¿POR QUÉ HAY LABERINTOS EN ALGUNAS CATEDRALES?



Muchos de los turistas que penetran en la catedral de Chartres se plantean la misma pregunta: ¿qué hace un laberinto, un símbolo pagano, representado en el pavimento de un templo cristiano?


Por Javier García Blanco / Arte secreto

Detalle del laberinto de la catedral de Chartres / Crédito: Wikipedia.
 
Este peculiar elemento podría pasar por una excentricidad de los constructores si no fuera porque no se trata de un caso aislado. Decenas de templos de toda Europa poseen representaciones similares a las del laberinto de la catedral francesa; al igual que los turistas, los historiadores todavía se preguntan cuál fue el auténtico significado y función de estas enigmáticas representaciones.
El laberinto de Chartres tiene un diámetro de 12,89 metros. Aquel que se aventuraba a recorrer su sinuoso trazado tenía que caminar unos 260 metros. Al alcanzar el centro —sin posibilidad de perderse, ya que hay un único camino—, se encontraba con una losa central en la que aparecían representados Teseo y el Minotauro, figuras hoy desaparecidas.
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En Amiens encontramos otro dédalo similar. El que puede contemplarse en la actualidad — fruto de una restauración del siglo XIX— tiene 14 metros de diámetro y posee un diseño octogonal. El centro del laberinto está ocupado por otro pequeño octógono, una losa con una cruz en su interior. En los extremos de ésta aparecen representados cuatro ángeles y, entre los brazos, se observan otras cuatro figuras.

Símbolo central del laberinto de Amiens / Crédito: Wikipedia.

Una de ellas parece la de un obispo, mientras las otras representan a tres constructores: uno de ellos porta en la mano una regla, mientras los otros dos sujetan una escuadra, un compás y un nivel.
En la actualidad, la hipótesis más aceptada entre los historiadores propone que estos laberintos cumplían una función muy concreta: servir de sustitución del peregrinaje a Jerusalén para aquellas personas que no pudieran recorrer el duro y peligroso camino que terminaba en Tierra Santa. De este modo, el feligrés debía recorrer el laberinto de rodillas, lo que en el caso de un laberinto como el de Chartres —con recorrido de unos 250 metros— se convertía en un trayecto de una hora y media.
El "peregrino" debía acompañar su desplazamiento con rezos y meditaciones hasta que alcanzaba el ansiado centro, símbolo a la vez de Jerusalén (la terrena y la celestial) y de Dios. Además de esta función de 'pseudoperegrinaje', algunos autores proponen también un posible uso como penitencia. Así, el pecador podía purgar las faltas cometidas y, al igual que el auténtico peregrino que alcanzaba Jerusalén, obtenía el perdón. Los defensores de esta teoría se apoyan en que algunos de estos laberintos fueron conocidos también como 'Chemins de Jhérusalem' (Caminos de Jerusalén).
Un detalle que podría servir para rechazar la hipótesis del 'peregrinaje' es el hecho de que la longitud de algunos de estos laberintos es muy reducida; ni siquiera recorriéndolos de rodillas resultarían lo suficientemente largos y duros como para justificar una 'pseudoperegrinación' o una penitencia.

Vista del laberinto octogonal de la catedral de Amiens / Crédito: Wikipedia.

Además, no hay que olvidar que ya existían laberintos en iglesias cristianas en épocas muy tempranas, como el de la iglesia de Orléansville —siglo IV—, cuando todavía no había una fuerte tradición de peregrinaje a Tierra Santa que justificase el uso de estos diseños para tal fin. De todos modos, es innegable que algunos de ellos fueron utilizados con esa finalidad. Sin embargo, nada impide que estas figuras tuvieran un doble sentido.
Para algunos autores, por otra parte, los laberintos serían una metáfora de las adversidades y pruebas de la vida —representadas mediante los giros y vueltas del dédalo— a las que se enfrenta el alma humana y que desaparecen al llegar al centro (Dios). Otra hipótesis sugerente propone que estos símbolos de origen pagano eran en realidad una especie de "firmas" de los maestros constructores, basándose en ejemplos en los que éstos aparecen representados. Por último, no faltan tampoco quienes defienden que los laberintos son símbolos alquímicos, una idea que se hizo muy popular después de que el enigmático Fulcanelli lo asegurara en su célebre obra 'El misterio de las catedrales', señalando que estos dédalos eran trazados iniciáticos que conducían a la iluminación.


Fuente: BLOGS Y! NOTICIAS - ARTE SECRETO

UNA PINTURA DE FRANCIS BACON,
SUBASTADA POR US$ 44.900.000 EN NUEVA YORK




'Figure writing reflected in a mirror', del artista irlandés de origen británico Francis Bacon, es subastada por la casa Sotheby's de Nueva York el miércoles 9 de mayo.

Por Mario Tama 

Una pintura del irlandés de origen británico Francis Bacon, que representa a un hombre y su reflejo, se subastó el miércoles por 44,9 millones de dólares en la casa Sotheby's en Nueva York, en una semana de enardecidas ventas en el lujoso mercado del arte.
'Figure writing reflected in a mirror', de Bacon, cuya venta había sido estimada entre 30 y 40 millones de dólares, fue uno de los pilares de la subasta.
También al precio de 44,9 millones de dólares fue subastada 'Sleeping girl', una obra del legendario ícono del arte pop, el estadounidense Roy Lichtenstein, quien con esta venta alcanzó un nuevo récord.
La sesión del miércoles alcanzó un total de 266,6 millones de dólares, contra 128 millones en la venta de mayo del año anterior, según Sotheby's.
"Es una muy buena indicación de hacia dónde se está moviendo el mercado del arte contemporáneo", dijo Alex Rotter, jefe del área de arte contemporáneo de la firma.
Sin embargo, Sotheby's no pudo igualar el desempeño de su rival Christie's, que el martes vendió una pintura de Mark Rothko que se convirtió en la obra de arte contemporáneo más cara del mundo vendida en una subasta, al ser comercializada por 86,9 millones de dólares.
Christie's alcanzó el martes un total de ventas de 388,5 millones de dólares, la cifra máxima alcanzada en una subasta de arte contemporáneo desde 2007.


Fuente: AFP

EL AUSTRÍACO NITSCH QUIERE HACER "CATARSIS"
EN CUBA CON LA OBRA '130 AKTION




El artista austriaco Hermann Nitsch, en Viena en 2009. Nitsch, , uno de los fundadores del 'accionismo vienés', comenzó a preparar en La Habana su pieza '130 Aktion', con la que busca "hacer catarsis" ante las guerras y la violencia que sacuden al mundo, informó el miércoles un portal oficialista.


Por Dieter Nagl

El artista austriaco Hermann Nitsch, uno de los fundadores del 'accionismo vienés', comenzó a preparar en La Habana su pieza '130 Aktion', con la que busca "hacer catarsis" ante las guerras y la violencia que sacuden al mundo, informó el miércoles un portal oficialista.
"Nuestra sociedad tiene mucha energía y hay que distribuirla. En todas partes se habla de tristeza, de guerra y violencia: las personas están preocupadas de lo que va a suceder" y, "por eso, es necesario hacer una catarsis", dijo Nitsch, de 73 años, citado por el sitio web Cubasí.
Conocido por su original y polémica forma de combinar la pintura, el teatro, la música y la esencia de rituales religiosos y paganos, el artista explicó que su 'performance' (muestra escénica) está marcada por "una psicología profunda, hacia afuera", pues desea "concientizar el teatro".
"Mi trabajo está muy ligado a esto", añadió Nitsch, quien visitó el martes el Instituto Superior de Arte de La Habana, donde será inaugurado el próximo lunes '130 Aktion', que estrenó en Italia en 2010 y es "uno de los sucesos más esperados de la XI Bienal de La Habana", según el portal.
Nitsch destacó que realizará su 'performance' con estudiantes, la orquesta sinfónica del Instituto y "todos los voluntarios que quieran sumarse al proyecto".
Cubasí subrayó que el artista dijo sentirse "contento" de visitar la isla y poder "explorar los rituales cubanos de origen africano, por los sacrificios de animales que comprenden, aspecto que los conecta" con el concepto de la Orgen Mysterien Theater (Teatro de Orgías y Misterios), que desarrolló a finales de los años 1950 y realiza mediante "acciones" colectivas.
En la Bienal de La Habana, que comenzará este jueves, participan 180 artistas de más de 40 países, que exhibirán sus obras en teatros, museos y calles, entre ellos, la serbia Marina Abramovic, los estadounidenses Andrés Serrano y Neil Leonard, el brasileño Carlito Carvalhosa y el mexicano Javier Orozco.

Fuente: AFP

PIRANESI, UN VISIONARIO



La extraordinaria muestra de un artista que se adelantó a su época




Giambattista Piranesi
Por Mario Vargas Llosa

MADRID.- Soñó toda su vida con ser arquitecto, actividad a la que consideró "una profesión divina", y orgullosamente firmó todos sus libros como "Giambattista Piranesi, arquitecto veneciano", pero la única obra que llegó a diseñar y ejecutar fue la restauración de la iglesita de Santa María del Priorato, en el Aventino, que le serviría también de tumba.
Su maestro en la técnica del aguafuerte, en Roma, Giuseppe Vasi, debió decepcionarlo mucho cuando le dijo que no tenía aptitudes para ser un buen artesano grabador porque era "demasiado artista" y debía dedicarse más bien a la pintura. Pero tenía razón, porque un grabador en aquellos tiempos, mediados del siglo XVIII, era sobre todo un diestro técnico fabricante de imágenes en serie a las que se consideraba, por lo general, en la periferia de lo artístico. Felizmente, Piranesi, que, además de malhumorado, inconforme y polémico, era terco, persistió, e hizo bien, porque convirtió el aguafuerte en un arte tan creativo y osado como la pintura y la escultura. El, gracias a sus aguafuertes y diseños, llegó a ser uno de los más grandes artistas de su tiempo y uno de los que crecerían más y ejercerían una influencia mayor después de muerto.
La muestra que se exhibe de él ahora en Madrid, en Caixaforum, "Las artes de Piranesi, arquitecto, grabador, anticuario, vedutista y diseñador", es extraordinaria. Tiene, entre otros, el mérito de mostrar buen número de los objetos que Piranesi concibió y diseñó pero nunca llegó a ver materializados, pues eran demasiado excéntricos e insólitos para el gusto de sus contemporáneos. Los ha producido, con escrupulosa fidelidad y utilizando la tecnología más avanzada, el laboratorio madrileño Factum Arte, que dirige Adam Lowe. Esos candelabros, trípodes, sillas, chimeneas, adornos, apliques, jarrones en los que Piranesi dio rienda suelta a su desbocada fantasía y su amor por las civilizaciones del pasado -Roma, Egipto, los etruscos- fascinan casi tanto como las invenciones carcelarias que lo han hecho famoso o las "Vistas" de esa Roma de los siglos grandiosos que él creyó documentar en sus grabados cuando en realidad la rehacía e inventaba.
Esos objetos constituyen una representación fantástica. No hay en ellos asomo de realismo, pese a estar constituidos de fragmentos, símbolos y otros ingredientes del pasado histórico y arqueológico. Pero estos materiales han sido combinados y reconstruidos con tanta libertad y siguiendo unos patrones de gusto y belleza tan personales que se han emancipado de sus fuentes y alcanzado plena soberanía. Lo que en ellos destaca es la imaginación desalada y la maestría formal de su inventor, que era capaz de abandonarse a los delirios más rebuscados sin perder jamás el gobierno de aquel simulacro de desorden al que daba coherencia un orden secreto. Cada uno de estos objetos es un verdadero laberinto hecho de simetría, intuición y desacato a los cánones establecidos en que se vuelca una vida profunda, aquella que, como escribió Goya, produce "el sueño de la razón". Como los poemas "oscuros" de Góngora o los monólogos interiores de Joyce, los artefactos domésticos que fantaseó Piranesi son testimonio de esa dimensión de la vida que llamamos el inconsciente. Estos delirantes muebles o adornos que ahora podemos ver (y hasta tocar), Piranesi sólo pudo soñarlos.
Le apasionaban las piedras antiguas, las ruinas, los caminos imperiales medio desaparecidos por la incuria de la gente y la fuerza destructora de la naturaleza, los monumentos víctimas de la usura del tiempo, y seguía con hipnótica perseverancia las excavaciones arqueológicas que iba revelando a pocos aquella antigüedad de la que vivió siempre prendado. Sobre todo, los hallazgos en torno a la civilización etrusca lo deslumbraron y toda su vida sostuvo, aun en contra de la evidencia histórica, que aquella, y no la griega, habría sido la fuente cultural de la civilización romana. Muy sinceramente creyó que el casi millar de grabados que produjo tenían como fin salvar de la desaparición y el olvido de las nuevas generaciones esos edificios, templos, puentes, arcos, pórticos, sepulcros, murallas, caminos, pozos, tuberías, que atestiguaban sobre la grandeza histórica y artística de los antiguos romanos.
Pero era más fuerte que su voluntad: cuando se ponía a diseñar en el papel o a pasar el buril sobre la plancha de cobre, su imaginación estallaba y hacía tabla rasa de la objetividad de sus propósitos. Al final, lo que resultaba era un mundo tan suyo como si lo hubiera inventado de pies a cabeza, sin necesidad de esos modelos a los que pretendía ser fiel, pero a los que su genio y sus pulsiones secretas transformaban, imprimiéndoles un sesgo absolutamente propio.
Era un realista visionario, a la manera de Goya, como lo señala Marguerite Yourcenar en el luminoso ensayo que le dedicó ("El cerebro negro de Piranesi"). (Dicho sea de paso, pocos artistas han inspirado a tantos escritores a escribir sobre ellos y su obra como Piranesi, desde Thomas de Quincey hasta Aldous Huxley, pasando por Coleridge, Victor Hugo y André Breton.) Yourcenar se refiere específicamente al sutil parentesco que existe entre las "Carceri" del veneciano y los frescos de la Quinta del Sordo del aragonés, pero sin duda las similitudes son más vastas. En sus obras, ambos fueron no sólo testigos, también creadores e inventores de su tiempo pues impregnaron a la sociedad que describieron de una sensibilidad que era la suya personal. En ambos, había una mirada que sutilmente discriminaba, elegía, magnificaba y abolía lo real rehaciendo subjetivamente aquello que aspiraba sólo a representar.
Pero, en tanto que a Goya le fascinaban los tipos humanos, cómo lucían y qué hacían los hombres y mujeres de su entorno, Piranesi no tenía mucha simpatía por sus semejantes. Secretamente, los despreciaba, al menos como materia artística. El privilegiaba las piedras y las cosas, a las que infundía un poderoso élan vital, en tanto que a los hombres en sus grabados los empequeñecía y condenaba a la condición de simples bultos o sombras anónimas.
Una de las originalidades de esta muestra es cotejar, en la última sala, ciertos edificios de la Roma antigua que Piranesi fijó en sus grabados con las fotografías de esos mismos lugares tomadas en nuestros días por Gabriele Basilio, un distinguido fotógrafo de temas arquitectónicos. Son los mismos modelos y sin embargo se diría que una esencia, un alma, un aura los separa, que está presente en los grabados y ausente en las fotos, ese elemento añadido con que el gran artista dieciochesco reconstruyó y adaptó a su propio mundo interior aquella Roma que creía solamente rescatar.
Una leyenda pertinaz, que subsiste pese a todos los desmentidos de biógrafos e historiadores, es que Piranesi realizó sus famosas "cárceles inventadas" -apenas dieciséis placas que atravesarían los siglos con efectos seminales sobre el arte y la literatura modernos- bajo el efecto de las fiebres de la epidemia de cólera que en esa época asoló Roma. En verdad, no necesitaba de enfermedades ni calenturas para desvariar: la alucinación fue su manera cotidiana de mirar y, por supuesto, de crear.
Lo hizo de manera más discreta y solapada cuando grabó sus Vedute (vistas) de la antigüedad. En sus cuatro "Caprichos" y en sus "Carceri", en cambio, operó de manera desembozada, como en un trance enloquecido, y, por eso, sus contemporáneos no supieron reconocer la fuerza convulsiva de esas imágenes pesadillescas, teatrales y angustiosas. Casi nadie se interesó en ellas. Sólo la posteridad reconocería su hechicera originalidad. Enormes recintos poblados de puentes, escaleras, columnas que remiten a otros puentes, escaleras y columnas, monstruosos aparatos, grúas, arietes, potros de tortura, cadenas, asfixiantes y aterradores por su profundidad y su soledad, en la que lo humano se ha reducido hasta la insignificancia y alejado, sobreviviendo apenas en los rincones sombríos, como les ocurre a las alimañas más nocivas. Esas prisiones tienen un contenido simbólico que alude a las peores calamidades, empezando por la pérdida de la libertad. En ellas están sugeridas todas las formas de la represión y la crueldad inventadas para convertir la vida en un infierno y entronizar el reinado de la maldad sobre la Tierra. Es imposible no sentir un estremecimiento de horror al contemplarlas. Por eso, se ha dicho de ellos con justicia que parecen los escenarios ideales para las historias del Marqués de Sade.
Jacques Guillaume Legrand asegura que oyó decir a Piranesi alguna vez: "Necesito ideas y creo que si me encargasen el proyecto de un nuevo universo, un loco arrojo me empujaría a acometerlo". Los biógrafos discuten si pronunció esa frase atronadora e insolente o se la atribuyeron. La verdad, no importa nada que la dijera o no, pues eso que dicen que dijo es exactamente lo que hizo a lo largo de toda la obra imperecedera que nos dejó.

Fuente: lanacion.com

MALBA VISITA TIGRE



Arte / Museos

En el Museo de Arte Tigre se exhiben 34 piezas de arte argentino contemporáneo de Malba, que este año presenta por primera vez su colección fuera de la Ciudad de Buenos Aires.

Por Raquel San Martín

Las fotografías hiperrealistas de Marcos López, los colores de Graciela Hasper, la geometría urbana de Pablo Siquier y la escultura sinuosa de Jorge Gumier Maier contrastan con la arquitectura académica, de inspiración ítalo-francesa, plena de columnas, arcos y guirnaldas de clásica elegancia que los alberga. Es probablemente un efecto esperado al reunir en el Museo de Arte Tigre (MAT) 34 piezas de arte argentino contemporáneo del patrimonio de Malba, que podrán verse allí hasta el 10 de junio próximo.
Las salas del primer piso, extraordinariamente luminosas en un mediodía de abril, se colmaron de invitados para celebrar el resultado de una idea de la directora del MAT, Diana Saiegh, de llevar arte contemporáneo a las salas del Tigre, y hacerlo coincidir además con arteBA, la feria que inaugurará la semana próxima (ver aparte).
La curadora Florencia Battiti seleccionó obras realizadas en la última década, que incluyen una variedad de soportes: pintura, fotografía, videos, objetos y dibujos. Se exponen, entre otros, las fotoperformances de Nicola Costantino y Matilde Marín, una instalación de Marina De Caro, un video atrapante de Tomás Espina, una panorámica urbana de Esteban Pastorino, un bodegón contemporáneo de Leopoldo Estol y un dibujo de Mónica Girón, que el fundador de Malba, Eduardo Costantini, donó al MAT de su colección personal.
Esta visita de obras de Malba a otros museos del país no será en el futuro para nada excepcional. Mientras 38 obras clave de su patrimonio se están exponiendo en el Museo de Bellas Artes de Houston, quí se prepara un programa de muestras itinerantes integradas por el patrimonio de 500 piezas de Malba, que recorrerán museos de las provincias, si todo se concreta a tiempo, a partir de 2013.
"Estamos trabajando en el listado de obras, para incluir en una muestra 50 piezas no sólo de arte contemporáneo, sino también obras históricas", explicó a adn Marcelo Pacheco, curador en jefe del Malba. Según contó, la idea es ofrecer esta muestra representativa del patrimonio del museo -cuyo guion curatorial está también en proceso- en varios museos del interior: primero en el Bellas Artes de Neuquén -el que acercó la idea, hace unos cuatro años- y luego en Rosario, Córdoba, Mendoza y San Juan.
"La idea es que sea un programa con diferentes versiones cada año, que ponga en circulación las piezas de Malba en distintas ciudades del país", dijo Pacheco. En simultáneo, agregó, se llevarán películas de la cinemateca de la institución para proyectar en salas del Incaa de esas ciudades. "Cumplido con el plan estratégico para los diez primeros años del museo, teníamos pendiente salir de Buenos Aires. Con una colección consolidada, ahora podemos concretarlo."

Ficha. Malba en el MAT. Arte argentino contemporáneo en el Museo de Arte Tigre (Paseo Victorica 972), hasta el 10 de junio.

Fuente: ADN Cultura LA NACIÓN

UN MAYO MILLONARIO EN EL MUNDO DE LAS SUBASTAS


Anteayer, un Rothko rompió el récord de arte contemporáneo en subastas. Ayer se vendieron un Lichtenstein y un Bacon por US$ 44,8 millones cada uno.


Por Bárbara Álvarez Plá

El mundo del arte se mueve, y mucho. En los últimos dos días, se subastaron obras por importantísimas sumas de dinero.
Pareciera que el arte es ajeno a la crisis mundial, y las galerías de varias ciudades, como Nueva York, París, o Ginebra, concretaron millonarias ventas y anuncian otras, no menos cuantiosas, que tienen en gateras.
Haciendo recuento, hay que decir que en la variedad se encuentra el gusto: súper héroes, joyas, arte pop y hasta joyas pertenecientes a la aristocracia europea. Mejor vayamos por partes.
El martes se vendió en la casa Christie’s de Nueva York, una pintura que el artista letón (afincado en la gran manzana hasta su muerte), Mark Rothko (1903-1970), pintó en 1961. Se llama Naranja, rojo y amarillo y su precio fue de 86,9 millones de dólares, lo que la convirtió en la obra de arte contemporáneo más cara del mundo vendida en subasta.
Al día siguiente, y en la casa Sotherby’s de la misma ciudad, hubo dos ganadores, cuyas obras se vendieron por la apabullante cifra de 44, 8 millones de dólares, cada uno. Sorprendente coincidencia.
La primera fue Chica durmiendo, creada en 1964 por Roy Lichtenstein (1923-1977), uno de los íconos del arte pop estadounidense. Minutos después le siguió Figura escribiendo reflejada en el espejo, del pintor irlandés Francis Bacon (1909-1992).
Esa misma tarde, y de la misma galería, salieron también dos piezas de Andy Warhol (1928-1987): Flores de diez pies, una serigrafía en gran formato que ascendió a 10,7 millones de dólares; y Doble Elvis, una pintura que alcanzó un valor de 37 millones.
Entre estas y otras obras a las que la galería dio salida en esta fructífera jornada, se recaudaron más de 266 millones de dólares.
Y ayer, en la misma ciudad, pero en la galería Herritage, se vendió un ejemplar del primer cómic de Batman, cuyo precio se fijó en 850.000 dólares. Todo un récord para una historieta, que cuando apareció en los quioscos, allá por 1940, costaba solo 10 centavos.
También celebran buenas ventas en la Feria de Arte Frieze, que se está haciendo en Nueva York.
Y la tendencia no da signos de cambiar en los próximos días. El 15, en Suiza, saldrán a subasta más de 700 joyas de la aristocracia europea, entre las que hay un diamante, de 35 quilates, que en el siglo XVII perteneció a María de Medicis.
Por último, el día 30, en la casa Christie´s de París, se subastará un retrato con el que el español Pablo Picasso (1881-1973), inmortalizó a la que fuera su musa y amante, la también artista Dora Maar, en 1949. Se llama Tete de femme, y su precio se estima en 6,5 millones de dólares.
Un mes intenso para las casas de arte, siempre a la espera de una buena respuesta para su eterna pregunta: ¿Quién da más?

Fuente: clarin.com

DESCUBREN EL CALENDARIO MAYA MÁS ANTIGUO
Y CAE LA TEORÍA DEL APOCALIPSIS



Adiós a la profecía del fin de mundo. Se halló en Guatemala y es del siglo IX. Documenta ciclos lunares y planetarios que se extienden más allá del 21 de diciembre de 2012, el día en que supuestamente se vaticinaba una catástrofe.

Tesoro oculto. Entre la vegetación de Xultún se levanta la cueva donde fue hallado el calendario. En su interior, se alcanza a ver una de las pinturas mayas.

Por Wasington - EFE

La antigua ciudad maya de Xultún, en Guatemala, hallada oculta entre la maleza hace un siglo, comienza a revelar sus secretos tras el descubrimiento del calendario astronómico más antiguo de esta civilización. Los arqueólogos William Saturno, de la Universidad de Boston, y David Stuart, de la Universidad de Texas-Austin, presentaron ayer sus hallazgos y derribaron las teorías apocalípticas que dicen que los mayas vaticinaban el fin del mundo para este año.
El calendario es del siglo IX y documenta ciclos lunares y planetarios. Se trata de la primera muestra de pintura maya hallada en un habitáculo. “Nunca habíamos visto nada igual”, dijo Stuart, profesor de Arte y Escritura Mesoamericana, quien afirmó que ese tipo de símbolos “sólo aparecen en un lugar: el Códice de Dresde, que los mayas escribieron muchos siglos más tarde” (1.250 después de Cristo). La estructura fue descubierta en 2010 por Max Chamberlain, un estudiante del equipo de Saturno, que seguía las trincheras abiertas por los saqueadores a través de la ciudad de Xultún, escondida en la selva de la zona de Petén.
Las paredes están ricamente adornadas con una imagen del rey, dibujos de hombres en color negro y símbolos numéricos que se corresponden con cálculos del calendario maya. Sin embargo, este calendario muestra una particularidad, ya que en vez de los 13 ciclos que se conocían hasta ahora –llamados “baktun”– tiene 17, lo que según los expertos desmonta la teoría de que los calendarios mayas predicen el apocalipsis para fines de este año.
Según Stuart, el concepto ha sido “manipulado” y cuando el 21 de diciembre de 2012 acabe el 13 periodo, el calendario maya volverá a empezar y continuará con sus ciclos durante millones de años. “Es como el cuentakilómetros de un auto, cuando llega al final no anticipamos que el vehículo vaya a desaparecer, vuelve a empezar”, dijeron los expertos que recordaron que tras las catástrofes anunciadas con la llegada del año 2000 “sabíamos que el siguiente anuncio del fin del mundo sería 2012”.

Así lo mostró Hollywood. Una escena de la película “2012” que retrató la leyenda en tono de catástrofe natural.
Los investigadores destacan la importancia del descubrimiento, ya que no es habitual que estas pinturas primitivas se conserven en buen estado en las tierras bajas mayas, “especialmente en una casa enterrada a sólo un metro por debajo de la superficie”. “Lo más interesante es que ahora vemos que los mayas estaban haciendo, estos cálculos, y en lugares que no sean libros, cientos de años antes de que se registraran en los códices”, dicen.
En el muro norte, que se encuentra enfrente al entrar por la puerta, está dibujado el rey ricamente vestido, ataviado con plumas azules y grifos mayas cerca de su rostro, que según han descifrado le llaman “Hermano Menor”. En este mismo muro aparecen grifos que representan la fecha 813 después de Cristo, un momento en el que el mundo maya había comenzado a colapsar, así como grupos numéricos que creen que corresponden a los ciclos astronómicos.
En la pared oeste, se ven tres figuras masculinas vestidas con un taparrabos blanco, un medallón blanco y un tocado con una pluma y un medallón en la cabeza que no habían visto anteriormente. “Es claramente una vestimenta de algún tipo”, apunta Saturno.
En el muro oriental se puede ver, aunque muy deteriorada, otra figura humana pintada en negro y hay restos de otras, pero predominan las figuras numéricas que representan los cálculos del calendario.
“Todavía nos queda explorar el 99,9% de Xultún”, señaló Saturno, quien aseguró que la gran ciudad maya descubierta en 1915 proporcionará nuevos descubrimientos en las décadas venideras.

El mito que despertó un gran negocio

El mito de que los mayas profesaban el apocalipsis para 2012 nació a fines de los años setenta y fue impulsado por publicaciones esotéricas. Más allá de las múltiples refutaciones científicas, no son pocos los que “compraron” la leyenda. Una encuesta internacional realizada para Reuters en los últimos días arrojó que una de cada 7 personas cree que el fin del mundo está cerca y una de cada 10 dijo que será el 21 de diciembre de 2012. Detrás de la creencia popular se originó un gran negocio que llegó hasta Hollywood. Hace tres años, el director Roland Emmerich filmó “2012”, una película en la que se invirtieron 200 millones de dólares para mostar como el mundo era despedazado por una catástrofe de tormentas solares. México tampoco desaprovechó el negocio y el año pasado lanzó una serie de acciones para explotar la llegada de turistas a los cinco estados del sudeste donde se desarrolló la civilización maya. Mal no le fue: el arribo de visitantes a las zonas arqueológicas mexicanas aumentó durante el primer cuatrimestre de este año casi un 15%.

Diversos ciclos

Los mayas desarrollaron un sofisticado calendario ritual de 260 días. También hicieron un calendario solar de 365 días, así como del ciclo anual de 584 días del planeta Venus y del de 780 días de Marte, mientras que otros siguen las fases lunares (como el hallado en Xultún).

Fuente: clarin.com / EFE