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Un conjunto de valiosos códices
medievales salpicados de exquisitas miniaturas pintadas con delicadeza y
paciencia se pondrán al alcance de la mano en una exposición que se
inaugura mañana, martes, en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.
EFE
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Un conjunto de valiosos códices
medievales salpicados de exquisitas miniaturas pintadas con delicadeza y
paciencia se pondrán al alcance de la mano en una exposición que se
inaugura mañana, martes, en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.
EFE
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Un conjunto de valiosos códices
medievales salpicados de exquisitas miniaturas pintadas con delicadeza y
paciencia se pondrán al alcance de la mano en una exposición que se
inaugura mañana, martes, en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.
EFE
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Un conjunto de valiosos códices
medievales salpicados de exquisitas miniaturas pintadas con delicadeza y
paciencia se pondrán al alcance de la mano en una exposición que se
inaugura mañana, martes, en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.
EFE
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Zaragoza - Un conjunto de valiosos
códices medievales salpicados de exquisitas miniaturas pintadas con
delicadeza y paciencia se pondrán al alcance de la mano en una
exposición que se inaugura mañana, martes, en el Paraninfo de la
Universidad de Zaragoza.
Se trata de una treintena de "clones" creados con paciente
laboriosidad por el editor gallego Manuel Moleiro, quien gusta llamar a
sus creaciones "casi original" debido a la perfección con la que se
reproducen no sólo el texto, las imágenes y la textura del papel sino
cada una de las imperfecciones que muestran sus hojas.
Obras de lujo ricamente iluminadas, realizadas por los pintores más
prestigiosos de la época para emperadores y reyes y custodiadas
actualmente en instituciones como el Museo Metropolitano de Nueva York,
el Museo Británico, las bibliotecas nacionales de Francia y Rusia o el
Museo Arqueológico Nacional.
Entre las obras expuestas se encuentra el Breviario de Isabel la
Católica, iluminado por los mejores pintores de Flandes y depositado en
la British Library de Londres, cuyos responsables siempre han rechazado
prestar su más valiosa pieza.
Este asombroso manuscrito, concebido como el más lujoso de los
breviarios flamencos, se realizó para conmemorar los tres éxitos
principales del reinado de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla,
es decir, el acuerdo de matrimonio de sus hijos Juan y Juana con los
hijos de Maximiliano I de Austria, la Conquista de Granada y el
Descubrimiento de América.
La exposición, titulada "El gabinete de las maravillas: códices
iluminados de las mejores bibliotecas del mundo", muestra también el
Atlas Vallard, una obra realizada por el cartógrafo portugués del mismo
nombre que revolucionó la historia al incorporar por primera vez una
imagen cartografiada de la costa de Australia, y salpicada con multitud
de dibujos alusivos a la población y costumbres de cada uno de los
continentes.
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Otro de los "clones" expuestos. |
También se exhibe el Salterio Triple Glosado, una joya bibliográfica
de la Corona de Aragón que se conserva en la Biblioteca Nacional de
Francia.
Esta obra cuenta con más de 140 miniaturas pintadas en dos espacios y
en dos momentos diferentes: Canterbury (año 1200) y Corona de Aragón
(1340).
La parte aragonesa, de estilo gótico italianizante, fue pintada por
el artista Ferrer Bassa por encargo del monarca Pedro IV el Ceremonioso.
Los visitantes también podrán hojear curiosas piezas como el Tacuinum
sanitatis, un tratado de medicina escrito en Bagdad en 1036 y
manuscrito en el siglo XV; el Libro de la Felicidad, un encargo del
sultán Murad en 1582 que incluye tablas para la interpretación de los
sueños, o el tratado de alquimia Splendor Solis.
Para obtener cada uno de estos clones, Manuel Moleiro y su equipo se
han desplazado a los lugares donde se custodian los originales para
estudiarlos y tomar fotografías con una resolución de 150 megapíxeles.
Posteriormente, y en un proceso que puede prolongarse por espacio de
varios años, el equipo realiza pruebas sucesivas hasta conseguir una que
a simple vista no puede distinguirse de la original, ni siquiera al
tacto.
La exposición permanecerá en Zaragoza hasta el próximo 28 de septiembre.
Fuente: EFE