NOÉ: "NUEVA FIGURACIÓN ERA PICASSO"

Arte / Entrevista
Exhibe sus obras en Muntref, prepara un libro sobre su larga carrera, es uno de los grandes referentes de la escena argentina y habla del striptease de la pintura y la imagen en red.

Por Celina Chatruc / LA NACIÓN

Hay cajas llenas de fotos en blanco y negro sobre la mesa y las sillas de esta casa porteña del siglo XIX donde sus hijos buscaron recuerdos días atrás, antes de volver a París. En las paredes del comedor faltan dos grandes cuadros: uno se acaba de vender y otro integra su muestra actual en el Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Muntref). Pero la ausencia más notoria es la de su mujer, Nora Murphy.
Desconcertado por la muerte reciente de su compañera durante 55 años, Luis Felipe Noé recibe a adn mientras revisa esas fotos para ilustrar un libro que abarcará, en dos tomos, su vida y obra. Ardua tarea, ya que este artista de 79 años entró en la historia del arte argentino antes de cumplir los 30 como integrante del grupo Nueva Figuración; vivió en París y Nueva York; representó al país en la Bienal de Venecia; ganó, entre otros premios, el Konex de Brillante a las Artes Visuales, e incluso fundó un bar mítico: el Bar-bar-o.
Hoy dirige con Eduardo Stupía "La línea piensa", proyecto centrado en el dibujo, en el Centro Cultural Borges. A la exposición en el Muntref (ver recuadro) se sumó días atrás otra en Montevideo, con sus ilustraciones del libro Memoria del fuego , de Eduardo Galeano, y en noviembre hará su muestra anual en la galería Rubbers. Como si esto fuera poco, planea continuar sus ensayos teóricos sobre el arte, ya compilados en Antiestética (1965) y Noescritos (2007), en un libro centrado en "el striptease de la pintura".
-En Noescritos termina hablando de la crisis de la imagen. ¿En qué estado se encuentra la imagen hoy?
-Un autor alemán publicó un ensayo cuyo título lo dice todo: "Muchas imágenes, ninguna imagen". En un mundo de la imagen se tapona, por desconcierto, que el hombre construya su imagen del mundo. Creo que eso se unió a lo que llamo el striptease de la pintura. Hubo una época, desde el Renacimiento hasta el Romanticismo, de la "vestimenta de la pintura"; luego, entre el Romanticismo y el arte conceptual, viene el striptease , la voluntad de la pintura de sacarse de encima los contenidos literarios y entender su propia estructura abstracta; de ir emparentándose y conociendo su relación con la música. El striptease termina con el arte conceptual, a mediados de los años 60. Ahí surge el gran desconcierto, una verdadera crisis de qué es lo que se propone, con propuestas que van desde el hiperrealismo hasta la acción. Ahora es un tiempo de coctelera: la coctelera de la historia, de los procedimientos, de las experiencias... El intercambio entre el concepto de lo estático y el de velocidad, que es lo que más me interesa.
-También escribió que la imagen tenía que pensarse en red...
-Es lo que siento que se viene como concepto de imagen en el siglo XXI: la imagen en red. El intercambio, la interrelación de todo. Cómo un lenguaje aprende de otro lenguaje, y viceversa. Eso ya comenzó en el siglo XX, pero creo que cada vez se agudiza más. El mundo es tan veloz que las divisiones y las categorías existen pero van asimilando la esencia de las otras.
-¿Hay una síntesis?
-No creo mucho en las síntesis. Creo en el aglomerado de experiencias. El concepto de síntesis es un concepto del siglo XX: "cada vez menos". Hubo un momento en que en el striptease de la pintura se llegaba al cuadro vacío, de una sola línea, de un solo color... Y ahora creo que es lo contrario: "cada vez más", interrelacionar todas las experiencias.
-¿Se podría decir que la imagen está volviendo a ponerse esa ropa que se sacó?
-Totalmente. Pero de una manera distinta. Es como si tuviera la ropa en el piso y se la vuelve a colocar, pero en usos diferentes de los que estaban previstos.
-¿Y en qué orden se la coloca?
-Ah, no sé... Ésa es la libertad creativa.
En el taller de Noé, ese ejercicio de "vestimenta" se va improvisando a medida que avanza la obra, sin bocetos. A mitad de camino se ponen los títulos, que funcionan como "una flecha para la concreción final" de una imagen que expresa caos y velocidad mediante un perfecto equilibrio de dibujo y pintura, abstracción y figuración.
-En esa imagen actual, ¿hay una renovada vigencia del dibujo?
-Sí, absolutamente. Porque hay un nuevo entendimiento del dibujo. Antes lo trataban como arte subordinado a la pintura y, por lo tanto, era como un arte menor. Dibujar era ante todo representar y después, si uno continuaba representando bien, agregaba color. Creo que ahora el dibujo se entiende desde lo abstracto, aun cuando uno represente. Es entender la figuración desde la abstracción. A mí el nombre "Nueva Figuración" nunca me gustó.
-¿Por qué?
-Nueva Figuración era Picasso. A mí me gustaba la paradoja: "Figuración Abstracta". Siempre he amado mucho las paradojas, porque son como objetos cóncavos y convexos. Creo que todo el mundo es más o menos cóncavo-convexo. Todo tiene su reverso. Lo malo es que siempre las cosas se definen de un solo lado.
-¿El arte ayuda a ver esas paradojas sin juzgarlas?
-Depende de cada uno... Cuando se habla del "arte"... ¿Qué es el arte? El arte es entenderse con el mundo más allá de lo pragmático. La característica fundamental del ser humano es nombrar las cosas. El lenguaje se convierte en una rutina, en una cosa que se repite, y uno pierde la conciencia del nominar, porque utiliza los nombres ya hechos. Creo que la función del artista es seguir nominando las cosas.
-O sea que el artista no da nada por sentado.
-Los malos artistas dan todo por sentado. Ésa es la diferencia entre los que creen en la academia y los que no. El problema de enseñar arte es justamente dar normas, enseñar el oficio. El oficio, ante todo, es algo que se inventa.
-¿El arte no se puede enseñar?
-Se puede suscitar. Suscitar el juego. Porque todo es un juego. Cuando digo juego no digo algo menor, digo ir entendiéndose con la vida, con aproximaciones... Es ir armando el rompecabezas que es la vida, pero desde el propio punto de vista.

"Caos es el nombre de nuestros temores"

"El punto de partida es lo que he hecho en este siglo. Estoy cansado de las etiquetas que me hacen sentir la viuda de un pintor que vivió en los años 60; por el contrario, creo que mi obra ha madurado muchísimo", dice "Yuyo" Noé sobre la muestra Visiones/re-visiones . Curada por él mismo junto con Eduardo Stupía, Cecilia Ivanchevich y Diana Wechsler, reúne en el Muntref decenas de obras realizadas en la última década, en diálogo con otras anteriores. "Eso muestra una coherencia -agrega-; no solamente una evolución sino también una interrelación de intereses."
La exposición se detiene a su vez en la obra teórica de Noé, que acompañó su producción pictórica a lo largo de más de cinco décadas y que lo destaca del resto de los artistas argentinos. No podían faltar las reflexiones sobre un tema central en su trabajo, el caos, al que define como "todo aquello que sentimos como desafío de nuestro concepto de realidad. Caos es el nombre de nuestros temores, de nuestros límites".
-¿Cómo asume hoy el caos, en un momento tan caótico en la Argentina y en el mundo?
-Yo creo en el caos. Caos para mí no es desorden; es la transmutación permanente de las cosas y su interrelación. Es como cuando en física hablan de la "teoría del caos", y en realidad se refieren a lo impredecible/imprevisible. No solamente en física todo es impredecible en la actualidad, sino que lo es en todos los órdenes: político, económico, y demás. En el caos es imposible "poner orden", una expresión que les encanta a los militares, porque es querer fijar lo que no se puede fijar. Si creyéramos en el orden, estaríamos todavía en el Imperio romano o en la época de los dinosaurios. Creo que vamos en camino de un mundo cada vez menos hegemónico; la crisis del primer mundo es una clave.

Ficha:
Visiones/Re-visiones , de Luis Felipe Noé, en el Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Muntref), hasta el 23 de septiembre.


Fuente: adn Cultura

ARRANCA MAÑANA LA BIENAL DE ESCULTURA



 

EN LA CALLE. 550 ESCULTURAS.

“La Profecía”, en Resistencia, se va a poder ver y tocar. Es más: se verá cómo se desarrolla, a plena luz del día, en la calle, en doce versiones. Es que “La Profecía” es el lema de la edición 2012 de la Bienal Internacional de Esculturas que se celebra desde 1998 en la capital chaqueña. Esta edición arranca mañana y durará hasta el 28.
Estas profecías, inspiradas en las mayas, se realizarán en mármol travertino. De 210 escultores de 54 países inscriptos, fueron seleccionados: Néstor Vildoza, de Argentina; Kamen Tanev, de Bulgaria; Im Ho Young, de Corea del Sur; René Negrin Méndez, de Cuba; Mahadev (Anand) Prebhudesai, de India; Alessio Ranaldi, de Italia; Baku Inoue, de Japón; Carlos Monge, de Méjico; Mario López, de Portugal; Elias Naman, de Siria/Italia; Wang Lan-Biao, de Taiwan y Aldo Shiroma Uza, de Perú.
La Bienal, en una ciudad que tiene 550 esculturas en veredas y parques, es un evento multitudinario, un espectáculo y un taller de arte porque ofrece la posibilidad de compartir el trabajo diario y extendido de cada uno de los consagrados artistas en competencia.
Además de la competencia principal, se desarrollarán muchos otros eventos. Entre esos proyectos, se destaca la obra colectiva que realizarán los pueblos originarios con la participación del escultor Juanjo Mosca y la denuncia escultórica de Alejandro Arce y Gonzalo Colombo, que esculpirán animales naturales de Chaco, en peligro de extinción.

Fuente: clarin.com

DE KOENIGSBERG: EL PAISAJE SOY YO


Plantas, cielos, un río... El tema no importa: es solo una vía hacia la pintura


 AL INVIERNO NARANJAS, 2011. Acrílico sobre tela, 180 x 200 cm

POR MERCEDES PEREZ BERGLIAFFA


Hay que proseguir el ensayo, no importa que debamos improvisar’. Me enamoré de esos versos de Roberto Juarroz no bien los leí. Era como si él escribiera lo que yo pintaba; como si él detallara que no importa lo que pinto –el paisaje–, sino el intento del color. Que el tema es, en mi caso, una excusa”. Maggie de Koenisgberg explica así por qué, entre las inmensas pinturas que actualmente exhibe en la Sala 6 del Centro Cultural Recoleta, decidió exponer también los versos del escritor.
Sus obras cuelgan como una gran explosión de color. Como un gesto expansivo de esa riqueza cromática tan característica de la artista: los cielos son verdes, los ríos amarillos, los campos rojos… y luego todo cambia con el mismo paisaje pintado en la obra de al lado: allí los campos son amarillos, el río, naranja, el cielo, rosa. Y ese placer en la reunión y la dispersión de la materia –el óleo–, a gran escala, como el testimonio de un abrir y cerrar de brazos con el pincel en la mano. Como la secuela de un acto de generosidad. Una caricia enérgica hecha con el cuerpo.
En todas estas pinturas hay una río, siempre central, siempre fugando hacia el horizonte. Arbustos crecen a los costados, y cielos lagrimean. Y no por tormentas, sino porque en ese punto, Maggie decidió pintar con aguadas.
“El río es importante. Pero en realidad quiero llevar la reflexión hacia la pintura, hacia esa cosa compulsiva que tiene. Repito el tema para dirigir la mirada no hacia la imagen sino hacia lo que pasa ahí dentro: la pintura, el color.”, dice la artista.
Sus series anteriores siempre presentaban enormes flores pesadas, carnívoras, que ahora casi desaparecieron. “Sí, empezaron a desaparecer –comenta la pintora. Al principio sentí un vacío. Pero después apareció nuevamente y en primer plano, la pintura.” “También la flor es un ensayo”, dice Juarroz. Hay que seguir, hay que seguir, dice esta Maggie, enamorada, esta vez, del río que no es río sino la excusa; de la pintura que no es obra sino paisaje. De la imagen que no es paisaje sino que es Maggie: su propia voz interior.
FICHA
Maggie de Koenigsberg. Esto no es un paisaje
Lugar: Sala 6, Centro Cultural Recoleta, Junín 1930.
Fecha: hasta el 22 de julio.
Horario: martes a viernes, 14 a 21; sáb, dom y feriados, 12 a 21.
Entrada: gratis.
Fuente: Revista Ñ Clarín

HABRÍAN HALLADO EN FLORENCIA
LOS RESTOS DE LA VERDADERA MONA LISA

Cultura / Excavaciones en un convento
Arqueólogos intentarán reconstruir el cráneo para compararlo con la obra de Da Vinci


Los arqueólogos reanudaron las excavaciones en el convento medieval Sant'Orsola, de Florencia. Foto: AFP 

El descubrimiento de tres tumbas en el patio del convento medieval de Sant'Orsola, en Florencia, donde murió Lisa Gherardini, reaviva la esperanza de un grupo de arqueólogos italianos de poder confirmar si la viuda del comerciante Francesco Del Giocondo fue la modelo en la que se inspiró Leonardo da Vinci para retratar a La Gioconda.

El año pasado el Comité Nacional para la Valorización de los Bienes Históricos, Culturales y Ambientales había anunciado el inicio de la campaña de excavaciones arqueológicas para tratar de identificar los restos de La Gioconda en ese convento de Florencia.


El mismo grupo que coordinó el controvertido hallazgo de los restos de Caravaggio en Porto Ercole retomó sus tareas en Sant'Orsola, convento en el que se retiró la Monna Lisa cuando, en 1538, murió su esposo, un próspero comerciante de sedas amigo del padre de Leonardo, el escribano sor Piero.


El convento quedaba cerca de su casa y, tal como confirma un documento custodiado desde hace siglos en un archivo de Florencia, fue donde Lisa Gherardini murió, el 15 de julio de 1542. 

Tras varios meses de inactividad, el equipo de arqueólogos volvió a Sant'Orsola y en los últimos días excavaron tres fosas en las que encontraron restos óseos que podrían pertenecer a la Monna Lisa, cuya pintura es una de las más famosas y estudiadas del mundo y se exhibe en el Museo del Louvre.


Durante estos trabajos, además, se encontraron restos de una antigua casa parroquial que habrían construido las hermanas franciscanas a cargo del convento entre el siglo XV y principios del siglo XVI.


Los restos que fueron desenterrados serán enviados a la Dirección General de Conservación de Bienes Culturales, ubicada en Ravena, en el norte de Italia. 


Allí, según anunció el Comité para el Desarrollo del Patrimonio Cultural, se examinarán los restos y se tratará de comparar los ADN con los huesos de dos jóvenes que fueron encontrados enterrados en el mismo lugar y que se presume podrían haber sido hijos de la Monna Lisa.

Luego de los estudios de ADN, los arqueólogos tratarán de reconstruir los huesos de la cara para tratar de comparar la conformación ósea con el rostro que pintó Leonardo Da Vinci hace 500 años.



El arqueólogo Silvano Vinceti, uno de los encargados de las excavaciones en Sant'Orsola, admitió, en declaraciones a medios europeos, que todavía no se sabe si los restos encontrados pertenecen a uno o más esqueletos.


"Sí confirma la hipótesis de qu
e en el convento de Sant'Orsola todavía hay enterrados restos humanos, y no podemos excluir la posibilidad de que algunos de ellos pertenezcan a Lisa Gherardini", añadió, en declaraciones publicadas por la edición online de Daily Mail.


El hallazgo entusiasma a los arqueólogos porque se confirman algunos datos e investigaciones efectuadas tiempo atrás, entre las que se contaba el hecho de que encontraron una cripta mencionada entre la documentación del convento en 1495 y también una segunda cripta que dataría de 1625.


En la actualidad, lo que queda de Sant'Orsola son las paredes externas y algunos arcos. El convento fue un lugar religioso hasta 1810. Luego fue convertido en una fábrica de tabaco.

Durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, el lugar funcionó como hospedaje de refugiados y varios años después fue usado como aula universitaria, hasta que fue abandonado.


Hay hipótesis que señalan que los restos de La Gioconda podrían haber terminado en un basural de Florencia en los 80 debido a obras de reestructuración del convento, cuando se construyó un estacionamiento subterráneo en el sitio donde se levantaba el claustro.

Fuente: lanacion.com

ARQUEÓLOGOS ITALIANOS SIGUEN BUSCANDO
A LA HIPOTÉTICA MODELO DE LA GIOCONDA


Arqueólogos italianos que siguen buscando a la hipotética modelo de Leonardo da Vinci para pintar la Gioconda, encontraron huesos en los alrededores del convento de Santa Úrsula, en Florencia (centro), anunciaron el martes los promotores de esta búsqueda.

Por Adalberto Roque 

Arqueólogos italianos que siguen buscando a la hipotética modelo de Leonardo da Vinci para pintar la Gioconda, encontraron huesos en los alrededores del convento de Santa Úrsula, en la ciudad de Florencia, anunciaron este martes los promotores de esta búsqueda.
Uno de los pocos cuadros atribuidos con certeza a Leonardo da Vinci, el retrato de la Mona Lisa, es una pintura al óleo realizada sobre un panel de madera entre 1503 y 1506. Representa un busto, probablemente el de la florentina Lisa Gherardini (1479-1542), también conocida como Lisa del Giocondo.
Tras meses de interrupción, los arqueólogos habían reanudado la búsqueda, iniciada el año pasado en los alrededores del convento, donde, según ellos, tal vez se encuentre el esqueleto de Gherardini. Varios esqueletos hallados en tres tumbas habrán de ser enviados a la cliudad de Ravena (norte) para ser examinados, indicó Comité Nacional para la Valorización de Bienes histórico-culturales.
La identidad de la modelo nunca se logró establecer con seguridad. Investigadores italianos especializados en el esclarecimiento de misterios artísticos habían afirmado en febrero de 2011 que Leonardo da Vinci usó un joven como modelo para la Gioconda, una tesis que deja escépticos a los expertos del Louvre, propietario del cuadro.

Fuente: AFP

DESCUBREN EN UNA BIBLIOTECA DE ITALIA
UNA OBRA DE VIVALDI


Se trata de una nueva versión de la ópera Orlando Furioso, que fue realizada en 1714.

Genial. La ópera encontrada es comtemporánea a Las cuatro estaciones.


Por La Stampa - Especial

En un hecho que los musicólogos describen como “una bomba en el mundo de la ópera barroca”, se descubrió una nueva versión de la ópera Orlando Furioso de Vivaldi, a 270 años de su muerte. El manuscrito es de 1714, 13 años antes de que Vivaldi compusiera su posterior obra maestra. Contiene no menos de 20 arias nuevas, nunca escuchadas hasta ahora, todas compuestas en la época en que Vivaldi estaba trabajando en Las cuatro estaciones.
“Es un regalo del cielo”, dijo Susan Orlando, experta en Vivaldi. Federico María Sardelli, el estudioso de Vivaldi que identificó inicialmente la mano del maestro, dijo: “La música es nueva para todos. Es muy emocionante”. Si bien el manuscrito se hallaba entre montones de papeles de Vivaldi, había pasado inadvertido porque no llevaba el nombre del compositor.
En 1714, una ópera Orlando fue un gran éxito en el Teatro San Angelo de Venecia, llegando a 40 funciones (una temporada larga para la época). Los directores del teatro eran Vivaldi y su padre músico, pero el hecho de que esta ópera fuera del propio Vivaldi pasó inadvertido a la posteridad. Los musicólogos creen que, dado que Vivaldi aún era sacerdote, no quiso atraer la atención sobre una actividad considerada frívola. Otra teoría es que, como acababa de presentar otra ópera allí, no quería que pensaran que dominaba el teatro.
El manuscrito fue encontrado en la Biblioteca Nazionale en Turín dentro de la biblioteca personal de Vivaldi. Había sido catalogado como una revisión de un Orlando Furioso existente del compositor boloñés Giovanni Alberto Ristori. Sardelli lo estudió porque no podía explicarse por qué Vivaldi había guardado esta música: en su biblioteca no había obras de ningún otro compositor.
Sardelli lo describió como menos complejo que la música ulterior de Vivaldi. También dijo que era bella y exhibía la inspiración y la claridad de Las cuatro estaciones. “Vivaldi estaba componiendo Las cuatro estaciones en la misma época. No hay lazos temáticos cercanos (con la nueva Orlando), pero el lenguaje musical es muy parecido. Es una ópera extraordinaria... Estaba lleno de ideas”.
El libreto es lo único que se superpone en los dos Orlandos Furiosos. Basado en el poema épico de Ludovico Ariosto, el libreto dramático de Grazio Braccioli inspiró a Vivaldi con sus relatos de enamorados, magia negra y locura. La música es distinta. En la obra de 1714, el rol de Orlando, es cantado por un barítono y en la versión de 1727 por una mezzo-soprano.
“No sólo es increíble en el mundo de la ópera barroca descubrir de pronto que Vivaldi escribió dos Orlandos Furiosos, sino también lo que dice sobre él como compositor –tomar un libreto y trabajarlo y luego retomarlo y volverlo a trabajar–. Nadie esperaba algo así”, asegura Orlando. La “nueva” ópera vesrión de Orlando Furioso tendrá su estreno mundial en el Festival de Beaune el 20 de julio.

Un desafío para entendidos

Por Sandra de La Fuente

Igor Stravinski afirmaba que Vivaldi no había escrito muchas obras sino muchas veces la misma. Ese sarcasmo cobra sentido cuando se comprueba que no sólo es más o menos fácil confundir una obra de Vivaldi con otra sino que también es bastante sencillo reconocer su firma entre la de otros compositores barrocos.
Los entendidos aseguran que Vivaldi se copiaba a sí mismo antes que a cualquier otro compositor, también dicen que su estilo ya estaba afianzado en su opus n° 2, del año 1709.
¿Qué novedad podría traer entonces este hallazgo con el que los degustadores del historicismo se solazan? Probablemente ninguna muy remarcable para el gran público, aparte de la enorme diferencia que significa el cambio de registro del rol principal. Pero valorado con el oído de los entendidos, el descubrimiento podría iluminar una enorme cantidad de matices y gradaciones en el desarrollo del estilo de Vivaldi. Observar la evolución de un género desde las entrañas de un único compositor e intentar develar la trama de esta recurrencia temática es una tarea más que excitante para la lupa del especialista.

Fuente: clarin.com

EL ESPERADO REGRESO A EEUU
DEL BALLET DE LA ÓPERA DE PARÍS


Los bailarines del ballet de la Ópera de París durante un ensayo el 11 de julio de 2012 antes del estreno del David H. Koch Theater en el complejo cultural Lincoln Center.

Por Mariano Andrade

"Se dice a menudo que la Ópera de París es la mejor compañía del mundo, ahora es el momento de probarlo", afirma con una sonrisa Aurélie Dupont, una de las estrella del célebre ballet francés de gira por Estados Unidos este verano por primera vez en más de una década.
"Estoy muy contenta de estar en Nueva York. Uno siente una energía increíble como artista, tiene la impresión de que todo es posible. Y no es solo una impresión: la danza tiene un lugar inmenso aquí", confiesa a la AFP Dupont sentada en las escalinatas de la plaza Josie Robertson junto al David Koch Theater del complejo cultural Lincoln Center donde se presenta la compañía.
El ballet de la Opera de París inició su sexta gira estadounidense -la primera desde 2001- el 26 de junio en Chicago, donde nunca antes se había presentado, pasó luego por Washington y se encuentra desde el miércoles pasado en Nueva York para dos semanas de actuaciones.
La expectativa en la Gran Manzana es grande, porque la compañía no visitaba la ciudad desde hacía más de quince años, en 1996.
En el programa, un abánico que busca dar un panorama de la danza francesa, con el moderno "Orfeo y Eurídice" de Pina Bausch, un clásico como "Giselle" y un vistazo de maestros del siglo XX que incluye al "Bolero" de Ravel.
"No es un programa forzosamente fácil para el público estadounidense. Los franceses arriesgamos y me parece bien. Espero que lo aprecien", explica Aurélie Dupont, quien baila por primera vez en su carrera el bolero compuesto por Maurice Ravel con coreografía de Maurice Bejart.
"La gran preparación para mí en este gira era el 'Bolero' que nunca antes había bailado. Me siento muy privilegiada de bailar esta obra, es un verdadero desafío. 


La bailarina Aurélie Dupont con el ballet de la Ópera de Paris durante una escena de Bolero en un pase de prensa el 11 de julio de 2012 antes del estreno en el teatro David H. Koch Theater del complejo cultural Lincoln Center,

Mi debut fue en Chicago", cuenta esta bella mujer de 39 años y madre de dos pequeños hijos, promocionada en 1998 a "étoile" de la compañía.
El hipnótico y sensual bolero, que Dupont baila sobre una gran mesa redonda rodeada de unos 40 bailarines, se revela igual de potente y sublime durante los ensayos por la tarde antes del espectáculo con la sala vacía que durante la velada misma en el Lincoln Center.
Es que la búsqueda de la imposible perfección es un objetivo constante para la compañía francesa, cuyos orígenes se remontan a la Escuela de Danza de la Ópera creada en 1713 por Luis XIV de Francia.

Orgullo por el pasado, apertura al futuro

Integrado por 154 bailarines, de los cuales 16 tienen el rol de "étoiles", la más alta distinción, el ballet de la Ópera de París está orgulloso de su identidad, como explica a la AFP su directora Brigitte Lefèvre.
"Cada noche estamos felices de representar una forma de excelencia francesa, de academismo en el sentido actual del término. Son trescientos años de existencia, porque la temporada próxima vamos a festejar el tricentenario de la Escuela francesa de Danza", sostiene Lefèvre.
Aurélie Dupont coincide: "Es una escuela, un trabajo, una forma de danzar que es propia a nuestro país. Es una danza académica, con posiciones clásicas a veces con cambios que pueden dar un lado neoclásico al ballet. Tenemos posiciones 'redondas', con líneas muy puras", dice.
"La particularidad de la Ópera es que venimos todos de la misma escuela. Aquí no todos vienen de la misma escuela", agrega.

Los bailarines Sabrina Mallem, Christophe Duquenne y Yannick Bittencourt del ballet de la Ópera de París durante un ensayo el 11 de julio de 2012. El célebre ballet francés está de dira por Estados Unidos por primera vez en más de una década.

Para Lefèvre, directora del ballet desde 1995, hay una cuestión de "transmisión, de deseo de excelencia y de continuar avanzando".
"Es nuestra especificidad y nuestra ambición", explica, precisando que otro de los objetivos de la compañía es "abrirse" y no refugiarse en el pasado.
Esa apertura no tiene que ver solo con una cuestión de estilo, sino también con una manera de conectarse con el mundo.
"Detesto lo exclusivo o las zonas reservadas. La danza es un arte extraordinario, es un arte que nunca ha sido de tanta actualidad en sus diferentes forma como ahora. Por ello nos dirigimos a todo el mundo", señala.
"Hay tantas maneras de ver la danza. Es como los poemas: cada uno encuentra su parte y vada uno encuentra su imaginario", continúa.
Quizás por ello, Lefèvre destaca por supuesto el hecho de presentarse en Nueva York, "una extraordinaria capital del arte", pero deja en claro que para el ballet de la ópera de París cada presentación es un desafío de igual importancia.
"Cada velada es un desafío para un artista y para una compañía de ballet. Nos emocionó mucho la extraordinaria recepción que nos reservó Chicago. En Washington, la ciudad federal, tuvimos la misma recepción aunque diferente. Y ahora Nueva York, una extraordinaria capital del arte", señala.
La compañía efectúa unas 180 actuaciones por temporada en París, el resto de Francia y el extranjero.
En esta gira participan 80 bailarines, además de unas 40 personas dedicadas la dirección, producción y logística.
Como explica Lefèvre, en un equipo tan grande existen sensibilidades y momentos de la vida y de la carrera personal muy diferentes, aunque por sobre todo prima el deseo de brindarse por entero.
"En el momento de las tablas, estamos todos juntos y queremos dar lo mejor. Los bailarines quieren dar lo mejor", concluye.

Fuente: AFP