JUEGO DE LUCES PARA LA QUEBRADA

Desde el corazón del paisaje norteño, un viaje hasta el Museo en los Cerros, a 2700 metros de altura y muy cerca de Tilcara

El fotógrafo Lucio Boschi es porteño, pero hace años que vive -como le gusta decir a él- "en la línea de los Andes": entre Mendoza, de donde es oriunda su mujer, y Jujuy, el lugar que ambos decidieron hacer suyo.
Allí, en la quebrada de Huichaira, cerca de Tilcara, construyeron su casa y apostaron por otro modo de trabajar, ver crecer a sus hijos, entender los austeros mensajes del silencio.
Hora libre. Potrero, de Gianni Bulacio, obtuvo el Primer Premio del concurso “La tierra y su gente”, una convocatoria que el Mec lanzó a nivel nacional.
Hora libre. Potrero, de Gianni Bulacio, obtuvo el Primer Premio del concurso “La tierra y su gente”, una convocatoria que el Mec lanzó a nivel nacional.
Clima de fiesta. El Carnaval de Uquía, según la visión de Paco Balderrama: una de las fotografías que resultaron finalistas.
Clima de fiesta. El Carnaval de Uquía, según la visión de Paco Balderrama: una de las fotografías que resultaron finalistas.
Fiel estampa. María Mariño, otra finalista, presentó Sombras, la sugestiva composición en blanco y negro que se observa sobre estas líneas.
Fiel estampa. María Mariño, otra finalista, presentó Sombras, la sugestiva composición en blanco y negro que se observa sobre estas líneas.
Belleza ancestral. Las líneas puras del edificio del Mec se sumergen en el cautivante paisaje de la Puna.
Belleza ancestral. Las líneas puras del edificio del Mec se sumergen en el cautivante paisaje de la Puna.
Solidez contemporánea. En las salas, las obras de reconocidos fotógrafos argentinos contrastan y dialogan entre sí.
Solidez contemporánea. En las salas, las obras de reconocidos fotógrafos argentinos contrastan y dialogan entre sí.

Por Diana Fernández Irusta

"Esta región tiene un latido cultural muy fuerte", comenta Boschi, que durante mucho tiempo trabajó retratando la vida de las comunidades nativas. Haciendo ese trabajo, ya instalado en Huichaira, debía trasladarse regularmente al pueblo más cercano, en busca de un locutorio desde donde conectarse, enviar sus fotografías y bucear en la oferta digital. En esas continuas visitas descubrió que el mismo lugar donde él recreaba una suerte de modesta oficina virtual era, para los más jóvenes de la zona, la puerta de entrada a un universo diferente y muy anhelado.
"Me di cuenta de la avidez que tienen estos chicos por acceder a los nuevos lenguajes visuales", rememora. De ese modo, gradualmente, empezó a acariciar la idea de crear un espacio donde la fotografía contemporánea tuviese algo para decir allí mismo, enclavada en medio de los tiempos y los colores de la quebrada.
Hace poco menos de un año, lo que comenzó siendo apenas un deseo se tradujo en un estimulante proyecto. A escasos metros de su vivienda, Boschi inauguró el Museo en los Cerros (Mec), un lugar que, al decir del reconocido Marcos López, "tiene algo de realismo mágico". El fundador del Mec sonríe al recordar esta frase y reconoce: "Nos gusta generar esa ilusión, esa cosa de sorpresa; que el museo esté en un lugar al que no sea tan fácil llegar, que tenga que ver con el ritmo del Norte".
A 2700 metros, el Mec está a unos 7 kilómetros de Tilcara, y a él se puede acceder por auto, a caballo o a pie. Quienes se adentran allí, sobre la banda norte del río Huichairas, se encuentran con una construcción respetuosa de la tradición y los materiales de la región: un caserío de neta impronta norteña, realizado por el arquitecto César Rodríguez Marquina. En su interior está expuesta una selección de lo más representativo de la fotografía contemporánea argentina: obras de 22 autores, entre los que se cuentan Horacio Coppola, Adriana Lestido, Anatole Saderman, Marcos Zimmermann. En su totalidad, la colección permanente está integrada por donaciones. "Me animé a pedir a los colegas que me donaran alguna foto. Y lo hicieron con muy buena voluntad", grafica Boschi.
Justo a esa selecta colección, a poco de abrir el museo se presentó la primera exposición temporaria: fotografías de Facundo Toconás, uno de aquellos chicos que, vencidos por la curiosidad, se acercaban a observar el trabajo de Boschi en el locutorio. Decidido a convertirse en fotógrafo, Facundo viajó a Buenos Aires, estudió y al poco tiempo tuvo la oportunidad de exhibir, bajo el mismo paisaje que vio nacer su vocación.

Abierto a todos

En esta línea de apertura tanto a fotógrafos consagrados como a emergentes, el Mec se propuso otro desafío: la convocatoria de un concurso a nivel nacional, con el tema La tierra y su gente. Unos 1200 autores enviaron sus trabajos, que fueron evaluados por un jurado integrado por Marcos López, Julieta Escardó y Pablo Cabado.
Las imágenes llegaron de distintos puntos del país aunque, como quizás era de esperar, la mayoría de los participantes fueron jujeños. Hubo desde fotos de sofisticación profesional hasta imágenes tomadas por lugareños con equipos muy modestos y acercadas trabajosamente, a caballo o a pie, hasta el edificio del museo.
Las fotografías ganadoras y seleccionadas (algunas de las cuales pueden verse en estas páginas) integran la muestra temporaria con la que el museo inaugura la temporada 2013. Asimismo, para este año está programado un curso de fotografía a cargo de Guadalupe Miles, además de visitas guiadas y charlas. Habrá también una segunda edición del concurso de fotografía, al que se agregará una categoría para principiantes. De este modo, se les dará un lugar a aquellos que, más allá de todo su entusiasmo, quedan fuera de juego cuando tienen que competir con los artistas profesionales. "Queremos abrazarlos", dice Boschi, con la mente puesta en tanto chico de la Puna que, a veces con un simple celular, busca ponerle un sello visual a la vida de todos los días.
"Todos nos hemos inspirado en el Norte. Este museo es un modo de devolver algo de eso", continúa el fotógrafo, que actualmente está preparando una muestra con sus propios trabajos. La exposición se presentará en el Museo Nacional de Arte Decorativo a mediados de marzo, y luego viajará a los Estados Unidos y Japón. Como si la enorme inspiración de los cerros norteños lo impulsara a seguir buscando nuevos horizontes.

Cerca del cielo

 
"Es más difícil sostenerlo que hacerlo", confiesa Lucio Boschi, ahora que el Museo en los Cerros es una realidad enclavada en la quebrada de Huichaira, a 7 kilómetros de Tilcara.
Desde su apertura a principios del año último, unas 5000 personas visitaron la colección permanente, curada por Rodrigo Alonso. Este año se organizarán visitas guiadas, a cargo de Florencia Ferreira.


Más datos: llamar por el 0261-4964379 o escribir a info@museoenloscerros.com.ar
Fuente: lanacion.com

ARTISTA MENDOCINO, REY DE PARÍS

Julio Le Parc en el centro de arte contemporáneo Palais de Tokyo. A los 84 años, el argentino se consagra en la ciudad donde vive. Y se preocupa por seguir siendo vanguardista
En una caja negra, un rombo de luz colorado se acercaba y alejaba hipnóticamente. “Es magnífico, abuela. ¿Quién es?”, preguntaba Nicolás en la inmensidad del Palais de Tokyo, en la primera gran retrospectiva del artista argentino Julio Le Parc en Paris.
“Es un señor muy inteligente, muy creativo, que juega con la luz y las formas para darnos placer” respondió la abuela, en un modelo de síntesis para su nieto de ocho años.
La abuela y su nieto representan el sueño de arte interactivo del maestro Julio Le Parc, que después de 55 años de vivir en Francia, recibió su gran homenaje. El Palais de Tokyo, un templo de la modernidad, le abrió los brazos y las puertas a su obra para que desplegara su arte cinético. Una muestra que se inauguró el miércoles y que sus concurrentes ya consideran “la Expo del año”.
Mas de 9.500 personas se reunieron en el vernissage (la inauguración) de la muestra, distribuida en 2.000 metros cuadrados, en uno de los grandes centros de arte moderno vanguardista de la capital francesa. Dos páginas dedicadas al pintor argentino en el diario Liberation, en Paris Match, y en la televisión francesa lo elogian, en otro gesto de reconocimiento.
Maestro talentoso, malhumorado, comprometido política y socialmente y gruñón, el mendocino Le Parc sigue siendo la vanguardia del arte. Prefiere continuar reparando obsesivamente un resorte en su atelier de Cachan para terminar una de sus obras que atender a una fila de periodistas curiosos y críticos. O elige encontrarse con sus amigos “Grav” (Grupo de Investigación de Arte Visual , en francés), con los que comparte las sesiones del arte cinético en la galería Lelia Mordoch, donde también está presentando sus esculturas de acero inoxidable de 150.000 euros y sus telas, en sus famosos e inalterables 14 colores, “en su intento de limitar al máximo el testimonio de subjetividad de un artista”, según la curadora Daria de Beauvais.
“Me siento muy satisfecho con la exposición. Con la arquitectura del Palais de Tokyo ha tomado una forma más espectacular y el recorrido acordado con la curaduría ha quedado bien” explicó Le Parc ,con modestia, a Clarín.
“El aún no se ha dado cuenta de lo que le está pasando. ¡No cayó!”, reflexionó Estela Gismero Totah, su marchande porteña, que vino especialmente a París.
Si después de 55 años en Francia Le Parc asombra a París, se lo debe no sólo a su talento sino a Yamil, su “gestor cultural”. No hay nada mejor que un hijo para promover el arte de su papá, por mas difícil que sea trabajar con un padre.
“Papá está muy contento porque era una cita con París que esperábamos hace muchos años” contó Yamil, que es cantante. “La más importante había sido hasta ahora en el Pompidou Metz el año pasado. Pero el director del Palais de Tokyo, Jean de Loisy, sensible, inteligente, creyó que Le Parc debía tener una muestra así”.
Yamil decidió evitar los estereotipos a la hora de diseñar conceptualmente la exposición: “Al principio, el riesgo era hacer una exposición histórica, que queríamos evitar, porque son artistas vivos que parecen muertos. Eso no corresponde a Le Parc. Le dije a papá que tenía que poner obras de 2013 para que la gente se diera cuenta de que es un artista contemporáneo y moderno, que está vigente y creando. Y adaptando obras de los 60 a las dimensiones del Palacio de Tokyo, que es lo que se hizo”.
Le Parc trabaja con plano, regla y lápiz. “Todo se hace bajo su autoridad y bajo su vigilancia y la mía. Decidimos no pedir prestadas obras. Hicimos entonces las obras que faltaban”, precisó Yamil.
La puesta es espectacular y gigante. La idea inicial era desplegarla en 1.000 metros, pero después Le Parc decidió hacer nuevas obras y el espacio se multiplicó, junto con el agotado presupuesto del Palais de Tokyo.
Un “borgiano” laberinto de espejos de siete metros marca la entrada de la muestra, donde la gente se pierde, se inquieta, se perturba, se interroga, se mira, se ríe y busca la salida. Después se encuentran con un mundo de blanco y negro, rojo furioso, verde, azul intenso, cilindros luminosos, luces de sinuosos movimientos y móviles en diferentes salas, que van develando el mundo de Julio le Parc.
Alquimias, contorsiones, relieves, desplazamientos, luces. Modulaciones y sus espectaculares móviles. La marca e identidad Le Parc, un genio huraño y flirteador, que es hoy un “marca” del arte en París. Mezcla la madera, el plástico, los motores, el acero inoxidable, las rayas, el acrílico, para generar un mundo fantástico y lúdico que demuele todos los conceptos tradicionales de arte.
Son sus obras de la década del 60 las que más entusiasman y sorprenden a un público que no lo conocía. La “Sala de Juegos” presenta a Le Parc en sus diferentes formatos y muestra su compromiso político y social. Un japonés disfrutaba de poder matar a pelotazos a una figura del Tío Sam en Hacer caer los mitos. Otros hacían su catarsis ideológica en Pegarles a los jerarquía s o en Elegir al Enemigo con figuras de policía, de dictador, de inspector de impuestos, de periodista, de diputado o de patrón a las que se les puede disparar con dardos, o boxear.
“Siempre la gente reacciona así. ¡Hasta una vez en Alemania, cuando decían que los alemanes eran fríos! Los problemas siguen igual. Son los mismos. En algunos países están peor que en el siglo XX”, alertó Le Parc sobre su intacta protesta política.
Este es el año de Julio Le Parc. En homenaje a sus 85 años se abre en Río de Janeiro una gran exposición de “Le Parc Lumiére” y el 7 de abril en el Gran Palais en París presenta 12 de sus históricas piezas junto a sus amigos del arte cinético.

Fuente: Revista Ñ Clarín

JULIO LE PARC ILUMINA PARÍS CON SU MILONGA DE LUZ

En el Palais de Tokyo, un mítico espacio de la capital francesa, el artista argentino armó una muestra monumental, la más importante que haya hecho allí. Ñ digital recorrió el espacio y charló con el artista hasta del día en que lo expulsaron del país, en tiempos del Mayo francés.
LUZ Y MOVIMIENTO EN PARIS. Julio Le Parc celebra su nueva muestra en Francia." Desde el punto de vista de la presentación, es la mejor", le dijo a Ñ digital. (Por Alejandro de Nuñez) LUZ Y MOVIMIENTO EN PARIS. Julio Le Parc celebra su nueva muestra ...

Por Alejandro de Nuñez - Especial desde París.

El nombre de Julio Le Parc suena cada vez más fuerte en el mundo del arte contemporáneo francés. En la primera mitad de este año tendrá presencia en dos grandes muestras en París. Acaba de inaugurar su Exposición monográfica, un espacio 2000 metros cuadrados para él solito en el Palais de Tokyo. Y Le Parc está feliz. “Es la muestra más importante, la más grande que he hecho en París, y desde el punto de vista de la presentación es la mejor” le dice el artista a Ñ digital. La prueba está en el video que acompaña a esta nota.
“Sorprendente come-back del artista argentino Julio Le Parc” dice la revista Télérama festejando los 84 años del artista y saludando la milonga de luz que acompaña a un artista que luce cada vez más joven. El marco para esta muestra lúdica y cinética, que va desde el 27 de febrero al 13 de mayo, es un templo de la creación contemporánea que le calza a la perfección. Construido para la exposición internacional de 1937, el gigantesco espacio que representa el Palais de Tokyo se usó para varias y distintas actividades. Los nazis almacenaban allí los bienes robados a los judíos durante la ocupación alemana y después de la guerra, el Palais de Tokyo, se convirtió en escuela de cine, centro de fotografía, de arquitectura hasta que  en 1999Catherine Trautmann, ministra de la Cultura, lo refundó como centro de arte contemporáneo.
Julio Le Parc no se contenta con una simple retrospectiva ya que, en este caso, su exposición monográfica cubre el espacio como una obra en sí. El público, acostumbrado a perderse en la inmensidad de las galerías, sigue con fascinación los juegos de luces del maestro del arte cinético. Para adecuarse a la inmensidad del lugar y darle una nueva vida, Le Parc no duda en adaptar obras históricas como  Continual luz cilíndrica (1962) que, originalmente  de 2 metros de diámetro, pasa a 6 metros en el Palais de Tokyo. Y no era para menos, es la primera vez que el artista acepta que en Francia se organice una exposición de semejante tamaño. (Ya en 1972 le habían ofrecido una primera retrospectiva, pero el artista dijo que no después de tirar la moneda)
Ahora, con una selección de obras mayores que van de los años 50 a 2013, la muestra revela todas las facetas de una exposición hecha de pinturas, esculturas e instalaciones monumentales.  Entrando en un laberinto de espejos y terminando el recorrido en su famosa Sala de juegos, Le Parc dispone su obra como una experiencia que busca motivar un comportamiento distinto en el público (Ver video).
Y claro que lo logra. Visionario y comprometido, Julio Le Parc es un precursor del arte Cinético y del Op Art, y un personaje emblemático en la historia del arte al que le sobran anécdotas. Aquí cuenta, por ejemplo, cuando fue expulsado de Francia en mayo 68 por sus actividades en el Taller Popular. “El gobierno quería hacer creer que todo venia de los extranjeros pero la Francia que uno quiere estaba ahí, en la protesta, en la calle”, recuerda sin rencor.  Defensor de los Derechos del Hombre fue una figura de vanguardia contra las dictaduras en América latina. Amigo de Pablo Neruda, despertó en el escritor un curioso entusiasmo por el arte cinético. “No habría sabido que hacer con un Rembrandt en casa, mientras que un Le Parc me ha­bría colmado de satisfacción. Admiro enormemente a Le Parc. Lo único que siento es que no haya más obras suyas", dijo alguna vez el poeta chileno, que soñaba con más y más museos con sus obras.
Algo de eso se ha cumplido. A la monumental muestra en el Palais de Tokyo, Le Parc sumará su participación en las galerías nacionales del Grand Palais a partir de abril, que dedicará su espacio al arte abstracto del siglo XX. Junto a Rafael Soto, Marcel Duchamp o Tinguely,  sus obras animarán la exposición histórica intitulada Dynamo, un siglo de luz y movimiento en el arte, 1913-2013. Ya lo dijimos, Le Parc ilumina París.

AGENDA
Palais de Tokyo
Exposición monográfica Julio Le Parc
del 27 de febrero al 13 de mayo

Grand Palais
“Dynamo, un siglo de luz y movimiento en el arte, 1913-2013”
del 10 de abril al 22 de julio 


Fuente: Revista Ñ Clarín


MARCOS LÓPEZ: HIPNOTIZADOR Y PINTOR

Backstage de la gran exposición “Debut y despedida” de Marcos López, que inaugura el miércoles 27 en el Centro Cultural Recoleta, a través de una entrevista con el artista, una fotogalería y un video realizado en conjunto con el estudio Woof Kong.

Por MERCEDES PÉREZ BERGLIAFFA

Hasta ahora Marcos López era Tu-Sam: armaba una escena, dirigía a actores amateurs y les sacaba fotos. De a poco les hablaba, les iba diciendo qué hacer con las manos. Creaba sus obras pidiéndoles, por ejemplo: “Soltá y, desde este instante, vos sos tu papá”. Y ahí algo pasaba. Entonces, ¡click! Marcos apretaba tres veces la cámara, y aparecían las fotos. “Los buenos retratistas (y creo que, en el fondo, yo soy uno), además del punto de vista, de la luz y de la figura-fondo, tienen que percibir algo energético”, comenta ahora Marcos.
Pero desde este momento acá, en la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta, en donde Marcos López inaugura su exposición Debut y despedida, no hay fotos de escenas armadas sino que están las escenas mismas: la casa celeste prefabricada, puesta a tamaño natural, con el perro de yeso en la entrada; el empapelado dentro (“ahora lo noto, lo heredé, mi padre es un empapelador compulsivo”, comenta López); un hombre-sireno que hace de fuente gracias a la manguera que sostiene; Federico Klemm mirando desde el retrato en el mural; el altar con los vikingos, las vírgenes, los gauchos y los santos populares a los que Marcos les prende velas (“como mi madre cuando quiere que me vaya bien”); los tigres de Bombay y de Misiones, artesanías populares que son, en realidad, arte (“porque, ¿dónde está el límite, cuál es la diferencia?”, se pregunta). Por un rato, el artista se despide de la imagen documental y decide debutar de lleno en la pintura. Y lo hace con esta muestra. Y lo hace con todo. 
Durante los últimos días, mientras armaba la exposición, sentado en un pesado sillón azul de jardín ubicado en medio de la Cronopios, Marcos observaba. Pensaba qué obras poner en la muestra y cómo. Porque el trabajo se terminó in-situ, durante el montaje. Y fue colectivo. “Acá la idea de autoría es conjunta”, explica Marcos, “trabajamos con pintores populares, con escultores, con ayudantes, todos pintando o cortando, no importa. Fue un trabajo grupal”.
“No hay concepto. Hay una compulsión maníaca por generar imágenes que expresen o movilicen emociones”, escribe López sobre su muestra. “Hay angustia, miedo a la muerte, resentimiento, sed de venganza, placer por mirar/registrar/coleccionar imágenes digitales de una ciudad –Buenos Aires– que va a colapsar dentro de 15 años. Felicidad”. Sí, hay felicidad, mucha felicidad, en estas obras. Las miro. Miro alrededor de la sala. La sordidez de la realidad que Marcos rescata aparece colada por un extraño poder que tiene, y que convierte lo más miserable en divino. Ocurre con esas acuarelitas que pinta durante sus viajes en avión, ante la mirada curiosa del resto de los pasajeros. Hay alegría en los colores que detecta alrededor y que repone en estas pinturas: colores populares (pop) y más, acrecentados, híperreales, más reales que la misma realidad. El gran, inmenso mural que es como una especie de popurrí de muchas, decenas de sus fotos más conocidas recortadas, ensambladas, intervenidas y pegadas una al lado de la otra y por sobre la otra. Hay alegría en los tigres de madera, hechos por manos anónimas. Hay alegría hasta en la acidez: allí donde Marcos señala lo cruel del sistema. La publicidad, por ejemplo. Marcos pinta, fotografía y escribe: “A ver si entiendo: my time is now. Ahora o nunca. Hay que llegar primero. Agarrar la pelota. La zanahoria delante del burro. Todo vale: pegarle un codazo y pisarle el dedo meñique al gordito amigo del costado, hacer trampas, hacerse el de la vista gorda, aguantar. El secreto es encontrar un objetivo. Una motivación: pensar en la familia, en el progreso, en la cuota del auto, ponerse como meta bajar la pancita de vino y mortadela… Hay que ganar ahora. No importan los muchachos de la barra de la esquina, los de la barra de San Telmo, que están todo el día hablando al pedo-birra-faso. Ese es tu pasado (…) No me distraigan. My time is now. Y ni se te ocurra pronunciar la palabra loser. Tú puedes. Only you. Y además, ya que estamos, vamos al punto principal: antes de hacer otra cosa, cómprate tus zapatillas X. Sé un hombre de zapatillas X. Demuéstrale al de al lado que tu zapatilla X es más grande. Más potente. Más juguetona. Demuéstrate tú mismo que puedes ganar. No importa qué, ni para qué, ni cómo, ni por qué. Eres un hombre X y tienes que ganar. Haz valer tu tiempo. Hazlo que cuente. Hazte un poco el boludo, pero no lo cuentes. Y no te preocupes si no entiendes bien. Don’t translate. Make it count!
Miro al costado de la Cronopios: está el cartel de la Inca-kola pintado. Al otro costado: el mozo de la casa de empanadas de la avenida Las Heras, pintado a la manera hiperrealista, enmarcado con unos troncos de madera. Atrás: una copia de la pintura de David Hockney sobre un empapelado rosa con florcitas. “My time is now”, decía desde su más pura acidez el artista. Y el mozo de Las Heras me mira. “Hay que llegar primero. Agarrar la pelota”. El sireno sostiene su manguera y de ella sale un chorrito de agua que cae en la fuente con mosaiquitos verde claro, en medio de la sala del centro cultural.
“Como concepto de la muestra, manejo el siguiente: el día anterior a comenzar el montaje, todo lo que entre en el taxi-flet”, me dice Marcos.
-Es sacarle el cuidado excesivo al arte, ¿no?
-Claro. Es transitar el error.
-Transitarlo, y exceder las disciplinas: en esta muestra abarcás de todo, pintura, instalación, fotografía…
-Es que tengo una necesidad expresiva que me pone feliz. Necesito comunicar, necesito ir hacia lo volumétrico, experimentar en la pintura una forma de aprendizaje que es, sin dudas, espiritual.
“Me gustaría ser otro”, escribe Marcos sobre la muestra. “Me gustaría pintar igualito a David Hockney. Me gustaría cantar en las iglesias, en el coro, las canciones que se cantan cuando entran los novios para casarse. Cantar el Ave María y llorar. Llorar mucho en la iglesia, escondido en el cuartito de los monaguillos.
“Ayer, iba en auto por una callecita empedrada cerca de Puerto Madero, miré de una manera demasiado fija, notoria, a un cartonero que estaba tirado comiendo fideos fríos con su compañera arriba de unos colchones, plásticos, botellas, decenas de objetos, y el tipo se dio cuenta de mi manera de mirar. Exagerada. Se paró, se acercó a 30 centímetros de mi cara, y me dijo: “Qué mirá, gato, pensá que te vuá chorear?” Bajé la vista y no le contesté. Obviamente. Esperé quince milisegundos a que se ponga en verde el semáforo y arranqué. Con la cola entre las piernas. Con una especie de vergüenza, emoción, desolación, que pienso que me va a durar hasta el año que viene. Hasta mediados de 2013.”
Esto es Marcos López, esta es su obra: pura fibra expuesta, vértigo, emoción.

Video, Marcos y Woof Kong: ficha técnica de una obra

"Marcos Lopez - Debut & Despedida Teaser", video realizado por WOOF KONG para la muestra del artista en el CC Recoleta. "Marcos Lopez - Debut & Despedida Teaser", video realizado por ...
 
http://www.clarin.com/rn/arte/Marcos_Lopez_3_873542646.html
Para esta exposición, Marcos López trabajó en conjunto con varios artistas, desde pintores populares de Perú –como LU.CU.MA., el autor (preso, lo pintó en la cárcel) del retrato del Jimmy Hendrix que aparece en la muestra–, hasta el grupo de posproducción Woof Kong. Fueron ellos quienes realizaron, en conjunto con Marcos, el teaser de la exposición. Un teaser, se sabe, es una especie de campaña publicitaria que adelanta de forma medio intrigante, con la información fragmentada, lo que está por venir. En este caso, la muestra de López.
Woof Kong, un estudio de diseño multimedia, conoció al artista durante el verano. Ahí él les propuso trabajar en conjunto. "¿Y cómo decirle que no a Marcos López…?", se pregunta Esteban Burda, uno de los integrantes principales del estudio.
El resultado: el excelente teaser que puede verse, en forma de video, junto a esta nota.

FICHA TECNICA DEL VIDEO DE MARCOS LOPEZ- WOOF KONG
Artista: Marcos López
Compañía de Post Producción: WOOF KONG
Dirección: Esteban Sainz Burda
Edición - Color & Animación: Sandra González Osorio
Música: The Joystick Hero
Tema: "Toda la Carne al Asador (Juicy Meat Mix)"
Todos los derechos reservados®WOOF KONG, 2013

Fuente: Revista Ñ Clarín

¿HARTO DE LAS COMPRAS EN EL DUTY-FREE?
VAYA AL MUSEO

El aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle, al norte del París, inauguró un espacio museístico en diciembre y se convirtió en el primero en organizar una exhibición de seis meses con esculturas de Rodin.

Por AURELIEN BREEDEN - The New York TImes

Cuando Steve y Kimberly Kulpanowski llegaron al aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle para volar de vuelta a casa a Detroit, no podían creer su suerte.
Habían tratado de visitar lo más posible en París, pero no les había alcanzado el tiempo para ver las esculturas de Auguste Rodin. Sin embargo, después de registrarse y pasar por seguridad, encontraron las obras de Rodin en el lugar más inesperado: en una pequeña galería metida entre una tienda Bulgari y una cafetería, camino a la puerta de embarque.
"Nos había faltado verlas, por eso nos emocionamos tanto de encontrarlas allí", dijo Kulpanowski, de 51 años. "No podía creerlo".
Las autoridades del aeropuerto inauguraron el espacio museístico en diciembre, con la esperanza de mejorar la imagen del aeropuerto y tener una ventaja competitiva con respecto a otros centros europeos. y las instituciones artísticas que viven difíciles épocas financieras están ansiosas por promocionar sus colecciones ante los millones de pasajeros que pasan anualmente por sus corredores. en cuanto a los pasajeros, finalmente tienen más que cigarros libres de impuestos y 15 minutos de Wi-Fi gratuita esperándolos.
La galería en forma de T, de 240 metros cuadrados, abrió sus puertas en Satélite 4, una nueva terminal internacional en el aeropuerto, 25 kilómetros al norte de París.
Es fácil de pasar por alto la entrada en forma de cono, de madera y paneles de vidrio, que conduce a los visitantes al interior. Muchos viajeros pasan de largo sin una mirada, y los que se detienen quedan sorprendidos.
Los aeropuertos en Niza y Toulouse también han exhibido arte, y una terminal en el aeropuerto de Orly, al sur de París, ofrece conciertos semanales de jazz. El Rijksmuseum, en Amsterdam, tiene un anexo permanente en el aeropuerto Schiphol.
Sin embargo, el Roissy-Charles de Gaulle es el primer aeropuerto en organizar una exhibición de este calibre en el corazón de una terminal, una muestra, de seis meses de duración, llamada "Las alas de la Gloria" creada en colaboración con el museo Rodin. Será seguida por exhibiciones en rotación mostrando piezas de otras instituciones artísticas francesas.
Para los museos, hacer equipo con el segundo aeropuerto de pasajeros más concurrido de europa ofrece una exposición máxima a un costo mínimo, sobre todo en momentos en que el financiamiento es difícil de conseguir. Didier Rykner, director del sitio de internet de noticias de arte La Tribune de l’art, estaba desconcertado: "cuando vas a roissy, vas a tomar un vuelo, no a ver un museo".
Sin embargo, los viajeros en su mayoría lo aprueban. En un aeropuerto, "por lo general sólo hay comercio: comprar, comprar, comprar", dijo carmen Vásquez, de 58 años, de nacionalidad mexicana, mientras estudiaba un retrato de Rodin. Su vuelo salía en 25 minutos. 

Fuente: Revista Ñ Clarín

LA IMAGEN DE EVITA
PODRÍA REPRESENTAR AL PAÍS EN VENECIA

Definen el envío argentino a la principal Bienal de Arte del mundo. Una obra en que la artista Nicola Costantino se transforma en Eva Perón es candidata. Decide Cristina.

Por todos lados corren rumores acerca de quién representará a la Argentina en la próxima edición de la Bienal Internacional de Arte de Venecia —el evento de arte más importante del mundo—, pero en Cancillería, que es la responsable, no confirman nada. A pesar de que el plazo para que cada país presente su proyecto está por cumplirse —los primeros días de marzo— a nivel oficial hay silencio.
Sin embargo, en las charlas de pasillo del mundo del arte se habla de posibles candidatos: Nicola Costantino, que parece tener una nueva serie de obras donde se transforma en Evita; un grupo de artistas contemporáneas de distintas generaciones y la artista multimedial Andrea Juan, con sus proyectos realizados en la Antártida.
La decisión se tomará en Cancillería, con el asesoramiento de un equipo de especialistas convocados por Magdalena Faillace, entre los que se contaron Jacobo Fiterman, coleccionista y director de la Fundación Alon; Guillermo Alonso, director del Museo Nacional de Bellas Artes; Adriana Rosenberg, directora de la Fundación Proa; la filósofa Rosa María Ravera, el artista y arquitecto Clorindo Testa (aunque asiste en su lugar a las reuniones Juan Fontana), la historiadora del arte Ana Longoni, el coleccionista y ex director de arteBA Mauro Herlitzka y la curadora Victoria Noorthoorn, entre otros.
Sin embargo, se rumorea que la última palabra, la tiene la mismísima presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Es que este año, el envío a la Bienal no será uno más, sino que será el primero que represente a nuestro país en el campo del arte dentro del pabellón propio que la Argentina tiene desde el año pasado y por los próximos 20 años, en la zona de los Arsenales.
Hasta ahora nuestro país venía exhibiendo en espacios de Venecia con mucha menor visibilidad, en barrios alejados de los Giardini, el núcleo fundamental de la Bienal. Desde el año pasado, el Estado argentino alquila un gran pabellón pegado a los Giardini, de 500 metros cuadrados, que fue restaurado por nuestro país para la ocasión.
El tiempo corre, las propuestas artísticas son varias, y todas están a la espera. Los artistas y los curadores comienzan a comerse los dedos. En el caso de Costantino, se escuchó decir que el curador es Fernando Farina, uno de los directores del Fondo Nacional de las Artes. En el caso del grupo de mujeres, la curadora sería Victoria Noorthoorn, quien, al notar la posibilidad de presentar un proyecto curatorial, renunció a formar parte del comité asesor.
Los días pasan, y los responsables van a tener que tomar una decisión sin demoras: Venecia no espera.

Fuente: Revista Ñ Clarín

GRUPO ETCÉTERA: SALTO A LA FAMA

Los integrantes del colectivo artístico ganaron el Premio Internacional de Arte Participativo, en Bolonia, y, además, fueron invitados a dar una conferencia en la Tate Modern. Una especialista estadounidense analiza el conjunto de sus acciones.


El colectivo argentino Etcétera acaba de ganar la segunda edición del Premio Internacional de Arte Participativo en Bolonia, Italia, con una idea que promete impacto suficiente para garantizar que el público se involucre. Su proyecto C.R.I.S.I. (acrónimo de Comuna de Investigación para una Imaginación Social Inclusiva) busca que toda la comunidad proponga alternativas económicas y culturales para luchar contra la crisis europea. Lo pondrán en práctica Federico Zukerfeld y Loreto Garín Guzmán, coordinadores del grupo, en los próximos meses y con un presupuesto de 30 mil euros, después de pasar por la Tate Modern de Londres donde fueron invitados a dar una conferencia sobre “La política de lo social en el arte contemporáneo”.
Precisamente por este perfil -de los artistas que involucran a las audiencias en la obra- es que la curadora israelí Galit Eilat, miembro del comité de selección, conocía a Etcétera. Por su obra Kabaret Errorista, en la Bienal de Estambul 2009, los convocó a hacer una propuesta, que después un jurado prestigioso avaló.
Esta suerte de aval específico también llevó a Etcétera meses atrás a los Estados Unidos. Allí, en la galería de arte de la Universidad de California, en San Diego, participaron de la muestra Arritmias de contra-producción: arte comprometido en Argentina 1995-2011 junto a otros artistas argentinos.
Jennifer Flores Sternad, una académica estadounidense que se mezcló entre los protagonistas y curiosos del circuito artístico de Buenos Aires durante un par de años para estudiar su trabajo, fue la curadora de la muestra que pronto será un libro.
“Mi interés en el arte político y el arte alineado con los movimientos sociales de izquierda comenzó hace más de diez años con una investigación sobre arte chicano y teatro”, explica desde Brooklyn, Nueva York, donde hoy reside. En este rincón del mundo, sus ideas sobre arte militante y activismo encontraron un correlato entre los artistas y colectivos que, enrolados bajo la etiqueta de “arte comprometido”, por entonces ponían de relieve la crisis argentina de 2001: incluyendo las movilizaciones performáticas de Etcétera en los escraches de la Agrupación H.I.J.O.S. pero también las consignas del Taller de Serigrafía Popular y el GAC (Grupo de Arte Callejero), entre otros.

EL GANSO AL PODER, 2003. Esta acción teatral, realizada durante la marcha del 24 de marzo (una semana antes de las elecciones presidenciales), cuestionó la legitimidad de las candidaturas y su funcionamiento. Puso el foco en la ambigüedad de los símbolos de representación.
EL GANSO AL PODER, 2003. Esta acción teatral, realizada durante la marcha del 24 de marzo (una semana antes de las elecciones presidenciales), cuestionó la legitimidad de las candidaturas y su funcionamiento. Puso el foco en la ambigüedad de los símbolos de representación.

-Escribió una tesis sobre el grupo Etcétera, ¿qué le atrajo de ellos?
-Por un lado, me interesaba la forma en que las primeras performances de Etcétera dentro de los escraches eran coexistentes con -y no una representación de- las funciones sociales y políticas de los escraches. Pero igualmente me interesaba la forma en que sus últimas obras revelan cómo el consenso social sobre la violencia dirigida por el Estado durante la dictadura pone en relieve las interpretaciones controvertidas de la violencia del Estado democrático -y este es precisamente el lugar (locus) de las intervenciones de Etcétera y Erroristas en el discurso del terrorismo-. Su trabajo interroga a las formas en que el discurso liberal condena, legitima, y ofusca las diferentes formas de violencia, al tiempo que enfrenta las representaciones oficiales de la criminalidad y la “seguridad” con la pregunta: ¿qué grupos sociales sacan ventaja de la violencia dirigida por el Estado y qué grupos están sujetos a ella? En mi escrito sobre su trabajo, sostengo que la Internacional Errorista constituye una crítica al discurso contemporáneo del terrorismo, donde se entiende que el discurso es un instrumento del arte de gobernar. Es decir, se explora el terrorismo como una mediación ideológica cuya función no es sólo política -que lleva a interpretaciones de la violencia política, por ejemplo-, sino específicamente biopolítica, cuando se refiere al cálculo del valor diferencial de las vidas humanas. Mediante el análisis del trabajo de los Erroristas en 2005, junto con trabajos anteriores de Etcétera, sugiero que los Erroristas amplían las acciones del trabajo anterior de Etcétera..., pero agrega un marco adicional a su análisis que muestra cómo la puesta en escena de los dramas más localizados y el teatro político de las crisis nacionales son a su vez refractadas a través de la política del imperialismo norteamericano. La tesis sobre Etcétera fue publicada en el libro Arte y activismo en la era de la globalización.

-¿Cómo llegó a Buenos Aires?
-En 2005 recibí una beca de la Universidad de Harvard que me permitió pasar un año en Chile y Argentina, pero una vez acá me sentí atraída a hablar sobre la obra reciente, en lugar de los años 70 y 80. En el transcurso de los 18 meses que pasé en Buenos Aires hice muchas entrevistas y visité estudios de artistas, arquitectos, curadores y críticos, además de concurrir a eventos, espectáculos, desfiles, conferencias, talleres, incluso asistí a un curso de la Universidad de Buenos Aires. Cuando todavía estaba en Chile, conocí a los miembros de Etcétera y entonces me enteré de la Internacional Errorista. Su trabajo sobre el discurso contra el terrorismo como arma del arte de gobernar resonó en mí, por supuesto, porque soy de los Estados Unidos y ya había experimentado las deformaciones increíbles de este discurso ideológico. A través de los artistas supe de la exposición La Normalidad, y así es como llegué a conocer a Eduardo Molinari y el GAC (Grupo de Arte Callejero), también parte de la muestra. De Buenos Aires viajé a Los Angeles, donde hice un Máster en Historia del Arte en la Universidad de California, con la tesis sobre Etcétera y la Internacional Errorista.

EL MIERDAZO. Acción, perfomance, readymade social, 2002. Después del estallido social del 20 diciembre de 2001, se invitó a quienes quisieran demostrar su disconformidad con la situación social a arrojar excremento en las puertas del Congreso Nacional mientras los diputados debatían el presupuesto económico para el año en curso.
EL MIERDAZO. Acción, perfomance, readymade social, 2002. Después del estallido social del 20 diciembre de 2001, se invitó a quienes quisieran demostrar su disconformidad con la situación social a arrojar excremento en las puertas del Congreso Nacional mientras los diputados debatían el presupuesto económico para el año en curso.

-¿Con qué ideas llegó y con qué se encontró en la investigación? 
-La producción artística y cultural relacionada con la crisis argentina de 2001-2002 y el período de “normalización” que le siguió fueron tema de mi investigación y de la muestra. Trabajaba en esto cuando sucedió la crisis financiera de 2008, y el discurso de la crisis proliferó en Estados Unidos y Europa. Pero además, el sur de California, donde se realizó Arritmias, siempre fue un campo de batalla por la hegemonía en múltiples frentes -como terreno de disputa entre Estados Unidos y América Latina, como lugar donde la divergencia entre el trabajo y los derechos políticos es radical, y como lugar cuya economía política está profundamente moldeada por una crisis neoliberal-. Por lo tanto, era a la vez mi punto de vista de la historia reciente de la Argentina y de las exigencias de ese momento en Estados Unidos  que me llevaron a tener una visión crítica de las narrativas de “crisis y recuperación” y en su lugar mirar a los marxistas y, específicamente, las teorías gramscianas de crisis orgánica.

-¿Qué elementos, motivos o consignas comparten los artistas?
-Mi interés en las prácticas artísticas y obras de arte de la muestra radica en las formas en que intervienen en los discursos y los marcos interpretativos que son un terreno principal de conflicto en estas luchas. Estos incluyen los discursos interrelacionados sobre la crisis, la recuperación y la normalización, los conflictos de interpretación en el corazón del movimiento argentino de derechos humanos, y la historización del terrorismo de Estado que sucedió en concierto con la legitimación de la violencia del Estado democrático post-dictatorial. No estoy sugiriendo que la crisis política y económica, la rebelión que le siguió o el terrorismo de Estado son sólo construcciones discursivas. Pero porque todas ellas señalan crisis en las operaciones normalizadas de la hegemonía, las preguntas sobre representación, interpretación y narración son centrales para las luchas que implican y las estrategias y tácticas empleadas en ellas. En este sentido, las obras de arte que discuto son interlocutores de y participantes en estos procesos.

-¿Y cómo se aplican estas coincidencias en la obra?
Muchos de los artistas que forman parte de la muestra Arritmias respondían a la nueva situación política creada en virtud de los sucesivos regímenes Kirchner. Por ejemplo, las actuaciones de Etcétera a mediados de la década de 2000 ponen en escena los guiones ideológicos y las estrategias políticas en acciones aparentemente benignas o incluso progresistas a través de las cuales el nuevo régimen estableció su autoridad y eficacia hegemonizando el espacio que había sido tallado por los movimientos sociales de izquierda. Los Iconoclasistas, por su parte, organizan y representan conocimientos de base para avanzar en un análisis contra-hegemónico del estado de la sociedad argentina: las obras incluidas en Arritmias, producto de talleres de cartografía con diversos grupos, examinan los efectos sobre el suelo de industrias extractivas como la minería a cielo abierto y la industria de la soja. Estos mapas no sólo invierten las jerarquías del saber “oficial” y el conocimiento local, sino que también ofrecen una réplica importante a los regímenes dominantes de representación que invisibilizan conflictos de interés y luchas populares con el fin de naturalizar la acumulación. El trabajo de Ala Plástica en la exhibición también se refiere a la industria de la soja. Reflexiona sobre diferentes construcciones y concepciones del “territorio” y analiza el avance de una noción de territorio definido por la extracción y la acumulación capitalista promovido por IIRSA.
Acción errorista contra los ataques en Gaza, 2009. Para el grupo “el barrio porteño de Villa Crespo es una ciudad errorista por excelencia: única zona en el mundo donde se cruzan las calles Palestina y Estado de Israel”.
Acción errorista contra los ataques en Gaza, 2009. Para el grupo “el barrio porteño de Villa Crespo es una ciudad errorista por excelencia: única zona en el mundo donde se cruzan las calles Palestina y Estado de Israel”.
Los trabajos de GAC y Etcétera en la exposición muestran cómo los grupos ampliaron el lenguaje y el simbolismo popularizado por el movimiento de derechos humanos con el fin de transmitir una crítica puntual a las interpretaciones dominantes del terrorismo de Estado y de su narrativa histórica, es decir, una narrativa que resta importancia y legitima la violencia dirigida por el Estado neoliberal democrático e invisibiliza importantes continuidades estructurales e institucionales entre los estados dictatoriales y democráticos. El escrache de Etcétera contra Nelly Blaquier de la Corporación Ledesma es un ejemplo de la forma en que estos artistas conectan el lenguaje de los derechos humanos con luchas más amplias por la justicia social y económica, y conectan la conciencia del terrorismo de Estado con la violencia utilizada para acelerar la acumulación. En sus manifestaciones más radicales, las obras de estos artistas se mueven entre la denuncia al terrorismo de Estado a la teorización del terrorismo económico -y rastrean la complicidad fácil de éste con la transición a la democracia y la radicalización neoliberal que la acompañó-. En otro ejemplo, en un cartel del Taller Popular de Serigrafía se lee “Los Muertos de Hambre”, por el Día de la Memoria Por La Verdad y la Justicia, reemplaza ahora el discurso oficial sobre los asesinatos políticos de la dictadura para insistir en que los empobrecidos del presente deben estar en el centro de las preocupaciones de derechos humanos.

-El texto que acompaña a la muestra habla de una actitud escéptica hacia la recuperación económica de la Argentina de estos artistas comprometidos, que plantean un “desmontaje del escenario de crisis” en el que su obra se inscribía.
-Ese texto y esa afirmación son míos. Porque es la línea que he seguido como curadora, por lo que está de manifiesto en las obras y en la forma en que se enmarcan en la exposición. Yo entiendo que el discurso en torno a la trayectoria económica y política de la Argentina es complejo y dinámico, y el campo de debate cuenta con diferentes configuraciones dentro de la Argentina. Así que puedo hablar de mi propia posición:
Como está representado en gran parte de la prensa internacional y el discurso popular, la Argentina parece haberse convertido en un modelo de gobernabilidad y crecimiento económico en los últimos años. Es decir, parece que el auge económico, potenciador de una ola rosa de progresismo, la profunda polarización de la política interna entre el Estado y el ala derecha y la mano magistral de los Kirchner en el arte de gobernar, juntos han logrado borrar las distinciones ideológicas y las divisiones sociales que se encontraban en el centro de una crisis que llevó al país a una situación revolucionaria hace apenas una década y reducen el campo de posibilidades para el discurso político y la acción. No pretendo sugerir que la alabanza que se concede la Argentina después de la crisis sea totalmente inmerecida, o incluso esperanzadora. Por un lado, reconoce y da legitimidad a una alternativa a la receta del FMI de medidas de austeridad como el único camino para sobrevivir después del incumplimiento. E incluso críticos duros de los Kirchner reconocen las mejoras que se han hecho en la asistencia social y las inversiones en el sector público. Sin embargo, la narrativa fácil de la crisis y la recuperación, o versiones de la misma lógica en los discursos de la “normalización” y “post-crisis”, deberían hacernos reflexionar. Por un lado, hacen caso omiso a la continuidad de la pobreza generalizada, el desempleo y la dramática desigualdad social, y hacen la vista gorda a las formas salvajes de acumulación que avanzaron bajo un supuesto régimen “post-neoliberal” que son totalmente dependientes del desplazamiento y la miseria de la clase obrera y las poblaciones rurales.

Escrache a Eduardo Emilio Massera, 1998 Realizada detrás de una reja, frente a la casa del ex dictador (en Libertador y San Martín de Tours), cuando se encontraba en prisión domiciliaria.
Escrache a Eduardo Emilio Massera, 1998 Realizada detrás de una reja, frente a la casa del ex dictador (en Libertador y San Martín de Tours), cuando se encontraba en prisión domiciliaria.

Grupo Etcétera básico

Buenos Aires, 1997; colectivo de arte

Fundado en 1997 por Loreto Garín Guzmán (1977, Valparaíso, Chile) - Federico Zukerfeld (1979, Buenos Aires) junto con otros artistas, Grupo Etcétera tiene amplia repercusión en sus inicios a partir de las acciones, obras y manifiestos en los escraches junto a la agrupación H.I.J.O.S y otros organismos del movimiento por los Derechos Humanos. Desde entonces, realizaron diversas experiencias de arte callejero, intervención urbana, exposiciones dentro y fuera de las instituciones. A partir de 2001 participan activamente en intercambios, presentaciones y conferencias internacionales alrededor de temáticas vinculadas al arte-política, artivismo y agit-prop. En 2005, junto con artistas e intelectuales de distintas partes del mundo, fundan la Internacional Errorista, movimiento que reivindica el error como filosofía de vida.

Flores Sternad básico

Crítica de arte, curadora; Denver, Colorado, 1982

Es académica, curadora y escritora. Su trabajo se enfoca en producción cultural y pensamiento político en América, y en las relaciones entre prácticas artísticas y movimientos sociales. Trabajado este tema desde 2001 con investigaciones en Argentina, Brasil, Chile, México y EE.UU. Publicó textos en varios libros y publicaciones especializadas, como “Arte y activismo en la era de la globalización” y “Haciendo Tiempo: Arte Radical, 1999-2004”; Enciclopedia Oxford de latinas y latinos. Tiene una licenciatura magna cum laude en Literatura en Harvard y una Maestría en Historia del Arte en la Universidad de California, Los Angeles. Ahora es candidata al doctorado en el programa de estudios americanos en el departamento de Análisis Social y Cultural de la Universidad de Nueva York. Vive en Brooklyn, Nueva York.

Fuente: Revista Ñ Clarín