El artista chino Liu Bolin, mejor conocido como “El hombre invisible” es
pintado por estudiantes de la Academia de Arte y Diseño del Estado de
Stuttgart en frente a un muro de revistas en un asociación artística en
Ludwigsburg, Alemania, el 15 de mayo. Al pintarse de esta manera, Bolin
se camufla con las revistas para parecer invisible.
Miembros de la guardia suiza papal participan de una ceremonia en la Ciudad del Vaticano, en memoria de los guardias que
fallecieron durante los saqueos en Roma –en 1527- protegiendo al Papa
Clemente VII en el Castel Sant' Angelo.
''L'Ours Blanc'' (El oso blanco) de Francois Pompon es presentado, el 3
de mayo, durante un avance de las piezas que se pusieron a la venta de arte moderna e impresionista en Nueva York. Este trabajo, creado en
1927, se vendió en 545 mil dólares.
Venus sorprendida por los sátiros, ca. 1625 (detalle)
Esta exposición, organizada
conjuntamente por la Kunsthaus Zürich y el Museo Guggenheim Bilbao,
confronta obras del siglo XVII con creaciones contemporáneas al objeto
de desvincular el concepto del Barroco de su percepción tradicional y
distanciarlo de los estereotipos formales asociados con él.
¡BIENVENIDO a "Barroco Exuberante: De Cattelan a Zurbarán"! >> http://owl.li/m1LPU
Unos espléndidos dibujos al
carboncillo de Miguel Ángel, encontrados en una sala secreta bajo una
capilla de los Médicis, en la Basílica de San Lorenzo en Florencia,
fueron presentados el lunes a la prensa.
Por Claudio Giovannini
Unos espléndidos dibujos al carboncillo de Miguel
Ángel, encontrados en una sala secreta bajo una capilla de los Médicis,
en la Basílica de San Lorenzo en Florencia, fueron presentados el lunes a
la prensa.
Los dibujos son testimonio de la obra de un artista obligado a esconderse.
El genio del Renacimiento italiano tuvo que permanecer escondido en
esta estrecha sala subterránea -de siete metros por dos- durante tres
meses, para escapar al ataque de las tropas españolas contra la ciudad
toscana en 1529.
En su estilo fácilmente reconocible -musculatura, movimiento, fuerza-
el artista, obligado a la soledad, cubrió las paredes de bocetos,
tratando de encontrar su inspiración para obras futuras.
Esta capilla, la 'Sacristía Nueva', que data de 1521, contiene las tumbas de los Médecis, esculpidas por el propio Miguel Ángel.
Esta sala secreta fue descubierta en noviembre de 1975 durante unos
trabajos de restauración. Por razones de seguridad, seguirá cerrada a
los turistas, dijo la directora del museo, Monica Bietti.
Hay otras dos capillas de los Médicis, la Capilla de los Príncipes y la Capilla del Tesoro, en el complejo de San Lorenzo.
En 1527, los ciudadanos de Florencia depusieron a los Médicis y restablecieron la República.
A partir del otoño de 1529 y tras diez meses de asedio de la ciudad,
las tropas del emperador Carlos V acabaron con la República y
restablecieron el reino de los Médicis.
Una vista de la parte delantera de la Grand Central Terminal mirando hacia el norte de Park Avenue en Nueva York. EFE/Archivo
Por Mateo Sancho Cardiel
Nueva York - Aunque Nueva York es una de
las ciudades más caras del mundo, con la llegada del verano florecen
actividades gratuitas para neoyorquinos y turistas que abarcan desde los
mejores musicales de Broadway a obras de Shakespeare en Central Park,
así como conciertos, cine o clases de yoga, japonés y kayak.
En la temporada estival, los precios de los vuelos y del alojamiento
suben, pero Nueva York, que espera con ansia las altas temperaturas tras
un duro invierno, ofrece este año una apretada y gratuita agenda que
puede reducir los costes tanto del turista como del neoyorquino de a
pie, pero que requiere cierta planificación para asegurarse la plaza.
Con el calor, los parques toman el relevo a los grandes teatros,
óperas y salas de conciertos. Central Park, el pulmón de Manhattan, se
convierte en la sede de una de las estrellas culturales del verano,
"Shakespeare in the Park", que programa obras del bardo británico cada
año con populares rostros del cine y la televisión.
Este año, "La comedia de los errores", con Jesse Tyler Ferguson, es
la protagonista del mes de junio, y será "Trabajos de amor perdidos" la
que le tome el relevo en julio y agosto. El único precio es el de ser lo
suficientemente rápido como para reservar las entradas, que no tardan
en agotarse.
Tanto turistas como ciudadanos a veces sacrifican el paso por los
teatros de Broadway en cuanto ven los precios de las entradas, pero
durante el verano Bryant Park ofrece versiones reducidas de las mejores
obras cada jueves, como las recientes triunfadoras de los Tony "Kinky
Boots" o "Pippin".
Los lunes, en el mismo lugar, también se puede disfrutar de cine al
aire libre; los sábados, se ofrecen clases de tai chi; los martes de
yoga y cualquier día uno puede recibir clases de francés, japonés,
español e italiano o escuchar conciertos de piano a la hora de comer.
Para la música, los que quieran ver un concierto de pop podrán acudir
a la serie de conciertos que el programa televisivo "Good Morning
America", de la cadena ABC, organiza también en Central Park.
Jennifer López, el 19 de julio, o Alicia Keys el 30 de agosto son
solo algunas de las estrellas que se entregarán a su público de manera
gratuita.
Y el día que comienza el verano, el 21 de junio, Nueva York saca a la
calle toda su artillería musical con el "Make Music New York", que
ofrece en un solo día mil conciertos gratis en parques, plazas o
esquinas de la ciudad. Un paseo aleatorio asegura la asistencia a alguno
de ellos.
Pero el considerado Central Park de Brooklyn, Prospect Park, es el
que se lleva la palma en programación cultural veraniega alternativa":
Belle and Sebastian, Yo la Tengo o la Filarmónica de Nueva York pasaran
por su escenario, y también se proyectará "Drácula", la versión de la
Universal de 1931 con música del compositor contemporáneo Philip Glass, o
se podrá ver el Ballet Jazz de Montreal.
Otro festival, el River to River, se encarga de coser los cinco
barrios de Nueva York con actividades, desde el concierto de Laurie
Anderson, en el Rockefeller Park, o los recitales de ópera que, con el
sello del Met, comienzan en Manhattan el 16 de julio pero pasan por
Brooklyn, El Bronx, Staten Island y Queens, donde acaban el 1 de agosto.
Para los más arriesgados, el festival de música afro-punk, con Erika
Badhu, se celebrará el 24 y 25 de agosto en el parque Commodore Barry.
Para los amantes del Jazz, un día antes en el Marcus Garvey Park, está
el Charlie Parker Festival. Y para los melómanos de pro, la Sociedad de
Música de Cámara del Lincoln Center toma, de nuevo, el Central Park con
piezas de Beethoven, Dvorák y Mozart el 21 de agosto.
Además de Bryant Park, muchos otros puestos de la ciudad ofrecen cine
al aire libre, desde el River Park a orillas del río Hudson, al puente
de Brooklyn, la playa de Coney Island y las azoteas neoyorquinas en el
festival Rooftop Film, que tiene, aunque no todas, sesiones de entrada
libre.
Los que quieran ver Manhattan desde el río sin abonar el
transbordador, tendrán que remar en los kayak de Downtown Boathouse,
aunque tendrán que esperar a que quede alguno libre.
Y para los que quieran hacer una visita más convencional todo es
organizar bien la agenda: el martes es gratis el jardín botánico de
Brooklyn, el miércoles los zoos del Bronx y de Staten Island; el viernes
de 4 a 8 hay entrada libre en el Museo de Arte Moderno y en el Whitney
de 6 a 9: y el sábado el Guggenheim no cobra entrada entre las 5.45 y
las 7.45 de la tarde.
Si además coincide que es el primer viernes de cada mes, también es
gratis el acceso por la tarde a Neue Galerie, y el Metropolitan es de
acceso libre cada día, aunque el personal del museo le "invitará" a que
deje una donación de 25 dólares.
Pocas
ciudades del mundo tienen una City histórica como la de la capital
argentina, que reúne gran variedad de espacios, tecnologías y estilos.
Además de ser la sede del poder financiero y económico, concentra la
riqueza patrimonial del país.
Por Fabio Grementieri
|Para LA NACIÓN La
zona de la City porteña, con epicentro en el convento de La Merced, ha
sido reconocida como sector de concentración del poder financiero y
económico del país, pero también es una de las áreas con más carga
patrimonial de Buenos Aires.
Hasta mediados del siglo XIX, la zona con mayor poder
fue el barrio sur, del otro lado de Plaza de Mayo. Todo cambió a partir
de la epidemia de fiebre amarilla de 1871. Por esos años se consolidó el
perfil bancario y administrativo comercial de la City, que se ubicó al
lado del primitivo puerto y de la Estación Central del ferrocarril, el
borde de la actual avenida Alem entre Mitre y Corrientes. El área fue
definiendo su perfil con la construcción de varios edificios para
entidades públicas y privadas, y oficinas para empresas que ya se habían
comenzado a instalar una década antes en antiguas casas recicladas.
En la década de 1880 empezó una verdadera renovación y
revolución arquitectónica para Buenos Aires y se desató la competencia
por erigir edificios monumentales. La calle Reconquista pasó a ser el
eje del distrito y sobre ella se levantaron edificios de estilo
renacentista, el predilecto del historicismo para representar a las
instituciones nacidas en Florencia en el siglo XV.
Banco Popular Argentino (Florida y Perón).
Esos
primeros "palacios del dinero" fueron diseñados por arquitectos e
ingenieros ingleses y alemanes. El Banco de la Provincia de Buenos Aires
y el de Londres y América del Sur fueron proyectos de los arquitectos
Hunt y Schroeder, mientras que el Alemán Transatlántico fue diseñado por
el ingeniero Moog. Todos fueron reemplazados por otros edificios más
grandiosos; el único supérstite fue el Banco Central, sobre la calle San
Martín, originalmente construido como Hipotecario provincial.
Después del crac de 1890 se adoptaron otros estilos del
repertorio ecléctico, entre ellos el neogótico en versiones
simplificadas. Pero fue a partir de 1900 cuando estalló el furor
constructivo con proyectos realizados por profesionales de diversa
procedencia para inversores de distinto origen que también operaban con
las colectividades.
Las casas matrices inversoras transforman los nombres
en la Argentina pero siguen el repertorio de su arquitectura
institucional y compiten por ofrecer la imagen más confiable e
impactante, y a la vez moderna y progresista. Incluso reconstruyen su
sede en el mismo predio o en otros terrenos del área, y contratan a
arquitectos de renombre: Morra, Agote, Prins, Conder, Follett, Palanti,
Gianotti, Christophersen, Prins, Sackmann, Zucker.
Si bien el tipo edilicio siempre se compone de los mismos elementos arquitectónicos -fachada monumental, vestíbulo, gran hall
de operaciones, áreas de oficinas y bóvedas- y se construyen de
similar manera -estructuras metálicas y de mampostería, fachadas en
símil piedra y revestimientos interiores de mármoles y estucos-, se
recrean todos los lenguajes estilísticos europeos en boga y en sus
diversas declinaciones. El neobarroco puede ser eduardiano inglés o
guillermino alemán; el clasicismo renacentista aparece en versiones
italianas del risorgimento o del "novecentismo"; el clasicismo dieciochesco puede ser francés o argentino.
Banco de Boston (hoy Standard Bank, Diagonal Norte y Florida).
No
les van a la zaga las estructuras construidas para compañías
aseguradoras, navieras, comerciales, industriales o agrícolas y
ganaderas que componen angostos edificios en altura, precursores de los
rascacielos y que también recrean muchos repertorios estilísticos. En
medio de la Primera Guerra Mundial aparecen piezas singulares como la
Bolsa de Comercio o la galería Güemes -experimento clasicista uno, Art
Nouveau el otro-, que buscan montar pisos de oficinas sobre grandes
espacios al utilizar estructuras de acero y de hormigón armado,
respectivamente.
La década de 1920 ve la expansión de la City a través
de Diagonal Norte. Allí darán comienzo los ensayos en los estilos en
boga: el neocolonial o el Art Déco, que continuarán codeándose con los
eclecticismos trasnochados. Y seguirán los grandes nombres de los
diseñadores: Chambers, Newbery Thomas, Le Monnier, Sánchez-Lagos-De la
Torre, Calvo-Jacobs-Giménez, Virasoro, Bustillo.
En la esquina de Florida se alzan el hispanizante Banco
de Boston, la zigzagueante Equitativa del Plata y los dos
barroquizantes edificios Bencich. A pocos pasos, sobre Bartolomé Mitre,
se codean la osada estructura déco del originalmente llamado
Banco El Hogar Argentino y el Banco Tornquist, sofisticada obra donde
resuena el "estilo George V", esa mezcla de París y Londres bien
aporteñada. Otro par déco se impone en la esquina siguiente:
la versión norteamericana que hoy ocupa el Citi y la casa matriz del
Provincia en versión monumental inspirada por la Expo Universal de París
de 1937.
Los años 30 inyectan modernidad en la City con los
primeros rascacielos racionalistas -que la Bauhaus no logró construir-,
como el Safico y el Comega, sobre el ensanche de Corrientes, proyectos
que abrirán las puertas al desarrollo de la metrópolis en vertical y
horizontal.
Banco de Londres (hoy Banco Hipotecario, Reconquista y Bartolomé Mitre).
En
la década de 1940 se afirmará la grandiosa vocación del área con obras
sobre la Plaza de Mayo. La mole del Banco Nación pretenderá sintetizar
la argentinidad a través de una síntesis imperativa germano-francesa. Y
el Ministerio de Hacienda y el Banco Hipotecario Nacional intentarán
armar el otro flanco de la Casa Rosada, inspirándose en los diseños del
régimen italiano del período.
El final de los aportes al patrimonio del área vendrá
en los años 60 con la obra maestra del Banco de Londres de Testa y
Sepra, una revolución internacional en materia de arquitectura bancaria y
una lección de inserción de obra nueva en un área histórica. Suman al
período algunas piezas, como el brillante reciclaje de la sede central
del Banco Ciudad en Florida y Sarmiento, o elegantes diseños dentro del
estilo internacional como el edificio de la esquina de Perón y San
Martín.
Pocas ciudades tienen una City histórica como la de
Buenos Aires. La de París y la de San Pablo son muy pequeñas. En
Shanghái se preservó muy poco. Las de Londres y Nueva York son más
grandes pero no tienen la variedad y riqueza de espacios, tecnologías,
estilos que reúne la arquitectura de este sector central de la capital
argentina.
En los últimos años, sobre la base de estrategias de
planeamiento urbano erróneas, se perdieron varias piezas muy valiosas
-como el Banco Español, ubicado en diagonal al atrio de La Merced- y se
hicieron reciclajes inapropiados. Ahora parece haber una oportunidad de
preservar y revitalizar la zona, que desde hace dos años es parte del
Área de Protección Histórica denominada "Catedral al Norte". Es de
esperar que la gestión patrimonial sea eficiente y duradera. La muestra
de Casa FOA que se realizará este año en el edificio del Banco Tornquist
(ver aparte) es una buena señal.
El Banco Nación, proyectado por Bustillo, sobre la Plaza de Mayo.
Datos & Pistas
Mudanza obligada . Hasta mediados del siglo
XIX, la zona con mayor poder financiero y económico del país se
concentraba en el barrio sur, del otro lado de Plaza de Mayo. Todo
cambió a partir de la epidemia de fiebre amarilla de 1871.
Los comienzos. En la década de 1880 se
levantaron edificios de estilo renacentista sobre la calle Reconquista,
que pasó a ser el eje del distrito.
El boom. A partir de 1900 estalló el furor
constructivo, con proyectos realizados por profesionales de diversa
procedencia para inversores de distinto origen.
Hacia arriba. Los años 30 inyectaron modernidad en la City, con los primeros rascacielos racionalistas como el Safico y el Comega.