"EL REFLEJO DE UNA VIDRIERA NOS MUESTRA OTRA CIUDAD"



Lleva años desafiando con su arte la ley de gravedad. Dice que el espacio urbano es una construcción de la mirada y puede cambiar.
Con su obra. Baglietto y sus máximas: “La ciudad es como una jungla en la que hay de todo”, dice. / DIEGO WALDMANN 

Por Einat Rozenwasser


Parte de una propuesta que conjuga búsqueda personal y creación artística. Mireya Baglietto invita a cambiar la perspectiva para descubrir cómo el piso se transforma en cielo, el techo en suelo y lo que hay alrededor en un continuo que da lugar a nuevas formas, colores, sensaciones. El objetivo es desafiar la rigidez a la que nos tiene acostumbrados la percepción tradicional del tiempo y el espacio.
-¿Qué es para vos el espacio?

-Es esencial, es lo que da sentido a nuestra percepción y nuestro conocimiento. Si lo pensamos desde el punto de vista de la ciudad, es una condición. La ciudad es un gran continente que difiere del campo, obviamente.
Comenzaba la década del 80 y ella buscaba la manera de romper con la ley de gravedad. Fueron años de investigación alrededor de las formas, las estructuras. “Trabajaba en mi taller con un espejo de fondo y empecé a ver que, si bien no podía sacar la gravedad, podía engañarla. Me di cuenta que existía, era un campo virtual”, explica. Fue agregando colores, texturas y sonidos para alimentar el universo sensorial y así dio forma a lo que denominó arte núbico: una experiencia artística que se completa con la mirada de cada espectador (el eje de la antología que está presentando en el Palais de Glace).
-Hay mucho de la personalidad, de las sociedades, que se define a partir de esa espacialidad...

-Todo pasa por ahí. Por eso me gusta hablar de la ciudad como un continente de situaciones diferentes: algunas más lindas, otras miserables, algunas luminosas y otras muy perversas. La ciudad es como una jungla, uno no puede lanzarse, tiene que ir ajustando el paso con cuidado, sabiendo qué va a encontrar de todo. Con un ojo hay que entregarse y con el otro hay que controlar, mita y mita , porque si no, no se disfruta.
Vuelve al día en el que descubrió que detrás de la Buenos Aires de las corridas, de la vida cotidiana, había una Buenos Aires arquitectónica. “Hace muchos años, cuando mis hijos eran chicos, tomamos uno de esos ómnibus que hacen recorridos turísticos y tienen el segundo piso abierto. Nos sentamos adelante y veíamos la ciudad por encima de las marquesinas. Ahí descubrí Buenos Aires: EL Buenos Aires. Después está toda la chamuchina que se pone abajo, las marquesinas, que la mayoría son una porquería”, sigue.
-Los medios de transporte, las calles, los locales, la gente, todo es información visual...

-Resulta que en esa vertiginosidad hablando de tiempo, o en esa espacialidad tan confusa como es una ciudad en acción, uno tiene que elegir. Y generalmente no elige, se deja hacer. Es lo que tenemos que modificar cuando transitamos la ciudad. Siempre digo que el mundo es una construcción de la mirada y, como tal, susceptible de ser modificado. En definitiva, la ciudad es un pedazo de ese mundo en el que yo vivo. Pero nos brindamos poco a la ciudad, siempre apurados y de un lugar a otro.
-Entonces, ¿aprovechás tus traslados para mirarla?

-Aprendo mucho. El tránsito por la zona de vidrieras me apasiona. No miro lo que hay en esa vidriera, miro los reflejos. Desde un colectivo o un taxi vas viendo cómo ese vehículo está donde vos estás y se refleja en otro lado. Me refiero a las grandes vidrieras que no tienen demasiadas cosas, como las de los bares o los hoteles. Entonces hay gente sentada del otro lado, y resulta que en el reflejo están con vos. Es una lección que enseño a la gente cada vez que puedo: a mirar otra cosa que tiene que ver con lo interno, la percepción de cada uno.
-Hay que aprender a entender esa percepción, porque estamos configurados para ver a la altura de los ojos y hacia adelante...

-Estamos configurados para mirar con un solo punto de vista. Mi desafío con el arte núbico siempre fue modificar las pautas de la percepción. Ya no seguir como el burro tras la zanahoria, con esa estructura creada en el Renacimiento para llevar paisajes al plano. Ampliar la percepción también es ampliar el sistema de conocimiento.
En su definición: ampliar la mirada / sentir que se siente/ trasponer culturas / volver al origen / ser el universo / repensar el mundo .
Parte de una propuesta que conjuga búsqueda personal y creación artística. Mireya Baglietto invita a cambiar la perspectiva para descubrir cómo el piso se transforma en cielo, el techo en suelo y lo que hay alrededor en un continuo que da lugar a nuevas formas, colores, sensaciones. El objetivo es desafiar la rigidez a la que nos tiene acostumbrados la percepción tradicional del tiempo y el espacio.
-¿Qué es para vos el espacio?

-Es esencial, es lo que da sentido a nuestra percepción y nuestro conocimiento. Si lo pensamos desde el punto de vista de la ciudad, es una condición. La ciudad es un gran continente que difiere del campo, obviamente.
Comenzaba la década del 80 y ella buscaba la manera de romper con la ley de gravedad. Fueron años de investigación alrededor de las formas, las estructuras. “Trabajaba en mi taller con un espejo de fondo y empecé a ver que, si bien no podía sacar la gravedad, podía engañarla. Me di cuenta que existía, era un campo virtual”, explica. Fue agregando colores, texturas y sonidos para alimentar el universo sensorial y así dio forma a lo que denominó arte núbico: una experiencia artística que se completa con la mirada de cada espectador (el eje de la antología que está presentando en el Palais de Glace).
-Hay mucho de la personalidad, de las sociedades, que se define a partir de esa espacialidad...

-Todo pasa por ahí. Por eso me gusta hablar de la ciudad como un continente de situaciones diferentes: algunas más lindas, otras miserables, algunas luminosas y otras muy perversas. La ciudad es como una jungla, uno no puede lanzarse, tiene que ir ajustando el paso con cuidado, sabiendo qué va a encontrar de todo. Con un ojo hay que entregarse y con el otro hay que controlar, mita y mita , porque si no, no se disfruta.
Vuelve al día en el que descubrió que detrás de la Buenos Aires de las corridas, de la vida cotidiana, había una Buenos Aires arquitectónica. “Hace muchos años, cuando mis hijos eran chicos, tomamos uno de esos ómnibus que hacen recorridos turísticos y tienen el segundo piso abierto. Nos sentamos adelante y veíamos la ciudad por encima de las marquesinas. Ahí descubrí Buenos Aires: EL Buenos Aires. Después está toda la chamuchina que se pone abajo, las marquesinas, que la mayoría son una porquería”, sigue.
-Los medios de transporte, las calles, los locales, la gente, todo es información visual...

-Resulta que en esa vertiginosidad hablando de tiempo, o en esa espacialidad tan confusa como es una ciudad en acción, uno tiene que elegir. Y generalmente no elige, se deja hacer. Es lo que tenemos que modificar cuando transitamos la ciudad. Siempre digo que el mundo es una construcción de la mirada y, como tal, susceptible de ser modificado. En definitiva, la ciudad es un pedazo de ese mundo en el que yo vivo. Pero nos brindamos poco a la ciudad, siempre apurados y de un lugar a otro.
-Entonces, ¿aprovechás tus traslados para mirarla?

-Aprendo mucho. El tránsito por la zona de vidrieras me apasiona. No miro lo que hay en esa vidriera, miro los reflejos. Desde un colectivo o un taxi vas viendo cómo ese vehículo está donde vos estás y se refleja en otro lado. Me refiero a las grandes vidrieras que no tienen demasiadas cosas, como las de los bares o los hoteles. Entonces hay gente sentada del otro lado, y resulta que en el reflejo están con vos. Es una lección que enseño a la gente cada vez que puedo: a mirar otra cosa que tiene que ver con lo interno, la percepción de cada uno.
-Hay que aprender a entender esa percepción, porque estamos configurados para ver a la altura de los ojos y hacia adelante...

-Estamos configurados para mirar con un solo punto de vista. Mi desafío con el arte núbico siempre fue modificar las pautas de la percepción. Ya no seguir como el burro tras la zanahoria, con esa estructura creada en el Renacimiento para llevar paisajes al plano. Ampliar la percepción también es ampliar el sistema de conocimiento.
En su definición: ampliar la mirada / sentir que se siente/ trasponer culturas / volver al origen / ser el universo / repensar el mundo .

Fuente: clarin.com

RENUNCIÓ EL PRESIDENTE DE LA COMISIÖN NACIONAL DE MUSEOS

La obra. La cerró la Ciudad porque no tenía cartel de permiso. /MAXI FAILLA
El lunes 18 de marzo, el arquitecto Juan Martín Repetto presentó su renuncia a la presidencia de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos “por razones estrictamente personales”. También dejó su cargo el doctor Oscar De Masi, su vocal más cercano. La conducción de la entidad quedó a cargo Alberto Andrés Petrina, quien ocupaba el cargo de vicepresidente primero.
La semana anterior Repetto había sido cuestionado, después de que el Gobierno porteño clausurara las obras que se estaban llevando adelante en el Cabildo, donde se pretendía instalar un restaurante.
Aunque algunos apuntaban a la conexión entre ambos hechos, fuentes cercanas al funcionario mencionaron el aislamiento y el “vacío político” que venía sufriendo desde el último año.
Un dato que no sorprende si se toma en cuenta que Repetto es un funcionario que viene de la Provincia de Buenos Aires. Las mismas fuentes asocian el hecho con la destitución de José Antonio Pérez Gollán como director del Museo Histórico Nacional. Su cargo fue ocupado por la ultrakirchnerista Araceli Bellota. La presunción es que están radicalizando la Secretaría de Cultura.

Fuente: clarin.com

LA ARGENTINA ISOL
OBTUVO UN PREMIO LITERARIO DE US$ 780.000

Cultura / Reconocimiento internacional

La escritora e ilustradora Marisol Misenta, que colaboró con Paul Auster, fue distinguida, entre 207 autores, con el Astrid Lindgren, uno de los galardones más prestigiosos de la literatura infantil y juvenil, creado por Suecia en 2003.


Isol recibió ayer a LA NACION en su casa del barrio de Almagro tras conocer la noticia del premio. Foto: Gustavo Bosco

Por Violeta Gorodischer / LA NACIÓN

Señal de madurez y gran calidad



La escritora e ilustradora argentina Marisol Misenta, más conocida como Isol, fue distinguida ayer con el premio Astrid Lindgren 2013. Se trata de uno de los galardones más prestigiosos del mundo en literatura infantil, creado en 2003 por el gobierno sueco en memoria de Astrid Lindgren con el objetivo de potenciar el interés por este tipo de escritura. Busca, también, reconocer a autores e ilustradores que inciten la lectura siguiendo el espíritu de la creadora del personaje Pipi Calzaslargas, esa huerfanita salvaje de trenzas rojas que todos guardamos en la memoria.
"Isol crea libros con imágenes desde las perspectivas de los niños que vibran con energía y emociones explosivas -declaró el jurado-. Con facilidad y un humor liberador evoca también las páginas negras de la existencia."
Así, elegida entre 207 candidatos de 67 países, la ilustradora obtendrá la suma de 5 millones de coronas suecas (780.000 dólares) el próximo 27 de mayo en una ceremonia que se desarrollará en el Konserthus de Estocolmo. Este año, además, será nuevamente nominada al premio Hans Christian Andersen, una suerte de "pequeño Premio Nobel" del que fue finalista en 2006 y 2007 y que el año pasado fue para la argentina María Teresa Andruetto.
Ante semejante panorama, la pregunta se cae de madura: ¿estamos ante un apogeo de la literatura infantil argentina? "Yo creo que, sin dudas, estamos pasando por un gran momento -afirma la ilustradora en comunicación con LA NACION. Hoy, la literatura infantil de nuestro país cuenta con los recursos de artistas gráficos, del cómic, de cuentistas, de ilustradores, tiene ingredientes de humor... yo creo que todo eso crea un mix realmente muy atractivo."
Desde su punto de vista, este género ya no piensa la producción de contenidos en términos didácticos o moralistas sino que busca que las historias se transformen en "un lugar de experimentación", tanto para los adultos como para los niños. Al menos eso es lo que ella persigue en cada una de sus historias. "No hago cosas que no me gustan, yo quiero que la persona que me lea sea un par, sin importar la edad", asegura.


Un largo camino



Nacida en 1972, Isol cursó el Magisterio en Bellas Artes. Luego estudió varios años la Licenciatura en Artes hasta que decidió dejar todo para trabajar exclusivamente como ilustradora y autora de los llamados "libros álbumes", una publicación totalmente novedosa para ese entonces, en la que dibujos e ilustraciones cobraban cada vez más protagonismo.
Debutó a los 25 años con Vida de perros, allá por 1997, y desde entonces su carrera sólo fue en línea ascendente: escribió e ilustró decenas de libros, como El globo , Petit el Monstruo , Tener un patito es útil , Castillos , La Bella Griselda , Secreto de familia , Cosas que pasan y Nocturno, por nombrar sólo algunos. En todos buscaba lo mismo: mostrar caras distintas de la vida cotidiana. Es que su principal virtud reside en enfocar situaciones familiares desde el absurdo o el ridículo, evitando siempre la mirada condescendiente o el maniqueísmo entre "buenos y malos" que atravesaba el relato infantil de otras épocas.
Y si a primera vista su trazo impacta por una suerte de ternura plástica puesta en primer plano, enseguida asoma por detrás algo que tiene que ver con el orden de lo inquietante, con aquello que desestabiliza las cosas establecidas. Es más: alguna vez alguien dijo que sus personajes eran "demasiado locos". Pero ella lo desestimó por completo. Ahora se ríe, destaca el apoyo de sus editores y asegura que no le importa demasiado lo que esperen los otros.
Tal vez sea justamente por ese contraste, por su mirada incisiva, que Isol haya ganado tanta aceptación entre grandes y chicos por igual. "Tengo algo que viene del cómic, que tiene que ver con buscar la línea y la personalidad de los personajes, que no son fríos -opina en referencia a su propia obra-. Quiero la frescura y cierta cosa como salvaje y un poco impune, que no importan las reglas, esa cosa que tiene la niñez. Quiero dar esa sensación: la libertad."
También realizó ilustraciones para otros escritores, como las historias del poeta argentino Jorge Luján o El cuento de Navidad de Auggie Wren , el libro infantil de Paul Auster que en 2003 le dio un buen empujón para conseguir difusión a nivel internacional.
Gran parte de sus historias se han publicado en México, España, Francia, Estados Unidos, Corea y Suiza. Casada con el dramaturgo, actor y director argentino Rafael Spregelburd, con quien tiene un hijo de un año, Isol es creativa en múltiples niveles: también compone e interpreta música desde Buenos Aires, su ciudad de residencia.
Emocionada, afirma que este premio marca un antes y un después en su carrera y lo considera "un privilegio". En su primera edición fueron premiados la austríaca Christine Nöstlinger y el escritor e ilustrador norteamericano Maurice Sendak. En las siguientes, figuran el Banco del Libro de Venezuela (2007), la australiana Sonya Hartnett (2008) y el holandés Guus Kuijer (2012).
¿Qué va a hacer con todo ese dinero? "Yo nunca pienso en las cosas antes de tenerlas. Nunca tuve una estrategia pensando en ganar dinero. Por suerte puedo vivir de lo que hago", responde.
A la hora de las conclusiones, algo parece quedar claro: el género de la literatura infantil ya no es menor ni secundario y, hoy en día, está ocupando un lugar primordial para las letras argentinas. Eso sí: no puede pensarse el texto sin la imagen. No porque esta última sea subsidiaria del primero, sino porque ambos construyen un diálogo que sólo puede entenderse como conjunto.
"La ilustración no está al servicio del texto, eso hay que entenderlo -plantea Isol-. Hay entre ambos un intercambio, lo importante es aprender a disfrutar de los dos lenguajes. La imagen es poderosa, tan poderosa como la palabra."


Ilustraciones para soñar


Isol combina imaginación en la escritura y el dibujo

  • El sueño del libro aburrido
    La ilustración forma parte de Nocturno, la última publicación de Isol. Está hecho para brillar en la oscuridad porque fue trabajado con tinta fosforescente

  •  
    Nocturno
    Es un recetario de de sueños de aventuras, escenas delirantes e historias

  •  
    Secreto de familia
    Una niña descrubre un secreto por levantarse más temprano que lo usual

  •  
    Regalo sorpresa
    Un niño encuentra un gran regalo, un día antes de su cumpleaños
Fuente: lanacion.com

PAGAN 155 MILLONES DE DÓLARES
POR LA OBRA EL SUEÑO DE PICASSO

El magnate de Wall Street Steve Cohen se la compró a otro multimillonario de Las Vegas que la había dañado hace seis años.


Por Andrea Aguilar / El País

NUEVA YORK.- El sonido del codo del millonario Steve Wynn atravesando el lienzo del cuadro de Picasso El sueño fue descripto como "terrible" y abrió un agujero del tamaño de una moneda de dólar, según la escritora y periodista Nora Ephron, presente en la escena del desastre artístico-financiero de octubre de 2006. Muchos más dólares, hasta 139 millones, se perdieron en ese agujero, que rasgó el acuerdo de venta del cuadro que Wynn había sellado -la cifra más alta que ningún lienzo había costado hasta entonces- y tuvo que cancelar.
A pesar de padecer retinitis pigmentosa, Wynn vio aquella mañana claramente el daño causado. "Menos mal que he sido yo", dijo el magnate de Las Vegas ante los demudados invitados a quienes enseñaba el cuadro, su favorito, el mismo cuyo título estuvo a punto de usar como nombre para su hotel. Wynn mostraba orgulloso el cuadro que poco después viajaría a Connecticut y pasaría a manos de Steve Cohen, uno de los prohombres de Wall Street cuyo millonario fondo de inversión, SAC, le había permitido reunir una apabullante colección de arte, que incluye entre otras obras el tiburón en formol de Hirst, por el que pagó 8 millones de dólares.
Pero la historia no terminó ahí. Siete años después Nora Ephron ha fallecido, el cuadro fue restaurado y Steve Cohen está a punto de sellar un caso judicial por especulación con información privilegiada en bolsa, con un acuerdo que asciende a más de 600 millones de dólares. La noticia de ayer, sin embargo, tiene final feliz al menos para Wynn: El sueño ha sido vendido al mismo comprador, Cohen, por 155 millones de dólares, según informó la agencia Bloomberg haciéndose eco de una nota publicada en The New York Post, que no ha sido confirmada ni desmentida.
El retrato de Marie Thérese Walter, en un sillón con la cabeza vencida hacia atrás y el rostro partido en dos, pasa a convertirse en la obra más cara de Picasso, aunque no ha superado los 250 millones por los que fue vendido Los jugadores de cartas de Cézanne en 2011.
Los expertos citados por Bloomberg aseguran que el aumento en el precio final de El sueño ha incluido los gastos de restauración. Mañana, Cohen tendrá que comparecer en la corte federal de Manhattan para cerrar el acuerdo y evitar ir a juicio. Los precios, exagerados o no, parece que nunca lo han asustado.

Los cuadros más caros

El ranking de las tres obras que más se han cotizado
  • Los jugadores de cartas
    La obra de Paul Cézanne fue adquirida por Qatar en 2012 en US$ 250 millones
  • Desnudo, hojas verdes y busto
    Por este cuadro de Picasso en 2010 se pagaron en Christie's US$ 106 millones
  • Retrato de Adèle Bloch-Bauer
    Por esta obra de Gustav Kilmt se pagaron US$ 136 millones

Fuente: lanacion.com

EL SALÓN BELGRANO, UN CONCURSO CON NUEVOS PREMIOS
Y VIEJAS DEUDAS

El Museo Sívori exhibe su distinción anual pero adeuda los pagos de 2011.



El Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori ha abierto el LVII Salón Manuel Belgrano con sentimientos encontrados: contento por la convocatoria de artistas, más de 550, entre las cinco disciplinas (dibujo, grabado, monocopia, escultura y pintura), y preocupado por la devaluación del valor del primer premio, desde 1995 se paga $ 5000, y el atraso en pagar la edición 2011.
No ha comenzado bien la temporada para el legendario Salón de Otoño del Sívori. Aún está pendiente descubrir qué fue lo que motivó el movimiento de parte de la terraza y las rajaduras del frente, en diciembre último, y cómo y cuándo se repararán los daños ocasionados a la estructura. Por ahora, lo único que existe es una protección elemental para que el público que visita el museo no se acerque a la zona afectada.
Las autoridades del museo están preocupadas por las señales del poder político sobre el fomento cultural. "Percibimos señales de retiro del fomento a los artistas y al patrimonio cultural", admitieron colaboradores de Cocó Larrañaga, directora del Sívori.
Mientras el Salón Nacional de Artes Visuales, que se celebra para la primavera en el Palais de Glace, actualizó sus valores, y otros concursos provinciales comienzan a atraer a los artistas por sus compensaciones económicas, como los de San Juan y Santa Fe (rondan los $ 40.000), la situación en el Sívori inquieta.
"La única expectativa que tenemos es que al menos el Salón Belgrano continúe. Tampoco se ha cumplido con el pago de los premios de la Bienal de arte Textil 2010/2011", se indicó a LA NACIÓN.
El trámite de pago de los premios ha sido siempre extenso, pero es la primera vez que el Salón Manuel Belgrano se inaugura con las adquisiciones de la edición anterior sin cumplimentar.
Más allá de estos sinsabores, pueden verse las obras premiadas dispuestas en todos los salones de este museo porteño, ubicado frente al puente del Rosedal de Palermo, en la avenida Infanta Isabel 555.
Los tres primeros premios, en todas las disciplinas, son adquisición, es decir, pasan a formar parte del patrimonio del museo.
En pintura fueron distinguidos 045 , de Elsa Soibelman; Ascensor , de Juan Videla, y Galatea disiecta membra , de José Alberto Marchi. Hueco de luz , de Clarisa Cassiau obtuvo la mención honorífica.
En escultura, ganaron Nada es para siempre , de Claudia Aranovich; Pimoó , de Claudio Gómez, y Rey loco , de Claudio Barragán. La mención honorífica fue para una obra sin título de Fabio Miniotti.
En dibujo fueron galardonados Cimarrones , de Jorga Mansueto; El otro lado del cielo , de Blas Vidal, y Los conjurados , de Jorge Argento. La mención honorífica fue entregada a Ausencia y residencia , de Laura Bettini.
En grabado, recibieron premios Indiferente , de Roberto Koch; Serie: A la mar LXXXV , de Graciela Buratti, y De la Serie: Certezas inicertas II , de Irma Amato. La mirada y mi sombra , de Ana Erman, obtuvo la mención honorífica.
En monocopia, el premio único adquisición fue para Transición I , de Oga Autunno, y la mención honorífica, para Desesperanza, que hay detrás , de Silvina Baz. 

Fuente: lanacion.com
 

UNA NOCHE EN EL MUSEO

Tendencias

El éxito inesperado de la muestra dedicada al artista estadounidense Edward Hopper en París confirma lo demostrado por las exposiciones de Picasso y Monet: el arte sigue dando balance a favor, incluso en tiempos de crisis.

 
Por Nathalie Kantt / LA NACIÓN

Es sábado, cuatro y media de la mañana. En un departamento parisino, una fiesta está terminando. Alguien propone concluir la noche con una visita a la exposición de Edward Hopper, en el Grand Palais, que decidió abrir sus puertas non-stop durante el último fin de semana de exhibición. Al llegar, el grupo descubre que la idea no fue tan original: al menos 150 personas serpentean durante una hora antes de llegar a la entrada lateral del museo. Una espera que muta a medida que pasa el tiempo: los chistes y los cánticos del principio se van silenciando con el frío. Todos aguardan pacientemente. Y miran de reojo, no sin un pequeño disgusto, a esos visitantes menos espontáneos que sacaron la entrada online y pasan más rápido.
Abierta desde octubre, la retrospectiva de este artista estadounidense (1882-1967) debía terminar a fines de enero. Dada la masiva concurrencia que generó, los organizadores decidieron prolongarla y optaron por permitir el acceso las 24 horas durante los últimos días, un dispositivo inaugurado en 2009 para la exposición Picasso y los maestros (783.352 visitantes) y repetido en 2011 para la de Monet (913.064). Hopper se posiciona entre estas dos en términos de ingresos (784.269) y se convirtió así en un nuevo blockbuster del Grand Palais. La fila de más de cien periodistas durante la apertura para la prensa, en octubre, y las 10.000 personas que recibió los dos primeros días fueron un presagio.
Los números son dulces para los museos parisinos, incluso en tiempos de crisis, en gran medida empujados por los 40 millones de turistas que cada año visitan esta ciudad. La cantidad de exposiciones aumentó de 46 en 1998 a 104 a fines de 2012, y los museos no dudan en multiplicar sus estrategias de marketing para captar el mayor número posible de visitantes.
La Fundación Cartier y el Centro Pompidou, por ejemplo, organizan visitas nocturnas. Aunque uno de los casos más claros es la Pinacoteca de París, museo privado inaugurado en 2007 cerca de la Madeleine. Con una publicidad masiva repartida en los colectivos y en los pasillos del subte, sus exposiciones reunieron a más de dos millones de visitantes en tres años, pese a sus salas poco atractivas y a muestras que no siempre condicen con lo que se publicita.


"Es cierto que algunos museos son manejados como empresas. Pero creo que la verdadera diferencia está entre las exposiciones que se preocupan por hacer descubrir algo nuevo y aquellas que no lo hacen. La retrospectiva de Hopper, por ejemplo, es totalmente legítima, dado que fue la primera vez que se organizó una muestra tan completa en Francia sobre este artista", explicó a adncultura el historiador de arte Alain Cueff, curador de la exposición de Andy Warhol en el Grand Palais en 2009.
Prolongar una exposición como la de Hopper -la mayor retrospectiva de este artista organizada en Francia, con 128 pinturas, acuarelas, grabados e ilustraciones, además de otros casi 40 cuadros de artistas que lo habrían inspirado- tiene sus dificultades y sus costos. Hay que pedir autorización a los propietarios de las obras, cruzar los dedos para que no hayan asumido compromisos posteriores inmediatos y reorganizar los traslados y los seguros. Un privilegio al que sólo pueden acceder las grandes instituciones del arte, que luego compensan con una concurrencia masiva: el último fin de semana, la exposición de Hopper recibió casi 48.000 visitantes (la espera en la entrada fue de más de tres horas), muchos de los cuales fueron noctámbulos.
En el Grand Palais explican que el costo de este tipo de exhibiciones varía entre 3 y 4 millones de euros. A 12 euros la entrada, necesitan por lo menos 300.000 personas para equilibrar los números. Nada de qué preocuparse: el balance es positivo.
"En esta burbuja de lujo que es París, de la cual el arte forma parte, se desarrolla un turismo de proximidad. Se crea así un pequeño club cerrado de grandes museos capaces de ofrecer exposiciones que son muy difíciles de montar y que luego necesitan una concurrencia igualmente espectacular", explicó a la revista Figaroscope el director de los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica, Michel Draguet.
Los directores de los museos parisinos aseguran que el éxito de los grandes nombres universales y populares permiten la supervivencia del resto de las exposiciones. Las que más funcionan son aquellas que presentan a artistas estrellas, como Dalí, Matisse y varios de los impresionistas.
Para el historiador de arte Alain Cueff, el éxito de Hopper se explica en parte porque la crisis no es sólo económica. "Aquello que antes permitía soñar, hoy ya no funciona tan bien. El público actual se siente atraído por artistas como Hopper, que plasman el desasosiego y la angustia de la sociedad, porque hay una satisfacción en verse reflejado en esos cuadros con personajes desorientados, deprimidos, atormentados por una duda existencial."

Fuente: ADN Cultura La Nación

COMPRAN UN TAZÓN CHINO POR 3 DÓLARES
Y LO REVENDEN POR 2,2 MILLONES

La familia que en 2007 compró el bol de cerámica desconocía que fuera "un tesoro milenario" de la dinastía Song.
El único tazón de las mismas características que se conoce en el mundo se encuentra en el Museo Británico de Londres. (EFE) 

Toda una sorpresa. Pensaron que era una ganga y terminó siendo una "joya" china. Un milenario tazón chino que fue comprado por una familia de Nueva York por 3 dólares hace seis años se vendió ahora por más de 2,2 millones como parte de una subasta de cerámicas y obras de arte de la casa Sotheby's en la Gran Manzana.
El bowl, "un destacado y excepcionalmente bello ejemplo" de la cerámica de la dinastía Song, fue comprado en el verano de 2007 por tres dólares por una familia del Estado de Nueva York, que entonces desconocía que había dado "con un tesoro milenario", según explicó hoy la casa de subastas.
El objeto permaneció en el living de la casa familiar durante años, pero, al ver el creciente interés en Estados Unidos por el arte chino, decidieron ponerse en contacto con un experto para que lo tasara.
Finalmente, el cuenco acabó en la subasta de cerámicas y obras de arte chinas de Sotheby's, donde cuatro compradores interesados protagonizaron una "prolongada batalla" que finalmente ganó el marchante inglés Giuseppe Eskenazi, que pagó 2,25 millones de dólares por él.
El precio supera por mucho la base de entre 200.000 y 300.000 dólares que había previsto la casa de subastas, que detalla que este tazón tipo "Ding" de 13,4 centímetros de diámetro se destaca por su fina cerámica y su barniz color marfil.
Según Sotheby's, el único tazón de las mismas características que se conoce en todo el mundo se encuentra en la colección permanente del Museo Británico de Londres desde hace más de 60 años después de que fuera donado por el conocido coleccionista inglés Henry Oppenheim en 1947.

Fuente: clarin.com / EFE