DE KOENIGSBERG: EL PAISAJE SOY YO


Plantas, cielos, un río... El tema no importa: es solo una vía hacia la pintura


 AL INVIERNO NARANJAS, 2011. Acrílico sobre tela, 180 x 200 cm

POR MERCEDES PEREZ BERGLIAFFA


Hay que proseguir el ensayo, no importa que debamos improvisar’. Me enamoré de esos versos de Roberto Juarroz no bien los leí. Era como si él escribiera lo que yo pintaba; como si él detallara que no importa lo que pinto –el paisaje–, sino el intento del color. Que el tema es, en mi caso, una excusa”. Maggie de Koenisgberg explica así por qué, entre las inmensas pinturas que actualmente exhibe en la Sala 6 del Centro Cultural Recoleta, decidió exponer también los versos del escritor.
Sus obras cuelgan como una gran explosión de color. Como un gesto expansivo de esa riqueza cromática tan característica de la artista: los cielos son verdes, los ríos amarillos, los campos rojos… y luego todo cambia con el mismo paisaje pintado en la obra de al lado: allí los campos son amarillos, el río, naranja, el cielo, rosa. Y ese placer en la reunión y la dispersión de la materia –el óleo–, a gran escala, como el testimonio de un abrir y cerrar de brazos con el pincel en la mano. Como la secuela de un acto de generosidad. Una caricia enérgica hecha con el cuerpo.
En todas estas pinturas hay una río, siempre central, siempre fugando hacia el horizonte. Arbustos crecen a los costados, y cielos lagrimean. Y no por tormentas, sino porque en ese punto, Maggie decidió pintar con aguadas.
“El río es importante. Pero en realidad quiero llevar la reflexión hacia la pintura, hacia esa cosa compulsiva que tiene. Repito el tema para dirigir la mirada no hacia la imagen sino hacia lo que pasa ahí dentro: la pintura, el color.”, dice la artista.
Sus series anteriores siempre presentaban enormes flores pesadas, carnívoras, que ahora casi desaparecieron. “Sí, empezaron a desaparecer –comenta la pintora. Al principio sentí un vacío. Pero después apareció nuevamente y en primer plano, la pintura.” “También la flor es un ensayo”, dice Juarroz. Hay que seguir, hay que seguir, dice esta Maggie, enamorada, esta vez, del río que no es río sino la excusa; de la pintura que no es obra sino paisaje. De la imagen que no es paisaje sino que es Maggie: su propia voz interior.
FICHA
Maggie de Koenigsberg. Esto no es un paisaje
Lugar: Sala 6, Centro Cultural Recoleta, Junín 1930.
Fecha: hasta el 22 de julio.
Horario: martes a viernes, 14 a 21; sáb, dom y feriados, 12 a 21.
Entrada: gratis.
Fuente: Revista Ñ Clarín

HABRÍAN HALLADO EN FLORENCIA
LOS RESTOS DE LA VERDADERA MONA LISA

Cultura / Excavaciones en un convento
Arqueólogos intentarán reconstruir el cráneo para compararlo con la obra de Da Vinci


Los arqueólogos reanudaron las excavaciones en el convento medieval Sant'Orsola, de Florencia. Foto: AFP 

El descubrimiento de tres tumbas en el patio del convento medieval de Sant'Orsola, en Florencia, donde murió Lisa Gherardini, reaviva la esperanza de un grupo de arqueólogos italianos de poder confirmar si la viuda del comerciante Francesco Del Giocondo fue la modelo en la que se inspiró Leonardo da Vinci para retratar a La Gioconda.

El año pasado el Comité Nacional para la Valorización de los Bienes Históricos, Culturales y Ambientales había anunciado el inicio de la campaña de excavaciones arqueológicas para tratar de identificar los restos de La Gioconda en ese convento de Florencia.


El mismo grupo que coordinó el controvertido hallazgo de los restos de Caravaggio en Porto Ercole retomó sus tareas en Sant'Orsola, convento en el que se retiró la Monna Lisa cuando, en 1538, murió su esposo, un próspero comerciante de sedas amigo del padre de Leonardo, el escribano sor Piero.


El convento quedaba cerca de su casa y, tal como confirma un documento custodiado desde hace siglos en un archivo de Florencia, fue donde Lisa Gherardini murió, el 15 de julio de 1542. 

Tras varios meses de inactividad, el equipo de arqueólogos volvió a Sant'Orsola y en los últimos días excavaron tres fosas en las que encontraron restos óseos que podrían pertenecer a la Monna Lisa, cuya pintura es una de las más famosas y estudiadas del mundo y se exhibe en el Museo del Louvre.


Durante estos trabajos, además, se encontraron restos de una antigua casa parroquial que habrían construido las hermanas franciscanas a cargo del convento entre el siglo XV y principios del siglo XVI.


Los restos que fueron desenterrados serán enviados a la Dirección General de Conservación de Bienes Culturales, ubicada en Ravena, en el norte de Italia. 


Allí, según anunció el Comité para el Desarrollo del Patrimonio Cultural, se examinarán los restos y se tratará de comparar los ADN con los huesos de dos jóvenes que fueron encontrados enterrados en el mismo lugar y que se presume podrían haber sido hijos de la Monna Lisa.

Luego de los estudios de ADN, los arqueólogos tratarán de reconstruir los huesos de la cara para tratar de comparar la conformación ósea con el rostro que pintó Leonardo Da Vinci hace 500 años.



El arqueólogo Silvano Vinceti, uno de los encargados de las excavaciones en Sant'Orsola, admitió, en declaraciones a medios europeos, que todavía no se sabe si los restos encontrados pertenecen a uno o más esqueletos.


"Sí confirma la hipótesis de qu
e en el convento de Sant'Orsola todavía hay enterrados restos humanos, y no podemos excluir la posibilidad de que algunos de ellos pertenezcan a Lisa Gherardini", añadió, en declaraciones publicadas por la edición online de Daily Mail.


El hallazgo entusiasma a los arqueólogos porque se confirman algunos datos e investigaciones efectuadas tiempo atrás, entre las que se contaba el hecho de que encontraron una cripta mencionada entre la documentación del convento en 1495 y también una segunda cripta que dataría de 1625.


En la actualidad, lo que queda de Sant'Orsola son las paredes externas y algunos arcos. El convento fue un lugar religioso hasta 1810. Luego fue convertido en una fábrica de tabaco.

Durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, el lugar funcionó como hospedaje de refugiados y varios años después fue usado como aula universitaria, hasta que fue abandonado.


Hay hipótesis que señalan que los restos de La Gioconda podrían haber terminado en un basural de Florencia en los 80 debido a obras de reestructuración del convento, cuando se construyó un estacionamiento subterráneo en el sitio donde se levantaba el claustro.

Fuente: lanacion.com

ARQUEÓLOGOS ITALIANOS SIGUEN BUSCANDO
A LA HIPOTÉTICA MODELO DE LA GIOCONDA


Arqueólogos italianos que siguen buscando a la hipotética modelo de Leonardo da Vinci para pintar la Gioconda, encontraron huesos en los alrededores del convento de Santa Úrsula, en Florencia (centro), anunciaron el martes los promotores de esta búsqueda.

Por Adalberto Roque 

Arqueólogos italianos que siguen buscando a la hipotética modelo de Leonardo da Vinci para pintar la Gioconda, encontraron huesos en los alrededores del convento de Santa Úrsula, en la ciudad de Florencia, anunciaron este martes los promotores de esta búsqueda.
Uno de los pocos cuadros atribuidos con certeza a Leonardo da Vinci, el retrato de la Mona Lisa, es una pintura al óleo realizada sobre un panel de madera entre 1503 y 1506. Representa un busto, probablemente el de la florentina Lisa Gherardini (1479-1542), también conocida como Lisa del Giocondo.
Tras meses de interrupción, los arqueólogos habían reanudado la búsqueda, iniciada el año pasado en los alrededores del convento, donde, según ellos, tal vez se encuentre el esqueleto de Gherardini. Varios esqueletos hallados en tres tumbas habrán de ser enviados a la cliudad de Ravena (norte) para ser examinados, indicó Comité Nacional para la Valorización de Bienes histórico-culturales.
La identidad de la modelo nunca se logró establecer con seguridad. Investigadores italianos especializados en el esclarecimiento de misterios artísticos habían afirmado en febrero de 2011 que Leonardo da Vinci usó un joven como modelo para la Gioconda, una tesis que deja escépticos a los expertos del Louvre, propietario del cuadro.

Fuente: AFP

DESCUBREN EN UNA BIBLIOTECA DE ITALIA
UNA OBRA DE VIVALDI


Se trata de una nueva versión de la ópera Orlando Furioso, que fue realizada en 1714.

Genial. La ópera encontrada es comtemporánea a Las cuatro estaciones.


Por La Stampa - Especial

En un hecho que los musicólogos describen como “una bomba en el mundo de la ópera barroca”, se descubrió una nueva versión de la ópera Orlando Furioso de Vivaldi, a 270 años de su muerte. El manuscrito es de 1714, 13 años antes de que Vivaldi compusiera su posterior obra maestra. Contiene no menos de 20 arias nuevas, nunca escuchadas hasta ahora, todas compuestas en la época en que Vivaldi estaba trabajando en Las cuatro estaciones.
“Es un regalo del cielo”, dijo Susan Orlando, experta en Vivaldi. Federico María Sardelli, el estudioso de Vivaldi que identificó inicialmente la mano del maestro, dijo: “La música es nueva para todos. Es muy emocionante”. Si bien el manuscrito se hallaba entre montones de papeles de Vivaldi, había pasado inadvertido porque no llevaba el nombre del compositor.
En 1714, una ópera Orlando fue un gran éxito en el Teatro San Angelo de Venecia, llegando a 40 funciones (una temporada larga para la época). Los directores del teatro eran Vivaldi y su padre músico, pero el hecho de que esta ópera fuera del propio Vivaldi pasó inadvertido a la posteridad. Los musicólogos creen que, dado que Vivaldi aún era sacerdote, no quiso atraer la atención sobre una actividad considerada frívola. Otra teoría es que, como acababa de presentar otra ópera allí, no quería que pensaran que dominaba el teatro.
El manuscrito fue encontrado en la Biblioteca Nazionale en Turín dentro de la biblioteca personal de Vivaldi. Había sido catalogado como una revisión de un Orlando Furioso existente del compositor boloñés Giovanni Alberto Ristori. Sardelli lo estudió porque no podía explicarse por qué Vivaldi había guardado esta música: en su biblioteca no había obras de ningún otro compositor.
Sardelli lo describió como menos complejo que la música ulterior de Vivaldi. También dijo que era bella y exhibía la inspiración y la claridad de Las cuatro estaciones. “Vivaldi estaba componiendo Las cuatro estaciones en la misma época. No hay lazos temáticos cercanos (con la nueva Orlando), pero el lenguaje musical es muy parecido. Es una ópera extraordinaria... Estaba lleno de ideas”.
El libreto es lo único que se superpone en los dos Orlandos Furiosos. Basado en el poema épico de Ludovico Ariosto, el libreto dramático de Grazio Braccioli inspiró a Vivaldi con sus relatos de enamorados, magia negra y locura. La música es distinta. En la obra de 1714, el rol de Orlando, es cantado por un barítono y en la versión de 1727 por una mezzo-soprano.
“No sólo es increíble en el mundo de la ópera barroca descubrir de pronto que Vivaldi escribió dos Orlandos Furiosos, sino también lo que dice sobre él como compositor –tomar un libreto y trabajarlo y luego retomarlo y volverlo a trabajar–. Nadie esperaba algo así”, asegura Orlando. La “nueva” ópera vesrión de Orlando Furioso tendrá su estreno mundial en el Festival de Beaune el 20 de julio.

Un desafío para entendidos

Por Sandra de La Fuente

Igor Stravinski afirmaba que Vivaldi no había escrito muchas obras sino muchas veces la misma. Ese sarcasmo cobra sentido cuando se comprueba que no sólo es más o menos fácil confundir una obra de Vivaldi con otra sino que también es bastante sencillo reconocer su firma entre la de otros compositores barrocos.
Los entendidos aseguran que Vivaldi se copiaba a sí mismo antes que a cualquier otro compositor, también dicen que su estilo ya estaba afianzado en su opus n° 2, del año 1709.
¿Qué novedad podría traer entonces este hallazgo con el que los degustadores del historicismo se solazan? Probablemente ninguna muy remarcable para el gran público, aparte de la enorme diferencia que significa el cambio de registro del rol principal. Pero valorado con el oído de los entendidos, el descubrimiento podría iluminar una enorme cantidad de matices y gradaciones en el desarrollo del estilo de Vivaldi. Observar la evolución de un género desde las entrañas de un único compositor e intentar develar la trama de esta recurrencia temática es una tarea más que excitante para la lupa del especialista.

Fuente: clarin.com

EL ESPERADO REGRESO A EEUU
DEL BALLET DE LA ÓPERA DE PARÍS


Los bailarines del ballet de la Ópera de París durante un ensayo el 11 de julio de 2012 antes del estreno del David H. Koch Theater en el complejo cultural Lincoln Center.

Por Mariano Andrade

"Se dice a menudo que la Ópera de París es la mejor compañía del mundo, ahora es el momento de probarlo", afirma con una sonrisa Aurélie Dupont, una de las estrella del célebre ballet francés de gira por Estados Unidos este verano por primera vez en más de una década.
"Estoy muy contenta de estar en Nueva York. Uno siente una energía increíble como artista, tiene la impresión de que todo es posible. Y no es solo una impresión: la danza tiene un lugar inmenso aquí", confiesa a la AFP Dupont sentada en las escalinatas de la plaza Josie Robertson junto al David Koch Theater del complejo cultural Lincoln Center donde se presenta la compañía.
El ballet de la Opera de París inició su sexta gira estadounidense -la primera desde 2001- el 26 de junio en Chicago, donde nunca antes se había presentado, pasó luego por Washington y se encuentra desde el miércoles pasado en Nueva York para dos semanas de actuaciones.
La expectativa en la Gran Manzana es grande, porque la compañía no visitaba la ciudad desde hacía más de quince años, en 1996.
En el programa, un abánico que busca dar un panorama de la danza francesa, con el moderno "Orfeo y Eurídice" de Pina Bausch, un clásico como "Giselle" y un vistazo de maestros del siglo XX que incluye al "Bolero" de Ravel.
"No es un programa forzosamente fácil para el público estadounidense. Los franceses arriesgamos y me parece bien. Espero que lo aprecien", explica Aurélie Dupont, quien baila por primera vez en su carrera el bolero compuesto por Maurice Ravel con coreografía de Maurice Bejart.
"La gran preparación para mí en este gira era el 'Bolero' que nunca antes había bailado. Me siento muy privilegiada de bailar esta obra, es un verdadero desafío. 


La bailarina Aurélie Dupont con el ballet de la Ópera de Paris durante una escena de Bolero en un pase de prensa el 11 de julio de 2012 antes del estreno en el teatro David H. Koch Theater del complejo cultural Lincoln Center,

Mi debut fue en Chicago", cuenta esta bella mujer de 39 años y madre de dos pequeños hijos, promocionada en 1998 a "étoile" de la compañía.
El hipnótico y sensual bolero, que Dupont baila sobre una gran mesa redonda rodeada de unos 40 bailarines, se revela igual de potente y sublime durante los ensayos por la tarde antes del espectáculo con la sala vacía que durante la velada misma en el Lincoln Center.
Es que la búsqueda de la imposible perfección es un objetivo constante para la compañía francesa, cuyos orígenes se remontan a la Escuela de Danza de la Ópera creada en 1713 por Luis XIV de Francia.

Orgullo por el pasado, apertura al futuro

Integrado por 154 bailarines, de los cuales 16 tienen el rol de "étoiles", la más alta distinción, el ballet de la Ópera de París está orgulloso de su identidad, como explica a la AFP su directora Brigitte Lefèvre.
"Cada noche estamos felices de representar una forma de excelencia francesa, de academismo en el sentido actual del término. Son trescientos años de existencia, porque la temporada próxima vamos a festejar el tricentenario de la Escuela francesa de Danza", sostiene Lefèvre.
Aurélie Dupont coincide: "Es una escuela, un trabajo, una forma de danzar que es propia a nuestro país. Es una danza académica, con posiciones clásicas a veces con cambios que pueden dar un lado neoclásico al ballet. Tenemos posiciones 'redondas', con líneas muy puras", dice.
"La particularidad de la Ópera es que venimos todos de la misma escuela. Aquí no todos vienen de la misma escuela", agrega.

Los bailarines Sabrina Mallem, Christophe Duquenne y Yannick Bittencourt del ballet de la Ópera de París durante un ensayo el 11 de julio de 2012. El célebre ballet francés está de dira por Estados Unidos por primera vez en más de una década.

Para Lefèvre, directora del ballet desde 1995, hay una cuestión de "transmisión, de deseo de excelencia y de continuar avanzando".
"Es nuestra especificidad y nuestra ambición", explica, precisando que otro de los objetivos de la compañía es "abrirse" y no refugiarse en el pasado.
Esa apertura no tiene que ver solo con una cuestión de estilo, sino también con una manera de conectarse con el mundo.
"Detesto lo exclusivo o las zonas reservadas. La danza es un arte extraordinario, es un arte que nunca ha sido de tanta actualidad en sus diferentes forma como ahora. Por ello nos dirigimos a todo el mundo", señala.
"Hay tantas maneras de ver la danza. Es como los poemas: cada uno encuentra su parte y vada uno encuentra su imaginario", continúa.
Quizás por ello, Lefèvre destaca por supuesto el hecho de presentarse en Nueva York, "una extraordinaria capital del arte", pero deja en claro que para el ballet de la ópera de París cada presentación es un desafío de igual importancia.
"Cada velada es un desafío para un artista y para una compañía de ballet. Nos emocionó mucho la extraordinaria recepción que nos reservó Chicago. En Washington, la ciudad federal, tuvimos la misma recepción aunque diferente. Y ahora Nueva York, una extraordinaria capital del arte", señala.
La compañía efectúa unas 180 actuaciones por temporada en París, el resto de Francia y el extranjero.
En esta gira participan 80 bailarines, además de unas 40 personas dedicadas la dirección, producción y logística.
Como explica Lefèvre, en un equipo tan grande existen sensibilidades y momentos de la vida y de la carrera personal muy diferentes, aunque por sobre todo prima el deseo de brindarse por entero.
"En el momento de las tablas, estamos todos juntos y queremos dar lo mejor. Los bailarines quieren dar lo mejor", concluye.

Fuente: AFP

ARQUEÓLOGOS BUSCAN EL TEMPLO PRINCIPAL
EN LAS RUINAS MAYAS DE EL SALVADOR


La pirámide 'B' del yacimiento arqueológico de El Tazumal, en Chalchuapa, en El Salvador, el 28 de junio, mientras se desarrollan tareas de búsqueda del templo principal de estas ruinas mayas.

Por Carlos Mario Márquez

Un túnel de cinco metros en el sector sur de la pirámide central del sitio arqueológico de El Tazumal permitió a los arqueólogos internarse en busca del templo principal y otros vestigios prehispánicos, en el más importante centro ceremonial maya de El Salvador.
Con el nuevo túnel, según el arqueólogo salvadoreño Julio Alvarado, se entró "a la pirámide lo suficiente y se han encontrado algunos rasgos y pisos, pero todavía no se llega al templo principal" de El Tazumal, ubicado en la periferia sureste de la ciudad de Chalchuapa, 80 kilómetros al oeste de San Salvador.
"Ojalá que se pueda dar con ese templo, porque hasta ahora lo que vemos sólo es la pirámide principal. Si logramos localizar la subestructura será un triunfo para la arqueología y conoceremos más de los habitantes prehispánicos de Chalchuapa y de El Salvador", destacó este arqueólogo de 31 años.
Las investigaciones en la pirámide que funcionó como área ceremonial de comunicación con las deidades son dirigidas por el profesor Nobuyuki Ito, de la Universidad de Nagoya, Japón, y toman en cuenta el sistema de construcción que tenían los mayas en otras regiones como Guatemala y Honduras.
Buscando el templo enterrado, del clásico temprano (300-600 D.C), el equipo comenzó a perforar la estructura en 2011 en el costado norte, pero chocaron con el núcleo constructivo de la pirámide visible (del clásico tardío 600-900 D.C) por lo que para no debilitarla se trasladaron este año al sector sur.
De cinco metros de largo por casi dos metros de ancho, el nuevo túnel se puede apreciar en la tercera escalinata de la pirámide. Para evitar que colapse se puso una estructura de mampostería de hierro, además de una puerta que detenga a los intrusos.
"Lo que vemos hasta ahora dentro del túnel es el relleno principal en el que utilizaban lodo y piedra volcánica que era el material de construcción por excelencia utilizado por los habitantes de El Salvador en la época prehispánica y lo sigue siendo", comentó Alvarado.
El arqueólogo japonés Akira Ichikawa, de 32 años, explicó que los estudios iniciales para allanar el camino del templo principal datan de 2004 cuando realizaron un registro topográfico de El Tazumal y luego comenzaron a perforar la estructura.
"Aquí encontramos una escalinata hacia el este. Dentro debe estar una estructura ejecutada, esa es nuestra hipótesis, entonces para aclarar esta hipótesis comenzamos el túnel en el lado norte y ahora estamos continuando en el sur", explicó Ichikawa en el sitio.
Ichikawa, doctor de la Universidad de Nagoya, reside en Chalchuapa, donde en un laboratorio de arqueólogos trabaja una cronología de la cultura maya en la zona desde el período preclásico tardío 400 A.C. hasta el posclásico, del 900 D.C hasta la llegada de los españoles.
Una vez que culmine la cronología en El Tazumal, Ichikawa realizará un "estudio comparativo" con otros sitios arqueológicos para establecer similitudes, diferencias y estilos de vida.
La denominada zona arqueológica de Chalchuapa, que abarca a El Tazumal, Casa Blancha, El Trapiche y Nuevo Tazumal, se comenzó a construir con la pirámide El Trapiche, de 24 metros de altura en el preclásico medio (900 A.C.-200 D.C.)
Contrario a otros parques arqueológicos mayas, los ubicados en Chalchuapa siempre han permanecido habitados y en la actualidad es epicentro de miles de visitantes nacionales y extranjeros.
"La característica de Chalchuapa ha sido que ha tenido ocupación permanente desde 1.200 A.C hasta la actualidad, es una característica que no existe en otro lugar", resume Alvarado.
La civilización maya se extendió por el sur de México, Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice, tuvo su apogeo en el periodo 250-900 D.C.
El próximo 21 de diciembre se cerrará el ciclo cósmico, cuando se marque el fin de una era de 5.125 años del calendario maya.

Fuente: AFP

NUEVA YORK CELEBRA A LA ARTISTA JAPONESA
YAYOI KUSAMA, SU HIJA ADOPTIVA


La artista japonesa Yayoi Kusama, una de las 'favoritas' de la ciudad de Nueva York, antes de un evento artístico en Tokio, el 22 de marzo pasado. Kusama es homenajeada en una retrospectiva en el Museo Whitney neoyorquino.


Por Mariano Andrade

Considerada una leyenda viviente, semirrecluida pero aún activa a los 83 años, la artista japonesa Yayoi Kusama es objeto desde el jueves de una gran retrospectiva en el Museo Whitney de arte estadounidense de Nueva York.
La muestra, que se extiende hasta fines de septiembre, incluye unos 150 obras de arte de Kusama, entre ellas la magistral instalación 'Fireflies on the Water' ('Luciérnagas sobre el agua', 2002), propiedad del Whitney, y que podrá ser visitada en la planta baja del museo.
Si bien la retrospectiva ya ha pasado por el Centro Pompidou de París y la Tate Modern de Londres, su llegada a Nueva York, última etapa, es más que simbólica, teniendo en cuenta el fuerte vínculo entre la artista y esta ciudad.
En efecto, Kusama, nacida en Matsumoto en 1929, llegó a la Gran Manzana en 1958 y en la década de los 60 se encontró en el centro de la vanguardia artística asociada al pop y el minimalismo.
Tras labrarse un nombre con exposiciones y 'happenings', algunos de ellos incluyendo desnudos en puntos célebres de la ciudad como el puente de Brooklyn o Central Park, volvió a su país en 1973.
Víctima de reiterados transtornos psiquiátricos, Kusama se internó poco después en un hospital para enfermedades mentales en Tokio, donde ha establecido desde entonces su residencia de manera casi permanente.
La retrospectiva es la primera de Kusama en Occidente desde 1998 y busca "mostrar el conjunto de la producción de la artista a través de su larga y variada carrera, contextualizando su estadía en Estados Unidos con representaciones de su carrera anterior y posterior en Japón", indican los organizadores.
La muestra del Whitney incluye pinturas minimalistas de sus primeros años en Nueva York, sus conocidas esculturas "blandas" como 'Accumulation' (1963), un sillón pintado de blanco y cubierto de decenas de apósitos de tela rellenos.
Los visitantes también podrán observar el film 'Self-Obliteration' (1968), que captura su periodo de experimentación con performances y actividades fuera del tradicional ámbito de una galería de arte.
En cuanto a 'Fireflies on the Water', la instalación consiste de una pequeña habitación oscura cubierta de espejos con un estanque de agua en el centro y pequeñas luces colgando del techo, lo que crea un efecto visual desorientador e invita a buscar la trascendencia más allá de uno mismo.
El Museo Whtiney, centrado en arte estadounidense del siglo XX y contemporáneo, fue fundado en 1930 por la escultora, mecenas artística y filántropa estadounidense Gertrude Vanderbilt Whitney (1875-1942).
Inicialmente se encontraba en el bohemio barrio de Greenwich Village, en el sur de Manhattan, aunque más tarde se mudó a su actual dirección en el Upper East Side, cerca de Central Park.
Se espera que el Whitney vuelva a moverse a un nuevo edificio más grande en 2015, esta vez al barrio de Meatpacking, en el sudoeste de Manhattan.

Fuente: AFP