 de octubre de 1886. Con estudios realizados en la ciudad de Monza (Italia) y en la Academia Nacional de Bellas Artes de Chile, la escultora desarrolló su obra a pedido de la entonces Municipalidad de Buenos Aires.
Para el tiempo en que le encargaron el trabajo, Luisa Isella ya tenía su prestigio. A tal punto que el mismísimo Carlos Pellegrini la había recomendado para que le dieran una beca de estudio en París. Isella ya había ganado varias medallas de oro en distintos concursos y su talento quedó a la vista con la imagen que logró para El sediento: un cuerpo desnudo, con perfectas proporciones, en las que el frío mármol dejó lugar a la perfección de tensos y pulidos músculos. Claro que no todo fue elogio. Vale recordar que era el principio del siglo XX y exponer el cuerpo de un joven desnudo en un espacio público generaba reparos en la gente con mente pequeña, aunque se tratase de una estatua. Pero igual la obra se instaló en la plaza, aunque sin la presencia de la autora: estaba en Europa y recién volvería al país en 1919, tras el fin de la Primera Guerra Mundial.
Desde su llegada a la Argentina, Luisa Isella se dedicó a la docencia prácticamente hasta el 15 de enero de 1942, cuando murió en San Isidro, el lugar en el que residía. Algunas otras de sus obras se encuentran en el Museo Nacional de Bellas Artes. Pero la escultura de El sediento (monumento al que algunos también denominan Niño de la Fuente) sigue presente dándole arte a ese Boulevard Callao, como se conocía a la lujosa avenida a principios del siglo pasado.
La Plaza Rodríguez Peña fue diseñada por el gran paisajista francés Carlos Thays en 1893 y se inauguró un año más tarde cuando el intendente era Emilio V. Bunge. Dicen que todavía conserva mucho de su diseño original. Lleva el nombre de una de las figuras más importantes de la Revolución de Mayo: Nicolás Rodríguez Peña, el único prócer al que se le erigió un monumento vecino a la casa paterna en la que nació. Es que aquella zona, conocida en un tiempo como “la perla de la Capital”, había sido parte de la quinta de Alonso Rodríguez de la Peña y Damiana Funes, los padres de Nicolás, un hombre que fue figura en la lucha contra los invasores ingleses en 1806 y 1807 y también, junto con Hipólito Vieytes, el impulsor de las reuniones en la famosa jabonería, que luego derivaron en la Revolución de Mayo de 1810.
Gran amigo de José de San Martín, Nicolás Rodríguez Peña colaboró en la formación del Ejército de los Andes. El 23 de mayo de 1910, en vísperas del primer centenario de la Revolución y en la plaza que lleva su nombre, se inauguró el monumento de bronce para recordarlo y homenajearlo. Lo realizó el artista Gustav Heinrich Eberlein, un escultor, pintor y escritor alemán. Pero esa es otra historia.


Fuente: clarín.com


NUESTRA OPINIÓN



Lo que es inconcebible es que esta fuente tenga justo adelante el enorme kiosco de diarios y revistas que se le ha puesto sobre la vereda de la Av. Callao.
Parece hecho a propósito para impedirle a la gente que pasa por ahí caminando o en auto disfrutar de esa linda obra de la escultora argentina Luisa Isabel Isella de Motteau, 1886-1942. El citado kiosco de diarios y revistas debería estar en la vereda de enfrente.
En la misma plaza, pero en la esquina de la Av. Callao y Paraguay, está el imponente monumento al Dr. Bernardo de Irigoyen, realizado en España por el escultor valenciano Mariano Benlliure y Gil,1862-1947, e inaugurado el 28 de diciembre de 1933.
Rodean a la figura de bronce de Irigoyen, fundida a la cera perdida, que se encuentra sobre un pedestal, figuras de mármol que representan a la Fuerza y la Abundancia, el escudo de la Argentina y alegorías de las riqueza agrícola y ganadera del país.
Hoy, ese monumento parece el monumento a la roña y del lado de atrás, se ha convertido en el baño de los cirujas del barrio, en refugio de drogadictos, malvivientes, etc.
Habría que limpiarlo bien, ponerlo en valor con una iluminación adecuada y tomar medidas que desalentaran el resto de los inconvenientes señalados.

P.L.B.

EL ENIGMA DE LAS MENINAS DE VELÁZQUEZ



Las Meninas es la obra más famosa de Velázquez y fue pintada por el genial artista sevillano en 1656 (según Antonio Palomino), fecha bastante razonable considerando que la infanta Margarita nació el 12 de julio de 1651 y aparenta unos cinco años de edad.





Las Meninas es una pintura realizada al óleo sobre un lienzo de grandes dimensiones formado por tres bandas de tela cosidas verticalmente, donde las figuras situadas en primer plano se representan a tamaño natural. Es una de las obras pictóricas más analizadas y comentadas en el mundo del arte.


Fuente: cienradios.com