El jardín de la terraza del museo que intervinieron
Jeff Koons y Anthony Caro, hoy exhibe "Cloud City", la obra del
argentino Tomás Saraceno.
POR CAROL VOGEL - The New York Times
En la imaginación de Tomás Saraceno, su constelación de 16
módulos unidos en la terraza del Metropolitan Museum of Art en Nueva
York despegará con una fuerte ráfaga de viento y flotará sobre Central
Park. "Todo se pondrá en órbita", dijo Saraceno.
En los 15 veranos anteriores, el jardín de la terraza del Met sirvió de marco a esculturas de artistas como Ellsworth Kelly, Jeff Koons y, el año pasado, Anthony Caro.
También ha sido un lugar para caminar por una senda serpenteante de bambú que se extendía unos 15 metros en una instalación poco tradicional que invitaba al visitante a participar. El entorno más inesperado de todos podría ser, sin embargo, el vertiginoso hábitat multipoligonal de acrílico y acero inoxidable con acabado de espejo llamado "Cloud City".
"Cloud City" es la obra más grande en la serie que Saraceno llevó a cabo en 10 años, "Cloud Cities/Air Port City". El artista argentino describió su creación como "una estación espacial internacional".
Saraceno hizo subir a esta visitante por una escalera retorcida de unos seis metros sobre el jardín de la terraza. Algunos de los pisos eran transparentes, y las paredes eran de acero con acabado de espejo, acrílico o abiertos al aire.
De golpe, los edificios, la gente y los árboles quedaban invertidos o desplazados, en algunos casos casi girando alrededor desde la perspectiva del interior de esta construcción futurista gigante.
Como muchas de las instalaciones de Saraceno, "Cloud City" representa su visión de ciudades flotantes que cuestionan las nociones convencionales de espacio, tiempo y gravedad. "Se puede tener una sensación de falta de gravedad que es un poco desconcertante", admitió.
Anne L. Strauss, curadora adjunta del departamento de arte moderno y contemporáneo del Met, vio la obra de Saraceno por primera vez en la Bienal de Venecia de 2009, donde redes moleculares de cuerda elástica negra envolvían una gran sala blanca en el edificio principal de los Giardini.
Las cuerdas propiamente dichas eran formas cristalinas complejas, lo cual hacía que la instalación fuera tan arquitectónica como filosófica.
La tela de araña, cuyas formas pueden destruirse con suma facilidad, era la metáfora de Saraceno para la fragilidad del mundo.
"Después de ver la obra, pensé que, teniendo en cuenta su incontenible inventiva, Tomás sería el artista ideal para crear algo en este lugar", dijo Strauss, agregando que "Cloud City" sería "similar a un telescopio que mira la atmósfera".
Saraceno, de 39 años, es arquitecto, razón por la cual gran parte de su actividad apunta a ampliar los límites del arte, la arquitectura y la ciencia. Para él, su instalación constituye una de sus visiones para hacer realidad un entorno utópico: una creación inspirada por lo obvio y por lo arcano dijo las ideas de Buckminster Fuller; la naturaleza efímera de las nubes y las burbujas, las bacterias y la espuma; y redes de comunicación sociales y neuronales.
Las instalaciones experimentales de Saraceno se exponen en toda Europa y en los Estados Unidos.
La más reciente de dichas exposiciones tuvo lugar en Berlín, donde se incluyeron unas 20 creaciones de Saraceno en una muestra que terminó en febrero.
Cuando "Cloud City" abandone la terraza del Met en noviembre, no volverá a ser vista en público nuevamente hasta el verano de 2013, cuando viaje al Green Box Arts Festival en Green Mountain Falls, Colorado, donde estará instalada en un bosque exuberante.
"Me gusta la idea de maleabilidad, de verla rodeada de árboles" dijo Saraceno. "Cuando se reconstruya en otro lugar, el cielo y el entorno serán diferentes; cambiará completamente".
En los 15 veranos anteriores, el jardín de la terraza del Met sirvió de marco a esculturas de artistas como Ellsworth Kelly, Jeff Koons y, el año pasado, Anthony Caro.
También ha sido un lugar para caminar por una senda serpenteante de bambú que se extendía unos 15 metros en una instalación poco tradicional que invitaba al visitante a participar. El entorno más inesperado de todos podría ser, sin embargo, el vertiginoso hábitat multipoligonal de acrílico y acero inoxidable con acabado de espejo llamado "Cloud City".
"Cloud City" es la obra más grande en la serie que Saraceno llevó a cabo en 10 años, "Cloud Cities/Air Port City". El artista argentino describió su creación como "una estación espacial internacional".
Saraceno hizo subir a esta visitante por una escalera retorcida de unos seis metros sobre el jardín de la terraza. Algunos de los pisos eran transparentes, y las paredes eran de acero con acabado de espejo, acrílico o abiertos al aire.
De golpe, los edificios, la gente y los árboles quedaban invertidos o desplazados, en algunos casos casi girando alrededor desde la perspectiva del interior de esta construcción futurista gigante.
Como muchas de las instalaciones de Saraceno, "Cloud City" representa su visión de ciudades flotantes que cuestionan las nociones convencionales de espacio, tiempo y gravedad. "Se puede tener una sensación de falta de gravedad que es un poco desconcertante", admitió.
Anne L. Strauss, curadora adjunta del departamento de arte moderno y contemporáneo del Met, vio la obra de Saraceno por primera vez en la Bienal de Venecia de 2009, donde redes moleculares de cuerda elástica negra envolvían una gran sala blanca en el edificio principal de los Giardini.
Las cuerdas propiamente dichas eran formas cristalinas complejas, lo cual hacía que la instalación fuera tan arquitectónica como filosófica.
La tela de araña, cuyas formas pueden destruirse con suma facilidad, era la metáfora de Saraceno para la fragilidad del mundo.
"Después de ver la obra, pensé que, teniendo en cuenta su incontenible inventiva, Tomás sería el artista ideal para crear algo en este lugar", dijo Strauss, agregando que "Cloud City" sería "similar a un telescopio que mira la atmósfera".
Saraceno, de 39 años, es arquitecto, razón por la cual gran parte de su actividad apunta a ampliar los límites del arte, la arquitectura y la ciencia. Para él, su instalación constituye una de sus visiones para hacer realidad un entorno utópico: una creación inspirada por lo obvio y por lo arcano dijo las ideas de Buckminster Fuller; la naturaleza efímera de las nubes y las burbujas, las bacterias y la espuma; y redes de comunicación sociales y neuronales.
Las instalaciones experimentales de Saraceno se exponen en toda Europa y en los Estados Unidos.
La más reciente de dichas exposiciones tuvo lugar en Berlín, donde se incluyeron unas 20 creaciones de Saraceno en una muestra que terminó en febrero.
Cuando "Cloud City" abandone la terraza del Met en noviembre, no volverá a ser vista en público nuevamente hasta el verano de 2013, cuando viaje al Green Box Arts Festival en Green Mountain Falls, Colorado, donde estará instalada en un bosque exuberante.
"Me gusta la idea de maleabilidad, de verla rodeada de árboles" dijo Saraceno. "Cuando se reconstruya en otro lugar, el cielo y el entorno serán diferentes; cambiará completamente".
Fuente: Revista Ñ Clarín