ROBAN MÁS DE 65 PIEZAS
EN EL MUSEO DE LA ANTIGUA OLIMPIA





Dos hombres armados asaltaron hoy el museo de la Antigua Olimpia y robaron más de 65 antigüedades de valor incalculable que se encontraban en el edificio, ubicado en la parte oeste de la península del Peloponeso, en lo que supone el segundo gran robo a un museo griego en lo que va de año.

El museo fue restaurado para los Juegos Olímpicos de 2004. Alberga la historia de los juegos olímpicos en la antigua Grecia. 

Tras conocerse el robo, el ministro griego de cultura, Pavlos Gerulanos, presentó su dimisión, aunque todavía no se conoce si el primer ministro, Lucas Papademos, la aceptará.
Según dijo a la radio el alcalde de Olimpia, Efthimios Kotzas, los asaltantes actuaron en la mañana, cuando se producía el cambio de guardia. "Metieron en un saco más de 65 objetos de barro y bronce y huyeron", explicó el alcalde. "Las piezas de barro seguramente habrán resultado dañadas", agregó.
Los ladrones apuntaron a la guardia del recinto con una pistola y, según explicó el ministro Gerulanos, le preguntaron: "¿Dónde está el oro?", lo que hace presuponer que no conocía el museo en profundidad.
 La encargada de la seguridad dijo a los ladrones que en el museo no había piezas de oro y éstos rompieron varias vitrinas con un martillo y sustrayeron varias piezas.
La policía ha iniciado un gran operativo de búsqueda y captura. Aún no se sabe como huyeron los ladrones, pero se sospecha que lo hicieron en un automóvil que habían aparcado cerca del recinto.
El museo, que se encuentra en la localidad donde inicialmente se comenzaron a disputar los Juegos Olímpicos, fue restaurado para los Juegos Olímpicos de 2004 en Atenas. La colección que alberga se remite a la historia de los juegos olímpicos en la antigua Grecia.
El de hoy es el segundo gran robo en un museo griego desde comienzos de 2012.
En enero, unos desconocidos sustrajeron un cuadro de Pablo Piccasso, una obra del pintor holandés Piet Mondrian y un dibujo del italiano Guglielmo Caccia de la Galería Nacional de Atenas.
El alcalde de Olimpia reclamó hoy mejoras en los sistemas de seguridad del museo. Ya antes del robo de la Galería Nacional se habían denunciado deficiencias en la seguridad. Los recientes recortes económicos del gobierno obligaron a reducir el número de guardas en este tipo de edificios públicos.

Fuente: Agencia DPA

NEUROCIENCIAS SOBRE TELA





Un artista y un científico argentinos trabajaron juntos durante nueve meses en una universidad inglesa para aplicar principios de percepción visual en la creación de obras de arte. El resultado, una muestra de pinturas que revela que la interacción fluida puede tender puentes inimaginables, crear arte y discutir el futuro de una disciplina que sólo tiene cien años.

BEATON: INVENTOR DE ESTRELLAS





Con un estilo singular marcado por las poses teatrales, fotografió a íconos del arte y del espectáculo del siglo XX.

Beaton: inventor de estrellas

Marlene Dietrich, de perfil y con sus manos danzantes, observa lánguida hacia un punto indefinido; Marilyn Monroe, indefensa, coloca sus brazos tras la espalda y como pidiendo ayuda con su mirada; Truman Capote despilfarra tanto soberbia como timidez en un retrato preciso; el escritor Tom Wolfe, enmarcado en su departamento altamente sofisticado, se para firme y desafía a la cámara pretendiendo una humildad que se percibe como impostura.
Cecil Beaton, el fotógrafo y diseñador inglés que marcó la segunda mitad del siglo XX con su trabajo, tiene su segunda gran muestra en la ciudad de Nueva York en el Museo de Nueva York, subvencionado por la ciudad, y estas son algunas de las imágenes inolvidables de la exhibición, creadas por un ícono del siglo XX que fotografió a quienes luego serían a su vez íconos de ese siglo.
El segundo piso del sobrio edificio del siglo XIX que se alza en el Upper East Side, casi en las fronteras con Harlem, está íntegramente tomado por la muestra Cecil Beaton, Los años en Nueva York (hasta el 25 de febrero).
La puesta de la exhibición es impactante por la nitidez con que invita al visitante a realizar un recorrido tan fascinante como didáctico.
Cada fragmento de la sala expositiva está dividido según el artista retratado, lo que permite apreciar la evolución en el tiempo de la mirada de Beaton sobre cada personaje y a su vez los distintos cambios que cada uno de ellos fue experimentando.
Beaton fue un fotógrafo faro de las revistas Vogue y Vanity Fair, se destacó como interiorista y diseñador de vestuario y, lo más importante, tuvo acceso a la confianza e intimidad de celebridades en sus años de oro -entre los 30 y los 50- y así pudo construir su archivo único con su técnica también única, esa que mezclaba una dirección marcadamente actoral hacia sus modelos colocados en un contexto que derrochaba glamour. Una técnica muy criticada para la época, ya que parecía alejarse de lo considerado estrictamente artístico pero que fue pionera para quienes luego se dedicaron a la fotografía y sobre todo a la fotografía de moda.
Esta exhibición recoge imágenes vintage de Audrey Hepburn, Mick Jagger, Marilyn Monroe, Wallis Simpson (la duquesa de Windsor) y Andy Warhol; suma exclusivas tomas de diseñadores como Balenciaga, Irene, Charles James, Lanvin, Mainbocher y Elsa Schiaparelli; cuenta con dibujos y fotografías de mujeres que fueron claves en la vida y en el trabajo del fotógrafo: Mona Bismarck, Greta Garbo, Diana Vreeland y la ya mencionada duquesa de the Windsor. Se destacan, a su vez, los retratos de Fred Astaire y su esposa, Adele, así como los de Marlon Brando, María Callas, Martha Grahan, Elsa Maxwell, Coco Chanel y Babe Paley.
El trabajo realizado por Beaton para la editorial Condé Nast y sobre todo el apartado dedicado a Greta Garbo resultan parte destacada de la muestra. Beaton fue el único fotógrafo autorizado a retratar a la Garbo luego de su retiro.
Aunque el corazón de la muestra lo constituyen las fotografías, también pueden apreciarse dibujos, bocetos, caricaturas y diseños de vestuario realizados para obras de Broadway como Quadrille de Noel Coward, My fair lady de Lerner y Loewe y Coco también de Lerner y Previn.
Beaton atravesó y participó en todas las facetas del espectáculo cuando New York se estaba convirtiendo en el centro del mundo. El cine, el teatro, la moda y el ballet lo tuvieron como una estrella más, esa que inmortalizó el modo en que hoy recordamos a quienes marcaron la historia del arte y del espectáculo en el siglo XX. Su mirada los creó así para nosotros y ya no importa cómo realmente eran. Ahora son y serán para siempre como Beaton los iluminó con su cámara.


Fuente: Revista Ñ Clarín

EL SUEÑO DE CLAUDE CAHUN




¿Cuánto ha cambiado para la mujer en un siglo de prácticas artísticas?
Seguramente mucho, pero no lo suficiente.


Por Lena Szankay

Caminando por la rambla de Barcelona me topé con la muestra de Claude Cahun en el Virreina de la Imagen. Había conocido su obra en un seminario sobre vanguardias y me había quedado fascinada con sus autorretratos fotográficos donde prevalece un juego de roles y desdoblamientos en figuras femeninas-masculinas. Explorando la metamorfosis, estas imágenes son un precedente de lo que otras artistas mujeres trabajaron. La identidad y el cuestionamiento del rol impuesto de la mujer como Cindy Sherman, o la búsqueda del origen y la violencia como Ana Mendieta.
Claude se presenta con la cabeza rapada como una skin head de este nuevo siglo o una activista lesbiana alemana de los años 80 o como una clochard andrógina. Una intensa sinceridad no exenta de dramatismo. Claude Cahun, de familia burguesa, es el pseudónimo que eligió Lucy Schwob, quien conociera durante su adolescencia a su compañera de vida, Suzanne Malherbe.
Ya durante el seminario me había preguntado la razón por la cual su obra había sido tardíamente reivindicada mientras que sus compañeros masculinos del surrealismo como Max Ernst y Andre Breton pertenecen al manual de la historia del arte. Durante su vida, no realizó ninguna muestra individual. Fue redescubierta en París hace aproximadamente 15 años, 30 años después de su muerte. ¿Cuánto ha cambiado para la mujer en un siglo de prácticas artísticas? Seguramente mucho, pero no lo suficiente. El grupo “The Guerrilla Girls” tematiza desde 1985 la escasa presencia de artistas mujeres en los museos, las colecciones, y grandes exposiciones. Los datos objetivos del escueto porcentaje en Europa y América siguen dando escalofríos.
 A la pregunta hecha a Claude en 1930: ¿Los momentos más felices de su vida?, contesta: “El sueño. Imaginar que soy otra. Interpretar mi papel preferido”. Apelo a que las mujeres no cumplan su deseo de formar parte del universo artístico solamente a través de los sueños. 

Fuente:Revista Ñ Clarín

ARCO: LA CRISIS LE SIENTA BIEN






Por Guido Carelli Lynch

Es curioso, pero la peor crisis económica de España en décadas le sienta bien a la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (ARCO), que ayer abrió sus puertas en Madrid.
El mercado de arte internacional sigue siendo refugio para inversores. Pero, además, varias de las 3 mil obras –pinturas, graffitis, videos, instalaciones– de las 215 galerías de 29 países que exponen en ARCO usan la crisis como tema.
Algunas no son nada sutiles, como los paneles del español Marlon de Azambja que escribe: No job. No money. No future. No fear (Sin trabajo. Sin dinero. Sin futuro. Sin miedo) en medio de una bandera española y otra de la Unión Europea. Los artistas jóvenes europeos son los más conmovidos por la crisis y por eso eligieron obras más concretas y narrativas, como la instalación de la holandesa Iris van Dongen, que reza: “ la crisis es estética ”. Todas están en venta, pero la obra más cara es un Francis Bacon de 11 millones de euros.
“Hay pinturas con más contenido social, pero tampoco son las predominantes ”, relativiza Jorge Mara, dueño de la prestigiosa galería porteña Jorge Mara La Ruche. Este año varias galerías argentinas participan de la feria. Ignacio Liprandi, Alberto Sendros, Ruth Benzacar, Vasari y Zavaleta Lab llevaron obras a las diversas secciones de ARCO.
“La primera impresión es muy positiva. Hay un nivel excepcionalmente bueno, de los mejores de los últimos años, con más pinturas y menos fotografías y videos”, señala Mara, que ha llevado obra de varios de sus artistas consagrados como Eduardo Stupía y Macaparana, pero se muestra sorprendido por la gran acogida de la joven Ana Sacardote. Doscientos ochenta compradores de arte de primera línea están en Madrid: en ARCO, por ahora, no hay crisis.

Fuente: clarin.com

EL MUSEO
EN LA ÉPOCA DE LA REPRODUCCIÓN INFINITA





El lugar del arte y su relación con el espacio fronterizo de la Nación atraviesa una serie de trabajos compilados por el filósofo Eduardo Rinesi que cruzan estética y política.


Incluso en la reproducción mejor acabada falta algo: el aquí y ahora de la obra de arte, su existencia irrepetible en el lugar en que se encuentra. En dicha existencia singular, y en ninguna otra cosa, se realizó la historia a la que ha estado sometida en el curso de su perduración”, decía Walter Benjamin en La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Siete décadas más tarde, el debate sobre la pérdida del “aura” de la obra artística en las industrias culturales sigue vigente en Museos, arte e identidad, artesanías en la idea de Nación, editado por Gorla y compilado por el politólogo y filósofo Eduardo Rinesi, rector de la Universidad Nacional de General Sarmiento.
Así como Benjamin –hijo de la burguesía más acomodada de Alemania, pero ferviente crítico del Nazismo, al punto que le costó su propia vida–, los artículos reunidos en este libro analizan el surgimiento de los museos y sus formas de organizar y legitimar la memoria y lo hacen desde la perspectiva analítica del materialismo histórico: “Las naciones son siempre el resultado (desde ya provisorio, contingente, parcial, siempre abierto a las posibilidades que ofrece la renovación perpetua de las cosas –es por eso que hay política, política de la historia y política de la memoria) de una o una serie de batallas, y desnaturalizar el orden del presente es volver a oír y a hacer audible el rumor de esas batallas por debajo del silencio sepulcral que acompaña la imposición universal de la historia que se cuenta siempre después de que el ruido de esas batallas se ha acallado, volver a mostrar las heridas abiertas bajo la superficie lisa de los vencedores. La Nación –se lee en uno de los trabajos que estamos presentando– no es ni una mera categoría analítica ni la esencia ya dada de un pueblo, sino el resultado de una serie de perpetuas y complejas luchas materiales y simbólicas”, escribe en el prólogo Eduardo Rinesi. “El arte tiene un lugar fundamental en esas luchas, y por lo tanto la crítica del arte sólo puede ser, a su vez, crítica histórica y crítica política”, concluye el compilador en la antesala del libro.
El 11 de marzo de 1882, cuando en Argentina se consolidaba el modelo agroexportador, Ernest Renan daba su magistral conferencia “Qué es una Nación” en la Sorbona: “La nación, como el individuo, es el resultado de un largo pasado de esfuerzos, sacrificios y desvelos. El culto a los antepasados es, entre todos, el más legítimo; los antepasados nos han hecho lo que somos. Un pasado heroico, grandes hombres, la gloria (la verdadera), he ahí el capital social sobre el cual se asienta una idea nacional. Tener glorias comunes en el pasado, una voluntad común en el presente; haber hecho grandes cosas juntos, querer seguir haciéndolas aún, he ahí las condiciones esenciales para ser un pueblo”. Si la Nación necesita un mito fundacional para nacer, los museos deben su origen al surgimiento de los estados nacionales.
“El museo moderno se ha instituido, no sin tensiones y complejidades, como espacio de la memoria ‘legítima’. Podemos fechar su nacimiento cuando el Louvre abre sus puertas en 1793 exhibiendo al gran público las obras y bienes que habían pertenecido a la monarquía”, desarrolla en su trabajo “El museo moderno y las formas de la memoria”, Florencia Gómez. El pacto implícito –propio del museo moderno– que se establece entre el espectador y la obra de arte (el individuo debe asistir al museo que encierra entre sus paredes las obras a contemplar) responde a la matriz de pensamiento que se remonta al Renacimiento: “La pintura italiana, desde Alberti hasta Miguel Angel, concebirá el lugar del pintor como un punto de vista preexistente y externo y como medida para la representación del mundo, y definirá al cuerpo humano como proporción y escala para representar todas las cosas. El mundo será aquello que es visto desde la ventana donde se sitúa el ojo del pintor”.
Del otro lado del océano Atlántico, nacía en 1896 el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires cuando, según escribe en su trabajo “Ideas de Nación”, Alejandro Boverio, un “círculo de artistas plásticos argentinos intentaban crear un espacio en la nación para el arte, al mismo tiempo que procuraban un lugar en el arte para la nación”. La relación necesaria entre Nación y museo también estuvo presente en la formación del Estado argentino. “Y como retoma el autor al citar a Laura Malosetti Costa en su trabajo. Los primeros modernos. Arte y sociedad en Buenos Aires a fines del siglo XIX, esos mismos artistas “pretendieron con sus obras y sus exposiciones no sólo educar el gusto de ese público sino también transmitir valores e ideales que se relacionaban –de una u otra manera– con su idea de nación civilizada”. En ese sentido, en “Nacional(iz)arte: la querella nacional y el arte como artillería”, Sebastián Senle Seif analiza las manifestaciones artísticas hegemónicas del Río de la Plata en la primera mitad del siglo XIX a través de la litografía y su utilización política durante el período rosista.
Por otra parte, Luis Juan Guerrero se ocupa de “las claves para una teoría de la recepción en la filosofía argentina”, mientras que María Pía López detalla las razones que llevaron a la apertura del Museo del Libro y la Galería de la Lengua en la Biblioteca Nacional: “el libro como nudo de la cultura y, a la vez, como resultado de las fuerzas productivas. Hecho de ideas, hecho de tintas y papeles. Superficie de huellas y etéreo impulso. Pocas invenciones de la humanidad existen en ese borde en el que son otras cosas, partícipes necesarios de mundos diversos. El Museo no custodiaría la historia de sus reinvenciones sucesivas ni sería clasificador de sus cambios. Más bien, tratará de mostrar la magia de esa invención, sin aplastarla en secuencias ni atenuarla en cronologías”.

Fuente: Revista Ñ Clarín

FRANCIS BACON
SERÁ UNA DE LAS "ESTRELLAS" DE ARCO 2012




La obra Study from the Human Body. Figure in movement (Estudio desde el cuerpo. Figura en movimiento) de Francis Bacon, a la venta por 15 millones de dólares, será una de las piezas estrella de la feria internacional de arte contemporáneo ARCO, que mañana abrirá, en Madrid, sus puertas a coleccionistas y profesionales.


Pocas horas antes de su inicio, los responsables de las 215 galerías participantes en esta 31 edición ultiman los preparativos de sus espacios.
Con un precio de quince millones de dólares, la obra realizada por Bacon en 1982 luce ya en las paredes del expositor de la galería Marlborough.
Fernando Botero es otra de las apuestas de la galería con una pintura valorada en 1,7 millones de dólares, junto a artistas como Leiro, Abraham Lacalle o Claudio Bravo.
Si la obra de Bacon se convertirá en una de las protagonista de la feria, también lo hará la pieza en la que Eugenio Merino ha metido una escultura del dictador Francisco Franco en una maquina frigorífica de bebidas.
Rodeado de numerosos medios de comunicación, Merino ha logrado fijar la atención en la galería ADN de Barcelona, en la que se exhibe Always Franco, obra en la que comenzó a trabajar el pasado agosto y que se vende por unos alrededor de 46.917 dólares.
"Franco creo que es un tema del que se habla constantemente y no tratarlo es una forma de eludir algo importante para un artista", comentó Merino, para el que "Franco está vivo de una manera alegórica. En otra ocasión hice a Bin Laden y ahora le ha tocado Franco".
En 2008, Merino llevó a ARCO la obra Fidel zombi, en la que mostraba al presidente cubano como recién surgido de los muertos, y en 2010 fue Starway to Heaven la obra que suscito polémica e incluso la protesta de la Embajada de Israel.
La obra representaba a un musulmán orando arrodillado, con un sacerdote católico encima de él, también de rodillas, y sobre éste, de pie, un rabino.
En opinión de Eugenio Merino, un artista no debería tener problema en tratar cualquier tema "lo que pasa es que siempre surge la atención y la polémica. Yo trabajo con ideas, con la espectacularidad y creo que esta obra no hiere la sensibilidad de nadie".
Realizada en silicona, poliester y fibra de vidrio, la figura de Franco, introducida en la cámara frigorífica y de proporciones no reales, aparece vestida de militar.
A excepción de esta pieza y de alguna otra, la idea general de la feria, cuando todavía no se han desembalado todas las obras, es que es más contenida, seria y realista.
Así se expresaba la veterana Soledad Lorenzo en cuya galería luce una obra del recientemente fallecido Antoni Tàpies realizada en 2001.
"Tàpies era un artista muy presente y no ha necesitado morirse para seguir estándolo. El está vivo en su obra y en nuestra cabeza", señaló Lorenzo.


Fuente: Revista Ñ Clarín / Mila Trenas para Agencia EFE