MÁS DE 400 OBRAS REVISAN LOS CONVULSOS AÑOS 30
EN EL MUSEO REINA SOFÍA



Un grupo de personas contempla el Guernica, de Picasso, cuyo 75 aniversario es celebrado por el Museo Reina Sofía de Madrid con la exposición "Encuentros con los años treinta". Se trata de una muestra de 2.000 metros cuadrados en los que se exhiben alrededor de 400 obras de algunos de los más importantes artistas del siglo XX. EFE

Madrid,1 - Con la exposición "Encuentros con los años 30" el Museo Reina Sofía pretende propiciar un encuentro entre el visitante y la historia y sacar a la luz lo que estaban haciendo los artistas en una década convulsa, clave para entender los años que vivimos. La muestra, que mañana inaugurará la reina Sofía, es para el museo una de las más importantes de la temporada y con ella se suma a la celebración del 75 aniversario de la realización del Guernica (1937) por parte de Picasso. Esta importancia se puede apreciar en los más de 2.000 metros cuadrados de una exposición formada por más de cuatrocientas piezas,muchas de las cuales proceden de las más importantes instituciones y colecciones de todo el mundo. Además, el 75 por ciento de estas obras no se han exhibido nunca antes en España, como la pintura de Antonio Berni "New Chicago Athletic Club" (1937), o la pieza "Combat des princes saturniens II", de Wolfgang Paalen. La exposición, en cuya organización ha colaborado Acción Cultural Española (AC/E), pretende redefinir los parámetros conceptuales e históricos de un período fundamental del siglo XX, clave para entender los años en que vivimos; un período de conflicto, no suficientemente estudiado, un momento en el que el arte y el poder se enfrentan y se apoyan. "En una visión restrictiva se ha pensado en los años 30 como un periodo menor, en momento ecléctico donde el arte era meramente instrumental", comentó durante la presentación Manuel Borja-Villel, director del museo.



Una persona contempla una de las obras incluida en "Encuentros con los años treinta", la muestra con la que el Museo Reina Sofía de Madrid conmemora el 75 aniversario del Guernica, de Picasso. Se trata de una muestra de 2.000 metros cuadrados en los que se exhiben alrededor de 400 obras de algunos de los más importantes artistas del siglo XX. EFE

En su opinión, los 30 fueron de una intensidad enorme, de gran creatividad y de gran importancia para el Reina Sofía, ya que la base de su colección se asienta en esta época. "Los artistas de vanguardia entran en conflicto con sus propios fantasmas y buscan soluciones a partir de la abstracción, el surrealismo y el realismo", en opinión del director. Además, los artistas incorporaron la fotografía y el cine de modo absoluto "y desarrollaron un lenguaje altamente original". Con piezas extraordinarias, es un momento "en que el arte español tiene gran parecido con el internacional". Estos puntos se reflejan "de manera muy clara" en las salas de exposiciones temporales del museo de la primera planta, mientras que en la segunda, que alberga parte de la colección permanente del Reina Sofía, se ha montado en torno al Guernica un discurso que trata sobre el arte plural de la República y de la Guerra Civil, partiendo de la influencia de Goya. La comisaria general de la exposición, Jordana Mendelson, ha tratado de expresar "ideas muy complejas" de una forma clara y hacerlo a través de diferentes "encuentros". "Los encuentros entre los artistas han sido en casos el motor de la creación. Estos encuentros se producen a nivel del artista con la modelo; entre el individuo y el grupo o los encuentros entre los diferentes estilos que se agrupan" Entre estos encuentros, según la comisaria, es muy importante "por suimplicación en la esfera pública el del artista y el pueblo". Por ello,la exposición presta atención especial al cartel y a las exposiciones internacionales "espectáculos propagandísticos en los que los artistas intentaban implicarse".


Dos mujeres contemplan una de las obras incluida en "Encuentros con los años treinta", la muestra con la que el Museo Reina Sofía de Madrid conmemora el 75 aniversario del Guernica, de Picasso. Se trata de una muestra de 2.000 metros cuadrados en los que se exhiben alrededor de 400 obras de algunos de los más importantes artistas del siglo XX. EFE

El recorrido, dividido en seis secciones, se inicia con los "Realismos" representados por artistas como Siqueiros, Ben Shahn, Guston o Beckman, mientras que en "Abstracción" se exhiben obras de Hans Arp, Moholy-Nagy, Josef y Anni Albers, John Cage, Merce Cunningham, Robert Rauschenberg o Joaquín Torres García. A estos nombres se unen en el recorrido los de Klee, Baumeister, Kandinsky, Calder, Mondrian o Hans Arp.

El apartado sobre los proyectos nacionales e internacionales muestra cómo las grandes exposiciones constituyeron los escenarios donde se ponía de manifiesto el papel de los artistas en los proyectos gubernamentales.

La sección dedicada al "Surrealismo" se articula a partir de las exposiciones internacionales surrealistas en las que se mezclaron nombres como Miró, Arp, Picasso o Ernst. Obras de Óscar Domínguez, Breton, Roland Penrose, Magritte, Picasso, Matta o Dalí documentan también esta sala.

El cine y la fotografía se incorporaron en los 30 a la corriente de la cultura de masas. Paul Strand, Man Ray, Moholy-Nagy, o Rodchenko, son algunos de los presentes en este bloque en el que se proyecta la pieza de Walker Evans "Travel Notes" (Tahiti,1932), del Metropolitan de Nueva York.

La segunda planta del museo muestra la sección dedicada a la Segunda República, la Guerra Civil y el Exilio. En este espacio tiene especial relieve el Pabellón Español en la exposición internacional de París de 1937, con el Guernica como eje central.


Por Mila Trenas


Fuente:EFE

EL ARQUERO QUE COSTÓ 20 MIL PESOS


La obra fue presentada en 1910 y la compró la Ciudad. Se luce en Alcorta y Pueyrredón.
Heracles arquero. Es considerada una de las obras cumbre del artista francés Emile Antoine Bourdelle. Fue restaurada en 2005. / fernando de la orden

Por Eduardo Parise

En el mundo hay muchas copias. Una está en Nueva York. Otra en el Musée d’Orsay de París. Una más puede verse en la ciudad de Toulouse. Y hay otra instalada en el jardín de esculturas del Trammell Crown Center de Dallas, en Texas. Pero si algún residente de Buenos Aires quiere conocerla, no necesitará hacer tantos kilómetros. Le alcanzará con llegar hasta la plaza Dante, en el cruce de Figueroa Alcorta y Pueyrredón y podrá admirarla, en vivo y en directo. Se titula “Heracles arquero” y se la considera una de las obras cumbre de Émile Antoine Bourdelle.
Realizada en 1909 por un encargo del financista y mecenas Gabriel Thomas, fue presentada en el salón de la Sociedad Nacional de las Bellas Artes que se realizó en 1910. Fue tal el impacto que causó que unos años después la Municipalidad porteña decidió comprarla. Y aunque como dice una publicidad, en la vida hay cosas que no tienen precio (y mucho menos si se trata de arte), por ella se pagaron 20.000 pesos.
A la obra los especialistas suelen definirla como una bisagra en la historia de la escultura del siglo XX. Todo porque, a pesar de que mide 2,40 metros de alto por 2,30 de longitud y sólo pesa poco más de 500 kilos, esa pieza hecha en bronce es una especie de mojón inicial en el camino hacia la modernidad. Y no se cansan de elogiar el arte de Bourdelle (aquel discípulo de otro grande como Auguste Rodin) que vivió entre 1861 y 1929.
En un primer momento se la había instalado en la plaza Lavalle, cerca de Tribunales. Pero ya en 1944 se decidió ubicarla en esa plazoleta cercana a la Facultad de Derecho, donde estuvo hasta 2001. Después, por temor a que sufriera daños, tuvo una etapa de ostracismo en talleres de la Dirección de Espacios Verdes. Pero en 2005, restaurada y con un anclaje especial, volvió con todos sus brillos a su lugar histórico.
“Heracles arquero” se inscribe en la admiración que Bourdelle tenía por el arte clásico. En ese trabajo buscó reflejar la historia de aquella figura mitológica quien, con sus flechas, debía matar a las aves que ocupaban la zona del bosque y el lago Estínfalo. La leyenda griega cuenta que esas aves (tenían picos, alas y garras de bronce) no sólo mataban al ganado sino que también, con sus excrementos venenosos, dañaban los cultivos. Esa lucha del héroe contra aquellos monstruos voladores es la que se refleja en esa obra llena de fuerza, tanto en la tensión que hay en el brazo y el arco, como la que aparece en la rodilla que el hombre apoya sobre la tierra y en el pie contra la piedra que le sirve de sostén.
También vale destacar las facciones fuertes de esa figura desnuda: los ojos rasgados, una nariz que es casi una prolongación de la frente y unos pómulos bien marcados, lo que demuestra que el artista sabía darle calidez a algo esencialmente frío como el bronce. Todo eso sumado a una composición llena de un equilibrio maravilloso que ya tiene más de un siglo.
Que este conjunto escultórico tan bello esté en ese lugar de Buenos Aires tampoco es casual. Primero, por la cercanía con otra gran creación de Bourdelle: el monumento ecuestre a Carlos María de Alvear, un trabajo al que el propio autor señaló como su obra maestra y al que los especialistas consideran el más bello del mundo en ese tipo de realizaciones. Y también porque a unos metros de “Heracles arquero” se ubica “El centauro moribundo” o “El último centauro”, un bronce patinado que este gran autor francés (alguna vez galardonado con la Orden de la Legión de Honor) hizo en 1914 y que, para nuestro orgullo, está igualmente dentro del patrimonio porteño. Pero esa es otra historia.

Fuente: clarin.com


LOS CARNICEROS: SÓLO PINTURA EN SAN ISIDRO

A la manera de un manifiesto underground, y en un espacio con sello propio, Sergio Bazán presenta la obra de cinco jóvenes con poéticas y perspectivas creativas singulares.


Por Daniel Gigena / LA NACIÓN

Impactante muestra de un colectivo de artistas curada por Sergio Bazán, que establece dinámicas entre arquitectura, fotografía y pintura, abstracción y nuevas poéticas, ensayo y práctica de una teoría sobre la lógica pictórica. Diseñado por Clorindo Testa, el espacio de la Fundación Lory Barra, en el Bajo de San Isidro, una suerte de hangar con vistas a un campo de hockey, se ajusta al menú visual de Los Carniceros. Luego de una antesala que fija los umbrales de la muestra con una obra de cada artista, una selección de varios trabajos individuales permite, si no definir, circunscribir un estilo, una semántica, incluso el progreso de una imaginación en acto.
Las obras de Pablo Van Lierde (1982), organizadas en módulos yuxtapuestos o enfrentados, apelan a una estética que, con humor y actitud antropofágica, entrecruza homenajes a la Nueva Figuración (como en su retrato siamés de Deira y De la Vega) o a Gustav Klimt con los recursos gráficos del cartel y el cómic. En su mayoría acrílicos, el uso del óleo o el aerosol cumple funciones gestuales que desafían la aparente armonía compositiva de un trabajo en pos de un único cuadro de magnitud colosal. De la abstracción a una serie de flores, los óleos de Natalia Lo Bello (1976) despliegan un proceso aditivo que conjuga color y técnica. Mediante un elemento común semejante a un pétalo, un triángulo, un fractal, sus pinturas dan forma a frondas, floraciones y cielos a la manera de un impresionismo maquinizado, en el que la pincelada (pixelada) subordina su efecto luminoso al conjunto.
Aeropuertos despoblados, museos metropolitanos y rascacielos son las plataformas figurativas en las que se apoya la búsqueda expresiva de Luciana Levinton (1977). Una paleta enrarecida por rosados fantasmales, planos violetas y segmentos agrisados se electriza por líneas y trazos fluorescentes. Temporal y térmica a la vez, su obra trata los interiores como panoramas, las fachadas como croquis, las proporciones como paisajes, y crea la ilusión de un ojo escénico.
Diez telas gigantescas concebidas a partir de un motivo minúsculo -variaciones de una forma (¿una gota invertida, un rostro sin rasgos, una nuca, un globo?) sobre un plano- sirven a Magalí Milkis (1978) para configurar tal vez la experiencia más extraña de la muestra. Esas figuras alineadas, bicolores, que alternan entre la opacidad y el brillo, aisladas, mudas como ovnis, ¿qué significan? En algunas, el retrato vacío de un cráneo posee más capas de materia; en otros, el fondo hace de la imperfección deliberada una virtud plástica: son los espectadores los que, ante el espejo de la sombra, completan la obra.
Emparentados por cierta simpatía por la desfiguración, los óleos de María Ferrari Hardoy (1976) reflexionan sobre los registros del pasado. A partir de fotografías de diarios y revistas que representan escenas prosaicas (hombres que dialogan en un set ante una cámara; hombre cruzado de piernas; hombre en un teatro con su doble? Sólo hombres encarnan las fábulas casi epistémicas de la artista), el trabajo de la pintura inviste de drama las figuras que se descomponen en fondos irreales, como para que la mirada descubra allí un campo de fuerzas debajo del soporte, un teatro filosófico del destino de las imágenes..

Fuente: ADN Cultura La Nación

SECRETOS DEVELADOS
DEL BARCO HALLADO EN PUERTO MADERO


Hay desde vasijas hasta cañones. Para los arqueólogos son piezas únicas y retratan cómo eran el estilo de vida y las costumbres de ambos lados del océano durante el siglo XVIII.

Recipientes y vasijas. Dentro de una vitrina, para preservarlas y protegerlas en la muestra. / fotos: Andres D’Elia
Por Romina Smith

“¿Y fue por este río de sueñera y de barro, que las proas vinieron a fundarme la patria? Irían a los tumbos los barquitos pintados entre los camalotes de la corriente zaina” . Paloma lee un folleto, y no entiende bien. Le pregunta a la mamá: “¿Y qué es “zaina”, mamá?”. La mamá ríe. El sol pisa el patio afuera, y adentro sólo hay decenas de tesoros que a Paloma no la dejan de asombrar. “Será que quiere decir traidora, corriente traidora”, arriesga la mamá. El primer párrafo de “Fundación Mítica de Buenos Aires” , el más porteño de los poemas de Jorge Luis Borges, atraía ayer desde la carta de presentación que la Ciudad eligió para poner en contexto “Los misterios de un naufragio en el Río de la Plata”, la muestra que se armó en la misma casa donde vivió el Virrey Liniers y que reunirá, durante dos meses, parte de los objetos del barco español hallado en una excavación en Puerto Madero .
La exposición incluye decenas de objetos y en ellos, todos detalles de la vida que iba y venía de España en el siglo XVIII. Tesoros que sirven para ver cómo se vivía en esa época en uno y otro lado del océano. A Rocío, de 8 años, otra de las nenas que ayer recorrían los salones de esa casona, una de las más antiguas que aún sigue en pie en Buenos Aires y que está sobre la calle Venezuela al 400, en Monserrat, también le atraían las cosas que se veían bien cuidadas en las vitrinas. Vio, por ejemplo, una enorme foto panorámica de la embarcación, y hasta un cañón. “Parece el barco de Peter Pan, el de Garfio”, le dijo al papá, Antonio Florentin, vecino de Congreso. “Vinimos porque estamos cerca y porque a ella le atraen mucho los museos”, contó él.
Entre los pasillos también estaba Javier García Cano, el arquitecto especializado en arqueología subacuática. Eufórico, contaba a unos y otros cada detalle de lo que se estaba mostrando. “Esas vasijas de cerámica están algunas enteras, otras fragmentadas, pero son todas únicas . Sólo hay dos lugares arqueológicos dónde se pueden ver este tipo de objetos: acá y en Cuba”, explicó. También se encontraron y se exhiben objetos de uso cotidiano como pipas, utensilios de labranza y personales que formaban parte de la carga, clavos, tachuelas y elementos de construcción (todos de hierro) y hasta cuatro cañones que habrían sido traídos no para defenderse de ataques sino para ser comercializados.
Pese a que un cartel sostenía que las precisiones sobre lo que le pasó al “galeón” son muy pocas contra las preguntas que despierta su hallazgo, ayer García Cano, que formó el equipo con Liliana Barela (directora de Patrimonio e Instituto Histórico) y otros expertos, intentaba calmar las dudas. “Los que vienen acá pueden ver cómo era la vida común de la gente del siglo XVIII, eso tiene un gran valor. Este era un barco mediano, capaz de cruzar el océano Atlántico , una embarcación mercante que hacía que Buenos Aires existiera en el siglo XVIII gracias a que traía madera, metales y piedra”, explicó el especialista, que formó parte del equipo desde que se produjo el hallazgo, en diciembre de 2009, mientras se realizaba la excavación para una obra en Puerto Madero.
“Esta muestra encuentra los orígenes de la Ciudad, de nuestra nacionalidad. Y se hizo un trabajo acorde a este gran descubrimiento que ahora todos pueden ver”, cerró Hernán Lombardi, ministro de Cultura de la Ciudad.

Fuente: clarin.com

LA JOVEN MONA LISA:
HABRÍA UNA VERSIÓN ANTERIOR DE LA GRAN OBRA

Leonardo pudo haber pintado a la misma modelo para dos encargos distintos. La Mona Lisa Foundation, de Zurich, dice que es un trabajo que Da Vinci dejó sin terminar. Hay polémica.

Una vez más –y no será la última– Leonardo Da Vinci y su Mona Lisa son noticia: es que ayer, en Ginebra, se presentó una presunta versión anterior de la obra más famosa del genio del Renacimiento. La Gioconda revelada habría sido pintada entre diez y doce años antes que la que está en el Museo del Louvre, lo que le da un aspecto más juvenil.
Fue la Mona Lisa Foundation, con sede en Zurich, Suiza, la que hizo el anuncio, a la vez que publicó un libro de 320 páginas en el que a través de documentos históricos y de la opinión de expertos intenta avalar el parentesco entre ambos cuadros. “Leonardo dejó sin terminar un retrato anterior de Mona Lisa en el que está flanqueda por columnas”, sostuvo un comunicado de la fundación que establecía que la investigación duró 35 años.
Esta versión fue pintada sobre un lienzo, a diferencia del célebre retrato que está plasmado sobre madera. El título de la obra que habría empezado a pintarse en 1503 es “Mona Lisa de Isleworth” en referencia al lugar de residencia de Hugh Blaker, el coleccionista inglés que “la descubrió” antes de la Primera Guerra Mundial. Años más tarde el estadounidense Henry Pulitzer la compró y a la muerte de su esposa, la obra fue adquirida por un consorcio privado que se mantiene en el anonimato y que pidió la creación de la fundación suiza para que analizara la evidencia histórica del vínculo entre los dos cuadros.
Como cada vez que hay novedades alrededor de la Mona Lisa, surgió la controversia.
Según los investigadores de la fundación, Da Vinci habría pintado las dos obras de la misma modelo para dos personas distintas, y en lugares diferentes. En el caso de la Mona Lisa más joven, la fundación sostiene que el genio florentino pintó el retrato de Lisa Gherardini a petición de su marido, Francesco del Giocondo. La clásica habría sido pintada para Giuliano de Medici, el mecenas.
Joe Mullins, un forense especializado en imágenes que trabaja para el FBI, “rejuveneció” el rostro del famoso cuadro y aseguró que “se trata de la misma persona”. Otro argumento válido para la fundación es que Rafael pintó, en 1504, a una mujer en la misma posición que la Gioconda y con un fondo similar a la obra de 1503, justo después de visitar a Leonardo. Y no sería el primer caso en que Da Vinci hizo dos versiones de un trabajo: lo mismo ocurre con La Virgen de las Rocas.
Sin embargo, hay detractores: el historiador del arte Martin Kemp, especializado en la obra de Da Vinci, desestima la teoría, entre otras cosas porque “traduce mal detalles sutiles del original, incluyendo el velo, el cabello y la estructura de las manos”.
Desde París, el Museo del Louvre mantuvo el silencio.

CON EL ARTE EN EL ADN: VIRGINIA VERSTRAETEN

                                             

VIRGINIA VERSTRAETEN 
Graduada como fotógrafa profesional en la Escuela Argentina de Fotografía, EAF, la jovencísima fotógrafa argentina Virginia Verstraeten, dejó ya de ser una promesa para convertirse en la palpable realidad profesional que podemos comprobar aquí.
Desde el año 2009, Virginia está haciendo producciones fotográficas de manera independiente para bandas de música, actores y modelos, algunos de los cuales pueden verse aquí y trabajando en proyectos artísticos personales.
Desde 2010 ha venido exponiendo sus obras en diversos centros culturales. En 2012, quedó seleccionada para exponer en el marco del Festival de la Luz.
Se pueden ver trabajos personales suyos entrando al siguiente link:

http://www.flickr.com/monochrome-life/
























































AUTORRETRATO




Virginia, de sólo 22 años, lleva al arte impreso en su ADN, puesto que es la hija mayor de dos jóvenes y reconocidos profesionales argentinos: el fotógrafo y editor Xavier Verstraeten y la diseñadora gráfica e ilustradora Virginia Piñón.                                                                            














     Xavier Verstraeten ......................                   Virginia Piñón                                


Virginia Piñón

Nació en Buenos Aires. Es ilustradora y directora de arte.
Estudió Bellas Artes y se graduó en Diseño Gráfico en la Universidad de Buenos Aires.
Ilustró más de 25 de libros de literatura infantil y juvenil, revistas femeninas y libros escolares para editoriales prestigiosas de Argentina, junto a escritores de renombre.
Además se especializó en el diseño de coffee table books y catálogos de arte.


Xavier Verstraeten


Se gradúa con honores y obtiene el título de Industrial Scientific Photographic Technology en el renombrado “Brooks Institute of Photography” en U.S.A.. Comienza su carrera profesional colaborando con diversos fotógrafos y directores de arte de las ciudades de Londres y Nueva York y en la realización de trabajos para las publicaciones “House & Garden”, “Architectural Diggest” y “The New York Times”.
A su regreso, en Buenos Aires toma a su cargo la fotografía y publicidad de la revista D&D y es nombrado fotógrafo oficial de Casa FOA. También es convocado por las revistas “Elle”, “Veranda”, “A&D”, “Claudia”, “Sojourn” y “Summa”, entre otras, para la realización de sus producciones fotográficas.
Experto en el manejo de la luz natural y en la aplicación de las últimas tecnologías de la imagen digital, vemos materializada su competencia en los libros: “Estancias Argentinas”, “Mesas de Buenos Aires”, “Cafés de Buenos Aires”, “El Palacio Bosch”, “La Catedral de San Isidro”, “La Influencia Arquitectónica Francesa en Buenos Aires”, "Mar del Plata Golf Club", "La Corte Suprema de Justicia de la Nación", etc.
En 1995 funda su propio sello editorial enfocado a la edición de libros de carácter cultural y artístico.
Como fotógrafo y editor publica los siguientes títulos: "Tortugas Country Club", "Golf Courses & Links de Argentina", "Club Náutico San Isidro", "Ponchos de las Tierras del Plata", "Discovering the Classic Interiors of Buenos Aires", "Buenos Aires Arquitectura y Patrimonio", "Universidad Nacional de Tucumán", "Buenos Aires Art Nouveau", "La Corte Suprema de Justicia de la Nación", "La Mansión Alzaga Unzué", "Buenos Aires Art Déco", "Argentina, Patrimonio Cultural y Natural - Album del Bicentenario", entre otros. Por este último, recibe el premio al “Mérito Geográfico 2009”, otorgado por la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos.

Considerado uno de los fotógrafos más talentosos de la Argentina, el trabajo de Verstraeten revela una combinación de balance y dedicación que se ven reflejadas en sus imágenes.



Virginia, derecha, y su hermana Cristina, retratadas por su padre, el fotógrafo Xavier Verstraeten.


A 150 AÑOS
DE LA INAUGURACIÓN DEL MONUMENTO AL LIBERTADOR


SAN MARTÍN, DESDE EL BRONCE, SEÑALA HACIA CHILE. ÉSTE FUE NUESTRO PRIMER MONUMENTO ECUESTRE. EL CABALLO, IDEALIZADO, DISTA MUCHO DE LOS CRIOLLOS QUE USÓ EL LIBERTADOR EN SUS CAMPAÑAS: ES MEDIO ÁRABE Y TRATADO DE UN MODO TOTALMENTE EUROPEIZANTE. PARECE INSPIRADO EN UNA PINTURA DE THÉODORE GÉRICAULT.

El 13 de julio de 1862, se inaugura en la Plaza del Retiro, actualmente plaza San Martín, el monumento al General José de San Martín, del escultor francés Luis Daumas, acto en el cual el Presidente de la Nación, General Don Bartolomé Mitre, pronunció un magnífico discurso cuyo comienzo dice: “Al fin señores, después de larga y tenebrosa noche de ingratitud y de olvido, la gloria de San Martín se ha levantado como una estrella en el cielo americano. La República del Perú, la primera que le decretó en vida una estatua, ha glorificado dignamente su memoria y ha atendido generosamente a sus descendientes...” El General Benito Nazar, guerrero de la Independencia, tuvo el honor de ser el jefe de las tropas que rindieron los honores decretados al Gran Capitán y, junto con los cuerpos de línea, lucían sus entorchados los veteranos guerreros de la Independencia.


LA PLAZA EN UNA FOTO DE ÉPOCA, CUANDO TODAVÍA ESTABA EN PIE EL PABELLÓN ARGENTINO, A LA IZQUIERDA DEL MONUMENTO. EL PABELLÓN, QUE HABÍA SIDO TRAÍDO DESDE PARÍS, FUE DESGUAZADO EN 1934. ATRÁS DEL MONUMENTO, SE VEN LA BASÍLICA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO Y EL PLAZA HOTEL. TODAVÍA NO ESTABA EL EDIFICIO KAVANAGH, QUE SE EMPEZÓ A CONSTRUIR EN 1934 Y FUE INAUGURADO EN 1936.

Pabellón Argentino en Plaza San Martín

En la Gran Exposición de París de 1889, para conmemorar los 100 años de la Revolución Francesa, la Argentina presentó un pabel?ón diseñado por el arquitecto francés Albert Ballú, que obtuvo el primer premio entre los pabellones de países extranjeros y estuvo emplazado muy cerca de la Torre Eiffel.
Era un edificio desmontable para poder ser transportado a Buenos Aires al finalizar la exposición.
En febrero de 1890, el edificio empezó a ser desarmado. Se embarcaron 6.000 bultos en la barca naval "Ushuaia", algunos de los cuales fueron arrojados al mar en el trayecto, debido a una tempestad: la carga inicial pesaba1690 toneladas. El Pabellón, desarmado, llegó a Buenos Aires a fines de 1890.
En 1893, se lo ubicó en la parte superior de lo que hoy es la plaza San Martín. La municipalidad le había concedido la reconstrucción y explotación comercial a una empresa que, al lado del Pabellón, instaló una confitería para la venta de cerveza. A un costado de la barranca, y con vista hacia la calle Florida, había una gran terraza, desde donde se divisaba el río. La entrada del Pabellón se hallaba en Arenales 651, entre Maipú y Florida.
Tras los festejos del centenario de 1910, el Pabellón fue ocupado por el Museo de Bellas Artes hasta 1932, cuando se decidió su desguace.
El Pabellón fue desarmado en 1934, en las obras de ensanche de la Plaza San Martín y los grupos escultóricos que lo integraban fueron dispersados por la ciudad. En pleno fervor modernizador, la demolición del Pabellón fue vendida en remate y por muchos años se perdió el rastro de la gran estructura metálica.
Investigaciones realizadas por Olga Vitali, permitieron ubicar en 1998, en un terreno del barrio e Mataderos una parte de la estructura original, convertido en galpón de una herrería, y también encontró un plano donde se indica donde se enterraron los restos de la obra que fueron destruidos.


UNA FOTOGRAFÍA DEL PABELLÓN ARGENTINO EN PLAZA SAN MARTÍN.


OTRA FOTO DE ÉPOCA. EN PRIMER PLANO, EL MONUMENTO A SAN MARTÍN Y ATRÁS, EL PALACIO PAZ.

EL PABELLÓN VISTO DESDE OTRO ÁNGULO EN UNA POSTAL DE LA ÉPOCA.
UNA TOMA ACTUAL DEL MONUMENTO.
EL REGIMIENTO DE GRANADEROS A CABALLO, ESCOLTA PRESIDENCIAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA, RINDIENDO HONORES A SU CREADOR, EL GENERAL JOSÉ DE SAN MARTÍN FRENTE AL MONUMENTO QUE LO RECUERDA, QUE ESTÁ EMPLAZADO EN EL MISMO LUGAR DONDE ESTABA EL PRIMITIVO CUARTEL DEL RETIRO, LUGAR DONDE EL LIBERTADOR RECLUTÓ Y ENTRENÓ A LOS PRIMEROS HOMBRES QUE LO INTEGRARON EN 1812, HACE JUSTO 200 AÑOS. CON ELLOS LES DARÍA LA LIBERTAD A TRES PAÍSES, HONOR ÉSTE QUE NO PUEDE OSTENTAR NINGÚN OTRO REGIMIENTO DEL MUNDO.
UNA VISTA AÉREA DE LA PLAZA CON EL MONUMENTO AL GENERAL SAN MARTÍN. ALREDEDOR, DE IZQUIERDA A DERECHA SE DISTINGUEN AMERICAN EXPRESS, EL EDIFICIO KAVANAGH Y EL HOTEL PLAZA, EL NACIMIENTO DE LA CALLE FLORIDA, PARQUES NACIONALES, LA CALLE MAIPÚ, CORTADA POR LA PLAZA, Y EL PALACIO PAZ, QUE FUE MANDADO A HACER POR JOSÉ C. PAZ, FUNDADOR DEL DIARIO LA PRENSA, Y HOY EN DÍA ES SEDE DEL CÍRCULO MILITAR Y DEL MUSEO DE ARMAS DE LA NACIÓN.