HALLAN RASTROS ARQUEOLÓGICOS
DE LA ANTIGUA BUENOS AIRES


Cinco siglos de historia bajo Plaza San Martín. Encontraron objetos de la vida cotidiana de los porteños desde el siglo XVI. Para eso, hicieron un foso de 3,25 metros cerca de Libertador y San Martín. Hay vajilla, juguetes o partes de construcciones y cimientos.


LOS AÑOS QUE SE MIDEN CON OBJETOS. EN LA EXCAVACIÓN DE LIBERTADOR Y SAN MARTÍN SE ENCONTRARON LOS RESTOS DEL HOTEL RETIRO, PERO TAMBIÉN PLATOS, UN PORRÓN DE CERVEZA Y HASTA DE UNA MUÑECA DE PORCELANA. EN OTRA ANTERIOR, SOBRE ARENALES, HALLARON CERÁMICAS DEL SIGLO XVI.  
En un foso de 3,25 metros de profundidad, se resumen cinco siglos de historia de la Ciudad. Desde la tosca de la orilla original del río hasta los cimientos de un antiguo hotel que fue demolido en los años 30. Entre la tierra, aparecen objetos: cerámicas, mayólicas, huesos. Todo esto fue hallado en menos de un mes , en las excavaciones que realizan en Plaza San Martín los arqueólogos de la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico, dependiente del Ministerio de Cultura porteño.
A metros del Monumento a los caídos en la guerra de Malvinas, en San Martín y Libertador, un pequeño obrador resguarda el foso que sirve de puerta al pasado de Buenos Aires. En el piso se observa la tosca del antiguo lecho del río, que antiguamente llegaba hasta la avenida Alem. Algo más arriba se identifica el perfil de un piso oscuro, quizás de la época colonial . Y un metro por encima se ven los restos chamuscados de la quema, que eran utilizados como relleno para ganarle espacio al río.
“El primer relleno trascendente de la Ciudad se hizo en 1855 en la Plaza Fuerza Aérea Argentina, donde hoy está la Torre de los Ingleses. Y se hizo para construir la usina de gas de alumbrado”, cuenta el arquitecto Néstor Zakim, del Instituto Histórico porteño.
En el medio de la pared de tierra del foso, asoma un plato . Más abajo hay una pared de ladrillo y un piso del Hotel Retiro, que funcionó sobre Alem desde fines del siglo XIX hasta 1936, cuando fue demolido para ampliar la plaza. Este hotel recibía a los viajeros del ferrocarril que desde 1863 unía Buenos Aires con Rosario, y que luego se convirtió en el Mitre.
Este es el segundo punto de la plaza donde se excavó: el primero fue en Libertador y Juncal, donde se toparon con lo que creen que fue el basural de una casa. En ese lugar hallaron los pedazos de cerámicas españolas hispano-indígenas, que datan del siglo XV, y mayólicas españolas del siglo XVII.
Se excavó en estos lugares porque, hasta su demolición a partir de 1934, allí había dos manzanas construidas. En esta hectárea se desplegaban viviendas, edificios municipales y, además, estaba el hotel Retiro. Estas manzanas estaban divididas por la diagonal Falucho. Fueron eliminadas para ampliar la plaza siguiendo un diseño de Carlos León Thays, hijo.
“Están apareciendo objetos de la vida cotidiana, que sirven para conocer a qué jugaban, qué comían o qué tomaban los antiguos porteños”, detalla Ulises Caminos, el arqueólogo jefe de la excavación. En una mesa de trabajo montada en un contenedor, se despliegan algunos hallazgos. Como la cabeza de una muñeca de porcelana, peinada con rodete, posiblemente de origen inglés o francés. O una ficha de dominó hecha en hueso , que dataría del siglo XIX. También hay fragmentos de vajilla. Y trozos de un porrón de cerveza marca Glasgow-Kennedy, que se fabricó entre los siglos XIX y XX. Además, los arqueólogos hallaron partes de un patio de fines del siglo XIX, que ahora planean reconstruir . Y un trozo del antiguo adoquinado porteño que, se cree, llegó al lugar como material de relleno.
Todavía falta avanzar en ponerles una fecha más precisa a los descubrimientos e interpretarlos. “Encontramos varios pedazos de huesos, sobre todo de cordero. Esto nos permite deducir que esa carne se consumía más que la de vaca”, ejemplifica Caminos.
Hace diez días, los técnicos del Ministerio de Desarrollo Urbano también exploraron la plaza con un georadar. Este aparato funciona con impulsos electromagnéticos, que catean el terreno hasta una profundidad de 30 metros. “Es como una ecografía –explica el director de Planeamiento de la Ciudad, Fernando Alvarez de Celis–. Permite ver en tres dimensiones dónde cambian los distintos usos del suelo. Ya relevamos la plaza y ahora, hay un equipo interpretando las imágenes”.
El objetivo es detectar otros rastros del valioso pasado de la plaza (ver recuadro). “Si de esa información surge la posibilidad de lograr más hallazgos, seguiremos buscando –anticipa el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi–. Esto es arquitectura urbana de proximidad: permite conocer más sobre la vida cotidiana de varias generaciones de porteños”.

UNA ZONA REPLETA DE LEGADO PORTEÑO


La Plaza San Martín fue diseñada en 1860 por José Canale y remodelada en los años 30 del siglo XX por Carlos Thays hijo. Su historia está ligada a la de la Ciudad. Dicen que en el siglo XVI, en estos alejados terrenos costeros se retiró un criminal llamado Sebastián Gómez, que llegó con Pedro de Mendoza. Para redimirse, levantó una ermita y una gran cruz. Otros afirman que la cruz fue puesta por Garay, para marcar el límite de la Ciudad. La Ermita de San Sebastián ya aparece en un plano de mensura de 1608.
En 1692, en las actuales Arenales y Maipú el gobernador Agustín de Robles construyó su quinta El Retiro, de 39 habitaciones. En 1703, se la vendió el comerciante Miguel de Riglos, que se la alquiló a la compañía “Guinea de Esclavos”. Y en 1718 la vendió a la South Sea Company. Ambas usaron la casona como barracón y mercado de esclavos. La quinta fue expropiada en 1739.
Por su ubicación estratégica, desde 1773 en el sector de la plaza cercano a Maipú y Florida se instalaron distintos cuarteles. Allí se alojaron la Escuela Práctica de Artillería, los Dragones y los Húsares. Y en 1812, en uno de ellos San Martín entrenó a sus Granaderos a caballo. Por entonces, el lugar se llamó Plaza de Marte En 1801, donde hoy está el monumento al Libertador se inauguró una plaza de toros para 10.000 espectadores, que funcionó hasta 1819. En ella, en 1806 se concentraron las tropas de Liniers, en la primera invasión inglesa.
Los cuarteles fueron retirados en 1883. Y en 1891, en la Plaza San Martín se montó el Pabellón Argentino que, en 1889, había estado junto a la torre Eiffel en la Exposición Universal de París. La estructura de hierro y vidrio, diseñada por Albert Ballú, albergó al Museo de Bellas Artes hasta que, en 1933, fue desguazada.
Fuente: clarin.com


RESUCITA EL TITANIC, A 100 AÑOS DE HUNDIRSE



El transatlántico más famoso y trágico volvió a levar anclas en la inauguración del Belfast Titanic, un espectacular centro interactivo situado junto a los astilleros donde nació el mito.




Belfast, Reino Unido - Cien años después de iniciar su primer y único viaje, el transatlántico más famoso y trágico del mundo volvió a levar anclas en la inauguración del Belfast Titanic, un espectacular centro interactivo situado junto a los astilleros donde nació el mito.
El Belfast Titanic está en el llamado Barrio del Titanic, el proyecto turístico más ambicioso jamás emprendido por las autoridades de Belfast y en el que destaca un impresionante edificio diseñado por la firma de arquitectos Civic Arts y Eric R Kuhne & Associates que, con el tiempo, se convertirá, sin duda, en un icono de la ciudad.
Es la respuesta de la capital del Ulster al museo Guggenheim de Bilbao o el Empire State de Nueva York, según comenta con orgullo Claire Keenan, de la Oficina de Turismo de Irlanda del Norte.
La fachada de este moderno centro de interpretación de seis plantas y 14.000 metros cuadrados tiene la forma de cuatro proas, todas de la misma altura que tenía el auténtico Titanic desde la quilla hasta la cubierta.
Ya en su interior, el visitante inicia un emocionante viaje por las nueve galerías de interpretación que explican la historia del mítico transatlántico, en su día el objeto móvil más grande del mundo.
Su inauguración corrió a cargo del ministro principal norirlandés, el unionista Peter Robinson, y su adjunto en el Gobierno de poder compartido, el nacionalista Martin McGuinness.
Ambos líderes destacaron la espectacularidad del edificio y, como el del propio Titanic, la magnitud de un proyecto con el que Irlanda del Norte quiere representar una nueva era de paz y prosperidad a través "del evento turístico más importante del mundo en 2012", en palabras de McGuinness. 
A los dos políticos les observaba de cerca un invitado de honor, el norirlandés Cyril Quigley, quien, a sus 105 años de edad, recordó el día que presenció la botadura del barco en los astilleros de Hartland & Wolf.
Su historia es una más de las muchas que se cuentan, se ven, se escuchan y se viven en primera persona en el Belfast Titanic, que "no es un museo", como insisten los guías, sino una "experiencia multisensorial" que sobrecoge al visitante.

Miniatura del Titanic expuesta en el centro interactivo de  Belfast... AFP
 
Miniatura del Titanic expuesta en el centro interactivo de Belfast. AFP


Conmueve, por ejemplo, usar las pantallas modernas táctiles de la Galería 7 para conocer las consecuencias de la tragedia, recorrer la lista de pasajeros y encontrarse con el ocupante de primera clase Víctor Peñasco y Castellana, de 24 años, uno de los tres españoles que falleció en el hundimiento del Titanic el 15 de abril de 1915.
Antes de llegar a esa sección el visitante ha pasado ya por otras seis galerías en las que podrá pasearse por la Belfast de principios de siglo, ya agitada por su división religiosa y política, o participar en la construcción del Titanic.
Son las entrañas del mismo astillero, donde se puede vivir en primera persona todo el proceso en un recorrido por los muelles, con imágenes en vídeo filmadas hace cien años, modelos de tamaño real, sonidos de la época y donde también se puede percibir hasta los olores de ese entorno industrial.
Tras disfrutar de la botadura del Titanic en la galería 3, la 4 hará las delicias de los mitómanos, pues se recrea con todo tipo de detalles la vida a bordo del barco, con réplicas de los camerinos de primera, segunda o tercera clase y de la misma escalera donde Leonardo di Caprio esperó a Kate Winslet en la película de James Cameron.
De ahí se pasa a la galería 5, al "viaje inaugural" y a la ruta seguida por el Titanic hasta que su travesía se vio interrumpida en la madrugada del 15 de abril tras chocar con un iceberg frente a las costas de Terranova.
La galería 6 es, quizá, la más dramática de todas. Efectos visuales y sonoros de última generación reviven las últimas horas del buque, cuyo hundimiento causó 1.517 muertes.
El Belfast Titanic explora casi al final, en la galería 8, la leyenda creada en torno al barco a través de los reportajes de la época, de las películas que lo inmortalizaron o de la literatura que ha mantenido viva su magia.
Y la guinda es una inmersión a 4.000 metros de profundidad, al fondo del Atlántico Norte, donde se puede bucear junto a los restos del Titanic de la mano de unas imágenes que muestran el pecio tal y como lo descubrió Robert Ballard en 1985.
  

 El hundimiento del15 de abril de 1915 visto por un ilustrador.

"MI NOMBRE ESTÁ TOTALMENTE PROHIBIDO EN INTERNET
Y NO PUEDO PARTICIPAR EN NADA"




 

Perseguido por el gobierno de su país, cuenta su vida bajo libertad condicional.

Por Brice Pedroletti


La exposición de fotografías y textos de Ai Weiwei, en el Jeu de Paume en París (que termina el 29 de abril) cuenta la historia de una (re)conexión. Entre el artista y su propia historia, con China, con el arte y con una emoción política que las redes sociales hicieron llegar a todo el mundo. En 1981, siendo un joven estudiante viajó a los Estados Unidos con la idea de no volver nunca más a China. Pero volvió a Pekín en 1993 y multiplicó las experimentaciones.
Primero fue “Cuento de hadas”, una exposición viviente de 1.001 chinos transportados a Kassel, después los Juegos olímpicos donde colaboró en el diseño del estadio “Nido de Pájaro”. Sus acciones contra la indiferencia del gobierno durante el terremoto de Sichuan lo llevaron a la cárcel. Hoy está en semilibertad y pudo dar una entrevista al diario Le Monde en su taller de Caochangdi en Pekín.
Desde su liberación, el 22 de junio de 2011, después de 81 días de detención secreta, lo convocan regularmente a la comisaría... ¿Cuál es su situación? Sigo en un régimen de libertad bajo fianza, hasta el 22 de junio. En China, esto se traduce por acoso, lavado de cerebro... No es demasiado duro al lado de lo que fue la detención. Pero siguen ejerciendo una forma de control. Les preocupan mis contactos con los medios extranjeros. Y mis actividades en Internet. No puedo luchar contra las regulaciones que me impusieron, pero he violado algunas, aunque me esfuerzo por no pasarme de la raya... Tratan de que uno entienda que ellos están por encima de las leyes y que uno puede ser triturado. La elección pasa a ser muy simple: ¿vale la pena luchar contra algo que te puede destruir inmediatamente? Y entonces te das cuenta de que otros fueron condenados a más de diez años en estos últimos meses, por haber escrito poesía o por haber expresado su opinión de la forma más pacífica que existe...
¿Qué lo llevó a irse a los Estados Unidos en 1981? Su padre, el poeta Ai Qing, exiliado cuando usted nació y luego perseguido durante la revolución cultural, ha sido no obstante rehabilitado, China se abre...
Fue el arresto de Wei Jingsheng (en 1979). El había pegado un ‘dazibao’ para pedir democracia. Lo habrán leído apenas cien personas. Después escribió otro artículo diciendo que el pueblo había hecho volver a Deng Xiaoping al poder pero que tenía derecho a quitárselo. Ese joven muy brillante había escrito esos dos artículos y sólo por eso lo encerraron 16 años en la cárcel. Yo había crecido en condiciones muy difíciles, pero pensaba que todo tenía que ver con mi padre. Y al llegar a adulto, me di cuenta de que cualquiera podía ser arrestado. Quise irme y no volver nunca.
¿Qué le enseñaron sus experimentaciones artísticas en los EE.UU.? Había probado un montón de cosas en Nueva York, pintura, escultura, pero abandoné finalmente la idea de hacer arte. Seguía presentándome como un artista porque no tenía otra profesión pero entendía que no tenía ninguna posibilidad de salir adelante en Nueva York: en ese sistema de galerías y coleccionistas, no había lugar para artistas ni arte chino. Entonces empecé a vivir de otra manera, a pasarla bien. Compraba y vendía antigüedades, jugaba a las cartas, hacía arquitectura. Después, en China, organicé exposiciones, pero tampoco me aceptaban como artista...
¿De dónde surge ese deseo de provocación, del corte de manga, del “fuck-off” después de su regreso a China en los años 1990? En 1993, volví a China con una comprensión mucho mayor del mundo y de mí mismo, pero estaba desconectado de mi país. Además, hay cosas que me dijo mi padre, que estaba moribundo, que recuerdo muy bien: “Weiwei, estás en tu casa. No estás obligado a ser educado. Hacé lo que tengas ganas de hacer”. Pienso que me veía tímido con respecto a lo que pasaba. En ese momento empecé ese libro sobre los ambientes artísticos underground, me puse a organizar exposiciones como “Fuck-Off”.
¿La foto con Lu Qing en la Plaza Tiananmen? Después de volver a China, cada año, iba a la plaza Tiananmen, me hacía mal todo lo que había pasado –se refiere a la masacre con que en 1989 el Gobierno chino reprimió una serie de protestas sociales lideradas por estudiantes–. Además, estaba prohibido hablar del tema. Le pedí a Lu Qing que se hiciera un vestido como Marylin, con esa voluntad de liberación, eso es lo que simboliza. Ella tiene una expresión inocente. Había muchos policías de civil. Trabajamos muy rápido, lo hicimos en unos segundos.
Con “Cuento de hadas” en 2007, su trabajo adquiere una dimensión colectiva y de participación. ¿Qué cambió eso para usted? Fue la primera vez que me sentí nuevamente entusiasmado con la idea de un proyecto artístico. Me dio la impresión de encontrar una forma que me venía bien. Había decidido invitar a 1.001 chinos a viajar al exterior. Mi experiencia en Estados Unidos me había cambiado, pensaba que era eso lo que necesitaba la gente. Usé Internet para organizar todo. Fue un milagro. Hoy no podría volver a hacerlo porque me lo prohibirían. Pero en ese momento, nadie lo había hecho, todos pensaban que era imposible de hacer. Yo había escrito un cuestionario. Me reuní con cada uno de los 1.001 candidatos para crear un vínculo entre ellos y yo. Filmé todo. Tradicionalmente, los artistas están en su mundo, se consideran genios. Me pareció que si tenía un talento para la comunicación, debía aprender de la gente y llevar esa experiencia a otro nivel.
¿Qué lo llevó a criticar en 2008 los Juegos Olímpicos justo antes de la inauguración, cuando había participado en el diseño del “Nido de Pájaro”, el estadio olímpico? Es imposible hacer arquitectura sin tener conciencia de lo que pasa. Además el proyecto del “Nido de Pájaro” empezó a ser criticado y todo quedó parado durante un año y medio. Las críticas venían de la vieja escuela de arquitectura. Estaban furiosos por no haber conseguido el contrato, decían que China era un laboratorio para los extranjeros. Terminé peleando solo, ya que era chino y nadie se animaba a decir nada. Después, un año antes de los Juegos Olímpicos, cuando empezó la cuenta regresiva, hubo una ceremonia por televisión. El diario inglés The Guardian me preguntó entonces si participaría en la ceremonia de apertura y dije que no, que todo me sonaba falso. Pusieron eso como titular, los medios empezaron a llamarme, terminé en el frente, solo, protegido, por supuesto, por mi función de diseñador del estadio... Debo reconocer que ese momento fue muy emocionante, me di cuenta de que tenía muchas cosas para decir sobre esta sociedad, sobre lo que andaba mal, sobre el tipo de Juegos Olímpicos que se verían, con la censura, el control permanente.
Otro giro fue su encuesta ciudadana sobre los niños desaparecidos en el Sichuan en 2009...
Fue triste, obviamente, pero también fue una experiencia milagrosa. Antes de lanzarla, advertimos que no teníamos ninguna intención política: nos concentraríamos en los nombres de los desaparecidos. La investigación fue muy bien recibida por la sociedad, se propagó como un incendio en la llanura. Los voluntarios que participaron no habían hecho nunca ese tipo de cosas. Me convertí en una personalidad simbólica en la Web, los jóvenes consideraban que yo era capaz de iniciar ese tipo de movimiento, que tenía la capacidad de movilizar a la gente, de estimular el individualismo. Fue entonces cuando comprendí que las redes sociales eran tan importantes, y que esto podía funcionar en una sociedad así. Ahora mi nombre está totalmente prohibido en Internet y no puedo participar en nada.

Traducción de Cristina Sardoy

Ai Weiwei Básico

Pekín, 1957. Artista y activista. A los 22 emigró a Estados Unidos y volvió 11 años después a su país. La fotografía de su puño con el dedo corazón levantado frente a la ciudad prohibida de Tienanmen, titulada “Fuck off!”, dio la vuelta al mundo. A raíz de su trabajo acerca de la corrupción en el terremoto de Sichuan, donde murieron miles de niños en escuelas mal construidas, fue golpeado por la policía y tuvo que ser sometido a una operación cerebral. En abril de 2011 fue detenido. Estuvo desaparecido 81 días. Actualmente está bajo libertad condicional.

EN ENERO DE 1833, EN LAS MALVINAS SÓLO HABÍA GAUCHOS
Y UN BATALLÓN ARGENTINO






Argentina tenía un batallón e incluso gauchos en las Malvinas en enero de 1833, cuando un navío militar británico, el "Clio", tomó el control de las islas, desencadenando un conflicto que tiene ya 180 años.                                   Argentina tenía un batallón e incluso gauchos en las Malvinas en enero de 1833, cuando un navío militar británico, el "Clio", tomó el control de las islas, desencadenando un conflicto que tiene ya 180 años.                                                El comandante del "Clio", John James Onslow, se presentó el 2 de enero en Port Louis ante el teniente coronel argentino José María Pinedo, quien lo acogió a bordo del navío argentino "Sarandí" y le anunció que al día siguiente tomaría el control de las islas.


El oficial británico había recibido la orden de retomar Port Egmont, en el noroeste de las Malvinas, único punto controlado por los británicos durante ocho años (1766-1774) antes de su expulsión por los españoles.
Sin embargo, después de haber retomado posesión simbólicamente de las ruinas de un establecimiento que ya no existía, el "Clio" se dirigió hacia Port Louis (al norte de la actual Port Stanley), donde el Reino Unido nunca había estado presente, a diferencia de Francia, España y luego Argentina.


El 3 de enero, un grupo de marinos del "Clio" arría la bandera argentina e iza la británica. El teniente Pinedo, que disponía de menos armamento que el de la "Clio", protesta pero abandona el puerto sin resistir a bordo del "Sarandí", lo que le valdría un juicio en Buenos Aires. 
Para apropiarse de esas islas que Argentina había heredado de España tras declarar su independencia (1816), el Reino Unido aprovechó el estado de debilidad dejado por el saqueo de Port Louis, en 1832, por el navío militar estadounidense "Lexington", según el historiador británico Lawrence Freedman, autor de una obra sobre el conflicto ("The Official History of the Falklands Campaign").

 

La población argentina de las Malvinas, que sumaba unas 200 personas, había sido en gran parte deportada por el "Lexington" en represalia por la toma por Argentina de navíos americanos pescando sin autorización.
La bandera argentina ondeaba en Port Louis desde 1820. En 1825, el Reino Unido reconoció la independencia de Argentina sin hacer mención de las Malvinas.
Después de la partida del "Clio", gauchos argentinos liderados por Antonio Rivero se sublevaron y asesinaron a William Dickinson, la autoridad que habían dejado los británicos.
El Reino Unido recién volvió a tomar el control de las islas en enero de 1834. El gaucho Rivero fue detenido en marzo.
En 1849, 30 familias de colonos británicos se instalaron en Port Stanley, adonde la capital de las Malvinas se había mudado en 1845.


Fuente texto: AFP


Fotos: Ex combatiente Esteban Tries.

PLUMA Y PINCEL:
PIGLIA Y STUPÍA SUMARON TALENTOS EN UNA OBRA

El escritor puso sus diarios y el artista los ilustró; el resultado, un libro y una muestra.
Collage. De la mano de Stupía
 
Ricardo Piglia está pensando en publicar sus diarios. Quizás esa sea la noticia. Los escribe desde 1957. Algunas entradas aparecieron en la Revista Ñ y en El País, de Madrid. Ahora, una versión más extensa de sus últimos años en Princeton, donde enseña en la universidad local desde 1997, acaba de editarse con diez imágenes de Eduardo Stupía. Fragmentos de un diario, un libro-objeto editado por la Galería Jorge Mara La Ruche, se distribuirá en España y Argentina. “Esto es una forma de empezar a pensar en todo eso y a publicarlo, para ver qué pasa al publicar un diario. El autor se expone más que al publicar un relato”, dice Piglia.
Stupía está a su izquierda, en la galería Jorge Mara La Ruche, donde hoy se inaugura la muestra que consagra el libro, con los diez originales de Stupía que aparecen en él y otros doce trabajos. Son aproximaciones gráficas, no ilustran los diarios. “Los libros suelen ser el catálogo de las exposiciones, en este caso, la exposición documenta el libro”, asegura el pintor. A fin de año, la muestra estará en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Una gigantografía de uno de los cuadernos con tapa de hule negro donde Piglia escribe sus diarios, preside la muestra. Ya no los fabrican. “Hay un tipo que los tiene en La Boca, en su sótano, y me los guarda. Es un fetichismo ridículo que tengo. Pero es un hilo conductor, por eso me gusta la foto”, se entusiasma Piglia.
Suele escribir sus diarios al final del día. Todavía lo hace a mano, en un bar, en un tren, donde esté. “Son un laboratorio donde se mezclan acontecimientos, posibilidades de relatos. No tengo un plan, me dejo llevar por cuestiones inmediatas. Por eso me gusta el trabajo de Eduardo, que fija la mirada en un instante”, asegura el autor, que viene de ganar dos premios internacionales –el Casa de las Américas y el Rómulo Gallegos– por su última novela, Blanco Nocturno. Stupía no escribe diarios. “Los bocetos son mi diarios y mis obras, esas que están allá”, dice, y señala el salón principal.
Juntos y por separado, plasman fragmentos de imágenes que se desordenan y que, a su vez, conforman un todo con aparente sentido. Como en las novelas. “El texto es irreductible y la imagen, también. Se suele pensar en los textos como epígrafes de las imágenes o que las imágenes revelan lo que el texto no puede. En esta muestra, dos materias conviven en un formato determinado”, asegura Stupía. Todas sus imágenes tienen el mismo tamaño (40 x 60), pocos colores, fragmentos de collage sobre un papel amarillento, que evoca el paso del tiempo y cierta degradación. Tienen que ver con su obra contemporánea. Nubarrones y figuras que no se completan. Coinciden en que la escritura y la pintura no son materiales fijos. Tampoco creen que las obras (o las personas) mejoren con los años. “Con el diario lo tengo claro –afirma el escritor-, uno avanza y retrocede”. Como lector, elige los diarios de Cesare Pavese y Franz Kafka, y visualiza el presente y futuro del género en los nuevos medios –los blogs y las redes sociales–. “Parecería que son el cierre del género, aunque nunca hay cierre”, dice. Por eso sigue escribiendo en sus cuadernos con tapa de hule, que sólo se encuentran en La Boca.

Fuente: clarin.com

SUBASTARÁN EN NUEVA YORK
UN BOCETO DE CÉZANNE QUE SE CREÍA PERDIDO

Una persona fotografía con su teléfono móvil un cuadro de la serie 'Les joueurs des cartes' ('Jugadores de cartas'), de Paul Cézanne, el 7 de febrero de 2011 en el Metropolitan Museum de Nueva York.

Por Stan Honda 

Una rara acuarela del maestro post-impresionista Paul Cézanne, que se creía perdida, ha reaparecido y se espera que alcance entre 15 y 20 millones de dólares en una subasta en Nueva York, dijo la casa rematadora Christie's el martes.
El boceto preparatorio de la serie 'Les joueurs des cartes' ('Jugadores de cartas') fue exhibido públicamente por última vez en 1953, pero ahora se ha encontrado en una colección privada en Texas, en el sur de Estados Unidos, agregó.
El remate del boceto será un punto culminante de las ventas de obras impresionistas de la casa de subastas neoyorquina el 1 de mayo.
Paul Cézanne realizó entre 1890 y 1896 cinco versiones diferentes de la serie 'Jugadores de cartas'. El boceto previo a estas pinturas era conocido por el público sólo a través de una fotografía en blanco y negro, pero fue redescubierto este año en la colección del fallecido doctor Heinz Eichenwald, médico y coleccionista de arte.

Fuente: AFP

LA TERCERA EXPOSICIÓN TEMPORAL
DEL THYSSEN DE MÁLAGA
EN LA QUE CADA PINTOR REFLEJA SU PARAÍSO INDIVIDUAL





Una muestra "preciosa", según la baronesa.

Podrá visitarse desde este sábado al 7 de octubre. 

MÁLAGA, 30 - Las 46 obras que componen 'Paraísos y paisajes en la Colección Carmen Thyssen. De Brueguel a Gaugin' lucen ya en el Palacio de Villalón de Málaga, una muestra cuyo hilo conductor es el paraíso individual reflejado por cada pintor y que podrá visitarse desde este sábado al 7 de octubre.
Una exposición "preciosa y hecha con mucho cariño", según ha manifestado la baronesa Carmen Thyssen-Bornemisza durante la presentación de la muestra, en la que ha estado acompañada por el alcalde Málaga, Francisco de la Torre, y la directora artística del museo malagueño, Lourdes Moreno.
La muestra, comisariada por la propia Moreno, presenta un recorrido por la pintura de paisaje, desde el siglo XVII hasta mediados del XX, pasando por el romanticismo, el naturalismo y el impresionismo. Pretende analizar la representación de la naturaleza como lugar idílico a través de una selección de obras de artistas con un papel relevante en la configuración de la historia del arte.
Coincidiendo con el primer aniversario de la pinacoteca malagueña y tras 'La tradición moderna en la Colección Carmen Thyssen. Monet, Picasso, Matisse, Miró' y 'Mercedes Lasarte en la Colección Carmen Thyssen', con esta nueva muestra temporal, cuyo punto de partida es 'El jardín del Edén' (1610-1612) de Jan Brueghel 'El Viejo', el Museo Thyssen de Málaga vuelve a reunir a clásicos.
De esta forma, hace especial hincapié en los paisajistas norteamericanos del siglo XIX, como Martin Johnson Heade o Frederic Edwin Church, y en los grandes maestros de la modernidad, entre los que destacan Renoir, Gauguin o Pissarro. La pintura española en la exposición camina entre el romanticismo y el realismo con nombres como Genaro Pérez Villaamil o Emilio Sánchez-Perrier.
Algunas de estas obras, todas ellas de la colección personal de Carmen Cervera, forman parte de la permanente del museo malagueño --con autores como Darío de Regoyos, Carlos de Haes o Manuel Barrón y Carrillo--, otras están en depósito en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid y otras proceden de las residencias de la baronesa. De hecho, varios de estos cuadros son expuestos al público por primera vez.
"TODA MI AYUDA"
La baronesa ha mostrado su compromiso con Málaga y con la pinacoteca que lleva su nombre: "doy toda mi ayuda, contad conmigo, porque "hacer exposiciones temporales de esta envergadura, en tiempos de crisis, es muy difícil".
La programación del museo seguirá centrada en fondos de Carmen Thyssen, sin excluir la posibilidad de albergar otras exposiciones, ha indicado el regidor, precisando que ello también dependerá de los convenios de colaboración de patrocinio que se alcancen. En este sentido, De la Torre ha apuntado que la aportación municipal podría bajar en la medida en que el patrocinio suba, para así destinar ese dinero a otras necesidades de la ciudad.
Por último, el alcalde ha destacado que esta nueva exposición, para la que augura "un gran éxito", va a significar un reforzamiento y una consolidación muy clara" de este museo, que durante su primer año ha tenido unos resultados "muy buenos".

Fuente: Europa Press