DAVID HOCKNEY
DIBUJÓ LOS CUENTOS DE LOS HERMANOS GRIMM

Como parte de las celebraciones por el 200 aniversariode la primera edición, una muestra en Madrid exhibe grabados en los que el artista británico pasó por el tamiz de la modernidad los cuentos menos conocidos de los hermanos alemanes.

David Hockney, el polifacético artista inglés afincado en Los Ángeles es un "enamorado de los cuentos", lo que le llevó en 1969 a pasar los clásicos relatos de los hermanos Grimm por el tamiz de la modernidad que imprime toda su obra. La Fundación Canal expone en Madrid desde el 30 de enero hasta el 14 de abril la serie de 39 grabados creados por Hockney (Bradford, 1937) basados en seis cuentos de los menos conocidos de los hermanos Grimm: "El enano saltarín", "Verdezuela" (Rapunzel), "El viejo Rinkrank", "Piñoncito", "La liebre de mar" y "Juan sin miedo".
Coincidiendo con el 200 aniversario de la primera edición de los cuentos de Jacob y Wilhelm Grimm, los grabados del artista inglés aportan un punto de vista "original" y "grandes dosis de humor" sobre la obra de los dos hermanos alemanes, según manifestó el crítico de arte Francisco Carpio, encargado de presentar a los periodistas la exposición. Para Carpio, la exposición muestra la faceta menos conocida de "uno de los artistas más importantes del siglo XX", la de ilustrador-grabador, y da muestra de su dominio "de todas las artes plásticas".
David Hockney empleó un año entero en realizar estos grabados, para los que buscó los cuentos menos famosos de los hermanos Grimm y, sobre todo, aquellos que le divirtieran o que supusieran "un reto plástico" para él, prescindiendo en algunos de ellos de elementos significativos o bien aportando otros que él consideraba oportuno "sin variar por ello el significado de los relatos", según Carpio. Además, según el crítico de arte, las ilustraciones revelan el "profundo conocimiento" de Hockney de la tradición pictórica clásica, en las que no faltan alusiones a grandes artistas como Leonardo Da Vinci, Uccello, Carpaccio o Goya, utilizando técnicas similares a las de éstos.

El sacristán disfrazado de fantasma. David Hockney (Fundación Canal)
Añadir leyendaEl sacristán disfrazado de fantasma. David Hockney (Fundación Canal)
Así, el artista inglés combina a lo largo de estos 39 grabados tres técnicas distintas, como son el aguafuerte, aguatinta y punta seca, en función de su intención por aportar un toque dramático, divertido o de efectos asombrosos a las ilustraciones. El sorprendente diseño expositivo de Enrique Bonet introduce al visitante de la muestra en un cuento, como si estuviera pasando páginas de alguno de los famosos cuentos de los Grimm, gracias a la decoración de la sala y a los colores y luces utilizados para recrear el mágico mundo de los cuentos.
Un homenaje a Catherina Dorothea Viehmann --la anciana alemana que relató a los Grimm la mayoría de los cuentos que ellos luego recopilaron-- abre la muestra, una mujer "a la que ni siquiera Jacob y Wilhelm homenajearon" y a quien Hockney reconoció el mérito de transmitir para las generaciones venideras esas historias populares. "El chico escondido en un pez" (de "La liebre de mar"); "La cocinera" (de "Piñoncito"), en la que Hockney se inspira en las cabezas grotescas de Da Vinci; o "Rapunzel creciendo en su jardín", con influencias de Brueghel, son algunos de los grabados que se pueden ver en la Fundación Canal.
Los grabados, alejados de las coloristas y características pinturas del artista inglés, esconden, según Carpio, "constantes guiños" y referencias a la historia del arte, pero también a la literatura e incluso al cine, y en los mismos su creador se toma "constantes licencias" para adaptar el dibujo a lo que quiere ilustrar.

Suplicando por el niño. David Hockney (Fundación Canal)
Suplicando por el niño. David Hockney (Fundación Canal)

Las emblemáticas torres que aparecen en muchos cuentos clásicos están en seis de los 39 grabados de Hockney, experimentando distintos estilos con las mismas, especialmente en el cuento de Rapunzel, que acapara cuatro de ellas. "Juan sin miedo" monopoliza, por ser la historia más larga, una sala para todas sus ilustraciones, rodeadas de la atmósfera "inquietante y de misterio" que envuelve el cuento ayudándose del color rojo.
En toda la serie de "Juan sin miedo" destaca la inspiración que el artista encuentra en Magritte y Carpaccio, con una mezcla de realidad y fantasía, como en la ilustración de "El sacristán disfrazado de fantasma". "Esos grabados acabaron convirtiéndose en algunas de mis piezas más famosas", escribió Hockney sobre su trabajo inspirado en los cuentos de los hermanos Grimm, y recordaba el tiempo empleado en los mismos al señalar: "Si trabajas en una pintura durante un año, la consideras una pieza importante".

Fuente: EFE / Concha Carrón

BIODISEÑO O LA INCORPORACIÓN DE LO ORGÁNICO
A LA CREACIÓN

Un libro editado por el MoMA reúne una colección de objetos inspirados en la biología: la lámpara halflife, que depende de hámsteres y luciérnagas; una lámpara de mesa de musgo, que se enciende con bacterias; y el algaerium, una tela viva.
Si hemos de creer en medio siglo de comerciales de TV, el cuidado del hogar es una guerra: matar bacterias, eliminar hongos y torturar ácaros. Pero una idea más pacífica respecto a que la naturaleza puede ser un invitado bienvenido en la casa es la que expresa "Bio Design: Nature, Science, Creativity" (Biodiseño: Naturaleza, ciencia, creatividad), un libro publicado el mes pasado por el Museo de Arte Moderno.
Escrito por William Myers, profesor de Nueva York, "Biodiseño" se ocupa del movimiento cada vez más importante que busca integrar los procesos orgánicos a la creación de edificios y objetos domésticos para conservar los recursos y limitar los desechos. Los 73 proyectos del libro muestran cómo se puede convencer a los árboles vivos de convertirse en casas y puentes; las lámparas pueden funcionar con luminiscencia de luciérnagas; el ADN humano puede cambiar el color de las petunias; y el hormigón puede autorrepararse como si fuera piel humana.
Nos han condicionado para que les tengamos miedo a los microorganismos, dijo Myers, "pero, en realidad, pueden ser útiles y lo han sido durante miles de años, si uno piensa en las comidas al horno y la fermentación de bebidas".
Los diseñadores suelen copiar a la naturaleza. Entre los ejemplos se cuentan la imponente arquitectura de Antonio Gaudí, el empapelado floreado de William Morris y las mesas de madera de George Nakashima. La tecnología de punta no les quita nada a los diseños inspirados en la naturaleza sino que los realza. En 2006, el diseñador holandés Joris Laarman presentó una silla modelada por computadora según los principios del desarrollo de los tejidos óseos, de modo que las partes de la silla sometidas a mayor tensión eran más gruesas, mientras que las que soportaban menos sobrecarga eran más delgadas. El resultado fue un uso eficiente del material y una forma espectacular.
Aparte de la forma, el biodiseño pasa por dominar la maquinaria del mundo natural para hacer lo que hace la naturaleza: almacenar y convertir energía, producir oxígeno, neutralizar las sustancias tóxicas y eliminar los desechos.
La lámpara Halflife de 2010 de Laarman es un buen ejemplo. El artefacto, prototipo de una pantalla revestida con células de ovario de hamster con ADN de luciérnagas, genera una reacción enzimática que hace que la lámpara se encienda sin necesidad de pilas. Lo que la lámpara sí necesita es un suministro constante de nutrientes para mantener vivas las células.
"Solemos pensar que podemos desechar los objetos", señaló Laarman. "No estamos acostumbrados a objetos que podemos cuidar o tratar bien o que se renuevan solos".
¿Células de ovario de hamster como mascotas? En el país de las maravillas de la biotecnología, las bacterias son bellas, el musgo es eléctrico y los azulejos decorativos están animados.
Bacterioptica, por ejemplo, es una araña diseñada por Petia Morozov de Montclair, Nueva Jersey, con placas de Petri llenas de cultivos de bacterias envueltas en una maraña de fibra óptica. El dibujo y el color de las bacterias (idealmente provistas por los miembros y las mascotas de la familia) modifican la cualidad de la luz.
La Mesa de Musgo, colaboración entre los científicos Carlos Peralta y Alex Driver de Gran Bretaña y Paolo Bombelli de Italia, aprovecha la pequeña corriente eléctrica que se produce cuando determinadas bacterias consumen compuestos orgánicos que libera el musgo durante la fotosíntesis. Usando fibra de carbono para absorber la carga, los científicos generaron con su mesa suficiente electricidad para alimentar la lámpara adosada.
También está Growth Pattern, una serie de azulejos decorativos diseñados por la artista de Seattle Allison Kudla, que cambian de dibujo porque están hechos de hojas de tabaco cortadas dispuestas sobre una rejilla de placas de Petri cuadradas. Impregnadas de una solución que se comporta como una hormona, las hojas producen nuevo crecimiento.
"Muchísimas veces los dibujos decorativos se basan en sistemas botánicos", dijo Kudla respecto del motivo simétrico (originalmente pensó en tejido de damasco). Las plantas sobreviven hasta seis meses si se controla con cuidado la solución y se reemplazan las placas que se contaminan con bacterias.
Un dato curioso del biodiseño es que los organismos que se introducen en el entorno doméstico a menudo deben ser protegidos más que combatidos. Marin Sawa, arquitecta de Londres que manipula el color de las microalgas contenidas en tubos flexibles para crear una especie de tela viviente, califica el impulso de proteger sus muestras de las fuerzas destructivas de un espacio habitable de "pensamiento inverso".
Explicó lo siguiente: "Necesito que estén absolutamente incontaminadas para que puedan vivir y realizar la fotosíntesis, que es uno de los sistemas biológicos más importantes de este planeta". (Las algas, hizo notar, producen casi la mitad de nuestro oxígeno.) Sin embargo, los biodiseñadores deben vérselas con el factor Frankenstein: la preocupación de que sus experimentos provoquen un nuevo horror incontrolable.
Mitchell Joachim, que cofundó el estudio de arquitectura y diseño Terreform One de Brooklyn y dirige un biolaboratorio dentro de él, sostiene que periódicamente lo visitan representantes del Departamento de Seguridad Interior y el FBI.
"Se dan una vuelta para ver cómo es un laboratorio salubre y basado en una comunidad de trabajo", contó, "a diferencia de una célula terrorista". Opina que el temor a que los investigadores cometan un error y provoquen una espantosa situación de ciencia ficción es exagerado.
"Sería como estar diseñando una tetera y accidentalmente fabricar una ametralladora", dijo. "No pasa".
Joachim es parte del equipo responsable de elaborar el concepto de árboles vivos injertados unos en otros para crear una cúpula protectora. También ha imaginado una casa hecha de tejido vivo ­aunque él prefiere el término "carne"­ y está trabajando en una silla hecha de un nuevo plástico biodegradable que combina raíz de hongos con celulosa. "Cuando uno se cansa de la silla", añadió, "no la tira a la basura. La arroja al jardín y alimenta a otras criaturas. Es parte de la red de la vida". 

Fuente: Revista Ñ Clarín

 

DESCUBREN UN LIENZO DE RUBENS
EN EL PALACIO REAL DE MADRID

Mide cuatro metros y estaba catalogado como una pintura anónima del siglo XVIII. La mayoría de los investigadores creían que la pintura se había quemado en un incendio.
El antiguo conservador de pintura flamenca del Museo del Prado, Matías Díaz Padrón, descubrió en los fondos del Palacio Real de Madrid la autoría de un lienzo realizado por Rubens (1577–1640) y Gaspar de Crayer (1582 -1669).
Según el investigador se trata de Rapto de las sabinas, un “lienzo enorme de cuatro metros, que estaba catalogado como una pintura anónima del siglo XVIII”. “Hay mucho aún por estudiar”, explicó. La mayoría de los investigadores creían que la pintura se había quemado en un incendio.
El lienzo, que se encuentra en un “estado lamentable”, coincide en “tema e historia” con una de las últimas obras que encargaron a Rubens antes de morir. La pintura fue un pedido del rey Felipe IV de Austria para el Salón de los Espejos del Palacio. “Rubens trabajaba angustiado por terminar”. Sin embargo, el artista sólo realizó el boceto y el diseño, ya que murió al poco tiempo. Van Dyck fue uno de los candidatos a terminar el trabajo, pero fue el belga Gaspar de Crayer quien culminó la obra.

Fuente: clarin.com

 

HABRÁ MUESTRAS DE ARTE PARA TODOS LOS GUSTOS

Variada propuesta de los museos argentinos: en 2013 podrán verse obras de Berni y de la Bauhaus, entre otros grandes tesoros.
Los museos del país vienen con una programación cargada para 2013. A mediados de año, se realizará en la Fundación Proa la gran muestra Oskar Schlemmer y la influencia de la Bauhaus en el teatro, la escenografía, el cine y el diseño gráfico. Es la primera exposición internacional sobre formas revolucionarias aplicadas a estas disciplinas a principios del siglo XX.
Schlemmer fue exponente de la Bauhaus, la escuela de artesanía, diseño, arte y arquitectura fundada en 1919 en Alemania, que sentó muchas de las bases de lo que hoy se conoce como diseño industrial y diseño gráfico, y de gran parte de la arquitectura del siglo XX.
Habrá otro plato fuerte en junio en MALBA: es la muestra de la excéntrica artista japonesa Yayoi Kusama, que vive cómodamente en una clínica neuropsiquiátrica –no se quiere ir de allí, se siente bien, dice-, desde 1973, cuando regresó de los Estados Unidos, adonde había ido en 1957 en busca de arte y psicodelia. Sus obras son, generalmente, instalaciones con espejos, globos y juguetes, con ella ubicada en medio. Pero sus trabajos más característicos son grandes espacios recubiertos obsesivamente de inmensos lunares o manchas que marean un poco.
En marzo, en el mismo museo podrá verse la muestra de la brasileña Adriana Varejao, Historia en los márgenes; en septiembre una gran exposición de la grabadora argentina Liliana Porter, y para noviembre, MALBA programa una inmensa exhibición de Antonio Berni, basada en sus dos personajes principales.
Antonio Berni: Juanito y Ramona se llama la muestra, que se expondrá en el Museo de Bellas Artes de Houston –con el que MALBA tiene un acuerdo-, y en 2014 en Buenos Aires.
El Centro Cultural Recoleta arrancará el año con una exhibición del fotógrafo Marcos López y luego una del grupo Mondongo, mientras que el Espacio Fundación Telefónica presentará en julio una exposición del gran artista conceptual Leandro Katz. En el Museo Sívori se podrá ver la obra del cinético César Fioravanti en noviembre, y una exposición colectiva de grabado satírico, en julio.
Desde la institución de arte más importante del país, el Museo Nacional de Bellas Artes, dijeron que en marzo habrá una muestra de pinturas y esculturas argentinas del siglo XX, con obras de la Cancillería; y más tarde, una con esculturas del propio patrimonio. La gran expectativa es la inauguración de las salas del primer piso, que albergan arte argentino del siglo XX –ahora en diálogo con obras internacionales-, con nuevo guión curatorial, nueva disposición museográfica y reformas arquitectónicas. Por la llamativa situación en que se encuentra el museo –su director, Guillermo Alonso, terminó su mandato en diciembre y aún no hay información oficial acerca del presente o futuro del cargo– la fecha de inauguración es incierta.
En otras provincias, en San Juan, por ejemplo, en el Museo de Bellas Artes Franklin Rawson se mostrarán, durante marzo, textos y videos inéditos de la controversial Liliana Maresca. Para mayo, el museo prepara una retrospectiva del uruguayo Carmelo Arden Quin –también estará en el Museo Caraffa de Córdoba — y una muestra del gran santiagueño Ramón Gómez Cornet. Rosario prepara, a través de su Museo de Arte, la muestra Entresiglos. El impulso cosmopolita en Rosario; en mayo una del pintor sanjuanino Carlos Gómez Centurión, y en octubre, un nuevo guión de las obras propias del artista Xul Solar.
Este año el arte tiene oferta para todos los gustos: ¡no hay excusas! Las obras lo esperan.

Fuente: Revista Ñ Clarín

 

LUX LINDNER:
CON TIEMPO DE VIDEOJUEGO Y ESPIRITU DE CIENCIA FICCION

Inspirado en la “VuelVIlla” de Xul Solar y la “Ciudad Hidroespacial” de Gyula Kosice, el artista presenta un microfilm entre la batalla y la sublevación. Se puede ver hasta fines de marzo en el Espacio Digital del MAMBA.
Por Cristina Civale

La nueva obra de Lux Lindner que se exhibe hasta finales de marzo en el Espacio Digital del segundo subsuelo del MAMBA es inspiradora.
Ya desde su título produce curiosidad y atracción. Lindner decidió llamar a este film breve pero contundente Los descansos de pantalla se derrumbarán sobre tu cabeza, un modo de decirnos –tal vez– que lo que realmente nos demolerá es estar desconectados de algún dispositivo carente de pantalla. En este mundo cada vez más lleno de pantallas, cerrar los ojos ante ellas o despistarnos en su observación, podrían tener un efecto fatal. Tan fatal como cerrar los ojos o no mirar lo que él pone en una de ellas.
Lindner elige poner en su pantalla una simulación muy estimulante de un supuesto videojuego donde se encuentran en “lucha” dos diseños urbanos utópicos de artistas argentinos notables por su originalidad. Las ciudades que se confrontan son la VuelVilla de Xul Solar y La Ciudad Hidroespacial de Gyula Kosice.
Todo un mundo épico se abre en este microfilm, llamarlo así parece cosa de espías, es micro por su brevedad y también por su austeridad, una suerte de falta de recursos reconocida por el propio artista pero que aquí puede pensarse como una buena suerte porque funciona muy bien.

CONTIENDA. Dos diseños urbanos utópicos, la VuelVilla de Xul Solar y La Ciudad Hidroespacial de Gyula Kosice, se enfrentan en la obra de Lindner.
CONTIENDA. Dos diseños urbanos utópicos, la VuelVilla de Xul Solar y La Ciudad Hidroespacial de Gyula Kosice, se enfrentan en la obra de Lindner.
Entre las numerosas inquietudes de Lindner se encuentra el trabajo en 3D que es el que despliega en esta obra, un trabajo que afinó realizando un master en New York no hace tantos años.
Eligió para estrenar su obra, que abre un duelo en el arte argentino, un museo de prestigio vapuleado, pero el museo de arte moderno de la ciudad al fin, y no es un detalle. En las entrañas de donde deberían tener lugar las exhibiciones más importantes de la creación nacional, Lindner nos enrostra su obra. Para que pensemos como jugando qué tienen estos modelos no sólo de ciudad, sino también de producción de arte, de desafiante, de vencedor, de vital y único.
Aunque la obra se presenta como la simulación de un videojuego o, al menos, puede ser mirada como tal, Lindner confiesa a Ñ Digital: “No me siento muy afín a los videojuegos, me interesan más las películas épicas del siglo XX. Creo que los videojuegos cayeron demasiado pronto en la volteada que transformó la interactividad en una instancia mercachifle. El cine fue mercachifle y está desapareciendo en un escenario mercachifle, pero después de habernos dejado un Bergman, un Godard y otros. El videojuego no llegó a esas alturas”.
Desechado el videojuego como contenido pero no como procedimiento de trabajo, el artista se atreve a contarnos la gesta de Los descansos de pantalla se derrumbarán sobre tu cabeza, donde no se priva de hacer un llamado de atención a los creadores locales.

RECREACION. Notable por su originalidad, la Ciudad Hidroespacial de Gyula Kosice, por Lindner.
RECREACION. Notable por su originalidad, la Ciudad Hidroespacial de Gyula Kosice, por Lindner.

Nos dice: “En la obra del MAMBA traté mas bien de inspirarme en películas blanco y negro donde barcos piratas se tiran cañonazos o naves espaciales de 1977 se disparan con cañones de fotones.
Siempre me interesó la ciencia ficción y me ha vuelto a interesar, estoy escribiendo historias y obras de teatro en ese género. Kosice y Xul me parecen utopistas importantes en el contexto de un arte que suele volar bajo como el nuestro. Mucho de nuestro arte es periodismo de aventura o ilustración de alguna moda política o artística del momento, pero falta la toma de distancia. En mi humilde entender, tanto Solar como Kosice intentaron algo en el sentido de una toma de distancia de una realidad determinada periodísticamente; lo que habría que ver es si esa distancia no fue tan grande que terminaron siendo ignorados demasiado tiempo y terminaron encapsulados como se hace con chistes crípticos e inofensivos. Cuando digo ‘arte como periodismo’ digo (Carlos) Gorriarena o Pablo Suárez, por ejemplo, un arte que busca comunicación y acuerdo con su espectador de modo muy enfático. Me parece que esto puede estar bien como válvula de escape en escenarios dictatoriales clásicos, pero en situaciones más institucionales representativas’ pierde su función”.

INSPIRACION. “No me siento muy afín a los videojuegos, creo que cayeron demasiado pronto en la volteada que transformó la interactividad en una instancia mercachifle".
INSPIRACION. “No me siento muy afín a los videojuegos, creo que cayeron demasiado pronto en la volteada que transformó la interactividad en una instancia mercachifle".
Pero no se quede en la crítica hacia la obra ajena, también es duro con él mismo, por lo que sus pensamientos hacia otros artistas no pierden legitimidad. Así afirma: “Admito que me hubiera gustado una relación más complicada y detallada entre ambos emprendimientos, el de Solar y Kosice, que una ‘batalla’ con un ‘ganador’, ahí sencillamente intervino el factor tiempo levándome sin proponérmelo yo al tempo del videogame. Igual aclaro que le tomé cierta antipatía a la Ciudad Hidroespacial a partir de un video que vi en la fundación Klemm donde una Ciudad Hidroespacial sobrevolaba Buenos Aires ‘sin cambiar nada abajo’, digamos... dos mundos seguían separados, la utopía no bajaba hasta nosotros. Ahí creo detectar un déficit salvífico, diríamos... La ‘comodidad’ de la Ciudad Hidroespacial me sublevó un poco”.
Y ese ser parece el estado de Lux Lindner, el de sublevación permanente, el de curiosidad insaciable, dotes que lo convierten en el artista prolífico, creador en numerosos soportes y sobre todo, en el creador dotado que en cada obra, nos demuestra que es.


Fuente: Revista Ñ Clarín


SUBASTARAN 125 OBRAS DE ANDY WARHOL EN INTERNET


NUEVA YORK, N.Y., Una amplia variedad de obras de Andy Warhol se subastarán por primera vez, sólo por internet, otorgándole a un público más amplio la oportunidad de adquirir una obra del maestro del pop art.
El remate de la casa Christie's se realizará entre el 26 de febrero y el 5 de marzo e incluirá unas 125 pinturas, dibujos, fotografías e impresiones del artista, con precios de venta estimados en entre 600 y 70.000 dólares.
La subasta se realiza en asociación con la Fundación Andy Warhol para las Artes Visuales, que decidió en 2012 vender todas las obras del artista que estaban en su posesión.
Las obras pueden verse en línea antes de la venta y los clientes podrán buscar, hacer ofertas y recibir actualizaciones instantáneas por correo electrónico o teléfono si su oferta es superada.


Fuente: LATAM: Reporte-tgp

BUENOS AIRES ART NOUVEAU


El estilo inspirado en las formas de la naturaleza, heredero del Jugendstil alemán, dejó en la trama de la ciudad ejemplos notables, joyas de la arquitectura impregnadas de espíritu porteño.




La "babelización" de Buenos Aires se acelera al iniciarse el siglo XX con récords de oleadas de inmigrantes que conforman dos tercios de su población. La cabeza de la potencia sudamericana que cruje de progreso viene redefiniendo su imagen con diversos estratos de eclecticismo derivados de adaptaciones y combinaciones de culturas arquitectónicas europeas. Es, sin duda, la apoteosis del eclecticismo desprejuiciado, casi arrogante, de un país adolescente y nuevo rico pero que comienza a crear propias expresiones de cultura como el tango orillero, la literatura celebratoria del esplendor efímero o de las raíces ambiguas de la argentinidad.
Por ese tiempo, como un fenómeno estacional de la cultura europea, se despliega el resplandor Art Nouveau que tiñe fugazmente la escena arquitectónica internacional. Los artificios del nuevo siglo, inspirados en las formas de la naturaleza, en la sensualidad, en la búsqueda de la síntesis entre arte e industria, en la reacción contra el academicismo reinante tienen especies estilísticas diferentes que crecen en distintas regiones: Sezession en Viena, Modernismo en Cataluña, Liberty en Italia, Jugendstil en Alemania, Art Nouveau propiamente dicho en Bélgica y Francia.

Monumento a los españoles. Foto: Fabio Grementieri
La asimilación del estilo en estas tierras se inserta en un mecanismo similar al de cualquier corriente arquitectónica que llega aquí por esos años, alrededor de 1900. Sobre la base de un desprejuicio bien argentino se echaba mano a cualquier fuente de inspiración o modelo arquitectónico venido de Europa por cualquier medio. Por otra parte, las influencias se mezclaban a gusto del diseñador o del propietario, y en la materialización participaban profesionales, constructores y artesanos de distintas procedencias. La pasión por estar al día y, al mismo tiempo, fantasear con una tradición hacían que se tomaran todos los repertorios de ayer y de hoy. Así sucedió también con el Art Nouveau, que, con sus muchas cepas inmediatamente aclimatadas, conquistó sobre todo la edilicia privada aunque también se coló en algunas obras públicas.
En la Argentina, la afición por el Art Nouveau oscila entre la extravagancia y la presunción. Para la alta sociedad, es un divertimento de alcoba, casi a la manera del tango. Para los inmigrantes transformados en enriquecidos burgueses, es el traje de gala para demostrar su acelerada prosperidad. En muchísimos casos aparece como la hibridación entre tradición e innovación, el denominado eclecticismo modernista, de resultados ambiguos. En otros tantos acompaña estilos del repertorio del academicismo historicista y en particular se combina con el Luis XV, con el que forma un maridaje especial basado en la obsesión común por las formas curvas y la ornamentación opulenta.

Fachada del hotel Chile. Foto: Fabio Grementieri
En sus diversas versiones, el Art Nouveau se adhiere a las superficies exteriores e interiores de los edificios de distinta escala y función: desde la casa chorizo, pasando por el petit-hôtel,hasta llegar al edificio de renta para departamentos y oficinas, pero también en tiendas, teatros, hoteles y cines.
El método universal para construir modernismo se basaba en una composición de sustrato academicista o eventualmente pintoresquista, donde se combinaban originales aportes de variada procedencia en la definición de llenos y vacíos, de los detalles constructivos, de los elementos ornamentales, de la iluminación natural y artificial, o de las texturas, revestimientos o grafismos. La fórmula se completaba con el uso de los más diversos materiales (revoque, hierro, madera, vidrio, cerámica) para exacerbar líneas, texturas y colores. En Buenos Aires la mayoría de las obras se encuentran al oeste de la zona céntrica, en los barrios de Montserrat, San Cristóbal, y en las áreas de Congreso y Once, allí donde se asentaron las clases medias y la burguesía ascendente.
El Art Nouveau fue elegido por distintas colectividades inmigratorias para expresar su ascendencia a través de formas referenciales pero innovadoras, como en el caso del Club Español, fruto de un concurso ganado por el ingeniero holandés Enrique Folkers. Y también fue adoptado oficialmente por la Exposición Internacional del Centenario, esa megamuestra celebratoria del progreso argentino que se desarrolló en diversos sitios del área norte de la ciudad. La mayoría de los pabellones nacionales y extranjeros incorporaban el nuevo lenguaje decorativo en diversas versiones. El "sezessionismo" austríaco impregnaba la Plaza de Armas frente al hipódromo diseñada por Julián García Núñez para la representación española, donde desfiló la infanta en carruaje, y también teñía dos obras de Enrique Prins: el palacio con cúpula y brazos curvos consagrado a la Exposición Industrial junto al Rosedal y el Pabellón Frers en La Rural. En la sección de Comunicaciones y Transportes se lucían el estilo Liberty de los italianos en los portales de ingreso y en su propio pabellón. También en otros diseñados para provincias como Mendoza y Tucumán o el del Servicio Postal, único sobreviviente maltrecho de todo lo construido para los fastos del Centenario. En otros casos aparecían versiones telúricas del estilo como el relicario paraguayo de madera inspirado en obras de Horta o Guimard. Fue un festival efímero del nuevo estilo y la paradójica postal arquitectónica nacional de los festejos en el contexto de obras públicas que consagraban el clasicismo dieciochesco en manos de arquitectos Beaux Arts.

Cúpula del edificio ubicado en Paso y Viamonte. Foto: Fabio Grementieri
Edificio de departamentos ubicado en Hipólito Yrigoyen 2562. Foto: Fabio Grementieri

En el mundo Art Nouveau porteño descollaron cuatro maestros que hicieron obras particulares de gran originalidad, verdaderos monumentos que traspasan la frivolidad de un estilo o de una moda. El primero de ellos fue Julián García Núñez, quien estudió en Barcelona y recorrió el camino más afín a la innovación europea. Sus formas despojadas, el predominio de las rectilíneas y una policromía muy acotada presagian modernidades de posguerra. La ornamentación que despliega no está divorciada de la estructura. Ejecutada mediante diversos materiales, es un grafismo que expresa líneas de fuerza, provoca reverberaciones o realza la dinámica de la composición. Produjo edificios de alta calidad de diseño y factura, donde hasta el más mínimo detalle se inscribía dentro de la lógica del diseño total. Entre sus obras más importantes se cuentan el Hospital Español sobre la avenida Belgrano (casi todo demolido); el edificio de oficinas de Chacabuco 78 donde asombra el patio interior central coronado por una claraboya, surcado por la alta jaula del ascensor y orlado por balcones de piso translúcido; y varios edificios de departamentos donde recicla postales de Barcelona, Milán o Viena pero también de Tánger y Alger.
Otro de los maestros fue el italiano Virginio Colombo, que proyectó para connacionales enriquecidos que se dedicaron al comercio, la industria y la especulación inmobiliaria. A estos emprendedores les gustaba una arquitectura pensada para optimizar el uso de terrenos profundos, que permitían la multiplicación de unidades comerciales o de vivienda, con rasgos de ostentación y extravagancia, según los cánones académicos. La producción de Colombo es rica, variada y raramente pasa inadvertida en la escena urbana. Las frondosas fachadas de sus edificios aparecen como cascarones parlantes que inquietan no sólo por la flora, fauna y estatuaria que las pueblan sino también por los claroscuros realzados por diversas texturas y materiales. Esta parafernalia de imitaciones de piedra, granito y mármoles fue fruto de la habilidad de escuadrones de albañiles y "frentistas" italianos que plasmaron al pie de la letra los diseños del arquitecto. 

Hall del edificio de Chacabuco 78. Foto: Fabio Grementieri
El segundo del trío de capos italianos fue Francesco Gianotti, quien proveyó a Buenos Aires de dos obras cumbres: la galería Güemes y la Confitería del Molino. En ambas se combinan la alta tecnología del hormigón armado que permitía acrobacias volumétricas y espaciales, y la frondosidad preciosista y minuciosa de la ornamentación que sublimaba la experiencia sensorial. En el primer caso se trata de un edificio multifuncional, a la manera de un microcosmos urbano de carácter futurista, suerte de nave autosuficiente que incluía un teatro, un cabaret, dos restaurantes, pisos de vivienda y de oficina, galería con locales comerciales y terraza-mirador; todo ello servido por alardes técnicos inusitados para Buenos Aires. Por su parte, la Confitería del Molino, construida en tiempo récord, fue en realidad una ampliación de un edificio que resultó en una impresionante fachada orlada por una ampulosa marquesina y culminada en un torreón, ambos elementos cubiertos con vitrales iluminados desde adentro con luz eléctrica.
Cierra la trinidad italiana Mario Palanti, figura destacada no sólo por sus obras materializadas sino también por su reflexión teórica y su experimentación formal. Palanti intentó, en algunas de sus construcciones y en numerosos proyectos, desarrollar un estilo que fuera representativo de los nuevos tiempos signados por la metropolización y monumentalización. Dentro de una actitud conservadora, aparentemente antivanguardista, exploraría el camino que el expresionismo europeo libertario y de inspiración esotérica intentaba trazar en esa misma época. Gran "sintetizador", Palanti "remixó" diversos estilos decimonónicos: neorrenacimiento, neorrománico, neogótico. Pero además supo combinar el vértigo y la vibración tanto del barroco Piranesi como del futurista Sant'Elia. Su obra magna es el Pasaje Barolo (mellizo del Palacio Salvo en Montevideo).

Fachada del petit-hôtel de Paraguay 1328. Foto: Fabio Grementieri
s masas exteriores así como también en los espacios interiores. El lenguaje arquitectónico del edificio es difícil de inscribir en un estilo o escuela precisa. Representa un importante intento de conjugar distintas trazas de la tradición arquitectónica europea medieval con modernas técnicas constructivas a la manera estadounidense y rasgos de carácter rioplatense. Calificado por su autor como "rascacielos latino", el Barolo es representativo de una actitud arquitectónica impregnada de prefiguraciones oníricas, de gestos únicos y de ideales heroicos, dentro del espíritu del Risorgimento italiano en camino hacia su desenlace fascista. En la búsqueda de una nueva arquitectura, superadora de las tensiones a las que había llegado el eclecticismo historicista, el edificio es una pieza única que demuestra la posibilidad de aunar creatividad y respeto por el entorno.
El Art Nouveau porteño se prolonga hasta principios de la década de 1920, cuando comienzan a despuntar otros expresionismos: el neocolonial y el Art Déco. El contexto europeo fue bien diferente del argentino. Allí el nuevo estilo buscaba romper con la tradición, enancado en un desarrollo industrial que se incrementaba aceleradamente. Aquí, en cambio, dominaba el puro impulso de proyectarse hacia adelante, hacia la modernidad. La riqueza de la producción local en su conjunto proviene de ese afán pero también de la apropiación de mConcebido a partir de un programa que preveía distintos usos, la plasticidad reina en laúltiples aportes que la transforma en un Art Nouveau eclecticista y paneuropeo, paradójicamente plural dentro de una corriente que ensalzaba la singularidad.

Fachada del Palacio de los Pavos Reales. Foto: Fabio Grementieri
Interior del petit-hôtel de Azcuénaga 1075. Foto: Fabio Grementieri
Galería Güemes. Foto: Fabio Grementieri
Bóveda de Rufina Cambaceres. Foto: Fabio Grementieri

  • 1905
    Palacio de los Lirios
    (Av. Rivadia 2031) Arq.: E.S. Rodríguez Ortega

  • 1906
    Hospital español (Av. Belgrano 2975) Arq.: Julián García Nuñez

  • 1907
    Farmacia suiza (Maipú y Tucumán) Arq.: Louis Dubois

  • 1908
    Club Español (B. de Yrigoyen 172) Arq.: Enrique Folkers; Tienda Gath & Chaves (Florida y Sarmiento) Arq.: F. Fleury Tronquoy

  • 1910
    Hotel Centenario (Av. de Mayo 769) Arq.: Oskar Razenhofer

  • 1912
    Edificio del Bazar Dos Mundos (Av. Callao y Sarmiento) Arqs.: Emilio Hugue y Vicente Colmegna

  • 1913
    Sociedad "Unione Operai Italiani" (Perón 1368) Arq.: Virginio Colombo (

  • 1914
    Yacht Club (Dársea Norte) Arq.:Eduardo Le Monnier; Edificio Otto Wulff (Av. Belgrano y Perú) Arq.; Morten Ronnow

  • 1915
    Palacio de los Pavos Reales (Rivadavia 3222) Arq.: Virginio Colombo

  • 1916
    Confitería del Molino (Callao y Rivadavia) Arq.: Franceso Gianotti

  • 1917
    Palacio Grimaldi (Corrientes 2548) Arq.: Virginio Colombo

  • 1919
    Pasaje Barolo (Av. de Mayo 1370) Arq.: Mario Palanti



  • Fuente: ADN Cultura La Nación