UN GLOBO TERRÁQUEO MUY ESPECIAL


Un globo terráqueo grabado sobre un huevo de avestruz que se piensa podría ser el más antiguo en representar el “Nuevo Mundo” ya que data de principios de 1500. Se han encontrado evidencias en la cáscara del huevo de que el grabador estaba influenciado por Leonardo Da Vinci o trabajaba en su taller. (EFE)

Un globo terráqueo grabado sobre un huevo de avestruz que se piensa podría ser el más antiguo en representar el “Nuevo Mundo” ya que data de principios de 1500. Se han encontrado evidencias en la cáscara del huevo de que el grabador estaba influenciado por Leonardo Da Vinci o trabajaba en su taller.


Fuente: EFE

CLEMENTE Y MIMÍ, TODO POR EL ZOO

Onelli popularizó al Zoológico porteño. ¿Un ejemplo? El paseo de la jirafa del Puerto a Palermo.
El hombre y su animal. Mimí llegó de Africa en 1912. Onelli –dirigía el zoo desde 1904– la fue a buscar y la llevó a pie hasta su nuevo hogar. / ZOO DE BS AS

Por Eduardo Parise

 

Para mucha gente hablar de Mimí y Clemente es recordar a esos personajes de historieta que el genio de Caloi puso por años en la contratapa de Clarín. Clemente era un bicharraco extraño que llegó a hacer mucho ruido tirando papelitos. Y Mimí era una pajarita muy pituca, con aires de vedette, a quien Clemente cortejaba. Pero en la realidad de Buenos Aires hay otro Clemente y otra Mimí que hicieron historia con sólo caminar por la Ciudad. Fue desde el puerto hasta Palermo, el lugar donde ella instaló su residencia. Ocurrió cuando ella, inmigrante igual que él, arribó procedente de Africa. Y él, como buen caballero que era, la esperó junto al muelle.
Pasó en 1912 y los protagonistas fueron Clemente Onelli, director del zoológico de Buenos Aires, y la jirafa Mimí que, en mayo de ese año, había sido comprada en Dakar, por entonces el principal puerto de Senegal, que era una colonia francesa. Lo cierto es que aquel ejemplar de Giraffa camelopardalis peralta , con sus manchas de un tinte rojizo sobre un fondo claro, dejaba atrás las sabanas del continente africano, por las que habían vagado durante años sus ancestros, para convertirse en figura de una ciudad de América del Sur.
Clemente Onelli había nacido en Roma el 22 de agosto de 1864. Su abuelo había sido un renombrado funcionario pontificio. Y su padre, un abogado de prestigio. Por eso, cuando quedó huérfano siendo un niño, estudió en el Colegio Papal y luego en la Facultad de Ciencias Naturales. Allí recibió su licenciatura. Su especialidad: la geología y la paleontología. Tenía sólo 23 años. Un año más tarde, en 1888, Onelli se vino a Buenos Aires. Algunos dicen que ya había “quemado” la mayoría de los billetes heredados y que cuando llegó sólo portaba la riqueza de sus conocimientos.
Lo cierto es que enseguida se integró a los círculos científicos, donde tallaban nombres como Pedro Arata, Carlos y Florentino Ameghino, Eduardo Schiaffino y Francisco Pascasio Moreno. Justamente, fue este famoso perito quien lo incorporó al museo de La Plata como naturalista y explorador. Y comenzó su carrera como investigador de piezas arqueológicas y fósiles, en especial en la Patagonia. También colaboró con demarcaciones limítrofes y trabajó en la Dirección de Tierras de la Nación, colonizando zonas en el Sur del país.
Pero el trabajo que le daría popularidad sería el del director del Zoo porteño. Lo nombraron en 1904 y sucedió en el puesto a Eduardo Ladislao Holmberg, médico, naturalista y escritor quien, desde que el zoológico quedó a cargo de la Ciudad (el 30 de octubre de 1888, hace 125 años), estuvo como director. Holmberg se fue por discrepancias con las autoridades. Entonces el cargo quedó para Onelli hasta el 20 de octubre de 1924, el día en que murió en Buenos Aires, dos meses después de cumplir 60 años.
En aquella tarea como director del zoo, Onelli trabajó mucho para darle vuelo a la institución. En el primer año de su gestión el número de visitantes se multiplicó por diez: pasaron de 1.500 a 15.000. Es que el hombre era capaz de fotografiarse dándole de comer en la boca a un cachorro de rinoceronte o hacer la travesía aquella de caminar desde el Puerto hasta Palermo llevando a Mimí, atada con una larga soga. También fue el impulsor de otros dos zoológicos: uno en Parque Patricios (1907) y otro en Saavedra (1914). Eso se desvaneció con su muerte.
La fama de Clemente Onelli, a quien alguna vez calificaron como “el más criollo de los italianos”, también se alimentó cuando en 1922 organizó una excursión a la Patagonia para buscar a un animal acuático que tenía la cabeza parecida a la de un cisne y el cuerpo como el de un gran yacaré. Lo llamaban plesiosaurio y decían que había sobrevivido desde la Prehistoria. La búsqueda en lagos del Sur nunca dio resultado. Sin embargo el tema fue tan popular que hasta aparecieron muchos elementos con la marca “Plesiosaurio”. Entre ellos, cigarrillos. Pero esa es otra historia.

Fuente: clarin.com

BORGES Y EL TANGO, UNA RELACIÓN ESTRECHA Y CON VOZ PROPIA

La Casa del Lector y la Fundación Jorge Luis Borges editarán un audiolibro con cinco horas de grabación en las que el escritor argentino habla de Gardel y de sus tangos preferidos.
Escuchalo

Fina estampa. El escritor pasa entre las mesas de un café en 1981. Se definía como un “correcto desafinado” a la hora de cantar. “Tengo un oído escaso”, se justificaba / Marcello mencarini/LEEMAGE.

Las charlas fueron grabadas en 1965 por Jorge Luis Borges, pero recién salieron a la luz gracias a la donación que hizo el escritor Bernardo Atxaga a la Casa del Lector de España, que en sociedad con la Fundación Jorge Luis Borges, que dirige María Kodama, editarán un audiolibro en el que se podrá conocer y escuchar losl pensamientos de uno de los más grandes escritores argentinos sobre el tango y sus principales exponentes.
"“Oyendo un tango viejo”, sostiene el escritor en las grabaciones a las que tuvo acceso El País, “sabemos que hubo hombres valientes. El tango nos da a todos un pasado imaginario. Estudiar el tango no es inútil, es estudiar las diversas vicisitudes del alma argentina”.
María Kodama fue la encargada de certificar que las grabaciones pertenecieran a Borges y también contó que al autor de El Aleph no le gustaba mucho el estilo de Gardel. “El choclo le divertía. Le gustaban los tangos de la guardia vieja porque no tenían letra o, si la tenían, era con doble sentido. Sin embargo, detestaba el tango cantado por Gardel por sus letras melodramáticas y lloronas”, aseguró en El País.
En la página del diario español se pueden escuchar algunos fragmentos de esas extensas charlas:

CLIQUEE AQUÍ PARA ESCUCHAR CADA UNA DE ESTAS TRES CHARLAS:
El Gaucho
;   El origen del tango;   Los Lugares del tango


Aunque prefería la milonga, vio en el tango nuestra alma

Por Eduardo Parise

 


Un cuarto de siglo después de muerto, Jorge Luis Borges vuelve a aparecer hablando y nada menos que de la música de Buenos Aires. Y aunque reconoce que “tango” y “gaucho” son las dos palabras que identifican al país en el mundo, otra vez vuelve a la memoria aquello que, puesto en su boca, siempre generó debate: que la verdadera representatividad musical de los barrios de la ciudad no es el tango sino la milonga.
“Creo que la milonga es una de las grandes conversaciones de Buenos Aires, como lo es también el truco, ese juego de naipes dialogado y lleno de picardías”, dijo una vez. Y hasta vapuleó a Carlos Gardel: “convirtió al tango en una especie de tragedia triste y teatral”, despachó sin piedad sobre el inventor del tango-canción.
También siempre fue conocida su postura contra el bandoneón y su aprecio por los sonidos de lo que se llama “guardia vieja”, cuando reinaban la guitarra y la flauta y había menos letra que música.
Sin embargo, Borges siempre es Borges. Y saber que existen cinco horas de grabaciones de charlas suyas que aluden al tango y que fueron realizadas hace casi medio siglo, resulta una buena noticia.
En especial, si allí hay un concepto que define a nuestra música por excelencia –que ya es patrimonio cultural de la humanidad– como “una forma de leer el alma argentina”, como una manera de eternizar su consigna elogiosa, aquella del “tango que fuiste y serás”.


Del cantor y de “niños bien” patoteros


Gardel Gardel toma el tango y lo hace dramático. Ahora, una vez que Gardel ejecutó esa proeza se escribieron tangos para ser cantados de un modo dramático. Tangos, por ejemplo, como “Te fuiste ja ja, que te cache el tren " , tangos en los cuales el hombre simula alegrarse de que la mujer lo ha dejado pero al final la voz se le quiebra en un sollozo. Todo esto está hecho especialmente para el cantor.
Todo esto nada tenía que ver con el antiguo compadrito. Dice Vicente Rossi en su libro que esos temas de rivalidad el compadrito los resolvía a su modo: duelo criollo, sin testigos, a cuchillo y muerte.
Luego llegaron los tangos quejosos y recuerdo una frase de un malevo, puedo decir, que me honró con su amistad, según la frase consabida y era “el hombre que piensa cinco minutos seguidos en una mujer no es un hombre, es un maricón” salvo que en lugar de la palabra “maricón” usaba una más fuerte que empieza con la misma letra y que es una variación de “hermafrodita”. Espero haber sido demasiado explícito en esta aclaración.
Cómo empezó el tango (…) y otra, famosa, porque dio su nombre a un tango famoso. Una casa de baile de compadritos y de patoteros y de mujeres de la vida situada en la calle Rodríguez Peña, acaso en esas casas viejas que todavía quedan en esa cuadra… Rodríguez Peña entre Lavalle y Corrientes. Y si se necesitaran más pruebas tendríamos, además, cuatro versos de Evaristo Carriego que estaba describiendo lo contemporáneo y que no tenía y no podía mentir.
Dice: " En la calle la buena gente derrocha sus guarangos decires más lisonjeros porque al compás de un tango, que es La Morocha, lucen ágiles cortes, dos bolilleros " es decir, dos hombres. Y un tío mío, marino, calavera en su juventud, dice que fue con un grupo de cadetes a un famoso conventillo de la época llamado, significativamente, “Los Cuatro Vientos”, en la calle Las Heras, “Los Cuatro Vientos” ya sugiere grandes patios, grandes patios con muchas ventolinas, como dice Silvina Ocampo, admirable poema sobre Buenos Aires. Y que ahí uno de ellos quiso bailar con corte y la gente del conventillo, la gente humilde del conventillo, lo echó.
Es decir, contrariamente a esa suerte de novela sentimental que han hecho los films, el pueblo no inventa el tango. El pueblo no impone el tango a la gente bien, ocurre exactamente lo contrario. El tango tiene esa raíz infame que hemos visto y luego los niños bien, patoteros, que eran gentes de armas llevar o de puños llevar, porque fueron los primeros boxeadores del país, lo llevaron a París… cuando el baile fue aprobado y aceptado en París, entonces el Barrio Norte, digamos, lo impuso a la Ciudad de Buenos Aires que ahora lo acepta y es una suerte que haya ocurrido así.

Fuente: clarin.com

YA IDENTIFICARON VARIOS CUADROS "EXTRAORDINARIOS" ROBADOS POR LOS NAZIS

Los expertos empezaron a revelar detalles del tesoro encontrado en un departamento de Munich. Cuáles son las obras más valiosas.
El autorretrato del pintor alemán Otto Dix se proyecta durante una rueda de prensa sobre la colección de cuadros encontrada ayer en Múnich. (EFE)


Los expertos en arte alemanes están llevando adelante la titánica tarea de identificar el origen de las más de 1.400 piezas descubiertas en un departamento de Munich, que habían sido robadas por los nazis.
La fiscalía de Augsburgo ofreció en rueda de prensa los primeros datos oficiales de la operación, que comenzó en 2010 con un control de aduanas en un tren entre Suiza y Alemania y que en 2012 llevó a la policía al apartamento de Cornelius Gurlitt, de 80 años, donde se encontraron las obras. Así, detalló un primer inventario: 1.285 cuadros no enmarcados y 121 enmarcados, el más antiguo fechado en el siglo XVI y todos, al margen de la suciedad y el polvo, en "muy buen estado", señaló el fiscal jefe de Augsburgo, Reinhard Memetz.
Según explicó la investigadora de la Universidad Libre de Berlín, Meike Hoffman, en la colección no hay sólo cuadros del denominado "arte degenerado" -las obras de los "clásicos modernos" confiscadas por los nazis a finales de los años treinta-, sino que también hay piezas de siglos anteriores.
Hasta ahora, el hallazgo más importante es un Marc Chagall y un autorretrato de Otto Dix hasta ahora desconocidos. Pero también hay dibujos, grabados y lienzos de Toulouse-Lautrec, Renoir y Picasso.

La obra de Carl Spitzweg titulada "Pareja Haciendo Música" se proyecta durante una rueda de prensa sobre la colección de cuadros encontrada ayer en Múnich. (EFE)
Meike Hoffmann, historiadora de arte de la universidad de Berlín, subrayó que la tela desconocida de Chagall, que representa una escena alegórica y que data probablemente de mitad de los años 1920, "tiene un valor histórico particularmente alto". Su procedencia todavía no ha sido determinada.
Las obras son "de una calidad extraordinaria" y constituirán un valioso aporte al estudio de diversos pintores, explicó Hoffmann en la conferencia de prensa. "Naturalmente es una sensación de felicidad inmensa", agregó.
La revista Focus, que difundió el fin de semana el descubrimiento, calculó el valor total de las piezas en más de 1.300 millones de dólares. Todas estaban en un departamento en Munich, donde el anciano Cornelius Gurlitt las atesoró por décadas. Su padre, Hildebrand, era un coleccionista de arte que había sido amenazado por los nazis porque tenía una abuela judía pero luego se volvió indispensable al régimen de Hitler, al cual ayudaba a vender obras robadas o incautadas en el extranjero. El hallazgo se logró porque Gurlitt llamó la atneción de unos agentes de aduana que en septiembre de 2010 le encontraron 9.000 euros en efectivo en un control de rutina. Lo siguieron investigando, llegaron a su departamento y así se encontraron con un tesoro perdido.
La obra de Franz Marc titulada "Caballos en el Paisaje" se proyecta durante una rueda de prensa sobre la colección de cuadros encontrada ayer en Múnich. (EFE)
Una obra desconocida de Marc Chagall que muestra una escena alegórica se proyecta durante una rueda de prensa sobre la colección de cuadros encontrada ayer en Múnich. (EFE)
Un hallazgo sin precedentes Ya identificaron varios cuadros “extraordinarios” robados por los nazis. (AP)
Un hallazgo sin precedentes Ya identificaron varios cuadros “extraordinarios” robados por los nazis. (AP)
Fuente:clarin.com

REVELAN QUE TUTANKAMÓN MURIÓ PORQUE LO ATROPELLÓ UN CARRUAJE

La causa de su muerte siempre estuvo en duda. Ahora creen que fue arrollado en combate.
El joven detrás de la máscara. De oro, la pieza que cubría el rostro de Tutankamón es una de las joyas más valiosas de la Antigüedad. El faraón murió a los 19 años y era así, según una reconstrucción de 1992. EFE


Londres. Agencias 

La historia de Tuntakamón, especialmente su último capítulo, dio un nuevo giro. Científicos británicos descubrieron que no murió como se pensaba hasta ahora: víctima de la malaria. Al parecer, fue atropellado accidentalemtne por un carro en pleno combate. El cadáver momificado, además, reveló otro detalle inesperado. Se prendió fuego espontáneamente tras un intento chapucero por embalsamarlo.
Un fragmento de carne del joven faraón, cuya tumba fue descubierta en 1922 por Howard Carter y Lord Carnarvon, fue testeado por científicos que confirmaron que su cuerpo se quemó abruptamente cuando estaba siendo sellado.
El descubrimiento de su tumba casi intacta, junto con un ataúd de oro y una máscara funeraria de oro, causaron sensación en todo el mundo en los años 20 y generaron una fascinación generalizada y persistente por el Antiguo Egipto. Tutankamón y sus tesoros se asocian desde hace tiempo, además, con una “maldición” que nació luego de varias muertes misteriosas. Entre ellas, la de Lord Carnarvon poco después del hallazgo de la tumba.
Más de 20 personas vinculadas a la apertura de la cámara funeraria del faraón en Luxor murieron de forma extraña en los años siguientes, seis en Londres.
Ahora, con la tecnologíadel siglo XXI, el investigador Chris Naunton, egiptólogo, hace crecer la intriga que rodea a la momia al llegar a la conclusión de que su cuerpo se quemó por una mala praxis en el proceso de momificación.

Revelan que Tutankamón murió porque lo atropelló un carruaje

Para tener certeza de ese dato, Naunton examinó los apuntes originales de Carter y junto con científicos forenses del Cranfield Forensic Institute, de Bedfordshire, llevó a cabo una autopsia virtual del cadáver utilizando la tecnología de escáner con tomografía axial computarizada, cuyos resultados pueden reavivar también la posibilidad de que el joven soberano muriera atropellado por un carro, en combate.
Ese detalle no es menor porque no hay registros sobre los últimos días del faraón y desde hace tiempo se debate cuál fue la causa de su muerte. Si bien existen versiones de que Tutankamón fue asesinado o que murió en un conflicto, muchos expertos creían que su muerte se debió a un accidente o una enfermedad. Una tomografía realizada en 2005 muestra que había sufrido una fractura en la pierna izquierda poco antes de morir, y que esa pierna se había infectado. Análisis de ADN realizados en 2010 mostraron la presencia de malaria en su sistema. Las recientes revelaciones, en cambio, indican que habría caído en combate y que un carro lo arrolló.
Los nuevos datos se presentarán este fin de semana en un documental que emitirá la televisión británica. El programa también analiza por qué razón la tumba de Tutankamón no fue descubierta durante tantos miles de años. Stephen Cross, geólogo, presentó pruebas de una inundación repentina, cuyas consecuencias pueden haber mantenido los tesoros a salvo de profanadores.

Fuente: clarin.com

INVESTIGAN EL ORIGEN DE LAS 1.500 OBRAS DE ARTE ROBADAS POR EL NAZISMO

El gobierno alemán avanza en la identificación de los cuadros que se hallaron en Munich. Algunos son de Picasso, Matisse y Chagall.
El lugar. El edificio donde un anciano escondió las obras por décadas. /AP
Berlín. AFP y AP

Las autoridades alemanas enfrentan una tarea titánica: establecer el origen de 1.500 obras de artistas como Pablo Picasso, Henri Matisse o Marc Chagall –muchas de ellas expoliadas a judíos por el nazismo–, halladas en un departamento lleno de basura en Munich.
El gobierno alemán reconoció ayer que sabía “desde hacía varios meses” del descubrimiento hecho por la aduana en 2011 y que el domingo fue revelado por el semanario Focus. La investigación está a cargo de la fiscalía de la ciudad de Augsburgo, que anunció una conferencia de prensa para hoy.
“Creo que es el mayor descubrimiento de cuadros robados en el marco del Holocausto desde hace años, aunque sea una fracción ínfima del número de obras que buscamos”, dijo Julian Radcliffe, presidente del Registro de Obras de Arte Perdidas, de Londres.
Focus estimó el valor total de los 1.500 dibujos, bocetos y cuadros en 1.300 millones de dólares. Pero los especialistas piden cautela. Christoph Zuschlag, un experto en “arte degenerado” de la Universidad de Coblenza, advirtió que no se debe sobreestimar el valor de la colección antes de revisarla cuidadosamente.
La sustracción. Soldados alemanes retiran cuadros en la Segunda Guerra.
“Necesitamos ver si eran originales o serigrafías”, dijo. Es que de las piezas de “arte degenerado” confiscadas de museos alemanes en 1937 o poco después, sólo un tercio fueron originales.
Los aduaneros alemanes encontraron, a principios de 2011, esos dibujos y cuadros en un apartamento de Munich donde se amontonaba la basura y había latas de conservas que llevaban vencidas hace casi 30 años. La propiedad pertenecía a Cornelius Gurlitt. El hombre, de unos 80 años, llamó la atención de los agentes de aduana cuando en septiembre de 2010 le encontraron 9.000 euros en efectivo en un control de rutina. Aunque llevar esa suma no sea ilegal, los investigadores decidieron seguir su intuición y pidieron autorización para registrar su apartamento.
Cornelius Gurlitt se ganaba la vida vendiendo ocasionalmente las obras reunidas en su apartamento a propietarios de galerías de arte con pocos reparos en cuestiones de origen. Había heredado esas obras de su padre, Hildebrand Gurlitt, un coleccionista de arte que se mató en 1956 en un accidente de auto.Aunque inicialmente fue amenazado por los nazis, sobre todo porque tenía una abuela judía, Hildebrand se volvió luego indispensable al régimen de Hitler, al cual ayudaba a vender obras robadas o incautadas en el extranjero.

 

“Es probable que haya tenido más obras y que las vendiera hace años”
 

Leo González Pérez

“¿Por qué no se deshizo de estas pinturas? Eso por ahora es un misterio. En los años 40 y 50 le hubiese resultado bastante fácil venderlas; hubiera bastado con disfrazar un poco su origen. Pero es probable que haya tenido más obras y que las vendiera hace años”. Las reflexiones pertenecen al periodista portorriqueño Héctor Feliciano, tal vez quien más haya investigado sobre el monumental saqueo de obras de arte que perpetró el nazismo.
En el libro El museo desaparecido (1996), Feliciano volcó los resultados de ocho años de investigación sobre los modos en que los nazis se apropiaron de unas 140.000 obras de arte. El trabajo de Feliciano desató un escándalo porque señaló responsables y dejó en evidencia que gran parte del robo nunca había sido reparado.
Hoy, ante el hallazgo de las 1.500 obras en el departamento ocupado por el hijo del marchante Hildebrand Gurlitt, Feliciano se hace muchas preguntas. Y la primera es sobre la exactitud de la información conocida hasta ahora. “La gran presencia de artistas alemanes me hace pensar que el hallazgo es cierto”, le dijo Feliciano ayer a Clarín. Y agregó que será fundamental saber cómo obtuvo Gurlitt las obras.
Desde que tomó el poder, Hitler fue marginando a los judíos de las funciones públicas –reseña Feliciano– y como Gurlitt tenía una abuela judía perdió sus puestos de director de dos museos estatales. Sin embargo, por tener un vínculo de sangre solo parcial con judíos y por estar muy bien conectado con la burguesía, le permitieron trabajar con el “arte degenerado” que era, para el nazismo, todo el arte moderno que valoraba la subjetividad.
“Ese arte era retirado de los museos del Estado en un proceso de ‘purificación’ y también se lo compraba a judíos bajo presión. En el 38 y el 39 hubo una serie de subastas muy grandes en Lucerna, Suiza, para deshacerse de algunas de esas obras y Gurlitt estuvo allí y aprovechó la situación, como otros marchantes alemanes”, explica Feliciano.
El estado en que se encuentran las pinturas es otro de los interrogantes que plantea el especialista, ya que conservar ese número abrumador de cuadros por tanto tiempo en una vivienda particular no es una tarea sencilla.

 

Una secuela oscura que pesa sobre la ética del mercado

 

Por Ana María Battistozzi


“Lo que están viendo son los productos enfermos de la locura, la impertinencia y la falta de talento. Necesitaría varios trenes de carga para limpiar nuestras galerías de esta basura.” Con elocuencia germana el presidente de la Cámara de Cultura del Tercer Reich, Adolf Ziegler, presentó la muestra de Arte Degenerado que en el verano de 1937 reunió en Munich más de 600 obras de lo que hoy es considerada la época de oro de las vanguardias europeas de principio de siglo cuyos protagonistas eran en gran medida alemanes o austríacos. Había obras de Oskar Kokoschka, de Emil Nolde, Kirchner, Otto Müller, Otto Diz, August Macke, George Grosz, Max Beckman y Oskar Schlemmer, representantes del expresionismo, tanto del Grupo Die Brücke como del Blaue Reiter y también miembros de la legendaria Bauhaus que Hitler cerró en 1933 obligando a sus profesores y alumnos a emigrar.
No pareciera mera coincidencia que este hallazgo se haya producido justamente en Munich.
Porque más allá de la fuerte censura que los nazis impusieron a este tipo de arte –que parodió de manera brutal al militarismo y las complicidades de la burguesía alemana que allanó el ascenso del nazismo–, no lo despreciaron a la hora de hacer negocios. Muchas ventas a ricos coleccionistas americanos fueron hechas por gente que gozaba de la protección del régimen.
Gente como Hildebrand Gurlitt, era necesaria para esos menesteres por sus contactos. El propio Goebbels se valió de él para poder vender “arte degenerado” a América que lo había valorizado desde la colección del MOMA. Muchos coleccionistas que en los años 30 contribuyeron con donaciones a su patrimonio fundacional adquirían obras como “La partida” de Max Beckman, que huyó abandonando su producción en Alemania al saberse incluido en la muestra de arte degenerado. Tanto ese arte como la enorme cantidad de obras confiscadas a familias judías, constituyen unas de las secuelas más oscuras de la guerra y aún hoy pesa sobre la ética que involucra al coleccionismo y el mercado.

Fuente: clarin.com

HALLAN EN MUNICH 1.500 OBRAS DE ARTE ROBADAS DURANTE EL NAZISMO

Estaban ocultas en un departamento. Hay cuadros de Picasso, Matisse, Chagall y Paul Klee.
Degenerate Art Exhibit
Arte degenerado. Así consideraba el régimen nazi a casi todo el arte moderno. Goebbels (izquierda) y Hitler (derecha) visitaron una muestra en 1937. ARCHIVO
Berlin. AFP, EFE Y DPA


Unas 1.500 pinturas, entre las que hay cuadros de los más célebres artistas del siglo XX, fueron encontradas en un departamento de Munich, en Alemania. Las obras, indicó el semanario alemán Focus , formaban parte de las que el nazismo había confiscado o robado durante las décadas del 30 y 40 y fueron mantenidas ocultas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
El tesoro pictórico hallado, que incluye trabajos de Picasso, Matisse y Chagall, forma parte de lo que el régimen de Hitler consideraba “arte degenerado”, y tendría un valor actual de mercado cercano a los 1.000 millones de euros.
Cornelius Gurlitt, ahora octogenario, guardaba las obras en su departamento junto a basura y latas de conserva vencidas. Las había recibido de su padre, Hildebrand Gurlitt, un coleccionista que tenía licencia de los nazis para tratar con el “arte degenerado”. Con esta facilidad, Gurlitt se habría quedado con obras confiscadas o vendidas a bajo precio por coleccionistas judíos perseguidos.
Terminada la Segunda Guerra, Hildebrand Gurlitt hizo saber que buena parte de las obras habían sido devoradas por el fuego en los bombardeos a Dresde, pero se habría quedado con esta colección, que, polvorienta, estuvo escondida casi setenta años.
En un primer momento, los nazis no apreciaban a Hildebrand Gurlitt, que tenía una abuela judía. Sin embargo, luego el coleccionista, de numerosos contactos y grandes conocimientos artísticos, fue encargado por el ministro nazi de Propaganda, Joseph Goebbels, para vender cuadros de “arte degenerado” a otros países.
Luego de la derrota alemana, Gurlitt, en un intento por mantener limpio su nombre, recalcó su ascendencia judía y el hecho de que no había pertenecido a organizaciones nazis. También afirmó haber ayudado a judíos y artistas perseguidos comprándoles sus obras.
Hallan en Munich 1.500 obras de arte robadas durante el nazismo
Su hijo Cornelius conservó los cuadros en habitaciones oscuras de su departamento y años atrás comenzó a vender de modo esporádico –e ilegal– algunas de las obras. Pero en 2010, en un control de rutina, en un viaje en tren entre Suiza y Alemania le encontraron 18 billetes de 500 euros en el bolsillo, y desde entonces comenzó a ser investigado por las autoridades. La investigación llevó a allanar el departamento de Cornelius, y allí se descubrieron las obras de arte. Esto ocurrió en 2011, aunque recién se sabe ahora.
Los cuadros se encuentran ahora en una bóveda de seguridad del servicio de aduanas de Baviera, en la localidad de Garching, cerca de Munich, mientras una historiadora del arte trata de certificar su autoría y valor. La Fiscalía Federal alemana está estudiando acusar a Cornelius Gurlitt por el presunto delito de evasión fiscal.
Entre los artistas que aparecen en la colección recuperada están también Emil Nolde, Franz Marc, Max Beckmann, Paul Klee, Oskar Kokoschka, Ernst Ludwig Kirchner y Max Liebermann. Y, de confirmarse la información, se trataría de una de las mayores operaciones de recuperación de obras de arte perdidas durante la Segunda Guerra. Habría al menos 200 cuadros que forman parte de nóminas oficiales de búsqueda internacional.
“Arte degenerado” era considerado por los nazis todo aquel que escapaba de lo que el “gran arte alemán” debía ser. Durante su régimen, se calcula que el nazismo se habría apropiado en total de unas 140 mil obras de arte.

Fuente: clarin.com